Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 3

Interludio 1: Un Paria Del Oeste II

Parte 14

La Bastille Dungeon Nivel 12 ~ 15

“Entonces esta es la prisión de la que estaban hablando”.

El Señor Demonio se enfrentaba a un espacio similar a una celda de prisión con barras de metal. Dicho esto, las barras de metal estaban oxidadas y deterioradas aquí y allá, por lo que el espacio ya no podía cumplir su propósito. Incluso solo una rápida mirada le dijo el Señor Demonio que la celda fue creada hace mucho tiempo.

“Simplemente cavaron en la pared e instalaron barras de metal… bastante arcaico”.

Curiosamente inspeccionó todo el espacio golpeando los barrotes y pasando la mano por la pared, pero no parecía haber nada notable. El Señor Demonio casi esperaba el esqueleto humano estereotípico, pero la celda estaba muy limpia, para su decepción.

(Es como si alguien lo limpia regularmente. Ahora que lo pienso, toda la mazmorra está demasiado limpia).

A pesar del tráfico pesado, no había un solo pedazo de basura alrededor.

Este no era un destino turístico, sino un campo de batalla de vida o muerte: no le habría resultado extraño ver cuchillas astilladas, marcas de sangre o incluso una parte del cuerpo.

El Señor Demonio no pudo evitar pensar que alguien estaba manejando la mazmorra. Al igual que un complejo de apartamentos de alta gama, alguien tenía que hacer un mantenimiento para mantenerlo ordenado.

(Si es así… ¿Quién está haciendo el trabajo? Es como si hubiera una banda de conserjes súper poderosos…) el Señor Demonio contempló mientras daba una patada giratoria al monstruo que cargaba hacia él. El monstruo se estrelló contra las barras de metal detrás de él para terminar pulcramente en la celda. Por lo que podía ver, las barras eran de metal ordinario, no tenían nada de especial.

“Esta era una prisión en el pasado. No hay duda de eso. Y todavía hay alguien que mantiene el lugar”.

En este punto, el Señor Demonio esbozó una sonrisa alegre.

Su curiosidad definitivamente se despertó. Yukikaze le había dicho que la mazmorra bajó 20 niveles, pero que no había nada especial allí. Solo un callejón sin salida, y nadie de este mundo lo cuestionó.

Esta era solo otra oficina para los aventureros, después de todo. No en algún lugar donde buscarían satisfacer su curiosidad. Era un lugar más subterráneo que decidía si podían o no poner comida en la mesa. Nadie más aquí tenía el lujo de buscar mazmorras como pasatiempo.

“Ahora tengo que saber más sobre el encargado”.

El Señor Demonio bajó las escaleras más abajo. Casi no había aventureros que bajaran tan lejos, preservando el silencio a su alrededor. A medida que el Señor Demonio avanzaba al nivel 15 demoliendo monstruos todo el tiempo, su aguda mirada vio algo débilmente iluminado. Una pequeña caja de madera. Dentro había algo que el Señor Demonio había visto antes, pero era demasiado extraño para estar en este mundo.

“Me estás tomando el pelo… ¿Es esto un arma…?”

El Señor Demonio miró como si quisiera hacer un agujero en el objeto con forma de pistola en la caja. Luego lo tocó con el dedo. Actuaba como una adolescente asustada de algo que nunca había visto antes. Se habría sonrojado de vergüenza si alguien lo hubiera visto.

“Será mejor que Tahara eche un vistazo a esto…”

Cuando se trataba de armas, Tahara no podía equivocarse. Con eso en mente, el Señor Demonio guardó el arma (todavía en la caja) en su Carpeta de Objetos. Tahara ya estaba manejando todo en la aldea, pero era el mejor hombre para el trabajo. El Señor Demonio, por otro lado, estaba en su mejor momento en gobernar, combatir e intrigar.

“Supongo que volveré a la posada por ahora”.

Utilizando Quick Travel, regresó a su habitación en la posada barata.

Si bien Quick Travel ya estaba roto por su costo de 30SP para cualquier salto, independientemente de la distancia, era ridículo que él también pudiera usarlo para escapar de una mazmorra. Si bien la habilidad no se podía usar en medio del combate, era más un milagro que un hechizo mágico cuando se trataba de cuánto ahorro de tiempo era.

Cuando el Señor Demonio regresó a su habitación y colgó su gabardina negra, notó un extraño bulto en su cama. Retiró el edredón para encontrar a Yukikaze profundamente dormida en su lindo pijama. Por unos momentos, los pensamientos (y el cuerpo) del Señor Demonio se congelaron.

“¿Por qué estás en mi habitación?”

Yukikaze no respondió. Ella estaba profundamente dormida. “Espera, ¿cómo entraste en primer lugar?”

“… ¿Vengase dentro? Señor Fox, ¿quiere… hrm? “Chupa esto”.

Lanzó un dulce en la boca de Yukikaze cuando ella se despertó, reaccionando a una palabra clave en particular. Era una forma de arte en este punto. Rodando los dulces en su boca, Yukikaze suspiró suavemente.

“… Soborné al posadero para que abriera la puerta con la llave maestra”.

Sin embargo, su confesión fue menos gentil de lo que el Señor Demonio había esperado. Se cubrió la cabeza con las manos, tratando de bajar la invasora migraña. Primero los asaltantes en el calabozo, y ahora este pequeño intruso.

“¿No hay orden en este mundo…?”

El Señor Demonio se quejó, pero no estaba en ningún lugar para hablar. Teniendo en cuenta en qué lío metió a Holylight, invadir su cama fue un delito menor en el peor de los casos.

“… Señor Fox. Ese juego pirata, fue un juguete muy divertido”.

“Es bueno escucharlo. Es un favorito de la fiesta tradicional”.

Por supuesto, ese era otro elemento inútil con 1 ataque, pero cumplió su propósito de entretenimiento muy bien. Según Yukikaze, los aventureros estaban teniendo un gran cambio en el bolsillo de las apuestas. Hubo juegos acalorados en el vestíbulo mientras hablaban.

“Hm. Bien podría intentarlo. Ha pasado un tiempo.”

“… Señor Fox, si va a intentar algo, ¿hrm?”

“Chupa esto”.

“… Duele mucho, pero sabe muy bien”.

Después de otra ronda de su rutina, el Señor Demonio bajó al vestíbulo. Podía escuchar voces emocionadas desde abajo, ya que un gran número de participantes parecía estar jugando con el juego. Era un juego clásico de mesa por una razón.

“¡Bien! ¡Yo gano! Ahora son tres monedas de bronce cada una. ¡Paga!”

“¡Maldita sea! ¡Esta chica roja es demasiado buena! ”

“¡Este estúpido cara de barba!”

“¡Un pequeño jab y él sale disparado…!”

Mientras los aventureros maldecían en voz alta, Mikan recogió alegremente las monedas de bronce arrojadas sobre la mesa. Si bien esta cantidad de dinero era solo un cambio de bolsillo para ella, Mikan estaba radiante como el sol. Como cualquier buen aventurero, parecía disfrutar el juego además de ganar. Estaba jugando con su vida todos los días, después de todo.

“Parece que nos hicimos una fiesta”.

Con una sonrisa intrépida, el Señor Demonio se acercó a la mesa que albergaba el juego en el centro del salón. Los aventureros naturalmente le separaron el camino. Mikan solo esperaba al Señor Demonio con los brazos cruzados. Sus senos bien formados, cintura delgada, piernas largas y ojos afilados le daban una belleza como la de una pantera salvaje.

“Oh, ¿estás listo para darme más dinero?”

“Me gusta jugar a la casa, principalmente. No prefiero los juegos de azar”.

“¿Ya excusas? ¿Qué tienes miedo?”

“Ese es un intento barato de insultar…”

Con eso, el Señor Demonio agarró al pirata y lo colocó nuevamente en el barril. Luego agarró una de las pequeñas espadas, con nostalgia en los ojos, y la metió en un agujero en el cañón.

Al ver esto, Mikan mostró una sonrisa agresiva. Después de haber jugado todo el día, parecía segura de que iba a ganar. Cogió otra espada y se movió para apuñalarla en el cañón, pero luego el Señor Demonio habló:

“Si me estás desafiando, necesito una apuesta”.

“¿Cuánto cuesta? Oh, aquí está el cambio de ayer primero”.

Mikan arrojó una bolsa de cuero. Ella no terminó usando el medallón de oro. Solo había usado dos monedas de plata, dejando alrededor de $ 20,000 en monedas en la bolsa. El Señor Demonio lo tomó y dejó que el contenido cayera sobre la mesa.

“¡E-Esas son monedas de oro!”

“Mira toda esa plata… ¡Son tan brillantes!”

Los aventureros en el vestíbulo eran novatos alojados en esta posada barata. La plata y el oro en la mesa brillaban demasiado para ellos. Incluso Mikan, un aventurero de rango B con un récord de hacer 880 monedas de oro en un mes, no pudo evitar tragarse el aliento ante esta pequeña fortuna.

“¿Qué crees que estás haciendo…?”

“Si me superas, todo esto es tuyo. Pero si pierdes…”

“¿Si pierdo…?”

Todos los ojos se volvieron hacia el Señor Demonio. Ninguno de ellos iba a perder una sola palabra que dijo o un solo movimiento que hizo. Después de una pausa generosa, declaró ceremoniosamente:

“Veamos. Puedes ser mi mascota obediente por un día.”

“¡¿Qué…?!”

“¿Preferirías un gato o un perro? Un conejo también estaría bien. Por supuesto, tendrás que terminar cada oración con ‘miau’, ‘ruff’ o ‘hippity hoppity’ “.

“¡Preferiría morir!” Mikan gritó con una cara de color rojo remolacha y clavó una espada en el cañón. Sin dudarlo, el Señor Demonio hizo lo mismo. Después  de  algunos  cambios,  Mikan  comenzó  a  pasar  más  tiempo pensando antes de cada movimiento. Por otro lado, el Señor Demonio todavía no dudó, como si su mirada lo atravesara todo.

“¿Qué pasa? ¿Helada de miedo, pequeña mandarina?”

“¡Cállate!”

A medida que Mikan se irritaba más, los aventureros a su alrededor jadeaban o se callaban cada vez que una espada se clavaba en el cañón. En la mesa ante ellos había una pila de monedas que equivalía a más dinero del que ninguno de ellos había soñado ganar alguna vez.

“… ¡Aquí!”

Cuando Mikan golpeó el cañón con determinación en forma de navaja, el pirata se elevó en el aire. Los vítores y los gritos se detuvieron abruptamente cuando la tristeza llenó la expresión de Mikan. A medida que más voces y vítores llenaban el vestíbulo, el Señor Demonio sonrió con elegancia.

“En la guerra, la mayoría de las veces, el vencedor ya está decidido antes de que comience la primera batalla”.

Con esta línea grandiosa, Mikan no pudo evitar colapsar sobre la mesa. De hecho, el destino de esta batalla ya estaba establecido antes de que comenzara: el agujero que abrió el pirata fue determinado por cómo el pirata fue retorcido en el barril. Mikan y los otros aventureros nunca habían notado este mecanismo, ya que no estaban prestando atención mientras reiniciaban el juego.

“Esta noche es una fiesta. Tomaré una para que el equipo siga funcionando”.

El Señor Demonio metió las monedas de la mesa en la bolsa de cuero y se las arrojó al posadero.

“Ve a comprar algo de alcohol, comida, frutas, lo que se te ocurra. Asegúrate de usarlo todo”.

“Utilizar… T-Todo esto, ¿señor?”

“Hasta la última moneda. Además, no permita que nadie vuelva a entrar en mi habitación”.

“¡S-Sí, señor…!”

Sacudiéndose como un saltamontes, el posadero saltó a la calle y los vítores estallaron en el vestíbulo de esta posada barata una vez más. Para los novatos, que siempre se las arreglaron con los productos retorcidos de los puestos de comida en la calle, este fue un tratamiento VIP.

Quizás el Señor Demonio trató de copiar al paladín en un intento por obtener una reputación positiva. O tal vez acababa de disfrutar una ronda del nostálgico juego de fiesta.

Mientras observaba a los aventureros en jubileo, recordó una frase que había escupido antes y que no significaba nada para él en ese momento.

(Yendo por un camino separado como el Imperio, ¿eh…?)

Solo lo había dicho como una justificación desesperada para sus asesores. Pero ahora que sabía quién estaba detrás de su anillo, tenía un significado diferente para él. Kunai estaba tratando de lograr algo a través de ese anillo en su dedo.

(Tal vez regrese al pueblo solo una vez).

Todavía había una montaña de cosas para hacer y pensar, como el objeto con forma de pistola que obtuvo, qué hacer con Dona Dona o Xenobia, o incluso el progreso de la construcción en el pueblo.

El Señor Demonio casi comenzó una comunicación con Tahara, pero reconsideró a quién llamar. El rostro de una niña en particular le vino a la mente.

¿Aku donde estas ahora?

¡Maestro Señor Demonio! ¡Estaba ayudando con el trabajo de campo! Muy bien. Volveré a la aldea en breve.

¡¿De Verdad?! ¡Estaré allí para darte la bienvenida!

Después de cerrar la Comunicación, el Señor Demonio se volvió hacia Mikan, todavía enfurruñada en la mesa.

“Mikan, me voy por un momento. Regresaré por la mañana. Deberías comenzar a practicar tu meneo de cola ahora.”

“¡Entonces quédate fuera!”

Por primera vez en mucho tiempo, el Señor Demonio volvería a la aldea.