Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 3

Interludio 1: Un Paria Del Oeste II

Parte 19

El Señor Demonio Va a Explorar I

Después de salir del complejo de aguas termales, el Señor Demonio entró en Stealth Stance y caminó por el pueblo, mirando aquí y allá. Si se mostraba, interrumpiría el trabajo de las personas donde quiera que fuera. Cuando llegó a las habitaciones de los Bunnies, se escuchó la alegre voz de Luna. Parecía que estaba ladrando órdenes desde lo alto de una pila de cajas de madera.

(El sirviente de la Santa Doncella, ¿eh…?)

Recordando lo que Tahara le había dicho, lo contempló por un momento, pero pronto salió de él. Tenía que esperar más información sobre ese asunto, y había muchas otras cosas que resolver ahora. Olvidando toda la situación, Luna siguió gritando con grandeza.

“¡¿Me escuchas?! ¡Lo quiero grueso y largo!”

“Nunca te detienes con las insinuaciones, ¿verdad?”

“¡Ahhhh! ¡Deja de aparecer de la nada, Señor Pervertido! Te hiciste invisible para mirarme todo este tiempo, ¿no? ¡¿No lo hiciste?! ”

“¿Adónde vas con eso? Aquí. Vamos a dar un paseo”.

Mientras ignoraba a medias las acusaciones alegremente lanzadas de Luna, el Señor Demonio agarró su pequeña figura y la sacó de las cajas de madera.

“H-Hey… ¡No me toques allí!”

“No vas a usar un blazer, sino un atuendo formal”.

“¿F-Formal…? ¿A dónde vamos?”

“Pensé que te pediría prestado un buen crédito”.

“Oh enserio. Finalmente te das cuenta de lo increíble que soy, ¿verdad? Entonces suplícame. ‘Oh, por favor, Lady Luna, simplemente no puedo prescindir de tu…’ ¡ay!”

Dos bofetadas resonaron en el cielo despejado. La palma del Señor Demonio había golpeado la parte trasera de Luna en un latido rápido. Una técnica maravillosa, sonando dos golpes con un solo movimiento.

“No tenemos mucho tiempo. Vámonos.”

“¡No me lleves a un lado! ¡Llévame como una princesa!”

“Sigue soñando.”

Después de llevar a Luna, el Señor Demonio voló a la ciudad de Yahooo a través de Quick Travel. Tenía la intención de terminar todo lo que él y Tahara habían hablado al final del día. La distancia no significaba nada para él, y su Resistencia sin fondo negaba todo el concepto de agotamiento.

“Estamos… en Yahooo. ¿Qué estamos haciendo aquí?” Preguntó Luna, todavía aferrada al Señor Demonio y mirándolo. Sus manos, que habían sido envueltas  alrededor de su cintura para el Quick Travel, todavía estaban allí. Con ella vestida formalmente como una Doncella Santa, estaba atrayendo todas las miradas de la ciudad.

“En resumen, estamos reclutando”.

“¿Que se supone que significa eso?”

“Quiero buenos establecimientos en el pueblo de Rabbi. Solo tienes que sonreír a mi lado. Podrías echarlo a perder si abres la boca.”

“¿Q-Quién crees que soy…? ¡Soy una Doncella Santa, lo sabes!”

“Por supuesto, eres la Hole-y Maiden. Nunca he dudado de ese hecho.”

“¿R-Realmente…?”

“Si. Deberías estar orgullosa.”

A pesar del ligero malentendido en su conversación, la pareja parecía estar divirtiéndose. Gracias a su primer encuentro lleno de acontecimientos, siempre habían sido capaces de ser ellos mismos. El Señor Demonio comenzó a caminar hacia la tienda de McBonald, pero Luna todavía estaba unida a él.

“Puedes soltarte ahora. Vámonos.”

“…Mano.”

“¿Hm?”

“… Tienes que tomar mi mano para que puedas escoltarme”, dijo Luna, mirando hacia otro lado.

Imaginando al Señor Demonio, vestido de negro, y la Doncella Santa caminando por la calle tomados de la mano, se sintió un poco mareado.

“Bien. Si insistes, te escoltaré correctamente”.

“¿Huh?”

Agarrando el pequeño cuerpo de Luna, comenzó a caminar, llevándola como una princesa en sus brazos.

Parte de eso fue su consentimiento, pero también vio un potencial para las relaciones públicas. Una vez que se decidiera, este hombre podría abordar cosas que la mayoría dudaría en intentar. Para bien o para mal, por supuesto.

“¡E-Espera! ¡No dije que tenías que ir tan lejos!”

“Entonces te voy a bajar”.

“¡N-No! ¡T-Trátame… como una princesa! “Eres una Doncella Santa, no una princesa”.

“¡Soy una Doncella Santa y una princesa! ¡Y Exitosa!”

“… Eres una idiota, de principio a fin”.

Mientras iban y venían así, llegaron a la tienda de McBonald. La tienda se había expandido desde la última vez que el Señor Demonio estuvo aquí, mostrando su negocio en auge. De hecho, desde que McBonald se había encontrado con el Señor Demonio, sus finanzas habían crecido sustancialmente.

“Primero, establecemos negocios con el comerciante aquí”.

“Huh. No esperaba que conocieras a un comerciante de arte”.

Mientras tanto, McBonald vio la silueta en la puerta e inmediatamente supo que era su buen amigo del otro lado del mar. El Señor Demonio era bastante alto para los estándares de este mundo. Combinado con el aire sobre él, la gente no pudo evitar mirar su presencia. Pero, esta vez, fue aún peor que nunca.

“Vaya, vaya, señor Kuna, ¡¿aaggghhy?!”

Al ver a la niña en los brazos del Señor Demonio, McBonald chilló de asombro. Había adivinado que su amigo y la Doncella Santa estaban bastante cerca, pero ahora había aparecido en su puerta con ella en sus brazos. McBonald se puso de pie y se inclinó lo más que pudo.

“A gusto. ¡Solo soy una princesa hoy! ”

McBonald no pudo procesar lo que Luna quiso decir con eso, pero rápidamente ordenó a un empleado que preparara su mejor té en su mejor juego de té. El Señor Demonio se sentó tranquilamente en el sofá y colocó a Luna a su lado.

“¿Qué? ¿Ya me estás humillando? ”

“Por supuesto. ¿Quién en su sano juicio hablaría de negocios con una mujer en sus brazos?”

El Señor Demonio sacó un pergamino de su bolsillo y sacó una obra de arte tras otra, colocándolos en el piso y la mesa. Fue una vista increíble, pero McBonald no se sorprendió. Estaba preparado para no sorprenderse sin importar lo que hiciera su amigo, en este momento. Todavía…

“E-Esto… ¡es el famoso jarrón de Adén!”

McBonald tenía sus límites. De alguna manera aceptó el método de almacenamiento que nunca había visto antes. Algún tipo de magia extranjera o nuevo objeto mágico, pensó. Pero, cuando se trataba de arte, cuando se trataba de su sustento, no podía ocultar sus emociones.

“Esto me lo dio la señora. No tengo un lugar para ello, y pensé que lo utilizarías mejor”.

“¿Señora…? ¿La hermana menor, la famosa coleccionista?”

McBonald se aferró a esa palabra. “La señora” solo puede significar una de dos personas en este país. El más joven de los cuales fue un famoso coleccionista de arte, que también ganó la caja de música mencionada anteriormente en una subasta.

“No, su hermana”.

“Ya veo…”

McBonald suspiró aliviado. Estaba seguro de que Madame Buttersauce nunca habría soltado el Florero de Adén, de todas las cosas. Por otro lado, su hermana mayor estaba menos interesada en el arte y podía regalarlo plausiblemente.

“En cualquier caso, todas estas son obras maestras… el Retrato de la baronesa Doryl, la Cuchara de oro de Herun y este hermoso collar de jade”.

“Espero recibir muchos más como estos en el futuro”.

“¿D-De la Madame…?” McBonald preguntó, temblando.

La Doncella Santa delante de él y la Madame. Estas cifras garantizaban que ninguno de estos eran falsos, y podía ver eso con sus propios ojos después de numerosas inspecciones. Solo las piezas de arte frente a él ahora valían veinte medallones de oro. El Señor Demonio de repente encendió su cigarrillo y respondió con confianza.

“De todos los rincones del continente”.

McBonald quedó estupefacto por la atrevida declaración. Ya era sorprendente que la señora le hubiera dado piezas de arte,  y ahora afirmaba que tendría en sus manos varias piezas de todo el continente. Luna mostró una expresión de sorpresa al lado del Señor Demonio, pero pronto, algo pareció hacer clic en su mente.

“Las aguas termales, ¿verdad? ¿Cuánto dinero va a ganar?”

“No se trata de dinero. Todo el continente será reconstruido, con esa aldea en su epicentro”.

“Entonces, como soy la dama de la aldea, ¡seré la princesa más importante del mundo!”

“Hm… Parece que lo harás”.

“¡Yay!”

Aferrada al brazo del Señor Demonio, Luna tenía una sonrisa inocente. Al escuchar esta conversación, el estómago de McBonald se revolvió. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué estaba por suceder? Todo lo que podía decir era que algo inimaginable se estaba formando debajo de la superficie. Su intuición como hombre de negocios le gritaba que no perdiera esta oportunidad.

“Señor Kunai, señorita Doncella Santa. Parece que, um, estás orquestando algo enorme”.

“Solo estoy jugando en el arenero”, sonrió el Señor Demonio, el humo saliendo de su sonrisa. En cierto sentido, esto realmente fue como un juego de sandbox para este hombre. Sin embargo, no era el tipo de juego que le permitía construir o desechar cosas con solo presionar un botón. Toda la planificación y los detalles fueron manejados por Tahara, y el Señor Demonio solo tuvo que dar luz verde.

“Ahora, terminemos nuestro negocio. Estas piezas serán tuyas por diez medallones de oro.”

“¿D-Diez…? E-Eso no es suficiente”.

“Con las ganancias que obtienes, quiero que comiences una sucursal en el pueblo de Rabbi”.

“Oh, lo estás reclutando”.

McBonald estaba muy sorprendido por lo que el Señor Demonio estaba diciendo, pero lo más sorprendente de todo fue que la Doncella Santa aún se aferraba al brazo del Señor Demonio. Luna era temida como una mujer egocéntrica y de mal genio, pero ahora parecía una chica común.

“Con gusto compraré estas piezas. Pero, cuando se trata de una nueva sucursal… Bueno… si pudiera preguntarte sobre el contrato… ”

“Por supuesto. No es necesario que pague el alquiler del terreno. Solo quisiéramos que pague el 10% de sus ventas mensuales a la aldea como un impuesto”.

“¿S-Solo 10%…?”

“Oh, ¿te sentirías más fácil con un impuesto más alto?”

“¡N-No no no no, señor! ¡Me siento completamente a gusto con el 10%!

¡Me encantaría pagar el 10%!” McBonald gritó.

No era que el Señor Demonio se burlara de él, ni tenía ningún cálculo para la tasa del 10%. Simplemente reutilizó todo el sistema de impuestos para aventureros que había aprendido mientras se arrastraba por las mazmorras. Naturalmente, se gravaba a las personas de manera diferente según el gobernante de la tierra o la ciudad.

Los impuestos de rastreo de mazmorras podrían tener una diferencia astronómica en sus tasas dependiendo del lugar, pero el Señor de los Demonios solo estaba al tanto de la tasa de impuestos para la Bastille Dungeon. Yahooo, por cierto, como ciudad comercial, tenía una tasa impositiva extremadamente alta.

(Puedo ganar tanto dinero como quiera en cualquier otro lugar… Primero, necesito reunir buenas tiendas para ganar vitalidad y confianza).

Del mismo modo que las cadenas de comida rápida en todas partes pueblan las estaciones de tren en Japón, lo que lleva a tiendas, complejos de apartamentos, luego supermercados… el Señor Demonio esperaba una reacción en cadena como esa. Si hace clic, esta reacción podría continuar sin cesar.

“Entonces tenemos un trato. Tahara, uno de mis asesores, confirmará los detalles contigo.”

“¡S-Sí, señor! ¡Espero realizar más negocios con usted!”

“Oh, tenía un regalo especial para ti”.

“¿Un presente…?”

“Lo hice sobre la marcha, pero podría costar un precio interesante”.

El Señor Demonio le entregó lo que parecía una tarjeta de presentación. Lo había hecho con una simple impresora de tarjetas de nombre en el complejo termal. Leyó “Una noche de estancia en el Resort de Aguas Termales” en el. Sin entender lo que era, McBonald lo tomó y agradeció al Señor Demonio.

No esperaba que esta pequeña tarjeta causara una gran conmoción en el futuro. Este pedazo de papel luego se pondría a subasta, donde la otra mariposa, Buttersauce Butterfly, lo ganaría.