Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 3

Interludio 1: Un Paria Del Oeste II

Parte 1

Con los parias a cuestas, el desfile del Tzardom de la Luz continuó por la carretera. A pesar de su incidente en el Nuevo Reino de Xenobia, tuvieron algo de ánimo en su paso.

Después de abandonar Xenobia, recorrieron la tierra de Myrk, que estaba controlada por nómadas intrépidos, y atravesaron otra pequeña nación antes de recuperar su fuerza en la República de Edogawa. Su conducta fue impropia de los seguidores de la Luz, ya que habían causado un alboroto en todas partes, desde bares de alta gama hasta burdeles, y azotaban ceremoniosamente a sus prisioneros para demostrar la crueldad de los Tzardom.

“Estamos casi en Euritheis, Obispo”.

“Hm. Nuestra peregrinación se acerca a su fin”.

“Estoy sin palabras”.

“La Luz estará encantada”.

Si bien todo lo que habían hecho era torturar a sus prisioneros, probar el vino local y las delicias, y dormir con prostitutas en el camino, de alguna manera se habían convencido de que su misión tenía un propósito mayor.

“Obispo… ¿Estamos a salvo en este país?”

“Realmente no sabes nada sobre la política por aquí, ¿verdad?”

“Me da vergüenza decirlo, Obispo… me disculpo”.

“No hay necesidad.”

El Obispo asintió con alegría, traicionando su despectiva elección de palabras. A sus  ojos, los líderes  militares  eran una especie humilde dependiente de la violencia. Este comandante parecía algo redimible, dado su sentido de la vergüenza de su propia ignorancia.

“La monarquía cayó rápidamente aquí. Entonces, un luchador del coliseo se levantó y finalmente tomó el control del ejército nacional”.

“¡Increíble…!”

En el norte devastado por la guerra, siempre hubo naciones que saltaron a la vida, dejaron de existir, fueron tragadas o volteadas en golpes de estado. A veces, un hombre se despertaba como rey un día solo para terminar clavado en una cruz antes del anochecer. Este país, Euriteis, también parecía haber sufrido ese tipo de destino turbulento.

“Su nombre es Jack. Ahora ha comenzado algunos negocios y lo hace muy bien por sí mismo”.

“Ya-ya veo…”

“¿Algo pasa?”

“N-No, Obispo… es solo que…”

En contraste con su actitud en Xenobia, el tono del obispo no fue crítico. De hecho, parecía encontrarlo divertido. Este Jack, de hecho, parecía el tipo de hombre que el obispo normalmente habría insultado como un mono humilde.

“No temas. A diferencia de la chica de Xenobia, Jack entiende cómo funciona el mundo”.

“Ya-ya veo…”

El comandante solo pudo asentir con incertidumbre al Obispo, pero pronto entendió lo que quería decir. A medida que el desfile se acercaba a la capital, muchos ciudadanos salieron a las calles para darles la bienvenida. Esta fue una gran diferencia de las naciones por las que habían pasado.

La ceremonia de bienvenida culminó cuando entraron al castillo en la capital. Soldados con armaduras lujosas se alinearon en formación, mientras una banda vestida con trajes llamativos tocaba alegremente sus instrumentos. Mientras el comandante observaba en estado de shock, una mujer deslumbrante tras otra se acercó al desfile para saludar a cada hombre.

“¿O-Obispo…? ¿Qué es…? ”

“Como te dije, Jack entiende la forma del mundo. Reconoció el reinado de nuestro Tzardom.”

Si bien el comandante parecía nervioso por este grado de bienvenida que nunca había experimentado antes, no pudo evitar sonreír ante la ola de mujeres hermosas que trotaban hacia ellos.

“Sir Gran Caballero, ¿no me visitará en mi posada esta noche? ¡Me encantaría tenerte aquí!”

“¡Déjeme tocar su espada, señor…!”

“E-Esperen un minuto… no soy un caballero…”

Muchas de las mujeres llegaron a entregarle un pedazo de papel con su dirección. Incluso cuando el comandante luchaba por reaccionar, su expresión se volvía más eufórica con cada interacción.

“E-Esto es problemático… Las mujeres aquí piensan que soy un Gran Caballero…”

Al ver la mirada del obispo, el comandante rápidamente se aclaró la garganta y enderezó la espalda, pero no recibió ningún regaño.

“No hay daño en eso. Nuestro viaje está llegando a su fin. Una vez que regresemos a nuestra patria, cada uno estaremos un paso más cerca de la Luz todopoderosa. Nada que temer.”

“¿E-Es cierto, Obispo…?”

Las palabras del obispo implicaron una próxima promoción. El obispo debe haber evaluado a este comandante como un peón que podría manejar fácilmente.

“¿Qué pasa, obispo? He estado ansioso por que llegues aquí… ”

Finalmente, un hombre temible apareció con numerosos asesores a cuestas. Al ver al Obispo desmontar su caballo, todos los demás lo siguieron apresuradamente.

“Ha pasado demasiado tiempo, Jack”.

“…Tu lo dijiste. Te ves mucho más criminal que la última vez. Encajarías perfectamente con mis oficiales principales, aquí”.

“En tus sueños, Jack”.

Los dos compartieron una risa familiar y se dieron palmaditas en los hombros cuando entraron por la puerta del castillo. Uno podría echar un vistazo en esta interacción de cuán cercanos estaban los lazos de Jack con el Tzardom de la Luz.

Mientras la banda continuaba la fanfarria, un hombre parado en la puerta del castillo murmuró para sí mismo:

“Je… ¿Esa es el grupo de la Luz…? ¿A dónde iremos a parar?”

Con una armadura gastada, parecía ser un hombre ordinario de unos 30 años, a excepción de su brillo excepcionalmente agudo. Quizás por falta de fondos, tenía un pedazo de hoja en la boca en lugar de un cigarro, moviéndolo hacia arriba y hacia abajo.

“Son del Tzardom del que hemos oído mucho, Eyze. ¡Parece que están cargados!”

“Je, apuesto a que lo son. La Luz es un dios bastante experto en negocios, parece”.

Eyze se rio con sarcasmo. Era uno de los guardias que vigilaba las puertas de Euritheis, encargado de elegir cualquier figura peligrosa entre los que pasaban. El joven a su lado era un nuevo empleado.

“Oh, pero ¿qué pasa con la multitud detrás de ellos? Se ven bastante golpeados… ”

“Esclavos a punto de ser vendidos. Eso es lo que sucede cuando pierdes una guerra”.

“Espera, ¿no adora el Tzardom a la Gran Luz…? ¡¿V-Venden gente?!”

“Venderán cualquier cosa por una moneda. La Gran Luz es la luz que se refleja en esas monedas de oro y plata”.

“¡N-No…!”

Eyze se rio a costa de la ingenua reacción del novato. Pronto, estaba seguro, su compadre verde se volvería tan cansado como él.

“A juzgar por lo alegre que es el jefe, habrá un buen trato”.

“¿Q-Cuál es el trato…?”

“La cosa. El que te lleva muy por encima de las nubes.”

“Quiere decir…”

“Supongo que lo llamarían un analgésico”.

La cara del nuevo guardia se puso verde, ya que aparentemente había escuchado lo suficiente. En el castillo, la lujosa fiesta continuó dando la bienvenida al grupo de Tzardom, pero Jack y el obispo se excusaron en cierto momento y comenzaron su reunión secreta en una sala deslumbrante.

“¿Has preparado los productos?”

“No duh. No voy a decepcionar a uno de mis mejores clientes”.

“Estamos tomando la ruta marítima esta vez”.

“Movimiento inteligente. Menos posibilidades y riesgo de ser atrapado”.

Había una gran posibilidad de que los bandidos atacaran por la noche cuando viajaban por la carretera principal. A menudo, milicias enteras se convertirían en bandidas. Dependiendo de los bienes, también podrían haber sido atacados  por algunos mercenarios. Por otro lado, la ruta marítima era relativamente segura y permitía transportar muchas más mercancías a la vez.

“Territorio Hellion, ¿eh…? Esa es la devoción si alguna vez la he visto”.

“Con la guía de la Luz, es nuestro deber enfrentar cualquier tribulación que pueda surgir en nuestro camino”.

Cuando Jack escupió algo de sarcasmo, el Obispo lo tomó como si fuera la brisa del viento.

“… Escuché que uno de tus prisioneros es una semihumana”.

“Las noticias viajan rápido”.

Con una sonrisa, el Obispo recitó la oración previa a la comida. Si bien era casi inaudible, Jack miró con curiosidad la boca del Obispo. Después de su oración, el Obispo mordió solemnemente la ternera molida. Fue una versión extravagante del plato, con migajas de pan y yema de huevos mezclados, sazonados con azúcar y especias.

Comiendo un trozo de fruta de su plato, Jack murmuró en voz baja: “¿Y si te dijera que lo quiero…?”

Después de masticar bien el bocado de carne en la boca, el Obispo hizo una mueca.

“Te gustan tus comidas elaboradas, ¿no? Esta es una que nunca había visto antes”, comentó, ignorando la pregunta. En sus platos había muchas rodajas finas de cáscara de manzana, que estaban (especialmente) untadas con mantequilla, fritas y azucaradas. “Hm. La dulzura de la mantequilla y la manzana se derrite en la boca”.

“¡Hmph! Sin prisa. Contéstame cuando estés listo”. Mientras Jack levantó una ceja ante la actitud del Obispo, no mostró ningún signo de enojo. Después de todo, esperaba una carga útil gigante para este acuerdo. Los pensamientos del obispo parecían estar en un lugar similar, ya que parecía no ser más que agradable, a diferencia de cómo actuó en Xenobia.

La compañía Tzardom compraría una gran cantidad de drogas peligrosas aquí antes de dirigirse al territorio Hellion en barco. Venderían la bandada de prisioneros en el territorio de Hellion antes de regresar a casa. Este fue un desfile siniestro en las sombras del glorioso título de la Gran Luz.

“Realizaste una oración interesante en este momento”.

“… ¿A qué te refieres?”

El Obispo vertió el alcohol de su vaso por la garganta de una manera digna. Era un amaretto, hecho de albaricoque y una variedad de otras frutas y hierbas. El fuerte alcohol enrojeció un poco las mejillas del Obispo.

“Si te escuché bien, estarías rezando a la Diosa, no a la Luz”.

“… Vamos, Jack. Tal vez has bebido demasiado”.

“Desafortunadamente, estoy sobrio”.

Mientras Jack había estado bebiendo el mismo espíritu fuerte, no estaba intoxicado en lo más mínimo. Este hombre podía manejar su bebida tan bien como su notoriedad sugería.

“No soy uno de tus inquisidores. ¿A quién le va a importar una mierda? ”

“Hmph…”

“Para decirte la verdad, prefiero la voluble Diosa del Destino a alguna Luz grandiosa”.

“Sin tacto decirlo delante de un Obispo…”

“¿Por qué no rezarle a una hermosa nena, no te parece?”

Moira, la Diosa del Destino. Ella era un personaje de los mitos, a menudo representada junto a la Gran Luz y Lucifer, el Ángel Caído. La diosa tenía muchas leyendas escandalosas, como convertir a un pobre hombre en un magnate durante la noche, cambiar el momento de la muerte de un hombre e incluso obligar a la Gran Luz a seguir un destino que ella propuso.

“¿Sabía usted, Obispo…? La Diosa es mucho más popular entre la gente de la calle”.

“La Diosa de… Moira, se dice que está más cerca del hombre, debido a su naturaleza voluble”.

Casi usando el título completo de la diosa, el Obispo corrigió apresuradamente su sintaxis. En su país, cualquier discusión sobre la diosa estaba prácticamente prohibida.

“¡Jaja!  Qué inconveniente para ti. Todo este poder no te lleva lejos,

¿verdad?”

Jack se rio en la cara del Obispo, ya que parecía que acababa de morder un limón. Había una razón para que la diosa se convirtiera en un tabú: según la mitología, la Diosa del Destino desapareció repentinamente un día. En el fatídico día en que Lucifer cayó del cielo… la Gran Luz sufrió una pérdida histórica contra el levantamiento repentino. Se dijo que este era el día que cambió el curso de la Gran Guerra.

Esa fue también la historia de cómo nació el Gobernante de la Noche. Si bien la verdad se debatía, siempre hubo quienes creyeron en secreto que la Diosa del Destino se había rebelado contra la Luz junto con Lucifer.

“Hoy en día, la gente reza a la Diosa del Destino por salud y longevidad, éxito en la batalla e incluso por buena suerte en el juego. Ella se mantiene bastante ocupada”.

Jack se echó a reír, divertido. La ley de mordazas del Tzardom no tenía terreno en otras naciones. Parecía que la diosa y sus diversos cuentos eran mucho más accesibles que la Gran Luz, que no se encontraba por ningún lado. Incluso el Obispo había perdido por mucho tiempo su fe en la Gran Luz.

Él también fue una vez un joven devoto, pero a medida que crecía, aprendió los rincones de la vida. Después de ensuciarse las manos tanto como necesitaba para salir adelante, se había ganado el título de obispo. Cada vez que cruzaba un peligroso puente en el camino, rezaba a la Diosa del Destino y se lo recompensaba por ello.

¿Quién podría haberlo culpado por sustituir su fe en la Luz por fe en el Destino? Si bien sus antecedentes eran diferentes, su experiencia fue similar a cómo Luna llegó a creer en el Ángel Sabio. Las personas se dedicaron a entidades que concedieron sus deseos.

“Jack, no te identifiqué por el tipo religioso”.

“No dije que lo fuera. La gente como tú y yo somos demasiado mundanos. Esa luz podría ser cegadora.”

Jack encendió su cigarro y sopló una espesa nube de humo. Su vida también había consistido en un camino peligroso tras otro. Seguramente, hubo momentos en que rezó a la Diosa del Destino sin decirle a otra alma.

Retomando este hecho, el obispo pronunció una frase que nunca tendría en su país de origen.

“La Diosa del Destino favorece a los de carácter fuerte”.

“Estoy de acuerdo. Los débiles nunca serán más que presas”.

Mientras estos dos compartían una bebida… Los prisioneros capturados se apiñaban en un establo sin puertas. Con basura y escombros a su alrededor, era como si estuvieran acurrucados en las calles de los barrios bajos.

“Comételo.”

“Agradezca a la Luz por su trato misericordioso”.

Había algunas migas de pan en la caja que se les presentó, pero estaba lejos de ser una comida. Más como alimento para pájaros, en todo caso. Aun así, los prisioneros hambrientos se apiñaron en la caja, metiéndose migajas en la boca. Mirándolos, los soldados del Tzardom se echaron a reír.

“¡Mira eso! ¡Y piensan que son humanos! ”

“Estos deben ser un tipo de pájaro o cerdo”.

“¡No lo derrames! ¡Será mejor que lames cada una de esas migajas en el suelo!”

“Oye, ¿a dónde fue la semihumana…?”

Los soldados miraron a su alrededor. La semihumana parecía demasiado débil para comer, acostada de espaldas y mirando a la luna. Tenía la ropa rota, revelando nuevas heridas de látigo por todo el cuerpo, y estaba sucia de pies a cabeza, pero su retrato seguía siendo innegablemente hermoso. A la luz de la luna, incluso tenía una sensación de mística. Uno de los soldados tragó saliva.

“H-Hey… ¿Por qué no deberíamos divertirnos un poco, eh?”

“¿Qu… con esa cosa?”

“Todos estarán muertos cuando lleguemos allí, de todos modos. Entonces…”

Con eso, cada uno de sus ojos comenzó a brillar. Uno de los soldados agarró a la semihumana por los hombros y la obligó a ponerse de pie.

“A-Algo pequeño para el camino… Vamos a divertirnos un poco”.

Respirando pesadamente, el soldado intentó arrastrar a la semihumana a un rincón oscuro.

“…Déjame ir.”

“¡Cállate! ¡Te voy a dar el gusto de un humano real! ”

“Qué escoria sin esperanza eres… Arfgh”.

El soldado la golpeó tan fuerte como pudo, y ella cayó al suelo. Al ver eso, los otros soldados no podían contenerse, ya que todos saltaron sobre la semihumana. Al mismo tiempo, los otros hombres comenzaron a avanzar hacia las mujeres guapas. Debe haber parecido injusto que estuvieran atrapados de guardia mientras el resto de su compañía estaba de fiesta en el castillo.

“¡D-Déjame ir!”

“¡Nooo!”

“H-Hey… ¿Eso es lo que tu Luz te ordena que hagas?”

“¡Cállense, apestosas herejes!”

“Vamos vamos, gente del Tzardom, cálmense…”

Después de que el área estalló en una cacofonía de gritos y chillidos, todos se detuvieron al escuchar esta voz que aparentemente salía de la nada. La voz pertenecía a Eyze, que había estado en la cima de la puerta del castillo antes.

“¡¿Quién diablos eres tú?!”

“¡¿Nos estás diciendo qué hacer?!”

“No, no, no me atrevería… ¿Pero no crees que es un poco sin tacto que una compañía del glorioso Tzardom juegue con esa inmundicia en nuestra lujosa capital?”

Incluso aquellos a punto de quitarse la ropa se detuvieron. Deben haberse dado cuenta de que causar una conmoción deshonrosa ahora podría costarles mucho en el futuro cercano, especialmente si el Obispo se enterara de ello.

“Dicho esto, entiendo tu frustración. El resto de tus camaradas están disfrutando de una increíble comida y vino con chicas a sus lados”.

“E-Eso es correcto…”

“¡Él tiene razón! No es justo en absoluto… ”

Los hombres y mujeres de la compañía Tzardom intervinieron.

“Bien, lo entiendo. Por lo tanto, nosotros Jack mil oficios nos gustaría organizar su fiesta de bienvenida.”

“¿Qué?”

“¡¿De verdad?!”

Quizás pensó que simplemente calmar la tormenta ahora podría llevar a la misma situación en unos pocos días. Eyze los manipuló hábilmente para mantener el ruido bajo.

“Ahora, diviértanse en un establecimiento de su elección. Por supuesto, todo recae sobre nosotros”.

“¡W-Wow…!”

“P-Pero, ¿qué pasa con la vigilancia…?”

“No te preocupes. Nosotros nos encargaremos de eso también”.

“¿R-Realmente…? ¡El negocio de Jack no obtuvo su reputación por nada! Ellos saben cómo entretener”.

Al escuchar la invitación de Eyze, todos se levantaron, murmurando todo tipo de excusas.

“Ahora, esa fue una exhibición vergonzosa que hice”.

“Hubiéramos ido demasiado lejos para darles compasión”.

“Si no pudieras molestar al Obispo con nada de esto…”

“Por supuesto. Debes haber sido demasiado entusiasta con tu entusiasmo para completar tu misión”. Escupiendo bromas, Eyze los envió alegremente a todos. El nuevo empleado detrás de él se acercó a Eyze mientras observaban a la compañía de Tzardom irse.

“¿E-Estás seguro de que estuvo bien… hacer eso?”

“Si. El jefe prefiere pagar antes que hacer que también causen una escena aquí. Debería estar sonriendo de oreja a oreja ahora mismo por ese trato.”

“O-Ok…”

“¡Oye! ¡Ustedes regresen al establo!”

Asustados por Eyze, los prisioneros regresaron al establo con una mirada de disgusto en sus ojos. Desde su punto de vista, el Tzardom, Euritheis, Eyze y todo lo que los rodeaba era igual.

“L-Los ayudamos… me siento un poco estafado”.

“Así es como se desmorona la galleta. No estaba tratando de ayudarlos, de todos modos. Prefiero ser uno de ellos que obligarme a vigilar escuchar violaciones y gritos”.

Como si se hubieran olvidado de esos dos guardias, los soldados del Zar se dieron palmaditas en la espalda alegremente y salieron a la ciudad.

“En todo caso…”

“¿Qué pasa, Eyze?”

“Todos van a morir”.

Sacudido por la repentina noción, el nuevo recluta se volvió hacia Eyze. Eyze había estado trabajando como guardia de la puerta debido a su rara habilidad de distinguir a las personas  benévolas y maliciosas, y  era especialmente sensible a la inminente muerte. Gracias a esta habilidad, evitó la mayor cantidad de gente peligrosa posible y logró sobrevivir tanto tiempo.

“¿Q-Qué quieres decir con ‘morir’…?”

“No sé, eso es justo lo que veo. Además, nadie los va a extrañar”.

Con eso, Eyze bostezó y miró a la luna, aburrido. Fuera del establo, la niña semihumana estaba de espaldas, cubierta de polvo.

“Tú también regresa. Si no puedes pararte, ¿te echaré una mano?”

“… No te molestes”.

“Muy bien.”

Eyze no dijo nada más. Al mismo tiempo, hizo todo lo posible por no mirarla, para evitar ver dónde terminaría la pobre niña.