Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 1

Capitulo 1: ¡No Soy Algo Que Solo Invocas!

Parte 3

Después de su intercambio con Felmenia, la expresión del rey se volvió sombría. Con eso, Mizuki susurró a los demás.

“Él está hablando de esta cosa de invocación como si sucediera todo el tiempo, incluso en otros países. ¿Eso significa que hay gente como nosotros por todas partes?”

“Basado en lo que dijo, tal vez. Pero lo más importante, ¿cuántos Señores Demonios están surgiendo en este mundo…?”

Suimei respondió con una expresión de desconcierto a la pregunta de Mizuki. Sentía lástima por cualquier otra persona que hubiera sido arrebatada de su propio mundo, pero si realmente tuvieran que convocar a tantos héroes tantas veces… algo andaba grave y escandalosamente mal aquí.

“Además, nuestra situación parece ser la primera para ellos”.

“Ahaha… Somos nosotros por quienes la gente debería sentir pena…”

Cuando terminaron su intercambio de susurros, la conversación entre Felmenia y el rey llegó a su fin. Su expresión sombría ahora era resuelta cuando volvió su mirada hacia los tres amigos.

“Héroe-dono, debo disculparme por llamarte a un lugar así tan abruptamente. Soy el decimotercer rey del Reino de Astel, Almadious Root Astel. Y este es mi castillo, el Castillo Real de Camelia. Aunque solo puedo imaginar cómo se debe sentir al asistir a una audiencia real sin notificación previa, le imploro que se sienta cómodo”.

El rey sonaba bastante amable mientras hablaba, y cuando terminó, Titania le susurró algo al oído a Reiji. Suimei asumió que le estaba dando pistas sobre cómo dirigirse correctamente al rey, pero en completo contraste con esa expectativa, Reiji se puso erguido en aparente conmoción.

“¡¿Qué?!”

Suimei estaba desconcertado, y parecía que todos los demás también lo estaban. La habitación estaba de nuevo alborotada. En resumen, había sucedido lo impensable. Podría haber sido difícil de entender para una persona moderna, pero en un país medieval como este, los reyes tenían autoridad absoluta.

Eran considerados casi como dioses, y estar frente a uno de manera tan casual sin permiso era un acto flagrante de falta de respeto. Seguramente no saldría nada bueno de ello.

“Está bien. El héroe es un estimado caballero que ha sido convocado desde  otro  mundo  para  salvar  el  nuestro.  Deberíamos  ser  los  que respetuosamente le cedimos. No tienes que preocuparte de que se dirija a mi padre en pie de igualdad”.

“¿E-Es así…?”

Al darse cuenta de la tensa aprensión de Suimei, Titania le susurró para tranquilizarlo. Según lo que dijo, parecía que todo estaba bien. Había estado aterrorizado por un momento allí, pero esto fue un alivio. Reiji luego se inclinó ante el rey y comenzó a hablar.

“Mi nombre es Reiji Shana, Su Majestad. Me siento honrado de haber tenido una audiencia aquí en tal ocasión”.

“¿Entonces eres el héroe de otro mundo?”

“Si su Majestad.”

Cuando Reiji confirmó su identidad al rey, los demás en la habitación comenzaron a hablar emocionados de nuevo, diciendo cosas como “¿Entonces ese caballero es el héroe?” y “¡Qué rostro sublime!” Cuando su alabanza encantada finalmente se calmó, el rey dirigió su atención a Suimei y Mizuki.

“¿Entonces los dos de atrás deben ser buenos amigos del héroe?”

“Sí, soy su amiga, Mizuki Anou”.

“Soy Suimei Yakagi”.

Mientras todavía estaban de rodillas, Mizuki y Suimei miraron hacia arriba para responder al rey. Como no eran héroes, decidieron no estar como Reiji.

“Ya veo. Me disculpo por haberles convocado con él. Por nuestro error, aunque realmente nos beneficia, espero que encuentres la manera de perdonarnos”.

“Pero por supuesto.”

“Si…”

Todavía majestuosamente sentado en lo alto de su trono, el rey les pidió perdón. Como rey, probablemente fue lo mejor que pudo hacer en el camino de una disculpa, pero honestamente no sonó como una gran cosa en absoluto. Suimei estaba un poco molesto.

Una vez más, la multitud reunida en la habitación estaba agitada con susurros. Esta vez, dijeron cosas como “¡Tales palabras del rey son más de lo que merecen!” y “¡Qué compasión tan excepcional!” Era casi todo lo contrario de la forma en que habían hablado de Reiji.

“Ehem… tengo muchos asuntos que me gustaría discutir con el héroe, pero creo que esto es suficiente para la audiencia de hoy. Todo esto ha sido bastante repentino, y creo que Héroe-dono todavía está perplejo por todo esto”.

“Yo…”

“Héroe-dono y amigos, habrá un banquete en el salón de recepción de Camellia después de esto. Por favor, asistan una vez que se hayan instalado y mañana pasaremos a los asuntos más serios”.

Parecía que había algo de entretenimiento, y el verdadero asunto esperaría hasta después de una noche de descanso. Esa consideración parecía ser la verdadera disculpa del rey y, al final, tal vez se excedió. Al escuchar la palabra “banquete”, la atmósfera en la habitación pareció aligerarse. Pero había una persona que no estaba dispuesta a dejar ir la conversación.

“No, Su Majestad. Si es posible, me gustaría que pasemos a los asuntos serios de una vez”.

“¿De verdad está bien, Héroe-dono? Acabas de llegar. Seguro que todavía no te has preparado, ¿verdad?”

“Eso es cierto… Pero, al final, sé que esto es algo que debo hacer. Me gustaría conocer los detalles del peligro que debo enfrentar más temprano que tarde”.

“…Entiendo. Si lo desea, Héroe-dono, hablaremos de ello ahora”.

Después de hundirse profundamente en sus pensamientos por un momento, el rey accedió a la petición de Reiji. No era la respuesta que Suimei esperaba.

Aargh… ¡Maldito sea este santurrón!

Con una cara amarga, Suimei murmuró enojado para sí mismo. Este fue un terrible giro de los acontecimientos. Las cosas se estaban desarrollando demasiado rápido. El ritmo de todo fue absurdo. Los tres amigos aún no habían tenido la oportunidad de discutir adecuadamente las cosas juntos.

Estimulado por el pánico, Suimei tiró del dobladillo de los pantalones de Reiji desde su posición de rodillas.

“¡O-Oye, Reiji! ¡¿Qué estás pensando?! Si hablas de esto ahora, querrá tu respuesta ahora. ¿Pensaste en eso? En realidad, ¿no es obvio que…?”

“Está bien, Suimei. Déjame esto a mí.”

“Olvídalo. Deberíamos — ¡REIJIIIIIIII!”

Antes de que pudieran terminar de discutirlo, Reiji dio un paso hacia adelante y sacudió la mano de Suimei. Suimei lo llamó silenciosamente pero con tristeza.

Para Suimei, lo que el rey le iba a pedir a Reiji era incondicionalmente inaceptable. Irse y derrotar a un Señor Demonio en otro mundo… ¿Qué tipo de fantasía era esta?

Fue una locura ir y pelear con un oponente cuya fuerza de combate y capacidades de batalla eran completamente desconocidas. Además, no había nada que dijera que realmente tenían que hacerlo a pesar de que habían sido convocados aquí.

Y encima de todo lo demás, Suimei tenía una razón para regresar a casa de inmediato. Todavía tenía la tesis que prometió obstinadamente completar para su mentor fallecido, su padre.

Ciertamente, era cierto que los magos que maniobraban en secreto en el inframundo estaban destinados a poner sus vidas en juego, pero eso no significaba que tuvieran ganas de tirar sus vidas por cualquier cosa. Y Suimei estaba totalmente en contra de esto.

Suimei miró la espalda de Reiji mientras daba un paso adelante, lleno de ansiedad. No había forma de que ninguna persona racional aceptara una petición tan ridícula, pero este era su amigo, el anormalmente blando Reiji. Suimei no podía negar la posibilidad de que Reiji pudiera estar de acuerdo. Esa fue la preocupación que pasó por la mente de Suimei cuando Reiji se acercó al rey.

“¿Cuánto has escuchado ya?”

“Cuando llegamos, Su Alteza pidió que derrotáramos al Señor Demonio. Aparte de eso, aún no hemos escuchado nada”.

“Ya veo. Entonces… Gless”.

El rey se volvió hacia el anciano a su lado y asintió en dirección a Reiji. Debe haber sido una señal. El anciano, Gless, dio un paso adelante.

“Soy el primer ministro del Reino de Astel, Gless Dillez. Para empezar, les proporcionaré un resumen de la situación actual”.

“Por favor, hazlo.”

“Al norte de Astel, a una distancia que podría caber entre dos países, se encuentra una tierra de intenso frío llamada Reino de Noshias. Noshias sirvió como cuello de botella entre el territorio demoníaco y humano, y durante mucho tiempo fue conocido como el bastión más al norte de la humanidad. Detuvo el avance de los demonios en nuestro mundo. Es decir, hasta hace medio año. La capital real cayó en un repentino e inesperado asalto demoníaco. Después de eso, Noshias ya no pudo mantenerse como país y, en consecuencia, pereció”.

La expresión del primer ministro Gless se volvió sombría mientras continuaba.

“A pesar de su duro clima, la gente de Noshias se jactaba de una fuerza que no era de ninguna manera inferior a la gente que vive en las llanuras. He oído que su ejército también era muy poderoso, pero que difícilmente podrían resistir a un ejército de demonios de más de un millón de personas. Un gran país quedó en ruinas en menos de un mes”.

Mizuki luego habló vacilante.

“Um, por ruina, quieres decir… ¿Qué pasa con la gente de Noshias?”

“Los demonios no necesitan prisioneros humanos. En el momento del ataque, la mayoría de la gente de Noshias fue asesinada por los demonios. Los que sobrevivieron fueron luego capturados por las cacerías humanas de los demonios. Hay unos pocos afortunados que han sobrevivido hasta el día de hoy, pero la población de Noshias ha sido diezmada”.

“¿Cacerías humanas? De ninguna manera…”

“Eso, me temo, es simplemente cómo son estos demonios. Desprecian a los humanos y los tratan como presas. Son seres completamente malvados sin ningún mérito del que hablar más que su poder puro. En lugar de llegar a un compromiso en la mesa de negociaciones, preferirían usar uno para atacarnos”.

Al escuchar la explicación de Gless, el rostro de Mizuki palideció. La sola idea de una “caza humana” le produjo miedo en el corazón. No fue tan difícil  tragar  lo  que  estaba  diciendo  Gless,  pero  fue  completamente desagradable.

Sabiendo que el genocidio estaba sobre la mesa, estaba bastante claro que los demonios de este mundo eran diferentes de los que aparecen comúnmente en las novelas. No era posible trabajar junto con criaturas de ese tipo por la paz o el bien común.

“Después de eso, gracias al oráculo de la Iglesia de la Salvación, pudimos confirmar que un Señor Demonio se ha apoderado del territorio demoníaco. El nombre del Señor Demonio es Nakshatra, y si se deja suelto, los demonios eventualmente aniquilarán a la humanidad”.

Gless hizo una breve pausa antes de continuar de nuevo.

“Frente a la profecía de la aniquilación de la humanidad que recibimos del oráculo, todos los países se reunieron y celebraron una conferencia para discutir contramedidas contra la invasión demoníaca. Sin embargo, con la caída de Noshias y el tamaño informado del ejército de demonios, muchas de las propuestas presentadas para romper el punto muerto fueron retiradas. Fue solo una demostración de cómo nosotros, como personas, carecemos de los medios para oponernos a los demonios que se elevan sobre nosotros en fuerza y número”.

Gless entonces de repente volvió su mirada hacia Reiji.

“En consecuencia, todas las naciones acordaron recurrir al ritual de invocación que se ha transmitido desde tiempos inmemoriales para convocar a un héroe de otro mundo. Normalmente, el ritual de invocación de héroes es algo que solo el Gremio de Magos y la Iglesia de la Salvación tienen conocimiento. Su uso está estrictamente prohibido sin su consentimiento, y solo cuando la humanidad está tan amenazada se lleva a cabo el ritual. Después de todo, si cada nación realizara el ritual de invocación de héroes indiscriminadamente teniendo en cuenta sus propios intereses nacionales, el mundo entero se hundiría en el caos”.

“¿Hay tantas crisis en este mundo…?”

Reiji arrugó la frente. También puede haber estado gritando en secreto internamente: “¡Este mundo tiene demasiadas malditas crisis que amenazan a la humanidad!”

“Si. Por lo que nos dice el conocimiento que nos ha transmitido, ha habido dos ocasiones en las que aparecieron gigantes que amenazaban con comerse a todos los seres vivos; tres ocasiones en las que un tirano intentó dominar el mundo; y como ahora, ha habido otro caso de la aparición de un Señor Demonio. Esta es la séptima ocasión en la que tales medidas han sido necesarias. Y así, para evitar la crisis inminente, incluido el Reino de Astel, cuatro países deben llevar a cabo el ritual de invocación de héroes”.

“Cuatro países…”

Suimei soltó un murmullo ante esa declaración inesperada. No le gustaba la idea de que hubiera otras personas lamentables a las que se les estuviera imponiendo el absurdo favor de subyugar demonios.

Seguramente hubo múltiples invocaciones a prueba de fallos en caso de que alguien se negara, pero eso también significaba que no había ninguna razón para que la carga de salvar este mundo tuviera que caer sobre los hombros de Reiji.

“Y entonces los que fueron convocados aquí seríamos nosotros, ¿verdad?” Cuando Reiji pidió confirmación, Gless cerró los ojos y asintió.

“Es tal como dices”.

Entonces, la expresión de Gless pasó de ser sombría a más sombría.

“Actualmente, la invasión del ejército de demonios se ha ralentizado, pero en un futuro cercano, no solo este país, sino todo el mundo humano será pisoteado por ese enorme ejército de demonios. Todos caeremos como Noshias si no se hace nada”.

El color desapareció del rostro de Gless y su voz se volvió sombría.

Resultó un acto lastimero invitar a su simpatía. Era astuto y repulsivo, pero pensar en la convocatoria en un escenario internacional, no proporcionar un héroe probablemente sería visto como una deshonra que obstaculizaría la fe de la gente en Astel.

Como primer ministro que tenía que pensar en el futuro de su país, estaba actuando con buenas intenciones, pero Suimei no pudo reprimir la fuente de irritación que burbujeaba dentro de él. Permitiendo una pausa después de la explicación de Gless, el rey habló una vez más.

“Héroe-dono, ¿de alguna manera estarías dispuesto a aceptar la tarea de salvarnos a todos?”

“…”

“¿Que dices?”

Reiji bajó los ojos como si estuviera sumido en sus pensamientos mientras el rey volvía a preguntar por su respuesta.

¿Cuál es el problema, Reiji? Es obvio que deberías…

Naturalmente, Suimei, que no tenía ninguna intención de involucrarse, rezó en secreto a Reiji. Como mago, Suimei había aprendido algunas técnicas de combate para protegerse a sí mismo y a su investigación, pero no tenía ningún interés en participar en una guerra real.

Pensó que debería ser evidente, pero tampoco quería morir.

Como si tratara  de poner fin a esas ansiedades, Suimei dedicó sus oraciones con seriedad al gran dios viviente Shana Reiji que estaba frente a él. Todos esperaban con gran expectación la respuesta del héroe. Y después de un largo y silencioso momento, Reiji levantó firmemente la cabeza.

“Aceptaré su solicitud”.

Ya lo imaginaba. Él nunca estaría de acuerdo con eso. No hay forma de que él — ¿Qué?

Para ser claros, Reiji acababa de decir las palabras: “Aceptaré tu solicitud”.

Espera… ¡Oye, oye, oye, oye, oye, oye!

Reiji estuvo de acuerdo. Él fue y lo hizo. Suimei tuvo que preguntarse por un momento si sus oídos le estaban jugando una mala pasada, pero no. Reiji había aceptado honestamente hacerlo.

“¡Excelente! Entonces —”

“¡ESPERE JUSTO AHIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!”

Esto no pudo suceder. Ahogando la voz encantada del rey, el grito de Suimei resonó en la sala de audiencias. Fue tan fuerte que incluso Suimei se sorprendió de sí mismo.

Todos los demás reunidos en la sala de audiencias se quedaron paralizados, completamente horrorizados.

Aunque acababa de faltarle el respeto al rey gritando sobre él, fue tan repentino e inesperado que ni una sola persona lo amenazó por sus acciones. Incluso nuestro bondadoso héroe parecía no tener idea de qué hacer.

“¿Q-Qué te pasa de repente, Suimei? Alzando la voz así…”

“¡No es repentino, y por supuesto que alzaría la voz, idiota! Sr. ‘Oh, sí, con mucho gusto marcharía hacia mi muerte por usted’, ¿se te pudrió tu maldito cerebro? ¡Dijiste que ibas a darle una paliza a un ejército de demonios que, déjame recordarte, está a punto de destruir el mundo! ¡Millones! ¡Estamos hablando literalmente de millones de demonios! ¡No soy yo el que está equivocado aquí por alzar la voz! ¡Estás por aceptar esta basura sin siquiera consultarme a mí o a Mizuki primero, maldita sea!”

La respiración de Suimei se volvió áspera mientras criticaba a Reiji sin dudarlo ni detenerse. Estaba en un estado de agitación, pero Reiji lo miró y respondió con su habitual expresión directa.

“Es exactamente por ese ejército de millones de demonios que la gente de aquí está sufriendo, y las cosas solo empeorarán si no se hace nada. Es por eso que la gente de este mundo ha invocado su última esperanza, un héroe. Y ese héroe soy yo. Por eso estoy aquí, así que necesito hacer todo lo que pueda por esta gente”.

“¡Escucha, estoy tratando de decirte que no tiene por qué ser así! ¡No tenemos ninguna obligación con estas personas!”

“Seguro que solo llegamos a este mundo hoy. Como dijiste, no tenemos obligaciones aquí. Pero todos somos humanos y eso nos conecta. ¿Dónde está tu sentido de la solidaridad? Estamos unidos por algo más importante que la obligación, ¿no es así?”

Reiji habló de una manera filosófica y algo fría. ¿Cómo era él, un simple estudiante de secundaria, tan articulado en una plataforma tan importante? Suimei quería interrogarlo sobre eso durante la próxima hora más o menos, pero…

“Ciertamente tienes un punto, pero… En realidad, no, ¡eso no tiene nada que ver con esto! ¡Lo que estoy diciendo es que no hay ninguna razón por la que tengas que ser tú quien lo haga!”

En el calor del momento, el elevado discurso de Reiji fue tan convincente que Suimei estuvo a punto de ceder, pero respondió con lo que debería haber sido más obvio. Reiji era estudiante.

A diferencia de Suimei, su única experiencia real con la violencia se sumó a una pelea con los delincuentes del vecindario.

Ciertamente no era incapaz de luchar, pero no importaba cómo intentara cortarlo, no tenía ninguna posibilidad realista contra un ejército entrenado. Pero a pesar de todo, Reiji negó con la cabeza y resolvió el asunto con una broma de mal gusto.

“No lo sabes. En este momento, estoy rebosante de un poder asombroso. Con esto, es muy posible que pueda derrotar a un Señor Demonio”.

“¡¿De qué diablos estás hablando, idiota?! ¡Este ‘asombroso poder’ tuyo ‘muy bien puede’ no hacer absolutamente nada! Un gran erudito dijo una vez: ‘¡Las peleas tienen que ver con los números, hermano!’ ¿Alguna vez escuchaste eso antes? No me importa lo fuerte que seas, ¡esto es matemática básica, hombre! ¡Eres tú contra un millón!”

“Nunca lo sabré si no lo intento. Ya sabemos que las personas convocadas aquí han salvado este mundo antes”.

Era cierto que habían aprendido mucho hasta ahora, pero era muy posible que esas historias fueran solo leyendas transmitidas de generación en generación.

“Quizás simplemente tuvieron suerte”.

“Pero es precisamente esa suerte la que representa una verdad innegable. Y hablando honestamente, no puedo simplemente abandonar a los necesitados. Puede que no sea sensato, pero quiero ayudar a la gente de este mundo”.

“Reiji. De nuevo, estas… ”

Suimei estaba un poco desanimado por la seriedad de Reiji. Incluso lo compadecí. Esta era la enfermedad de Reiji. En el momento en que veía a alguien en problemas, se lanzaba a la refriega por su bien. Eso es lo que era, y no había cambiado desde el día en que Suimei lo conoció.

Trataría de salvar a alguien e involucraría a personas como Suimei, pero al final, salvaría a todos. Era fuerte y su única debilidad real era no poder mirar hacia otro lado. Esa fue Shana Reiji. Suimei, que había estado a su lado durante años, conocía bastante bien su verdadera naturaleza.

“Suimei… Si no quieres ayudar, no te forzaré. Honestamente, me sentiría mejor si estuvieras conmigo, pero soy el único que obtuvo poder como héroe. Esto recae sobre mis hombros y lo entenderé si no vienes conmigo”.

“Maldita sea… es una cuestión de principios. Por supuesto que no quiero ir, ¡pero no es solo…!”

“Mm, lo sé. Estás preocupado por mí, ¿verdad? Cuando no pienso en las cosas, siempre eres tú quien está ahí para arreglarlas por mí, después de todo”.

Fue astuto de su parte decir eso con tanta amabilidad. Fueron movimientos como ese la razón por la que Suimei nunca pudo poner su pie en el suelo, y siempre terminaría acompañándolo antes de que se diera cuenta. Pero esta vez…

“Absolutamente no voy a ir. No quiero involucrarme en nada de esto y no quiero morir”.

Al final, simplemente no pudo hacerlo, ni siquiera si solo estaba acompañando. No importa cómo lo pensara, era demasiado imprudente.

“Mm. Lo siento, Suimei”.

“Si realmente lo lamentas, no deberías haber aceptado en primer lugar, maldita sea”.

Suimei solo pudo responder con una mezcla de exasperación y resignación a la sincera disculpa de Reiji. Luego, Reiji se volvió hacia Mizuki.

“Voy a ir a derrotar al Señor Demonio. Quiero que esperes con Suimei, Mizuki”.

Estaba claro en el rostro de Reiji lo decidido que estaba. Mizuki bajó la cabeza y tembló como si estuviera asustada. ¿En qué estaba pensando? Después de varios momentos de silencio, finalmente dejó de temblar y miró hacia arriba mientras declaraba sus intenciones.

“… Um, iré contigo, Reiji-kun.”

“¡¿Qué?!”

“Mizuki…”

“Wow, ¿tú también, Mizuki?”

Suimei estaba desconcertado. No esperaba que otro de sus amigos dijera algo tan increíblemente fuera de contacto. Sin embargo, esta vez, Reiji estaba del lado de Suimei.

“Mizuki, no puedes. Lo que voy a asumir es una cuestión de vida o muerte. Por eso no puedo llevarte conmigo. No quiero hacerte pasar por algo tan peligroso”.

A pesar de que Reiji la rechazó, Mizuki negó vigorosamente con la cabeza de lado a lado en protesta.

“Si este mundo está condenado si el Señor Demonio no es derrotado, entonces estoy en peligro sin importar lo que haga. Por eso quiero ir contigo, Reiji-kun. Quizás podría ser de alguna utilidad. No sé qué podré hacer, y no sé si tengo el mismo deseo que tú de salvar a esta gente, pero aun así, quiero estar a tu lado, Reiji-kun.”

“Será peligroso. Puede que no pueda protegerte, Mizuki. ”

“Lo sé. Y si se reduce a eso, no me enfadaré si me dejas atrás. Entonces…”

Incluso si se reducía a eso, no había forma de que ella estuviera de acuerdo con eso. Mizuki quería estar junto al chico que amaba, y con ese fin, mintió sobre sus verdaderos sentimientos ahora. Fue suficiente para darle una pausa a Reiji antes de responder.

“…Entiendo. Si está dispuesto a llegar tan lejos, hagamos esto juntos. Pero necesito dejar una cosa clara. Nunca, pase lo que pase, te abandonaré, Mizuki”.

“Mm…”

Mizuki sonrió. Quizás fue porque Reiji la había aceptado. Parecía algo feliz, pero incluso después de reunir todo su valor, tenía lágrimas en los ojos.

“Su Majestad. Con respecto a la subyugación de los demonios, ciertamente aceptaré su solicitud. Mizuki y yo haremos nuestro mejor esfuerzo”.

“Entendido. Mizuki-dono, ¿estás realmente bien con esto?”

“¡Si!”

Al ver a Mizuki responder con tanto entusiasmo, el rey le dio una sonrisa de alegría. Luego volvió su atención a Suimei.

“Suimei-dono, después de todo esto…”

“No, no voy a luchar contra un ejército de monstruos absurdamente sobredimensionado. De hecho, no me iré con estos dos”.

“Ya veo…”

El rey sonaba algo decepcionado, o realmente se disculpó. Quizás eso era de esperar, ya que se sentía responsable de su invocación.

Pero en marcado contraste con la actitud del rey, la respuesta de la audiencia circundante hacia Suimei fue helada. Susurros de exasperada incredulidad e irritación se escucharon entre la multitud. “Incluso esa chica decidió seguirlo, pero ese joven…” y “Es como si no tuviera agallas”, dijeron.

Para las personas que no hacen nada para defenderse, en realidad solo dicen lo que quieren. Bueno, como tampoco estoy haciendo nada, realmente no puedo hablar, pero… Espera, eso no es para nada importante aquí.

Después de quejarse internamente por un momento, Suimei pasó a algo que necesitaba preguntarle al rey sin importar qué.

“Su Majestad. Tengo una única petición que hacerle. ¿Está eso bien?”

La gente seguía murmurando. Suimei podía escucharlos silbar “¡Qué increíblemente insolente!” y “¡Un bastardo como tú no está en condiciones de hacer una petición a Su Majestad!” Suimei, sin embargo, los ignoró. Y el rey respondió sin siquiera levantar la voz.

“Déjanos escucharlo.”

“Bien. No participaré en subyugar al Señor Demonio, así que quiero que me envíes de regreso a mi mundo”.

No tenía intención de ayudar con la contraofensiva, por lo que no era necesario que se quedara aquí. Quería que invirtieran el ritual de invocación de héroes y lo enviaran a casa lo más rápido posible. Pensó que era una petición bastante simple, pero el rey no respondió.

“…”

En lugar de una respuesta, un pesado silencio se apoderó de la habitación. Cuando Suimei miró a su alrededor, vio a Reiji parado allí luciendo como si no tuviera ni idea de lo que estaba pasando, y a Mizuki luciendo como si al menos tuviera una vaga idea.

En cuanto a Titania y Felmenia, ambas estaban pálidas y tenían una expresión amarga en sus rostros.

Estaba bastante claro que algo estaba pasando. No se veían así hasta que Suimei pidió regresar a casa. En otras palabras, su solicitud fue la causa. Al darse cuenta de eso, una terrible hipótesis cruzó por la mente de Suimei.

“Oye, espera un segundo. No me digas… ”

Suimei había perdido la compostura durante mucho tiempo para ser educado, pero su comportamiento era comprensible. Si su hipótesis era correcta, lo que estaba preguntando estaba fuera de discusión. El silencio permaneció en el aire por unos momentos antes de que el rey hablara resueltamente.

“Mis disculpas, pero no puedo regresarlos a su propio mundo. No es que no quiera hacerlo. Es simplemente que no existe tal forma de hacerlo”.

Al escuchar esas palabras, la sien de Suimei comenzó a temblar. Y luego, sabiendo muy bien que era una falta de respeto, decidió hacer todo lo posible por preguntar solo una vez más.

“Lo siento. No te escuché muy bien. ¿Podrías repetir eso una vez más?”

“No existe ningún método para devolverte a tu propio mundo. Por lo tanto, no podemos enviarlo a casa”.

Allí estaba. Ese fue el golpe decisivo. Suimei golpeó espontáneamente el suelo con el pie con tanta fuerza que casi hizo un agujero en el suelo.

“Qué… ¡NO JODAAAAAAAAAAAAS!”

El segundo chillido del día de Suimei sonó a través de la cámara de audiencias.

***

Después del incidente en la sala de audiencias, estalló un alboroto sin precedentes desde la fundación del Reino de Astel.

Después de escuchar al rey decirle que no podía regresar a su mundo, Suimei gritó y estalló en una rabia real. “¡¿No eres un puto idiota por convocar a alguien cuando no puedes enviarlo de vuelta?!” y “No importa cómo lo digas, ¡eso es demasiado egoísta, idiota!” Fueron algunas de las gemas que dejaron su boca en su arrebato. Y después de lanzar toda clase de insultos verbales al rey, se acercó al trono.

En ese momento, Suimei se había vuelto completamente loco. Ya no pensaba racionalmente, y no pensó ni un segundo en dónde estaba y qué consecuencias tenían sus acciones; estaba así de loco.

Sin embargo, considerando las circunstancias y lo que le acababan de decir, quizás fue una reacción bastante normal.

Pero para los presentes, esta fue una situación aterradora. No tenían idea de lo que era capaz el grupo convocado, y si Suimei dañaría o no al rey.

Mientras se acercaba al trono, los líderes y soldados presentes se acercaron corriendo para detenerlo por la fuerza. Las cosas estaban a punto de convertirse en un asunto irreversiblemente serio, pero una vez que Reiji y Mizuki sintieron la tensión en la habitación, detuvieron a Suimei y de alguna manera lograron evitar más problemas.

Y luego, antes de que su rabia se hubiera enfriado, Suimei se dejó llevar frenéticamente, casi apiñado en una habitación que le fue entregada y encerrado solo dentro. Ahí era donde se encontraba ahora: sus emociones aún estaban inquietas y su estómago se revolvía sin parar.

“Mierda, ¿en serio? ¿Seriamente…?”

Al final de sus cabales, Suimei dudó de la realidad de todo eso innumerables veces. Sin embargo, no importa cuántas veces se pellizcara las mejillas, simplemente no se despertaba en su propia cama.

No importa cuántas veces miró por la ventana, el paisaje extranjero permaneció sin cambios. Estar tan confrontado con la fea verdad de todo esto solo multiplicó su angustia. Suimei gritó, maldiciendo a los culpables que ya no estaban con él.

“¡Aaaaaaaargh! ¡¿Qué diablos hago ahora?! ¡No conozco la ecuación de un maldito hechizo que puede cruzar los límites entre mundos!”

El hechizo de invocación que los trajo a este mundo era diferente de un hechizo de invocación normal. La función era la misma en teoría, pero para que funcionara en todas las dimensiones, la escala era casi impensable.

Si lo hubieran convocado al plano astral, sería una historia diferente, pero convocar a un objetivo cuya ubicación ni siquiera podía ser verificada en un mundo paralelo era algo que Suimei nunca había oído hablar en casa.

Incluso suponiendo que estos dos mundos estuvieran unidos entre sí por una relación causal basada en el hecho de que ya habían viajado entre ellos una vez, usar tal conexión como base para la teletransportación mágica sería increíblemente débil. Sería como enviar un tren por vías desvencijadas y quebradizas y esperar llegar a su destino solo por fe. Era igualmente probable que se saliera del rumbo y perdiera absolutamente todo en el proceso.

“Ugh…”

Suimei dejó escapar un gemido de dolor. Desde que fue convocado aquí, incluso si fue por accidente, sabía que tenía que existir algún tipo de camino. Incluso si estaba agarrándose a las pajitas, si de alguna manera pudiera hacer que eso funcionara…

“Por favor, conéctate, Mary…”

Comunicación mágica: gracias al uso generalizado de teléfonos móviles, era un fósil de magia que rara vez se usaba hoy en día. Pero con él, Suimei intentó establecer una conexión con una de sus conocidas, Hydemary Alzbayne.

Ella era la chica con la que había completado más trabajos para la Sociedad en la Tierra, y si pudiera comunicarse con ella, sería posible solidificar la conexión. De esa manera, incluso en el peor de los casos en el que realmente no pudiera regresar a casa, al menos podría hacerle saber lo que le había sucedido.

“¡Mierda!”

Pero el intento fue infructuoso. La distancia entre este avión y el suyo era demasiado grande y no podía establecer una conexión.

“Si se llega a esto, tendré que hacer un camino de regreso yo mismo, ¿eh?”

El difícil desafío pesaba sobre sus hombros como nada que hubiera enfrentado antes, y soltó un tremendo suspiro. Siempre existía la opción de darse por vencido, pero para lograr lo que tenía que hacer, tenía que encontrar el camino a casa.

“Hahh…”

Suimei respiró hondo y luego…

“DEFINITIVAMENTE REGRESARE, ¡¿OYEEEEEEEEEEEEES?!”

Lanzó su determinación como un rugido.