Tate no Yuusha no Nariagari (NL)

Volumen 20

Capítulo 9: El Antiguo Siltran

Parte 2

Me pregunto cómo un sujeto en armadura podía montar un alboroto.

“Creo que es un arma sagrada muy conveniente. Él puede disparar sus guanteletes y golpear con fuerza a los enemigos,” dijo R’yne. La armadura inmediatamente se transformó en un robot en mi mente. ¡Parecía alguna clase de puño cohete!

“Nunca la he visto hacer eso,” dijo S’yne, sacudiendo su cabeza. El Héroe de la Armadura que S’yne conocía probablemente no tenía la habilidad puño cohete. “Era igual que tú, Naofumi,” continuó ella.

“Se especializaba en la defensa,” dije. S’yne asintió.

“¿El escudo es solo para la defensa? ¿Por qué no golpeas cosas?” preguntó Mamoru. Todos los de mi lado de la habitación miraron hacia él de la sorpresa. Todo lo que su pregunta hizo fue tener más preguntas para él.

“¿De qué estás hablando?” pregunté.

“Estoy preguntándote por qué crees que el escudo es solo para la defensa. De seguro necesitas atacar un poco para mantener al enemigo concentrado en ti,” dijo él. Yo levanté una ceja, preguntándome de qué demonios estaba hablando Mamoru. Recordé el impacto que había sentido cuando luchamos—tal vez se refería a eso.

“Naofumi, ¿por qué no solo les mostramos lo inofensivo que eres?” dijo burlonamente Melty. Aquí teníamos a Raphtalia, Raph-chan Melty, Rat, S’yne, y la Sombra, así que la mejor forma de explicarle esto a Mamoru y los demás era…

“¿Qué tal si hacemos que la Sombra se transforme en alguien más—digamos, Takt—y me deje darle una paliza?” sugerí.

“¡Vaya! ¿Usted quiere golpearme?” dijo la Sombra.

“¿Por qué estás tan emocional ahora?” le pregunté. “Me veré como un verdadero villano si golpeo a Melty.”

“Nop, nop, nop,” dijo la Sombra. Me pregunto por qué estaba actuando así. Él debería solo transformarse y dejar que lo golpee.

“¡Ja! ¡Tus ataques ni siquiera me hacen cosquillas, Naofumi!” se burló Melty. “Oh, ¿eso crees? Bueno, supongo que con esto será fácil de entender,” admití.

“Oigan, ¿de qué están hablando?” dijo Mamoru. “Suena a que estás a punto de golpearla, Naofumi.”

“Solo observa,” dije. Melty me estaba ofreciendo su mejilla, pidiéndome que la golpeara.

Así que procedí a hacerlo. Mamoru y sus aliados observaron esto con la boca abierta.

“Sigues siendo un debilucho, Naofumi,” se burló Melty. Como esperaba, Melty ni siquiera tenía un rasguño. El nivel debería ser un factor, pero ella estaba como si nada.

“¡Recordaré esto, Melty!” dije mientras ella continuaba burlándose de mí. “¡Todavía no he olvidado todas tus burlas en el pasado!” respondió ella.

“Todavía no estoy segura de si se llevan bien o no… Supongo que así son Naofumi- sama y Melty,” dijo Raphtalia.

“Honestamente me siento mal por el archiduque,” se compadeció Rat. “Estoy sorprendida de que haya sobrevivido tanto tiempo.” No podía creerlo… ¡alguien despojada de su investigación por ese matón de Takt se estaba compadeciendo de mí!

“¡Cállense! ¡No me miren con lástima en sus ojos!” dije. ¡No necesitaba que mis aliados se sintieran así por mí! ¡Juro que de alguna forma los haría pagar por esto!

“Lo siento, Naofumi-sama, pero ¿con quién pelea?” preguntó Raphtalia. “¡Con cualquiera que se atreva a mirarme con lástima!” grité en respuesta.

“Vas a tener que luchar con muchas personas,” intervino Melty. ¡No necesitaba que se sintiera así, especialmente ella! ¡Necesitaba hacer que dejaran de mirarme con lástima! ¡Yo no era lamentable!

“¿De verdad me estás diciendo que el Héroe del Escudo no puede atacar en el futuro?” preguntó Mamoru.

“Si, tal como acabas de verlo. Tu reacción parece sugerir que las cosas son diferentes para ti,” dije. Mamoru asintió. Tal como sospechaba. Esos ataques que él había realizado sobre mí podían causar daño. “Sí sentí un cierto impacto. ¿Está limitado a las habilidades?” pregunté.

“No. Un solo golpe con el escudo causará daño. Nada comparado a los números que mis aliados pueden lograr, pero es algo…” respondió Mamoru.

“Naofumi-sama, tal vez usted… ¿lo está haciendo mal?” preguntó Raphtalia.

“Yo definitivamente no puedo hacer daño,” respondí después de una pausa. Eso había sido probado cuando comencé mi aventura con Perra, atacando a ese globo.

Si ni siquiera podía luchar con mis manos, pensé, ¿qué tal con el escudo? Por supuesto, también había intentado eso.

Incluso eso no causó daño alguno. Recientemente, yo en ocasiones golpearía a un monstruo con el escudo, y nunca había visto que eso fuera considerado un ataque. Sin importar cuánto cambiara mi estadística de ataque, nunca hacía una diferencia.

Cualquier bono ocasional solo incrementaba en uno o dos puntos mi ataque, nada más. También había estado sin el escudo por un tiempo, lo cual significaba que había pasado un tiempo desde que había tenido la oportunidad de trabajar en él.

Tenía ganas de golpear la gema del escudo. ¡Mi predecesor Mamoru tenía permitido atacar, pero yo no!

“¿Fue acertado decirles todo ezto?” preguntó la Sombra casi como un susurro. Sabía lo que estaba tratando de decir, pero todo estaba bien. Nosotros teníamos muchos métodos de ataque.

Si ellos intentaban algo ahora porque sabían que yo era incapaz de atacar, simplemente les mostraríamos lo equivocados que estaban. Melty se había burlado de mí entendiendo todos estos hechos.

“Poniendo esto en términos de videojuegos, supongo que sería una diferencia en la build o las estadísticas, ¿no?” dijo Mamoru.

“Eso parece. También podría ser que el espíritu está jugando con nosotros,” respondí. Muchos juegos en línea les permitían a los jugadores distribuir sus estadísticas como quisieran.

Bajo esos términos, yo estaba con una build especializada en la defensa, sin molestarse en subir la estadística de ataque, mientras Mamoru tenía una build balanceada que también era capaz de atacar.

Yo al final ganaría cuando se tratara de defensa pura, pero en términos de flexibilidad en batalla, la build de Mamoru también tenía sus ventajas.

Honestamente, yo no había escogido el rol de tanque por voluntad propia y por lo tanto estaba muy celoso de las capacidades de Mamoru. Si pudiera atacar, incluso un poco— especialmente sin tener que usar habilidades—haría mi vida mucho más fácil.

“¿Crees que pueda haber diferencias entre el presente y el futuro?” preguntó Mamoru.

“En el futuro, el Héroe del Arco también puede usar armas de fuego,” dije. El rango aplicable podría expandirse a través del tiempo, de arcos a ballestas, y después de ballestas a armas de fuego.

La espada de Ren también podía copiar una katana. Motoyasu podía copiar casi cualquier cosa con una empuñadura larga—de hecho, había algunos bastones y varas que él también podía copiar.

Cuando lo consideraba desde esa perspectiva, el escudo tenía un rango bastante limitado. Por supuesto, había algunos escudos geniales, y había sobrevivido hasta ahora, pero un poco más de libertad habría sido genial.

Lo mejor que podía hacer en este momento era ser capaz de copiar ciertos guantes y guanteletes—e incluso con eso, solo podía usarlos para la defensa.

“Armas de fuego, ¿eh…?” murmuró Mamoru. “Es mejor no dejar que el Héroe del Arco escuche eso.”

“¿Por qué no? ¿Hay algún problema?” pregunté.

“Hay algunos,” admitió R’yne. “El Héroe del Arco y el Héroe del Escudo no son exactamente aliados en esta época. Si el Héroe del Arco descubre que también puede usar armas de fuego…” dijo ella, deteniéndose. Hacer las paces con un Héroe del Arco podía ser difícil—sabía eso a partir de mis problemas con Itsuki.

Ese había sido un problema difícil de superar. Itsuki no escuchaba y por eso no podías razonar con él. Y simplemente deshacerse de él tampoco era una opción.

“Ustedes de verdad están asediados por todos lados,” dije.

“Es difícil mantenerse a flote, eso no puedo negarlo. Aquel detrás de las olas también está interfiriendo,” dijo Mamoru.

“Aquel que se hace llamar Dios,” dijo Raphtalia.

“Los maldigo. Cualquiera que juegue a ser un Dios me saca de quicio,” dije. ¡Incluso el conocimiento de juegos había sido incorrectamente incorporado como una trampa, y ellos eran activo incluso todos estos años en el pasado! Por supuesto, estaban intrínsecamente unidos a las olas, así que eso probablemente tenía sentido.

“Solo tenemos que seguir luchando hasta que aquellos que puedan oponerse a aquel que se hace llamar Dios puedan ayudarnos. Eso es lo mismo aquí en nuestro mundo,” declaró Mamoru.

“Lo cual lleva a la próxima pregunta. ¿Han tenido alguna interacción con aquellos que pueden oponérseles? ¿O han estado construyendo algo para dejarlo para el futuro?” pregunté, solo por preguntar.

Mamoru y los demás se veían confundidos por lo que estaba preguntando, así que saqué algo de papel y dibujé la imagen de la criatura que habíamos visto en la pared de las ruinas de Fitoria. “En nuestra época, existen unas ruinas con una pared que tiene imágenes de este teriántropo de gato en ella,” expliqué.

“¿Un teriántropo de gato? ¿Y esta es la criatura que puede oponerse a aquel que se hace llamar Dios?” preguntó Mamoru. Basándome en su respuesta, no parecía que él supiera algo. Aquí no había filoriales, lo cual probablemente quería decir que Fitoria nació más adelante en el futuro.

Me pregunto qué héroe había construido esas ruinas—y si estábamos destinados a buscar a través del tiempo para encontrarlo. Eran demasiados misterios.

“Sea lo que sea esta criatura, parece ser que vino en algún punto luego de esto, pero antes de nuestra época. Tengan eso en mente,” sugerí.

“Sí, entiendo. Gracias por la información,” dijo Mamoru.

“¿Hay algo más que quieras preguntar, Héroe del Escudo del futuro?” preguntó R’yne. “De hecho, sí—hay algo que quiero preguntarte a ti. ¿Por qué estás dentro de los aliados de Mamoru? ¿O solo estás ayudando como una invitada?” pregunté. Podía imaginarla en la misma posición de Glass o L’Arc, como alguien que había visitado nuestro mundo para liberar armas desconocidas y después colaborar con los héroes debido a eso.

“No hay nada que impida que los héroes se lleven bien, ¿no? Pero sí parece que somos empujados frecuentemente hacia la batalla,” admitió R’yne.

“Buen punto. Las cosas son igual en el futuro,” dije. Aquel que se hace llamar Dios había puesto todo tipo de planes en acción para asegurarse de que los héroes peleen entre sí—como darles a Ren, Itsuki, y Motoyasu conocimientos de juegos incorrectos, incrementando un poco su fuerza, y después haciéndoles pensar que tenían que superar a todos los demás.

“En mi caso, terminé aquí después de que una ola trajo a mi hermana a este mundo. Eso eventualmente me llevó a volverme amiga de Mamoru,” explicó R’yne.

“Entonces tienes una hermana,” dije, incapaz de evitar mirar hacia S’yne. Su hermana tenía una actitud bastante demente y viajaba entre mundos. El conjunto de costura de las armas vasallas ciertamente parecía tener un tipo preferido.

“¿Algo más? Si es posible, quiero hablar más contigo, Naofumi,” dijo R’yne. “Parece que te gusta mucho hablar,” comenté.

“¡Puedes apostarlo!” respondió ella. Preferiría que no lo dijera de una forma tan alegre. “Dime, Naofumi.”

“¿Ahora qué?” pregunté, con un mal presentimiento. “Apuesto a que el sexo contigo ni siquiera duele,” dijo ella.

“¿¡De dónde vino eso!?” exploté, medio sorprendido, y medio en shock, mientras R’yne repentinamente se dirigía hacia la ciudad de la perversión. ¡Como si yo tuviera la respuesta a eso!

“Es decir, no tienes poder de ataque, ¿cierto? Eso sugiere que no serías capaz de hacer que duela incluso si así lo quieres. ¿Eso acaso no quiere decir que solo se sentiría bien?” teorizó ella. R’yne lo preguntó con su cabeza hacia el costado de una forma tan fluida, tan natural, y aparentemente tan pura—casi ingenua—que me daba más ganas de estrangularla.

“Lógicamente hablando, eso tiene sentido,” intervino Rat desde el costado, asombrada por este nuevo descubrimiento.

“¡No tú también! ¡Suficiente!” dije. Si esta hipótesis era probada, yo me convertiría en poco más que un juguete sexual viviente. ¡No iba a permitir ese futuro!

Nunca esperé que mi falta de poder de ataque llevara a una pregunta tan pervertida dentro de esta encrucijada temporal. ¡Esto era incluso peor que ellos decidiendo atacarnos porque creían que yo no podría atacar en respuesta! ¡No podía permitir que esta idea se extendiera!

“Espera un momento, Naofumi. No me digas que todavía eres…” dijo juguetonamente R’yne. En ese momento, decidí cómo la habría llamado si no conociera su nombre: ¡Mujer Pervertida! Ella debería estar agradecida de haberme dicho su nombre, o podría haber quedado en la historia con ese nombre. R’yne todavía estaba apuntando hacia mí y mirando hacia Raphtalia y las demás. Todas ellas asintieron, casi al unísono, para confirmar su suposición inconclusa. “¿Quién es un niñito serio?” se rio ella.

“¡Cállate! ¡No es asunto tuyo!” respondí acaloradamente. Con tantas otras cosas ocurriendo, simplemente no tenía el tiempo—o las ganas—para actividades de ese tipo.

¡Primero la Dragona Demonio, y ahora todo esto! No había una regla que dijera que debía acostarme con todas las mujeres posibles. ¡Eso era mi decisión!

“Archiduque, simplemente debería intentarlo con Raphtalia. De esa forma también sabremos si duele o no,” sugirió Rat.

“Estoy de acuerdo,” dijo Melty. “Creo que todavía eres demasiado pulcro en ese aspecto.”

“Contenerlo no llevará a nada bueno,” dijo la Sombra. No quise preguntar a qué se refería con contener.

“Todos, si no les importa… ¿pueden dejar de darle más ideas a Naofumi-sama?” dijo Raphtalia.

“¡Rafu!” dijo Raph-chan.

“¡Nop, no pasará!” dije. No podía dejar que esto se supiera. Incluso si le pedía a Raphtalia que no hablara, ¿quién sabe quién podría estar escuchando al hacerlo?

También estaba asustado de la respuesta de las hermanas ballena asesina una vez que regresemos a casa y descubran que yo lo había hecho con Raphtalia. No es como si creyera que estarían enojadas—estaba preocupado de que creyeran que podían ponerse a la fila para esperar su turno.

Me di cuenta de que S’yne también estaba mirando hacia mí con un poco de interés en su rostro. Eso era mejor ignorarlo. Era demasiado complicado.

“Miren lo que han hecho. Parecía que Naofumi-sama ya se estaba abriendo a estas cosas, y ahora le está haciendo el quite una vez más,” dijo Raphtalia. Tampoco me gustaba esa respuesta. Me pregunto si no había forma de cambiar de tema. ¡Ni siquiera le había prometido algo así a Atla!

Miré hacia Mamoru, y él rápidamente apartó la mirada. No parecía que fuera a ser capaz de compartir mi dolor de ser acosado sexualmente por las mujeres con él. Ambos éramos Héroes del Escudo, pero si él tenía experiencia, entonces esa era una gran diferencia entre nosotros.

“R’yne, lo estás haciendo sentir incómodo. No lo presiones demasiado,” sugirió Mamoru.

“¿Tú crees?” dijo R’yne. Ella tenía esa mirada en su rostro, como si acabara de encontrar su nuevo juguete. Eso realmente me recordaba a la hermana de S’yne. ¡Si ella seguía con eso, no me dejaría más opción que responder! ¡No me tengan lástima, y no se metan conmigo! 

“Vamos a cambiar de tema,” sugirió Raphtalia. “R’yne, creaste alas durante nuestra batalla. ¿Qué fue eso? ¿Magia?” Ella no tenía alas en este momento, pero definitivamente habían estado ahí durante el combate y parecían haber incrementado sus habilidades.

“Ah, ¿mis alas ópticas? Esa es una habilidad especial perteneciente a mi raza,” explicó R’yne. Ella podía concentrarse por un momento para materializar alas de luz en su espalda. R’yne incluso comenzaba a flotar en el aire. El hecho de volar sería un poder conveniente para usar. “Demandan mucha resistencia, magia, y fuerza vital para ser mantenidas, así que no puedo usarlas por un periodo prolongado de tiempo.”

“Como los semi-humanos usando su forma de teriántropo,” sugerí.

“Sí, muy parecido a eso,” respondió ella. Otro poder que nunca me habría imaginado. “Cuando dices mi raza, ¿eso significa que no eres humana?” pregunté.

“Así es. En mi mundo, nos llamamos a nosotros mismos alas celestiales. Aunque los humanos nos llaman ángeles,” dijo R’yne.

“Te ves como una humana a primera vista, pero en realidad eres una semi-humana,” dije. De seguro había muchas razas ahí afuera. Cuando reflexionaba al respecto, recordé que tanto Glass como Teresa se veían muy similares a los humanos. Todo lo que hacían que era diferente era volverse transparente o tener alguna joya en su cuerpo.

“Pero estoy segura de que tu amiga S’yne es un ala celestial,” dijo R’yne.

“¿Lo es?” pregunté, mirando hacia ella. S’yne sacudió su cabeza vigorosamente, indicando que ella no sabía nada de eso.

“No sé nada al respecto,” dijo S’yne.

“Estoy muy segura…” continuó R’yne, acercándose y poniendo una mano sobre el hombro de S’yne. Algo parecido a la fuerza vital fluyó de R’yne a S’yne. “Si. El flujo de poder es un poco débil, pero deberías ser capaz de utilizar las mismas habilidades que yo. Si quieres, puedo enseñarte,” ofreció R’yne.

“Buena idea. Me gustaría mucho que S’yne aprendiera a hacerlo,” dije. Para ser muy honesto al respecto, el conjunto de costura de las armas vasallas estaba casi en las últimas, y la propia S’yne claramente estaba sufriendo de su capacidad disminuida. Ella todavía lo estaba compensando con el fortalecimiento por comida y subiendo mucho su nivel, pero el límite de esos enfoques estaba cerca, no había dudas.

Enfrentados a todos esos problemas, una forma de fortalecerla había caído del cielo, así que ella necesitaba aprenderlo, sin tiempo que perder.

“S’yne, ¿por qué no sabes al respecto?” preguntó R’yne.

“¿Había alguien en tu mundo que pudiera usar poderes como los de R’yne?” le pregunté. S’yne sacudió su cabeza en respuesta. En ese momento las piezas comenzaron a encajar en mi mente. “Esta es solo una suposición,” dije, “pero parece encajar. Supongamos que estas alas ópticas fueran un inconveniente para aquel que se hace llamar Dios.

Tal vez eso significa que buscan exterminar a tu raza de la historia, R’yne.” Tal como habían tratado de exterminar el Estilo Hengen Muso, ellos harían lo que fuera para remover posibles amenazas a las olas. Sin embargo, S’yne de alguna forma había escapado de ese destino, y ahora era la última de su linaje.

“Si pudiéramos rastrear su árbol genealógico, tal vez podríamos descubrir qué clase de incidente ocurrió para sellar sus poderes,” sugerí. Esa clase de cosa era parte de la historia de los juegos desde tiempos ancestrales.

“En el otro mundo, el país equivalente a Q’ten Lo había sido destruido, por lo cual no pudimos usar esos poderes,” agregué. Glass era otro buen ejemplo de esto.

“Cualquiera sea el caso, S’yne, quiero que estudies bajo la tutela de R’yne y aprendas lo que puedas para ayudarnos a luchar… contra ella en el futuro,” le dije. S’yne asintió como aceptando mis órdenes. Ella estaba dispuesta a intentarlo. Encontrar algún método para fortalecer a S’yne era genial y más que bienvenido.

La razón por la que me detuve y después dije ella fue porque el enemigo que enfrentábamos era la hermana de S’yne; el enemigo jurado de S’yne también era sangre de su sangre. Decidí no dejar que nuestros nuevos aliados supieran acerca de esta batalla en marcha entre hermanas.

“Una raza desconocida de otro mundo… todo esto también me intriga,” dijo Rat, observando el desarrollo de la escena. Ella se especializaba en monstruos, pero supongo que también disfrutaba de temas como este.

Miré hacia R’yne una vez más. Ella se parecía a S’yne—pero tal vez más parecida a la hermana de S’yne, a partir de su comportamiento. ¡Sus nombres eran casi idénticos! ¡Ella tenía que ser un ancestro de S’yne!

“Parece que han visitado una gran cantidad de lugares,” dijo Mamoru. “Supongo que sí,” respondí. “¿Qué hay de ustedes?”

“Me gustaría creer que he recorrido gran parte de este mundo,” respondió él. Mientras reflexionaba acerca de nuestras propias hazañas, me di cuenta de que era verdad que habíamos visto mucho. No solo Melromarc, sino que también Siltvelt, Q’ten Lo, Faubrey, y después un mundo completamente diferente con Kizuna y sus aliados. ¿Cómo superabas eso?

¡Ir al pasado!

“Pareze que al menoz estamos en la mizma página,” dijo la Sombra.

“¿Realmente es esa la frase que quieres usar después de prácticamente tratar de forzar un encuentro entre Raphtalia y yo?” destaqué. ¡No estábamos ni cerca de estar en la misma página! ¡Había mucho más que yo quería saber!

“Mamoru, acerca de nuestra batalla. ¿De qué escudo viene esa habilidad Barrera Triple?” pregunté. Ya sabía que era una habilidad en cadena a partir del Escudo de Ataque Aéreo.

Si yo pudiera usarla, podría ser bastante útil—pero ya tenía el Muro de Estrella Fugaz si necesitaba defender a mis aliados. Configurar esta Barrera Triple también parecía haber requerido un poco de trabajo.

“Yo debería estar preguntándote acerca de tus habilidades,” dijo Mamoru. “¿Cómo aprendiste esa habilidad llamada Encadenar Escudos?” Parecía que había mucho que un Héroe del Escudo iba a ser capaz de enseñar al otro.

“Encadenar Escudos apareció cuando absorbí con mi escudo a un monstruo llamado Clon del Tigre Blanco. Sin embargo, esa lucha tuvo lugar en un mundo diferente a este,” dije.

“Barrera Triple, la cual más precisamente viene de una habilidad llamada Barrera de Combo, es algo que aprendí al subir el nivel de oficio que otorga el método de incremento de poder del arco de las armas sagradas,” reportó Mamoru. Eso parecía similar a como yo aprendí la Reacción de Odio. Encontrar la combinación correcta para desbloquear habilidades como esa podía ser una verdadera molestia.

“Yo he subido bastante mi nivel de oficio, pero nunca he visto esa habilidad,” respondí.

“Incluso cuando usted usa los fortalecimientos, Archiduque, nunca aumenta su poder de ataque, ¿cierto?” comentó Rat. “Tal vez esa es la condición faltante.” Tanto Mamoru como yo nos quedamos en silencio al escuchar esa observación. Sentí que una vez más estaba chocando contra el escudo. ¡Algo más de ayuda en estas áreas habría sido genial! ¡Si el poder ataque era un factor, podía haber montones de habilidades a las que yo nunca tendría acceso!

“Un Clon de Tigre Blanco, ¿eh…?” murmuró Mamoru. Ellos aquí no tenían hakuko, así que no estaba seguro de cómo podría él adquirir esa habilidad.

“Al menos tú podrías ser capaz de aprenderla. ¿Tienes algún escudo con habilidades que yo pueda usar?” pregunté.

“Muy bien. Tengo cierto escudo que fabriqué por una razón muy específica—incluso podría decirse que como una broma—hace un tiempo. Te dejaré copiarlo,” dijo Mamoru.

“¿Una broma? ¿Acaso me va a ayudar en algo?” pregunté.

“Tendrás que verlo con tus propios ojos,” respondió él. Y así, Mamoru le ordenó al ministro carnero traer este escudo de broma.

Lo que llegó fue una reproducción cuidadosamente detallada de un escudo de una serie de videojuegos con un personaje que se vestía de verde, incluyendo una capa verde característica—un joven con el linaje de los héroes, un tipo taciturno que con frecuencia terminaba sacando una espada sagrada de algún pedestal, tal vez en un bosque (después de pasar a través de un registro). Ya había supuesto que Mamoru era un aficionado de los videojuegos, pero él iba más en serio de lo que yo había creído.

“Este no es solo un Escudo de Hierro o algo así, ¿cierto?” confirmé con él.

“Te aseguro que hay mucho más que eso,” respondió él. Levanté cautelosamente el escudo y traté de copiarlo.

Sistema de copiado de armas activado.

Escudo del Reino de Otro Mundo: condiciones reunidas.  Escudo Espejo del Reino de Otro Mundo: condiciones reunidas.

Escudo del Reino de Otro Mundo

Habilidad bloqueada: bono por uso: incremento de la defensa para ataques por la espalda (medio).

Escudo Espejo del Reino de Otro Mundo

Habilidades bloqueadas: bono por uso: incremento de la resistencia a la luz (medio), habilidad “Escudo Brillante”.

No tenía muchas cosas buenas que decir acerca de este escudo—quise decir escudos. Copiar un arma parecía haberme dado dos, pero tampoco estaba seguro de cómo funcionaba eso. Tal vez tenía algo que ver con el espejo de las armas vasallas, el cual aún no me había dejado. Cambié al Escudo Espejo del Reino de Otro Mundo para probarlo.

“¿Eh? Ese no se ve como el mismo escudo,” comentó Mamoru.

“Solo estoy probando algo,” dije. “¡Escudo Brillante!” Tal como decía el nombre, el escudo comenzó a brillar… y un rayo de luz se extendió de él, como una antorcha. Lo apunté hacia Mamoru, solo para ver lo que pasaría.

“Eso es bastante deslumbrante,” dijo él. Ese parecía ser el único efecto que tenía. Después lo apunté hacia la Sombra, tal vez buscando algo de venganza por su comentario anterior.

“Él tiene razón, es muy dezlumbrante,” dijo la Sombra.

“Me recuerda a Kiel cuando ella estaba jugando con la luz reflectada de ese espejo que obtuvo de un comerciante,” dijo Raphtalia, recitando magia gentilmente para ajustar el brillo.

“Así que ni siquiera puedo usarla como la Espada Brillante de Ren,” comenté.

“Podría funcionar si sorprende a alguien con él,” dijo Raphtalia. Parecía ser una habilidad a medias. No podía imaginarle ningún uso. ¡Básicamente era una antorcha!

“Si al menos pudiera usar un fortalecimiento de habilidad…” dijo Raphtalia. “¿Entonces crees que así finalmente podría funcionar como la Espada Brillante?” dije con exasperación. Esto no era más que una degradación. Raphtalia podía usar magia de luz,

lo cual quería decir que ella podía cegar a sus oponentes con un movimiento de su mano. Raph-chan podía hacer lo mismo. Entonces esta iba junto a las otras habilidades inútiles. Tal vez podría encontrar un uso para ella si estuviera enfrascado en una lucha con un enemigo.

“Muy bien. Vamos a estar aquí por un tiempo, así que espero que podamos llevarnos bien,” dije.

“Siento lo mismo. Ayudaremos cada vez que podamos para regresarlos a su propia época,” dijo Mamoru. Después de eso, él nos concedió su permiso para nuestras actividades dentro del país—básicamente su país. Logramos un acuerdo. Trabajaríamos juntos para ayudar el uno al otro con nuestros respectivos problemas.