Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 5

Capítulo 2: Un Gran Golpe: Supongamos Que Un Compañero De Clase Alguna Vez Respetado Se Hubiera Vuelto Irreconocible En Una Reunión Escolar

Parte 3

Alka parecía cada vez más triste.

“Te refieres a Sou, ¿verdad? Ha fracasado en sus esfuerzos, pero sigue tramando. Tal vez piense que si se vuelve malvado, finalmente puede desaparecer para siempre. Uno de nuestros aldeanos se ha metido en eso. Parece que están detrás del inusualmente alto número de señores demonios o las cosas se separaron de ellos”.

“Nadie creería que él era el héroe legendario, Sou”.

“Cuando reunió a todos los señores demonios y los arrojó a la prisión final, su papel debería haber terminado. Pero en lugar de desaparecer, fue devuelto al mundo. Nunca el hombre más estable, quiere desesperadamente dejar de ser el héroe”.

Ella miró al cielo, hablando en voz baja, como para sí misma.

“Pero  liberar  a  todos  los  señores  demonios  capturados  nunca  será suficiente. No con el mundo finalmente estable”.

Era raro ver a Alka tan seria. Eug se cruzó de brazos, igualmente solemne. “Alka”, propuso. “¿Crees que es hora de pasar a la siguiente etapa?”

“¿La siguiente etapa?”

Eug le sacó la piruleta de la boca y apuntó a Alka.

“¿Lo has olvidado? Desarrollar el mundo, devolver las cosas al nivel que solían tener”.

“¿Quieres decir… cómo eran las cosas en ese entonces?”

“Sí”, dijo Eug, mostrando una sonrisa maliciosa. “Esa bruja… ella es la princesa de Azami, ¿verdad? Si iniciamos una revolución industrial allí, bueno, tendrán la prosperidad para manejarla, incluso si nos movemos rápido. ¿Recuerdas lo genial que fue? ¿Coches y aviones por todas partes? Podías pedir lo que quisieras con la punta de tu dedo”.

“¿Pero es necesario desarrollar el mundo ahora mismo?”

“Sí. La investigación mágica ha progresado lo suficiente. Incluso hay personas que intentan descifrar runas. Eso significa que podemos esperar un progreso real, mezclando magia y ciencia de nuevas formas. Veremos un mundo completamente nuevo, uno que nunca podríamos tener en los viejos tiempos. Y si mantenemos la Última Mazmorra bajo control, los señores demonios no son una amenaza, y podemos recuperar a nuestros camaradas perdidos como antes”.

Pero cuanto más brillaban los ojos de Eug, más sombrío se ponía Alka.

“Una ilusión. No podemos actuar sobre eso solos. O todo volverá  a suceder”.

“¡Este es todo nuestro propósito! Y si no actuamos pronto, la Última Mazmorra se abrirá y algunos de los llamados señores demoníacos volverán a hacer del mundo un infierno viviente. Como dijiste, todo volverá a suceder”.

Se hizo un silencio.

Durante un largo rato, los únicos sonidos fueron el crujido de sus sillas y el tintineo del hielo en el vaso de Eug.

Finalmente, Eug habló de nuevo. “Lo escuchaste antes, ¿verdad? Vritra, el director Ishikura casi lo recuerda”.

“No he escuchado ese nombre en un tiempo”, dijo Alka, mirando su reflejo en el cristal.

La silla de Eug crujió cuando ella se reclinó, mirando hacia las estrellas.

“Sí, recordaba haber visto anime con sus hijos. Salté y evité la crisis, pero… si recuerda más, no sé qué hará en su confusión”.

Volvió los ojos a Alka, inclinándose hacia adelante.

“¿Si lo obligamos a volver a la normalidad aquí sin sus hijos? Bien podría ir tras la Última Mazmorra. Vritra no es el único. Incluso los señores demonios alguna vez fueron…”

Alka le lanzó una mirada, interrumpiéndola. “Podrían reemplazarnos, rehacer este mundo a su gusto, abusando de las runas…”

“Sí. Pero si este mundo puede crear un híbrido de ciencia-magia que pueda controlar la Última Mazmorra y restaurar lo que se encuentra en esas profundidades… o agregar magia a la ciencia para hacer algo aún mejor…”

Alka miró fijamente su vaso de nuevo.

Al darse cuenta de que Alka no se atrevía a dar el siguiente paso, Eug suspiró y sacudió la cabeza.

“No puedo hacerlo por mi cuenta. Puede que sea el rey de los enanos, pero a ellos no les importa nada más que su trabajo. Necesito que trabajes conmigo. Necesitamos restaurar las formas que nuestros viejos camaradas perdieron y recuperar la paz verdadera”.

“Lo sé… pero ¿no puede esperar un poco más?” Contemplaron las estrellas juntas.

“He esperado demasiado”, dijo Eug en voz baja. Tan suavemente, Alka nunca escuchó.

Las palabras se desvanecieron en las estrellas de arriba.

Bajo ese mismo cielo estrellado, en otra habitación de esa misma casa, Merthophan estaba a cuatro patas, con la frente pegada al suelo.

“¡No puedo disculparme lo suficiente!”

Estaba postrado ante Marie. Chrome y Choline estaban sentados detrás de ella, bebiendo y haciendo una mueca de dolor.

Marie se vio obligada mucho a ocupar esta posición, por lo que estar en el extremo receptor fue especialmente incómodo.

“¡Eso es suficiente! Levanta tu cabeza. No puedo aceptar esto. Es como si me estuviera viendo a mí mismo arrodillándome ante la loli abuela…”

Como tener un espejo frente a su propio comportamiento. Marie tenía un repertorio mucho más amplio de reverencias, con variaciones que incluían sollozos ahogados y muchos mocos, y estos proporcionaban a los observadores (bueno, Alka) un sin fin de entretenimiento.

La cabeza de Merthophan se alzó bruscamente. “¡Gracias por sus amables palabras, princesa María! ¡Este es un rábano daikon de mis campos!”

Sacó una verdura blanca gigante y la tendió, lágrimas de gratitud corrían por su rostro.

“Uh… este no es el mejor momento…”

“¡Buen punto! ¡Te lo daré, con muchas otras verduras, de camino a casa!”

Envolvió el daikon en un paño bonito y luego le puso el tope al vaso. Cualquiera que conociera su historia se horrorizaría ante esta demostración de servilismo; los rostros de sus antiguos colegas lo demostraron.

Pero la mención de su partida puso una pregunta en la mente de Choline. Con las mejillas algo enrojecidas por el alcohol, preguntó: “¿Alguna vez volverás a Azami, Merthophan?”

“No en el corto plazo”, dijo, luciendo sombrío. “Puede que haya estado bajo el control de un señor de los demonios, pero aun así traté de derrocar a la monarquía”.

“Sí… me lo imaginé”.

Ella todavía parecía decepcionada.

Su expresión se volvió aún más sombría.

“Y si dejo Kunlun, mis hijos, los cultivos por los que he trabajado tan duro para cultivar, no tendrán a nadie que los cuide”.

“C-Cierto…”, logró decir Chrome. Tener cultivos llamados niños hizo que un escalofrío recorriera su espina dorsal.

“Cuando llegué aquí por primera vez, todo era tan extravagante que mi mente no podía manejarlo. Tenía miedo de afrontar el amanecer. Pero gracias a mis cultivos, espero con ansias cada nuevo día”.

Por cierto, los productos de Kunlun podrían cosecharse un mes después de plantarlos, mucho más de lo que se podía lograr con la reproducción selectiva o la modificación genética.

La necesidad de recolectar todos esos cultivos todos los meses era mucho trabajo, incluso con el poder que poseían los aldeanos de Kunlun … especialmente porque Alka siempre desaparecía en la época de la cosecha, como un trabajador a tiempo parcial que siempre toma tiempo libre pagado cuando conocen la tienda estará repleto debido a una campaña promocional.

“Ese señor demonio… ¿Puedes contarnos más sobre él? La loli abue— la jefa Alka no será realmente específico”.

Marie había preguntado sobre los señores demoníacos varias veces, pero Alka siempre los descartaba como un “dolor en el trasero”.

“Sé que los recuerdos deben ser dolorosos, pero cualquier información que tengas sobre los señores demonios sería de gran ayuda”.

Merthophan gimió pensativo. “Tenía rencor contra el Imperio de Jiou”, dijo. Las palabras no le vinieron fácilmente. “Creía que eran los responsables de la destrucción de mi hogar. Y mi enojo por ellos creció y creció… y luego un comerciante apareció ante mí”.

“¿Un comerciante?”

“Sí, dijo las palabras que deseaba escuchar y me entregó una joya, como un huevo siniestro, indicándome que se lo diera al rey Azami…”

“Eso es extraño”, dijo Chrome, interrumpiendo. “No puedo imaginarte aceptando algo así de un total extraño, y mucho menos entregándoselo al rey”.

Merthophan era un verdadero riguroso con las reglas. Nunca aceptaría el tipo de sobornos o el tipo de tratos clandestinos que a menudo ocurrían entre comerciantes y líderes militares.

“Sí, en retrospectiva, no tengo idea de lo que estaba pensando. Pero en ese momento, nunca dudé de mis acciones. Me sentí impulsado a actuar, sin dudarlo, una especie de control mental, si me perdonas por poner excusas”.

Volvió a inclinar la cabeza, para disgusto de Marie.

“Eso fue cuando me pediste que comenzara a investigar runas, ¿verdad?” Choline apareció. “Pensé que era extraño, considerando que nunca supiste mucho sobre magia”.

“Parece probable… Mis recuerdos son bastante confusos”. Merthophan frunció el ceño, perdido en sus pensamientos. Marie volvió al grano. “¿Puedes describir a este comerciante?”

“Lo siento, ni siquiera estoy seguro de que fuera un comerciante. Sé que era un hombre, ¿tal vez treinta? O sesenta… ¡oh! Cierto.”

“¿Te acuerdas de algo más?”

“El hombre me preguntó cómo se veía para mí. Y dije que probablemente era una especie de comerciante…”

Cuando agregó esto, Chrome y Choline se sentaron. “Choline, ¿crees que…?”

“Chrome, ¿podría estar este comerciante detrás de…?”

“¿Detrás de qué?” Marie preguntó.

Chrome la puso al tanto de los informes de personas desaparecidas y del extraño hombre que había sido visto preguntando cómo lo veían las personas.

Cuanto más escuchaba, la expresión más sombría de Marie crecía.

“¿Entonces Abaddon pudo haber sido el señor de los demonios que poseyó a mi padre, pero había alguien más detrás de sus acciones?”

Y potencialmente estaban tratando de repetirlo. Un pensamiento escalofriante.

El silencio se instaló en la habitación. Se rompió por un golpe en la puerta y Lloyd, trayendo té.

“Hola a todos. ¡Pensé que te vendría bien un poco de té!” Su voz alegre inmediatamente levantó el ánimo de todos. “¡Gracias, Lloyd!”

Les entregó una taza a cada uno. Merthophan tomó un vaso de jugo de uva.

“¿Qué es esto?” Preguntó Merthophan.

“Oh”, dijo Lloyd con una sonrisa genuina. “Sé que tienes un historial problemático con el alcohol, así que supuse que te estabas absteniendo. Y pensé que quizás querrías algo extra para hacerles compañía”.

Era como si le estuviera ofreciendo al conductor designado una cerveza sin alcohol.

“Er, cierto…”, logró decir Merthophan.

Era un patriota decidido, pero Lloyd parecía verlo como nada más que un ex borracho convertido en abstemio.

“Estoy seguro de que no recuerdas nada de eso, pero hiciste un desastre durante el festival. Vestirse como un insecto extraño, tambalearse borracho… ”

Ahora era un cosplayer borracho, aparentemente. Merthophan luchó por contener las lágrimas.

“No puedo disculparme lo suficiente por eso”, gruñó.

“¡Escuché que también había monstruos alrededor! Pero Marie se encargó de eso… Me alegro de que todo haya terminado de forma segura. ¡Espero que puedas volver a trabajar pronto! Estoy seguro de que tienes mucho que enseñarme”.

Lloyd inclinó la cabeza y salió de la habitación. El silencio en su estela fue aún más largo. “Um, ¿no… él no sabe lo fuerte que es?”

“Al parecer, es la persona más débil de Kunlun”. Hubo una breve pausa.

“Se siente una tontería preocuparse por algo ahora…”

Con Lloyd y Kunlun alrededor, ningún señor demonio podría representar una amenaza. Las miradas sombrías eran cosa del pasado.

Ahora, en otra habitación, las tres chicas cadetes tenían sus futones alineados en una fila.

Imagínese el viaje escolar estándar, chicas con las cabezas juntas, susurrando sobre a qué chicos van a invitar a salir, esto no era eso. Después de todo, ya era obvio a quién les gustaba.

“… ¿Qué?” Dijo Riho, con los ojos entrecerrados y las mantas levantadas. Con su cabello suelto así, parecía significativamente menos marimacho, incluso toques de linda.

Selen y Phyllo la estaban mirando, y ella no estaba dispuesta a retroceder ante ese desafío.

“Estás haciendo trampa.”

“… Trampa,” repitió Phyllo.

“¡Cállate! ¡No es culpa mía! ¿Qué pasa con el concurso de miradas de todos modos?” Riho se echó las mantas hacia atrás y adoptó una postura de lucha.

“Te estamos monitoreando para que no te cueles en su habitación al abrigo de la noche”.

“¡No soy tan tonta!”

“… Lo haría totalmente”, declaró Phyllo. Un problema en sí mismo.

“¡¿Por qué todos te aman?! ¡Incluso te dieron ropa nueva!” Selen protestó.

“No, ellos no…”

“…Ellas lo hicieron. Y escuché que esas ropas son realmente bonitas”.

“¿Eh? ¿Ellos lo hicieron?”

Riho la miró parpadeando. Phyllo explicó más.

“… Están hechos de seda superior obtenida de arañas de tierra”.

Arañas de tierra. Otro monstruo de alto nivel. La cara de un demonio, el cuerpo de un tigre y las patas de una araña. Una bestia espantosa, de hecho. El veneno en sus colmillos te dejaría con fiebre alta durante tres días y tres noches.

Si uno mordía a un aldeano de Kunlun, no sería más efectivo que la picadura de un mosquito… ya que todos tenían una alta resistencia al veneno.

“¡Ves! ¡Esa ropa demuestra que te aman! ¡Argh, estoy tan celosa!”

Antes de que Selen hubiera terminado de despotricar, Riho se levantó e inspeccionó su ropa.

“Whoa, ¿en serio? ¡La seda de la araña de tierra es increíblemente valiosa!”

Pasó los dedos por las mangas, comprobando la calidad. Incluso se subió la falda para inspeccionar su ropa interior. ¡Desvergonzado!

“¡Ah, Riho! ¡No hagas eso!” Incluso Selen se resistió.

Ignorando por completo a la otra chica, Riho completó su exploración detallada de su ropa interior y asintió felizmente.

“¡Ahora que lo pienso, estos son súper cómodos! ¡Creo que hice bien en no traer ropa interior!”

Algo  que  ninguna  chica  debería  decir  jamás…  pero  inmediatamente después, Riho comenzó a desnudarse.

“¡No puedo usar estos!”

Incluso  Phyllo  parecía  genuinamente  sorprendido  por  este  repentino striptease.

“… Um, ¿no te bañaste ya?”

“¡No seas tonta! ¡Me quitaré esta ropa antes de ensuciarla o arrugarla! ¡Tengo que venderlos!”

“¿Tiene un reemplazo?”

“¡Puedo dormir desnuda!  ¿Hay una percha aquí? ¡Oh, encontré uno! Cuidado con ellos, cuidado… heh-heh…”

Colgando amorosamente su ropa y ropa interior en las perchas, se aseguró de que no hubiera arrugas. En días posteriores, Phyllo afirmaría que verla sonriendo maliciosamente mientras alisaba la tela de sus bragas era casi impresionante.

En este momento exacto…

Hubo un golpe en la puerta y una voz suave. “Disculpen.”

“¿S-Sí?” Riho gritó un poco. Ella todavía estaba desnuda, después de todo. Aparentemente, esta fue una elección incorrecta de palabras, porque Lloyd lo tomó como un permiso para ingresar.

“Te traje un poco de té, así que…”

Cuando se abrió la puerta, se encontró cara a cara con todo Riho. “¡¡¡!!!!!!!!!” ”

Gritos silenciosos por todas partes.

“…………… ¡Hah!” La reacción instintiva de Phyllo fue patear a Lloyd lo más fuerte que pudo.

¡Ka-thunk!

Ocurrió tan rápido que Lloyd no tuvo tiempo de esquivarlo. Salió disparado por la ventana detrás de él hacia el cielo estrellado.

“… Nunca esperé echar a mi maestro”.

Había un matiz de pesar en el rostro de Phyllo.

Mientras tanto, la expresión de Selen se había vuelto inquietantemente en blanco. Señaló a Riho.

“Vístete.”

“Sí, lo siento”, susurró Riho. Ella se vistió obedientemente. “Como castigo, te vamos a atar ahora”.

“Si, lo siento.”

Riho se dejó atar de pies y manos.

De todos modos, estaba demasiado mortificada para pegar ojo. “Definitivamente traeré ropa interior la próxima vez… definitivamente…”

Un cambio de ropa interior es imprescindible para cualquier viajero.

Kunlun estaba bañado por la suave luz del sol del amanecer.

El verdor se bañó en la niebla de la mañana. Bueno, las plantas parecían malas hierbas, pero en realidad eran hierbas medicinales que se usaban para hacer una panacea. Si se comían directamente, podían adormecer toda la boca y paralizar gradualmente todo el cuerpo, por lo que realmente necesitaba saber cómo manejarlos.

Una bandada de pajaritos pasó volando. Bueno, matando pájaros. Conocidas como las pirañas de los cielos, cada una de ellas por sí sola no era una amenaza real, sino que dañaba a una, y toda la bandada vendría detrás de ti, picoteando hasta que no quedaran ni tus huesos.

Era una mañana pacífica… donde un paso en falso te enviaría directamente al infierno.

“Whoaaaaa, ¿qué te pasó anoche?”

Con su bata blanca brillando a la luz del sol de la mañana, Eug se pasó la piruleta por la boca, mirando de Lloyd a Riho.

“N-Nada”.

“N-Nada en absoluto”.

Esto despertó las sospechas de Alka. “¡No! ¡¿Pasó algo desagradable sin que me diera cuenta?!”

“No temas”, espetó Selen. “Ciertamente no fue lo que te estás imaginando. La atamos para evitar eso”.

El cinturón de la cintura de Selen, Vritra, se inclinó en señal de disculpa.

“No puedo rechazar una orden de ella. Espero que no haya sido demasiado difícil”.

“No, lo era… más o menos lo que me merecía. Argh”.

Solo el recuerdo hizo que Riho se pusiera rojo como una remolacha. “Bueno, entonces está bien… Entonces, ¿qué quieren todos?”

“¡¿Tengo que recordártelo de nuevo, Alka?! ¡La restauración de mi carne y sangre! Si permanezco en esta condición inestable, ¡podría desaparecer para siempre! ¡Y entonces ya no podrás controlar tu poder! ¡Incluso podrías romper el sello de la Última Mazmorra!”

“Oh, ahora lo recuerdo”.

“Siempre has sido así”, dijo Vritra, exasperado. “¡Nunca escuchas a nadie más! Incluso en nuestra búsqueda para salvar el mundo, ¡dejas que la información crítica entre por un oído y salga por el otro! ¡Incluso olvidó la información que recopiló personalmente! No importa cuántas veces te dije que sellaras esos documentos, ¡nunca te acordaste! ¡Un mal ejemplo para el personal en general!”

Lloyd y Marie estaban confundidos por la repentina referencia a sellar documentos.

Eug se apresuró a intervenir. “¡Bueno, aquí estamos! ¡Nuestro destino!”

La parte superior de un edificio se asomaba por encima de la superficie del suelo, casi como una mazmorra.

Paredes blancas que se derrumban, revelando el hierro en su interior. Las paredes en sí no eran de piedra natural, sino una especie de ladrillo gris.

Ninguno de ellos había visto nunca algo construido como esto o los materiales involucrados. Lo miraron maravillados.

“¿Es esto una mazmorra?” Preguntó Selen. “Sí, la prisión final, la Ultima Mazmorra”.

“Uf, venir aquí siempre me recuerda mis propias debilidades…”, dijo Eug con tristeza.

“¿Ultima…?” Dijo Riho. “¡Eso suena como si hubiera un tesoro loco ahí!

¿Vamos a entrar?”

Alka la agarró antes de que pudiera dar otro paso. “Aquí es donde duermen los señores demonios”.

“¿Los… señores demonios?” Riho gritó, completamente alterada. Ya había estado bastante traumatizada por uno el día anterior.

Y Riho no fue el único que se estremeció al pensarlo. Intercambiaron miradas nerviosas.

Ajeno a esto, Eug ofreció detalles adicionales. “Las mazmorras son esencialmente prisiones. La Ultima Mazmorra es la más remota de todas. No son guaridas llenas de monstruos y tesoros como te imaginas”.

La mirada en los ojos de Eug dejó en claro que tenía una historia con este lugar.

“Sometemos o negociamos con los señores demonios cada vez que nos amenazan y los encerramos aquí. No todos, y a veces escapan… como Abaddon o Erlking. Las mazmorras que todos conocen son esencialmente un camuflaje destinado a ocultar la Última Mazmorra. Los enanos los construimos en todo el mundo, a la imagen de esta mazmorra”.

“¡¿L-Los enanos hicieron las mazmorras?!” Riho gritó.

“Y se dejaron llevar un poco por eso. Hacer mazmorras se convirtió en una forma para que los enanos mostraran sus habilidades. Se obsesionaron con diseñar trampas y pasajes secretos, y llenaron cofres del tesoro con sus artesanías, desafiando a la gente a encontrarlos. Espíritu artesano en su peor momento”.

Una verdad impactante definitivamente haría que cualquier académico se enfadara y seguramente sorprendería a todos aquí.

“Incluso si se lo dijera a todo el mundo, nunca me creerían”, dijo Choline.

“Por supuesto que no”, respondió Chrome, sacudiendo la cabeza. “Tendrías que empezar probando que los enanos existen realmente. Eso por sí solo se consideraría un descubrimiento trascendental”.

La cuestión de por qué las mazmorras tenían trampas y tesoros había sido un tema de debate durante mucho tiempo, pero la existencia de enanos y Kunlun sería una noticia aún más sensacional.

Mientras tanto, Alka miraba sombríamente el Último Calabozo.

“La Ultima Mazmorra”, dijo. “Es deber de los habitantes de Kunlun someter a los señores demonios que emergen de estas profundidades”.

“¡¿L-Lo es?!” Lloyd gritó. “Nunca he visto uno, pero… ¡los señores demonios suenan realmente aterradores! ¡Ni siquiera puedo derrotar a un monstruo por mi cuenta, así que nunca tendría una oportunidad!”

No se había dado cuenta, pero en realidad había derrotado a un señor demonio treant por su cuenta. Todos simplemente dejaron pasar sus problemas de autoestima en estos días.

Eug señaló a Vritra. Él se estremeció.

“Vritra es la bestia guardiana de Kunlun y de Alka. Debido a que puede desviar todo el daño a Vritra, Alka puede controlar y abusar del poder que emerge de la Última Mazmorra sin que la destruya”.

“¿Su poder viene del calabozo?” Preguntó Riho. “¿Qué es exactamente este lugar?”

“¿Curiosa?” Preguntó Eug, sonriendo. “Algo ahí abajo pone de manifiesto lo que la gente de todo el mundo, en el inconsciente colectivo, supone que es verdad. Piense en ello como una runa a escala mundial. Estamos usando el guion antiguo y los cuentos de hadas para que el mundo perciba a Alka como la sacerdotisa de la salvación y a Vritra como la bestia guardiana”.

Eug estaba recitando un montón de jerga, su bata de laboratorio arremolinándose, pero nadie que lo escuchaba entendió una palabra.