Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 11: En Este Momento, Cada Uno de Nosotros Soñamos en Nuestros Propios Caminos

Capítulo 6: Manteniendo las Apariencias

Parte 1

Estoy tosiendo de repente. ¿Podría estar enfermo? ¿Como, con algo realmente malo? ¿No? Sí, probablemente no. Es solo una tos. No hay ningún significado detrás de eso. Es una tos sin sentido. Una tos sin sentido. —Espera, ¿por qué estoy pensando en estas cosas aburridas? Soy un idiota.

Ranta realmente se molestó por alguna razón, y miró a la izquierda, luego a la derecha.

Se frotó los ojos. Sin embargo, hacer eso no lo haría ver mejor.

“Está bastante oscuro…”

A juzgar por el color del cielo que asoma entre los árboles, el sol todavía no debería haberse puesto. A pesar de eso, el profundo bosque de Thousand Valley estaba envuelto en niebla.

No tengo miedo. Bueno, no. No importa cuántas noches pase solo, es imposible borrar el miedo y la incertidumbre. No tiene sentido actuar con firmeza. No es como si alguien estuviera mirando. Podría poner un frente fuerte, pero eso no significaría nada.

“Keje…” Zodiac, el demonio, dejó escapar una leve risa detrás de él.

Le habría dado al demonio una parte de su mente, como lo había hecho en el pasado, pero ahora ni siquiera le molestaba tanto. Los demonios actuaban como otra persona con su propia personalidad, pero eso no era en absoluto lo que eran. Se decía que las revelaciones de Skullhell se reflejaban en las acciones de un demonio. Sin embargo, el demonio era fundamentalmente un espejo de su caballero oscuro, una extensión de ellos. Incluso si un demonio se veía tremendamente diferente de su caballero oscuro, no eran más que el surgimiento de una faceta oculta de su caballero oscuro, o una parte de ellos mismos que no conocían.

“Eejeje… Tropieza… Tropieza ahora… tropieza y cae ahí… tropieza y muere…”

“Nah, pero no voy a hacer eso por mí mismo, ¿sabes?” Dijo Ranta. “No hay manera de que lo haga, ¿verdad?”

“…”

“Estoy recibiendo la ley del hielo, ¿eh?”

“…”

“Solo desaparece ya. Piérdete. No, eso era mentira. Estaba mintiendo, ¿de acuerdo? No desaparezcas, ¿está bien?”

“¿Qué tengo que hacer…? Keje…”

“Comando: No desaparezcas.”

“Tch…”

“¿Qué, por qué fue eso…?”

Zodiac parecía insatisfecho, pero el demonio no desapareció.

Cuando un lord en el gremio de caballeros oscuros de Altana le había demostrado cómo controlar a un demonio, Ranta lo recordaba débilmente usando la palabra “Comando” para hacer que obedeciera. Pareció ser efectivo cuando lo probó, así que lo había estado usando de vez en cuando.

Un demonio estaba subordinado a su caballero oscuro. Si el demonio desobedecía, no sería más que una prueba de que el caballero oscuro no podía controlarse. Por tanto, eso significaría que no se entendía a sí mismo.

Después de todo, porque el demonio era él mismo, era impensable que no pudiera entenderlo.

Naturalmente, Ranta tenía un gran dominio de sí mismo. Era imposible que él no pudiera hacer lo que quería. Sentía que hacía mucho tiempo que se había convencido de eso, más allá del punto de duda. Eso tenía que ser una prueba de que no se había comprendido en lo más mínimo. Él no lo había pensado profundamente. Probablemente, no había querido hacerlo.

Soy yo. El yo aquí es 100% yo. ¿Eso no es suficiente?

Pero, ¿qué quiero decir, 100%? ¿Qué quiero decir, yo? ¿Quién demonios creo que soy? ¿Quién? No hay manera de que pueda responder eso. Quiero decir, realmente no me entiendo. Nunca he podido verme a mi mismo.

¿Qué estaba mirando antes de ahora? Si ni siquiera podía verme a mí mismo, ¿qué pasa con los demás? ¿Estaba juzgando con precisión a Haruhiro y a los demás? ¿Acaso no tenía una percepción distorsionada de ellos, decidida por lo que era conveniente para mí?

Eso también sería parte de mí… es lo que supongo que significa. Ese es el tipo de persona que soy. Centrado en sí mismo, egoísta y sin arrepentirme. ¿Por qué soy así?

Al final, puede ser que no espero nada de otras personas. Chicos, estoy seguro de que a ninguno de ustedes le agradaba, ¿verdad? Lo supe todo el tiempo. Como, nunca les agradaría, ¿verdad?

Yume, Shihoru y Mary me odiaban. Nunca pensé que solo estaban fingiendo que me odiaban, y tal vez realmente les agradaba. Nunca pensé que solo estaban fingiendo que me odiaban, y tal vez realmente les agradaba.

A Kuzaku tampoco le agradaba. Bueno, él me odiaba bastante. Soporté eso un poco, ya que era más joven y menos experimentado, pero si no fuera por eso, me habría echado atrás más fuerte.

Solo estuve con Manato por un tiempo realmente corto, pero todavía me siento con la sensación de que estaba haciendo un buen trabajo para manejarme. Era un hombre inteligente. Probablemente pensó que era un error dejar que su agrado o desagrado por mí nublara su juicio, y estaba acostumbrado a controlar sus emociones. Ese es el tipo de persona que era. Eso fue fácil para mí.

Moguzo era un misterio. No, no había nada misterioso en él. Es solo que era una raza rara, así que lo encontré misterioso.

Él era un buen tipo. Un tipo realmente bueno. Puso a los demás antes que a sí mismo, sin interrumpir nunca dónde no pertenecía, y estaba haciendo todo lo posible. Fue un poco más allá de sus límites por sus camaradas, y murió por ello. Esa pelea con Zoran Zesh. Si Moguzo no hubiera estado ahí, Renji, Kajiko y las Wild Angels habrían estado en problemas. Por lo menos, algunos de ellos probablemente habrían muerto. Tal vez todos los soldados voluntarios hubieran sido eliminados.

Moguzo debió haberlo entendido, así que tuvo que hacerlo. Si él no se hubiera parado ahí, todos habrían muerto. Él tiró su vida por todos nosotros. Ese es el tipo de persona que era. No creo que Moguzo me odiara. En serio creo eso. Hice muchas cosas por las que no sería de extrañar que me odiara, pero ese tipo no odiaría a los camaradas con los que luchó.

Luego estaba Haruhiro.

Él me odiaba, obviamente. No es exagerado decir que me detestaba por ser el molesto caballero oscuro. Aunque hizo un buen trabajo aguantándome. Va más allá del nivel en el que puedo impresionarme y, en cambio, es simplemente exasperante. ¿Era estúpido? Quiero decir, en serio, ese tipo. Él tiene que ser un masoquista total.

No creo que haya hecho todo lo posible por causarle problemas a Haruhiro. Esa no era mi intención, pero tampoco nunca intenté hacer que todo fuera más fácil para él. Siempre fui como, “Adáptate a mí. Para que las cosas sean más fáciles para mí, arréglalas adecuadamente y obtén un entorno adecuado. Hazlo para que me sienta bien al poner mis increíbles poderes en uso. Eres el líder, ¿verdad? Si eres el líder, eso debería ser un hecho. Para eso tenemos un líder después de todo. ¿La capacidad de ajuste? Básicamente, eso es todo.”

Bueno, Parupiro, ¿sabes qué? Estoy seguro de que también es duro para ti, pero son las dificultades, ¿verdad? No es como si fuera fácil para mí. Tu suerte se agotó cuando asumiste el papel de líder. Ríndete. O trabaja duro. No es mi problema. No soy tú. Nadie más puede ser yo, y nadie más puede ser tú. Todos estamos solos después de todo, ¿verdad?

Hombre, el tipo que soy. Para alguien que no espera cosas de otras personas, les dejo las cosas por completo y luego espero que me cuiden.

“No es que reflexionar sobre eso en este punto me vaya a hacer algún bien…” murmuró.

“Ejeh… Jejeje… Tú, mono inferior que no puede reflexionar sobre sus fracasos… Jejeje…”

Ranta se dio vuelta y miró a Zodiac. El demonio estaba usando esa cosa de nuevo, maldita sea. Tenía una sábana de color púrpura sobre su cabeza. Sus dos ojos eran como agujeros, y debajo de ellos había una boca parecida a una herida. En su mano derecha sostenía un cuchillo, y en su mano izquierda un garrote. A pesar de que el demonio estaba flotando, tenía dos piernas muy reales que crecían fuera de él.

“Como, ¿no pasaste de Zodiac a Zodie…?” Se quejó Ranta.

“Keje… Cuando no has hecho ninguna ofrenda… no te pongas engreído… Cállate y muere para siempre…”

“Comando: No me digas que muera.”

“…Discorporate.”

“Los sinónimos tampoco están bien, ¿de acuerdo?”

“…Ser asesinado.”

“Usar un pasivo es lo mismo, maldita sea.”

“¿Dónde está el tú que amaba la libertad… Ranta…?”

“Con la libertad viene la responsabilidad. Además, no trabajes sutilmente en una referencia a mi muerte.”

“Jeh… Jejeje… Responsabilidad, eh… Esa es la palabra que más te conviene…”

“Incluso ahora, cuando termine así, ¿asumiendo la responsabilidad de mis propias acciones?”

“¿Te arrepientes, Ranta…? Que descarado de tu parte… Ejeje…”

“No. No me arrepiento.”

“Tratando de actuar fuerte… Kejeje…”

“En serio, no estoy tratando de actuar fuerte,” replicó Ranta. “Probablemente hay un montón de cosas de las que nunca me hubiera dado cuenta si esto no hubiera sucedido. No iré tan lejos como para decir que esto fue lo mejor, pero estoy satisfecho con esto. No importa lo que me pase de aquí en adelante, lo único que no haré es arrepentirme.”

“Jé…”

“¿Estuve demasiado genial?”

“…Bleeeeeeeeeeeeeeeeeeec.”

“¡¿Estás vomitando?!”

Ese era su demonio. Nunca olvidaba su sentido del humor. El sentido del humor era esencial para cualquier hombre. Con el humor llegaba la compostura. Las mujeres se sentían atraídas por los hombres con compostura sobre hombres que estaban al límite. Aunque no había mujeres alrededor.

¿Él debería descansar? ¿O seguir adelante?

Se preguntaba cada pocas docenas de minutos. ¿Pocas docenas de minutos? ¿Era más frecuente? Tal vez era cada pocos minutos. No podía medir el tiempo, así que no lo sabía.

Cuando se acercaba la noche, los sonidos en el bosque se hacían fuerte. No había sido exactamente tranquilo durante el día, pero el sonido por la noche era diferente. No podía ver en la oscuridad, por lo que su sentido del oído probablemente aumentaba. Se volvía sensible a cada ruido. Era casi totalmente dependiente de los sonidos.

“Tal vez no deberíamos hablar,” dijo Ranta en voz baja. “Oye, Zodiac. Comando: Cállate a menos que sientas que algo realmente malo está por venir.”

Una vez que hizo que Zodiac cerrara la boca, los incesantes sonidos del bosque presionaban aún más sus oídos.

Los sonidos. Los sonidos. No podía dejar que lo golpearan los sonidos del ambiente.

Escucha, y ordénalos, se dijo a sí mismo. Es extremadamente difícil, pero tengo que hacerlo. ¿Qué estoy escuchando cerca? Mis propios pasos. El canto de los insectos. Eso es todo, eh. ¿Qué es ese alto sonido de fii, fii, fii, fii que  estoy escuchando? No lo sé. ¿Qué tal ese sonido cah, cah, cah, cacacacacacah? ¿Cómo debería saberlo? No soy profesor de bosques nocturnos.

Esto me molesta. Por supuesto, soy un caballero oscuro, no un profesor de bosques nocturnos. Además, de todos modos, ¿qué es un profesor de bosques nocturnos? No, pero aún así, si es necesario, me convertiré en un profesor de bosques nocturnos, o lo que sea que tenga que ser. Tengo que. ¿O tal vez no? No lo sé.

¿Después de todo, es imprudente avanzar cuando está tan oscuro? Estoy en mi límite, ¿verdad? Esto es claramente peligroso. ¿Tal vez debería descansar? Si me voy a dormir, cuando me levante, será de mañana. Bueno, si algo sucede mientras duermo, cruzaré ese puente cuando llegue a el. El viejo también tiene que estar durmiendo, ¿verdad? ¿Incluso está detrás de mí todavía? El objetivo del viejo era traerme de vuelta, quiero decir, y no tengo ninguna intención de volver. En ese caso, ¿no decidiría que ya había tenido suficiente y volver? Si lo ha hecho, no hay necesidad de correr. Puedo tomarlo con calma y priorizar la seguridad a medida que avanzo.

No es bueno.

Estoy asustado.

¡Esto es malditamente aterrador!

¡Demasiado maldito miedo, ¿de acuerdo?! ¡Mi corazón se acelera como un loco! ¡Nunca he estado tan asustado antes! ¡¿Por qué?!

“…Ah.”

Hasta ahora, había estado huyendo. Desde luego, había intentado no ser atrapado, y había tenido miedo cada vez que sentía a un perseguidor, pero era contra Takasagi y su gente a los que se había enfrentado. Ellos simplemente no irían y lo matarían sin hablar primero. Ese era su punto de vista y, de hecho, resultó que tenía razón.

Y así, mientras Takasagi y sus hombres lo perseguían, Ranta, en cierto modo, no había estado solo. Por lo menos, no había tenido la sensación de cuán verdaderamente, desesperadamente solo estaba.

En la inmensidad de Thousand Valley, que probablemente estaba llena de peligros, ni siquiera sabía en qué dirección se dirigía.

Además, ¿a dónde se dirigía y qué intentaba hacer?

Estaba pensando: “Creo que regresaré a Altana.” Pero no tenía una idea precisa de lo que haría cuando llegara ahí.

Si me encuentro con Renji, tal vez me permita unirme a su party, fue un vago pensamiento que tuvo. Lo rechacé una vez. Tal vez eso no va a suceder.

¿Podría volver? ¿A Altana?

En esta situación, sin ninguna base para pensar así, él no era tan estúpido como para creer con confianza: Sí, apuesto a que puedo.

Esta era la soledad.

Estaba realmente solo sin ningún amigo en el mundo.

Quería descansar. Para recuperar su resistencia y mantener su nivel de riesgo al mínimo, era mejor que lo hiciera. No necesitaba dormir. Solo tenía que acostarse, o incluso sentarse. Él lo sabía en su cabeza.

Pero no podía descansar.

Si se detenía, probablemente se volvería loco. Como mínimo, lloraría. O más bien, Ranta había empezado a romperse en algún momento. Estaba avergonzado por eso, pero había empezado a llorar. No, él no tenía la compostura para sentirse avergonzado.

Solo podía mantener a su demonio materializado durante treinta minutos consecutivos. Antes de que lo notara, Zodiac había desaparecido, y quería gritar.

¡Dime si te vas a ir! ¡Dime antes de que desaparezcas!

A través de los sollozos, pronunció apresuradamente Demon Call. Zodiac hizo lo que Ranta le había indicado, y el demonio continuó evitando hablar innecesariamente. Ranta había dado la orden él mismo, así que no podía quejarse. Si retirara la orden, sería admitir la derrota.

No, ese no era el problema. Si continuaba con sus bromas, como Zodiac, bien, eso lo distraería, pero en cierto modo era como si estuviera interpretando al hombre tonto y al hombre serio, y eso se sentía vacío.

No, no, ese no era el problema. Era más como… Espera, ¿por qué había ordenado a Zodiac que no hablara en primer lugar? Ya no podía recordar, pero un hombre nunca retiraba su palabra, y su orgullo no le permitía admitir que se sentía solo y pedirle a Zodiac que dejara escapar una o dos historias divertidas.

Está bien. Si Zodiac me lo pidiera, estaría dispuesto a hacerlo, pero no puedo dejarme ser el que incline la cabeza. Además, mi demonio es como una parte de mí, así que es extraño pensar en quién pregunta a quién por las cosas… En otras palabras, ¿Zodiac no puede adivinar mis sentimientos y pegarme con una mordaza? ¿Bueno, por qué no? Eh. ¿Qué te parece? Estoy haciendo una pregunta aquí. No, supongo que no estoy preguntando, eh. No estoy preguntando. Incluso sin que yo pregunte, deberías averiguarlo. Hazlo por favor. ¿Por qué no lo haces? Estoy triste. Esto es duro. En serio, en serio es duro…

Se había vuelto un poco más brillante, y él tenía un mejor conocimiento de los contornos de los árboles y el terreno. En aquella noche, sintió que había envejecido veinte, tal vez treinta años. Así se sentía completamente agotado.

“Supongo que eso significa que… ¿estoy a salvo…?” Murmuró.

No. Era demasiado pronto para decidir eso. La noche aún no había terminado.

Un empujón más.

Ya casi estaba ahí.

¿Casi en dónde? ¿Qué iba a pasar?

Incluso si llegaba la mañana, no había ninguna garantía de que estuviera a salvo. ¿Cuándo iba a poder descansar?

En cualquier momento. Si estaba preparado para aceptar las consecuencias, podía descansar en cualquier lugar y de la manera que quisiera.

Es solo cuestión de estar preparado para aceptarlo. Pero eso significa renunciar. No, significa alternar. He llegado hasta aquí. Estoy en mi límite. Mantener mis pies avanzando es más dolor del que puedo soportar. Nunca supe que un solo paso pudiera ser tan agotador. Debería descansar. Si no lo hago, me derrumbaré. No tengo otra elección.

Tomar la decisión, y dejarme descansar. Estoy seguro de que estará bien. Las cosas que me preocupan no sucederán. Tomaré una siesta rápida, y cuando me sienta mejor, podré moverme de nuevo.

Él se detuvo.

“Muy bien…”

Incluso su voz era débil.

¿Ves? No hay más remedio que descansar ahora.

Intentó sentarse en el suelo.

“Jeh… Ranran…”

“…¿Eh?”

Al oír que lo llamaban, se volvió. ¿A quién llamas Ranran? Quería decir, pero ahora no era el momento.

Zodiac estaba tratando de hacer un cambio de actitud.

Ranta reaccionó rápidamente utilizando el Exhaust. Justo después, o más bien al mismo tiempo, Zodiac quedó atrapado en el suelo por algo.

Sea lo que sea, había venido de cerca, saltando desde los arbustos detrás de Ranta y Zodiac para atacar al demonio. Antes de que Zodiac pudiera defenderse, hundió sus colmillos en el área cercana a los ojos del

demonio.

Cuando un demonio recibía una cantidad de daño letal, se derrumbaba tan fácilmente como un castillo de arena. Eso sucedió, y su agresor podría haber sido sorprendido por eso. Pero rápidamente asumió una postura baja y se dirigió en dirección a Ranta.

¿Qué era esa cosa?

¿Una bestia? Es negruzco. No, está manchado. ¿Es un lobo? No es un gato. ¿Es un leopardo o algo así?

Oh, demonios. Es rápido.

Él no tenía espada. La había perdido en la pelea con Takasagi. Esto era más que malo.

Ranta sacó su cuchillo de repuesto mientras retrocedía aún más con Exhaust, pero ¿qué se suponía que debía hacer con un arma como esta?

Usó Exhaust de nuevo.

No es bueno. No puedo alejarme. No solo eso, se está acercando rápido. Está en un nivel diferente al de un humano u orco. Es demasiado rápido. No es bueno. No puedo huir. 

Ranta lo estaba perdiendo totalmente. Probablemente era por eso.

“¡¿Ngah…?!”

Era un árbol. Él golpeó su espalda contra un árbol. Que error.

Se acercaban. El leopardo. Probablemente era un leopardo. Le rugió y se abalanzó sobre él.

Lo inmovilizó. La presión era increíble. Fue presionado contra el suelo. No podía mover los brazos.

Ranta llevaba un casco. Su visor voló. Parecía que el leopardo lo había arrancado con su mordisco.

“¡¿Ahhhhhhhhh…?!”

Lo que vino después fue una locura. Intentó morderle el rostro. Ranta retorció el cuello instintivamente. El leopardo terminó mordiendo su casco.

“¡¿Ahhh, ahhhhh, ahhhhhhhhh…?!”

Lo estaba royendo. Su casco. Sí. Su casco. De alguna manera, su casco contenía los colmillos del leopardo.

¿No…?

“¡¿Yowch?!”

¿Duele?

Duele cuando haces eso, ¿está bien?

“¡¿Ahhhhhhhh, ahhhhhhhhhh, nooooooooooooo…?!”

Su casco. Bajo el inmenso poder de sus colmillos. Sus colmillos probablemente habían perforado el casco. Esos colmillos se hundían en la cabeza de Ranta. Tal vez todavía no tan profundamente, pero dolía, así que definitivamente lo apuñalaron. Además, su casco parecía listo para arrugarse, o ya había empezado a hacerlo, y sentía que su cuello se iba a romper.

Estoy muerto. Estoy muy muerto aquí. Me va a comer.

“¡N-N-N-No soy sabroso, así que e-e-espera, no me comas, no me comas, no me comas! ¡No me comas, ¿uwahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh…?!” Estaba empezando a entrar en pánico.

Cálmate, se dijo. En este momento, es hora de tomar una píldora de frialdad. No creo que pueda tomar una pildora ahora, pero es una forma de hablar.

“¡Ah! ¡Ahhhh! ¡Oh, Oscuridad, Oh, Señor de los Vicios, Dread Terror...!”

Surgió una bruma púrpura, que fue absorbida por la nariz y la boca del leopardo.

El efecto fue instantáneo. El leopardo saltó lejos de Ranta.

Ranta inmediatamente rodó a un lado y se puso a cuatro patas. Saltó con Leap Out.

Mientras huía, se volvió para mirar al leopardo. El leopardo soltó un aullido felino cuando saltó alrededor. Era como si hubiera algo terrible delante de él, y estaba tratando de barrer lo que fuera con sus patas delanteras. Así era como se veía.

Aterrorizando al objetivo con la amenaza del dios oscuro Skullhell, y privándolo de su capacidad para tomar decisiones apropiadas. Dread Terror estaba trabajando. Sería perfecto si pudiera huir ahora, pero las cosas probablemente no serían tan fáciles.

El leopardo rugió y se volvió hacia él. Se acercaba. Lo persiguió a toda velocidad.

¿Tal vez él se dirigía hacia la muerte?

Para usar magia oscura, tenía que detenerse. Si se detenía, lo alcanzaría en un instante y lo tiraría al suelo. Ese leopardo era más grande que Ranta. Él no tendría una oportunidad con este cuchillo.

El leopardo probablemente carecía de resistencia, por lo que si podía seguir corriendo, probablemente podría intentar agotarlo, pero era rápido. El leopardo era demasiado rápido. Lo atraparía pronto. Solo había una cosa que hacer.

Para el leopardo, Ranta era una presa. Estaba tratando de comérselo. Estaba hambriento. Quería comer. En ese caso, solo tenía que alimentarlo. Sí. Podría tener un brazo.

De acuerdo, lo he decidido. Es para que pueda sobrevivir. Este es un precio barato. No es gran cosa. Viviré. Voy a vivir. Mantén la cabeza fría, concéntrate en cómo sobrevivir y haz tu elección. Muy bien, lo haré. Puedo hacer esto. Eso creo.

Se detuvo de repente. El leopardo estaba casi sobre él.  Se podría decir que estaba justo delante de su nariz.

Missing.

Hizo que pareciera que iba a la derecha, luego se fue a la izquierda.

El leopardo lo siguió casi sin confusión. ¿En serio? Esos eran algunos instintos naturales serios.

Una vez más, Missing. Esta vez él hizo una finta a la derecha, luego se fue a la izquierda.

¡Extiéndanse piernas!

El leopardo fue sacudido un poco a la derecha, pero todavía lo seguía de cerca.

“¡Hah…!”

Esto no era Leap Out o Exhaust. Ranta torció su cuerpo mientras saltaba bastante hacia arriba. No alto, pero bajo y agudo.

Haría que el leopardo encarrerado lo pasara. No, no fue eso.

Se pego a la espalda del leopardo.

Estaba listo para sacrificar un brazo si fuera necesario, pero no estaba dispuesto a renunciar a el desde el principio.

Ranta envolvió su brazo alrededor del cuello del leopardo, sosteniendo su torso con ambas piernas. Él apuñaló su cuchillo en un lado de su cuello. Intentó profundizar, pero el leopardo soltó un gañido y saltó. Se estrelló, de dio vuelta primero, en un árbol cercano.

El que tomó el daño directo de eso fue Ranta, que se aferraba a su espalda. El impacto. Se acercó a desmayarse.

No te voy a dejar ir. No voy a ninguna parte.

“¡Ngahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh…!”

Él apuñaló el cuchillo.

Muere. Muere. Muere, maldita sea.

El leopardo se sacudió, pateando el brazo izquierdo de Ranta. Sus garras. Su poder era increíble.

Su brazo izquierdo estaba desgarrado.

Ahora era el momento para no ser terco.

Escapa, pensó. Rodó, luego se levantó. El leopardo se abalanzó sobre él.

Huyó con Exhaust y Missing, de alguna manera logró escapar, pero el leopardo no se había ralentizado en absoluto. Era como si la herida del cuello no le doliera.

Ranta se quitó el casco aplastado, lo lanzó al leopardo y saltó con el Exhaust. Esto se estaba volviendo bastante pesado en sus piernas. ¿Hasta dónde podría ir? Tendría que ver. Porque solo la determinación no iba a ser suficiente.

Este era el momento de buscar una manera de cambiar las cosas, pero él no tenía una. Una vez más. Tendría que hacer lo mismo otra vez. Si solo fuera una vez más, podría arreglárselas de alguna manera. Una vez que no pudiera moverse adecuadamente, tendría que hacer sacrificios.

Él no se estaba esforzando. Tampoco era ningún tipo de determinación patética. Esta era una crisis clara, una situación de vida o muerte, y estaba parado en el borde, pero estaba extrañamente relajado.

Si no lo estuviera, se habría quedado sin sentido cuando algo largo y delgado cayó desde arriba. Sería devorado por el leopardo.

Naturalmente estaba sorprendido, pero estaba muy relajado, por lo que pudo reaccionar de inmediato. Esa cosa larga fue clavada en el suelo justo delante de las yemas de los dedos de Ranta. Era una katana.

En el instante en que Ranta tiró a un lado su cuchillo, sacó la katana del suelo. Tirando de la empuñadura hacia su oreja izquierda, la sostuvo con ambas manos. Su pie derecho hacia adelante, su pie izquierdo hacia atrás.

El leopardo estaba cerca. Demasiado cerca.

Movió su pie izquierdo hacia adelante, girando su muñeca mientras giraba diagonalmente hacia abajo y hacia la derecha.

Sintió que golpeó algo.

El leopardo pasó por su lado derecho, lo suficientemente cerca como para poder o no haberlo tocado, y se derrumbó.

“Esta katana…” murmuró Ranta.

Frente a él, a la izquierda, no era digno de llamarse una colina, pero ahí había una gran pendiente.

Alguien le había lanzando esta katana desde ahí. Solo podía imaginar que ese era el caso. No había manera de que algo tan conveniente simplemente cayera del cielo, para que pudiera decir que las posibilidades de que fuera algo diferente eran nulas.

Sabía que sería inútil, pero Ranta subió la pendiente.

No fue inútil. No había nadie ahí, pero había una funda de katana tirada ahí.

Ranta se agachó y alcanzó la funda. La agarró, y sus rodillas cedieron.

Soltó un silencioso sollozo.

No llores.

No puedo derramar lágrimas.

Aguanta con todo lo que tienes, y respira.

“Ese viejo…”

Intentó reírse, pero no funcionó.

“Que idiota…”