Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 3

Interludio 1: Un Paria Del Oeste II

Parte 24

 

 

La Batalla en el Suelo

 

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Weeb fue el primero en notar que algo estaba ocurriendo en la ciudad de Rookie al mirar desde afuera. Saltó de su tienda para encontrar brillantes llamas rojas rugiendo en ella. El Trinary se asomó de sus propias tiendas para mirar hacia las llamas.

“Debe haber agresores, señor Weeb”.

“De hecho, debe haber”.

Este grupo tenía la habilidad suficiente para reconocer que no se trataba de un incendio accidental. Aun así, el Trinary miró a Weeb con deseo, esperando que no saltara a ese desastre. No estaban preocupados por Weeb en combate, sino por su estado que empeoraba cada vez que intervenía en asuntos exteriores.

“Sir Weeb, nos dirigiremos a la ciudad. Por favor, descanse un poco más.”

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“No hay que preocuparse por mí, caballeros. Hemos llegado hasta aquí”.

Weeb respondió con una sonrisa extrañamente burlona. Su reputación en su tierra natal se había desplomado por completo. No podría empeorar. Aun así, el trío no pudo evitar preocuparse, a pesar de que Weeb no era el tipo de hombre que comprometería sus creencias para protegerse incluso a sí mismo.

“Sir Kaiya. Por suerte para nosotros, las dos aventuras de rango S se están quedando en el cercano Doyle.”

“Esos… er, esos dos…” Kaiya gimió.

No es que esto necesitara ser aclarado, pero el Trinary sentía aversión por las mujeres. No los necesitaban, ya que solo tenían ojos para Weeb. Aun así, Kaiya rápidamente decidió usar a los famosos jugadores estrella como una especie de amortiguador político.

“Se lo notificaré de inmediato”.

Sintiéndose desgarrado por tener que abandonar Weeb, Kaiya se fue inmediatamente a Doyle, azotando a su caballo. Doyle estaba lo suficientemente cerca como para suponer que la gente allí ya había visto las llamas abrasando el cielo nocturno.

“¿Deberíamos?”

Weeb sacó dos armas de la caja blanca en su espalda. En su mano derecha, sostenía una espada de luz que brillaba con un glorioso resplandor blanco.

En su mano izquierda, sostenía una estrella de la mañana que también emanaba luz. Tan rápido como el viento, Weeb corrió hacia la ciudad, y los dos miembros del trío siguieron su brillante regreso sin decir una palabra.

Cuando el grupo de blancos llegó a la ciudad, las batallas habían estallado en varias áreas. Aunque la fiesta había presenciado una invasión fuera de la mazmorra varias veces, no pudieron evitar quedarse sin palabras ante esta vista. Una nube de monstruos salía de la entrada a la mazmorra.

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“¿Que está pasando…? Mira esos hombres de hojalata. ¡Y esos pájaros que escupen fuego!”

“Jabalís Caza Cabezas, también”.

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Un Ultima y un Champiñón se desmoronaron. Estas criaturas no tenían lugar en un calabozo para novatos.

“Desearía que esto fuera una especie de broma… Eso parece una Hidra sentada allí”.

Weeb también gimió internamente. Ocasionalmente, los atípicos nacieron en la mazmorra que ordenó una invasión de la mazmorra a la ciudad.

Aun así, como lo entendieron, los monstruos que salieron de la mazmorra solo serían tan fuertes como los que estaban dentro. Los monstruos se dispersaron por toda la ciudad, causando estragos sin orden, respirando fuego por todos lados y pisoteando a cualquier humano con el que se encontraran. Al acceder a la ciudad, Weeb tomó una decisión rápida.

“Es demasiado peligroso separarse. Ustedes dos, protejan las espaldas de los demás”.

Con esa orden rápida, Weeb corrió hacia adelante. Ninguno de sus hombres se opuso, sino que lo siguieron. Sabían muy bien que, en el campo de batalla, un momento de vacilación podría costarles la vida, así como las vidas que de otro modo podrían haber salvado.

Ultima y Mushroom corrieron, cada uno con una espada blanca en la mano. Cada vez que blandían sus espadas, un monstruo se rasgaba en tres. La horda de monstruos estaba siendo rápidamente eliminada.

Era una cadena. En el juego, un jugador tenía un nivel de habilidad para cada categoría de armas. Con un nivel de habilidad de más de 100 en el arma que estaban usando, los jugadores podían encadenar, lo que infligía 10 daños adicionales después de su ataque normal.

En resumen, fue un doble ataque en este mundo. El trío experimentado finalmente había aprendido a usar Chains en todo su potencial.

Mientras tanto, Weeb atravesaba la horda de monstruos en todas las direcciones a su alrededor con su espada de luz y su lucero del alba. Como paladín, podía encadenar ataques de espada y de club. Con un movimiento, realizó (ridículamente) un ataque cuádruple. Mirando a los monstruos delante de él, gritó:

“¡No hubieras muerto si te hubieras quedado!”

En todas partes donde Weeb fue, parecía un rayo de luz blanca desgarrando a los monstruos, convirtiéndose en su título de paladín. No importa cuánta sangre y tripas de monstruo cayeran sobre él, la luz blanca que lo envolvía lo purificó todo en un instante.

“A-Alguien… ¡Ayuda…!”

Deben haberse quedado atrás. Weeb vio a una madre sosteniendo a su pequeño hijo, a punto de ser lanzado con el aliento rugiente de un pájaro que respira fuego.

Sin embargo, antes de que el pájaro tuviera la oportunidad, su cabeza explotó en pedazos. La bola de metal con púas de la estrella de la mañana de Weeb la había destrozado.

Un jabalí Caza Cabezas que cargó poco después fue desgarrado por la mitad por su espada de luz. La piel y los músculos fuertes del jabalí eran como tofu o mantequilla contra la espada de Weeb.

“Es peligroso aquí. Deben salir de la ciudad.”

“¡L-Lo haremos…!”

Sus movimientos espectaculares incluso inspiraron a los aventureros que huían a levantarse en armas. Un paladín era un título no otorgado a Weeb solo por su fuerza, sino por su coraje que electrificó a los que lo rodeaban.

“¡Sir Weeeeeeb!”

“¡El paladín está aquí!”

“¡Y la Trinary!”

“¡Podemos ganar! ¡Podemos ganar esto!”

“¡Sir Weeb! ¡Soy yo! ¡Cásate conmigo!”

“¡Aggghhhh! ¡Llévame a sus sábanas, señor Weeb!” (Una voz grave, en auge)

“¡Si puedes moverte, construye una barricada!”

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Mikan y Yukikaze estaban entre la multitud. Como rangos B, estaban una cabeza por encima del resto, y los novatos naturalmente se reunieron a su alrededor. ¿Quién podría haberlos culpado? En una emergencia como esta, ¿quién no querría estar cerca de alguien poderoso?

“¿De dónde vienen todos estos monstruos?”

“… Vamos a mantener la fortaleza hasta que llegue el señor Fox”.

Blandiendo su combo habitual de espada larga y hechizos, la pareja había estado matando a los monstruos a su alrededor, pero notaron que los guardias de la ciudad apenas estaban contribuyendo. De hecho, casi no se encontraron guardias de la ciudad.

“¿Qué están haciendo esos guardias ahora?”

“… Probablemente huyendo”.

Yukikaze tenía razón. Los guardias eran una especie de trabajadores del gobierno, y ninguno de ellos estaba dispuesto a arriesgar sus vidas en esta conmoción. De hecho, los aventureros fueron los que se mantuvieron firmes para proteger su lugar de trabajo.

Dicho esto, no se pudo culpar a los guardias. Incluso durante la guerra de larga duración de las Naciones del Norte, este país había estado en paz, ya que se acercaban a Animania.

¿Quién podría haber esperado que de repente dieran la vida? Su trabajo consistía en vigilar y drenar a los aventureros, no en luchar.

“¡Hey, Yukikaze! ¿No es eso un pájaro que escupe fuego?”

“… Y una Hidra también”.

“¡Tienes que estar bromeando! ¿Desde cuándo estamos en las cascadas de las seis mazmorras?”

“… Eres mi escudo, beso de nieve”.

Yukikaze lanzó un beso y lanzó un hechizo protector sobre Mikan. Ella trató de mejorarla con protección contra el fuego al ver los pájaros que escupen fuego.

“¿Tu escudo?” ¡Ve a quemarte allí!”

“…El amor es eterno. Soy la nieve que nunca se derrite. La encendida, Mikan.”

“¡Cállate!”

Mientras se mantenían en sus bromas habituales, la pareja logró contener parte de la invasión de monstruos, mientras que los otros aventureros construyeron barricada tras barricada. Sin embargo, no todas las partes de la ciudad tuvieron tanto éxito en sus esfuerzos.

La mayoría de las áreas de la ciudad estaban en un estado miserable, con edificios quemados o en llamas por los pájaros que escupen fuego.

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A medida que pasaba el tiempo, el humo negro se elevaba de cada rincón de la ciudad, comenzando a envolverlo por completo.

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—— El Área Central de Rookie.

Desgarrando monstruos, Weeb sentía curiosidad. Había experimentado algunas contra-invasiones antes, pero esta vez fue excepcional.

“Hay demasiados de ellos…”

Una contra invasión fue cuando hordas de monstruos salieron de las profundidades de un calabozo, uno a la vez. En olas, si quieres. Entre oleadas, los defensores de la ciudad generalmente construían barricadas, movían a los heridos y dejaban descansar a los que estaban en primera línea. Pero con tantos monstruos, no había tiempo para detenerse.

“Una vez que la Hidra esté en movimiento…”

El peor monstruo allí hasta ahora, considerado por la gente aquí como el líder. Por ahora, solo estaba sentado a la entrada de la mazmorra, pero Weeb sería el único que podría enfrentarlo. Si Weeb tuviera que dedicar su atención a un solo monstruo, las bajas se dispararían mientras tanto.

Incluso mientras luchaba contra la horda ahora, podía escuchar gritos de toda la ciudad y podía oler el hedor a carne quemada en el aire.

“¿Podría ser…?”

Weeb tenía un mal presentimiento sobre esta situación, y era perfectamente precisa. Un nigromante había aparecido entre la horda. Cuando el nigromante agitó su varita, las aventuras empapadas de sangre surgieron como zombis. Incluso las víctimas quemadas de la ciudad se convirtieron en Haunts, ahora atacando a las personas a su alrededor.

“¡No puede ser…!”


Weeb se quedó sin palabras ante la horrible vista. Una contra invasión de esta escala no debería ni pudo haber salido del Bastille Dungeon. Este desastre habría justificado el despliegue de la poderosa orden de los caballeros de su país de origen, el Tzardom de la Luz.

No importa cuán rápido y valientemente luchó el paladín, era inútil cuando los aventureros más débiles y los residentes impotentes se convertían en zombis y guaridas.

“¡Debo evacuar a los residentes primero…!”

Incluso si lo intentaba, los guardias de la ciudad que deberían haber sido los que lideraron la evacuación habían huido hace mucho tiempo, sin dejar soldados para que Weeb los comandara. El único resultado posible de esta situación fue una reacción en cadena de la muerte hasta que se destruyó toda la ciudad. En la historia, muchos pueblos y ciudades se habían convertido en pueblos fantasmas después de atrocidades similares.

“¿Tienes problemas, pequeño paladín…?”

Weeb se volvió hacia una voz optimista para encontrar al aventurero de rango S Mynk, un viejo conocido. También estaba Olgan a  su lado, mordiendo una cabeza de lechuga, sin interés.

“Es… tan malo como parece”.

“Je je je. ¡Un mundo de oscuridad perfectamente adecuado para mí…!

Weeb se rio entre dientes ante la reacción de Mynk, pero no podía haber esperado mejores refuerzos. Mynk, dejando de lado sus divagaciones, era la mejor usuaria del elemento Santo que había.

“Deja la oscuridad en la oscuridad: yo. Cuida a los otros monstruos y evacua a la gente.”

“Gracias por su ayuda”, respondió Weeb en breve, y se fue como una ráfaga de viento. Al mismo tiempo, Mynk comenzó un encantamiento. Olgan se levantó flotando y sin interés se tumbó en el techo. En contraste con su falta de entusiasmo, su compañero Mynk continuó su hechizo, abriéndose paso en él.

“La noche oscura sin vista, la espada con la sombra negra, ilumina mi camino… ¡Santa Lluvia!”

Cuando concluyó su encantamiento, una lluvia de lluvia llena del elemento Santo cayó sobre su entorno. En un instante, los zombis y las guaridas gimieron de agonía mientras caían al suelo. Si bien su encantamiento era el polo opuesto a la naturaleza de su hechizo, el poder del hechizo era irrefutable. Al ver el poder abrumador del hechizo, los aventureros abatidos se levantaron y gritaron.

“¡Hey Mira! ¡Es Mynk el jugador estrella!”

“¡Sí!”

“¡Primero el paladín, y ahora los jugadores estrella!”

En medio de la contra invasión infernal, su presencia debe haber sido realmente inspiradora. Al ver a su compañero disparar hechizos en modo de oscuridad total, Olgan sacó una cabeza de brócoli y la mordió sin decir una palabra.

“Que estúpido…”

Como marca de fuego, ella siempre había sido fría con los humanos. No quería participar en este tipo de misión de rescate que no le valía nada. Su mantra era que, si alguien quería vivir, tenía que sobrevivir por su cuenta.


“Pero una Hidra, ¿eh…?”

Incluso Olgan no pudo evitar preguntarse cómo ese monstruo, que nunca debería haber aparecido en el Bastille Dungeon, estaba aquí. Muchos de los monstruos de la horda eran especies que tampoco pertenecían aquí.

“Hey, Mynk…”

Trató de advertir a su compañero que tuviera cuidado, pero Mynk estaba sumida en la agonía del combate, donde su voz no podía alcanzarla.

“Ese idiota… ¿No recuerda lo que pasó el otro día?”

Olgan recordó el ataque en el que se habían encontrado en Holylight. Teniendo en cuenta que un demonio de alto rango que aparecía en el Castillo Sagrado también era algo que nunca debería haber sucedido, quería que su compañero se mantuviera vigilante.

“La salamandra oscura que dormita en mi mano derecha… ¡Préstame tu fuerza, solo una vez, aquí y ahora!”

Maou-sama Retry! Volumen 3 Interludio 1 Parte 24 Novela Ligera

 

Sin darse cuenta de las preocupaciones de Olgan, Mynk mantuvo la alegría. Cuando uno de los mejores aventureros del continente dijo cosas como esa, nunca se descartó como una vergüenza. Para aquellos que escuchaban, parecía que iba a dar vida a todas esas cosas.

“¿D-Dark salamandra?”

“¡¿Qué demonios es eso?!”

“¡Está sellado en su mano derecha!”

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“¡Maldición! No sé qué es eso, ¡pero maldición! ”

Al escuchar el alboroto debajo de ella, Olgan dejó escapar un largo suspiro, mirando a la luna flotando en el cielo nocturno. Ella ya no podía lidiar con eso. Pero incluso ella no podía permanecer desinteresada en lo que apareció a continuación.

De repente, como de la nada, una pareja estaba parada en la cima de la torre del reloj, la estructura más alta de la ciudad. Retro iluminados por la luna, parecían nada menos que sobrenaturales.

Mientras que Olgan sintió una fuerte sensación de muerte por parte de la mujer, el hombre exudaba lo mismo muchas veces más. El aire que lo rodeaba era el de un emperador; uno que gobernaba el inframundo, si tal lugar existiera.

“¿Qué es eso…?” Justo cuando Olgan gruñó, el hombre acercó a la mujer por la cintura y saltó en el aire. En un instante, se produjo una explosión atronadora… que hizo que el suelo temblara debajo de ellos y que la ciudad quedara cubierta por una nube de polvo. Para cuando el viento había soplado el polvo, la nebulosa horda de monstruos ya no existía. Todos y cada uno de ellos habían volado en pedazos.

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