Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 1

Extra 5: ¡Encuentro Con El Santo Rey De Los Cielos, Anou Mizuki!

“Huelo el mismo maldito hedor que viene de ti.”

Asombrado por el repentino abuso que venía hacia él desde atrás, Suimei se dio la vuelta. Se encontró con la vista de una colegiala de largo cabello negro que estaba parada allí con los brazos cruzados. Tenía cinturones negros superfluos aquí y allá y un guante negro solitario en la mano izquierda. Para colmo, llevaba un parche en el ojo. Fue un atuendo curioso seguro.

¿Qué diablos pasa con esta chica…?

Aunque desconcertado, Suimei se puso en guardia.

Este fue el mismo día de primavera en el que comenzó un nuevo período escolar. Suimei acababa de convertirse en un estudiante de secundaria de segundo año, y disfrutaba sumergirse en la apacible paz de un día escolar mientras miraba el tablero de anuncios lleno de estudiantes desde la distancia.

Separándose momentáneamente de la violencia desenfrenada del mundo de los magos, sintió que acababa de regresar a una vida normal.

Y ahora esto.

La chica se quedó allí, mirándolo con una sonrisa atrevida. Lento en el sorteo, Suimei finalmente le respondió.

“¿D-De qué estás hablando?”

“Heh heh heh, no hay necesidad de ocultarlo. La forma en que miras a esos tontos con ojos como si te estuvieras burlando de ellos lo hace obvio”.

¿Estaba hablando de los otros estudiantes? Con una mirada confusa en su rostro, Suimei miró hacia el tablero de anuncios. Ella asintió en la misma dirección para confirmar sus sospechas.

“¿No lo crees tú también?”

“¿Quién sabe?”

Suimei lo jugó, pero debajo de su risa preocupada, todo su cuerpo estaba tan tenso como podía estar. Esta chica había dicho algo sobre “el mismo hedor”. ¿Significaba eso que ella era una maga?

¿Hmm…?

Suimei se preguntó al principio, no tenía nada de ese tipo de presencia en absoluto. No había flujo de maná con ella en absoluto, y no estaba transmitiendo esa sensación única fuera de lugar, ambas características de un mago. Era posible que los estuviera escondiendo hábilmente, pero aun así, era extraño.

“No hay necesidad de ser tan cauteloso. No es como si fuera a llevarte y comerte. ”

La niña mostró una sonrisa inquietante. Era casi como si se estuviera obligando a hacer una mueca que nunca antes había hecho.

Podría ser que ella es…

“¿Qué pasa? ¿Te he encantado yo, el descendiente de los primeros fundadores?”

“Qué…”

“…?”

Al ver la cara de desconcierto que estaba haciendo ahora, Suimei conectó los puntos tardíamente.

Ah, mi cabeza…

Duele. Demasiado. Pensar que en realidad había conocido a alguien que podía decir esas cosas con una cara seria… La tribu de Adán de la ideología de las siete razas era la raza original de personas que tomaron la forma de humanos.

Bajo esa cosmovisión, todos los seres vivos conocidos como humanos tenían un ancestro común.

Realmente, las siete tribus eran en realidad la misma raza. El hecho de que esta chica no supiera eso significaba que ciertamente no era una maga.

Mientras Suimei se estaba muriendo internamente un poco debido al repentino y creciente dolor de cabeza que le afligía, la chica hizo una expresión cada vez más extraña y otra declaración.

“Mi nombre es Anou Mizuki… O no. Soy el Santo Rey de los Cielos, Io Kuzami”.

“¿S-Santo Rey de los Cielos? Ese es un nombre bastante exagerado…”

“Así es. En otras palabras, significa que soy el soberano sagrado que supervisa todo en esta estrella conocida como Madre Tierra”.

“… ¿No me digas? Así que ese es tu verdadero nombre o el nombre de tu alma o lo que sea, ¿eh?”

“Así es. Es mi verdadero nombre. El nombre que mencioné primero no es más que un alias que uso para ocultar mi identidad en el mundo. Bueno, al menos, no lo olvides”.

Llamándose a sí misma Io Kuzami, esta desafortunada niña dejó en claro que sufría de la enfermedad endémica de los estudiantes de secundaria de esta edad.

“¿Y tu nombre?”

“¿Que?”

“Tu nombre. ¿No es de buena educación dar tu nombre a quienes te han presentado? ¿Bien?”

“Soy… Yakagi Suimei”.

Mirando hacia otro lado, Suimei respondió con una expresión desconcertada. Realmente no quería decírselo, pero no veía salida. Pero algo en su respuesta despertó su interés y ella le preguntó al respecto con entusiasmo.

“¡¿Es ese tu verdadero nombre?!”

“Si.”

“E-Estoy celosa…”

Los ojos de Mizuki brillaban como si acabara de descubrir algo asombroso. El nombre de Suimei era bastante poco convencional. Extraño, incluso.

Estaba acostumbrado a que la gente lo mirara con lástima cuando se presentaba. Pero para una chica como esta, tal vez en realidad sonaba genial. Suimei miró fuera de sí, pero la chica se aclaró la garganta de forma antinatural y continuó.

“Por cierto, Yakagi Suimei, ¿conoces a un hombre llamado Shana Reiji?”

“¿Reiji? Bueno, es un amigo”.

“Como se esperaba. Pensé que ese era el caso…”

¿Qué se esperaba de eso? Suimei no estaba seguro de por qué diría algo así, pero entonces un pensamiento cruzó por su mente.

“¿Lo conoces?”

“Tuvimos un encuentro. Sin embargo, era un enemigo bastante formidable. Si mi otra personalidad no hubiera salido a la luz de inmediato, ese hombre habría descubierto mi verdadera identidad”.

“¿Tu verdadera identidad…?”

Suimei ahora estaba seriamente perdido en cuanto a cómo manejar a esta chica. Mizuki actuó como si estuviera limpiando la suciedad de sus mangas.

“Ugh… ¿Cómo lo digo? Sentí una enorme cantidad de poder de ese hombre, como nunca antes había probado…”

“Bueno, ciertamente tiene poderes escandalosos. Como un galán”.

“¿Qué es esta sensación que tira de mi pecho y arde tan intensamente…?”

“Aaah, cierto. Ahora lo entiendo. Es, ya sabes, eso. Amor.”

“Ya veo. El poder que dispara el hombre es la luz de Lemuria… No hay duda; es descendiente de los terceros fundadores. La estrella que brilla sobre ese hombre debe tener un propósito sagrado”.

“No entiendo lo que estás diciendo, pero realmente no puedo negar que ese tipo nació bajo una estrella extraña. Tal vez debería hacer algo de adivinación la próxima vez…”

Haciendo caso omiso de Suimei, Mizuki estaba meditando sobre algo.

“Shana Reiji… De un vistazo, parece inofensivo, pero no puedo ser descuidado”.

“¿Oh si? ¿Porque eso?”

“Él dijo… que sería bueno si estuviéramos en la misma clase… ¿Sabes?

¿Entiendes por qué es eso?”

“¿Qu-Quién sabe? ¿Quizás solo quiere conocerte mejor?”

“¡QUE, ¿EN SERIO?! N-No, probablemente recordó la sensación de incomodidad que sintió por las longitudes de onda de mi cuerpo astral. Quiere vigilarme”.

“¿Por qué tendría que hacer eso?”

“¿No sabes? Hace mucho tiempo, la gente de los primeros fundadores y la gente de Lemuria peleamos. Es por eso―”

“Escuche, las razas fundadoras eran la misma tribu en la primera generación…”

“¿Eh? ¿De verdad?”

“¿Qu-Quién sabe? Quiero decir, ¿quizás? Hahaha…”

“De todos modos, debo tener cuidado con ese tipo…”

Mientras Mizuki hacía una cara seria y pensativa, Suimei dejó escapar un suspiro abatido. Las cosas que estaba diciendo eran de alguna manera realistas, pero sin sentido al mismo tiempo.

“Bien, entonces, Yakagi, tengo asuntos que atender, así que me disculparé aquí”.

Habiendo concluido su negocio con Suimei, Mizuki se fue mientras soltaba una risa espeluznante. Al verla irse, Suimei reflexionó para sí mismo sobre lo que había dicho al principio acerca de que tenían el mismo hedor.

“¿Es así como la gente me ve…? También debo tener cuidado… ”

Mientras tenía una premonición de los difíciles días escolares que le esperaban, Suimei recordó lo que alguien le había dicho una vez: que los magos no eran más que la mera sombra de personas cuyo chuunibyou había evolucionado.