Genjitsushugi Yuusha No Oukoku Saikenki

Volumen 9

Extra 2: Vengo A Verte Ahora (Sonríe)

— Al final del 12º mes, 1.547º año, Calendario Continental —

Cuando Hakuya y yo entramos en la sala de audiencias, había una mujer haciendo una reverencia al final de los escalones.

“Siento la espera”, dije desde el trono. “Por favor, levante la cabeza.”

Ella levantó la cara y habló. “Lo haré. Es un honor conocerlo, Su Majestad”.

Cuando vi su rostro así, ciertamente se parecía a Excel o a Juna. Su pelo azul brillante y su figura glamurosa hablaban de sus lazos de sangre con Excel. Si había una diferencia, era el único cuerno que le salía de la frente y las alas azules de dragón que tenía en la espalda.

“¿Has estado bien, Accela Walter?” Le pregunté.

“Sí. Estoy viviendo bien con mi hijo Carl en Ciudad Dragón Rojo”, dijo la mujer con una suave sonrisa.

Se llamaba Accela Walter. Era la hija de Excel con un hombre dragonewt, la antigua esposa del general del ejército Castor, y madre de Carla y Carl. Desde que Castor había roto los lazos con ella antes de rebelarse contra mí, había estado usando el apellido de Excel. Su hijo, Carl, había heredado la Casa Vargas, pero Accela seguía divorciada.

“¿No estás resentida conmigo?” Comencé. “…Espera, no, ¿qué estoy preguntando?”

Aunque se lo preguntara, era imposible que me dijera que sí en la cara. Es que la sonrisa de Accela era tan pacífica que no pude evitar preguntar.

Accela soltó una risita al verme tan alterado. “En absoluto. Castor y Carla hicieron su elección. También soy consciente de que te esforzaste por perdonarles la vida. Carla se aseguró de decírmelo, así que, por favor, relájate.”

“O-Oh… Es bueno que digas eso.”

Qué excelente esposa. Se notaba que era la hija de Excel.

“Ahora bien, mi señor. Me han dicho que hoy tenía algún asunto conmigo”, preguntó. Asentí como respuesta. “Sí. Es sobre la reunión con Castor que solicitaste”. Ella guardó silencio.

Incluso después de haber cortado sus lazos, Accela seguía preocupada por Castor y Carla. Carla trabajaba en el castillo, así que cuando Accela fuera al castillo en lugar de Carl, podría encontrarse con ella accidentalmente, sí, sólo accidentalmente. Sin embargo, para Castor, que estaba bajo la custodia de Excel, eso no funcionaba.

Aunque había espacio para simpatizar con su complicada situación, Castor era un traidor que se había rebelado contra mí. Aunque ya lo había castigado, no sería correcto que se reuniera con Accela y Carl, que se habían librado del castigo por asociación gracias a que había cortado los lazos con ellos.

Por eso no había permitido que se reunieran… hasta ahora.

“Obviamente, no puedo dejar que Carl se reúna con él, pero si sólo son ustedes, lo permitiré”, dije.

“¡¿Lo dices en serio?!”

“Sí. Hakuya, explícale por favor.”

“Muy bien”. Hakuya se inclinó y dio un paso adelante para hablar. “El otro día, los esfuerzos de Sir Castor lograron capturar un barco armado de la Unión del Archipiélago del Dragón de Nueve Cabezas. Gracias a ello, pudimos recibir de la tripulación capturada una valiosa información sobre la situación dentro del archipiélago. En reconocimiento a esta hazaña, permitiremos que Sir Castor y usted se reúnan.”

No fue tanto que me decidiera a aceptarlo, sino que llegó la justificación que había estado esperando. Castor me juró lealtad ahora, pero se había rebelado una vez. Para que los vasallos inferiores aceptaran que se le permitiera ver a su familia, era absolutamente necesario recalcar que eso ocurría sólo por mi gracia.

Parece que Accela lo entendió, y se arrodilló e inclinó la cabeza profundamente. “Gracias. Nunca olvidaré el favor que nos haces.”

Esto era para mostrar su comprensión de que era un favor, para mostrar admiración y para demostrar que no albergaba ninguna mala voluntad.

Ahora bien, eso fue suficiente formalidad. Hice que Accela se pusiera de pie. “Investigaré los días libres de Castor y te lo haré saber. Deberías ir uno de esos días.”

“Ah, sobre eso, tenía una petición”, dijo ccela, que ahora estaba de pie. ¿Una petición?

“¿Qué podría ser?” Pregunté.

“¿No podrías decirle a Castor que me han permitido reunirme con él? Quiero sorprenderle con una visita repentina.”

Entiendo, una sorpresa, ¿eh? Qué esposa tan encantadora.

“Muy bien. Estoy seguro de que Castor se sorprenderá.”

“Hee hee, estoy segura. Cuanto más tenga que sentirse culpable, más lo hará.”

Accela tenía una sonrisa muy serena mientras decía eso… no sé, se suponía que era una sonrisa, pero era extrañamente intensa. Juna también ponía esa cara a veces.

“¿Sentirse culpable por…?” Repetí. “¿Castor ha hecho algo?”

“Nada importante, pero mamá me cuenta cosas.”

“En… Entiendo…”

Castor… No sé lo que has hecho, pero tienes mis condolencias. He aprendido lo aterrador que es enfadar a una mujer de sangre de Excel.