Isekai Ryouri (NL)

Volumen 3

Interludio 1: Una Reunión Inesperada

Los cuatro días restantes antes del banquete pasaron volando a una velocidad increíble.

Mientras intentaba desarrollar mi nuevo menú todo el tiempo, tuve que instruir a los hombres sobre sangría y disección y a las mujeres sobre técnicas de cocina, y también trabajar en el procedimiento para el día del banquete. Eso hizo algunos días completamente agotadores.

Pero aun así, los hombres y mujeres de la linde del bosque realmente aprendieron con diligencia y rapidez. No podía resumirlo simplemente diciendo que eran muy hábiles o buenos para nadar con la marea, pero en cualquier caso, todos se tomaban muy en serio las cosas.

Eso debe haber sido debido a su ética de trabajo, o tal vez sus sentimientos hacia su familia.

En cualquier caso, eran muy trabajadores. Por el bien de sus familias y para seguir viviendo, trabajaron sin quejas ni quejas. En lugar de tener frío como las máquinas, se sentía más como si naturalmente estuvieran dando todo para trabajar como si fuera lo mismo que respirar, sin embargo, sus emociones como alegría y dolor todavía estaban claramente presentes.

¿Debo decir que simplemente fueron sinceros, la forma en que los cazadores del borde del bosque veían trabajar y vivir directamente unidos?

En cualquier caso, fue una situación muy favorable para mí, y pensé en ellos como los socios perfectos.

Las mujeres en particular merecían una mención especial.

Desde el segundo día de preparación, varias familias de la rama Ruu también se apresuraron a unirse. Pero aun así, todavía estaban increíblemente ocupados. Mientras los hombres se ocupaban de la caza, se necesitaba construir un escenario de madera y estufas simples para el banquete, y también se debía recolectar la madera y la piedra para eso. Y en general, todo eso se consideraba trabajo de mujeres.

Su agotamiento tenía que estar más allá de la norma, ya que veían cómo tenían que encajar en las lecciones de cocina que nunca habían visto antes en medio de todo ese trabajo agotador.

Y tradicionalmente, se harían una vez que terminaran de preparar el estofado de giba y la carne a la parrilla habituales, así como las preparaciones básicas de comida y la obtención de la leña y los ingredientes, por lo que estoy seguro de que muchos de ellos deben haber pensado que solo estaba siendo un dolor e innecesariamente aumentando su carga de trabajo.

Pero aun así, una vez que probaron el bistec y las hamburguesas, la alegría y la sorpresa aparecieron en sus rostros, y luego ayudaron alegremente.

Pudimos diseccionar dos o tres sangrías giba al día, así que conseguimos suficiente carne para el banquete en muy poco tiempo. Y cuando dividimos el exceso de carne para enviar luego a las cinco familias filiales, esas chicas derramaron lágrimas de alegría.

Ya vi lo mismo con la casa principal de Ruu, pero parecía que las mujeres realmente apreciaban la comida deliciosa más que los hombres.

Bueno, eso no fue tan extraño, sin embargo. Después de todo, seguro que fue algo feliz, trayendo alegría y tranquilidad a su familia a través de su trabajo.

El solo hecho de poder compartir esos pensamientos y sentimientos fue suficiente para que valiera la pena haber aceptado este trabajo. Estaba obteniendo una sensación de satisfacción aquí que eclipsaba el miedo y el temor que tenía, de que un hereje como yo, involucrado en la cultura alimentaria del borde del bosque, pudiera haber tenido un efecto negativo.

Mi camino y el de Gazraan Rutim probablemente se superpusieron.

Ganar una mayor felicidad y profundizar los lazos con la familia… Me sentí un poco avergonzado a pesar de haber sido quien dijo todo eso, pero estaba haciendo de su boda una manifestación de esos ideales.

Los hombres cazaron al giba, los ensangrentaron, les quitaron la piel y los diseccionaron.

Las mujeres recogieron leña y hierbas, avivaron las llamas y cocinaron la carne.

Si faltara alguno de ellos, sería imposible hacer una comida deliciosa. Solo fue posible lograr que toda la familia se uniera y combinara sus fortalezas.

Y ese joven cazador debe haber estado pensando que compartiría esta mayor felicidad con 100 de esas personas relacionadas con él, a su vez profundizando sus lazos y ganando una mayor fuerza entre ellos.

Estaba dando todas mis fuerzas para responder a ese deseo.

Sentí un fuerte deseo de llevar a cabo mi trabajo para que incluso una persona se sintiera más feliz en este ambiente hostil.

Entre todo esto, hubo un pequeño incidente dos días antes del banquete, al mediodía de mi tercer día de estadía en el asentamiento de Ruu.

***

“¡A-A-Asuta! ¡Es terrible! ¡Date prisa y ven aquí! ¡Son los hombres, y es horrible!” Rimee Ruu me gritó, haciéndome saber del alboroto.

Ese día también estuve encerrada en la cocina toda la mañana, y alrededor del mediodía estaba enseñando a un grupo de mujeres a preparar hamburguesas.

“¿Qué les pasa a los hombres? Solo se dirigen a cazar, ¿verdad? ”

Había cinco mujeres conmigo en la cocina. Eso incluía a Reina y Tito Min Ruu, y el resto eran de las familias filiales. Cuando Rimee Ruu llegó volando a la mezcla, parecía que estaba a punto de sollozar.

“¡Apareció un tipo extraño! ¡Está a punto de estallar con los hombres!

¡Darmu incluso desenvainó su espada! De todos modos, ¡es horrible! ” Podía sentir una tensión corriendo por mi pecho.

“¿Un tipo extraño? No es uno de los hombres Suun, ¿verdad?”

“¡No! ¡Es un chico de la ciudad de piedra! ”

“… ¿Qué?”

“¡Es  un  hombre  con  un  cabello  bonito  como  el  de  Ai  Fa!  ¡Estaba preguntando dónde estaba la casa del Fa!”

Me quedé estupefacto.

Un hombre de pelo rubio de la ciudad de piedra… Ese era sin duda Kamyua Yoshu. No podía imaginar que fuera otra persona.

Pero, ¿qué estaba haciendo ese tipo aquí, al borde del bosque?

“…Lo siento. Voy a ir a verlo. Tendrás que manejar las cosas aquí hasta donde sepas, pero ¿podrías explicar en mi lugar, Tito Min Ruu? ”

“No me importa, pero tú-”

“¡Es demasiado peligroso, Asuta!” Reina Ruu gritó, aferrándose a mí. Parecía aún más a punto de llorar que incluso Rimee Ruu.

Volví a respirar en orden un poco, luego aparté suavemente sus hombros.

“Está bien. No haré nada peligroso. Solo espérame aquí y no te preocupes”.

Salí volando de la cocina junto con Rimee Ruu.

Nos deslizamos por el costado de la casa y entramos en la plaza central, y pronto vi lo que Rimee Ruu había puesto tan nerviosa: había una multitud de personas en la entrada de la plaza.

Fue alrededor de la época en que los hombres se dirigieron al bosque. Y así, el grupo completo de cazadores Ruu se reunió allí, ahora en el número 16 desde que Ryada Ruu se había retirado.

Y, efectivamente, pude ver los colores de una larga capa familiar en medio del musculoso grupo de hombres.

“¡Espera! ¡Solo espera, por favor!” Grité mientras corría. Sin embargo, nadie se dio vuelta para mirar. Pero tuve la sensación de que Donda Ruu me lanzó una mirada de reojo desde su punto de vista particularmente alto sobre todos los demás.

“… ¡Abandona este lugar! ¡Este no es lugar para la gente de la ciudad!”

Finalmente, escuché una voz que pertenecía a alguien que reconocí: el segundo hijo de la casa principal de Ruu, Darmu Ruu.

Darmu Ruu estaba de pie cara a cara con el hombre, blandiendo su espada salvaje.

En cuanto al hombre… Era casi tan alto como Donda Ruu, pero tenía una figura larguirucha. Llevaba una larga capa de cuero, y tenía una extraña mirada que lo hacía parecer tanto un hombre viejo como un joven al mismo tiempo. Sí, era Kamyua Yoshu parado allí mismo.

“Oye. Parece que finalmente te encontré, Asuta del clan Fa “, dijo con el mismo tono de voz distante de siempre, a pesar de que la punta de la espada prácticamente tocaba su nariz.

Si Darmu Ruu se acercara un paso más, estaría lo suficientemente cerca como para cortarle la cabeza al hombre. Y sin embargo, Kamyua Yoshu le devolvió una mirada relajada, sin molestarse en abrir su capa.

“Solo intenté preguntarte dónde vivías, y así es como terminaron las cosas. Pero estoy muy contento de haberte conocido. Umm, ¿qué ha pasado hace cuatro días?”

“¡Silencio! ¡Soy yo quien te habla aquí!” Bramó Darmu Ruu. Sus ojos parecían llamas, y su rostro que me recordaba a un lobo salvaje estaba tenso por la ira. Era como una gran tetera de sed de sangre.

Me desvié alrededor del grupo de hombres, y me paré justo al lado de los dos que se enfrentaban.

De repente, Rimee Ruu se aferró a mi brazo izquierdo. Espera, ¿ella me siguió hasta aquí? En cualquier caso, me incliné e intenté cubrir su pequeño cuerpo al menos un poco.

“Asuta, ¿no se lo dirás también? Ciertamente no me refiero a ningún daño. Acabo de venir aquí para hablar con usted como parte de mi inspección preliminar antes de mi trabajo como guardaespaldas.”

“¡Puedes por favor estar en silencio por un segundo! ¡Parece que ya se está convirtiendo en un verdadero desastre complicado!”

Mis pensamientos estaban seriamente confundidos en este momento, pero aun así no fui tan tonto como para dirigirme a Darmu Ruu directamente, así que en cambio miré hacia el marco masivo de Donda Ruu.

“Donda Ruu, ¡es un conocido mío! ¡Lo conocimos cuando fuimos a la ciudad de correos para ir de compras, hace cuatro días! No sé si es una buena persona o no todavía, pero… ¡Al menos, no creo que sea del tipo que cause problemas!”

“Oye, vamos, ¿no puedes captar mi bondad innata?”

“¡Basta ya! ¡Necesitas estar callado!”

Mientras miraba por el rabillo del ojo, Donda Ruu se acercó a su hijo.

“Tú, de la ciudad. Antes dijiste que viniste a este asentamiento al borde del bosque por trabajo, ¿no?”

“Así es. Tengo la tarea de proteger un convoy mercante que se dirige desde el dominio Genos al reino oriental. Están programados para pasar por este asentamiento en el camino”.

Seguía actuando así, a pesar de enfrentar la presión habitual de Donda Ruu.

Puede que tuvieran la misma altura, pero sus anchos y profundidades eran completamente y completamente diferentes.

Honestamente se sentía como un oso pardo y una mantis religiosa frente a frente.

“Ha pasado aproximadamente una década desde que pasamos por tales excéntricos. Y esas personas de hace diez años fueron atacadas por giba en el camino y todos terminaron muertos, por lo que escuché”.

“Si. Aparentemente, giba hambrienta incluso atacará a los viajeros por sus raciones… Bueno, no se sabe con certeza si fue giba quien los atrapó”.

Los ojos de Donda Ruu se entrecerraron. No podía espiar ningún otro cambio en su expresión o comportamiento, pero sentía que su mirada solo se volvía más densa y poderosa a medida que bajaba las cejas.

De repente, me golpearon en la cabeza por detrás con un “Hey, ¿qué están haciendo, idiotas?” Cuando me di vuelta, vi a Ludo Ruu, con los ojos medio endurecidos en el resplandor de un cazador. Se agarró a nuestros brazos.

“Retrocede un poco más. No deberías acercarte tanto a alguien con una cuchilla desenvainada… No, espera, en serio, ¡¿qué estás haciendo aquí, Rimee, eres un enano?! ”

“¡C-Cállate!”

Kamyua Yoshu debe haber escuchado su conversación, ya que estalló en una pequeña sonrisa. Y como resultado, la mirada en el rostro de Darmu Ruu se volvió aún más peligrosa a medida que los ojos de Donda Ruu se estrecharon aún más.

“… Se supone que todo el trabajo relacionado con la gente de la ciudad es administrado en su totalidad por el clan Suun, que dirige a nuestra gente.

¿Por qué estás deambulando solo en un lugar como este, ni siquiera acompañado por uno de ellos?”

“Ah, bueno, hubo una solicitud para que alguien me mostrara los alrededores. Pero ya ves, les dije que estaba bien solo por hoy, ya que solo estaba haciendo una inspección preliminar, así que me dijeron que hiciera lo que quisiera. ¿No te contactaron?”

Donda Ruu murmuró un “Esa escoria…” hacia nadie presente en este momento, y sus ojos ardieron de ira por un momento.

“Bueno, entonces, ¿qué es esto de que tengas negocios con el clan Fa? ¿Qué tipo de relación tienes?”

Esa pregunta fue dirigida hacia mí. Este fue el momento decisivo.

¿Debería inventar una mentira inofensiva e inofensiva, o decir la verdad…?

¿Cuál sería el mejor camino por el bien de Ai Fa?

“Asuta, ¿por qué no contar la historia de la manera que más te convenga?” Kamyua Yoshu preguntó en un tono sombrío. Naturalmente, todos a nuestro alrededor podían escucharlo claramente.

Mientras pensaba para mí mismo, maldita sea, tal vez sería más rápido dejar que Darmu Ruu lo cortara… Decidí.

“… Ai Fa terminó en una pelea con alguien del clan Suun en la ciudad de correos. Parecía que íbamos a terminar siendo llevados por los guardias, pero entonces este hombre, Kamyua Yoshu, intervino”.

En un instante, los ojos de Donda Ruu explotaron en llamas azules. Pero su expresión se mantuvo firme aun así, y preguntó en voz baja: “¿Cómo se llamaba ese miembro del clan Suun?”

“Le dio el nombre de Doddo Suun. Era un hombre joven con una cara cuadrada, y no era tan alto, pero parecía bien formado”.

“Doddo Suun… ¿El segundo hijo de la casa principal, verdad?”

La mirada bestial de Donda Ruu se movió de mí a Kamyua Yoshu, solo para que el hombre le devolviera una sonrisa de satisfacción.

“No sé si debería llamarlo modesto o qué, pero ¿no le falta un poco a esa explicación, Asuta? Quiero decir, ni siquiera aclaraste si fue Ai Fa o ese hombre Doddo Suun quien tuvo la culpa. Ejem… Ese tipo de Doddo Suun estaba intoxicado en el medio del día, y apuntó con su espada a un ciudadano de la ciudad postal. Y luego, Ai Fa lo detuvo por la fuerza, que es la verdad del asunto. Bueno, la persona del pueblo también tuvo la culpa de hablar mal de él a sus espaldas, pero no tenía un arma. Y una acción como esa también está prohibida por las leyes de Genos”.

Todos callaron.

“Y así, ese hombre trató de usar sus privilegios como miembro del clan Suun para engañar a los guardias para que creyeran que Ai Fa tenía la culpa. Fue entonces cuando entré y ofrecí mi testimonio, después de haber visto los eventos en su totalidad, cerrando las cosas sin incidentes. Así es como sucedió”.

“Entonces, ¿qué asuntos tienes con el clan Fa…?”

“Bueno, ya ves, Ai Fa y Asuta parecían personas tan buenas que quería volver a verlas y hablar. ¡Ah…! ¡Olvidé mencionar cómo salvaste a Tara a riesgo de tu propia vida, Asuta! Ya sabes, ella también quería verte.”

Apreté los dientes, deseando seriamente decirle que se calle ya. No había dicho una sola mentira, pero todo lo que dijo este tipo sonaba débil.

“… Este chico aquí tiene un trabajo. No tiene tiempo libre para pasar hablando con un chico como tú”.

“Ah, ¿es así? Que desafortunado.”

“Vete.”

“Ya veo. En ese caso, me rendiré por hoy… ¿Se me permitirá intentar visitar la casa del Fa algún otro día?”

“… Debería ser singularmente obvio que los residentes de la ciudad de piedra no deberían pisar precipitadamente el borde del bosque”.

“¿Es eso así? Entonces supongo que tendré que fabricar un trabajo más serio”.

“¡Bastardo…!” Darmu Ruu gruñó, apretando los dientes. Todo el tiempo que esta conversación se había desarrollado, su espada había permanecido contra la nariz de Kamyua Yoshu.

Sin embargo, la expresión de Kamyua Yoshu estaba perfectamente compuesta, y él siguió adelante y me lanzó una sonrisa.

“Asuta, ¿cuándo terminarás tu trabajo?”

“Terminaré pasado mañana, pero…”

“Entonces espérame de nuevo dentro de tres días”.

Kamyua Yoshu luego volvió sus inusuales ojos morados hacia Donda Ruu.

“Soy ciudadano del oeste, Kamyua Yoshu, el guardaespaldas. ¿Puedo preguntarte tu nombre, cazador del borde del bosque?”

“… El jefe del clan Ruu, Donda Ruu”.

“Donda Ruu del clan Ruu… Gracias. Creo que me gustaría beber contigo algún día”.

Con eso, Kamyua Yoshu de repente se movió para irse.

Darmu Ruu parecía que estaba a punto de apresurarse tras el hombre, solo para que Donda Ruu colocara su gruesa mano sobre el hombro de su hijo.

“Bueno, entonces cuídate”, dijo Kamyua Yoshu cuando se fue, causando un verdadero revuelo no solo en mí, sino también en los hombres Ruu.