Goblin Slayer – Side Story: Year One

Volumen 2

Interludio 4: De Cómo Presumir Es Parte De Ser Un Aventurero

“Bien, ahora”. En la taberna llena de charla, el lancero desenrolló el papel de búsqueda que había quitado. “Esta es nuestra búsqueda de hoy, ¿tiene sentido?”

“Veamos…” La exquisita belleza que estaba sentada frente a él asintió maravillosamente. “Parece… bastante… difícil, ¿no?”

“Sí, ¿verdad?” Esas palabras que se detienen. El Lancero asintió con entusiasmo a ella. “Un… warlock, yo, ya veo”.

Y así fue. El Lancero suspiró para sí mismo. Cualquier hechicero podía leer y escribir, pero…

Ugh. Si se entera de que no sé leer, chico, me veré mal. 

Por el bien de su dignidad, tuvo que ocultar el hecho a cualquier costo.

Naturalmente, ni siquiera el lancero quería lanzarse de cabeza a una búsqueda al azar que había encontrado, sin tener idea de lo que implicaba. Así, llevó sus papeles de búsqueda, no a la recepción, sino a los escribas, para que se lo pudieran leer.

Esta búsqueda, supuestamente, tenía que ver con un warlock que se había instalado en una cueva cerca de un pueblo. Hizo extraños experimentos y lanzó hechizos que causaron la putrefacción de los árboles y la enfermedad de los animales.

La búsqueda había venido de un jefe de la aldea al final de su línea, pero el lancero estaba preocupado. No tenía su propio hechicero, y eso era peligroso.

El Lancero era un guerrero. No sabía nada de magia. Pero era muy consciente de lo amenazante que era su enemigo.

La magia no era necesariamente la única forma de luchar contra la magia, pero había poco sustituto para el conocimiento y la experiencia.

Y estaba demasiado metido en esto como para regresar.

La mayoría de las misiones de hoy habían desaparecido. Sólo quedaba una pequeña parte de las de la caza de goblins. El Lancero no quería ser uno de esos bufones que vuelven a poner una misión en el tablero porque ha mordido más de lo que puede masticar.

Ahora que lo pienso, no he visto a ese bicho raro por aquí hoy.

El aventurero con su equipo sucio habría aceptado con gusto esas misiones de goblins, sospechaba el lancero. No tenía ni idea de lo genial que era matar goblins, pero ese aventurero estaba decidido a seguir su curso de acción.

“Eres tan fuerte que hay alguien que quisiera ir contigo en un grupo…”

 La recepcionista parecía un ángel. ¡No, una diosa! Lo había pensado desde que la vio por primera vez. No podía estar equivocado.

Sentía que las cosas no estaban mal entre ellos. Incluso mejor, en realidad: pensaba que eran bastante buenas. Dejó que el sentimiento lo llevara. Estaba en la cima del mundo.

La que la recepcionista le había presentado había sido a la bruja, la mujer que estaba delante de él ahora. Habían trabajado juntos en más de una ocasión. Ella era hermosa. Con un gran cuerpo. Excelente en todos los aspectos.

“¿Qué, quieres hacer…?”

“Er, correcto. Bueno, no tienes que usar magia para matarlo sólo porque tenga magia, ¿verdad?” La sonrisa en la cara del lancero era una especie de farol… ¡Farsante hasta que lo consigas! pensó. “Apuñala a un tipo con una lanza y cae al suelo.”

“Heh, heh…”

La bruja se rió mucho de esto. Un dulce aroma parecía acompañar cada vez que respiraba, quizás el producto del tabaco que siempre fumaba. El Lancero no tenía ni idea de lo que era, pero estaba igual de contento de que ella lo hiciera. Las mujeres así siempre eran más divertidas con las que hablar.

“De todos modos, déjamelo a mí. Podemos trabajar juntos, como la vez que detuvimos a ese Come-Rocas, ¿verdad?”

“Supongo, así que…” Ella estuvo de acuerdo con un asentimiento lento y elegante.

Y lo más importante, hemos trabajado juntos lo suficiente para tener una idea de quién es.

 No era tan patético como para saber cada detalle de los antecedentes de una mujer antes de poder hablar con ella. Pero después de varias aventuras juntos, trabajando en equipo, habían empezado a intercambiar chistes, sería justo llamarlos amigos.

Sintiéndose tan nervioso como si fuera a la batalla ahora mismo, el Lancero tomó su agua de limón para calmar sus nervios.

“Dime”.

“¿Hrm?”

La súbita intercesión de la bruja lo tomó completamente desprevenido. Él la miró por encima del borde de su copa, pero su expresión estaba escondida bajo el borde de su sombrero. “¿Por qué… siempre… hablas… conmigo?”

“No hay razón para no hacerlo, ¿verdad?”, respondió inmediatamente. No dudó en absoluto.

Esperaba que comunicara lo tonta que le parecía la pregunta.

“¿Es que…” la bruja parpadeó con sus largas pestañas… “¿por la forma en que me veo?”

“No hace daño”. El Lancero asintió con la cabeza seriamente. No había un hombre en el

cielo o en la tierra que no alabara la apariencia de una mujer hermosa. Si se hubiera enfrentado a una sirena, el Lancero la habría felicitado por la forma en que sus escamas brillaban.

De hecho, le parecía más atractivo cuando una mujer era consciente de su propia belleza.

“…” Su respuesta debió sorprender a la bruja, porque sus ojos se abrieron mucho.

Creo que podría ser más joven de lo que me había dado cuenta.

 “… Hey, puedo fingir que no me doy cuenta si quieres.” De repente, el lancero se sintió avergonzado por alguna razón y trató de cubrirse.

“Entonces…” La bruja engulló, causando un suave movimiento en su delgada y pálida garganta. “¿Mis habilidades, con la magia?”

“Definitivamente es parte de ella”. Otro asentimiento serio.

¿Qué tan cobarde debe ser un hombre para no reconocer que una mujer posee una habilidad muy refinada? No importaba si era su belleza, su cabello o su ropa, o su habilidad con la espada, su aprendizaje, su fe o incluso su magia.

“Cielos…” La bruja se bajó el sombrero y se desplomó en su silla. “¿…Hay algo más?” El Lancero refunfuñó, luego murmuró,

“Espera”, y miró al techo.

La respuesta no podía ser no. Sólo era difícil de poner en palabras. “¿…recuerdas que hace un tiempo hicimos la búsqueda de esa granjera?”

“Sí”.

Un trabajo agradable y fácil, como ir a dar un paseo. Ver a una chica en un campo en algún lugar, y luego llevarla a casa de nuevo.

Claro, habría sido peligroso que alguien sin capacidad de combate. Por eso hubo una búsqueda, y por eso un par de aventureros se la llevaron. Pero…

“Era aburrido, la recompensa era una mierda, pero me seguiste la corriente sin ni siquiera poner una cara.” El lancero habló mientras organizaba sus pensamientos, concluyendo finalmente con: “Sí, eso es… pensé que eras buena persona”.

“…ya veo.”

Sólo ese suave susurro, y luego sacó su pipa lentamente. La empacó con tabaco, le dio un pedernal y dio una bocanada.

“…yo, no me veo… como tal… una mujer fácil ¿…entiendes?”

“Pero saber que alguien aprecia tu aspecto, tus habilidades y tu corazón, eso tiene que hacerte feliz, ¿verdad?”

El Lancero sonrió, mostrando sus blancos dientes, una sonrisa sincera.

La bruja no dijo nada. Sólo sacudió la cabeza, aparentemente sin palabras.