Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 3

Interludio 1: Un Paria Del Oeste II

Parte 9

Mantenga a los Tigres Hambrientos Separados

Una niña que parecía ser una granjera caminaba por la ciudad de Yahooo. Se llamaba Hanzo, la jefa de espionaje del Nuevo Reino de Xenobia. Entró en una casa y se quitó toda la ropa.

(Esto va a ser peor de lo que pensaba…)

Recordando los eventos del otro día, la niña suspiró un poco. Había visitado la aldea de Rabbi con el pretexto de entregar una carta de un caballero de apariencia noble… Como lo indicó Kongming, por supuesto.

(Ese edificio…)

Cuando vio el Resort de Aguas Termales, le vino a la mente un edificio de su tierra natal. Fue extraño. Sus antepasados habían transmitido, a través de generaciones de narraciones, que navegaron a través de un océano muy largo desde el lejano este. Las leyendas se habían desvanecido durante generaciones, pero Hanzo no pudo evitar recordarlas al ver esa construcción.

(Y ese hombre esquivo…)

Su expresión se torció con disgusto al recordar la cara sonriente. Era como clavar un clavo en el barro cuando se trataba con ese hombre. Había llegado hasta el pueblo de Rabbi, después de enterarse de que el ser semi- humano transportado solía ser el sirviente de Luna Elegant, pero Tahara la recibió en lugar de la Doncella Santa.

(Parecía estar a cargo de la aldea. ¿Y qué pasa con la construcción a gran escala en curso…?)

Había innumerables cosas para contemplar e informar. Mientras organizaba toda la información nueva en su mente, se vistió rápidamente con su atuendo Ninja. Una vez que terminó, aparecieron numerosas sombras en la habitación, aparentemente de la nada. Todas eran chicas con el mismo atuendo.

“Lady Hanzo, ¿cómo te fue?”

“… No me llames así”.

“¿Qué…?”

“Te dije que me llamaras Cocoa”.

“Bueno eso es…”

Las sombras se miraron, buscando dirección. Hanzo fue el nombre dado a su líder generación tras generación. Nunca se había cambiado antes.

“E-Es un nombre orgulloso que lleva el legado de nuestro clan…”

“¡No puedo soportar que me llamen con ese horrible nombre!”

“No sé qué…”

“¡Imagina que esta chica de dieciocho años con mejillas sonrosadas se llama Hanzo! ¿Qué soy yo, un hombre de unos cincuenta años con sombra de las cinco en punto?”

Las otras sombras en la sala suspiraron en secreto ante la histeria habitual de Hanzo. A veces era Kotone, a veces Touka… en cualquier caso, Hanzo obligaría a sus subordinados a dirigirse a ella con un nombre japonés tradicionalmente femenino.

“E-Entonces… ¿Lady C-Cocoa…? Sobre la misión… ”

“¡Haz que suene más lindo! ¡Ponle un poco de amor! Significa amor en tu corazón, ¿de acuerdo?”

“Lamento tener que decir esto… Lady Hanzo, estás actuando como… ‘esa chica’.”

“¡No me llames Hanzo, dije!”

Hanzo era una mujer extremadamente talentosa en espionaje y sigilo, pero debido a que fue criada para vivir en las sombras bajo el estricto entrenamiento del líder de su clan, ahora ansiaba todo lo femenino.

“En cualquier caso… ¿Quién es ese hombre?”

El capataz de la aldea de Rabbi, que vino de algún lugar de Holylight. Como ninguna de las otras sombras parecía haber encontrado la respuesta, nadie pudo responder la pregunta de Hanzo. El hombre prácticamente cayó del cielo un día, después de todo.

“¿Deberíamos sumergirnos más profundo?”

“No. También hay una mujer extraña allí”.

Con solo una mirada, Hanzo se dio cuenta de que era peligrosa. Incluso parecía que la mujer albergaba a cientos de demonios debajo de su bata de laboratorio. Hanzo decidió que, salvo órdenes directas, sería demasiado peligroso profundizar más.

“Mantendremos nuestra distancia del pueblo por ahora. Comienza a juntar rumores en la capital.”

Las sombras se dispersaron de inmediato, dejando a Hanzo sola en la habitación. Cerró los ojos por un momento, contemplando a Holylight y el cambio que estaba experimentando. Los rumores de la aparición del Señor

Demonio, de un Dragonborn derrotando a un demonio de alto rango, y ahora la construcción a gran escala en un pueblo deteriorado. Incluso Hanzo y su larga experiencia en las sombras no pudieron resolver esto. Lo único que sabía con certeza era que poderosos demonios habían sido derrotados.

“No tiene sentido detenerse más en esto… Esperaré las órdenes del canciller desde aquí”.

En el momento en que pronunció eso para sí misma, Hanzo también desapareció de la habitación.

Mientras tanto, el canciller garabateaba frenéticamente algo en las habitaciones privadas de Beatrice. Pasaría de cruzar las piernas, que se asomaban de su vestido chino, a reírse de la nada como si hubiera sido poseída. Al ver a Kongming, la Canciller Fría como el Hielo actuar así, Beatrice no contuvo sus miradas de asco.

“¿Otro de tus planes malvados, Senpai?” Beatrice preguntó.

“No seas ridícula. Lo estoy haciendo todo para servir a nuestro país”.

“No tú no lo estas. Simplemente te gusta ver a la gente retorcerse de agonía en la palma de tu mano”.

“¿Q-Qué clase de persona crees que soy?”

“No eres una persona. Eres un demonio”.

“Tú pequeña… B-Bueno, está bien, Beatrice. Te lo explicaré”.

Después de apenas contener algunas palabras de elección al clavar la palma de su mano en su rostro, Kongming explicó su esquema actual… Ella lo llamó “Tigres hambrientos”, una estrategia de enfrentar a dos poderosas fuerzas como tigres hambrientos peleando por un pedazo de carne.

El gran objetivo era eliminar a los dos tigres a la vez cuando estaban agotados por luchar entre ellos. Si tenía éxito, podría cosechar enormes recompensas por poco costo.

Incluso si no llegara a sacarlos, Kongming consideraría su esquema un éxito si solo pudiera crear algún tipo de cuña entre el Tzardom of Light y Holylight actualmente aliados. Sin embargo, Kongming también estaba desplegando otras tácticas…

“Mientras lo hacemos, vamos a crear una cuña más grande entre el Tzardom y el paladín”, declaró Kongming, agitando elegantemente su abanico desplegable. Desestabilizar a sus enemigos y reclutar fuerzas que pudieran hacerlos perder el equilibrio fue su fuerte y estrategia preferida.

Secretamente, había estado susurrando suavemente al oído del paladín la totalidad del comportamiento del partido del obispo.

Había estado esperando que el paladín se cansara y se uniera a su lado un día, pero solo sembrar las semillas de la desconfianza había sido ampliamente efectivo: el paladín había dejado de aparecer en el campo de batalla.

(Después de todo, era importante derramar todo el comportamiento vergonzoso de Tzardom…)

Los ojos de Kongming se entrecerraron aún más, haciéndola parecer tan tortuosa como siempre. Beatrice giró la nariz ante la vista familiar, levantándose de la cama.

“Realmente eres una mierda, Senpai. ¿Recuerdas cuando tropecé en medio de esa fiesta de baile? … ¿Porque pusiste aceite de oliva en las suelas de mis zapatos?”

“¿D-De qué estás hablando…? Debes estar cansada, Beatrice.”

“¡No intentes negarlo! ¿Quién más haría algo así?”

“Beatriz, sufriste una lesión terrible en la cabeza ese día. Desde entonces, comenzaste a contarme historias del pasado que nunca sucedieron en absoluto”, dijo Kongming, con una mirada triste en sus ojos.

Ella estaba tratando de cepillar todo debajo de la alfombra de esta manera.

“¿Senpai? ¿Alguna vez escuchó el dicho ‘mentiroso, mentiroso, los pantalones de Kongming en llamas’?”

“¡Deja de inventar coloquialismos! Y no te pares mientras estoy aquí… Siéntate”.

“¿Te molesta tanto que ahora sea más alta que tú? ¿Lo hace? ¿Lo hace?”

Beatrice menospreciaba a Kongming, como para frotarlo. Si bien no había mucha diferencia en su altura, debe haber sido una gran diferencia para estas dos. Al ver a Beatrice mirándola con una presumida victoria en su rostro, los hombros de Kongming comenzaron a temblar.

“¡No me menosprecies, idiota! ¡Te pondré en tu lugar! ”

“¡Y la verdad sale a la luz! ¡Alguien! ¡Ven a encarcelar a esta malvada canciller!”

“¡Vas a ser la encerrada…! ¡¿Quieres volver a comer en el baño?! ”

“¡Odio este país! Me estoy escapando, ¡solo mira!”

“No te vas a escapar… ¡Tú no…!”

La pareja rodó sobre la cama, se enredó y siguió discutiendo. Nadie sabía cómo iban a funcionar los esquemas de Kongming.