Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 10: Las Canciones de Amor no Llegarán

Capitulo 1: Los Corazones Secretos de Presa

Parte 2

 

 

Al parecer, Soma y su grupo planeaban invadir la Undead DC en algún momento, pero eso significaba que si Haruhiro y su grupo intentaran acercarse al área, no se librarían a la ligera. De todos modos, era el camino equivocado, así que no había camino hacia el norte.

El Desierto Nehi había sido originalmente el territorio del Reino de Nananka. Parecía que no había nada más que rocas y arena hasta donde alcanzaba la vista, pero en realidad había oasis que se podían encontrar aquí y allá. La mayoría de los oasis tenían una ciudad, y los orcos u otras razas que se habían alineado con el Rey No-Vivo las habitaban. También se hablaba de una tribu de humanos, los zafah, que habían vivido en el desierto durante siglos, y que aún podrían existir.

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Para Haruhiro y los demás, que no conocían el desierto, sería demasiado imprudente ir ahí. Entonces el oeste también estaba fuera.

El este era la única opción.

Al principio, había considerado ir al noreste para desviarse alrededor de las Montañas Kuaron. Sin embargo, ese camino aparentemente conducía al antiguo territorio del Reino de Ishmal, y estaba plagado de muertos vivientes. Además de eso, esos guivernos vivían en el norte de las Montañas Kuaron.

Aparentemente, los guivernos no comían muertos vivientes, pero Haruhiro y su grupo serían sabrosas comidas. Había oído que hace mucho tiempo, en el Reino de Ishmal, habían tenido las técnicas necesarias para hacer que los guivernos fueran inofensivos y los domesticaban, o algo así. Pero según Setora, ese conocimiento se había perdido con la caída de Ishmal.

Cualquiera que sea el caso, acababan de pasar por un momento difícil peleando contra una de esas bestias. No había forma de que él quisiera ir a ninguna parte cerca de donde vivían esas cosas.

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Entonces ellos pusieron sus cabezas para discutir: Ahora bien, ¿qué debemos hacer? Y Kuro de los Typhoon Rocks apareció y se llevó a Tsuga, el sacerdote con el corte buzz.

“Oye, Bonzo Tsuga, vámonos.”

“Oh, por supuesto,” dijo Tsuga. “Bueno, los veo a todos después.”

Eso fue todo lo que hubo en su despedida demasiado rápida, y quedaron tan estupefactos que se olvidaron de pedirle consejos a Kuro, que parecía estar mejor informado sobre la geografía. Eso dolió.

Ahora era totalmente desconocido a dónde se habían ido Los Rocks, o lo que estaban haciendo. Si fuera posible, a Haruhiro le hubiera gustado ir con ellos. Se suponía que también eran camaradas de Day Breakers. Eso fue simplemente frío por parte de ellos.

Aún así, incluso si hubieran estado juntos, parecía que habría sido un montón de problemas a su manera.

Siendo así, con una oración para que desapareciera la niebla, Haruhiro y los demás partieron hacia el este. Poco después, los perseguidores de Forgan de Jumbo se les acercaron y corrieron de aquí para allá, sin saber qué hacer.

Corrieron hacia un gran río, pero no pudieron cruzarlo. Se escondieron en una cueva en el fondo de un valle para eludir a sus perseguidores. Fueron atacados por bestias desconocidas. Capturaron enfermedades misteriosas…

Honestamente, sucedieron muchas cosas.

Al final, se sintió como un milagro que nunca tuvieron que cruzar espadas con sus perseguidores. Kuzaku y Yume habían perdido sus armas, por lo que fue útil que lograran escapar sin luchar. Si no hubieran estado en Thousand Valley, con su espesa niebla y su complejo terreno, no habría funcionado de esa manera.

A cambio, hubo ocasiones en que incluso Setora se perdió, y por eso no pudieron ir en la dirección que querían. Aunque la distancia en línea recta era de solo cinco kilómetros, tuvieron que caminar de dos a tres veces más lejos. Ese tipo de cosas sucedieron todo el tiempo.

Aún así, incluso si hubieran decidido un destino, no había garantía de que pudieran llegar ahí. Habían decidido ir al este, pero tal vez no pudieran ir al este. Thousand Valley era una frontera indómita.

Se separaron de Tsuga y Kuro el 15 de junio. Justo a principios de julio, Haruhiro y los demás llegaron a un lugar que aparentemente se llamaba el Túmulo de Katanas. Según Setora, estaba ubicado casi al sur de la aldea oculta, a no más de cincuenta kilómetros de distancia.

Esto significaba que, después de dieciséis días, solo habían recorrido algo más de cincuenta kilómetros. Más que eso, habían tenido la intención de ir al este, pero esto era el sur…

Sin embargo, no habían vagado en eso. El Túmulo de Katanas era un viejo campo de batalla con una abundante cantidad de cadáveres y equipos dispersos en una meseta de alrededor de treinta kilómetros cuadrados. Estas eran personas que habían muerto en la batalla antes de que la maldición del Rey No-Vivo comenzara a influir en la frontera, por lo que no comenzaron a moverse.

Ya fueran los propios cuerpos, o sus armaduras y equipos, la gran mayoría de todo estaba podrido.

La gente de la aldea oculta no se acercaban al lugar, pero Haruhiro y su grupo pensaron que aún podría haber armas utilizables que pudieran tener en sus manos. Además, si fueran al Túmulo de Katanas, aparentemente sería relativamente más fácil dirigirse hacia el este, el oeste o el sur.

Era un lugar espeluznante para mirar. Había un increíble volumen de huesos entrelazados. Y las espadas, lanzas y demás que fueron tiradas al suelo aquí y allá parecían marcadores de tumba para los guerreros. La niebla disminuyó, y una brisa húmeda sopló.

¿Algo simplemente se movió por ahí? Haruhiro pensó y entrecerró los ojos, pero era solo una calavera incrustada de una lanza.

Era imposible caminar sin pisar los huesos.

Ya se tratara de katanas de un solo filo, espadas de doble filo, lanzas, hachas, escudos o armaduras, se podían encontrar aquí. Sin embargo, todo estaba muy oxidado o descompuesto, y más de unos pocos artículos se estropeaban solo por ser recogidos.

No estaba claro si era por su calidad, pura coincidencia u otro efecto, pero en muy raras ocasiones, había piezas de equipo que estaban sucias, pero no se habían degradado. Si las katanas, que eran un número abrumadoramente mayor, que se usaban como línea base, era una en cien… no, una en cada pocos cientos.

Mientras vagaban por el Túmulo de Katanas, Haruhiro y el grupo encontraron una katana grande y sólida, una katana gruesa y algo corta y un escudo grande y pesado. O más bien, los excavaron desde la montaña de huesos.


Naturalmente, necesitaban afilarlas y repararlas. Tomó un poco de molestia, pero lograr que Kuzaku y Yume volvieran a una posición en la que podían pelear fue un gran ganancia.

Nunca habían esperado perder algo a cambio. Incluso Setora parecía no haberlo predicho, así que no había forma de evitarlo.

En algún lugar, a lo lejos, hubo un grito. ¡Gyahh!

Fue un nyaa. Lo supieron al instante.

Setora había estado criando cientos de nyaas en la aldea. De ellos, ella había desplegado alrededor de ochenta en el conflicto con Forgan, sacrificando un poco más de diez ahí, y luego otros diez más o menos se separaron después de la batalla. Aun así, todavía había más de cincuenta nyaas esparcidos por la zona, que servían como ojos y oídos de Setora.

El nyaa gris llamado Kiichi era casi el único que hacía apariciones frecuentes frente a Haruhiro y los demás, y nunca sabían si los otros nyaas estaban ahí o no.

De vez en cuando, un nyaa maullaba, y Setora asentía. Cuando eso sucedía, Haruhiro pensaba: Ah, realmente están ahí.

Incluso si ella no alimenta a los nyaas, ellos se reúnen y cazan por su propia cuenta para alimentarse, y luego continúan sirviendo a su ama. Habían sido entrenados para ser más leales que los perros, pero con un fuerte sentido de independencia, y se veían lindos también.

En su camino hacia el Túmulo de Katanas, los nyaas habían reunido comida para ellos. No fue una exageración decir que los nyaas eran la cuerda de salvamento del grupo. Sin los nyaas, probablemente habrían muerto de hambre.

Esos nyaas estaban en peligro. Naturalmente, eso significaba que Haruhiro y los demás tampoco estaban a salvo.

Cuando Setora chasqueó la lengua, la voz aguda de un nyaa regresó más allá de la niebla.

¡Tch, tch, tch!

En ese breve inteambio, Setora parecía haber descubierto algo. “Nos estamos moviendo, Haru. Deprisa. Haré que los nyaas se dispersen y huyan. Por el momento, no podremos contar con su apoyo. ¡Ahora!”

“Está bien.” Haruhiro asintió, y Setora dejó escapar un fuerte sonido fricativo.

¡Shh, shh, shh!

Ella debió haber dado una orden a los nyaas. Parecía que algo inesperado había ocurrido. Por la forma en que actuó Setora, entendió que era razonablemente serio.

Pero al repasarlo más tarde, tuvo que admitir que su pensamiento había sido ingenuo.

Haruhiro y los demás habían salido inmediatamente del Túmulo de Katanas y se dirigieron al este.

Mantuvieron sus pérdidas al mínimo actuando rápidamente, por lo que pensaron que serían capaces de sobrevivir de alguna manera.

O al menos eso había pensado en ese momento.

Él fue un tonto.

Finalmente, dejó de moverse.

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Por supuesto que se había detenido. Probablemente no estaba respirando. Probablemente estaba muerto.

Haruhiro estaba aferrado a la espalda del espalda roja caído. Su estilete todavía estaba enterrado hasta la empuñadura en su cráneo.

Era muy pesado. La mitad… no, dos tercios de su cuerpo estaban debajo. Además de eso, sus cuernos peludos lo estaban apuñalando, y dolía mucho, simplemente no era divertido.

Hablando de dolor, le dolía todo, hasta el punto en que sospechaba que en realidad había más puntos que dolían que los que no. Después de todo, había recibido una paliza de verdad. Él también había sido golpeado contra el suelo y los árboles. También estaba sangrando. Podría tener un hueso roto o dos.

“Espera,” murmuró.

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Estoy sorprendido de que aún esté vivo.

Estuvo cerca de sentir una sensación de alivio, pero…

No, no, no, espera, espera, espera, aún no, aún no, aún no, se advirtió.

El espalda roja. ¿Eso realmente estaba muerto? Con su mano todavía agarrando la empuñadura de su estilete, sintió su cuello. Estaba buscando su pulso, pero realmente no sabía si lo estaba haciendo bien. O más bien, él no lo sabía en absoluto. Para empezar, ¿podía tomar el pulso del guorella como si fuera humano? Tenía esta piel similar a escamas, también. Sintió que podría no ser posible. Todo su cuerpo estaba relajado, sin duda. Era una locura también. Si estaba vivo o no, tenía que pesar más que un humano, por lo que no podía liberarse por el peso.

Correcto. Por supuesto que se sentía pesado.

Es pesado. No puedo respirar. Esto duele. Oh, no…

“¡Haru!” Mary gritó. “¡Todos, ayúdenlo!”

Su salvador había llegado. Con un gruñido, Kuzaku levantó al espalda roja, y en la abertura que proveía, Yume sacó a Haruhiro de debajo.

“¡Nyan!”

Mary. Mary estaba agachada junto a él, con una mirada increíble en su rostro. Parecía que estaba a punto de decir: “¡Oh, por favor!” O “¿Otra vez?”

¿Tal vez estaba enojada? Él quería defenderse a sí mismo. No había hecho nada demasiado imprudente. Él pensó que podía llevarlo a cabo. También había una necesidad de arreglar las cosas rápido.

Lo siento. Haruhiro se disculpó en su corazón. Por ahora, se quedaría quieto.

Mary hizo el signo del hexagrama sobre su frente. “¡Oh, Luz, que la protección divina de Lumiaris sea contigo! ¡Sacrament!”

Shihoru estaba aferrada a su báculo y miraba alrededor inquieta. Setora tenía a Enba haciendo algo por ella, y no parecía divertida. La luz lo inundó. Era cegador. Haruhiro cerró los ojos.

No mucho después de dirigirse hacia el este desde el Túmulo de Katanas, supieron que habían sido los guorellas las que habían matado a los nyaas de Setora.

“Qué mala suerte,” dijo Setora en un tono de disgusto. “De todas las cosas, teníamos que ser blanco de una tropa de guorellas. Pueden ser increíblemente tenaces. No se rendirán fácilmente.”

Setora hizo huir todas sus otros nyaas, pero Kiichi se mantuvo cerca. Ella dijo que Kiichi era el más inteligente, leal, considerado y capaz de todos sus nyaas. Él también tenía la confianza de los otros nyaas.

Una vez que las cosas se calmaran, ella haría que Kiichi buscara a los otros nyaas. Pero pronto llegaron a la conclusión de que no parecía que las cosas se calmarían.

El día después de que se alejaron del Túmulo de Katanas, vieron a un guorella por primera vez a distancia. Era pequeño, y no podían detectar ningún cuerno peludo en él, por lo que aparentemente significaba que era una hembra. Estaba mirando en su dirección. En otras palabras, habían sido encontrados.

La hembra fue haciendo sonidos explosivos, po, po, po, po, po, po. Incluso sin conocer la ecología de los guorellas, no era difícil adivinar que era una advertencia o un informe o una señal.

Si hubiera existido una cierta basura estúpida, podría haberlos incitado a interceptarla y atacarla. Sin embargo, ese tipo ya no era su camarada, y de acuerdo con Setora, las tropas de guorellas normalmente consistían en una veintena de miembros. Solo había uno de los audaces espalda roja por cada tropa, pero las hembras eran aún mucho más fuertes que un humano, y los machos jóvenes eran traviesos y malvados.

Cada vez que la gente de la aldea eran empujadas por la necesidad de ahuyentar a una tropa de guorellas, un grupo formado por decenas de guerreros samurai de élite, nigromantes y espías onmitsu se encargarían de la tarea.

Haruhiro y el grupo huyeron apresuradamente. No pararon de caminar, incluso después de que oscureció, y justo antes del amanecer, cuando pensaron que era seguro detenerse y descansar, fueron emboscados por un grupo de guorellas machos jóvenes.

Para cuando lograron matar a uno, el resto habían huido, pero tenían que suponer que todavía había guorellas con la mira puesta en ellos. Eso significaba que incluso si peleaban, no podrían ganar, por lo que sus opciones eran correr u ocultarse.

Haruhiro no quería recordar cómo habían sido los días posteriores.

Fue muy doloroso

Haruhiro abrió los ojos. Mary lo miraba fijamente. No, tal vez no fijamente, pero su expresión daba miedo.

Probablemente voy a ser regañado de nuevo, pensó.

Mary parecía que estaba a punto de decir algo, por lo que Haruhiro se preparó para ello.

“Si terminaste, muévete.” Setora apartó a Mary.

“¡Ah!” Mary casi se cayó.

¿Cómo pudo Setora hacer eso? Esto, él podría protestar. Aunque no era como si ella se lo hubiera hecho a él, Haruhiro estaba enojado. Mary debía haber estado aún más enojada.

A pesar de eso, Mary miró hacia abajo, respiró hondo y luego, por alguna razón, dijo: “Lo siento,” a Setora en su lugar.

“Siempre y cuando lo entiendas.” Setora se agachó justo en frente de Haruhiro. Altivamente.

Sí, eso era cierto. Setora siempre tuvo una gran actitud. Ella actuaba como si él le debiera algo, tenía una lengua filosa y muy poca compasión, consideración o preocupación por los demás.

Estaba a punto de decir algo cuando Setora extendió la mano con ambas manos y agarró a Haruhiro por la parte posterior de su cabeza.

“¿Estás bien?”

“…Sí. Um. Eh… Mary me sanó. Mis heridas se han ido.”

“Incluso si tus heridas se han desvanecido, seguramente eso no significa que es como si estuvieras de vuelta a la forma en que hubieras estado sin ellas.” Setora ladeó la cabeza ligeramente hacia un lado.

Um, se está acercando. Su rostro. Está a menos de quince centímetros de distancia. Doce, trece tal vez. ¿Eso no es un poco demasiado cerca?

Si él evitaba sus ojos, no había forma de decir qué podría hacer ella. ¿Estaba bien, mirándose a los ojos tan de cerca? ¿No era algo así, no, realmente embarazoso?

De cualquier manera, sus ojos seguro eran grandes. Los ojos de Setora. Sin embargo, era un poco tarde para darse cuenta. Sus ojos eran tan grandes que parecían como si se salieran, y tenía bolsas debajo de ellos. ¿Eso era por agotamiento? Sintió que esas bolsas ya habían estado ahí para empezar.

¿Eh? ¿Ella no se parece a alguien?

¿Quién podría ser?

“Haru,” sus labios descarados se movieron, pronunciando el nombre de Haruhiro.

No le había preguntado específicamente, pero Setora tenía que estar cerca de la edad de Haruhiro, tal vez un poco más joven. Pero desde que se conocieron, ella había tomado una actitud como si fuera mayor. Setora era así con todos. La actitud prepotente se había arraigado.

“…¿Qu-Qué?”

“Eres mi amante.”

Mary tosió.

Haruhiro estuvo muy cerca de mirar en su dirección, pero había un riesgo de que eso molestara a Setora, por lo que se detuvo en seco. ¡No, pero espera! Él no era su amante, solo estaba actuando hasta que Setora se cansara de eso.

Él le debía a Setora. Ella había prestado su fuerza. Lo había ayudado. Se había acordado que Haruhiro le permitiría sacarle el ojo izquierdo y tomarlo. Él había aceptado eso, y tampoco había tenido más remedio que actuar como su amante.

Si Setora le preguntaba, “Eres mi amante, ¿verdad?” Haruhiro no tendría más remedio que responder, “sítienes razón.” Dicho esto, cuando se trataba de si él era realmente su amante, la respuesta sería un rotundo no.

Solo era un acto, como un juego infantil de simulación. ¿Setora entendía ese punto? Por supuesto, ella tenía que entenderlo.

Actuarás como si fueras mi amante.

Eso era lo que ella le había pedido a Haruhiro. Acababan de conocerse entonces, así que hubiera sido totalmente increíble, pero si hubiera sentido algo más grande que la curiosidad hacia Haruhiro, algo parecido a los sentimientos románticos, entonces las palabras: “serás mi amante,” hubieran sido suficientes.

En otras palabras, esto solo era ella jugando con él.

“Haru,” dijo Setora. “Estoy preocupada por ti.”

Incluso si ella lo decía que un rostro serio, tenía problemas para responder. “…Gr-Gr… ¿Gracias…?”

Cuando apenas logró forzar una respuesta, Setora se rió entre dientes y revolvió el cabello de Haruhiro con ambas manos. “Realmente eres un hombre extraño, ¿lo sabías? Sin embargo, eso es lo que me gusta de ti.”

“Ya… veo.”

“Sí. No podría hacerte morir por mí.”

En este momento, él deseaba burlarse de ella. “Oh, vamos. ¿De qué estás hablando, Setora-san? Cielos,” quería decir. Si él lo dijera, probablemente lo golpearía. Entonces no lo diría, y no podría.

“…Nah. Yo no, uh, no quiero morir, ni nada tampoco… ¿sabes?”

“Confías en tus camaradas, y lo hiciste con alguna posibilidad de victoria,” dijo Setora. “Eso es lo que quieres decir, ¿verdad?”

“Bueno, sí…”

“Pero, a mis ojos, se veía puramente como una apuesta peligrosa. Calificas tu propio valor demasiado bajo. Es por eso que puedes echarte a un lado tan fácilmente. Esa es tu fortaleza, pero también tu debilidad. ¿Entiendes eso?”

Él lo entendía bastante bien, en realidad. Shihoru y Mary también se lo habían señalado. Pero aún así, nunca pensó que Setora, de todas las personas, lo advirtiera así.

Honestamente, fue inesperado. Inesperado que ella estuviera dispuesta a ser tan amable, y pensar en lo que era mejor para Haruhiro.

“Si fueras a morir…” Setora miró a Mary, Shihoru, Yume y Kuzaku. “…¿Qué pasaría con este grupo? Podrían ser de alguna utilidad y flotar en un tronco, pero son un grupo fundamentalmente poco confiable. No pueden arreglárselas sin ti.”

“Bueno, sí,” murmuró Kuzaku. “Ella tiene un punto. En serio.”

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“Si Haru-kun no estuviera aquí, eh…” murmuró Yume.

“No me lo quiero imaginar…” estuvo de acuerdo Shihoru.

Mary se estaba callando, pero, ¿qué pensaba ella?

Setora levantó una ceja con exasperación. “Mira lo patéticos que son,” dijo con un suspiro. “Dependen completamente de ti. Si estás pensando en lo que es mejor para ellos, eres la única persona que nunca puede morir. Si alguien debe ser sacrificado, debes ser el último en la lista.”

“No puedo hacer eso,” respondió de inmediato. “En lugar de morirme y dejar que desaparezcan, lo correcto es mantenerme vivo y, como líder, asegurarme de que nadie muera. Eso es lo que intentas decirme. Lo sé en mi cabeza, pero cuando me encuentro en ese tipo de situación, probablemente voy a poner la vida de todos los demás antes que la mía.”

“¿Incluso si eso está mal?”

“Quiero tomar las decisiones correctas, tanto como sea posible. Sin embargo, solo puedo vivir como yo mismo. No puedo convertirme en alguien más. Puedo decirles a mis camaradas: ‘Este es el tipo de hombre que soy,’ pero aún quiero que crean en mí, si pueden. ¿Pero actuar como alguien que no soy para hacerlos creer? ¿No suena algo injusto? Nos confiamos nuestras vidas, que son más importantes que cualquier otra cosa después de todo. No quiero mentirles a mis camaradas. No puedo.”

“Estoy celosa,” dijo Setora.

“¿Eh?”

“Quiero robarte ahora.”

“¿Qué…?”





Fue un ataque sorpresa. Setora de repente estaba jalando a Haruhiro hacia ella.

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Afortunadamente, o desafortunadamente, fue su frente. Setora presionó sus labios en la frente de Haruhiro, y hubo un chasquido al besarla. Sus labios estaban fríos, pero suaves.

Mary tosió de nuevo.

¿Ella tiene un resfriado? Haruhiro se preguntó. ¡Espera, Setora-san! ¿Qué estás haciendo? Todos están mirando, ya sabes

Haruhiro podría no estar en posición de rechazarla, pero, al menos, no quería que sus camaradas lo vieran. Dicho eso, pedirle que hiciera esto cuando los dos estaban solos, sin que nadie más lo observara, también parecía estar mal. Al igual que podría invitar a malentendidos, ¿tal vez? ¿Ese era el problema aquí?

En algún lugar, Kiichi, el nyaa, maulló.

“Haremos el resto más tarde.” Setora empujó suavemente a Haruhiro y se levantó.

¿Qué quiso decir con “el resto”? No quería saberlo, pero si ella iba a obligarlo a hacer “el resto,” no tendría más remedio que cumplir, ¿no?

Haruhiro se levantó y se preguntó mientras miraba alrededor del área. Si los guorellas no los hubieran estado persiguiendo, ¿qué podría haber pasado?

Continuaron corriendo y corriendo, pero la tropa de guorellas siguió persiguiendo implacablemente a Haruhiro y su grupo. Después de no sentir su presencia durante varias horas, tal vez medio día, justo cuando se sentía aliviado de que, finalmente, todo estaba bien, los guorellas los tendieron una emboscada o les gritaron y los sorprendieron

No eran solo tercos. Las hembras eran comparativamente prudentes y no atacaban con rapidez. Los que seguían viniendo hacia ellos eran los machos jóvenes, llenos de vigor. Las hembras primero llamaban a los otros, y solo habían visto al espalda roja algunas veces antes.

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“…¿Nya?” Yume inclinó la cabeza hacia un lado.

“¿Por qué…?” Susurró Shihoru.

“¿Eh?” Kuzaku tenía su escudo en su espalda, con solo su gran katana su mano. “¿Qué es?”

Mary se llevó un dedo a los labios mientras miraba al espalda roja muerto. “El espalda roja…”

“¡Ah!” Los ojos de Haruhiro se abrieron de par en par. Eso era correcto. El espalda roja “¿No era este tipo el líder de la tropa?”

“Debería haberlo sido, pero…” Setora guardó silencio.

To, to, to, to, to, to, to, to, to, to, to, to, to, to…

Ese sonido. Lo había escuchado varias veces.





“Eso es… un tamborileo, ¿verdad?”

Los guorellas golpeaban sus pechos con ambas manos, como si golpearan un tambor. Era un comportamiento visto solo en machos guorella. Se pensaba que lo hacían para intimidar, y cuando el tamborileo comenzaba entre un par de machos, una pelea estaba a punto de comenzar.

Sin embargo, debido a que los machos jóvenes de la tropa se mantenían raya por el espalda roja, no lo hacían con frecuencia. Normalmente, solo el espalda roja golpeaba su pecho.

Eso era lo que Setora les había dicho antes. Pero el espalda roja estaba aquí, muerto.

“Vivir en eso no nos llevará a ninguna parte.” Setora le dio una palmada a Haruhiro en la espalda, luego rápidamente saltó sobre los hombros de Enba. “Te lo dije. Pueden ser extrañamente tenaces. Vamos, Enba.”

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