Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 2

Capitulo 4: El Señor Demonio En Movimiento

Parte 14

La Visita de Madame

Un carruaje extravagante con la cresta y la bandera de la casa Butterfly se detuvo en la entrada de la aldea de Rabbi. Un criado tras otro bajó de él y finalmente abrieron ceremoniosamente la puerta del carruaje.

De adentro emergió la mariposa Buttersauce Butterfly, su enorme cuerpo balanceándose de un lado a otro.

Una celebridad de la escena de la fiesta, fue la emperatriz de las esposas de los nobles, obteniendo su frenético apoyo y lealtad. Cuando ella dijo que el cielo era verde, se volvió así.

Ni siquiera Dona Dona pudo encontrar una oportunidad en el sólido ejército de madams. Se estaban convirtiendo en una gran fuerza que era difícil de ignorar.

La estructura de poder de Holylight se fracturó en numerosas piezas pequeñas en este momento. Como nación, Holylight todavía corría con las tres Doncellas Santas y la Ciudad Santa en su núcleo.

Si bien había debajo la Orden de la Iglesia Sagrada y la Orden de los Caballeros Sagrados, la Iglesia era a la vez una oficina para seleccionar a las Doncellas Santas y una escuela para capacitar a los niños con talento en magia. Como tal, era una organización apolítica.

Luego había un grupo de nobles liderados por Dona Dona. Ellos gobernaron la vasta región minera en West Holylight. Ayudados por algunas de sus minas que producen Piedras de hechizo aptas para el elemento Agua, su fortaleza financiera fue muy superior a la del resto.

Con “donaciones” a miembros específicos de la Orden de los Caballeros Sagrados, Dona Dona y sus hombres continuaron aumentando sus fuerzas.

Luego había un grupo de halcones liderados por Marshall Harts, quienes dirigían a los nobles cerca de la frontera de Holylight hacia el norte. Si bien tenían menos dinero, estaban unidos bajo un vínculo irremplazable, forjado a través de la lucha juntos en la guerra.

Muchos de la Orden de los Caballeros también siguieron a este grupo. Cuando se trataba de combatir la fuerza, ningún grupo se acercó a Harts’.

Aunque más pequeños en número, los patrocinadores de las artes, liderados por Buttersauce y Butterscotch, no podían ser ignorados.

Tenían numerosos objetos raros deseados por los nobles, y muchos de ellos eran artistas. Obtuvieron el respeto y la reverencia de las masas. A menudo descrito como nobles entre nobles, casi nadie en este grupo sería atrapado peleando en las calles, como tal sería anunciar su salvajismo.

Buttersauce y Butterscotch dirigieron a las esposas de los nobles del sur. La esposa de todos y cada uno de los nobles era orgullosa y poderosa, pero ¿si el esposo se hubiera casado en la casa de la esposa? Olvídalo.

Tal esposo estaba completamente a merced de su esposa. También se pueden encontrar muchas minas en el sur (principalmente en la tierra de Madame Butterfly), lo que compara su fortaleza financiera con el grupo de Dona Dona.

Debajo de todos estos grupos estaban las clases media y baja. Más abajo, bajo tierra, los satanistas se acurrucaron. A primera vista, Holylight era una nación unida por la fe, pero bajo la superficie, estaba terriblemente dividida.

“¡Bienvenida, querida señora…!”

El Señor Demonio y Tahara, cada uno con un esmoquin, realizaron un elegante arco con una mano en el pecho. Ambos jugaron sus papeles bastante bien. Al ver a la pareja, la señora sonrió.

En contraste con su aspecto llamativo, tenía un ojo agudo y crítico para el carácter y los detalles. Estos dos, sin embargo, ella encontró satisfactoria.

(Tan guapo como nuestro último encuentro…)

La señora encontró que el Señor Demonio era extremadamente atractivo. Tenía una cierta sensación de encanto peligroso que solo poseían los peores criminales, pero para las mujeres con olfato, este olor era irresistible. El hombre al lado del Señor Demonio, Tahara, también era un hombre extremadamente peligroso.

A pesar de su actitud humilde, su mirada helada parecía sacar a la luz los deseos más profundos de la señora, atravesando cada uno de sus órganos.

La señora incluso lo imaginó vívidamente matando a cualquier oposición sin dudarlo y abandonando la escena con indiferencia.

“Qué pueblo tan agradable… No se parece en nada a los rumores que escuché”, exclamó la señora en voz baja, mirando a su alrededor, sorprendida.

La cerca que rodeaba el pueblo había sido completamente remodelada, y las granjas y casas habían sido reubicadas para preservar el paisaje.

El pueblo parecía tener un diseño abierto con mucho espacio, en lugar de estar desierto. Para la señora, que estaba acostumbrada a las bulliciosas calles de la Ciudad Santa, el pueblo fue un cambio agradable en la atmósfera.

“Aprecio sus amables palabras, señora, pero acabamos de empezar. En un mes más o menos, el pueblo debería estar algo presentable. Este lugar se convertirá en un paraíso para todas las damas”.

“Puedo verlo… No eres como los muchos otros hombres que no hacen nada más que hablar un gran juego. Las palabras que dices y las cosas que me muestras tienen peso”.

(El jabón hizo el truco).

El Señor Demonio sonrió internamente.

De hecho, la simple barra de jabón hizo maravillas para limpiar y refrescar a la señora. En este país, donde el polvo de arena llenaba el aire, solo pasar el día al aire libre tenía uno cubierto de polvo.

“Es un honor… Pero te garantizo que las instalaciones que voy a mostrarte traerán aún más sorpresas y felicidad a tu vida, señora”.

“Oh, qué emocionante”.

A pesar de las sonrisas en sus rostros, había tensión en el aire. En este momento, un anciano salió tambaleándose del carruaje, siguiendo a la señora.

“Hm. ¿Esta es la aldea de la que ha hablado, señora?”

“¡Te dije que esperaras hasta que te llamara, viejo!”

“¡Haf haf haf! La paciencia se agota con la edad.”

Era un noble mayor, una espada pesada que colgaba de su cintura. Una envoltura azul cubría sus ojos, y llevaba un aura extraña sobre él. Al ver al viejo, el Señor Demonio levantó un poco la guardia.

“Señora, ¿quién puede ser este caballero…?”

“Pido disculpas por mi invitado de último minuto… Este viejo con un pie en la tumba  es Comando  Sambo. Como  puede  ver, sus ojos no están funcionando. Pensé que podría disfrutar de unas pequeñas vacaciones antes de patear el cubo”.

“Palabras duras como siempre, señora… ¡Respeta a tus mayores!”

“¡Puedo, viejo!”

La señora presentó a Sambo con un sentido familiar de adversario juguetón. Según la señora, era un hombre valiente que solía servir como la mano derecha de Marshall Harts.

Hace unos años, cuando luchó contra una Bestia Infernal que apareció en su tierra, sufrió una lesión que le costó la mayor parte de su visión.

Al escuchar esto, el Señor Demonio y Tahara tenían una expresión comprensiva. Al hacer contacto visual con los ojos, saltaron a la acción para conquistar este obstáculo inesperado.

“Lamento mucho escuchar eso. Sin embargo, tengo un médico extremadamente competente en mi empleo aquí. Ella puede curar su lesión, señor, sin problema.”

“¡¿Q-Quién dijo eso…?! ¡¿Es eso cierto?!”

Sambo caminó en dirección al Señor Demonio, con los brazos extendidos. Suavemente sosteniendo una de sus manos, Tahara le habló con sinceridad.

“Señor… Si lo desea, le mostraré a ella primero”.

“S-Sí… ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Si existe la más mínima posibilidad, yo…! ”

“Ese viejo… lamento traerte más problemas”.

“No hay ningún problema. Entonces, Tahara… Escolta a nuestros invitados, por favor”, dijo el Señor Demonio con una sonrisa, y Tahara llevó a la fiesta de Madame al hospital de campaña. Al verlos partir, el Señor Demonio envió una Comunicación… Para mantener a cierta persona bajo control, sin duda.

——El Hospital de Campaña en el pueblo de Rabbi. “Esto es…”

“Por favor entra.”

La señora, cuya mandíbula había golpeado el suelo al ver el hospital de campaña, continuó adentro, dirigida por Tahara. Lo primero que sintió al entrar al edificio fue una frescura perfectamente controlada.

Por lo general, hacía calor en Holylight, y aunque Madame tuvo el privilegio de gastar piedras de hechizo de hielo y viento para mantenerse fresco, las piedras de hechizo solo podían afectar un área pequeña a la vez.

Enfriar un edificio completo (como aire acondicionado centralizado) costaría una cantidad exorbitante de dinero en este mundo. La señora, en parte debido a su físico, no le gustaba el calor más que la mayoría. Oh, las innumerables horas que había pasado ideando una solución para su sudoración. Ahora, para su asombro, podía sentir que su sudor disminuía tan pronto como daba un paso en el edificio.

“Es muy bueno aquí… ¿Cuántas piedras de hechizo usas?”

“El maestro Kunai… es un hombre ingenioso”.

La señora le había preguntado a Tahara, pero la respuesta que dio fue más vaga de lo que esperaba. Este tipo de respuesta podría haber irritado a otros, pero Madame no se vio afectada.

De hecho, solo se sumó al misterioso encanto del Señor Demonio. Solo había unas pocas cosas en este mundo que alguien con tanto poder como Madame no entendía, después de todo.

(Nunca he oído hablar o visto un edificio como este…)

La señora caminaba, conteniendo sus gritos emocionados de vez en cuando. La señora había experimentado casi todo lo que había que experimentar en este mundo, desde rarezas, extravagancias, arte y fiestas… Pero nunca antes había entrado en un edificio moderno.

“Esta es la sala de examen. Por favor…”

Tahara abrió la puerta con un gesto ceremonioso impropio de su apariencia, mostrando a la pareja adentro.

“Bienvenida, señora. Y señor Sambo…”

Adentro, Yu los saludó con una sonrisa brillante. Había varios equipos, medicamentos, una cama simple, medidores de presión arterial, escalas e incluso un modelo anatómico.

(Es como si hubiera vagado por otro mundo…)

La señora pensó esto sinceramente. En este punto, rayaba en volverse cómico. Con una fuerte palmada en la espalda, la señora sentó a Sambo en la silla.

“Aquí, viejo. ¡Acabemos con esto! ”

“Eres una chica agresiva… ¡No es de extrañar que los hombres nunca se queden!”

“¡Cierra la boca, viejo! ¡Has perdido la cabeza! ”

Después de mirarlos de ida y vuelta con una sonrisa, Yu quitó la envoltura de los ojos de Sambo con un “perdón”. Había un par de pupilas nubladas y lo que parecía una cicatriz roja quemada alrededor de sus ojos.

“Pido disculpas, señorita… No debe ser agradable de ver. Tomé el veneno de un Keelback rojo.”

“Ya veo.”

“Ahora no puedo distinguir mucho más que siluetas… Sería maravilloso si pudiera mejorarse, incluso un poco”.

“No hay nada de qué preocuparse. En nuestro país, ya hemos desarrollado un medicamento para esto”.

Yu respondió con reconfortante confianza. Sambo, todavía con algunas dudas, dejó escapar una risita vertiginosa. Todos los médicos que había visto antes no tenían nada que pudieran hacer al respecto. Un veneno poderoso (como el de un Keelback rojo) era difícil de curar incluso para la magia, y reparar una pieza compleja de anatomía como los ojos era imposible.

“Acuéstate aquí, por favor…”

Acostando a Sambo en el catre, Yu sacó un pequeño frasco del botiquín. Fueron solo las gotas para los ojos las que dieron una sensación refrescante. Al destapar el vial, Yu recordó sus órdenes de antes.

Trátelo como si lo hubiera hecho solo con medicamentos. Creo que tu mano de Dios podría ser demasiado impactante para la señora.

Tan pronto como Yu administró las gotas para los ojos, Sambo dejó escapar una voz peculiar. ¿Quién podría culparlo? Una caída de ojos tan efectiva no existía en este mundo. Yu colocó su pulgar en los ojos de Sambo, y los frotó suavemente como para frotar la “medicina”. En un instante, su pulgar se transformó en un bisturí, y Yu lo empujó profundamente en los ojos de Sambo. Soltó un gemido, pero tan pronto como la mano de Yu dejó su rostro, la visión de Sambo cambió drásticamente.

“Oh… ¡¿Oh…?! ¡Oh!”

Sambo miró de izquierda a derecha, hacia el techo, luego a izquierda y derecha nuevamente. Su visión anudada y distorsionada fue curada.

“Yo… ¡puedo ver! ¡Mis ojos! ¡Mis ojos han vuelto!”

“¿En serio, viejo…? ¡¿No estás jugando?! ”

“¡Oh, señora! ¡Has engordado aún más! ¿Qué comes para seguir hinchando tu físico?”

“¡Cierra la boca, cadáver andante!”

La señora golpeó la cabeza de Sambo con todas sus fuerzas, tirándolo de la cama. Sambo siguió riéndose mientras yacía en el suelo. Manteniendo el estómago, rodó de risa hasta que le pareció difícil respirar. Después de un rato, su risa se convirtió en sollozos.

“Yo… puedo ver. Puedo ver de nuevo… ”

Al verlo de esta manera, la señora no sabía qué decir. Si bien tenían una larga relación de montaña rusa, ella nunca lo había visto llorar antes.

Finalmente, Sambo se secó las lágrimas, se enderezó y desenganchó la espada del cinturón.

“Jovencita, te debo una gran deuda… Por favor, acepta esta espada”.

La espada que Sambo había ofrecido no tenía decoraciones frívolas, y estaba hecha solo para ser utilizada como arma. Había sobrevivido años en el campo de batalla con esta espada a su lado. Un pedazo de su alma. Al ver esto, la señora gritó con frustración.

“¡Idiota! ¿Qué hermosa joven querría un trozo de metal como ese? ¿Y te llamas a ti mismo un noble?”

“¡¿Trozo de metal?! Esta espada es una herencia de la familia Sambo… ”

“¡Puede! ¡Tú, por favor, ve a arrojar a este viejo al carruaje!

Tahara dudó por un momento ante la orden de la señora. “… Ve a ver a Harts ya. Ese viejo estará feliz de verte así.”

“¡E-Eso es correcto! Sir Harts… ¡Sambo volverá!”

Sambo salió corriendo y Tahara corrió tras él. Después de que los dos salieron, la señora dejó escapar un largo suspiro en la tranquila sala de examen.

“Pido disculpas por toda la conmoción… Te pagaré en su lugar”.

“Esto es… ¿Estás segura?”

Lo que la señora había sacado de su bolsillo era una pequeña caja… que contenía una moneda sagrada de Ramd. Su valor dependía del mercado, pero valía al menos cien medallones de oro. A pesar de que Yu nunca antes había visto una moneda sagrada, sintió algo místico al respecto. Este pago fue ridículamente generoso por un tratamiento médico.

“Estoy segura. Gracias a ti, dos obstinados jefes me van a deber, a lo grande… Y eso me vale una docena de monedas santas de Ramd”.

La señora se echó a reír con una sensación de trasfondo. De hecho, no lo habría pagado si pensara que el tratamiento no valía la pena. Estaba obligada a tener algunas ganancias no monetarias que esperar.

“Entonces aceptaré… siento que tendremos una muy buena relación, señora”.

“Qué suerte. Yo pienso lo mismo.”

Sus ojos se encontraron e intercambiaron sonrisas. Espantosamente, estas mujeres parecían tener algunas cosas en común.