Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 1

Interludio 1: Días Al Borde Del Bosque

En el asentamiento al borde del bosque, comenzaron a rodar temprano. Se despertaron tan pronto como salió el sol, y poco después se pusieron a trabajar para la mañana. El contenido de ese trabajo variaba, pero cuando no tenía ninguna otra tarea inminente, comencé a limpiar después de la cena de la noche anterior.

Tiraría los utensilios y herramientas que usamos en la olla, junto con cualquier paño que hubiera sido sucio por la grasa o lo que fuera, y luego me iría.

¿Por qué no lo limpié todo anoche? Bueno, a pesar de que esta tierra había sido despejada por manos humanas, aún existía una posibilidad muy real de toparse con animales salvajes peligrosos si salía por la noche.

Giba era cauteloso por naturaleza, por lo que eran raros, pero si se morían de hambre, entrarían en un asentamiento humano. Cuando eso sucediera, atravesarían a la gente del asentamiento del borde del bosque y luego atacarían los campos del dominio Genos que se extendían hacia el oeste.

Además de giba, también estaban los mundt que se decía que hurgaban en carroña, ratones masivos conocidos como giiz y todo tipo de serpientes y lagartijas venenosas. Afortunadamente, no había grandes carnívoros que se aprovecharan de los humanos que merodeaban, pero si alguna de esas cosas te mordía, podrías terminar contagiando una enfermedad grave que sería difícil de tratar.

Y así, limpiar después de la cena era una tarea para la mañana. El lugar donde todos se ocuparon de eso fue la fuente de agua más cercana al lugar donde vivían. Y en el caso de la casa de Ai Fa, esa era una pequeña rama del río Lanto que estaba a unos 10 minutos a pie.

Era una corriente escasa que fluía entre rocas escarpadas. Honestamente, se parecía más a un poco de agua que gotea de las rocas que a un afluente adecuado o algo así.

Ahí fue donde lavé la olla y los utensilios. La herramienta para la tarea era algo así como un cepillo de fregar hecho secando la piel de giba hasta que se puso rígida. Tanto la olla como los utensilios estaban grasientos por la grasa, pero los pelitos cortos hicieron un trabajo sorprendentemente bueno para que todo fuera agradable y limpio.

También lavé la tela que se había ensuciado con grasa al mismo tiempo. Cuando tuve tiempo de sobra, también me puse a lavar la ropa.

Ah, y cuando la jarra de agua se estaba agotando, me aseguré de volver a llenarla.

La olla de metal y la jarra de agua eran pesadas, así que cuando necesitaba cargarlas, utilicé una herramienta llamada “tabla de tirar”. Era una tabla grande con piel pegada en la parte posterior, así que cuando frotaste un poco de grasa solidificada sobre él, se convirtió en una herramienta realmente útil para transportar cosas.

Luego, usaría una cuerda hecha de enredaderas atadas para fijar su equipaje en su lugar sobre el tablero y colocarle otra cuerda que le colgara del hombro, que usted tiró para arrastrarla.

Al frotar grasa, redujo la cantidad de fricción, haciendo que pareciera que pesaba la mitad de lo que realmente hizo. Pero si llenaba la jarra de agua hasta el tope, pesaba unos 100 kilos más o menos, así que todavía era bastante duro.

De todos modos, cuando ocasionalmente me encontraba con alguien de otra casa allí, siempre era una mujer. La mayoría de ellas eran mujeres de mediana edad que parecían mucho más duras que yo, pero también había algunas ancianas y jóvenes de vez en cuando. Es posible que también hayan usado tablas de tirar, pero ninguno de ellos parecía estar teniendo dificultades. En otras palabras, yo era el que parecía que lo tenía más duro.

Naturalmente, fue mi amada casera quien dijo: “Qué hombre tan terriblemente débil eres”.

Por cierto, esta fue mi única oportunidad de conocer de cerca y personalmente a personas de otros hogares, pero tal como se esperaba, esencialmente nadie quería tener nada que ver con Ai Fa. Hubo algunos que ocasionalmente ofrecían un saludo, pero no querían más contacto que ese, y ella tampoco. Eso fue lo que significó ganarse la ira del clan Suun, que dirigió a la gente del borde del bosque.

Además, parecía bastante claro que la apariencia de un hombre pálido con un traje de chef blanco o una camiseta solo le había ganado miradas más dudosas. Sin embargo, nadie vino directamente y lo dijo. Todos se quedaron a cierta distancia y miraron al extraño que siempre estaba al lado de Ai Fa, pero nadie se encontró con mi mirada.

Esto es una digresión, pero todos llevaban el mismo tipo de ropa hermosa que Ai Fa. Tenían un color elegante para ellos que enfatizaban los verdes oscuros y los marrones rojizos, tal vez para no destacarse en el bosque, pero tenían diseños complejos que envolvían todo lo que tendría que llamar realmente étnico y de moda.

Las mujeres casadas usaban una tela larga que las envolvía, cubriéndolas desde el pecho hasta las rodillas. Las mujeres solteras, mientras tanto, solo escondieron sus pechos y cinturas, como lo hizo Ai Fa.

Quizás, naturalmente, ninguna de las otras mujeres caminaba con una capa o armando una espada masiva, pero incluso Ai Fa solo tenía un cuchillo sobre ella cuando no se dirigía al bosque. Y ciertamente había muchas mujeres que caminaban con una cuchilla de ese tamaño. Incluso si no estuvieras cazando giba, un cuchillo seguía siendo una herramienta versátil que podría ayudar al recolectar hierbas o cortar las enredaderas.

De todos modos, parecía que toda la gente del borde del bosque realmente tenía la piel oscura. El color de su cabello y ojos era diferente, pero el más común parecía ser el cabello castaño claro y los ojos azules. También había personas con cabello negro o rojo, o incluso rubias como Ai Fa, y aunque no podía juzgar demasiado bien porque no se acercaban, creo que también vi ojos negros y marrón rojizo.

Sin embargo, ninguno de ellos tenía la piel como la mía.

En cualquier caso, una vez que terminé mi trabajo en la corriente, mi siguiente tarea se realizó en interiores. Es decir, seguí mi rutina diaria de cuidar el cuchillo de mi viejo. Revisé el filo y la manija, y si era necesario, me encargué de las reparaciones. Las piedras de afilar en este mundo eran rugosas, de color negro brillante y me recordaban a la obsidiana.

Una vez hecho esto, me dirigí a la despensa para revisar los ingredientes. También me aseguré de que el aria y el poitan estuvieran bien, pero naturalmente la carne de giba era la principal preocupación. Me removí completamente alrededor de las hojas pico circundantes, asegurándome todo el tiempo de que ninguna de las carnes se había estropeado. La humedad en la carne se transfiere a las hojas pico, por lo que si no se agita al menos una vez al día, aparentemente perderían su efectividad para preservar y esterilizar los alimentos.

Al mismo tiempo, también corté la cantidad necesaria de la cecina que estaba  enterrada  de  la  misma  manera  que  la  carne fresca, ya que finalmente era la hora del desayuno. Mientras masticaba la viscosa carne de goma, me dirigí hacia el bosque.

Mi objetivo era recoger leña y hierbas, así como lavarme.

A esa hora del día, el sol siempre estaba con toda su fuerza.

En otras palabras, esa primera mañana después de que vine a quedarme con Ai Fa, ella se levantó antes del amanecer para encargarse de sus diversas tareas, se aseguró de que los preparativos para salir al bosque temprano en la mañana estuvieran completos, y luego me golpeó para despertarme.

No pude evitar sentirme increíblemente avergonzado al pensar que estaba medio dormido incluso entonces, y luego fui e hice algo increíblemente tonto además de eso.

Pero cada vez que iba y me disculpaba más por eso, ella me pateaba en la pierna. Creo que ya había sucedido tres veces, y me dolía mucho cada vez.

En cualquier caso, me dirigí hacia el bosque.

El primer paso fue dirigirse hacia la parte aguas abajo del río Lanto para bañarse. Sí, báñate…

El doble golpe de ser atacado por esa serpiente gigante de madarama y una giba me había dejado con un trauma grave, pero mi amado benefactor simplemente le disparó una mirada fría a este frágil visitante de otro mundo y dijo: “Cosas como esas solo ocurren increíblemente raramente .”

Bueno, era cierto que el madarama y el giba eran enemigos mortales, y esas serpientes masivas que se apoderaron de la montaña fue la única razón por la que el giba había elegido vivir en el borde del bosque. Si esos madarama aparecieran con frecuencia al pie de la montaña, entonces el giba correría aún más lejos, o habría una caída drástica en su población.

En otras palabras, un madarama que bajaba al pie de la montaña fue algo muy inusual. Sus pies… er, escamas, deben haber resbalado y arrojado al río, y fue arrastrado río abajo. Esa cosa fue un dolor…

Después de tener un debate mental tan estimulante conmigo mismo, finalmente me cansé de bañarme.

La temperatura promedio por aquí era de unos 30 grados centígrados, por lo que realmente se sintió bien. Nunca había sido un bañista matutino, pero eso fue en parte porque no necesitaba usarlo como un momento para relajarme por un momento en ese entonces.

Esta es otra digresión más, pero me gustaría señalar para el registro que después de ese primer día, no rompí más tabúes mantenidos por la gente del borde del bosque. Lo juro por mi vida. En serio, nunca volveré a hacer algo así nunca más.

Después de terminar mi baño, me puse a recolectar hierbas. Lo principal que necesitábamos eran hojas pico.

Las hojas de Pico sirvieron como conservantes, pero a medida que absorbían más y más humedad de la carne, su efectividad disminuyó. Incluso si se asegurara de removerlos todos los días, serían completamente inútiles en un mes como máximo.

El espacio de almacenamiento de carne medido a dos metros por dos metros por 30 centímetros. Como era necesario recolectar suficientes hojas pico para llenar eso al menos una vez al mes, necesitaba asegurarme de tomar una cantidad decente todos los días.

Las hojas pico se agotaron significando que la carne también estaba hecha. Eso tendría un impacto bastante serio y directo en nuestra capacidad de seguir viviendo, así que calculé cuidadosamente mi cuota diaria, y si alguna vez no la cumplo, eso se convirtió en una prioridad para mí la próxima vez.

Una vez hecho esto, me concentré en recoger algunas frutas grigee y hojas de lilo. La fruta grigee se usó para repeler insectos dañinos. Para protegerse de los insectos venenosos y las serpientes que vivían en el bosque, todos los habitantes del borde del bosque llevaban pulseras hechas de ellos.

Sin embargo, eso se interpondría en mi forma de cocinar, así que en su lugar usé el mío alrededor de mi cuello. También eran importantes para extenderse por su casa para reducir el riesgo de que algo se deslizara por las ventanas por la noche, por lo que también necesitaba asegurarme de reunir periódicamente algo para ese propósito.

Las hojas de Lilo, mientras tanto, eran hierbas que se usaban para hacer cecina. No se usaban en una cantidad tan grande como las hojas pico, pero aun así era importante tenerlas cerca.

Por cierto, estas hojas de lilo en realidad resultaron ser una de las fuentes del tentador aroma de Ai Fa. Era este tipo de olor fresco y refrescante que parecía ser bueno para la aromaterapia, pero también se mezclaba suavemente con los abrumadores olores a carne y grasa. Qué hierba realmente maravillosa…

Sin embargo, decidí no mencionar ese punto a Ai Fa. Probablemente solo me llevaría a ser pateado nuevamente, después de todo.

Después de terminar con eso, lo último que necesitaba reunir era leña. Miré a mí alrededor buscando ramas caídas que parecieran servir para ese propósito, y luego usé las enredaderas que crecían en el área para atarlas. Si no conseguía reunir la cantidad adecuada, entonces seguiría y arrancaría un retoño y lo devolvería a casa para que se seque.

Ah, y por aquí, hubo lluvias parecidas a chubascos un par de veces al día. Eran completamente impredecibles, por lo que no era tan raro que mi leña cuidadosamente recolectada terminara empapada. Pero no dejé que eso me deprimiera, y seguí reuniéndome.

Era importante mantener el tipo de mentalidad en la que simplemente se podía decir: “Bueno, si se moja, se moja, y luego tendré que secarlo más tarde”. Además, recoger esta leña era una tarea importante. , ya que había estado usando más de lo habitual en mí cocina.

Aunque supongo que no había una tarea sin importancia cuando se trataba del campo de trabajo que estaba abordando. Dije que recolectar hojas pico era la tarea más importante y que tenía prioridad, pero si no llevara a cabo todo, no tendríamos lo que necesitábamos para vivir.

Lavar nuestros utensilios, juntar agua, afilar mi espada, monitorear la despensa, recolectar hierbas y leña, cazar giba… Todo eso se hizo para que podamos seguir viviendo. Si faltara algo de eso, todo se vendría abajo.

Trabajé para vivir. Dedicar todo el día al trabajo me permitió vivir otro día más.

Ese era el estilo de vida de la gente del borde del bosque, que debió ser la razón por la que no tuvieron tiempo para pensar en cosas como mejorar la calidad de sus comidas.

Podrías comer carne de giba, aria y poitan mientras los cocinaras. Cualquier preparación más allá de eso era innecesaria. Comiste para vivir. Al igual que todos los demás trabajos, era solo un medio para mantenerse con vida. No tenía que haber ningún placer involucrado en el proceso, y el sabor simplemente no importaba.

Si no comes mueres, entonces come. Eso era todo lo que había  al respecto.

Esa puede haber sido la forma correcta de ser un animal, por así decirlo.

El guiso de giba de Ai Fa y mi sopa de giba no podrían haber tenido mucha diferencia en términos de valor nutricional. En ese caso, el proceso más corto y fácil realmente pudo haber sido la respuesta “correcta” en este mundo.

Sin embargo, vengo de un mundo completamente diferente. Yo era un extranjero que vino de un lugar donde sabíamos que la comida estaba destinada a ser disfrutada. Y así, no tuve más remedio que hacer las cosas a mi manera.

Mi batalla en este mundo diferente solo estaba comenzando.