Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 12

Kunihiko

Parte 1

Tengo recuerdos de mi vida anterior, ¿ves?

Una vida donde crecí en un planeta llamado Tierra, en un país llamado Japón.

Odio decirlo, pero en aquella vida, yo era más o menos un chico normal y corriente de secundaria.

Básicamente, lo único remarcable sobre mí es que tenía una amiga de la infancia.

No es que mi amiga de la infancia, Asaka Kushitani, y yo fuéramos especialmente cercanos ni nada.

Al mismo tiempo, tampoco es que no nos lleváramos bien.

Si tuviera que elegir, supongo que diría que nos llevábamos bastante bien.

Vivíamos en el mismo vecindario y asistimos a la misma escuela desde párvulos hasta la escuela media. También fuimos al mismo instituto, e incluso acabamos en la misma clase, aunque no es que lo planeáramos de esa forma ni nada por el estilo.

Básicamente, nos soportábamos el uno al otro.

Ella nunca vino a despertarme por la mañana, y tampoco solíamos caminar juntos hasta casa desde la escuela.

En todo caso, solía irme a la escuela bastante tarde, así que la mayoría de las veces, el vernos antes de clase era imposible.

En rara ocasión en la que me despertaba lo suficientemente temprano, nos encontrábamos y caminábamos juntos hacia la escuela de vez en cuando, pero eso es todo.

Pero, por extraño que parezca, tenía la vaga sensación de que acabaría casándome con ella algún día.

Por alguna razón, me sentía relajado al estar cerca de ella, como si me entendiera incluso si no decía nada.

Sí, sabía que la estaba medio cagando, y que si seguía tomándomelo con calma, tarde o temprano algún capullo probablemente vendría y me la robaría.

Pero seguí postponiéndolo, arrastrando los pies y permaneciendo como nada más que amigos de la infancia.

Era todo tan normal que apenas teníamos nada que nos conectara excepto que éramos amigos de la infancia.

No es que me importara, por supuesto.

“Lo normal no es nada malo” y esas cosas.

Pero supongo que sentía que faltaba algo.

Quería emprender una aventura increíble en alguna tierra lejana.

Para que me pasase algo emocionante, como en un juego o en una novela ligera.

Y sí, sabía que eso no iba a pasar, porque todas esas cosas son una mierda.

… O eso pensé.

Pero como ya sabes, lo siguiente es que acabé renaciendo en este mundo.

Voy a ser honesto: no recuerdo morir, y tampoco recuerdo mucho sobre el momento en que renací.

Es como si me estuviera quedando dormido o algo y lo siguiente que supe es que era un maldito bebé.

Cuando desperté fue como, ¡¿QUÉÉ?!

En plan, venga ya, la última cosa que recuerdo de mi anterior vida es que simplemente estaba sentado en clase de literatura clásica, ¿sabes?

No es lo que se dice un final emocionante.

¿Qué diablos me mató?

Y entonces yo era un bebé de alguna manera.

¡¿Quién no se extrañaría después de pasar por eso?!

Peor la razón por la que no entré en pánico total es que Asaka estaba acostada a mi lado.

Sí, así es.

Mi compañera de clase y amiga de la infancia, Asaka.

Por alguna razón, también se reencarnó. Fuimos amigos de la infancia otra vez.

Se veía diferente—quiero decir, ambos éramos BEBÉS—pero por alguna razón, me di cuenta de inmediato que era ella.

Y cuando le pregunté después, aparentemente ella tuvo la misma sensación.

Tan loco como eso.

Pero lo más importante, pensé que esto tenía que ser cosa del destino.

Como si los dioses nos estuvieran diciendo que nos mantuviéramos unidos o algo así.

Así que mientras había esa pequeña distancia entre nosotros dos en nuestras anteriores vidas, después de reencarnarnos, nos hicimos súper cercanos.

Asaka no podía olvidar nuestras anteriores vidas y tenía miedo de que se viniera abajo si yo no estaba cerca.

Y tener a Asaka significaba que tenía alguien con quien hablar de irnos de aventura realmente.

El mundo en el que renacimos es una especie de escenario de fantasía, con monstruos y aventureros—exactamente como lo había deseado en mi vida anterior.

Así que no dudé en anunciar que quería convertirme en aventurero y viajar por el mundo.

Si Asaka no hubiera estado a mi lado, no sé si podría haber sido tan atrevido.

Sería horriblemente aterrador ser lanzado repentinamente a un mundo desconocido donde no conoces ni un alma.

En serio. Tengo mucha suerte de tener a Asaka.

Tan pronto como pude hablar, lo primero que hice fue confesarme.

“No puedo vivir sin ti. Por favor, cásate conmigo algún día.”

Solté esto en mitad del día, con nuestras mamás mirando y todo.

Fue una confesión pública, pero al escuchar a Asaka contarlo, fue más como una ejecución pública.

Vale, ya. En retrospectiva, me estaba adelantando un poco.

Nuestras mamás me miraron divertidas, diciendo cosas como, “Crecen tan rápido.”

Para ser justos, no había forma de que pudieran saber que en realidad yo era un estudiante de secundaria de otro mundo en mi interior.

Tal vez lo mejor fue que lo vieron como un niño imitando una confesión por diversión.

Asaka parecía super avergonzada y todo…

Pero milagrosamente, ella me aceptó en el acto.

En nuestra anterior vida, siempre pensé que algún día tendría que hablar con ella correctamente, pero nunca encontré el momento adecuado, por lo que nuestra relación siempre estaba estancada en el limbo.

Nunca imaginé que cambiaría cuando nos reencarnáramos o algo tan loco como eso, pero supongo que al final todo salió bien.

En términos de momentos dramáticos, el haber renacido juntos fue tan bueno como parece.

Gracias a eso, incluso alguien tan denso como yo logró ser honesto con sus sentimientos, así que pensé que renacer no fue tan malo después de todo.

Asaka parecía extrañar nuestro mundo más que yo, porque a veces lo recordaba y lloraba y esas cosas.

Siempre que eso sucedía, me sentaba con ella y la consolaba en silencio.

Probablemente sea yo el raro por haberme adaptado tan rápido, ¿sabes?

Pero Asaka tiene la cabeza bien puesta sobre los hombros, así que se recompuso bastante rápido.

… Lo cual es un poco rollo, porque era realmente mona y mimosa cuando estaba deprimida.

Aun así, me alegro de que haya podido animarse y todo eso.

Renací en el mundo de fantasía de mis sueños y logré proponerle matrimonio a mi amiga de la infancia.

Sin duda suena como la construcción de un futuro brillante, ¿verdad?

Sabía que nos esperaban millones de momentos divertidos—Asaka y yo, viajando por el mundo juntos, pasando el mejor momento de nuestras vidas.

Nunca lo dudé ni por un segundo…

… hasta que llegó ese día.