Outbreak Company: Moeru Shinryakusha (NL)

Volumen 13

Capítulo 2: ¡Más Parecido Al Dolor!

Parte 1

Los días de descanso significaban tomarme las cosas con calma tanto en mi cuerpo como en mi mente. Podría haber sido un ex guardia de seguridad en el hogar adolescente, pero enseñé en mi escuela regularmente, además tenía que ocupar mi trabajo como Gerente General de Amutech, y todo eso podría hacer que una persona se cansara después de un tiempo. No importa cuán dulce pareciera que lo tenía, este era un trabajo legítimo que estaba haciendo.

Por lo general, me pasaba los días libres revisando el anime, el manga y los juegos más nuevos, sin prisas, solo tomándolos. Pero hoy, no estaba de humor.

“Siiiiiighhhhh…”

A través de la ventana pude ver un hermoso cielo azul, no una nube a la vista. Era el tipo de clima que normalmente me daría energía con solo mirarlo, pero la forma en que me sentía en ese momento, me hizo querer sacudir mi puño al cielo y gritar: “¡¿Te estás burlando de mí?!”

“¿Qué voy a hacer…?” Gemí, rodando de lado a lado en mi cama. Myusel, Petralka y Elvia

Todas lindas. Extremadamente bonitas. Salvaje, perversamente, fuera de este mundo lindo.

Honestamente, todas estas chicas estaban fuera de mi alcance: yo, Kanou Shinichi, cuyas “especificaciones” como ser humano eran absolutamente, completamente promedio, o incluso por debajo del promedio. Normalmente, si me hubieras dicho que me había ganado el afecto de chicas como estas, me habría saltado la alegría.

No, el verdadero problema era que los había ganado todos a la vez. “Gaaahh…”

Dicen que cada perro tiene su día, y cada hombre tiene su moteki, su momento en el sol, pero ¿quién sabía que podría ocurrir tan repentinamente? ¿Y quién sabía que podría ser un dolor de cabeza? Claro que no. Pido disculpas por todas las veces que pensé, ¡explota, maldito real! (Quiero decir, no es que realmente supiera con certeza si era un Real en ese momento o no).

Me preguntaba si tal vez debería ir por la ruta del harén, incluso si la gente me llamara monstruoso o patético. Pero cada vez que tenía ese pensamiento, recordaba la pesadilla del otro día. Y luego le agregué a Elvia. Oof

Esos fueron los pensamientos que pasaron por mi cabeza cuando una voz casi estalló por la puerta.

“¡Shinichi! ¡¿Estás ahí?!”

“¡¿Heek?!” Me senté a toda prisa. “¿Q-Qué? ¿Petralka?”

“En efecto. Un ‘Sí, estoy aquí’ hubiera sido suficiente”.

“Er-Uh-”

“¡Hmm! ¡Como siempre, tu habitación está llena de cosas interesantes, Shinichi!”

“P-P-Pero, ¿por qué?”

Sin siquiera un golpe, entró en mi habitación, examinando el manga, las figuras y todo lo demás: Petralka, la Emperatriz. Solo podía sentarme allí en estado de shock.

Esta no era la primera vez que había irrumpido en mi habitación, pero todos los demás habían regresado antes de que la habitación tuviera un “candado”.

Habían pasado muchas cosas (incluido un buen trato que no quería recordar), y ahora cada habitación de la mansión tenía una cerradura mágica. Pensé que la mía había sido puesta. Las cerraduras se activaron automáticamente, así que ni siquiera les di mucha importancia. Las puertas tenían que abrirse desde el interior o tenía que tener la llave. O al menos eso…

“Oh…”

De pie en la puerta aún abierta, vi a una inquieta Myusel. Ella sostenía una pieza de oro con forma de tarjeta, probablemente la llave de respaldo que le había sido confiada. Ella tenía copias de todas nuestras llaves, en caso de que la nuestra se perdiera o destruyera. Supuse que Petralka la había obligado a abrir mi puerta. Podrían haber estado peleando por mí (o algo, supongo, por así decirlo), pero cuando la Emperatriz lo ordenó, una sirvienta común como Myusel no tuvo más remedio que obedecer.

“¿Q-Qué está pasando? ¿Por qué estás aquí?” Yo pregunté. Inconscientemente agarré un peine y me lo pasé por el pelo.

Uggghhh! ¡Me veo asqueroso incluso para mis estándares…!

Hasta hace muy poco, había sido prácticamente indiferente a mi apariencia. Pero delante de una chica que estaba (al menos con un alto grado de probabilidad) enamorada de mí, me hubiera gustado haber parecido un poco más impresionante.

Quiero decir, caramba, ¡después de todo, soy un niño! (Lo siento, sé que suena un poco espeluznante tener que decirlo yo mismo). Rápidamente traté de enderezar mi camisa, que desafortunadamente estaba completamente arrugada por el hecho de tirar y encender la cama hasta hace un momento. Todo esto fue casi inconsciente, una reacción refleja.

“¿Hay algún tipo de emergencia?” Pregunté, y las hermosas cejas de Petralka se juntaron. Casi podía ver el efecto de sonido “Grrr…” detrás de ella. Cubrió la distancia a mi cama en unos pocos pasos rápidos, puso sus manos en sus caderas y me miró.

“¿Estás diciendo que no podemos venir simplemente a verte la cara?” Sus mejillas estaban sonrojadas. Para empezar, tenía la piel pálida, por lo que un rubor realmente se destacó.

Er, pero volviendo al punto…

“¿Eh…?” Me tomó un momento comprender lo que estaba diciendo. Entonces sentí mi propio rostro calentarse a toda prisa. Supongo que ella me estaba diciendo que había venido aquí por otra razón que no fuera para verme.

Además, Petralka había sonado enojada, pero luego apartó la vista de mí, casi como si estuviera avergonzada. ¡Arrrgh, es tan linda! ¡Es muy linda, majestad! (¿Ves? ¡Ella es tan kawaii que estoy hablando en lenguas extranjeras para decirlo!) Por sí solo, fue suficiente para dejar mi corazón al borde del sobrecalentamiento.

Y en ese momento… “¡U-Um!”

Myusel, sonando un poco angustiada, entró en la habitación. Eso me sacó de mis éxtasis sobre la adoración de Petralka.

“¿Myusel?” Dije.

“Um, bueno…”

Había entrado en la habitación, sí, pero luego se detuvo de inmediato y no dijo  nada  más.  O  tal  vez  ella  no  pudo.  Parecía  débil  y  vulnerable, mirándonos desde la distancia con una expresión como si fuera a llorar en cualquier momento. Ella quería objetar, esa era la vibra que tenía. La mano que puso sobre su pecho, como para sostenerse, parecía a la vez tan fuerte y tan frágil.

¡Tener esos grandes ojos llorosos sobre mí es tan ahhhhhh!

Esto estuvo mal. Algo más y esto sería muy malo. Mi corazón no podría soportarlo. Me desmayaría. Morir. Mira, baraja esta bobina mortal. ¡Shinichi ha abandonado el edificio!

Luego vino algo que solo me empujó más cerca del borde.

“¡Shinichi-sama!” Una tercera persona llegó a la puerta abierta. No hace falta decir que fue Elvia. “¡Dibujé esta foto tuya, Shinichi-sama! Quería mostrártelo………………………………………    ¿…?”

Ella entró en la habitación, con una gran sonrisa en su rostro y su cola moviéndose tan rápido que pensé que podría volar. Luego, por primera vez, ella registró la situación: Myusel parada a cierta distancia de la cama, Petralka de pie justo al lado de la cama, y yo sentado en la cama. Ella nos miró a cada uno de nosotros. Los ojos de las chicas se encontraron. Nadie dijo nada.

¿Fui solo yo, o hubo un instante en el que sentí que todas podrían matarse? Tenía que ser mi imaginación. Tuve que. Probablemente. Estoy seguro de que lo fue. Porque si no fuera así, sería horrible.

Un silencio desagradable impregnaba la habitación. Por fin, Petralka habló.

“Perdónanos, pero Shinichi está ocupado entreteniéndonos”. Ella me miró. “¿No es así, Shinichi?”

“¿Huh? Quiero decir, en realidad no…”

“¡A veces desearía que me prestaras toda tu atención por una vez, Shinichi-sama!”

“Er…”

“U-Um, Shinichi-sama…”

Primero Elvia, luego incluso Myusel (con obvia vacilación) se alinearon junto a Petralka junto a la cama.

“Estaba pensando”, dijo Myusel, “ha pasado tanto tiempo desde que te pedí que me ayudaras con mi Japonés…” Sus orejas puntiagudas se asomaban por debajo de sus dos coletas rubias. Normalmente lo suficientemente pálida para competir con Petralka, en este  momento estaban tan sonrojados que parecía que tenía fiebre. “¿Supongo que no podrías…?”

“Podría, er, pero…”

Nunca podría rechazar una solicitud de Myusel. Pero:

“¡Shinichi-sama! ¡Primero tienes que mirar mi dibujo! Creo que hice un gran trabajo, ¿no?”

“¡Ambas viven en esta casa con Shinichi! ¡Cedan sus atenciones a nosotros por un día!”

“Sí, ¡pero no puedo ir a la escuela! ¡Solo puedo ver a Shinichi-sama cuando está por la casa!”

De repente, Petralka y Elvia estaban discutiendo, y se sintió como la vista más extraña que jamás había visto. Se podría pensar que un ex espía de Bahairamania como Elvia sabría mejor que pelear con la emperatriz del país que había estado espiando. Me preguntaba si Hikaru-san estaba de alguna manera detrás de esto. Ahora podía escucharlo: “Cuando se trata de amor, el estatus y la posición social no tienen nada que ver con nada”. Y pude ver a Elvia tomarlo completamente en su palabra.

Petralka siendo quien era, parecía comprometida a luchar por mí de manera justa, en lugar de usar su inmensa autoridad para codear a Myusel. Por lo menos, ella había implicado tanto para Myusel. Me preguntaba si lo mismo sucedía con Elvia. Eso la convertiría en una joven señorita. Me preguntaba si ese era el tipo de cosas que a las emperatriz se les enseñaba como gobernantes.

“Oh, por cierto, Petralka…”

“¿Hrm? ¿Qué pasa, Shinichi?”

“¿Está bien? ¿Estás bien que estés aquí? Quiero decir, ¿le has dicho a Garius-san?” Tenía miedo de que ella volviera a meterse en problemas si hubiera salido del castillo sin permiso.

“Eso no será un problema”, respondió ella. “¿De verdad?”

“Garius y Zahar están ocupados con algún negocio u otro en las entrañas del castillo. Difícilmente se darán cuenta si salimos unos minutos”.

“¡Creo que va a ser un gran problema!”

“¡Tenemos guardaespaldas! ¡Está bien!”

“Ugh…”

Bueno no era la palabra que hubiera elegido.

¿Ella pensó que Garius no iba a notar esto? Cuando Petralka se refirió a sus guardaespaldas, supuse que no se refería a la guardia real oficial, sino a la unidad de sirvientas que a veces la protegía.

Conocían un puñado de técnicas de combate para poder mantener a salvo a Petralka (sin duda me había salvado el cuello cuando Japón envió un escuadrón de operaciones especiales para atraparme), pero aún no podían sostener una vela contra un escuadrón de caballeros entrenados. .

“¡Vamos, Shinichi-sama, deberías venir a mi habitación!” Elvia agarró mi brazo derecho como un niño sobreexcitado. Apenas podía resistir la fuerza de su hombre lobo, y me encontré arrastrado por el espacio detrás de ella.

“¡Ay!” Elvia estaba abrazando todo mi brazo derecho contra su cuerpo. Muy, muy fuerte. Y todo lo que estaba sobre mi codo estaba presionado contra ella, ¡sus pe-pe- sus choooooooooosssss!

¡S-Son, tan suaves…! Pensé en éxtasis, con la cabeza colgando de un lado a otro.

Un segundo después, mi brazo izquierdo se encontró instalado en una sensación no menos suave y cálida: espera.

“¿Myusel?”

Miré y me di cuenta de que Myusel se aferraba a mi otro brazo. Bien, entonces ella no estaba tan bien dotada como Elvia, pero no había duda de que estaba allí, me refiero a su pecho, y con mis dos brazos intercalados al lado de las chicas, era como si sus pechos estuvieran diciendo, ¡toma esto! ¡No, toma esto! Y uno de estos, ¡aaahhhh!

“… Tienes que dejarlo ir, Myusel”.

“¡Yo… no lo haré…!”

Los dos se miraron el uno al otro, todavía tirando de mis brazos.

¡Ow ow ow ow ow!

Elvia tiraba sin piedad, mientras Myusel, haciendo lo mejor que podía, colgaba de mi otro brazo con todo su peso corporal, considerando todo, era bastante incómodo.

¡Argh! ¡Quien escucha mis gritos y se va primero es mi verdadera madre…! Espera, ¿qué fue esto, el juicio de Salomón?

¿Era esto… podría ser…? ¿Fue este uno de esos momentos en que descubriste que la guerra es el infierno…?

Gruñí, superado por un mal presentimiento que aumentaba rápidamente. Pero entonces-

“¡Ambos, suelten a Shinichi!” Petralka gritó, su voz teñida de pánico.

Elvia y Myusel parecían asustadas y se alejaron de mí como si hubieran sido golpeados físicamente. Las palabras de Petralka habían sido, sin lugar a dudas, una orden de la Sagrada Emperatriz Eldant. No estoy seguro de si incluso ella misma se dio cuenta de lo diferente que sonaba cuando discutía con Elvia antes. Pero ante una orden imperial, ni Elvia ni Myusel podían hacer otra cosa que obedecer.

Liberada de las garras de las chicas, solté un suspiro de alivio. Aun así, mis brazos ansiaban sentir nuevamente esos cofres, cuyo toque aún recordaban. Por otra parte, si me hubiera mantenido presionada contra ellos de esa manera, quién sabe si mi tal y tal cosa podría haber hecho lo que sabes delante de todos, así que supongo que debería estar agradecido a Petralka por rescatarme.

“Ah… Er… Ejem…” Con Myusel y Elvia mirándola, Petralka de repente parecía avergonzada. Así que tenía razón: instintivamente había adoptado el tono de una emperatriz hace un momento, pero no había olvidado su propio voto de luchar contra Myusel en términos justos. Había roto las reglas, de verdad, y ahora se sentía avergonzada.

Qué chica tan deliciosamente torpe. “Shinichi estaba en problemas, ya ves…”

“Eso nunca servirá, Su Majestad”.

Esta respuesta a la pretendida excusa de Petralka no vino de Myusel o Elvia, sino de alguien que había aparecido en la puerta aún abierta: Hikaru-san. Entró en la habitación y se cruzó de brazos con un movimiento elegante. Parecía que estaba listo para dar la conferencia de su vida; por lo menos, no podrías negar la autoridad que irradiaba.

“¿Q-Qué quieres decir con eso?” Petralka preguntó. Incluso ella parecía un poco intimidada.

“Tratar de ganarse el amor de alguien a través de métodos tan engañosos está mal”.

“¡E-Engañosos…!” Dijo Petralka. Pero no podía reunir tanta indignidad como quisiera: sabía que había roto las reglas del compromiso.

Hikaru-san, buscando torcer el cuchillo, dijo: “¿Puedes estar segura de que es amor si lo haces con la fuerza de esa manera?”

Petralka casi se ahoga.

“¡No! ¡Y de nuevo digo que no!” Hizo un movimiento de corte lateral como si tratara de dejar caer a alguien con la mano de un cuchillo. El gesto dejó su significado inevitablemente claro.

… Ahh. Sabes, creo recordar a un tipo en Alemania hace unas décadas que solía hacer eso. ¿El del bigotito?

“¡Debes ponerte como mujer antes que a ti misma como emperatriz, y pelear tus batallas de manera justa y directa!”

“¿E-Esto es una batalla?” interrumpí.

“Charla de chicas, no se permiten niños”, dijo Hikaru-san.

Uh, estoy bastante seguro de que deberías disculparte, Hikaru-san.

“¡Puedo ir más lejos!” Exclamó Hikaru-san. “¡Obtener amor por medios encubiertos no tiene nada que ver con el atractivo de una mujer! De hecho, es una verdadera declaración de derrota, ¡una admisión de que no puedes ganar por tus propios méritos!”

“¡Hrm…!” Petralka gruñó, en algún lugar entre enojada y mortificada. Parecía estar completamente atrapada por la fuerza de discusión de Hikaru-san. Myusel y Elvia se quedaron mirando, algo aturdidos.

Supongo que me alegré de que los tres hubieran dejado de pelear, hasta donde llegó, pero al ver que Hikaru-san había intervenido por mí, no me sentí exactamente seguro. ¿Quién sabía a dónde podría llevar esto? Tuve la sensación incómoda de que todo esto era parte de un plan para modificarme a lo grande.

“Sin mencionar que tratar de usar el poder para obtener un amor así es el guion de un personaje destinado a la derrota”.

“¿Q-Que dices?” Dijo Petralka.

“El guion. ¡Es un cliché! Algo sucederá en el último minuto para darle la vuelta y dejarla, como decimos en inglés, una perdedora”.

¿Desde cuándo hablas inglés? “Un… Un cliché, dices…”

“Sí, señora. Así son las cosas. Una ley del universo.”

Petralka se llevó una mano a la mejilla y lo consideró. “H-Hrm. Bueno, si es la propia ley del universo, entonces no hay nada que hacer… ”

“¿Le crees?” Exclamé Pero Petralka ya parecía sorda para mí. Sentí que probablemente estaba poniendo el carro delante del caballo de varias maneras, pero estaba señalando a Myusel y Elvia con una serie de pequeños asentimientos.

“Muy bien. ¡No somos la emperatriz en este momento! ¡No somos más que una mujer! ¡Nos tratarás como tal!”

“Si… Sí, señora…”

“¡Si seño…!”

Myusel y Elvia se enderezaron inconscientemente ante las instrucciones de sonido imperial de Petralka. Pero como prueba de que no estaban completamente abrumadas, los puños de Myusel estaban apretados a sus costados, y la cola de Elvia estaba tan recta como si tuviera una varilla de hierro.

¿Eh? ¡Esto no ha resuelto nada!

Estaba empezando a sentirme muy incómodo con las tres mirándose la una a la otra. De repente, Petralka inclinó la cabeza y comentó: “¿Pero qué constituye una pelea justa?”

Pausa de Myusel. Pausa de Elvia. Las dos se miraron la una a la otra. “Umm… ¿Cómo hacemos eso?”

“Sí, no sé…”

Bien, esperen, ustedes tres…

¿Realmente habían estado luchando entre ellas sin tener idea de lo que realmente estaban haciendo?

Pero tenía miedo de que si hacía una broma descuidada como esa, el resultado sería “Entonces tengamos otra competencia de bento” o “El que salta a Shinichi primero es la ganadora”, así que decidí mantener la paz.

Tal vez no fui el único que aprendió que la guerra era el infierno. “Bueno… eh, ¿qué tal el fútbol, entonces?”

“¡Eso difícilmente sería un concurso!” Petralka pisoteó con su pie. Bueno, ella no estaba equivocada.

“¿Cocinar, entonces?”

Esta vez fue Elvia quien se opuso: “¡Ganarías en eso, Myusel!”

Cierto. Teniendo en cuenta cómo su paladar de bestia era diferente al mío, Elvia estaría en desventaja en un concurso de cocina.

Además, Myusel cocinaba todos los días; ella era prácticamente una profesional. Elvia, al menos, no tendría esperanza contra ella.

Era casi demasiado obvio mencionarlo, pero las tres eran personas diferentes con talentos diferentes. Esas capacidades diferentes, combinadas con diferentes niveles de experiencia, hicieron que cualquier cosa que pudiera estar influenciada por esas habilidades sea inherentemente injusta.

“Es realmente muy simple”, dijo… sorprendentemente, no era Hikaru-san. Esta voz…

“¡Hoo hoo hoo! ¿Problemas con el amor? ¡Confía en una mujer adulta con mucha experiencia!” Era Minori-san, sonando llena de confianza. Supongo que ella debe haber escuchado la conmoción. Eso estuvo muy bien, pero

¿no parecía un poco… diferente de alguna manera? Para el caso, ¿no se había dicho Minori-san que era una mujer muy soltera cuyos años sin novio eran exactamente iguales a su esperanza de vida? Una vez más, tenía demasiado miedo de las posibles consecuencias para expresar realmente todo esto.

“Cada una de ustedes quiere disparar una flecha a través del corazón de Shinichi-kun, ¿verdad?”

“Sí, por supuesto…”, dijo Petralka. No estaba seguro de que se diera cuenta de que efectivamente acababa de confesarse.

“Entonces, todo lo que necesitas saber es para cuál de ustedes Shinichi- kun es más moe”.

“Espera, Minori-san, no sé sobre eso-”

¿Deberíamos realmente tratar el “carácter moe” y el amor como si fueran la misma cosa? Quiero decir, era cierto, podías sentir una especie de falso amor hacia un personaje, pero…

“Entonces, Shinichi-kun. ¿Para ti quién es más moe?” Minori-san preguntó, y Myusel, Petralka y Elvia me miraron directamente. Frente a tres miradas muy expectantes, casi me desmorono.

“Si… Si supiera eso, no estaría tan preocupado, ¿verdad?”

“¡Un hombre necesita ser claro acerca de sus sentimientos!”

“¡Todo el problema es que no puedo elegir!” Lloré, y Minori-san y Hikaru- san suspiraron.

“Si realmente no lo sabes”, dijo Hikaru-san, “entonces, hasta que lo hagas, necesitaremos un juez, uno completamente imparcial”.

“¿Eh…?” ¿De qué estaba hablando?

Parecía que no era el único que no lo entendía; todos los demás también estaban mirando la radiante cara de Hikaru-san. Levantó un solo dedo y dijo: “Tenemos que hacer el moe visible”.

***

Mi visión era oscura. Quiero decir, por supuesto que sí, tenía una tela negra atada a los ojos.

“Ummm……”

Ciertamente no podía quitármelo: mis manos estaban atadas a los brazos de la silla con cinturones o algo así. Mis pies también estaban atados a las patas de la silla. Tal vez podría intentar levantarme, pero pensé que la silla no estaría contenta con eso. Cegado e incapaz de moverse, la única forma que tenía de descubrir lo que estaba sucediendo a mi alrededor era escuchar con mucho cuidado.

¿Qué me iba a pasar? No tenía ni idea. Para ser honesto, estaba extremadamente preocupado.

De repente, escuché la voz de Myusel, muy cerca: “Um… ¿Qué es esto?”

“Hoo hoo. Déjame mostrarte cómo usarlo “, llegó la voz de Hikaru-san. Y entonces-

“¡¿Heek?!” Grité un poco cuando alguien sopló en mi oído. “Ahí… ¿Ves?”

¡No, no, no veo!

Cuando me senté allí desconcertado, la venda se quitó de repente y mi mundo se puso blanco.

“¡¿Q-Qué diablos te pasa?!” Mis ojos, acostumbrados a la oscuridad, ardían a la luz de la habitación. Entrecerré los ojos y un segundo después mi visión volvió a la normalidad. Vi un círculo de chicas (y un chico vestido como una niña) rodeándome. Myusel, Petralka, Elvia, Minori-san y Hikaru- san.

Miré más allá de ellos en la habitación en la que estábamos. Los muebles y las decoraciones eran mínimos. Sin embargo, el escritorio parecía un tornado: una máquina de coser, trozos de tela, perlas… Me di cuenta de inmediato en qué habitación estábamos. Me habían llevado a la habitación de Hikaru-san.

Después de su incomprensible proclamación sobre “visualizar moe”, Hikaru-san me había vendado los ojos y me había tomado de la mano antes de sentarme en esta silla y atarme.

“¡¿Qué demonios?!”

Sabía que me había atado, sí, pero ahora vi que esos no eran solo cinturones que me sostenían en la silla. Tenían cuerdas saliendo de ellas, que corrían hacia una computadora portátil en el escritorio cercano.

“Es un detector de mentiras”, dijo Hikaru-san con una sonrisa brillante.

¡¿Disculpa?!

Hikaru-san giró la computadora portátil sobre el escritorio para que pudiera ver la pantalla. Había un gráfico con líneas irregulares, como un EKG, que se actualizaba constantemente, mientras que al lado había un gráfico de barras que se movía esporádicamente hacia arriba y hacia abajo. Obviamente estaban midiendo en tiempo real.