Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 1

Capitulo 4: Por Lo Que Aspiro A Ser

Parte 3

Después de que Felmenia supuso correctamente lo que Suimei quería decir con sus breves palabras, Suimei le devolvió la cabeza y ella inmediatamente entró en acción.

“Admitido. Como desees, Suimei-dono.”

Con eso, la expresión de Felmenia cambió a una de mando en un instante, y se ocupó de los soldados que vinieron corriendo.

“Buen trabajo.”

“¡Flama Blanca-sama! Um, ¿qué es esta escena desastrosa?”

“Bueno, hace un momento, Sebastian-dono se volvió loco y causó un alboroto. He manejado las cosas aquí”.

Felmenia dio una breve explicación sin ninguna información innecesaria. Parecía que ella podría lidiar con esto de manera apropiada. Uno de los soldados miró de repente hacia Suimei.

“Es decir, si no me equivoco, el amigo de Héroe-sama…”

“Ah, sí. Suimei-dono estaba por casualidad en el área. Eso es todo lo que tuvo que hacer con esto”.

“¿Es eso así?”

“Sebastian-dono está tirado en el suelo allí. Como no sabemos si intentará algo más cuando despierte, agárrelo ahora mientras tenga la oportunidad”.

“Admitido.”

“Perdón por esto.”

Resultó que Felmenia era bastante capaz. Rápidamente puso fin a la conversación exacta que Suimei estaba tratando de evitar, y hábilmente la pasó por alto mientras cambiaba de tema. Apenas había una sombra de la chica torpe e incompetente que había visto en ella antes.

Honestamente, tenía problemas para procesar la disparidad, pero si así era como ella se comportaba normalmente en público, podía entender por qué la gente la veía como una persona serena y talentosa.

Terminando su conversación con los soldados, Felmenia se volvió una vez más hacia Suimei. Ella había vuelto a la personalidad normal que él esperaba ver de ella. El cambio fue tan serio que tuvo que preguntarse dónde se había ido esa mujer valiente que estaba lidiando con los soldados. De hecho, ahora se estaba sonrojando de nuevo con toda su fuerza.

“¿Eso fue de tu agrado?”

“S-Sí”.

Felmenia se tambaleó hacia él llena de sonrisas y alegría. Actuaba como una especie de cachorro que se había apegado emocionalmente. Mirándola, Suimei prácticamente podía ver a un cachorro moviendo la cola y esperando los elogios de su amo mientras se paraba frente a él expectante. Suimei le habló con desconcierto mezclado en su voz.

“Gracias, ummm… ¿Menia?”

“¡D-De nada!”

¿Qué la tenía tan animada? En el momento en que le dio las gracias, Felmenia saltó mientras giraba en círculo. Su comportamiento solo sirvió para aumentar el desconcierto de Suimei.

Después de eso, el arresto del mago de la corte Sebastian Kran se completó sin problemas. El estado de ánimo de Felmenia, sin embargo, se mantuvo juvenil y vertiginoso.

“¿Qué diablos pasa con ella?”

Parecía que esta joven ya no podía hablar mal de Reiji en este sentido.

***

El Reino de Astel, frente a las grandes puertas del Castillo Real de Camellia.

Había filas de soldados del reino, una banda y grupos de caballeros de primera clase al frente y a la retaguardia. Y en medio de todo, apareció un carruaje que transportaba a Reiji, Mizuki y Titania.

En el momento en que cruzaran las puertas, saldrían a encontrarse con la gente de la capital real de Metel por primera vez. Esta sería la primera etapa de su viaje. Estaban a punto de dar sus primeros pasos hacia la subyugación del Señor Demonio con su gran desfile de inauguración en la ciudad, y Suimei no estaba muy feliz por eso.

“Así que finalmente ha llegado, ¿eh?”

Tal como dijo Suimei, finalmente había llegado el momento. El día en que partirían en su búsqueda. Después del desfile, Reiji se iría inmediatamente en su viaje con Mizuki y varios de los caballeros. Y a medida que se acercaba la hora, no hubo forma de evitar el arrepentimiento que se mostró en el rostro de Suimei.

Reiji, sin embargo, parecía alegre. ¿Estaba tan esperanzado con su próximo viaje? ¿O simplemente estaba escondiendo sus nervios detrás de una sonrisa? No  estaba claro cuál era, pero mantuvo su rostro feliz mientras se volvía hacia Suimei.

“Nos vamos.”

“No lo trates tan a la ligera, maldita sea”.

La mirada de pesar de Suimei cambió a una sospechosa mientras hablaba, pero la expresión de Reiji se volvió extremadamente seria al negar la acusación.

“No lo estoy tratando a la ligera. Incluso yo lo he pensado bien, ¿sabes? Sobre cómo mi respuesta ese día no fue un error”.

“No, definitivamente fue un error. No importa cómo se mire, fue un error.

¿Cuántas veces tengo que decirlo para que lo entiendas? Seriamente.”

Incluso si Reiji dijera algo así con una mirada lejana en sus ojos, Suimei no se permitiría dejarse llevar por la atmósfera emocional de todo esto. Escupió una típica broma a Reiji, pero por alguna razón, Titania llevó ambas manos a su pecho y las juntó.

“Suimei-sama…”

Ella era la princesa del Reino de Astel. Era natural para ella tener sentimientos complejos hacia declaraciones tan negativas. Ella apoyó la subyugación, pero incluso si no era exactamente igual que la del rey, también debe haber sentido algo de culpa por su papel en involucrar al héroe.

Sus ojos se tornaron tristes y sus hombros temblaron. Reiji les dio unas palmaditas ligeras para tratar de disipar su ansiedad, pero se volvió hacia Suimei y dejó claras sus intenciones.

“No, te equivocas, Suimei. Ya sea que vaya o no, el hecho es que los ejércitos de demonios están avanzando hacia territorio humano. Aquellos de nosotros que no podemos regresar a casa no tenemos adónde correr. Me di cuenta de que ya sea que vaya a pelear ahora o no, llegará el día en que tengamos que enfrentar al Señor Demonio de todos modos. No puedo decir con certeza cuándo, pero es por eso que quiero aprovechar esta oportunidad. Si lucho contra varios enemigos y me hago más fuerte ahora, ya sea que llegue el momento de tomar una posición tarde o temprano, estaré más preparado para ello cuando llegue. Obviamente, eso es asumiendo que mantenemos el objetivo de derrotar al Señor Demonio a la vista”.

Reiji dejó que sus honestos pensamientos sobre el asunto se derramaran. A pesar de su escandalosa insistencia en participar en la subyugación, al final, parecía haber pensado en un plan para el futuro.

Suimei no podía decir que la perspectiva de Reiji fuera mala. Si asumieron que un enfrentamiento con el Señor Demonio era inevitable, entonces su enfoque no fue malo. Suimei hizo todo lo posible para reprimir su habitual sarcasmo y continuar la conversación.

“¿No crees que si te escapas, algún día vendrá alguien más y los derrotará?”

“No puedo contar con que las cosas progresen tan convenientemente. Seguro, es una posibilidad. Pero si confío en esa suposición y termina siendo un fracaso, todos moriremos”.

Era bueno no ser optimista, pero…

“Siempre te lanzas directo y te enfrentas a tus problemas, ¿eh?”

“¿Es tan malo?”

“No lo odio, pero solo esta vez, no creo que te mataría si te dejas llevar. Esto no es nada como esos delincuentes y bandas de motociclistas en el vecindario”.

Suimei estaba hablando de su pasado juntos. En su vida cotidiana, Suimei de una forma u otra siempre terminaba jugando al lado del superhéroe de Reiji, y se peleaban con todo tipo de personas por eso.

Al final, la fuerza física y el buen corazón de Reiji siempre lograron encontrar una manera de resolver las cosas, pero esta vez fue completamente diferente.

Sus oponentes ni siquiera eran humanos; eran demonios. Las posibilidades de que tuvieran la voluntad de los matones del vecindario eran predeciblemente bajas. Sin embargo, Reiji habló con confianza.

“Sí, pero ya sabes, yo tampoco lo soy ahora”.

“… En serio, siempre tienes la última palabra, ¿no?”

“Hahaha.”

Al ver la expresión cansada de Suimei, Reiji soltó una buena carcajada.

¿Le pareció tan divertido este tipo de intercambio entre amigos de confianza? Suimei ciertamente tampoco lo odiaba. Y después de haber escuchado a Reiji, Suimei dio su respuesta.

“Entiendo lo que estás pensando. Si no vas a morir, pero para que puedas sobrevivir, no tengo nada que decir. Es solo que… No hagas nada estúpido”.

Suimei podía entender su proceso de pensamiento. Incluso si fue imprudente, no fue solo imprudencia. Si estaba haciendo lo que pensaba que tenía que hacer para sobrevivir, lo haría usando su cabeza más de lo normal. Pero aun así, Suimei tuvo que lanzar un recordatorio. Cuando lo hizo, Reiji le dio una expresión algo seria.

“Está bien. Desde aquí, nos dirigiremos directamente al corazón del territorio del Señor Demonio y…”

“Oye.”

“Hahaha, estoy bromeando. En primer lugar, tengo que volverme más fuerte. Como dije, ¿sí?”

Cuando Suimei lo interrumpió con una voz cansada, Reiji se rio. Con un tema tan serio, ¿cómo era posible que aún pudiera lanzar una broma en el engranaje de la conversación así? Reiji probablemente estaba ansioso a su manera.

Si estaba demasiado tenso todo el tiempo, sería difícil para él, por lo que probablemente estaría eliminando el estrés donde pudiera. Es por eso que quería deshacerse de la tensión en estos momentos alegres.

Suimei realmente no pudo encontrar fallas en él por eso. ¿Cómo pudo? Reiji estaba siendo presionado desde todas las direcciones solo por ser el héroe. Esta era su forma de resistir la intensa presión que creaban esos grilletes. Es por eso que Suimei dijo lo que necesitaba a continuación en un susurro que solo Reiji podía escuchar.

“Si crees que se está poniendo mal, lleva a Mizuki y huye para encontrar un lugar donde esconderte, ¿de acuerdo? El hecho de que te hayas convertido en un héroe no es garantía de que puedas derrotar a tu enemigo cómodamente como en un manga o una novela, ¿entendido?”

“Lo tengo. Pero quiero hacer todo lo que pueda”.

“Qué terco”.

Al ver que no cedería, Suimei dejó escapar un suspiro exasperado. Esta vez, Reiji cambió el tema por completo y dirigió el interrogatorio a Suimei.

“Pero me sorprende que hayas salido sano y salvo, Suimei”.

“¿Hmm?”

“Sabes, lo que pasó antes… Eso”.

Al ver que Suimei no podía entenderlo por las vagas palabras de Reiji, Mizuki logró adivinar lo que estaba insinuando y habló.

“Ah, ¿esa cosa en la que uno de los magos de la corte enloqueció en la cámara ritual?”

“Mm. Escuché que eras un espectador, ¿verdad?”

Reiji estaba hablando de la vez que Suimei llevó a cabo su venganza contra el mago de la corte Sebastian Kran. En ese momento, Reiji y Mizuki estaban fuera del castillo, por lo que solo se habían enterado de lo que sucedió después del hecho.

“Bueno sí. Aunque en realidad no estaba tan cerca de la acción”.

“Pero te arrastraron, ¿verdad?”

“Bueno, más o menos”.

Cuando Suimei le dio a Reiji nada más que respuestas vagas, Mizuki habló como si fuera demasiado para ella.

“Cuando regresé con Reiji-kun y Tia, una sección completa del castillo fue arrasada. Escuchamos que un mago de la corte se enfureció y hubo un rumor de que aparecía un monstruo gigante. Todo fue tan sorprendente…”

Después de regresar de su pequeña excursión, habían escuchado todos los chismes sobre lo que había sucedido, pero no la verdad.

De hecho, Suimei había hecho arreglos para asegurarse de que ese fuera el caso mucho antes de que salieran. Después de ser invitado a su pequeña excursión el otro día, consultó al rey y Felmenia, y decidieron arreglar las cosas mientras los tres estaban fuera del castillo. Por supuesto, nadie había esperado que apareciera una aparición.

“Es realmente bueno que nadie resultó herido”.

Al ver la expresión de alivio de Reiji, Suimei respondió con una broma. “Nadie excepto la cámara ritual”.

“Mientras estés a salvo, Suimei, eso es todo lo que importa”.

“Me sorprende que puedas soltar una mierda tan vergonzosa con la cara seria”.

La preocupación de Reiji por su seguridad y la sonrisa de alegría en su rostro eran genuinas. Y precisamente por eso, ambos hicieron que su vergonzosa charla fuera mucho más difícil de escuchar. Mientras Suimei pensaba eso, Titania lo llamó en tono de disculpa.

“Lo siento, Suimei-sama. La gente del castillo te ha causado tantos problemas”.

“No, al final, Meni… quiero decir que Stingray-san terminó salvándome, así que no hay necesidad de que agaches la cabeza, princesa”.

Titania dejó escapar un suspiro de alivio cuando dijo eso. Quizás era de esperar, pero tanto ella como el rey se sentían culpables por muchas cosas. Mientras reflexionaba sobre eso, Reiji habló con una voz encantada.

“Ese es nuestra Sensei. Como pensé, es increíble”.

Asintiendo repetidamente, sonaba casi jactancioso. ¿Tenía tanta fe en su maestra? Parecía tener una profunda admiración por ella, sino un capricho absoluto por ella, pero…

“¿No lo crees tú también, Suimei?”

“¿Hmm?”

“Sobre Sensei. ¿No crees que es increíble?”

“Ah, sí, claro. Tienes razón.”

“¿Cierto?”

Reiji se había vuelto inusualmente inflexible sobre lograr que Suimei estuviera de acuerdo con él. ¿Qué le había impresionado tanto de Felmenia?

Aaah…

Suimei entonces se dio cuenta del meollo del asunto. Pensando en ello, estaba bastante seguro de que su amigo tenía debilidad por las mujeres con senos grandes.

Cuando se trataba de las sutilezas del corazón de las mujeres, él era devastadoramente grueso, pero ciertamente tenía un apetito saludable por su compañía.

El leve tinte rosado en sus mejillas fue más que suficiente para demostrar que se sentía atraído por ella. Era cierto que Felmenia estaba bastante bien dotada en contraste con su altura. Eso tampoco era todo lo que había, pero en cualquier caso, se trataba fundamentalmente de los senos para él. Y Suimei no era el único que había llegado a esa conclusión.

“Augh, ¿Felmenia-san también es una rival…?”

“Flama Blanca-dono es un adversario formidable, Mizuki. Ella tiene ese hermoso cabello plateado, así como su rostro frío y hermoso. Felmenia está equipada con muchas armas”.

Mizuki le dio la espalda a Reiji y estaba al borde de las lágrimas, pero Titania ardía con un espíritu competitivo ante la idea de agregar un nuevo rival.

“No es justo… ese meneo…”

“Grr, si tuviera eso, incluso Reiji-sama lo haría inmediatamente…”

Ambas niñas, agraviadas, se llevaron las manos al pecho. Dándoles una mirada de reojo, Reiji parecía ansioso por pasar a otro tema.

“¿Qué vas a hacer desde aquí, Suimei?”

“¿Hmm? Estoy pensando en dejar el castillo”.

“¿Oh…?”

Esta era la primera vez que Reiji había oído hablar de él. Suimei nunca antes le había mencionado sus planes. Lo mismo ocurrió con Mizuki y Titania, quienes también le estaban dando expresiones de desconcierto.

La que dio un paso adelante como representante del grupo fue Mizuki, y le preguntó a Suimei con un tono de sorpresa y preocupación.

“Suimei-kun, ¿qué vas a hacer después de dejar el castillo?”

“No, realmente no tengo ningún objetivo. Solo voy a vivir fuera del castillo”.

Suimei dijo una mentira descarada con una cara seria. Reiji hizo una expresión un poco tensa mientras le pedía detalles.

“¿Qué pasa con los gastos de manutención?”

“Encontraré un trabajo o algo y lo resolveré de una forma u otra”.

Después de que Suimei le respondiera a Reiji, esta vez fue Titania quien tuvo una sugerencia para él.

“Suimei-sama. Si permanecieras dentro del castillo, mi padre garantizaría tu sustento.  No  creo  que  sea  necesario  que  te  vayas  a  toda  prisa, ¿verdad?”

“Eso puede ser cierto, pero aun así, quiero ir”.

“¿Por qué es eso? No importa lo bueno que sea el orden público en la capital real en comparación con otras ciudades, vienes de otro mundo y no tienes ni el conocimiento de esta tierra ni la protección divina del héroe que invoca… Es difícil decir que la vida fuera del castillo será seguro para ti. No veo ninguna ventaja en irme…”

Ciertamente, nada de lo que dijo Titania estaba mal. Ella operaba bajo la suposición de que Suimei no tenía talento ni poder, y sus sugerencias eran muy razonables, aunque erróneas.

“No, es solo… lo diré sabiendo muy bien que es descortés contigo, pero me siento incómodo dentro del castillo”.

“Ah…”

Una expresión incómoda. Con solo eso, parecía haberlo descubierto. Aparentemente, los rumores sobre Suimei habían llegado incluso a oídos de Titania. Al darse cuenta del significado detrás de sus palabras, guardó silencio y no protestó más. Fue Reiji quien luego se puso nervioso y no hizo ningún intento por ocultar su disgusto.

“¿Quieres que vaya a decir algo?”

¿En qué estaba pensando? No podía ser que planeara encontrar a todas y cada una de las personas que estaban difundiendo rumores y pedirles que se detuvieran… ¿o sí? Eso era demasiado irrazonable, aunque era una prueba de lo genial que era Reiji.

“No, está bien. ¿Qué vas a hacer desordenando todo bien cuando te vayas? Solo complicará las cosas, así que déjalo por la paz”.

“Hmm, pero ya sabes…”

“Está bien. Tengo un buen plan sobre cómo manejar las cosas”. Mizuki le preguntó en un tono dudoso sobre esa nota.

“¿Un plan? ¿Qué vas a hacer con el dinero?”

“Voy a vender mis libros de texto y otras cosas que no necesito”.

“¿Puedes incluso vender esos? ¿No están todos escritos en japonés?”

“Alguien curioso los comprará. Todo lo que tengo que hacer es exagerar un poco”.

“¿Está bien?”

“Bueno sí.”

“¿De verdad?”

“De verdad. Por lo menos, tengo un plan desde aquí”.

Al escuchar eso, Mizuki hizo una expresión compleja. Probablemente no estaba convencida. Si él hubiera estudiado magia, combate y conocimientos generales junto con ellos, probablemente ella no habría estado tan nerviosa, pero poco sabía que Suimei había adquirido todos los conocimientos necesarios por su cuenta. Por supuesto que estaba preocupada.

Entonces Suimei decidió intentar barrerlo todo debajo de la alfombra. Trató de cambiar de tema con Mizuki, quien todavía tenía una expresión rígida en su rostro.

“Pero en realidad, está bien y todo para preocuparse por mí, pero Mizuki, ¿no deberías preocuparte por ti misma?”

“¡Estoy bien! ¡Porque incluso yo puedo usar magia ahora!”

Al igual que Reiji, Mizuki se había entrenado en los caminos de la magia. Por lo que escuchó de Titania, ella tenía un talento comparable al de Reiji. Puede que ella no estuviera tan preocupada por eso, pero ese no era el punto en el que Suimei se estaba enfocando.

“De eso estoy hablando. Magia. Lo digo solo porque ahora puedes usar la magia, no hagas cosas como las que hiciste en el pasado. ¿Verdad, Reiji?”

Cuando se volvió hacia su amigo que conocía el significado de tal declaración, no obtuvo nada más que una risa abatida a cambio.

“Ah ah ah ah…”

“¡S-S-S-S-Suimei-kun! ¡Prometiste no hablar de eso!”

Mientras tanto, el rostro de Mizuki instantáneamente se puso rojo brillante cuando comenzó a entrar en pánico. Era un recuerdo que hacía mucho tiempo que intentaba olvidar. Era su oscuro pasado desde el momento en que Reiji y Suimei la conocieron.

“Tu papá aquí está bastante preocupado. No importa cuánto tiempo pase, sigues usando ese mini cinturón y esa bufanda roja y esos guantes sin dedos… ¿Qué hacer?”

“¡¿Cuándo se convirtió Suimei-kun en mi padre?! Quiero decir, los elementos de héroe no tienen nada que ver con eso, ¿verdad? ¡No finjas llorar…!”

Por un lado estaba Mizuki, gritando y chillando mientras hacía un alboroto, y por el otro estaba Titania, mirando en silencio en confusión. No podía decir de qué estaban hablando. Se volvió hacia Suimei con la cabeza inclinada hacia un lado.

“¿Algo sobre el pasado?”

“Si.”

“¡Suimei-kun! No puedes decir nada al respecto, ¿de acuerdo? Absolutamente no, ¿me oyes? ¡Absolutamente no! ¡No estoy bromeando!”

Esto fue fácilmente lo más desesperado que Mizuki había actuado desde que llegó a este mundo. Para ella, la revelación de su oscuro pasado parecía ser un asunto mucho más serio que ser convocada a otro mundo.

Como para arrojarle a Mizuki un salvavidas, Reiji se volvió hacia Titania, que estaba cada vez más curiosa, y le pidió que no se entrometiera.

“Mizuki también tiene algunas cosas que hacer, Tia”.

“Estoy preocupada.”

“¡No lo estés! ¡Es un gran secreto entre nosotros! ¡Un jardín secreto! ¡Es algo que nadie más puede conocer!”

“Si ese es el caso, entonces aún más, deberías…”

Y así la expresión de Titania se puso rígida por la insatisfacción y la leve tristeza de haber sido excluida. Decidiendo que había pasado suficiente tiempo para desviar completamente el tema de lo que Mizuki le estaba preguntando antes, Suimei se volvió hacia la chica que estaba consciente de haber sido excluida y le hizo una pregunta.

“Por cierto, ¿está realmente bien para ti participar en la subyugación del Señor Demonio, princesa?”

“Oh, te pediría que no me subestimes, Suimei-sama. Incluso yo he dominado la magia aquí en el Castillo Real. Estoy seguro de que seré útil para Reiji-sama.”

Al decir eso, Titania sacó con orgullo su pecho, que era comparable al de Mizuki. Princesa Titania… No sabía cómo eran sus habilidades con la magia, pero eso no era lo que estaba insinuando.

“Estoy seguro de que sobresale en lo que respecta a la magia, princesa, pero ¿no tiene que considerar su posición?”

“No hay necesidad de preocuparse. Padre se ocupará del país. Debido a que sus asesores y mi hermano mayor también están presentes, incluso en mi ausencia, Astel logrará pasar”.

“No, eso no es lo que quiero decir…”

Ella era una princesa amada, algo así como un tesoro nacional. Entonces, ¿por qué los acompañaba en la peligrosa misión de subyugar al Señor Demonio? ¿Y por qué el rey lo estaba permitiendo?

Los padres naturalmente pensaban que sus hijos eran preciosos. Entonces, incluso si era lo que deseaba el niño, ¿podría algún padre realmente estar de acuerdo en arrojarlo a los brazos del peligro?

Era una mala manera de decirlo, pero seguramente había mejores cosas que una princesa podía hacer por su país.

Suimei lo encontró desconcertante. ¿Por qué el rey realmente lo había permitido? Sin embargo, antes de que Suimei pudiera preguntar por qué saltaría al peligro a pesar de su posición como princesa, lo interrumpió y robó la iniciativa con una majestuosa declaración.

“Suimei-sama, este es el deber que se me ha encomendado.”

“Deber, ¿dices?”

“Si. No importa cuán fuerte sea Reiji-sama, este país no puede cargarlo solo con la carga de salvarnos. Es justo que un representante de Astel también haga su parte. Y el elegido para interpretar ese papel fui yo. Hace tiempo que me decidí”.

“…”

¿Era eso realmente todo lo que había que hacer? No es que Suimei dudara de su determinación. Su afirmación tranquilizadora en este momento estaba ciertamente llena de sinceridad inquebrantable.

Debido a que tenía su propio sentido de la responsabilidad, estaba aquí en esta posición por elección. Pero, ¿qué la conduciría a un destino potencialmente tan sombrío? La excusa de defender el honor del país parecía un poco frágil.

Sin embargo, eso realmente no tenía nada que ver con Suimei. Titania era alguien en quien valía la pena poner su fe si se ofrecía a ayudar a Reiji y Mizuki, por lo que no sintió la necesidad de interrogarla más.

“¿Suimei-sama?”

“… No, disculpe mi descortesía. Por favor, cuida de Reiji y Mizuki”.

“Por supuesto. Por favor déjamelo a mí. Me aseguraré de que todos regresemos sanos y salvos”.

Titania aceptó felizmente la solicitud de Suimei. La atmósfera que emanaba de ella en ese momento era una noble dignidad fuerte, enérgica y que quizás se resumiera mejor como princesa. Luego lo llamó de nuevo.

“Y una cosa más, Suimei-sama.”

“¿Qué es?”

“Ya considero a Reiji-sama y Mizuki como mis amigos insustituibles. Por poder, dado que  eres un amigo muy querido para ellos, también te considero un buen amigo. Me gustaría que dejaras de hablarme tan formalmente. ¿Te parecería bien?”

Una petición modesta, pero no algo que una mujer de su posición deba preguntarle a un tipo como Suimei.

“¿Está realmente bien?”

“Por favor, por favor”.

Él volvió a verificar para asegurarse, pero ella lo confirmó de todos modos. Y luego, sintiéndose un poco ansioso, Suimei se recompuso y trató de darle lo que quería.

“Entendido. Haré precisamente eso, prin… ”

“Es Tia, Suimei”.

Titania le dio una sonrisa dulce y delicada. Para alguien que no tenía defensa contra las chicas, era el tipo de sonrisa que podía derribar a un hombre de un solo golpe. En cierto sentido, se parecía mucho a la sonrisa de Reiji. Pero Suimei no podía permitirse el lujo de ser víctima y le devolvió la suya con una sonrisa propia.

“Si. Mis mejores deseos, Tia”.

“Con esto, los cuatro somos oficialmente buenos amigos”.

En este mundo, las personas que conocía como amigas probablemente eran solo aquellas que le prestaban atención innecesaria. Sin embargo, ahora que Titania declaró la amistad entre los cuatro, se veía genuinamente feliz, como si fuera la primera vez que hiciera verdaderos amigos.

Suimei luego se volvió y llamó a Reiji. “Oye.”

“¿Hmm?”

“Es solo…”

Sin embargo, al ver la expresión despreocupada de Reiji mientras lo miraba, Suimei cambió de opinión y dejó de hablar. De improviso, casi había dicho: “Si hubiera un medio para regresar, ¿lo harías? Si esperas, haré uno”.

Pero se detuvo. Incluso si hubiera preguntado tal cosa, no había forma de que Reiji se detuviera. Solo haría que vacilara innecesariamente. Dado que no había ninguna razón real para preguntar, sería simplemente un obstáculo. Y en ese sentido, Suimei pensó que era mejor no preguntar nada. Albergando la pregunta en su corazón, Suimei sonrió y animó a Reiji.

“Haz tu mejor esfuerzo. Eso es todo.”

“Mm, lo tienes. Gracias, Suimei”.

“Si.”

Suimei extendió su puño y Reiji lo golpeó con el suyo. Eso selló su despedida, y cualquier otra cosa que tuvieran que discutir tendría que esperar bastante tiempo.

Lo que Suimei obtuvo en respuesta a su asentimiento fue una sonrisa alegre. Era la sonrisa de un hombre a punto de dar su primer paso hacia las dificultades, pero una sonrisa que no cesaba ni se detenía.

Una sonrisa llena de valentía. Era la forma de Reiji de decirle a Suimei que no se preocupara.

En poco tiempo, los preparativos para el desfile se completaron y Titania llamó a Reiji.

“Ahora bien, vámonos, Reiji-sama.”

“Mm. Mizuki, quédate cerca de mí “.

“…”

Mientras Reiji extendía su brazo casualmente, Mizuki se olvidó incluso de hablar y asintió tímidamente con una sonrisa. El mismo Reiji probablemente pensó que era más seguro estar más cerca de él, pero no había forma de que eso fuera lo que pasaba por las mentes de Mizuki y Titania.

A pesar de estar avergonzada, Mizuki felizmente se aferró a Reiji, y Titania lo miró con celos por un momento antes de gritar.

“¡R-Reiji-sama! ¡Yo también!”

“¿Eh? ¡¿Tia?!”

Luego tomó el brazo libre de Reiji. Lanzó una protesta desconcertada, pero solo por un momento. Aunque ignoraba sus verdaderos sentimientos, también rodeó a Titania con el brazo y la abrazó con fuerza.

“Mm, está bien. Mantente cerca de mí también, Tia”.

“¡P-Por supuesto!”

Titania mostró una brillante sonrisa mientras alzaba la voz con deleite.

Con una hermosa mujer a cada lado, y no solo eso, sino que con sus brazos firmemente envueltos alrededor de ambos, el héroe abordó grandiosamente el carruaje. Mirando a su alrededor de cerca, los hombres de la zona, los caballeros y los soldados, lo miraban con envidia e incluso sed de sangre. Suimei se sintió similar cuando comenzó a murmurar para sí mismo.

“En realidad, espero que se queden aquí para siempre…”

Fueron celos. Celos puros. No pudo detenerlo. Era una frustración que la mayoría de los demás hombres comprendían. Sin embargo, pensando detenidamente en lo que dijo,

Suimei se dio cuenta de que sus palabras también podrían interpretarse como un deseo de dejar que Reiji viviera una vida feliz rodeado de mujeres. Mientras Suimei estaba contemplando esto, Reiji se volvió hacia él.

“Suimei, ¿dijiste algo?”

“No, nada en absoluto”.

“… ¿Oh? No es gran cosa”.

Reiji sonaba como si no pudiera decir lo que estaba pasando. Sin duda, durante el resto de su vida, permanecería ajeno a los matices de las emociones de los demás en tales situaciones, tanto mujeres como hombres. Y con esa expresión curiosa todavía en el rostro de Reiji, él y las dos chicas felizmente pegadas a él comenzaron a alejarse de Suimei en el carruaje.

En poco tiempo, el sonido de las enormes puertas abriéndose resonó en el aire, y el sonido de la banda tocando su música junto con el tremendo rugido de vítores y aplausos se pudo escuchar en la dirección en que se había ido el carruaje.

Cuando la puerta finalmente se cerró, el único que seguía en pie era Suimei, como si lo hubieran dejado atrás. No. Estaba parado aquí porque quería estarlo. Él tomó esa decisión por sí mismo. La melancolía y la soledad que sentía ahora eran simplemente el resultado de tener dificultades para aceptar eso.

“Realmente lo hice, ¿eh…?”

Mientras miraba a la distancia, Suimei murmuró para sí mismo. Porque quería volver, porque tenía que volver, no había duda de que le dio la espalda al peligro. Al ver las siluetas de sus amigos desaparecer en la distancia mientras se enfrentaban al peligro del que él rehuía, esos sentimientos flotaron en su mente.

Aquí mismo. Por su cuenta. ¿No fue su decisión de caminar por un camino diferente imperdonable y descarado? ¿No fue una acción impropia de un mago de la Sociedad? Pero no importa cómo lo pensara, solo podía ver la elección de caminar por el camino para derrotar al Señor Demonio como una decisión equivocada.

Mientras tuviera su tesis, no tendría sentido si no regresaba. Una vez que lo logró, todavía tenía una promesa que había jurado cumplir. Tenía a alguien a quien ya estaba decidido a salvar. Por eso sentía que estaba justificado para no cargarse con los problemas de otro mundo.

Él tenía el suyo. Pero todavía no podía luchar contra la sensación de que esos pensamientos pudieran no haber sido más que excusas infantiles frente a sus dos valientes amigos.

“…”

Reflexionando sobre su situación, Suimei miró al cielo. Lo que recordó mientras miraba la vasta extensión azul eran las figuras de aquellos con los que se había involucrado hasta ahora.

El que lo crio y le enseñó magia, su padre que se murió en el camino hacia sus aspiraciones. El que siempre le imponía exigencias irracionales, el líder de la Sociedad. Maldecida por Ludwig, la chica de la sombra azul. El radical demasiado recto de la Orden de Caballería de la Rosa Cruz. La heredera del dojo de esgrima del barrio, su amiga de la infancia.

Su elección fue egoísta. Él era muy consciente de ese hecho. Sin embargo, cuando recordó sus caras mientras cerraba los ojos, supo que era la única opción.