Goblin Slayer – Side Story: Year One

Volumen 2

Interludio 2: De Cómo Son Incapaces De Volver A Casa Porque El Mapa No Está Terminado

“¡¡Eeeeeeeeeeeeek!!”

El grito agudo de una mujer resonó por toda la mina abandonada, acompañado de un carnoso golpeteo y un grito apagado.

El pie levantado de la chica había golpeado el escudo del goblin en la mandíbula. El diablillo golpeó el suelo, echando espuma de sangre: un golpe crítico, sin duda.

Bueno, eso eran los goblins para ti. No había necesidad de armas o habilidades especiales para matarlos.

“¿Por qué se instalarían los goblins en una mina abandonada de todos modos?” La chica artista marcial preguntó, sin molestarse en bajar la pierna.

El joven guerrero frunció el ceño. “…escuché que hubo una batalla al este. Tal vez vinieron de allí”.

“¿Eh? ¿A través de la región central? Me parece que hay muchos problemas”.

“Viajando bajo tierra, puedes ir a cualquier parte”, dijo el joven guerrero, tratando de evitar recuerdos desagradables. Quitó la mano de su espada, que ni siquiera había necesitado desenvainar.

“Tiene sentido”, añadió la chica, impresionada. No quiso imponerle mucho de la lucha, pero no había muchas opciones. Era difícil vigilar a todos desde el frente de la formación. Pero si era segundo o tercero en la línea, su arma no podía alcanzar al enemigo.

Tal vez debería tomar la lanza como cierta persona que conozco… 

Mientras consideraba la posibilidad, el Joven Guerrero se giró hacia el hombre que estaba detrás de él. “¿Qué piensa usted, profesor?”

“Hrm, inquilino”, el hombre al que llamaban profesor respondió con una voz sorprendentemente brusca. Si uno se levantaba el abrigo desgastado, se veía una cara de lobo. Era un mago de pies de gato, acercándose a la edad media, sugiriendo que había renunciado a la vida de profesor para perseguir su sueño de aventurarse. Con los colmillos al descubierto, continuó, “Todo este polvo se mete en mi nariz, impide que funcione bien. Y todos estos caminos entrecruzados hacen que la cartografía sea una tarea difícil”.

“Sólo necesitamos el bosquejo. No estamos aquí para una investigación oficial ni nada de eso”.

Bien, bien. El mago de los pies de cordero asintió amablemente y comenzó a dibujar en su pergamino de piel de oveja.

Tomé la decisión correcta, teniendo a nuestro cartógrafo, pensó el Joven Guerrero, impresionado por el comportamiento tranquilo del hombre.

Su habilidad era necesaria para recoger su recompensa en esta búsqueda, y además, la habilidad de mantener la cabeza fría siempre fue valiosa. Inspiraba mucha más confianza que un hechicero de mal genio que parecía capaz de disparar magia a la menor provocación. Pero entonces hubo…

“¿—? ¿Pasa algo?” La joven lo miró confundida, con su cabello largo colgando. Pero incluso ella estaba bien. El problema eran los otros dos.

“¡Heeey, parece que sigue yendo de esta manera!”

“No tienes idea de lo duro que trabajé para evitar que esta joven se adelantara demasiado”.

De la oscuridad emergió una niña enana, tan joven que aún no se había dejado crecer la barba, y un niño elfo.

Bueno, en realidad no era tan fácil decir qué edad tenían realmente. La enana se imaginaba a sí misma como una exploradora en entrenamiento; el elfo era alguien que había descubierto su fe en la Madre Tierra. Eso era todo lo que el joven guerrero sabía de ellos, y por el momento, era todo lo que necesitaba saber.

“¿Qué? Apenas hicimos ningún progreso antes de que todos ustedes estuvieran, Volvamos, demos la vuelta, ooh, ¡estoy tan asustada!”

 “Sé serio. Te haré saber que simplemente vemos las cosas de manera diferente a los enanos”.

El joven guerrero los había enviado por delante porque ambos podían ver en la oscuridad, pero la misión de reconocimiento había degenerado rápidamente en esto. Se puso una mano en la cara.

Me alegro de que se lleven tan bien… 

Pensó en sus primeros compañeros, no quiso decir compañeros fallecidos. Ahora se dio cuenta de lo duro que ese monje había trabajado para liderarlos. Tendría que disculparse algún día.

“Es genial que sean tan buenos amigos”, dijo la Artista Marcial con una amplia sonrisa. No parecía que pudiera esperar ninguna intervención del mago pata de cabra de aspecto desconcertado, tampoco.

“Disculpa”, dijo el guerrero, manteniendo la calma, “pero te pedí que exploraras más adelante, no que discutieras”.

“Hmph!” La chica enana mostró sus mejillas, mientras que el sacerdote elfo le dio una sonrisa triunfal.

“Y te pedí que te fueras con ella, para no dejar que te ponga como carnada en una pelea.”

“…Hrmm.” El elfo Acólito trató de mantener la sonrisa en su rostro, pero la chica enana ahora lo miraba con desprecio.

“Mira, hasta me has hecho gritar”, dijo.

“¿Quién consiguió que le gritaran? Tú empezaste.”

“Dice el tipo que perdió todo en el juego, recibió una limosna de una monja, y de repente encontró la religión.”

“¿¡Hrgh!?”

Esto fue algo así como un golpe crítico a su manera.

La enana, criada en el ejército, sabía cómo manejarse en una discusión, y si le faltaba algo en el intelecto con respecto al elfo, sin duda le hacía ganar experiencia.

El elfo se quedó en silencio mientras el enano se reía a su lado; el guerrero decidió que era suficiente por ahora y se preparó para seguir adelante.

“Bien, formen y vayamos más profundo. Tendremos que reportar la aparición de goblins eventualmente, pero…”

“El mapa aún no está terminado, ¿eh?”, preguntó el luchador de cabello plateado. “Bien”, respondió el guerrero, y luego dio un paso más hacia la mina. Con lo cual…

“…Bueno, esto no servirá para nada. Qué olor tan terrible”, gruñó repentinamente el profesor.

El joven guerrero instantáneamente tuvo su espada en su mano. “Tú, la Pareja Extraña, cuida del Profesor. La chica y yo estaremos al frente. Profesor, prepárese con su magia.”

“¿Qué? ¿Qué?”

“Oye, ¿quién es una pareja extraña…?”

La Artista Marcial estaba completamente confundido, y el elfo estaba indignado, pero el Joven Guerrero los ignoró a ambos, fijando sus ojos en la oscuridad que se avecinaba, esforzando sus oídos para escuchar.

Lo  primero  que  detectó  fueron  innumerables  pasos.  Luego  vino  el  horrible  hedor.  Y finalmente, los ojos brillando débilmente en la oscuridad.

¿Qué hacer con los cascos?

 Había muchos enemigos. En una batalla campal, ¿no sería malo que el comandante no pudiera vigilar todo el campo?

Después de considerar por un instante el casco que colgaba de su espalda, tiró el equipo, aunque por una razón diferente a la de antes.

“Debería haber comprado un casco de tazón…”

“¡Goblins, y… algo muy grande!”

Las pieles verdes salieron de la oscuridad. “GOORRBGG…”

“¡GOROB! GGBBRROG!”

Cuatro, no, cinco de ellos. Tenían armas rudimentarias en sus manos. Eso estuvo bien.

Nada bueno, pero bueno. “¡GBRRRRRR!”

Y luego estaba la criatura que lideraba esta pequeña banda, un gigante que se elevaba casi hasta el techo del túnel de la mina.

Con el garrote que balanceaba irreflexivamente en su mano, era una visión profundamente intimidante.

El joven guerrero lo reconoció. Nunca había visto uno, pero había oído hablar de ellos en su último grupo, aunque brevemente.

“¡Un hob!”

“Bueno, estrictamente hablando, eso significa gigante en la lengua antigua”, dijo el mago Pata de cabra con indiferencia. Tal vez el guerrero no debería haberse sorprendido de que ya estaba formando los signos con sus manos.

“Tiene el olor a veneno”, dijo el elfo Acólito de manera importante. “Supongo que será mi trabajo neutralizar eso”.

“Viendo que es el único milagro que tienes, sí, supongo que sí”, bromeó el enano. “Hmph. Este no es el momento para hablar.”

“Si tú lo dices”. La chica enana sacó algo que parecía un cruce entre un gancho de madera y una daga y lo sostuvo en reversa. Sabía que sería su responsabilidad proteger a los hechiceros. El joven guerrero asintió.

“Mi armadura es la más gruesa”, dijo, “así que me encargaré de los goblins”. Sus espadas envenenadas tendrán menos probabilidades de atravesar mi armadura. Y tú…”

“¡Toma el grande! ¡Lo tengo!” El Artista Marcial gritó con entusiasmo. Mientras se lanzaba hacia el enemigo, la batalla comenzó.

“¡GRORB!”

“¡¡¡GBR!!!”

Eran goblins con los que estaban tratando. El joven guerrero echó una mirada a ambos lados, consciente de la posibilidad de que el enemigo rompiera los muros (un recuerdo desagradable), y luego avanzó.

Intentar blandir una espada a dos manos como un loco no le haría ganar nada en este espacio reducido, pero…

“¡Hrr-aagghh!”

Hizo un barrido de costado con su cuchilla. El túnel apenas se acomodó al movimiento, la punta raspando a lo largo de la pared.

“¿¡GOOBR!?”

En ese mismo instante, una brillante daga rebotó en su espada. Un goblin se estremeció.

Así que fue envenenado, ¿eh?

Pero todo estaba bien controlado. El guerrero se lamió los labios, seco por la ansiedad del combate, y llevó su espada de vuelta al centro.

Provocar, parar, y cuando estaba lo suficientemente cerca, lanzar un ataque de oportunidad.

Su papel era ser el tanque. El corazón de su asalto sería la joven que actualmente se precipita por las filas enemigas, atravesando el corazón del enemigo como una flecha.

“¡¡GGGBBORG!!”

Naturalmente, ningún monstruo se molestaría mucho si viera a una chica desarmada cargando contra ellos.

Este monstruo respiró hondo, levantando un garrote hasta que rozó el techo de la estrecha cueva, y luego lo derribó con fuerza mortal.

“¡Yah!” La Artista Marcial se apartó del arco del arma. Su cabello giró y flotó por la presión de aire resultante. “¡Hiii-yah!”

Luego dejó caer sus caderas en una postura profunda y sacó el puño delante de ella. Se oyó un sonido, como el de una gran campana.

“¿¡GOOB!?”

Las ondulaciones se extendieron por el horrible vientre hinchado del hobgoblin, y el gigante tropezó con un paso atrás.

Pero eso fue todo. El enorme goblin miró hacia su estómago confundido, y luego produjo una horrible sonrisa.

“¡GGGGGG…!”

“Cielos, ¿qué está pasando aquí? ¡Esa cosa es blanda!”

Las gruesas capas de grasa actuaban como una especie de armadura, protegiendo a la criatura de cualquier daño real. Como la chica aprendió para su disgusto.

“¡No te distraigas, sigue así!”

“¿¡GOOROGB!?”

El guerrero había desviado el ataque de un goblin hacia el lado, con su espada inclinada, y luego tomó represalias inmediatamente con un corte, logrando su primera muerte. Ya estaba pateando el cadáver mientras le gritaba a la Artista Marcial, quien respondió,

“¡Está bien!”

“Ahh… ¡Hup!” Un dardo vino volando desde atrás del Joven Guerrero, aprovechando el ataque de oportunidad que había creado.

“¿¡GBRO!?” Un goblin exclamó cuando el dardo se enterró en su mano, ganando al Joven Guerrero el tiempo suficiente para reformar su postura.

“¡Heh-heh-heh! Estos arcos con truco son bastante divertidos”, dijo el elfo Acólito. Tenía una pistola de dardos con resorte.

La chica enana, de pie a su lado con su daga en la mano, refunfuñó, “¿Qué pasó con los preceptos de la Madre Tierra?”

“No me insultes. Es un arma minimalista, estrictamente para defensa propia”.

Eso explicaba por qué el elfo no tenía dinero. El guerrero sonrió con suficiencia, y luego cortó a otro goblin.

“¿¡GOOBORG!?”

Ya son dos. Recargar ese juguetito del elfo llevaría tiempo. No quería contar con ello para obtener algo.

Fue la presencia y protección del Explorador Enano lo que le permitió al elfo acólito el lujo de simplemente pararse y disparar. De hecho, tenía que proteger a las tres personas de la última fila. El Joven Guerrero creía que podía confiar en ella con esto.

Se enfocó hacia adelante y vio que la batalla entre la Artista Marcial y el hobgoblin aún continuaba.

“¡Hrr-hah!”

“¡¡GOOOG GOROBG!!”

Pero exactamente el tipo de cosa que ocurre a menudo en estas peleas le ocurrió a ella.

Tal vez estaba demasiado entusiasmada. Tal vez se equivocó en el distanciamiento. En cualquier caso, el hobgoblin le agarró la pierna y detuvo su resistencia.

“¿¡Hrk!? ¿¡Ahh!?”

“¡GOROGB! GOOOGBGR!!”

La expresión del hobgoblin se retorció horriblemente, mientras que el rostro de la Artista Marcial se llenó de miedo.

¿La criatura aplastaría la pierna o simplemente la balancearía indefensa? Los goblins poseían la crueldad de un niño.

“¡Profesor!”

“¡Arma… Fugio… Amittimus! ¡Armas, huyan y piérdanse!”

Más tarde, reflexionaría sobre el hecho de que hacer que el calmado y sobrio pies de pata de cabra fuera el último de la fila había sido una especie de golpe de suerte. El viejo mago ya estaba conjurando el hechizo correcto antes de que el Joven Guerrero tuviera que pedirlo.

Palabras de verdadero poder fueron liberadas por esta invocación y atacaron al hobgoblin. “¿¡….!?”

“¡…!”

La primera forma en que se manifestó el hechizo Derrumbe fue sacando el garrote de la mano del goblin.

Ahora los ojos de la Artista Marcial brillaban. Su pierna se movió alrededor de las garras de la criatura.

“¡HIIIIIII-YAH!” Con un chirrido como un ave de presa, empujó la mano de su oponente para lanzar una patada voladora. Entró, girando como una peonza, golpeando la cara del hobgoblin.

“¿¡GBORG!?” El grito apenas se escuchaba por el crujido de los huesos rotos. La sangre brotaba de la nariz rota del monstruo, y se derrumbó en el suelo sin que se oyera otro sonido. El profesor explicó más tarde que el escenario más probable era que un trozo de hueso hubiera sido introducido en su cerebro.

Ese fue un golpe crítico.

“Hup… Ah… Hombre, eso estuvo cerca…” La Artista Marcial aterrizó inestablemente de pie, poniendo una mano aliviada en su amplio busto.

El joven guerrero respiró hondo, dijo: “Bien” y se puso de nuevo sobre los goblins delante de él.

“¿GOBORG? ¿¡GRG!? ¿¡GOOBG!?”

Sólo quedaban tres de ellos, y su líder estaba muerto.

Podemos prescindir de una descripción del resto; el grupo acabó con los monstruos, hasta el último.

Ahora, entonces.

Una vez terminada la pelea, lo que quedaba era revisar las posesiones de los goblins. “Ejem, veamos aquí. No es que espere que los goblins tengan algo que valga la pena, pero…”

Fue, por supuesto, el Explorador Enano quien se acercó, sonriendo, a los cadáveres. El joven guerrero se tambaleó por lo ágiles que eran sus grandes dedos. Pero tenía otras cosas de las que preocuparse.

Buscó en el equipaje la bolsa de agua. Cuando la encontró, miró al mago pata de cabra. “Adelante, los dos”, respondió la vieja bestia. “No me importa. ¡La belleza antes que la edad!”

“Gracias”.

El joven se dirigió ligeramente por el túnel hasta donde la chica estaba sentada en un rincón.

Cuando se acercó, ella lo miró con una expresión alegre pero tensa; parecía dudar. “…Aquí.” En lugar de señalar todo esto, se sentó a su lado y le ofreció el agua. “…Gracias, tomaré un poco.”

La chica artista marcial trató de tomar la piel, pero sus manos temblaban demasiado.

¿Fueron los nervios? ¿Terror?

“Dios, eh… Aventurarse, es… es mucho…”

“Mucho más aterrador de lo que pensabas, ¿verdad?”

“…pensé que iba a morir allí”, susurró. Luego tomó dos tragos antes de cerrar la bolsa.

“Sí, fue malo”. El joven guerrero asintió con la cabeza, dejando que la bolsa de agua que ella le pasó se enrollara en sus manos. “Yo también estaba asustado. Pero, bueno, supongo que es mejor que no tener miedo”.

“¿…lo es?”

“Si no estuvieras asustado, creo que estarías en camino a la muerte.”

Por supuesto, a veces mueres, aunque estés asustado. 

El pequeño addendum provocó un “¿Qué diablos?” de la Artista Marcial. Su sonrisa fue forzada, pero estaba ahí.

“Asustado de un montón de goblins. Ahí van mis derechos de presumir, ¿eh?” Había una nota de decepción, incluso asco, en su voz.

“Y aquí le dije a mamá y papá que iba a salir al mundo y hacer mi fortuna.”

“¿Crees que estar asustado por un Come-Rocas es mejor?”

“¿Un roca qué?” Inclinó la cabeza con perplejidad, su cabello plateado caía en cascada. No importa, hizo un gesto con una media sonrisa y un movimiento de cabeza.

Era tan completamente diferente. Diferente a ella. Diferente de su último grupo.

“De todos modos, no todo sale bien la primera vez. Mientras estés vivo, tendrás otra oportunidad”.

“…Correcto.”

Como las cosas habían sido tan diferentes, no estaba seguro de si las palabras serían un verdadero consuelo para ella. Tal vez eran simplemente lo que él deseaba que alguien le hubiera dicho.

La chica asintió con la cabeza, corta pero decidida, y para su propia sorpresa, eso le hizo… feliz.

“¡Eh, este hob tiene una carta! ¡No es que pueda leerla!”

“Ah, enanos, tan inteligentes como ustedes siendo altos. Dámelo… Hmph, eso pensé. Así que esa es la historia.”

“Si yo no puedo leerlo, no hay manera de que tú puedas… ¿lo hay?”

Junto al hobgoblin, el elfo y el enano se peleaban ruidosamente. El viejo mago, con una sonrisa de dolor en su cara, se abrió camino entre ellos. Cuando recuperó la sucia hoja de papel, asintió con la cabeza y dijo, “Ahh. Estas no son tanto letras como pictografías. Lo más probable es que signifiquen algo parecido a Esperar órdenes“.

“Pictografías… ¿Así que los goblins no saben leer?”

“No necesariamente. A juzgar por el estilo aquí, diría que fue un hechicero quien escribió esto, tal vez…”

No parecía personalmente preocupado por ello. Considerando el tamaño de la mina, tenían que estar casi terminando su expedición.

El joven guerrero, viendo toda la escena distraídamente, de repente preguntó: “Oye, ¿sabes leer y escribir?”

“¡Ni  una  palabra!”  respondió  la  chica  enana,  inflando  su  amplio  pecho  con  algo sospechosamente parecido al orgullo.

El joven guerrero sonrió. “Bueno, tal vez puedas aprender cuando tengas la oportunidad. Tú y yo, juntos”.

“¡Claro!”

Tengo que seguir adelante, un poco más. 

Eso es lo que le diría a ese monje calvo cuando el hombre regresara a la ciudad. Tal vez con unos tragos.

Una vez hecha su elección, el Joven Guerrero se puso de pie lentamente.