Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 8

Capitulo 2: Los Que Se Pierden Siempre Parecen Terminar En Un Callejón

Parte 1

 

 

“¡¿Por qué?! ¿Por qué estás haciendo esto jefe?

El que lloraba con voz como si vomitara sangre era un joven hechicero. Las llamas envolvieron todo su entorno, el sofocado olor a sangre y una neblina de sangre permanecieron por todas partes.

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Fue el escenario de una masacre. Había un pequeño pueblo aquí. No poseían poder, vivían en paz y, sin embargo, también era el hogar de un grupo especial de triantropías. Y ahora, era la vista de una atrocidad, cubierta de cadáveres.

El hombre gritó, desconcertado por la escena infernal de fuego y los muertos.

“¡¿No lo dijiste tú mismo?! ¡Crearás un mundo feliz! ¡Uno donde nadie muere sin razón! ¡Por eso te seguí! ”

Pero no hubo respuesta a sus gritos. El hombre seguramente era el tonto aquí. Los hechiceros eran el pináculo de los villanos que no podían vivir una vida adecuada para empezar. Los que creyeron las palabras melosas de esos villanos fueron los locos.

Pero aun así, quería creerlo.

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El hombre mismo no fue la excepción, vivió su vida arrastrándose por el suelo como un hechicero. Robaba a otros como si fuera perfectamente natural. Incluso golpeaba a las personas hasta el punto en que perdían el conocimiento por una sola rebanada de pan. Y, por supuesto, le hizo lo mismo. Era la basura de la sociedad, y su jefe le enseñó la brujería para “salvar a la gente”.

Incluso como basura humana, se le mostró un sueño en el que tal vez podría comenzar su vida nuevamente. Y el resultado de todo eso era el infierno ante sus ojos. El jefe en el que creía no le respondió, y antes de darse cuenta, sus gritos cambiaron de abuso verbal a súplica.

“¡Alguien! ¡¿Hay alguien?! ¡¿Nadie?! ¡Que alguien me responda!”

El que dio a luz a este infierno no fue otro que este hombre mismo. Incluso él sabía que sus gritos eran completamente para su propia conveniencia.

Aun así, incluso uno está bien. ¡Que alguien me responda!

Si alguien estaba vivo, incluso él no sabía qué quería hacer, qué quería que le dijeran o qué quería de ellos…

“Uuh… ah…”

Se paseó como un cadáver cuando de repente escuchó un gemido. Miró a su alrededor en pánico, y encontró a una mujer soltera apoyada contra una pared desmoronada.

“¡Hey! ¿Estás viv…?”

Después de correr, el hombre se tensó la cara. No es bueno. Ella… no se puede salvar…

Había un charco rojo oscuro a los pies de la mujer. Mirando de cerca, su hombro fue arrancado con la herida yendo hasta su pecho. Se dio cuenta de que le llegó hasta el corazón. Era una herida demasiado inmanejable para la lamentable hechicería de este hombre. Sin embargo, la mujer todavía respiraba.

“Por favor… salva… a este niña…”

La mujer abrazaba a una niña pequeña en su brazo. La niña estaba envuelta en una manta mojada para protegerla de las llamas. Había perdido el conocimiento, pero claramente todavía estaba viva.

“Entiendo. Está bien, no necesitas…” se interrumpió. Para cuando corrió hacia ella, la mujer dejó de respirar por completo, haciéndole pronunciar “… Joder”.

¿Por qué aprendió hechicería de todos modos? Miró a la niña inconsciente. Sólo este. No importa qué… necesito guardar solo este… Si no…

Esa puede haber sido la única forma de expiación permitida a este hombre. Y justo cuando el hombre estaba a punto de tomar a la niña en sus brazos…

“Eh, tú. Explica qué sucedió exactamente aquí.”

Una voz lo llamó desde atrás. Era una voz fría que también contenía una furia ardiente. Solo de escucharlo, el hombre sintió que su corazón había sido repentinamente agarrado. Tembló violentamente, pero no obstante se dio la vuelta. Y el que estaba allí estaba…

El hombre de repente se despertó. No había fuego ni sangre, todo lo que podía ver era el techo de madera sobre él. Cuando la gente en el piso sobre él caminaba, trozos de escombros se caían. Volvió la cabeza hacia un lado, y en la mesa sucia a su lado vio un cenicero con una montaña de colillas junto con dos botellas de licor caídas. Aunque era temporal, esta era su casa aquí en esta ciudad, y el sofá barato en el que dormía era su cama.

“…Mierda. Ese sueño otra vez…”

Habían pasado cinco años desde ese día infernal. E incluso cinco años después, este hombre vivió en la miseria.

Ayer bebí demasiado…

Hoy fue uno de sus pocos días fuera del trabajo. Y aparentemente su elección de desatarse fue un poco de beber en exceso. El hombre se levantó, y de repente fue asaltado por un fuerte dolor de cabeza y náuseas, finalmente haciéndolo consciente de su resaca. Soportó el dolor, usó brujería para estimular su hígado y esperó a que todo el alcohol saliera de su sistema. Y ahora finalmente capaz de levantarse de alguna manera, vio brillantes letras verdes en su mesa.

“… ¿Seriamente?”

Fue un mensaje mágico enviado por brujería, e informó al hombre que su día libre era un sueño vacío. No sentía que su dolor de cabeza o náuseas desaparecieran pronto, pero el hombre tomó su bata con movimientos inestables y desapareció en el paisaje cegadoramente brillante.

***

 

 

“¿Me escuchan mocosos? Sus oponentes son fundamentalmente más grandes que ustedes. Es por eso que deben considerarlo en el momento en que te atrapen. Tu oponente pensará lo mismo”.

Había pasado media hora desde que Zagan salió del castillo. Ahora estaba en el callejón donde Kuroka Adelhide colapsaría más tarde, transmitiendo la verdad indiferentemente sin una pizca de compasión en su voz. Y amontonados a su alrededor había niños sucios. Todos eran niños abandonados, los niños sin hogar de Kianoides.

Estaba en un callejón del distrito comercial de Kianoides. Había basura esparcida aquí y allá con un olor acre persistente en el aire, pero este era su lugar de reunión. También resultó ser la vieja guarida de Zagan.

Zagan estaba en cuclillas para bajar su mirada a la de ellos, y los niños asintieron, completamente absortos en lo que estaba diciendo. Uno de ellos levantó la mano.

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“Hey Archidemonio. ¿Qué hacemos entonces?”

“Sé un hombre y muere… es lo que me gustaría decir, pero no vine aquí para hablar con esos tipos de pie. Hay toneladas de formas de patear con avidez por la vida”.

Todos los niños levantaron la voz con admiración y se inclinaron. “¡¿Nos vas a enseñar hechicería?!”

“No seas engreído. ¿Cómo se supone que debo enseñarte mucha brujería cuando ni siquiera puedes leer?”

“Awww…”

Uno ni siquiera podría comenzar a aprender brujería hasta que al menos fueran capaces de leer un grimorio. Dejando a un lado los desanimados niños, Zagan agarró el brazo de una de las chicas cercanas.

“¿Qué harías si fueras atrapado así?”

“Llorar.”

“… No hay tanta gente que te suelte solo por llorar. Te pregunto cómo te protegerías”.

“¡Patéalos!”

“¡Muérdelos!”

“¡Lanza tierra!”

“¡Escupe!”

“¡Lanza una piedra!”

Los niños gritaron todo lo que se les ocurrió, a lo que Zagan sacudió la cabeza con asombro.

“Todos esos son solo parches. Ninguno te llevará a protegerte “, dijo mientras se volvía hacia la chica que todavía sostenía y continuó: “Tú, intenta girar el brazo hacia ti y tirar hacia atrás. No necesitas ponerle fuerza. Pruébalo como si trataras de apuntar con el pulgar hacia abajo”.

“¿Eh…? ¿Así? ¡Ah! ¡Escape!”

Su brazo se deslizó suavemente a través del agarre de Zagan. Un grupo de niños miró sorprendido, pero uno de ellos se mostró escéptico.

“De ninguna manera. Simplemente lo dejó ir, ¿verdad?”


“Si crees eso, entonces trata de agarrarla tú mismo”.

“Definitivamente no voy a dejar ir… ¡Uwah! ¡Saliste! ¿Por qué? ¿Es esto brujería?”

Viendo a todos los niños emocionarse, Zagan sacudió la cabeza.

“Como si le enseñara algo tan peligroso a un grupo de mocosos. Esto se llama artes. Es algo que cualquiera puede hacer una vez que lo aprendan”. Dicho esto, Zagan hizo que los niños volvieran a tomar sus brazos. “Sin embargo, esto simplemente te permite escapar, no te protege. Aquí, tomas su brazo a cambio y contraatacas. Justo como los sacudiste, ahora agarras su brazo… Sí, así. Sin embargo, agárralos de la muñeca. Como eso…”

Zagan corrigió la posición de la mano del niño, haciendo que agarrara la muñeca del otro niño como si fuera una cubierta de mano.

“Recuerden esto bien. Mientras los agarras, intenta dar vueltas a su lado mientras te acercas a tu oponente… Eres un tonto. ¿Por qué estás tratando de rodar? Te estoy diciendo que te des una vuelta”.

Mientras el niño se abría en el lugar como una bailarina, el otro niño cayó suavemente al suelo.

“¿Eh…? ¡¿Qué?!”


“Está bien, no está mal, ¿eh? Eso es bueno.”

Zagan alabó honestamente al niño, quien tímidamente le devolvió la sonrisa.

“¿Podemos acabar con los adultos con esto también?”

“Veamos… Al menos podrás contra uno”.

Y al escuchar eso, todos los niños parecían claramente decepcionados.

“¡Awwww! ¿No es suficiente terminarlos?”

“Entonces no tiene sentido”.

“Simplemente nos golpearán de inmediato. Quiero acabar con ellos.”

“¡Sí! ¡Quiero matarlos!”

Al ver a los niños comenzar a decir algunas cosas bastante peligrosas, Zagan golpeó ligeramente a uno de ellos en la cabeza.

“Tontos. ¿Planeas matar a alguien por una sola rebanada de pan cada vez? Si sigues haciendo algo así, esos malditos adultos te matarán de inmediato y eso será todo. No lo olvides Son mucho más fuertes que tú. Si vas a llegar tan lejos, al menos hazte lo suficientemente fuerte como para protegerte a ti mismo y a los que te rodean antes de hacerlo”.

“Entonces está bien hacerlo…”

Los niños estaban algo sorprendidos por esto. “Por eso no puedes usar el arte que te enseñé”.

“¿Queeee? Entonces, ¿qué punto hay en aprenderlo?”

Zagan sacudió la frente del niño que cortó de inmediato antes de continuar.

“Todos ustedes son mocosos debiluchos. Eso es una desventaja, pero también una ventaja. Precisamente porque son mocosos debiluchos, sus crímenes se resolverán con solo ser golpeados un poco. Aprovecha al máximo el hecho de que eres un mocoso mientras puedas”.

Zagan hizo una pausa por un momento, luego miró a todos los niños a los ojos antes de continuar.

“Sin embargo, usar las artes sería descartar el hecho de que eres un mocoso. Incluso si pareces uno, los adultos te matarían si caminaras con una espada, ¿verdad? Es lo mismo.”

“… Entonces, ¿por qué nos enseñan esto?”

Era una pregunta obvia, a lo que Zagan asintió con una mirada sincera.

“Es para que tenga otra opción que no sea morir en silencio cuando tú o uno de sus amigos está en gran peligro”.

Mientras vivieran aquí en este lugar, era un momento seguro. Especialmente si se involucran con hechiceros.

Esa era precisamente la razón por la que, a pesar de ser su antiguo refugio donde conoció a Marc, Zagan nunca había intentado acercarse a aquí antes. Venir aquí fue su último recurso cuando realmente no tenía más pistas, y esa era su situación exacta.

Zagan miró una vez más a los niños que tenía delante.

“Cuando llegue ese momento, usa estas artes sin dudarlo. Desecha el hecho de que eres un mocoso. Si lo hace, al menos puede ganar tiempo para que usted y los demás escapen. Esto es poder para ese propósito”.

No estaba seguro de si lo que estaba diciendo pasó por ellos. Había quienes lo miraban rebeldemente y aquellos que parecían desconcertados, pero todos los niños estaban callados y lo escuchaban atentamente.

Luego se dio cuenta de que había una sola niña mirando desde afuera de la manada de niños. Zagan desvió su mirada hacia ella. Los niños eran de todo tipo de razas, pero esta chica parecía ser humana. Tenía el pelo rubio tenue y ojos azules profundos. Si tuviera que usar algo de ropa bonita, podría haberse visto como una señorita apropiada, pero desafortunadamente, estaba cubierta de tierra y no podía distinguirse realmente de los niños.

“¿Qué pasa? Parece que tienes algo que decir.”

“… ¿Por qué un hechicero es amable? Alguien nos dijo… cualquier adulto que intente ser amable con nosotros está mintiendo”.

Sin rodeos expuso su hostilidad, aunque lo hizo con miedo y timidez. Y con ese tono cauteloso que lo señalaba, Zagan asintió con admiración.

“Está bien. Deberías agradecer a quien te otorgó ese conocimiento. Naturalmente, no te voy a enseñar esto gratis”.

Una mirada de miedo se extendió por los rostros de los niños. Bueno, es bueno para ellos temer a los brujos.

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Si uno intentaba vivir en los callejones y desechaba su sensación de cautela, solo la muerte los esperaba. Zagan sacó un trozo de papel de su bolsillo y fue al grano.

“¿Has visto al chico en esta foto? El que tiene gafas en el medio. Este es él hace diez años, así que debería ser un adulto ahora…”

Era la foto de tres niños sucios, una reproducción de lo que le había entregado a Raphael por la mañana. Solo había tres personas en el mundo que actualmente podrían usar esta brujería, incluido Zagan.

Los niños se inclinaron hacia delante con curiosidad, habiendo olvidado su miedo de hace unos momentos, e inspeccionaron el memorando misteriosamente detallado. Sin embargo, ninguno de los presentes reconoció al niño con gafas.

“No sé”.

“Nunca lo he visto”.

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“Oh, lo sé, estos son anteojos”.

“Esta es la primera vez que veo anteojos”.

“¿Puedo vender esta foto?”

Los niños decían lo que se les ocurría, a lo que Zagan los cuestionó aún más en un tono tranquilizador.

“Entonces, ¿qué tal un tipo sospechoso que fue tan amable contigo como yo?”

“Nunca”.

“Mm. Archidemonio es el primero”.

Zagan esperaba que Marc les hubiera enseñado artes como lo hizo para Zagan en el pasado, pero ese tampoco parecía ser el caso.

“Ya veo… lo que sea. Vendré a enseñarte artes de nuevo, así que avísame si ves a este tipo o si recuerdas algo sobre él”.

Ya habían pasado diez años desde que se tomó esta foto. La probabilidad de que estos niños supieran algo sobre él era bastante baja. Zagan lo sabía, pero esta era su última pista. Todo lo llevó a solo querer suspirar. No pudo ocultar la decepción en su voz, y al darse cuenta de esto, la pequeña niña de fuera de la manada inclinó la cabeza hacia un lado. Luego señaló el Memorándum.

“Oye, ¿el que está dibujado aquí es un pequeño Archidemonio?”

Al lado de Marc en la foto había un Zagan más joven con una cara desagradable.

“Sí. Ese soy yo. Cuando tenía ocho años.”

“Eres más pequeño que yo”.

“¡El Archidemonio también era un mocoso!” La chica entonces curiosamente ladeó la cabeza hacia el otro lado. “¿Por qué te convertiste en un hechicero?”

Era una pregunta natural, pero Zagan señaló el Memorándum de una manera cansada.

“Estaba a punto de ser asesinado por un hechicero justo después de esto, y me convertí en uno después de matarlo”.

Todos los niños se callaron ante su respuesta. En otras palabras, Zagan era uno de los que había dejado de ser un mocoso porque estaba a punto de ser asesinado por un adulto. Era algo que los niños aquí también podrían enfrentar algún día.

Cuando Zagan se puso de pie, la chica lo llamó tímidamente.

“Hey, la próxima vez, ¿podrías enseñarme esas artes también… por favor?”

“…La próxima vez.”

Zagan golpeó a la niña en la cabeza, cuando de repente uno de los otros niños levantó la voz, de repente recordó algo.

“¡Oh!”

“¿Recuerdas algo sobre este tipo?”

Zagan se inclinó sobre la basura y le preguntó al niño, pero este sacudió la cabeza.

“Nuh-uh. Eso no. ¿Es la razón por la que nos enseñó sobre artes hoy, porque es Alshiere Imera? ”

Zagan frunció el ceño ante la palabra desconocida. “¿Qué es eso de Alshiere…?”

Se parecía vagamente al nombre de cierto vampiro, por lo que parecía un mal presagio. Y todos los niños intercambiaron miradas entre ellos, incluida la niña de fuera de la manada.

“Hey Archidemonio, ¿no sabes sobre Alshiere Imera?”

“Es la primera vez que lo escucho. Suena como algo relacionado con la iglesia. ¿Qué es?”

Zagan preguntó con curiosidad a los niños, que de repente parecían tristes… o más bien, parecían compadecerse de él. Y luego, sin previo aviso, abrazaron a Zagan.

“¿Q-Qué pasa con ustedes?”

“Pobre Archidemonio”.

“Vuelve cuando quieras”.

“¡Pienso en ti como un amigo, Archidemonio!”

“¡No estás solo Archidemonio!”

“¡G-Gah! ¡Déjenme ir! ¡Estoy ocupado!”

Y con tanta simpatía incomprensible sobre él, Zagan escapó del callejón en pánico.

***

 

 

“… En serio, ¿qué está pasando hoy?”

Zagan sintió que cosas extrañas estaban sucediendo todo el día. Tal fue el caso de los niños que de repente le mostraron una simpatía incomprensible, pero también estaba el asunto de que Nephy abandonara el castillo sin decirle nada, y cómo Raphael estaba actuando algo extraño. Pensando en ello cuidadosamente, sintió que Foll estaba actuando algo nerviosa e inquieta también.

Algo estaba sucediendo, y solo él no sabía nada al respecto. Eso es lo que se siente. Estaba algo preocupado por esto, pero Zagan sacudió la cabeza.

Hay demasiados problemas sin resolver al mismo tiempo, mi mente puede estar confundida por todo eso.

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El mayor problema fue su investigación de un mes sobre Marc, que no mostró absolutamente ningún progreso. Alshiera lo dejó con las gafas de Marc como pista. La hechicería para rastrear el maná del propietario cuando los habían estado usando durante un largo período de tiempo no fue tan complicado. Debería haber sido simple seguir el ejemplo, pero el rastro de maná no conducía a ninguna parte.

No solo desapareció en circunstancias naturales. Algo borró todo el rastro tan a fondo que no condujo a nada. Era como si fuera el objetivo de la retribución de un Archidemonio, como si no existiera desde el principio.

Eso es completamente posible, pero tanto Stella como yo aprendimos a sobrevivir de él.

Entonces, ¿qué significaba? Zagan salió del callejón mientras pensaba profundamente, y encontró una cara familiar esperándolo.

“A juzgar por su rostro, parece que tampoco podría encontrar nada, señor Zagan”.

Era un hechicero con cara de león. Tenía una melena negra y ojos dorados. Era lo suficientemente alto como para que incluso Zagan tuviera que mirarlo, y uno podía ver por sus músculos que poseía suficiente fuerza para pulverizar piedra con sus puños sin tener que depender de la brujería.

Y, sin embargo, pertenecía a una raza de triantropía que se podía poner justo al lado de los elfos y provocar a los sith cuando se trataba de la escasez de sus poblaciones.

Era uno de los subordinados de confianza de Zagan, su mano derecha, Kimaris. Este fue el hombre al que Zagan recurrió cuando llegó a su límite investigando este asunto por su cuenta. Sin embargo, contrario a su apariencia feroz, la expresión de Kimaris era bastante inestable.

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“Mis disculpas. No pude rastrear el olor de estas gafas hasta su dueño”.

Kimaris le tendió las gafas a Marc. Hasta donde sabía Zagan, no había nadie en el mundo que pudiera rastrear un aroma mejor que Kimaris. El sentido del olfato del cait sith Kuroka se amplificó por su pérdida de visión, pero sin embargo, seguramente no podría compararse con este hechicero.

“Tú también, ¿eh…? Perdón por hacerte acompañar en esta tarea.”

“No piense en ello, soy plenamente consciente de que si dice que esto es necesario para usted, señor Zagan, entonces seguramente es algo que también es necesario para nosotros”.

“Hmph, no obtendrás nada por halagarme”.

Kimaris desvió su atención hacia el callejón del que salió Zagan.

“¿Pero está bien no enseñarles a esos niños cómo hablarles a otros? Si fuera alguien más que tú, habría sido bastante serio.”

No mostraron un solo indicio de respeto incluso cuando hablaron con un Archidemonio. Zagan podía entender lo que Kimaris estaba diciendo, pero todo lo que podía hacer era encogerse de hombros de todos modos.

“¿No es ridículo que un hechicero predique sobre la etiqueta? Además, ese lote está sobreviviendo hábilmente acumulando basura. Al menos podrán adquirir sabiduría por su cuenta”.

La respuesta de Zagan fue asombrosa, pero Kimaris en realidad lo encontró bastante agradable y asintió.

“Realmente creo que fue una buena suerte que estuvieran hablando con usted, señor Zagan”.

“Para empezar, aquellos con buena fortuna no estarían sin hogar en las calles”.

Habiendo dicho eso, no fue tan problemático para Zagan tener a alguien a su alrededor que dijera eso.

En cualquier caso, ninguno de los dos pudo encontrar ninguna pista sobre Marc, y Kimaris asintió con una fuerte expresión.

“Volvamos a la pista. Ambos no pudimos encontrar un solo rastro siguiendo el rastro de maná y usando su nariz. La única conclusión en la que puedo pensar es que alguien en el nivel de un Archidemonio borrando todos los rastros que lo llevarían a él”.

“Tengo el mismo pensamiento. En otras palabras, se creó para que el hombre ni siquiera existiera en primer lugar”.

Eso también significaba que había una probabilidad extremadamente baja de que Marc todavía estuviera vivo, y sería infinitamente difícil incluso buscar lo que encontró.

“… Stella puede tener una pista sobre Marc, pero…”

No era probable que la volviera a ver. Y recordando la cara de su viejo amigo, Zagan dejó escapar un suspiro sin darse cuenta.

“Sir Zagan, ¿ese es el nombre de quien fue su buen amigo…?”

“Sí. Andrealphus la está protegiendo en este momento. Es mejor para los dos si no nos volvemos a ver”.

Zagan fue quien mató a su familia, y era completamente posible que si pudiera recuperarse, pudiera vivir una vida como ciudadano normal sin ninguna relación con la hechicería o cosas similares.

“Continuemos nuestra búsqueda de manera constante. No hay duda de que lo conoció aquí hace diez años, Sir Zagan. Estoy seguro de que hay alguna pista por ahí”, dijo Kimaris en un tono alentador.

“…Dios mío. Estoy haciendo que otros me tengan en cuenta aquí, ¿eh? Pues tienes razón. Sigamos buscando pacientemente”.

No era como si Zagan se hubiera dado por vencido, pero su sonrisa estaba tan vacía que era claramente bravuconería. Luego, de repente, recordó algo sobre el comportamiento de los niños antes.

“Oh sí, Kimaris. ¿Sabes cómo es esa cosa llamada Alshiere?”

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Zagan escapó de la reacción incomprensible de los niños antes, pero todavía se preguntaba qué estaba pasando exactamente. Si fue algo que surgió mientras perseguía a Marc, sintió que al menos debería entender lo que era.

Los hombros de Kimaris temblaron con una sacudida.

“No sé si es lo mismo en lo que estoy pensando, pero sí sé algo con un nombre similar”.

“… Entonces ¿Qué es?”

Zagan le preguntó al león en un tono agudo, a lo que Kimaris sacudió la cabeza.

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