Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 2

Capitulo 3: El General Demonio Rajas

Parte 2

 

 

Las cosas están a punto de ponerse feas. Si no hago algo, estos tipos están en problemas.

Suimei estaba interesado. Estaba interesado, pero ahora no era el momento de satisfacer su curiosidad. Si el demonio continuaba acumulando poder y atacando, significaría un desastre para los aventureros. Entonces, antes de que eso sucediera, Suimei comenzó su canto.

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“Oh flammae, legito. Pro venefici doloris clamore…”

[Oh llamas, reuníos. Como el grito del resentimiento del mago…]

Cuando el demonio escuchó a Suimei cantar, se burló y escupió amargas hostilidades en su camino.

“¡Ha! ¡¿No te dije que la magia de una plaga como tú nunca me haría daño?!”

“¿Es eso así? Ciertamente, ese pudo haber sido el caso cuando me estaba conteniendo. Pero me pregunto qué pasará cuando le dé algo de poder a este”.

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“¡¿Crees que una llama que solo emite tanto calor podría quemarme?!”

“¡Puedes apostar que sí, idiota de aspecto diabólico! ¡No subestimes las llamas de un mago!”

Suimei hizo esta declaración y retomó su canto.

“Parito colluctatione et aestuato. Deferto impedimentum fatum atrox!”

[Dar forma a la agonía de la muerte y estallar en llamas. ¡Otorga al que me obstruye un destino terrible!]

Con esas palabras, las llamas comenzaron a fluir desde varios círculos de magia que colgaban en el aire. Algunos se dispararon hacia abajo desde el cielo y algunos se dispararon hacia arriba desde el suelo.

Todas las llamas se juntaron, pero en lugar de estrellarse contra el demonio, esta vez envolvieron su cuerpo. Con el demonio como su centro, las llamas giraron como un remolino y quemaron todo a su alrededor, reduciéndolo instantáneamente a cenizas.

“¡Guh! ¡¿Qué?! Pero antes…”

La luz del fuego pintó el paisaje circundante de color bermellón y brilló a través de los árboles en un espectáculo rojo brillante. Una gema de magia naranja ardiente apareció en la mano de Suimei, que estaba envuelta en un pequeño círculo de magia. Y con las palabras clave finales de su canto, cerró el puño y lo aplastó.

“¡Itaque conluceto! ¡Oh Ashurbanipalis fulgidus lapillus!”

[¡Tan Brillante! ¡Oh, la deslumbrante joya de Ashurbanipal!]

Isekai Mahou wa Okureteru Vol 2 Cap 3 Parte 2 Novela Ligera

 

En un instante, las llamas que se habían estado enrollando alrededor del demonio lo envolvieron por completo con un rugido de fuego que ahogó todo el sonido en el área. Todos los que lo presenciaron no pudieron ver más que llamas. El suelo estalló, el cielo se tiñó de rojo y el aire fue una explosión gigante. Esta fue la deflagración mágica.

La creciente neblina carmesí se había transformado en un gran poder y explotó con una fuerza tan abrumadora que el demonio ni siquiera fue capaz de gritar de agonía mientras moría.

Todos los demás en el área pudieron hacer todo lo posible para protegerse del intenso calor de la explosión. Y cuando se apagó, lo único que quedó fue el olor a hollín y las formas humeantes de algunos árboles.

Suimei había ajustado el poder del hechizo para que no causara demasiado daño colateral, pero aun así, la pura ferocidad de las llamas que volaron al demonio había transformado el suelo debajo de donde estaba en magma. Todos los aventureros se quedaron allí, boquiabiertos mientras contemplaban la escena, pero finalmente uno de ellos habló.

“¡E-Esa fue una magia increíble!”

Era la chica maga del grupo. Quizás volviendo a sus sentidos después de escuchar lo que ella dijo, todos los demás comenzaron a hablar también. Tomando en cuenta los alrededores carbonizados que parecían que podrían quemarte con solo mirarlos, los otros aventureros decían cosas como “¡Qué poder destructivo…!” y “¡E-El suelo se está derritiendo!” Todos estaban horrorizados. Sin embargo, en unos momentos, el hombre con armadura del grupo se acercó a Suimei.

“¡Eh, tú! Puedes hacerlo si lo intentas, ¿eh? Si tienes ese tipo de truco bajo la manga, entonces sácalo al principio la próxima vez, ¿me oyes?”

“S-Sí. Pero, verás, esta fue la primera vez que luché contra un demonio”.

“¿Qué? ¿Es por eso que estabas siendo tacaño? La próxima vez, sácalo a primera hora, ¿de acuerdo?”

“S-Sí…”

El aventurero soltó una carcajada y después de que Suimei dio una respuesta vaga, se acercó a sus camaradas. Parecía tener la impresión equivocada, pero a Suimei realmente no le importaba. Se quedó allí, se rascó la cabeza distraídamente mientras se recomponía, y una vez más miró hacia las cenizas del demonio.

En cualquier caso… Eso es un demonio, ¿eh?

En resumen, esta fue la razón principal por la que Suimei y los demás habían sido llamados a este mundo. Bueno, un subordinado de esa razón.

Suimei había tenido la intención de jugar con él hasta que tuviera una comprensión completa de sus habilidades, pero había tenido que priorizar la seguridad de las personas que lo rodeaban y usar un hechizo lo suficientemente poderoso como para eliminarlo de una vez.

Y eso fue fácil para Suimei. Derrotar al demonio había llevado algún tiempo, pero eso era todo. Suimei ni siquiera había tenido que luchar seriamente contra eso.

“Incluso usando la llama de Ashurbanipal, tomó casi un minuto quemarlo completamente hasta convertirla en cenizas…”

La magia que Suimei había usado para derrotar al demonio era magia usando el atributo de fuego. De los cinco elementos, era en el que tenía más experiencia. Tenía buenas aptitudes para el hechizo que había elegido y también contenía mucho poder. Comparado con otras magias de fuerza similar, el canto también fue bastante corto.

Pero incluso entonces, el demonio tardó casi un minuto en quedar completamente reducido a cenizas. Eso fue demasiado. Normalmente, solo tomaría un par de segundos incinerar algo.

Pero un demonio molesto se había tomado la mayor parte de un minuto. Como alguien que camina por el camino de la magia, Suimei no podía aceptar eso racionalmente. Estaba parado allí reflexionando, con una ceja levantada y frotándose la barbilla, cuando algo llegó volando a una velocidad aterradora por detrás.

“¿Qué―?”

Suimei se dio la vuelta cuando escuchó sonidos estrepitosos, y lo que vio fueron múltiples siluetas de lo que acababa de luchar: más demonios. O algo parecido.

En lugar de demonios individuales, era una masa agrupada de ellos. Había dos o tres cuerpos con los brazos doblados y las piernas y el cuello desgarrados. Prácticamente todos se fusionaron después de recibir un golpe horrible con algo grande y pesado.

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Qué demonios― 

Suimei se centró en esta inusual llegada. De hecho, eran cuerpos de demonios, y no muy lejos de ellos estaba Lefille, llevando su enorme espada en una sola mano.

La punta roja y plateada se asomaba entre los árboles. Al verla ahora, no emitió ni un solo indicio de la gentileza que tenía cuando Suimei la conoció.

Caminaba con la cabeza ligeramente gacha e inclinada hacia adelante.  Uno de  sus ojos  brillaba con  una luz roja. Sostenía su espada en una mano como si estuviera tirando de un arco, e irradiaba el aura de un dios feroz. Estaba tan consumida por un espíritu de lucha que casi parecía estar en llamas.

El sonido de alguien tragando saliva se podía escuchar en el grupo de espectadores, por lo demás silencioso, lo que lo hacía sonar mucho más fuerte de lo que era.

Tomándolo como una especie de señal de partida, un demonio que había logrado sobrevivir se lanzó fuera de la masa de cadáveres hacia Lefille. El demonio que cargaba, sin embargo, fue rápidamente interceptado por un corte horizontal de Lefille. Fue un swing limpio; la punta de su espada no vaciló de principio a fin.

Con suficiente fuerza para crear un vendaval, dividió al demonio en dos. Y justo después del primer corte terriblemente rápido, siguió con un segundo desde arriba. La cruz que cortó en el aire con su brillante espada era como un vórtice en forma de X, y esta vez el demonio fue cortado a lo largo.

No había forma de que el demonio siguiera vivo, pero Lefille no se detuvo. Más era innecesario. Ahora solo estaba cortando un cadáver con sus cortes.

Pero ignorando por completo el hecho de que era una exageración, Lefille continuó blandiendo su enorme espada como si no hubiera tenido suficiente, hasta que finalmente aplastó la cabeza del demonio.

“Desmorónate en pedazos… Escoria”.

Mientras Lefille murmuraba esas palabras, lo que Suimei podía sentir de ella era una sensación desbordante de resentimiento. Después de unos momentos, la tensión pareció dejar el aire, y Lefille colocó su espada sobre su hombro y se acercó al grupo.

“Parece que has terminado aquí también”.

“B-Bueno, sí…”

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Fue el guerrero del grupo de aventureros que conocía a Lefille quien respondió a su comentario casual. Parecía que la pelea había terminado por ahora, pero tal vez debido a la espantosa vista que acababa de presenciar, su voz era tranquila y rígida. En su lugar, Suimei le habló a Lefille.

“¿Qué hay de ti?”

“Lo mismo. Con esos rezagados de ahora, he terminado de limpiar el último de ellos. No hay más en el bosque por ahí”.

“¿No había mucho más allá que aquí, sin embargo?”

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“Es exactamente por eso que fui en esa dirección. Quería sacarlos a todos primero”.

“Eh…”

“No hubo ningún problema, ¿verdad?”

Al escucharla hacer tal declaración con tanta valentía, Suimei se confirmó lo anormal que era Lefille. Y no solo se había ido a su propia misión personal de erradicación de demonios, parecía decepcionada consigo misma por haber permitido que uno se escapara así. Suimei sabía que Lefille no era normal, pero no sabía exactamente qué era ella en realidad.

Lefille luego echó un vistazo a los alrededores.

“Hace poco, escuché un sonido estremecedor por aquí. ¿Fue la causa de esta destrucción?”

“Sí, fue mi magia”.

Lefille pareció bastante sorprendida, luego le dio a Suimei una brillante sonrisa.

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“Nada menos de Suimei-kun, estoy segura. Jugaste un gran papel aquí,

¿no es así?”

“Nada de ese tipo. Pasé todo este tiempo simplemente derrotando a uno de ellos”.

“¿Qué… sólo uno?”

Lefille sintió la incongruencia entre la magnitud de la destrucción que se avecinaba y el supuesto número de enemigos derrotados. Con otra expresión de sorpresa, presionó a Suimei por una explicación.

“Pensé que me había enfrentado a todos los demonios extremadamente poderosos en el bosque, pero ¿uno de ellos logró llegar hasta aquí?”

“No, creo que era tan fuerte como los demás. Probablemente era el mismo que acaba de cortar en pedazos”.

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Suimei miró hacia el grupo de demonios muertos. Todos tenían la misma apariencia. No creía que el que había peleado fuera diferente de ellos en términos de fuerza basada solo en la apariencia.

“Pero usar magia de tal poder contra un demonio humilde… hubiera adivinado que este era al menos un hechizo de nivel intermedio. ¿Estoy equivocado…?”

“¿Intermedio?”

“Lo fue, ¿no?”

Cuando Suimei pensó en ello, este mundo no se suscribió a los cinco elementos. En cambio, se limitó a ocho atributos. No solo eso, sino que había una especie de división inexplicable de niveles de magia: inferior, intermedio y avanzado. Suimei podía recordar la alegre celebración en el castillo cuando Reiji había aprendido magia avanzada.

Pero, ¿qué se utilizó para determinar el grado de magia? Suimei no tenía ningún punto de referencia para juzgar por sí mismo, por lo que realmente no podía darle a Lefille una respuesta adecuada. Afortunadamente, la chica maga que estaba a un lado tímidamente levantó la mano.

“A-Acerca de la magia que usaste hace un momento… Por lo que he visto de otros magos, no creo que tu hechizo haya faltado de ninguna manera, pero… um… a pesar de que tenía una fuerza tan destructiva, no parecía que afectara mucho al demonio.”

“… ¿Es eso así?”

“En serio… ¿Qué es diferente?”

Suimei se encogió de hombros ante esta conclusión. No estaba seguro de por qué su magia parecía tan ineficaz. Se vio obligado a poner fin a su pelea con el demonio antes de que pudiera resolverlo, pero tenía una vaga idea de lo que podría ser.

Hacia el final de la pelea, el demonio había desatado un poder extraño. Suimei había visto ese poder oscuro y repulsivo que dejó los pelos de tu cuello erizados en algún lugar antes. Era muy familiar para el poder ejercido por los adoradores del diablo en su propio mundo.

“Ahora que lo pienso, escuché que los demonios creen en el Dios Maligno o algo…”

Este hecho puede muy bien haber sido la clave del misterio que Suimei estaba perdiendo. Mientras Suimei estaba considerando esa posibilidad, Lefille lo llamó a él y a los demás.

“Suimei-kun, todos…”

“¿Hmm? ¿Qué pasa?”

“Parece que no fue el último de ellos”.

Cuando Suimei se volvió hacia los aventureros de la vanguardia, vio que todos estaban parados allí horrorizados por lo que Lefille había dicho. Confirmando su afirmación, Suimei pudo sentir repentinamente la presencia de maná acercándose a ellos.

“¿Seriamente…?”

Suimei hizo una expresión rígida, y luego la maga levantó la voz.

“¡E-Es exactamente como dijo Lefille-san! Peor aún, ¡hay más que antes!”

“¡¿De verdad?!”

“Mierda, y ahora tenemos gente herida en la pelea… ¡No tenemos suficientes fuerzas!”


Después de escuchar el informe de la chica, los otros aventureros y los mercenarios que regresaban estaban en movimiento. Estaban conmocionados ante la perspectiva de batallas consecutivas.

Aunque un poco tarde, Suimei agudizó sus sentidos y se centró en la dirección de dónde venían los demonios. Cerrando los ojos y bloqueando todos los estímulos innecesarios, usó su sexto sentido como mago.

Hay diez… No, veinte de ellos. Como ella dijo, es más que antes.





Y al igual que la última vez, la presencia les venía bien. El poder que podía sentir del grupo también era casi el mismo que antes. Parecía probable que fuera otro escuadrón del mismo tipo de demonios. Mientras Suimei miraba hacia el oeste, los otros escoltas comenzaron a alzar la voz en un clamor.

“Tch… ¿Qué hacemos?”

“¡Nuestra única opción es enfrentarlos de frente! ¡No hay escapatoria en una situación como esta!”

“¡Escuchen! ¡Cualquiera que haya sido herido en la última pelea, retroceda!

¡Todos los que pueden luchar, prepárense!”

Uno de los aventureros dejó escapar un grito de batalla cuando la tensión comenzó a aumentar en el aire. El enemigo se estaba acercando. Galión, que estaba escondido con los otros comerciantes, apareció detrás de uno de los carros.

“¿La pelea aún no ha terminado…?”

Galión estaba pálido como una sábana. Para un civil como él, los demonios eran la encarnación misma del miedo. Parecía que había captado la situación a partir de la conversación entre los escoltas. Uno de los hombres con armadura se volvió hacia Galión para responderle.

“D-Desafortunadamente. Espere un poco más. Parece que todavía hay demonios viniendo por aquí”.

“D-Diosa… ¡¿Vamos a estar bien?!”

“Eso es… Según los chicos, hay más que se dirigen hacia aquí que la última vez. También todavía tenemos personas heridas que no han sido tratadas, por lo que se perfila como una pelea difícil”.

Al escuchar estas  palabras de  su escolta, Galión  fue arrojado a las profundidades de la desesperación.

“S-Sólo íbamos a Nelferia para hacer negocios… Por qué los demonios tenían que…”

Su rostro ahora estaba pálido, si no espantoso. Según su comisión, el viaje sería relativamente seguro y el cuerpo comercial debería haber llegado al Imperio sin problemas reales. Pero parecía que ahora todas las apuestas estaban cerradas. Cuando Galión comenzó a gemir de angustia, Lefille, la que había notado la segunda ola primero, dio un paso adelante para aclarar el aire y tranquilizar a Galión.

“Por favor, no te preocupes, Galio-dono. Esos demonios se dirigen hacia nosotros, pero los derrotaré hasta el último”.

“S-Si no recuerdo mal, eres Grakis-dono, ¿no? Me alegra escucharte tan confiado, pero para una jovencita como tú, demonios…”

Sus siguientes palabras probablemente fueron “no será tan fácil de derrotar”, pero se apagó antes de que pudiera terminar el pensamiento. La chica parada frente a él seguramente era solo una chica demasiado confiada que no sabía en lo que se estaba metiendo. El aventurero que se había acercado a Suimei durante su pelea con el demonio caminó hacia Galión sin dudarlo.

“¡No, está bien, Gallio-san! ¡Lefille es fuerte! ¡En la pelea anterior, la mayoría de los demonios fueron derrotados solo por ella!”

“¡Así es! ¡Además de eso, Lefille-san también tiene las habilidades con la espada para dividir incluso a un ogro limpio en dos! Así que estaremos bien, incluso si hay más demonios”.

Respaldando la afirmación del aventurero acorazado, la chica maga aportó su propia opinión. En comparación con los demás que estaban alrededor, estos dos no parecían estar tan ansiosos. Seguramente esto se debió a que habían trabajado junto con Lefille antes y sabían lo que podía hacer.

“¿Es eso así…?”

“Si. Así que no hay necesidad de preocuparse”.

Sus palabras no fueron tan tranquilizadoras para Galión, pero después de que miró a Lefille, que no estaba traicionando ni un solo indicio de debilidad o timidez, pareció calmarse un poco. En última instancia, ahora juzgaba que esta chica estaba al mismo nivel que los demonios que se acercaban.

Parecía que los dos aventureros habían logrado convencerlo de eso, aunque todavía había algo de escepticismo en él. Antes de hablar con Lefille, se aclaró la garganta e hizo todo lo posible para poner su apariencia en orden.

“Entendido. Espero grandes cosas de ti”.

“Y haré todo lo posible para lograrlas”.

Lefille respondió con modestia a la formalidad de Galión. Una vez que terminó su breve intercambio, se volvió hacia Suimei.

“Suimei-kun.”

“¿Hmm? ¿Qué pasa?”

“Esto  será  retroceder  un  poco  a  nuestra conversación  anterior,  pero

¿estarás bien? Si sucedió algo en la última pelea, no hay necesidad de esforzarse. Sería mejor retroceder”.

La raíz de su sugerencia era la preocupación de que la magia de Suimei no fuera efectiva. Para Suimei, como mago, la elección segura sería dejarle esto a Lefille y a los demás.

Pero había más enemigos que antes en ese momento, y no era tan seguro que la victoria estuviera de su lado. No era posible que se quedara quieto y observara en estas circunstancias. El aventurero de pie junto a Lefille se hizo eco de su preocupación.

“Sí, ¿realmente estarás bien? También usaste algo de magia realmente poderosa. ¿No estás cansada?”

“Estoy bien. Todavía tengo mucho en mí”.

“Mucho, ¿eh? Si sobreestimas tu poder y te estiras demasiado, ese es un movimiento fatal, ¿sabes?”

“Agradezco la advertencia”.

Suimei dio una respuesta franca pero educada. No estaba dispuesto a provocar una escena porque la gente estaba preocupada por su seguridad. El aventurero todavía miraba a Suimei con sospecha mientras Lefille continuaba la conversación.

“Pero Suimei-kun, ¿qué hay de tu magia? Si no es muy eficaz contra los demonios, entonces…”

“Sí, me las arreglaré de alguna manera en ese frente”.

“¿Tiene un plan?”

“Tengo mucha más magia de la que usé hace un momento. Si el sistema de magia que usé antes no funcionó, eso solo significa que tengo que seguir probando sistemas hasta que encuentre uno que funcione”.

“¿Sistemas… de magia? ¿Te refieres a atributos?”

“Aaah, cierto… Bueno, en resumen, tengo mucho más bajo la manga”.

Lefille inclinó la cabeza hacia un lado confundida. Un signo de interrogación invisible colgaba sobre su cabeza, pero no había tiempo para que Suimei aclarara todo. En cambio, le dio una vaga explicación. Era cierto que el tipo de magia que Suimei había usado no se correspondía con los demonios.

Sin embargo, ese no fue un defecto fatal para él. La magia de su mundo se clasificó en diferentes escuelas mágicas como sistemas, evidencia de que el origen de la magia allí no era algo tan simple.

El pico de la magia, tal como lo define este mundo de fantasía, claramente se consideraría algo muy diferente al de casa. En el mundo de civilización y ciencia avanzadas de Suimei, había una cantidad incalculable de misterios.

La Cabalá, la adivinación de estrellas y la hechicería eran sistemas del mundo de Suimei. Otros sistemas famosos incluyeron la alquimia y la magia utilizada por las brujas: la brujería.

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También estaban los sistemas de magia grupal  del  taoísmo ocultista, la rama violenta del budismo esotérico y el sistema de magia más grande del continente: la hechicería.

Solo contando los que Suimei había confirmado, había más de treinta sistemas. Incluso dentro de estos, aún podrían dividirse aún más en atributos, secuencias y efectos, lo que condujo a una asombrosa cantidad de magia.

Y con tantos de ellos, inevitablemente había magia que Suimei no podía entender. Pero incluso descontando lo que no podía usar, tenía que haber algo entre la magia, como él sabía, que funcionaría contra los demonios. Según su hipótesis actual, el exorcismo y la magia sagrada parecían opciones viables.

Pero incluso entonces, la magia de Suimei siendo ineficaz contra los demonios no significaría el final del camino para él. Incluso si agotaba todos los sistemas de magia que conocía y no podía encontrar nada que funcionara mejor, siempre podía pasar con fuerza como lo había hecho antes. Suimei no estaba demasiado preocupado.

Si esta vez vinieran veinte demonios en lugar de diez, tendría que usar muchos más hechizos. Eso es todo. El problema real de Suimei ahora era la posibilidad persistente de que tendría que mostrar todo su poder para encargarse de las cosas.

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