Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 5

Capítulo 4: Al Rescate – Supongamos Que Un Héroe Siempre Llega Tarde… Incluso Si El Mismo No Lo Sabía

Parte 2

 

 

Saltó hacia la langosta que estaba montando. Ella desesperadamente lo espoleó para que huyera.

“¡No! ¡No quiero que este payaso arruine mi impecable plan!”

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“¡Suelta ese huevo ahora! ¡Antes de que las lombrices intestinales te derroten a ti también!”

“¡Ni siquiera existen!”

El destino de Azami se redujo a un juego infantil de atrapadas.

Haciendo pleno uso de sus alas, la verdadera Micona tenía a Riho y Phyllo contra las cuerdas.

Riho estaba disparando magia con su brazo de mithril, pero no había dado ni un solo golpe.

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“¡Maldita sea! ¡Si tuviera un poco más de tiempo para cantar o garabatear un sigil!”

Incapaz de verter suficiente magia en sus ataques, incluso si lograba dar en el blanco, difícilmente harían nada. Ella estaba comenzando a entrar en pánico.

Marie también estaba luchando por conseguir un hechizo.

“Si  Micona  lograba  llegar  a  Eug,  ¡incluso  Lloyd  tendría  que  correr!¡Tenemos que retenerla aquí!”


“… Mm.”

Con Micona haciendo un uso completo de las tres dimensiones, las artes marciales de Phyllo no pudieron conectarse. Cada columpio llegaba vacío, dejando nada más que un soplo de viento.

Phyllo dejó de perseguirla y corrió hacia Riho. “¿Qué, Phyllo? ¿Tienes una idea brillante?”

Riho miró esperanzado. Phyllo asintió y susurró su idea. “Creo…”

“¿Usted piensa, qué?”

“… Creo que Micona está enamorada de Marie”.

“¡¿A quién le importa?!” Riho rugió.

Phyllo no se inmutó. Ella nunca lo hizo. En cambio, señaló a Micona. “………………”

Micona había dejado de esquivar, mirando repetidamente en dirección a Marie, como un chico que acaba de anotar un strike en la bolera, comprobando si las chicas estaban impresionadas.

“… ¿Ves?”

Se sumergió cerca de Marie y luego retrocedió. Repetidamente. ¿Qué estaba logrando?

“¿Su codo?”

Cada vez que Micona se abalanzaba sobre ella, su codo rozaba las tetas de Marie. Riho se echó a reír, olvidando que estaba en medio de una pelea.

“¡Riho!  ¡Phyllo!  ¡Creo  que  Micona  todavía  podría  tener  el  control!¡Podríamos usar eso!”

Marie parecía pensar que esta era la razón por la que Micona no estaba atacando, pero era todo lo contrario, porque había perdido los sentidos, estaba toqueteando sigilosamente las tetas de Marie.

“………… ¿Entiendes?”

A Riho todavía le resultaba imposible preocuparse. Se frotó el puente entre los ojos.

“Está bien, claro”, dijo. “Pero digamos que está enamorada… ¿qué hay de eso?”

Esa fue una posible explicación de las acciones de Micona, pero ¿cómo usarían esa información? Para Riho, fue solo otra distracción.

Phyllo la miró directamente a los ojos y le ofreció una sugerencia. “…… Podríamos usar a Marie como escudo y detener su ataque”.

“Se seria. Nuestro problema es que no podemos golpearla. Necesitamos una forma de llevarla… Espera”.

Ella había tenido una idea.

“No  necesitamos  derribarla.  Quiero  decir,  le  han  lavado  el  cerebro, ¿verdad?”

Ella  no  era  así  normalmente.  Estaba  siendo  poseída  por  influencias antinaturales y apenas conservaba sus instintos básicos frente a Marie.

“Si pudiéramos liberarla del control mental… ¡vale la  pena intentarlo, Phyllo! Cómprame algo de tiempo”.

“………… Mm.”

Riho se dirigió directamente hacia Marie. “¡Eep! ¿Riho?

Riho la agarró por los hombros. “Escucha, Marie. Dile estas palabras exactas a Micona”.

“¿A Micona? ¿Qué quieres decir?”

“¡No lo pienses! ¡No te atrevas a actuar avergonzado o dudar! De hecho, un poco de vergüenza podría ayudar”.

“Um… eso suena dudoso…”

Riho se inclinó y le susurró al oído a Marie. “… ¿Puedes decir eso?”

“¿Por qué?”

“¡Por favor! ¡No tengo tiempo ni ganas de dar explicaciones!”

“¿Ni ganas…? Argh, está bien, lo haré”.

Riho le dio una palmada de agradecimiento en el hombro. Muy insegura de sí misma, Marie se volvió hacia Micona.

Micona y Phyllo iban a hacerlo. “… Ow”, murmuró Phyllo. Enfrentarse a Micona sola fue demasiado para ella, y estaba recibiendo muchos golpes.

Un leve ceño fruncido apareció en su rostro. Realmente no quería perder aquí.

Pero Micona no retrocedió.

Entonces la voz de Marie intervino. “¡Micona!”

Un estremecimiento la recorrió, un momento de vacilación causado por el conflicto entre su lavado de cerebro y sus instintos (carnales).

Ese mismo carcaj recorrió todas las copias de Micona. Sus movimientos se ralentizaron.

La cabeza de Micona se volvió hacia Marie con un crujido audible.  Marie respiró hondo. “¡Para esto! ¡Esto no es lo que realmente quieres!” Un leve jadeo escapó de los labios de Micona. “… Ah.”

“¡Libérate de este control mental!” Marie lloró. “¡Ayúdanos a robar el huevo! Si lo haces…”

“……… Ah.”

“¡Te daré todo lo que quieras!”

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Todo el cuerpo de Micona comenzó a vibrar. Sus caderas se retorcían.

“… Um, eso significa de mi tienda, ¿verdad?” Marie dijo, volviéndose hacia Riho.

“Uh, claro”, respondió Riho, mirando a la distancia. “Algo así… Wow, entonces la idea de Phyllo estaba en lo correcto. ¡Ay, Marie, apesta ser tú!”

Su tono monótono sugería que sabía algo que a Marie le iría mejor sin saber.

“Espera, Riho, ¿por qué te compadeces de mí de repente? ¿Qué te pasa?” La escritura de Micona disminuyó, y habló con una voz ronca.

“…… ¿Cualquier cosa? Sé más específica.”

¡Ella estaba exigiendo detalles!

“Er, um, ¿cómo la medicina de mi tienda?”

“¿Y? ¿Qué otra cosa?”

“Uh… ¿té?”

“Ve un poco más lejos”.

Ella fue realmente receptiva, como si ya hubiera sacudido el lavado de cerebro.

Riho  sintió  que  el  choque  entre  el  sentido  común  y  la  falta  de  él probablemente los llevaría al principio, así que corrió hacia Micona.

“Micona, escucha, ‘cualquier cosa’ significa ya sabes qué”.

“¿Y por ‘ya-sabes-qué’, quieres decir?”

Riho comenzó a entrar en pánico. ¡Tonterías! ¡Debe haber algo que le engañe los ojos! ¡Algo convincente!

Comenzó a hurgar en sus bolsillos como D-raemon en problemas.

Entonces… encontró algo en su bolsillo trasero. Lo sacó y lo sostuvo ante los ojos de Micona.

“¡E-Esto es…!”

Un trozo de tela blanca.

Braguitas de seda de araña de tierra, fabricadas en Kunlun. “Te daré las bragas de Marie”.

“¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!” Retorcerse, retorcerse, retorcerse.

El ruido que hizo Micona fue un chillido, un rugido y un bramido a la vez. Las alas de su espalda cobraron vida con un zumbido y salió disparada en dirección a Eug. Las bragas que le había arrebatado a Riho se agarraban con fuerza en una mano.

Hubo un silencio incómodo.

“¿Significa esto que Micona ha vuelto a la realidad? No pude escuchar ese último intercambio. ¿Qué dijiste? ¿Qué le acabas de dar?”

“Yo… ¿supongo que eso cuenta?”

Era dudoso que Micona hubiera vivido alguna vez en la realidad, pero al menos, la artimaña había funcionado.

Al ver a Micona lanzarse hacia Eug, Riho murmuró sombríamente: “Que nunca descubra que esos eran míos”.

***

 

 

Mientras tanto, el pánico de Eug estaba alcanzando nuevas alturas.

Lloyd podría ser la persona más débil de Kunlun, pero aún tenía su fuerza única.

Ella había contado con Shouma y Sou para contrarrestar eso, pero se habían reducido instantáneamente a un camarógrafo y director, filmando cada uno de sus movimientos.

Mientras tanto, Allan había entusiasmado a los aventureros… así que al menos, pasaría un tiempo antes de que pudieran arrinconar al rey.

“¿Por qué no funciona mi plan? ¡Realmente me estás cabreando, Alka!” Eug maldijo, dirigiendo su langosta por el aire. “¡Pero todavía tengo un enjambre de langostas y marionetas! Si podemos tomar al rey como rehén… ¡eep!”





“¡Dame el huevo! ¡Antes de que te dé lombrices intestinales también!”

“¡Eso ni siquiera es una posibilidad! Argh… al menos tengo que detener a este chico de alguna manera…”

Luego, la verdadera Micona apareció desde su punto ciego. Agarrando un trozo de tela blanca en una mano, lo cual era extraño, ¡pero Eug estaba encantado! ¡Su respaldo había llegado!

“¡Finalmente!  ¡La  Micona  original  debería  ser  compatible  con  Lloyd! ¡Quítame de encima a este chico!”

Whoosh.  (Este fue el sonido de Micona arrebatándole el huevo de las manos).

“¿Eh?” (El rostro de Eug se congeló en una sonrisa triunfante). Sacudida. (Micona arrojó el huevo en dirección a Marie).

Terminó en cinco segundos.

Así terminó la batalla por el huevo.

Eug y Lloyd estaban encerrados en su lugar.

Finalmente, Eug soltó un chillido. “¡¿Qué estás haciendooooooooo?!”

Micona  comenzó  a  inquietarse,  con  los  ojos  fijos  en  Marie.  Estaba buscando un cumplido. Si tuviera cola, la estaría moviendo muchísimo.

Cualquiera sea la razón, habían robado con éxito el huevo, así que Marie estaba encantada.

“¡Demonios sí! ¡Tenemos el huevo!”

“¡Si podemos sacar a Vritra de allí, Alka recuperará su poder!” Riho y Marie estaban celebrando, pero no Phyllo.

“… Así que lo tenemos, pero ¿ahora qué?” ella preguntó. “¿Descífralo?”

“S-Sí, supongo que sí. ¡Phyllo, estás despierto!”

Le entregaron el huevo y ella desató un formidable aplastamiento… “…Nada.”

Intentó darle un cabezazo, pero fue igualmente ineficaz. El caparazón simplemente se bamboleaba como goma, absorbiendo el golpe.

“¡Lo siento, pero parece que no eres lo suficientemente fuerte! ¡Dámelo aquí!”

Pero  incluso  con  el  brazo  de  mithril, el  huevo  de Vritra  permaneció imperturbable.

Eug casi los había alcanzado. “Odio irrumpir”.

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¡Shpp! Selen había aparecido de repente entre Phyllo y Riho. “¿S-Selen? Lo siento, pero esto está más allá de tu…”

Antes de que pudiera terminar, Selen comenzó a gritarle al huevo.

“¡Oye, Vritra! ¿Por qué te escondes en ese huevo? ¡Todos estamos en problemas y es tu culpa! ¡Gracias a ti, Sir Lloyd, mi precioso niño, tuvo que volar todo el camino de regreso desde Kunlun para estar a mi lado! ¡Deja de acobardarte dentro de esa cosa y sal de aquí!”

“Estar a tu lado, seguro. ¿Mmm?”

El huevo en su mano se estremeció.

“……… ¿Selen se está comunicando con él?”

“¡¿Rechazas las órdenes de tu amo?! ¡Bien! ¡Que sea así! La penalización será de cinco repeticiones nocturnas de las estadísticas físicas de Sir Lloyd de memoria y revisaremos mi lista completa de setecientas treinta razones por las que Sir Lloyd es maravilloso. Después de eso, tendrá que hacer dibujos de la cara de Sir Lloyd con los ojos cerrados hasta que pueda producir los resultados que considere satisfactorios”.

El temblor se hizo más fuerte.

“¿Dije todas las noches? ¡Eso es demasiado en el futuro! ¡Será mejor que comencemos ahora mismo! ¡Razón número uno! ¡La sonrisa de Sir Lloyd es la razón de la prosperidad de toda la humanidad! Sir Lloyd es como un sol que brilla en los corazones del hombre, el ímpetu para la creación de una nueva vida, la base de cada una de nuestras acciones, la antítesis del pecado original, y por eso resuelvo dedicarme a su servicio sin importar cuántas personas me llamen  acosadora, desafiando el tribunal de la opinión pública y el largo brazo de la ley, dedicando mi vida y todas las reencarnaciones futuras hasta que la muerte nos separe y más allá desde los buenos días hasta las buenas noches eternas … ”

Algo de esto parecía derivado de algún discurso de filosofía corporativa, pero Selen pronunció todo sin un rastro de vergüenza. La gente que peleaba a su alrededor estaba empezando a mirarla.

Pero… resultó súper efectivo.

El temblor se convirtió en agitación… y luego hubo un crujido.

“¡Aughhhhh! ¡Lo siento mucho! Maestra, ¡le pido perdón! ¡No más! ¡Tu voz resuena en mi mente! Todavía estás en la primera razón, ¡pero ya has escrito lo suficiente para una historia corta! ¡La mitad eran solo tus delirios! Si los escribiera todos y los publicara, ¡el libro resultante sería un instrumento contundente! ¡Tendrías que registrarlo como un arma letal!”

Con una ráfaga de disculpas, el cinturón maldito, poseído por Vritra, emergió del huevo roto.

Eug había estado a unos momentos de arrebatarle el huevo, pero cuando vio a Selen y el cinturón, lo perdió por completo.

“¡No! ¡No, no, no, no, no, NO! ¡¡¡Esto no está pasandoooooooo!!!!”

El chillido más fuerte del día hasta ahora. Estaba golpeando la espalda de la langosta.

“¡Lo sellé! ¡Permanentemente! ¡No hay forma de que pueda escapar de ese sello por su cuenta!”


“Los resultados de mi educación”, declaró Selen con orgullo.

“¡¿Qué educación?!” Gritó Eug. Señaló con el dedo a Selen. Estaba temblando. “¡Cualquier cosa que le hayas enseñado! ¡Es absolutamente! ¡Fundamentalmente! ¡Bleghhh!”

Eug dejó escapar un grito de sorpresa que se parecía mucho a un ruido de vómito.

Eug dejó escapar un grito de sorpresa que se parecía mucho a un ruido de vómito.

El aire mismo empezó a temblar.

“¡Son ellos! ¡Ellos vienen!” Eug gimió. “Oh, ¿la jefa? ¡Es hora de correr! ”

“Hemos filmado todo lo que hemos podido”. Sou y Shouma seguían sonriendo felices.

Mientras tanto, Allan muy maltratado lideraba una lucha desesperada para salvar al rey de las copias y langostas de Micona.

“¡Son casi tan buenos como la propia Micona!”

“¡No bajes la guardia, Allan! ¡Deje la causa raíz de este mal a las chicas! ¡Debemos proteger al rey! ”

“¡Rahhh! ¡Adelante, Allan!”

La multitud de aventureros chocó con sus horribles enemigos, rugiendo. Allan levantó un puño en respuesta.

“¡Entiendo! Estamos luchando hasta el final, monst… ¿Mm? Por el rabillo del ojo, Allan vio a alguien inesperado.

“… ¡Uf! ¿Nos apresuramos hasta el final sólo para buscar insectos?”

Definitivamente no era un aventurero. Era un anciano de aspecto alegre con un bastón.

Tonterías. ¿Algún civil que salió a dar un paseo ha entrado aquí por error? Allan echó a correr y gritó: “¡Anciano! ¡Mira a tu alrededor! No puedes estar…”

“¡Hmm, las ciudades siempre están llenas de vida! Así que estos son esos molestos… oxiuros de la ciudad, ¿verdad?”

El anciano no tenía mucho sentido, pero seguro que parecía muy tranquilo al respecto. Allan decidió que tendría que levantar al tipo y llevarlo a un lugar seguro.

Pero una langosta gigante se arrojó sobre la espalda del anciano. “¡Oye! ¡Estate atento! ¡Corre!” Allan chilló.

El anciano levantó lentamente la cabeza, la mano jugueteando con el pañuelo alrededor de su cuello.

“Vaya, qué langosta grande”, susurró, completamente despreocupado. Luego agitó la bufanda, como si la estuviera ahuyentando.

“Tonto, eso no…”

¡Whaaammmm! ¡¡¡¡Ka—scruuuuuuunch!!!!

Hubo un rugido y la onda de choque de la tela de sudor destrozó la cara y las piernas de la langosta, reduciéndola a polvo.

Allan miró boquiabierto la nube de polvo, su mente bloqueada por completo.

“¿Uh huh? ¿Anciano?”

El anciano se volvió a poner la tela que producía ondas de choque alrededor del cuello y se alejó.

“Joder, tanto alboroto por unos pocos insectos. ¿A qué viene la ciudad?”

A su lado estaba el tipo de mujer de mediana edad que se encuentra en cualquier granja, barriendo el suelo con una escoba.

“¡Abuelo Pyrid, no te excedas! La limpieza es una pesadilla”.

Estaba barriendo laboriosamente escombros y langostas medio muertas a un lado.

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“Oh, ¿otro?” murmuró, como si el monstruo que la atacaba fuera más basura para recoger. Se volvió y caminó hacia ella. “¡Hup!”

Sopesó su escoba, y la punta de la misma fue de repente terriblemente afilada.

“¡Si no mantienes las cosas impecables, tendrás insectos en todas partes!” Ella apuñaló a la langosta en la cabeza… y lo removió.

Spltt spltt.

Cuando estuvo segura de que no se movía, lo arrojó a un lado de la arena.

“¿Um? Eso es… una escoba, ¿verdad?” Dijo Allan, incapaz de procesar este combate transdimensional. “¿Me… me pegaron tantas veces? ¿Estoy viendo cosas?”

La visión de este anciano y mujer rolliza dominando alegremente el campo de batalla era ciertamente difícil de creer.

Pero antes de que Allan tuviera la oportunidad de recuperarse, un hombre con un hacha apareció atravesando las langostas, vestido con ropa negra, con un paño negro en la cabeza, con un aspecto de ninja.

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¡Shpp! ¡Shpp! ¡Scrunch! ¡Schiing!

Saltaba de paredes, pisos, escombros y pilares a velocidades vertiginosas.

“¡Qué alivio!” Dijo Allan. “¡Un ninja es mucho más fácil para el cerebro que los ataques de escoba y sudor! ¡Arghhh!”

El mismo hecho de que esto hubiera sido reconfortante hizo que le doliera la cabeza. ¡Pero los ninjas eran conocidos por el combate! A diferencia de los sudarios.

Sin prestar atención a la  reacción de Allan,  el  ninja se detuvo para recuperar el aliento.

“¡Vaya… más de ellos de los que pensaba! Esto llevará un tiempo…”

No parecía complacido con esto. Comenzó a mostrar signos muy parecidos a los de un ninja con las manos.

“Normalmente no usaría esto en errores, pero… es hora de hacer algunos clones”.

La sombra a sus pies comenzó a extenderse… y luego se convirtió en una forma humana.

“Uh… ¿c-clones?”

En segundos, veinte ninjas llenaron la visión de Allan.

Este espectáculo dejó a Allan tambaleándose, con los ojos en blanco.

La multitud de ninjas gritó. “”””””””¡Vamos a mostrarles lo que pueden hacer los leñadores!”””””””

“¡¿Qué tipo de leñador puede hacer eso?!” Chilló Allan.  Los leñadores no eran conocidos por clonarse a sí mismos.

Un misterioso torbellino apareció frente a los “leñadores”. Todos los monstruos desaparecieron, reemplazados por un joven de aspecto ordinario con una espada antigua.

“¿En serio se está clonando usted mismo para estas plagas?” preguntó.

““““““““Ahorra tiempo””””””””, corearon.

“Pfft, incluso esta vieja cosa contundente puede aclararlos. ¡Mira!” El joven agitó la hoja en dirección a una langosta distante.

“¿Qué fue de nuevo? Girlsbar? No… ¿Klondikebur? Espera… ¿se suponía que debía gritar ‘Excalibur’?”

Como en respuesta a esa última palabra, la vieja hoja palpitó con luz. La langosta distante fue volada, llevándose consigo una parte del estadio. Pulverizado.

“¿Ves? Todo lo que hay que hacer”.

“”””””””¡No demuele el edificio!””””””””

“Oh, no griten todos a la vez. ¡Eso fue solo un error por descuido!”

¡Eso fue mucho más que un descuido! Allan no pudo reunir la energía para señalar esto.

Estaba simplemente aplastado. Los aventureros, los soldados, Coba y Threonine estaban todos boquiabiertos, incapaces de creer lo que veían.

“¿Qué está pasando?”

Tatoeba Last Dungeon Volumen 5 Capítulo 4 Parte 2 Novela Ligera

 

Viejos, ninjas… y había algunos niños pequeños jugando con los monstruos en la distancia.

“¡Veamos quién puede lanzar los insectos más lejos!”

“¡Adelante! ¡Yo iré primero! ¡Hah! ¡Ay!”

En el segundo en que el niño agarró la langosta, su torso colapsó y las extremidades volaron en todas direcciones.

“¡Ha-ha! ¡Lo apretaste demasiado fuerte! Estas cosas son débiles, por lo que se convierten en polvo con mucha facilidad”.

“¡Oh, qué desperdicio! Vi uno más grande allí. ¡Intentémoslo!”

“¡Esos también son muy frágiles! ¡Cuidado!”

“¿Estos gigantes son… frágiles? ¿Qué estoy? ¿Estoy soñando?”

Una pequeña niña pasó tambaleándose, con una túnica blanca flotando: Alka. Se acercó a los niños y les dio un golpe en la cabeza.

“¡Vamos, vamos, no estamos aquí para jugar! Concéntrese en eliminar todos estos insectos. ¿Recuerdan lo que les dije?”

“¡Lo siento, Jefa! Reuniremos las langostas y los treants con forma humana en el centro de la arena”.

“¡Así es! Será más rápido si los aplastamos todos a la vez”.

Alka señaló el escenario, que ya estaba lleno de insectos y copias de Micona. Las copias se retorcían como muñecos rotos y las langostas aplastaban inútilmente sus mandíbulas.

“………………”

Incapaz de hablar, Allan miró más allá del escenario y vio a un granjero de aspecto totalmente normal agitando una mano.

“¡Jefa! ¡Tenemos a un grupo reunido! ¿Quieres hacer los honores?”

Alka asintió satisfecho. “Mm. ¡Denle un poco de espacio a todos!” llamó, señalando sus dedos hacia el cielo. “Lo convertiré en el meteorito más pequeño que pueda controlar… ¡Hmm, bastante bien!”

Hubo un rugido ensordecedor y una roca cubierta de llamas carmesí se estrelló contra el escenario.

“¡¿Qu-qu-qu-qu-qu-qué fue eso?!” Gritó Allan. Primero unos sudarios que hizo ondas de choque, ¡¿ahora meteoritos?!”

Alka asintió, complacida con la destrucción que había desatado tanto en el monstruo como en el escenario.

“¡Eso se encarga de eso! Tengo algunas personas a las que saludar, así que me retiraré temprano”.

“¿Ya hemos terminado? Hombre, no veo de qué se trata tanto alboroto.

¡Son solo algunos insectos!”

“No seas tan cascarrabias, abuelo. No reciben insectos como este en la ciudad”.

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Todos se reían como un trabajo bien hecho.

“Sí, como dijo la jefa, ‘¡la gente de la ciudad tiene miedo de los insectos, así que nos han pedido ayuda a los campesinos!'”

“Teletransportarse aquí a través de ese cristal fue mucho más difícil que el exterminio”, refunfuñó el joven de la vieja espada: Excalibur. “Rompimos la casa de alguien al salir de esa cosa… ¡No es mi problema!”

“”””””””No te preocupes, lo arreglé,”””””””” aseguró la multitud de clones leñadores.

Todos los demás presentes simplemente se quedaron atónitos ante la vista.

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