Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 10: Las Canciones de Amor no Llegarán

Capitulo 1: Los Corazones Secretos de Presa

Parte 1

Tenemos que haberlos perdido ahora, Haruhiro siguió pensando.

¿Estaba siendo ingenuo?

Respirando silenciosamente solo por su nariz, hizo una leve mueca.

Su cuerpo no estaba en mal estado. No le dolía en ninguna parte en particular, y se sentía muy relajado. Tenía hambre, pero no estaba hambriento. Su problema estaba en el lado psicológico.

Era difícil correr. Aún así, finalmente había perdido a su perseguidor. Pero en el momento en que sintió esa sensación de alivio…

U-hu, u-hu, u-hu, u-hu, u-hu…

Escuchó su voz. Parecía que todavía lo perseguía. Esto estaba más allá de la mera persistencia. Su perseguidor tenía un grado increíble de tenacidad.

Estaba tal vez a cincuenta metros de distancia. No, más cerca que eso. Quería asomarse desde detrás del árbol que tenía a la espalda y verlo con sus propios ojos.

Pero no lo haré, ¿está bien?

El sentido del olfato de la cosa era aparentemente más agudo que el de un humano, pero no estaba en el nivel de un oso. Tampoco tenía el oído de un perro o un gato, y su visión no podía ser mucho mejor que la de un humano. Aun así, esas cosas eran capaces de detectar la presencia de cosas que los humanos no podían. Tal vez no era que fueran especialmente agudos, sino que los humanos eran simplemente aburridos.

Ellos son superiores a nosotros.

Con ese pensamiento firmemente en mente, Haruhiro iba a tener que actuar con cuidado, con cautela, y con prudencia en capas sobre una mayor prudencia.

Moviendo solo sus ojos y cabeza, miró alrededor del área.

Verde.

Verde.

Verde.

Verde, verde, verde, verde, verde, verde, verde.

También había otros colores aquí, pero había hojas verdes, hierba, enredaderas o musgo en todas partes, así que parecía como si todo el lugar hubiera sido pintado de color verde.

Este era el suroeste de las Montañas Kuaron. Los guivernos vivían en el norte, por lo que supuso que esta área era comparativamente segura. No vio guivernos volando por encima, por lo que probablemente lo era. La ladera de la montaña estaba cubierta densamente de bosque. La ladera era abrupta en algunos lugares y suave en otros, y había ramas de árboles que la cubrían que bloqueaban la luz del sol, por lo que era sombría en algunas partes. No había mucha iluminación llegando a la superficie, por lo que las cosas fueron mucho más fáciles.

Cuando pensaba en ello, las áreas alrededor de Altana y el Wonder Hole a veces se calentaban mucho o se enfriaban, pero nunca se quedaban así. Gracias a eso, nunca había pensado mucho en las estaciones. Además de eso, debido a que habían estado en Darunggar durante más de doscientos días, Grimgar estaba actualmente a mediados de julio, aparentemente, incluso si realmente no se sentía de esa manera con él.

Era verano. Incluso mientras se mantenía en silencio, podía sentir el sudor corriendo por su piel. Sin embargo, estaba a la sombra, así que no era tan malo como podría haber sido. Aún así, era bastante húmedo.

“U-hu, u-hu, u-hu, u-hu, u-hu…”

Su perseguidor estaba ululando de nuevo. ¿Ese grito era característico, haciendo vibrar el pecho y la garganta, pasando información al resto de su grupo? ¿O estaba midiendo la reacción de su objetivo, Haruhiro? En cualquier caso, los gritos provenían de un poco más cerca esta vez. La cosa se estaba acercando a él.

¿Dónde estaban el resto de ellos? ¿Podría ser que estuvieran justo al lado de él? Sus propios camaradas estaban a unos veinticinco metros de ahí, escondidos, dispersos entre agujeros en el suelo y los arbustos.

Probablemente tenía ojos terriblemente soñolientos en este momento. Él no estaba cansado, por supuesto. De ninguna manera.

¿Debería regresar y reunirse con sus camaradas? Tenía algo de confianza en sus movimientos furtivos, pero, ¿y si su perseguidor lo detectaba? Quería correr el menor riesgo posible. Pero si seguía acercándose a él aquí, lo encontraría tarde o temprano. No podía manejarlo solo, por lo que iba a necesitar depender de sus camaradas para ayudarlo, sin importar qué.

Luchó por decidir por un segundo, tal vez dos. Una vez que tomó su decisión y comenzó a moverse furtivamente, comenzó a escuchar el sonido de pasos y algo colisionando violentamente con los árboles y empujándolos a un lado.

“¡Hu, hu, hu, hu, hu!” Gritó su perseguidor.

Estaba corriendo. Corriendo hacia él. ¿Lo habían encontrado? Este no era el momento para tomárselo con calma y sigilosamente.

Corre. Corre. ¡Corre, corre, corre!

Pero este era un denso bosque en las montañas. El suelo estaba lleno de raíces de árboles, rocas que sobresalían y musgo que cubría ambos, lo que facilitaba su deslizamiento.

Sus perseguidores se movían a cuatro patas, con las manos en el suelo. Ese tipo de caminar con los nudillos significaba que no perdían el equilibrio, incluso en terrenos malos. Si estuvieran en terreno plano, eso podría ser una cosa, pero aquí claramente tenían la ventaja. Abrumadoramente.

Estarían en él en cualquier momento. Si les daba la espalda, lo matarían. ¿Qué iba a hacer entonces?

Retrocede, y enfréntalo. Llama a tus camaradas. Aguanta los ataques de tu perseguidor. Compra tiempo hasta que lleguen tus camaradas. Esa era la única forma.

Cuando se detuvo, escuchó un fuerte y agudo: ¡Funyaaaaaau!

“¡¿Kiichi?!” Gritó Haruhiro.

Un nyaa. Esa era la voz de un nyaa. Él se dio la vuelta.

Parecía que su perseguidor estaba sorprendido también, porque estaba mirando hacia arriba y hacia la izquierda.

Haruhiro no pensó: ¡Esta es la oportunidad perfecta! Aún así, su atención no estaba en él ahora. En el momento en que lo supo, su cuerpo se movió por sí mismo. Sacando su estilete y el cuchillo con guarda mano, se lanzó hacia su perseguidor.

Tenía alrededor de dos metros de altura. Sin embargo, no estaba de pie, así que su cabeza estaba a un metro y medio del suelo. Aún así, era enorme. Un simio. Estaba construido como un simio grande, a pesar de que la superficie de su cuerpo estaba cubierta con una piel similar a un caparazón que era como una estructura de exoesqueleto marrón negruzco. Era casi como si llevara una armadura.

Los machos tenían un pelaje espeso, parecido a una melena, que crecía desde la parte posterior de sus cabezas hasta la espalda, y se volvía rojo cuando llegaban a la madurez. Estos machos, llamados espaldas rojas, formaban una tropa, incluyendo varias hembras y sus crías—con ellos mismos en el centro—viviendo con ellos mientras cazaban.

Guorellas. Así era como se les llamaba.

Las hembras eran más pequeñas que los machos, pero su perseguidor era un macho espalda roja. Sus brazos, cuello, hombros, pecho, estómago, cintura y piernas eran tremendamente poderosos. Incluso a simple vista, parecía que tenía mucho músculo. De hecho, incluso una hembra pequeña podría desmembrar a un humano fácilmente. Los espaldas rojas eran locos. Tan locos, que si Haruhiro luchaba justamente, no tendría ninguna oportunidad de ganar.

Por supuesto que estaba asustado. ¿Pero no era lo mismo con otros enemigos? En otras palabras, las cosas eran las mismas de siempre.

“¡Voy hacer esto!” Gritó, poniéndose en acción y llamando a sus camaradas. Luego saltó al espalda roja.

El espalda roja se giró hacia él y gritó: “¡Du-huuhhh!”

Sus brazos. Estaba balanceando su brazo derecho. Si Haruhiro recibiera un golpe así, caería de un solo golpe.

Se detuvo en seco, como lo había planeado. Su mano derecha pasó justo en frente de sus ojos. Sin tiempo para detenerse, también llegó el brazo izquierdo. Era un golpe de costado. Llegando. Si ese brazo izquierdo lo atrapaba, estaría acabado. Por eso tenía que mantener la calma.

Mira de cerca, se dijo a sí mismo. Esquívalo. No te alejes. La derecha. Adelante y hacia la derecha. Lánzate de esa manera.

Rozando el brazo izquierdo al pasar, se dirigió hacia la izquierda. Rodando, trató de ir detrás. No iba a dejarlo, saltó en su lugar y giró.

Sin perder el ritmo, Haruhiro cambió de dirección. Cuando rodó hacia atrás, el retroceso fue un poco lento.

El atacó. O hizo que pareciera que estaba a punto de hacerlo, y el espalda roja se tensó.

Pero pronto vio que eso era una finta. Que no era una amenaza real. Esta presa no era de temer.

Sintiendo eso, descubrió sus dientes caninos y vino hacia él en serio.

Ahora que había llegado a esto, no había lugar para amenazas y trucos. Se estaba acercando a él. A una velocidad increíble.

Haruhiro retrocedió. Era posible que no pudiera esquivar el siguiente. Pero incluso si no era mucho, había podido ganar algo de tiempo. Ese había sido su objetivo desde el principio.

“¡Dark, ve!” Escuchó la voz de un camarada.

Él inmediatamente bajó su postura. Algo pasó volando por encima de su cabeza. Luego, una cosa humanoide, o más bien en forma de una estrella negra, Dark, el elemental, colisionó con el espalda roja.

“¡Ah! ¡Fuh!” Todo su cuerpo se estremeció y su cabeza se hecho hacia atrás. Parecía que podría caer, pero se las arregló para resistir.

Aún así, había sufrido daños. Ahora era el momento.

Haruhiro se dio vuelta. No para huir. Sólo necesitaba poner distancia entre ellos.

“¡Haruhiro!” Gritó un hombre alto. Llevaba un casco que tenía la forma de la cabeza de un halcón, llevaba un escudo de metal y empuñaba una gran katana en una mano. Mientras cargaba hacia adelante, gritó: “¡Ohhhhhhhh!”

Un hombre grande cuyo cuerpo estaba cubierto de telas escarlata, índigo y cuero siguió su ejemplo. ¿Era un hombre? Bueno, probablemente había sido uno en vida, pero ya no era humano. Él era un gólem de carne.

“¡Kuzaku, Enba, cuento con ustedes!” Gritó Haruhiro.

“¡Sí señor!” Kuzaku dio una respuesta entusiasta, mientras Enba estaba en silencio.

Los dos lo pasaron.

Cuando se dio la vuelta, Kuzaku estaba balanceando su gran katana, y Enba estaba balanceando su largo y grueso brazo izquierdo en el espalda roja.

“¡Nurrrrraghhhhh!” Gritó Kuzaku.

“¡Nu-huuuhhhhh!” Gritó el espalda roja.

El espalda roja balanceó ambos brazos, apartando la gran katana de Kuzaku y el brazo izquierdo de Enba. Enba retrocedió, pero Kuzaku se mantuvo firme. El brazo derecho del espalda roja, y luego el izquierdo, llovieron golpes sobre Kuzaku en rápida sucesión. Kuzaku movió su escudo de derecha a izquierda, bloqueándolos.

“¡Hah! ¡Nuwah! ¡Kwah!”

Estaba deteniendo completamente a cada uno. Cuando Kuzaku presionaba su defensa así, no iba a ser sacudido por nada. Fue bendecido con una altura de más de ciento noventa centímetros, e incluso con las caderas dobladas y la cintura baja, todavía parecía realmente grande.

Con una silenciosa exclamación, Enba presionó hacia el espalda roja desde su costado. Incapaz de resistir eso, el espalda roja saltó hacia atrás diagonalmente.

“¡Hah!” Kuzaku sacó su gran katana, su escudo aún levantado, y lo persiguió.

Encadenó un combo con Thrust y Punishment. El espalda roja retrocedió. Enba parecía que planeaba moverse detrás de él.

Lo estaban empujando hacia atrás.

No. Aún era muy pronto para pensar eso.

El espalda roja tenía su espalda presionada contra un árbol, o parecía que sí, pero luego saltó. Hacia atrás. Luego, al dar un puntapié a un árbol, se lanzó hacia Kuzaku.

“¡¿Gah?!” Kuzaku apenas se defendió del ataque sorpresa del espalda roja. Sin embargo, terminó siendo expulsado, escudo y todo, y fue derribado.

Enba intentó intervenir y ayudar, pero el espalda roja lo apartó con un solo violento movimiento de su brazo. Parecía que Kuzaku había decidido que no podía escapar. Trató de cubrir su torso con su escudo.

“¡Ha!” Gritó el guorella.

Los guorellas eran tenaces e inteligente. Para evitar una herida mortal, Kuzaku había elegido proteger su cabeza, cuello y torso donde estaba su corazón. Eso no estaba mal. Era la elección correcta, pero hacerlo dejó a su mitad inferior indefensa. Él no perdió eso, y agarró a Kuzaku por la pierna derecha y lo lanzó con todas sus fuerzas.

“¡Kuzaaaakuuuuuu!” Gritó Haruhiro sin querer.

Kuzaku voló unos cinco metros antes de chocar con el tronco de un árbol y caer al suelo. Fue impresionante que incluso después de haber pasado por eso no soltó su gran katana o escudo.

Él está bien, Haruhiro se dijo a sí mismo. No sé si puede soportarlo o no, pero mientras respire, podemos hacer que todo funcione.

“¡Mary, atiende a Kuzaku!”

“¡De acuerdo!”

“¡Yume!” Gritó Haruhiro.

“¡Nyan!”

No había necesidad de llamarla, eh, se dio cuenta Haruhiro. Su cazadora ya estaba en una postura baja, sus largas trenzas y su capa detrás de ella mientras se acercaba al espalda roja.

En sus manos, sostenía una espada de un solo filo. Ella estaba sosteniendo una katana en dos manos. La había encontrado en un lugar llamado Túmulo de Katanas. Las habilidades que conocía estaban destinadas a ser usadas con un machete, una herramienta originalmente diseñada para romper leña y cortar ramas. La katana no era el arma de un cazador. Sin embargo, sus habilidades de katana eran tan legítimamente buenas que él tuvo que decir que ni siquiera importaba.

Primero usó Brush Clearer como si estuviera tratando de cortar algunas plantas, y luego lo encadenó con Diagonal Cross. Esta combinación especial de ella en realidad parecía incluso más efectiva ahora que cuando usaba un machete o una espada curva.

Cuando el espalda roja saltó a un lado para esquivarlo, Yume dio un salto hacia adelante y bajó con su katana. “¡Gah!”

Raging Tiger.

Intimidado por la ofensiva de Yume, decidida y audaz, el espalda roja retrocedió aún más. Ahí era donde Enba se estaba acercando.

Una patada voladora. El espalda roja tomó la patada voladora de Enba en su lado izquierdo, y tropezó.

Mary estaba ayudando a Kuzaku a ponerse de pie. Gracias a que Yume y Enba mantenían alejado al espalda roja, Mary debió haber podido concentrarse en el tratamiento de Kuzaku sin preocupaciones.

Yume soltó un grito de “¡Hi-ya!” Y Enba silenciosamente cazó al espalda roja. Aquí fue donde comenzó. ¿Podrían perforar su caparazón? Se agachó, tomando una posición donde podía cubrir su cabeza con ambos brazos.

“Ungyah…” La katana de Yume rebotó.

Enba aterrizó otra patada voladora, pero esta vez el espalda roja no se inmutó. Inmediatamente fue al contraataque. Golpeando con ambas manos en el suelo, usó el rebote para atacar a Enba.

Enba no pudo evitarlo y fue empujado hacia abajo. El espalda roja trató de ponerse encima de Enba, pero Yume dejó escapar otro grito extraño y lanzó ataques drásticos sobre él.

Eso no era bueno. Su piel con forma de caparazón los desvió. El espalda roja de nuevo no tenía miedo de la katana de Yume. Si esto continuaba, iba a tener a Enba.

No es que lo vaya a permitir.

Haruhiro tampoco había estado sentado en sus manos todo el tiempo. Había guardado el cuchillo con guarda mano, había examinado la situación del combate, había borrado su presencia con Stealth y se había subido a un árbol. No había podido pasar directamente por encima del espalda roja y Enba. Eso haría, sin embargo. Si él saltara en la dirección de las dos en punto, podría llegar.

Él saltó hacia abajo. La punta de su estilete era aguda. Normalmente, apenas podía cortar cualquier cosa, pero si ejercía la fuerza suficiente en el ángulo correcto, incluso podría perforar una armadura de metal sólido.

El espalda roja parecía haber notado a Haruhiro. Trató de mirar por encima de su cabeza. Fue entonces cuando lo golpeó.

Haruhiro golpeó su estilete en la parte superior de la cabeza, un poco a la izquierda del centro. No había pensado en el aterrizaje, pero terminó aferrándose a su cuerpo.

“¡Ngggggggggggnnnnnnnnngggggg!” El espalda roja emitió un grito incoherente mientras se retorcía. Balanceó sus dos brazos, golpeando a Haruhiro. Los impactos fueron increíbles, pero no lo soltó. Como si alguna vez fuera a hacerlo.

Él lo había sentido. El estilete de Haruhiro había perforado no solo a través de la piel como caparazón del espalda roja, sino también a través de su cráneo. Incluso pudo haber llegado a su cerebro. Agarrando la empuñadura de su estilete con ambas manos, puso todas sus fuerzas en ella.

“¡Gu-aaaaaaaahhhh!”

El espalda roja estaba en más dolor de lo que podía soportar, o estaba tratando de tirar a Haruhiro, porque finalmente comenzó a rodar.

“¡Haru-kun!” Gritó Yume.

“¡Haru!” Esta no fue Mary, fue Shuro Setora. No tenía tiempo para mirar a su alrededor, pero podía oír las voces de sus camaradas.

Aún no. Él aún podía resistir.

Haruhiro envolvió sus piernas con fuerza alrededor del cuerpo del espalda roja. No importaba cuánto lo apuñalaran los cuernos peludos, o dónde golpeara su cabeza, hombros, espalda y caderas, seguía retorciendo su estilete en su cabeza. Iba a evitar que eso se moviera. O que disminuya sus movimientos, al menos. Si pudiera hacer eso, sería suficiente. Y quería pasar el menor tiempo posible en ello.

Si no lo hacía, estarían en problemas.

Thousand Valley, limita al este con las Montañas Kuaron, al norte con las Montañas Whiterock, al oeste con el Desierto Nehi, y al sur con las Tierras Altas de Narglia y Rinstorm, doscientos cincuenta kilómetros de norte a sur y cuatrocientos cincuenta kilómetros de este a oeste.

Había una serie de ríos importantes, junto con sus innumerables afluentes. Aquellos se encontraban en esta área, se entrelazaban y creaban una compleja serie de valles y colinas aparentemente ilimitados que obstruían el camino de un viajero.

Había niebla durante todo el año en una zona central que medía cerca de cien kilómetros en todas las direcciones, lo que hacía que la visibilidad fuera extremadamente pobre, como si la naturaleza misma prohibiera a los humanos entrar.

Según una teoría, hace mucho tiempo, cuando los dioses libraban una batalla tan feroz que la luna azul se volvió roja, la tierra se había dividido. Se decía que la niebla había sido invocada por la maldición de un dios que fue derrotado, dejada como una cabeza cortada.

Para encontrar la ruta más corta a Altana, simplemente tenían que ir directamente al sur. Una vez que cruzaran las Tierras Altas de Nargia o las Montañas Rinstorm, atravesaran el antiguo dominio del Reino de Arabakia, atravesaran las Llanuras Bordo, que se encuentran entre las Montañas Kurogane y Dioze, y las Marismas Grises, estarían en las Llanuras Qickwind, y sería un camino fácil desde ahí.

Si iban otros trescientos y algo de kilómetros al sur-suroeste desde ahí, llegarían a Altana. Por lo menos así era en un mapa que Shuro Setora dijo que había visto antes.

Sin embargo, había un problema.

O más bien, muchos de ellos.

Primero, era un largo camino. Demasiado largo.

Por otra parte, si vamos a tener que prepararnos para un viaje de siete a ochocientos kilómetros en la ruta más corta, quejarse no va a hacer mucho bien. Deja que la distancia sea lo que es. Tendremos que aceptarlo.

Sin embargo, no solo era la distancia. Otra objeción era que el antiguo dominio de Arabakia, al otro lado de las Tierras Altas de Nargia, se había dividido entre quienes mantenían el poder durante la época de la Alianza de los Reyes del Rey No-Vivo, y había muchas fortalezas y grandes ciudades ahí.

Thousand Valley podría ser territorio enemigo para los humanos, pero no era nada en comparación. Los orcos en ese lugar en particular, capturarían humanos a la vista y los matarían, sin hacer preguntas. Para Haruhiro y su grupo, que no conocían la disposición de la tierra, sería casi suicida para ellos buscar a tientas en el área y resolverlo a medida que avanzaban.

Existía la opción de evitar las tierras planas y caminar por las montañas, donde los orcos no vivían, pero no podrían seguir las montañas hasta el sur, y era evidente que cruzar las montañas implicaba sus propios riesgos.

La ruta más corta tuvo que ser eliminada de la lista de posibilidades. Si tenían prisa, tenían que dar vueltas. Incluso si fuera una ruta indirecta, elegirían la más segura posible.

Las Montañas Whiterock al norte no eran solo una cadena montañosa masiva. Esas montañas, coronadas con nieve plateada que nunca se derretía, albergaban la capital del antiguo Reino de Ishmal. Ese reino, junto con las fortalezas y ciudades dispersas que la rodeaban, formaba lo que se conocía como la Undead DC, la principal fortaleza de los muertos vivientes.