Tate no Yuusha no Nariagari (NL)
Volumen 20
Prologo 2: Creer que la Pereza Salvará el Mundo
“Así que, Naofumi, estás planeando hacer un viaje de regreso al mundo por el cual eres responsable, ¿eh?” me preguntó Kizuna.
“Así es,” respondí mientras asentía. “Después de la advertencia de la hermana de S’yne, parece bastante prudente.” Nosotros actualmente estábamos en el salón de conferencias del castillo de L’Arc, efectuando una reunión de emergencia.
La causa era simple—anoche, la hermana de S’yne había hecho una visita sorpresa aquí, a nuestra base principal de operaciones y el corazón de su enemigo, y tuvo una plática muy reveladora conmigo.
Ahora yo estaba compartiendo el contenido de mi encuentro con todos los demás—sin embargo, además había descubierto que S’yne creía en una particular maldición que supuestamente se aplicaba a ella, y por lo tanto no había compartido todos los detalles pertinentes con nosotros.
S’yne era un héroe y portadora del conjunto de costura de las armas vasallas, proveniente de un mundo que ya había sido destruido por las olas.
Ella siempre se veía muy concentrada en protegerme y era la enemiga jurada de su hermana, quien actualmente estaba luchando a favor del otro lado—la misma hermana que recientemente nos había estado causando tantos problemas.
“En este momento estamos presionando bastante bien, así que tal vez tienen cierta libertad para irse por un tiempo,” reflexionó Glass. “Pero de igual modo me gustaría simplemente dar el empujón final y terminar con todo esto.”
Podía entenderla—querer unir a todo el mundo, derrotar a las testarudas naciones enemigas que seguían negando la verdad, y después trabajar todos juntos para terminar con las olas.
Ella tenía razón—esos villanos que buscaban aprovechar la oportunidad proporcionada por este caos para tratar de apoderarse del mundo usando las armas sagradas y vasallas debían ser erradicados.
Por supuesto, desde otra perspectiva, nosotros también estábamos tratando de dominar el mundo—pero nosotros no estábamos conspirando para invadir otros mundos, y las armas sagradas y vasallas nos estaban concediendo su poder por voluntad propia.
Así que objetivamente nosotros éramos mejores que esos sujetos forzando la obediencia de las armas. Esos sujetos además fueron quienes comenzaron a usarlas para la guerra en primer lugar. Kizuna, Glass, y L’Arc nunca las habrían usado para luchar contra otras personas.
Nuestros aliados estaban trabajando para proteger este mundo. Ellos ciertamente no irían por ahí invadiendo mundos a diestra y siniestra.
“Sería genial que la hermana de S’yne simplemente estuviera inventando todo esto. Pero la única forma de confirmarlo es ir a verlo con nuestros propios ojos,” concluí.
“Ella es muy astuta…” murmuró Rino. Rino era una residente del mundo que me había invocado y era una integrante de la unidad de fuerzas especiales que había estado operando bajo las órdenes de la reina de Melromarc. Su unidad estaba compuesta de personas afines—personas que poseían un profundo odio por Perra. Rino había estado actuando como una espía, vigilando las acciones de Perra.
Ayer, cuando aquel sosteniendo el arpón de las armas vasallas y un integrante de la Vanguardia de las Olas—o como los llamábamos ahora, los renacidos—lanzó un ataque sobre el castillo de la Dragona Demonio, Rino había aparecido junto a Perra. Después Rino aprovechó la oportunidad perfecta para herir fatalmente a Perra mientras también recuperaba el látigo de las siete estrellas en el proceso.
Esto ciertamente la convertía en la MVP dentro de mis aliados en este momento—incluso más porque a Perra le habían proporcionado un accesorio mejorado que tenía la función de prevenir que su arma vasalla fuera robada.
Pero antes de la batalla Rino lo había cambiado, permitiendo que pudiéramos recuperar el látigo. Ella era una mujer de armas tomar.
Ambos además compartíamos un objetivo en común: causarle tanto dolor a Perra como fuera posible antes de matarla. Me tomé un momento para considerar si alguno de mis aliados alguna vez había estado en la misma longitud de onda que yo. Raphtalia estaba dispuesta a ayudar, pero ella ciertamente no consideraba la venganza algo tan importante como yo lo hacía.
Raphtalia me había dicho que veía a Rino como una Ruft II. No sabía muy bien lo que significaba eso.
Por un momento pareció que ese objetivo había sido logrado, pero Perra estaba bajo una protección de nuestros que le permitía ser revivida siempre y cuando su alma permaneciera intacta. Así que, en realidad, ella logró escapar con su vida incluso después de la muerte de su cuerpo físico. Basados en el patrón hasta ahora, estaba bastante seguro de que ella aparecería una vez más en algún momento.
“¿Qué puedes decirnos acerca de la hermana de S’yne?” le pregunté a Rino.
“Ella ama escuchar el sonido de su propia voz. Pero ahora que lo pienso bien, ella nunca usa esa voz para hablar de sí misma. Mi investigación no reveló mucha información útil en ese aspecto,” admitió Rino.
“Ya veo…” murmuré. Ayer además habíamos derrotado al renacido que había estado usando el arpón de las armas vasallas, recuperando satisfactoriamente el ofuda de las armas sagradas, el arpón de las armas vasallas, y el látigo de las siete estrellas.
Eso significaba que las únicas armas sagradas del mundo de Kizuna que permanecían en manos del enemigo eran las joyas y el objeto contundente, y la única arma vasalla era el barco.
El problema era que estaban en manos de los enemigos jurados de S’yne, quienes ahora se habían refugiado en el castillo del reino del renacido que había tenido el arpón de las armas vasallas.
“Además, de verdad odio su nombre y por lo tanto no quiero volver a decirlo nunca más,” dijo Rino.
“Ella nunca parece querer compartirlo con nosotros, pero de todas formas a mí no me gusta ocupar el nombre de las personas,” respondí.
“Pero debería usar el nombre de las personas,” intervino Raphtalia, pero la ignoré felizmente. Yo tenía mi sistema de apodos y me funcionaba. Si yo decía hermana de S’yne, todos sabían de quién estaba hablando, y eso era lo importante.
“A decir verdad, ella fue muy amable conmigo. No soporto su nombre, pero parece ser una persona bastante decente. El resto de ellos allá se comportan como si estuvieran en alguna clase de culto, ya sea totalmente obsesionados con un héroe y confiando en ellos implícitamente o buscando una oportunidad para escalar posiciones,” reportó Rino, sonando harta de todos ellos. Para mí, sonaba como la confirmación de que había otro de estos renacidos con un harem.
“¿Algo así como Takt y sus aliadas?” pregunté.
“Si, puedes describirlos así, pero en una escala mucho mayor. Lamentablemente, fui incapaz de encontrarme con la persona que realmente está a cargo…” Las actividades de espionaje de Rino la habían colocado como una aliada de Perra, restringiendo su acceso a información fuera de ese círculo.
Esto era más fácil de entender cuando se tomaba como referencia el estilo de harem que usaba Kyo. Él y Takt probablemente fueron los primeros integrantes de la Vanguardia de las Olas con los que luchamos.
“Yomogi y Tsugumi, ustedes también fueron responsables de manejar a sus aliadas… e intercambiar información, ¿cierto? Así que, en su opinión, ¿deberíamos considerar esto como una versión mayor de ese sistema?” pregunté.
Las celebraciones de nuestra victoria de ayer habían reunido a la mayoría de los aliados de Kizuna, haciendo posible que asistieran a la reunión de hoy. Sus aliados de sus días de aventuras también estaban aquí, compartiendo su propia información con Kizuna y su actual grupo—del cual Yomogi y Tsugumi ya eran parte.
“La verdad no quiero hablar de eso…” dijo Yomogi.
“En efecto. Creo que ya sabemos la clase de organización que tienen,” coincidió Tsugumi. Con estas dos, no era igual a un caso de lavado de cerebro llegando a su fin después de que los renacidos con el control sobre ellas fueran derrotados. Yomogi desde un comienzo había tenido problemas con la forma de hacer las cosas de Kyo, y cuando descubrió la extensión de la verdad acerca de él, ella lo había rechazado completamente.
Tsugumi ahora estaba de nuestro lado debido a que el renacido que la había estado manipulando, Basura II, nos había atacado de forma estúpida y terminado muerto. En su caso, Kyo había estado abusando de ella y casi terminó matándola, una muerte de la cual Kizuna la había salvado.
Esa también fue una parte importante para su decisión. Mientras se hacía amiga de Kizuna, Tsugumi había comenzado a darse cuenta de todas las cosas problemáticas que Basura II estuvo haciendo.
Ahora ella había expandido su punto de vista lo suficiente para ser capaz de reconocer cuándo otros estaban siendo tan testarudos como lo había sido ella.
Sus otras aliadas se habían ido para unirse a las fuerzas de otros renacidos, y aparentemente al final estas dos habían sido forzadas a acabar con ellas.
“Perra fue colocada en una unidad que probaba prototipos de nuevas tecnologías, ¿cierto?” confirmé con Rino.
“Eso definitivamente fue así,” aseguró ella. “Ellos estaban en busca de completar exitosamente experimentos para fortalecer la fuerza de combate promedio de sus fuerzas.” Eso sonaba parecido a lo que Rat hacía para nosotros en mi aldea. Un grupo como ese probablemente estaría trabajando de forma autónoma en vez de recibir órdenes del renacido engreído que acaparaba la atención. Después de todo, así era como yo manejaba las cosas.
Yo no tenía el tiempo ni el deseo de supervisar nada de lo que Rat y sus cerebritos estaban haciendo. Simplemente los dejaba hacer lo que quisieran y después ojeaba los reportes.
Rat se estaba encargando de los monstruos que invadieron mi aldea, así que era de ayuda. Pero yo honestamente no había visto más resultados. Desarrollar la planta de acampar era lo único que se me venía a la mente.
“¿Entonces cuál era la posición de Perra?” pregunté.
“Ella era una recién llegada en su organización, quien tuvo suerte y logró salvar su mundo,” dijo Rino.
“Eso básicamente es lo que dijo la hermana de S’yne,” respondí. Algo acerca de Perra salvando una de sus armas sagradas capturadas durante una ola.
“Eso fue suficiente para que obtuviera una reunión con su jefe. Ella mintió tanto que me enferma recordarlo,” dijo Rino. Bueno, eso tenía sentido—ella había explotado un golpe de suerte para dejar una impresión en su líder e impulsar su propia posición. Me pregunto cómo lidiaría su jefe con todos sus fracasos… pero si ella iba a seguir viniendo, simplemente tendríamos que seguir enviándola al infierno.
Sin embargo, primero y más importante, teníamos que pensar acerca de cómo nos íbamos a volver más fuertes. Ahora que sabíamos el método de incremento de poder del látigo, el verdadero alcance de la fuerza de la hermana de S’yne había sido dejada dolorosamente clara.
Si las fuerzas de la hermana de S’yne de verdad habían estado explotando el método de incremento de poder del látigo—la habilidad de fortalecer las estadísticas a cambio de niveles—entonces incluso al mismo nivel ellos podían ser muchas veces más fuertes que nosotros, y eso ni siquiera tomaba en cuenta que fueran capaces de hacer un completo uso del poder de las armas sagradas y vasallas.
“También tengo esto.” Rino sacó varias libretas y accesorios de su bolsillo y me las presentó. “Aquí tengo copias de los planes de sus diversos inventos y además de los accesorios que restringen a las armas de las siete estrellas.”
“Yo debería ser capaz de entenderlo,” dije, tomando una de las libretas y ojeándola casualmente. Rápidamente comprendí que no tenía ni idea de lo que significaba todo eso y deseché la idea.
“Los accesorios estaban configurados para destruirse a sí mismos si caían en manos enemigas, pero logré deshabilitar esa función antes de que fuera activada,” continuó Rino.
“Bien hecho,” dije honestamente. “Examinar los propios accesorios podría ser el enfoque más rápido, pero todavía tomará algo de tiempo.” Ese análisis podía ser encargado a un especialista en el campo.
Ya que yo era un héroe, tal vez era mejor para mí estar trabajando en subir mi nivel para sobrevivir a nuestras batallas futuras.
Podía dejar que los aliados de Kizuna los analizaran aquí, pero sentía que al final sería más eficiente hacerlo en mi mundo. Esperaba que este análisis pudiera llevar a la creación de un accesorio capaz de destruir sus propios accesorios inmunes. El típico juego de salir con una tecnología superior.
Durante nuestro último encuentro, las cosas habían salido bien porque Rino había hecho el cambio antes incluso del comienzo de la batalla, pero la próxima vez era seguro que estarían usando los reales.
La única cosa que parecía tener una oportunidad de ser efectiva contra ellos incluso en su estado inmune era la Herramienta de Cacería 0 de Kizuna. Esa era un arma muy especial, y también tenía estadísticas altas.
Este enemigo que estábamos enfrentando probablemente también idearía alguna defensa contra eso. Así que el juego de la tecnología superior seguiría. Pero era un juego que valía la pena jugar, ya que, si pudiéramos tener la mano ganadora, eso incrementaría enormemente nuestras probabilidades de recuperar las armas sagradas y vasallas que mantenían nuestros enemigos.
El problema a considerar era la hermana de S’yne. La cadena de las armas vasallas que ella usaba había permanecido con ella incluso después de la destrucción del accesorio.
Cada mundo tenía sus propias reglas. Bien podría haber un espíritu de arma vasalla que por alguna razón estaba interesado en la destrucción de otros mundos.
Esforzarse por romper los accesorios unidos a las armas poseídas por tales espíritus al final sería inútil… pero siempre y cuando hubiera una posibilidad de que funcionara, teníamos que intentarlo.
“Nos estamos saliendo del tema. Hacer que revisen todo este equipo es otra de las razones de por qué estoy pensando en regresar. Si es solo un alarde de su parte, que así sea,” dije.
“Entiendo, pero ¿siquiera tienes alguna forma de regresar?” preguntó Kizuna. Ante esta pregunta, miré hacia Rishia, quien ya estaba devorando el material que Rino había proporcionado.
“¿Rishia?” Itsuki la llamó por mí. “¿Fueh?” respondió ella.
“Yo todavía no puedo usar mi escudo, e Itsuki tampoco su arco. Rishia, ¿puedes usar la función de teletransportación del arma de las siete estrellas para regresarnos por medio de la invocación automática a una ola?” le pregunté.
Nosotros habíamos cruzado hacia el mundo de Kizuna usando el poder de un accesorio con forma de ancla, proporcionado por el barco de las armas vasallas de cuando Ethnobalt era su portador.
Originalmente había estado esperando usar la función de invocación automática a una ola del escudo o el arco para regresar. No había tenido en cuenta que ellos neutralizaran completamente nuestras armas originales. La siguiente forma más rápida parecía ser Rishia y su arma arrojadiza de las siete estrellas.
“Ah, por supuesto. Denme un momento,” respondió Rishia. Sus ojos vagaron por un momento mientras ella revisaba el tiempo restante antes de la próxima ola. “Parece que será posible. ¿Fuehhh? Pero el tiempo parece avanzar y retroceder constantemente, así que es un poco difícil saber cuándo ocurrirá.”
“El flujo del tiempo es diferente en cada mundo,” le recordé. “Yo vi lo mismo cuando vine aquí por primera vez.” El tiempo aquí había sido un recordatorio del tiempo que tenía disponible en este mundo, pero los números seguían cambiando. Después de finalmente regresar del mundo de Kizuna, la cantidad de tiempo que transcurrió en cada mundo claramente había sido diferente.
“Estoy bastante segura de que seré capaz de participar en una ola de nuestro mundo dentro de los próximos días,” confirmó finalmente ella.
“Esa es nuestra oportunidad de regresar a casa,” respondí.
“¡Bien! ¡Eso suena como un plan!” por alguna razón estalló L’Arc, golpeando el aire con su puño. Él se veía bastante emocionado por la idea, incluso siendo un residente de este mundo.
“¿Por qué estás tan animado?” le pregunté.
“¿Eh? ¡Qué más podría ser, Niño! Somos amigos, ¿cierto? Compañeros, ¿no?” vino la vaga respuesta.
“Claro, somos amigos, pero eso todavía no lo explica,” respondí.
“¿No lo entiendes?” respondió él. “Por supuesto, no voy a evitar que se vayan, pero ¿qué tal si esto es exactamente lo que quieren nuestros enemigos? ¿Dividirnos?” Él probablemente estaba pensando que la hermana de S’yne nos vio como una amenaza y quería removernos del tablero y después atacar a Kizuna y sus aliados en nuestra ausencia.
Estaba bastante seguro de que le podíamos dejar las cosas a ellos—podían manejarlo—pero tampoco me dejaba un buen sabor de boca, como un aliado. El enemigo podía utilizar cualquiera de las armas de las siete estrellas todavía desaparecidas.
Aun así, yo todavía no veía eso como un argumento para ir todos a mi mundo. Podía entender por qué quería que estuviéramos todos juntos, pero eso definitivamente dejaría expuesto este mundo.
“Odio mencionarlo, Niño, pero ustedes tienen la mayoría de nuestras armas. También me gustaría fortalecerme un poco en tu mundo, solo por si acaso,” explicó L’Arc.
“Es verdad… si ustedes incrementan ahora sus niveles en nuestro mundo, podría ser de utilidad en una crisis futura,” reflexioné en voz alta. En este momento, una técnica para sellar las armas sagradas estaba evitando que fueran usadas aquí en el mundo de Kizuna. El espejo y el instrumento musical de las armas vasallas habían venido en nuestra ayuda a causa de eso.
“Él tiene un buen punto,” estuvo de acuerdo Raphtalia. “¡Vaya!” dijo Sadina.
“¡Cielos!” agregó Shildina. Ella la obtuvo de casualidad, pero la katana de Raphtalia en realidad era un arma vasalla de este mundo, y ahora Sadina también había obtenido su arpón de las armas vasallas recuperándolo durante la batalla de ayer. Sadina había usado sus habilidades expertas con el arpón para liberar el arma de sus lazos con el renacido que la había estado utilizando.
Esto le había permitido ser reconocida como el Héroe del Arpón. Aunque el caso de Shildina fue más increíble, ya que obtuvo un arma de rango mayor.
Después de todo, ella había sido invocada a este mundo. Habiendo salvado al ofuda de las armas sagradas corrompido, ella se había convertido en uno de los cuatro héroes sagrados de este mundo, y ahora era una igual con Kizuna. Sumen esas tres armas con mi espejo y el instrumento musical de Itsuki y daba un total de cinco armas que nos llevaríamos a casa.
“¡Ha! Eso solo deja claro lo inútiles y poco calificados que son las escorias de este mundo. ¡Los humanos son patéticos!” escupió audazmente la Dragona Demonio, escogiendo este momento para burlarse de Kizuna y sus aliados. Ella era una reptil muy venenosa.
“¿¡Qué dijiste!?” Kizuna y la Dragona Demonio se comenzaron a mirar con desprecio la una a la otra, pero yo solo las ignoré.
“Las armas vasallas de Raphtalia y Sadina son una cosa, pero el problema aquí es Shildina,” reflexioné.
“¡Cielos!” exclamó Shildina. “¿Yo soy el problema?”
“¿Olvidaste la conversación que tuvimos antes de nuestra partida? A un héroe de arma sagrada le es mucho más difícil dejar el mundo al que fue asignado,” le recordé.
“¡Vaya! ¿Eso significa que la pequeña Shildina está atrapada aquí hasta que complete su deber como héroe? ¡Buena suerte con eso!” se rio Sadina.
“Cielos…” Las cejas de Shildina se fruncieron con fuerza ante los comentarios de Sadina y míos. Entonces ella comenzó a sacudir la caja de ofudas en su mano como si estuviera tratando de deshacerse de ella. La caja no cooperó, ya que se quedó pegada a su mano como pegamento. Aunque era una vista bastante adorable—casi como un pequeño berrinche de Filo. Ella se veía muy parecida a Filo cuando alguien agarraba su hebra de cabello. “¡No quiere irse! ¡No se va! ¡Ya no quiero esta cosa!”
“Si eso funcionara, dudo que cualquiera de nosotros estaría aquí,” dije melancólicamente. Al principio, yo había deseado no tener el escudo miles de veces, incapaz de ver una forma de sobrevivir con un arma que ni siquiera podía atacar. Por supuesto, después de que Takt robó el escudo, yo había sido capaz de luchar por un tiempo.
Además, el bastón había probado ser bastante útil… ¡y eso había sido seguido por un espejo! Me pregunté por qué el bastón había sido tratado como un arma de excepción, pero el espejo fue categorizado como si mi escudo solo se hubiera transformado en él.
“¡Cielos! ¡No quiero esto! ¡Yo voy con ustedes!” continuó Shildina.
“Al parecer Shildina está entrando en pánico. ¿Qué podemos hacer?” preguntó Raphtalia, con una expresión de preocupación en su rostro.
“Habla con el arma sagrada,” le aconsejé.
“¡Quiero ir a casa!” Shildina procedió a gritar tan fuerte como pudo hacia el ofuda—el cual procedió a emitir un rayo de luz.
“¡Cielos! ¿Una excepción? ¿Así como así?” exclamó Shildina.
“Eso fue bastante fácil,” respondí. El arma debe haber sentido la situación con el escudo y el arco y dado el permiso de acuerdo a eso. El ofuda le debía mucho a Shildina, lo cual había sumado a que estuviera de acuerdo con esto. “Si luchas como el héroe aquí cuando sea necesario, estarás libre el resto del tiempo.”
“Dulce Naofumi, ¿qué hay de ti?” preguntó Shildina.
“Veamos,” dije. En mi caso, yo era el que dependía del espejo, y era altamente probable que una vez que yo recupere el escudo el espejo continuaría su camino. La verdad estaría feliz con eso—pasar el espejo a un nuevo portador capaz y dejar que Kizuna y sus amigos le enseñaran el trabajo o lo que sea. Tal vez es debido a los efectos del escudo, pero las habilidades que yo podía usar eran diferentes a las normales del espejo.
“¡Cielos!” Shildina había agitado el ofuda por un tiempo, todavía tratando de quitárselo, pero después se dio por vencida y ahora estaba barajando los ofudas en su interior. Ella siempre había amado los juegos de cartas.
“No te preocupes, pequeña Shildina. Yo también tengo mi arpón,” dijo Sadina. “¿Por qué eso me tendría que tranquilizar?” preguntó en respuesta Shildina.
“Vaya,” respondió Sadina. Yo todavía no estaba muy seguro de cuál era exactamente la relación entre las hermanas ballena asesina.
“¿Qué hay de mí? ¿Puedo ir también al mundo de Naofumi?” le preguntó a su propia arma Kizuna, pero la herramienta de cacería no respondió.
“Tal parece que no tienes permiso,” le dije.
“¿¡Cuál es la diferencia entre Shildina y yo!?” exclamó Kizuna.
“Tal vez todas las armas sagradas no pueden dejar su mundo al mismo tiempo,” razoné. Nos estábamos saliendo del tema, pero si Kizuna era asesinada por una ola durante la ausencia de Shildina, entonces este mundo de seguro sería destruido. Así de importante era Kizuna. “Shildina de casualidad llegó aquí como una candidata, y el ofuda tiene una deuda con ella, y por eso le dio permiso. Kizuna, tú eres uno de los pilares de este mundo, así que no puede dejarte ir tan fácilmente,” expliqué.
“¡Bah! ¿Puntos de pesca desconocidos a través de los mundos me están llamando, pero no puedo ir hacia ellos?” se quejó Kizuna. Debí haber sabido que se trataba de eso.
En serio, si lucháramos contra una ola en la playa, ella probablemente arrojaría una carnada hacia el agua. Nunca hay que subestimar la mente de un adicto a la pesca.
“Y L’Arc… tú eres un portador de arma vasalla, así que no necesitas un permiso,” dije.
“¡Así es!” respondió él. Yo aún no había recibido una explicación adecuada para este nivel de emoción. “Nosotros te debemos mucho, Niño, y somos aliados. Eso significa que deberíamos reunirnos con el rey de la nación a la que perteneces al menos una vez.”
“¿Tú crees?” dije. Yo estaba actuando como un agente directo de nuestro gobernante, así que no creía que fuera realmente necesario. Pero si eso era todo lo que quería, él debió haber ido a ver a Melty y Basura la última vez que ocurrió una ola en nuestro mundo.
L’Arc recientemente había estado tomando el mando en todo tipo de reuniones entre naciones de este mundo. En ese aspecto, las acciones egoístas de estos renacidos en realidad habían ayudado a unir a las otras naciones. El enemigo de mi enemigo… era algo así.
“¡No hay problema! ¡Glass de todas formas es una líder más eficiente que yo, así que puedo darme el lujo de ausentarme por un tiempo!” exclamó él.
“¿No te sientes al menos un poco mal por admitir eso?” le pregunté. Miré hacia Glass para verla dejando salir un increíblemente largo suspiro.
“Cuando Kizuna estaba desaparecida, yo frecuentemente actuaba en su nombre. Las personas con las que estamos lidiando tienen la suficiente confianza en mí,” admitió Glass. Podía imaginar que ella también tomaba mucho el lugar de L’Arc.
Ahora que lo pienso, la primera vez que vi a L’Arc había sido en nuestro mundo—lo cual quería decir que no era la primera vez que su rey estaría fuera. Supongo que un héroe estaba calificado para actuar como un suplente, y Glass probablemente se había encargado de todo tipo de deberes civiles de L’Arc en el pasado.
“Supongo que tiene sentido que pases a saludar,” dije. “Kizuna y los demás estarán aquí, y una vez que una ola ocurra en este mundo, serás capaz de regresar.”
“¡Bien! ¡Entonces dependerá de en qué mundo suceda algo!” dijo animadamente L’Arc. Yo todavía no estaba seguro de por qué él estaba tan emocionado, pero no tenía las ganas de seguir destacándolo. Su intención de presentarse con Melty y Basura, con los cuales en efecto estaba en una alianza ahora, tenía algo de sentido.
“Entonces Glass y Kizuna se quedarán aquí,” concluí.
“Eso parece,” estuvo de acuerdo Glass. “Deberíamos mantener algo de poder en nuestro lado, y si esto les permite a todos hacer un viaje a casa, entonces es lo indicado.”
“Yo todavía no estoy segura de por qué L’Arc tiene tantas ganas de ir al mundo de Naofumi,” comentó Kizuna. Yo estaba de acuerdo con eso.
“Ethnobalt, ¿qué hay de ti?” le pregunté al conejo de biblioteca. Él anteriormente había sido el portador del barco de las armas vasallas y recientemente se había convertido en el Héroe del Libro de las Armas Vasallas. El incremento de poder del libro dependía de la rareza de las propias armas.
Era parecido al incremento de rareza descrito en lo métodos de incremento de poder de la espada y del ofuda, pero el efecto del valor de la rareza de la propia arma era más parecido al incremento de poder del arco. No era nada llamativo, pero el solo saberlo incrementaría mucho las habilidades de un arma.
La diferencia era que cuando un arma era copiada, era establecido un cierto número de serie. Armas de mejor calidad significaba mejores fortalecimientos a las habilidades.
Además, copiar un duplicado de mejor calidad reemplazaría el efecto anterior. Ya que estábamos hablando de libros, elementos inusuales como ser la primera edición podría influir.
En el caso de las armas a partir de monstruos o materiales, la calidad de los propios materiales tendría algún efecto.
Casi se sentía como una combinación de los métodos de incremento de poder de la espada y del arco, pero además llevaba la molestia de no ser capaz de fortalecer el arma directamente. Era la clase de cosa que era fácil de olvidar, pero que tampoco podías subestimar sus efectos.
“Permaneceré aquí y protegeré este mundo junto a Kizuna,” respondió Ethnobalt. Ya lo había esperado. Él ya había aprendido a usar la fuerza vital y eso sacó a la luz sus habilidades latentes, haciéndolo mucho más fuerte que antes. Por un momento me pregunté por qué todos los del tipo mágico a mi alrededor lentamente se convertían en cabezas de músculo—Rishia era otro buen ejemplo.
En vista de esto, me tomé un momento para considerar ambos lados. Si solo tomaba en cuenta a las armas sagradas y vasallas, Kizuna, Glass, y Ethnobalt se quedarían aquí. El grupo de viaje me incluiría a mí, Itsuki, Raphtalia, Sadina, Shildina, Rishia, y L’Arc. Esos números me hicieron reconsiderarlo.
“L’Arc, no tengo problemas con que vayas a saludar, pero regresa aquí tan rápido como puedas,” le dije.
“¡No tienes que ser así, Niño! ¡Muéstrame algo de amor!” respondió él. “Ya basta,” dije en respuesta.
“Ellos también tienen a la Dragona Demonio; estarán bien. ¿Cierto? Ella no va a negarse a una petición tuya,” dijo maliciosamente L’Arc.
“Eso es verdad,” estuvo de acuerdo la Dragona Demonio. “Haré lo que sea que me pida el Héroe del Escudo. Sin embargo, no entiendo por qué el Héroe de la Guadaña es quien lo está diciendo.” La Dragona Demonio ciertamente era más fuerte que un héroe en un mal día, eso era seguro. Gracias a su presencia, las cosas ayer habían salido mucho mejor.
“Pero una cosa. Si vas a regresar a tu propio mundo, Héroe del Escudo, la conexión entre nosotros será cortada. Eso básicamente hará imposible que te proporcione la misma clase de incremento de estadísticas de ayer.”
“Estoy seguro de que Kizuna puede ayudar a compensar la ausencia de Naofumi,” dijo L’Arc, con una sonrisa brillante. “Ambos son héroes de arma sagrada. ¿Qué tan difícil puede ser?”
“¡Hah! Héroe de la Guadaña, y rey. Lo haces sonar demasiado simple,” respondió la Dragona Demonio, con una gran vena apareciendo en su cabeza.
“¡Esperen un momento!” exclamó Kizuna, también comenzando a quejarse. “¿Qué me va a hacer la Dragona Demonio? L’Arc, ¿qué esperas que ella me haga?” L’Arc había estado actuando muy extraño desde que salió a la mesa la idea de cruzar a mi mundo. Me pregunto qué razón podría tener para querer ir con tantas ganas.
“¡Responde, L’Arc!” le ordenó Glass. “¿Qué esperas que haga Kizuna?”
“Solo estaba pensando en que tal vez la dragona podría hacer la misma clase de cosas que hizo con el Niño,” respondió L’Arc.
“Hablas del hackeo de arma,” dije.
“¿¡Hackeo de arma!? ¡Claro que no! ¡Mantén tus escamosas garras lejos de mi caña de pescar!” exclamó rápidamente Kizuna. El hecho de que la hubiera llamado caña de pescar y no herramienta de cacería decía todo lo que necesitabas saber.
“¡Hah!” La Dragona Demonio miró hacia Kizuna y dejó salir un resoplido de burla. “Oye. Esa risa de verdad me está haciendo enojar,” respondió Kizuna.
“Kizuna, si esa es la mejor ira que tienes, esto no va a funcionar. ¿Entonces qué tal probar con la pereza? ¿Crees ser capaz de convertirte en el dragón emperador definitivo alimentándote de la pereza de Kizuna?” pregunté. Cuando Kizuna había estado bajo los efectos de la maldición de la pereza, ella no había mostrado ganas de hacer nada, lo cual era una muestra pura de flojera.
Eso probablemente había sido una expresión de su naturaleza básica de tomar las cosas a la ligera y en cambio ir a divertirse. Si ella pudiera ahondar en esa flojera, podría permitirle acceder a un poder igual al de mi propia ira.
Que el poder maldito de un héroe de arma sagrada se convirtiera en una fuente de poder para la Dragona Demonio tenía mucho sentido.
“¡Mi Héroe del Escudo! ¿¡Por qué me estás dando órdenes tan terribles!?” exclamó la Dragona Demonio.
“¡Yo no soy perezosa!” agregó Kizuna.
“Si realmente crees eso, trata de sacar un arma maldita que le pueda gustar a la Dragona Demonio,” le dije. Ella lo pensó por un momento y entonces convirtió su arma en la Herramienta de Cacería 0.
“No… esa no. No puedo manejar el poder de esa arma en particular,” dijo la Dragona Demonio, extrañamente insegura.
“Es muy útil en poderes corruptos,” comenté.
“Ese es un aspecto, pero la fuente de su poder es… Mmm, la verdad no puedo recordarlo. En cualquier caso, es un arma muy efectiva contra los dragones. No puedo hacer nada con ella,” explicó la Dragona Demonio.
“¿Esa siquiera es un arma maldita?” pregunté.
“No, en realidad no,” concedió Kizuna. “Tampoco es como si tuviera mucho más de lo cual escoger… ¿tal vez esa arma maldita?” Kizuna en realidad sí tenía un arma que podía lastimar a otras personas. El precio por usarla era pagar con experiencia—con niveles. De ser posible, ella no quería usarla, lo cual era muy parecido a mi propio odio.
“Eso tampoco es adecuado para ser usado como mi fuente de poder,” dijo la Dragona Demonio. “Si fuéramos a intentarlo durante la batalla, temo que tanto yo misma, como el Héroe de la Herramienta de Cacería terminaríamos tan débiles que seríamos incapaces de seguir luchando.” Supongo que era un arma maldita que solo le permitía a Kizuna luchar contra otras personas.
La Dragona Demonio cruzó sus patas, mirando hacia Kizuna de forma perpleja y con sus ojos entrecerrados. Ella continuó. “Eso parece dejarnos sin opción.
Los dragones tienen la capacidad de alimentarse de la desidia. Intentaré extraer todo el poder que pueda de la pereza del Héroe de la Herramienta de Cacería. ¡Tendrás que ser tan perezosa como sea posible!”
“Vaya. La verdad es muy irritante que te ordenen hacerlo,” respondió Kizuna.
“Podrías considerar esto como un castigo por la forma en que actúas normalmente,” la regañó Glass. Después de todo, todo el incidente que nos trajo aquí pudo haber sido prevenido si Kizuna hubiera actuado más decididamente. Ella tenía un corazón perezoso. O al menos, ella hacía solo lo que quería hacer.
“¡Oigan, últimamente me he estado esforzando mucho! ¡Ahora puedo cocinar casi tan bien como Naofumi!” se defendió Kizuna.
“Principalmente pescado,” agregué. Debido a su amor por la pesca, Kizuna se había estado inclinando a preparar platillos basados en pescado. Ella ya era buena cortando peces, y tenía habilidades respetables en la cocina como un todo. Así que, con algunas instrucciones, ella había mejorado bastante rápido.
“Solo sigan haciéndola practicar para que supere su pereza,” sugerí. “Si llega a parecer que la está abrumando completamente, envíenla en un bote y hagan que pesque en las aguas de los cuatro reyes celestiales—eso debería ser suficiente para motivarla.”
“¡Qué buena idea!” dijo emocionadamente la Dragona Demonio. “¡Bien hecho, Héroe del Escudo! ¡Realmente lo sabes todo, incluso acerca de la pereza del Héroe de la Herramienta de Cacería!”
“¿¡De verdad soy tan simple!?” gritó Kizuna. Me contuve de responder, pero ese era básicamente el mismo método que usamos para vencer su pereza la primera vez.
“Está en su naturaleza ser perezosa… lo cual es un poco triste de admitir,” dijo Glass, sonando realmente triste.
“No temas, Héroe del Escudo. Si ella termina tan perdida, con su mente sin salvación, absorberé al Héroe de la Herramienta de Cacería y extraeré su energía de esa forma,” explicó la dragona, completamente decidida. Ese fue el truco que trató de usar en mí cuando nos conocimos. “Serás capaz de flojear tanto como quieras dentro de mí, hasta el día de tu muerte. Bueno, hasta mi muerte… y ya que yo soy prácticamente inmortal, eso sería mucho tiempo.” Vivir dentro de la Dragona Demonio por casi una eternidad… demonios, eso sería un infierno en vida.
“¡Eso me parece algo bastante aterrador!” exclamó Glass.
“¡Dominaré mi pereza, ya lo verán!” gritó Kizuna, con una determinación firme… por ahora. Si ella dejaba que la consumiera, la Dragona Demonio se la tragaría… Sonaba como alguna clase de enferma película de horror. Lo triste era que Kizuna no podía atacar personas directamente, así que volverse una con la dragona podría hacerla más útil en batalla.
“Sí, buena suerte,” dije, bastante despreocupado.
“Suerte con eso,” agregó la Dragona Demonio, claramente deseando que no fuera así.
¿Acaso la pereza de Kizuna se iba a convertir en el poder para salvar el mundo? Podía predecir un dolor de cabeza en el futuro.
Eso dejaba listo ese asunto bastante inquietante, forzándome a preguntarme una vez más acerca de L’Arc y sus ansias de cruzar hacia mi mundo.
“Cualquiera sea la razón,” dije, casi para mí mismo, “he estado queriendo fortalecer las habilidades de estos héroes.” Yo asentí. “Entonces, solo como un experimento, llevaremos a L’Arc con nosotros. Tenemos a las hermanas ballena asesina, quienes son expertas en ayudar a las personas a subir de nivel.”
“¡Genial!” dijo emocionadamente L’Arc, exagerando un poco para mi gusto. Algo en su actitud todavía me molestaba, pero simplemente tenía que considerar esto como una actitud proactiva y continuar. “¡Tu mundo me llama, Niño!” De verdad me estaba molestando.
“Eso decide lo que pasa con tu gente, Kizuna, pero ¿qué hay de tu lado?” pregunté. Por supuesto, Raphtalia regresaría. Shildina claramente quería hacer el viaje, y Sadina iría donde fuera Raphtalia. Filo ni siquiera estaba en la habitación ya que la Dragona Demonio estaba aquí, y ella definitivamente no querría quedarse atrás.
“Tenemos que obtener más información de nuestro prisionero, Mald,” mencionó Itsuki. “Todavía tengo que torturarlo un poco más, así que deberíamos llevarlo de vuelta con nosotros para asegurarnos de que no escape.”
“Fuehhh… ¡Itsuki!” dijo Rishia, nerviosa por la mención de la tortura de forma tan casual. Itsuki era el Héroe del Arco, así que él regresaría, y eso significaba que Rishia también. S’yne de seguro iría donde sea que yo fuera.
“Creo que la maestra del Hengen Muso se va a quedar,” dijo Raphtalia. “Ella se está llevando muy bien con el maestro de Glass.”
“Bien, eso creí.” Ella era bastante fuerte, convirtiéndola en una buena candidata para experimentos con nuestros nuevos fortalecimientos. Sería interesante ver si ella podría llegar a igualar a un héroe en cuanto a fuerza.
En fin, eso significaba que casi todos harían el viaje de regreso con nosotros. Esta había probado ser una visita bastante larga, así que no estaba sorprendido de que todos quisieran regresar a casa. La situación aquí había regresado a estar en nuestro favor, así que las cosas deberían estar bien por un tiempo.
“Parece que todo está decidido,” dije. Habiendo tomado la decisión de regresar tan pronto como sea posible, nos dispusimos a esperar hasta tener nuestra oportunidad.
INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS
1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)
2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.
3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [
Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.