Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 3

Interludio 1: Un Paria Del Oeste II

Parte 20

El Señor Demonio Va a Explorar II

Después de salir de la tienda de McBonald, se dirigieron directamente a una tienda de ropa: Fashion Police, dirigida por Bingo, donde había comprado a Aku algo de ropa y ordenó los uniformes de los Bunnies.

“Uh-huh… Entonces hiciste que estas personas hicieran esos uniformes pervertidos”.

“Parece que haremos que hagan todo tipo de ropa extraña”.

“Uh-huh. Uh-huh.”

Todavía aferrada a su brazo, Luna miró fríamente al Señor Demonio… Probablemente porque nunca le pidieron que usara uno de los uniformes de los Conejitos. Si bien Luna no quería usarlo, tal vez su orgullo se lastimó cuando ni siquiera se le preguntó.

“Te di ese Blazer”.

“Claro, esa es linda, pero… creo que algunas más femeninas… s-s-s-s-sexy me quedarían mejor”.

“Jajaja. Tu eres hilarante.”

“¿Qué fue tan divertido?” ¿Dije algo gracioso? ¿Eh?”

Luna saltó sobre él y lo atragantó por el cuello, pero el Señor Demonio siguió caminando con indiferencia, dejándola en paz.

Cualquiera a su alrededor solo lo habría visto caminando por la calle con una Doncella Santa abrazándolo cara a cara.

Eventualmente llegaron a la tienda, manteniendo su posición. “Ooh el el… Señor Kuna— ¡argh!”

Al ver a Kunai, un súper mega VIP, Bingo se pavoneó para darle la bienvenida, sus caderas balanceándose. Cuando se dio cuenta de que la Doncella Sagrada era quien lo abrazaba, no pudo evitar soltar un fuerte gruñido. Bingo era más femenino, una princesa completa de corazón. Dejar salir ese ruido delante de los clientes fue nada menos que humillante.

“Mucho tiempo sin verte.”

“¡P-Por favor discúlpame…! ¡Todos, a mi señal!”

“¡Bienvenido a Fashion Police!” Bingo y sus empleados dijeron, al unísono. “M-Muy bien…”

El Señor Demonio no pudo evitar arrastrarse hacia atrás, pero Luna no vio nada malo en esta imagen. Le gustaba ser adorada y tenía un estatus que exigía adoración.

“¿De compras con la señorita Doncella Santa hoy? ¡Nunca antes había visto una pareja tan hermosa!”

Cuando Bingo sacudió sus caderas y se mordió el pañuelo, los ojos de Luna se iluminaron. Vale la pena señalar que todavía estaba sosteniendo el cuello del Señor Demonio como un koala.

“¡Eso es correcto, lo recuerdo! ¡Me lo dijiste antes de ir de compras juntos a la Ciudad Santa! ”

“No. Tú dijiste eso.”

“¡Oh hombre! ¡En momentos como estos, el hombre simplemente hace que la mujer se vea bonita!”

“¿Oh…? Interesante.”

El Señor Demonio esbozó una sonrisa. Pensó en hacer que Luna se probara cada atuendo erótico de la tienda, pero de alguna manera se contuvo al recordar por qué estaba allí. Este hombre era extravagante en todo tipo de situaciones, pero no era tan inmaduro como para olvidar su objetivo.

“Buenas noticias, Luna. Hoy no sucederá, pero presentaré tu desfile de modas. Un largo, largo desfile de modas.”

“¿Eh…?”

“Estoy emocionado ahora. Cuando llegue ese momento, seré el hombre y te proporcionaré todo tipo de atuendos. Recuerdo algunos como Sumo Wrap y Naked Apron”.

“¿Q-Qué son esos nombres terroríficos?”

“¡Jajaja!”

“¡Q-Qué es tan gracioso! ¡No voy a usar ninguno de esos!”

“¡Jajaja!”

“¡Para de reír!”

Mientras escuchaba su conversación, Bingo no pudo controlar sus sudores fríos. Había oído que la más joven de las Doncellas Santas tenía un temperamento terrible, y que podría ser desastroso si ella se molestaba. Pero ahora, ella solo parecía una chica normal de su edad. Bingo estaba perdiendo de vista cómo tratarla y tratarla como una mecenas.

“Nos hemos desviado. Bingo, ¿quieres montar una tienda en el pueblo de Rabbi?” el Señor Demonio preguntó sin rodeos.

Parte de eso era que no esperaba que Bingo lo rechazara, considerando su historia. De hecho, Bingo le había hecho dinero fácil hasta ahora.

“Dos de ellos, en realidad”.

“¿D-Dos tiendas…?”

Sin siquiera esperar a que Bingo respondiera, el Señor Demonio continuó con descarada indiferencia.

“Uno será un minorista de alta gama para nobles. Las mujeres que han ganado su confianza en las aguas termales sin duda buscarán un atuendo un paso por encima de lo que tienen. Sus aspiraciones finales serán llevar esos uniformes de Bunnie”.

“¿E-Ese uniforme será su aspiración…?”

Bingo no podía imaginarlo. Había innumerables mujeres en el mundo, y le habría resultado difícil encontrar a alguien que pudiera llevar ese atuendo revelador. Tendría que tener un cuerpo  perfectamente en forma con proporciones inmaculadas. Teniendo en cuenta la cantidad de piel que reveló el atuendo, su piel también tendría que estar muy rejuvenecida y apretada.

“La otra será una tienda con ropa y ropa interior de trabajadores a precios razonables. No hay impuestos en esta tienda ya que la construiremos en los barrios de los plebeyos”.

“S-Sin impuestos, ¿dices…?”

“Sin alquiler, tampoco. Cualquier beneficio que haga va a su beneficio. Principalmente quiero que hagas ropa para trabajadores y artistas”.

El Señor Demonio le dio el resumen rápido, incluidas las mismas condiciones que le dio a McBonald. La mayor parte se dio sin tiempo para que Bingo los aceptara, pero el comerciante no estaba perdiendo nada de este acuerdo. De hecho, había escuchado mucho acerca de la misteriosa instalación llamada Hot Springs Resort por parte de sus empleados que habían visitado el pueblo.

“¡Por favor, por favor, permítanos…! ¡Haré tiendas de las que estarás orgulloso!”

“Fantástico. Escucharás los detalles de Tahara, uno de mis asesores”.

Con un fuerte golpe, el Señor Demonio arrojó cinco medallones de oro sobre la mesa. El abrumador brillo del oro atrapó la atención de Bingo y sus empleados. Finalmente, parecía que todos sus ojos se habían convertido en medallones de oro.

“Aquí está la primera ronda de materiales. No escatime en la ropa que vende a los nobles”.

“¡Absolutamente! Lo juro, me aseguraré de que cumplan con sus estándares, señor, ¡oh sí, señor!”

“Maravilloso… Ahora, en el doble”.

“¡Todos, esto es guerra! ¡Corran, señoras, corran!”

Con una conclusión familiar, la tienda estalló en el caos y los empleados salieron corriendo. No se podía evitar cuando el Señor Demonio siempre les arrojaba oro cada vez que venía.

Naturalmente, el oro viajó mucho más allá del Bingo y su tienda. El dinero goteó a las tiendas de materiales, los productores de seda, los fabricantes de agujas, las tiendas de accesorios y muchos más.

El dinero muerto y la economía congelada de este país estaban siendo forzados a la agitación por este hombre. La rueda era lo suficientemente grande como para atravesar cualquier guijarro en su curso y derribar a cualquier enemigo que se interpusiera en su camino. Con eso, el Señor Demonio no se ralentizaría… No podía evitarlo. Él era el Señor Demonio.

“Luna, ahora nos dirigiremos a la Ciudad Santa…  ¿Todavía te estás aferrando a mí?”

“Q-Qué quieres decir… ¿No estás feliz de que una hermosa chica como yo se aferre?”

“Jajaja.”

“¡Nada de eso fue gracioso! ¡Estás feliz! ¡Di que eres feliz!”

Riendo a lo largo, el Señor Demonio voló a la Ciudad Santa usando Quick Travel, revelando un milagro tras otro. Si White lo viera, habría sufrido un dolor de cabeza masivo… por dos razones distintas.