Genjitsushugi Yuusha No Oukoku Saikenki

Volumen 9

Extra 1: El Jinete De La “S” Se Une

“Me ha atrapado”, se quejó Excel. “Bien hecho, Juna”.

En la góndola de regreso al Reino de Friedonia desde el Reino de Lastania, Excel murmuraba para sí misma. Eso era porque Juna no había subido a la góndola que había venido a buscarla. En su lugar, Juna se había escabullido al lado de Souma.

“Bueno, la hermana mayor Juna debe estar molesta por tener que mantener el fuerte todo el tiempo, ¿no crees?” ofreció Roroa, tratando de apaciguarla. Ella estaba a bordo de la misma góndola. “Estoy segura de que estaba fuera de sí por la preocupación, esperando sola a que todos nosotros volviéramos.”

Excel giró la cabeza hacia un lado con malicia. “Si eso fuera todo, yo también podría haber ido. ¡Pero esa chica me echa, y luego se queda ella! No es justo.”

“Espera, ¿por qué estás molesta, duquesa Walter? Te has estado insinuando a Queridito porque disfrutas viendo nuestras reacciones, pero no estás planeando hacerlo tuyo, ¿verdad?”

En silencio, Roroa agregó, Si realmente estás planeando eso, vamos a tener que considerar algunas medidas de nuestra parte…

Pero Excel dejó escapar un suspiro de resignación. “Bueno, en eso tienes razón. Tus respuestas son tan deliciosamente inocentes que no puedo evitarlo.”

“¿Está bien que me enfade ahora?” replicó Roroa.

Excel se rió. “Lo siento. Para nosotros, las razas longevas, lo que más odiamos es el aburrimiento. Para evitar cansarnos de nuestras largas vidas, la clave es disfrutar cada día lo mejor que podamos, pero al pasar cada día sintiéndonos obligados a disfrutarlo, podemos cansarnos de la vida también.”

“¿Es así como terminaste con una personalidad tan hedonista?” preguntó Roroa con suspicacia.

Excel le dio la sonrisa más encantadora. “Sí. En ese sentido, sus reacciones son siempre tan inocentes, y tan divertidas.”

“No lo hacemos exactamente para divertirnos…”

“Hmm. Creo que puedo entender eso”, dijo una voz repentina desde al lado de ellos.

“¡¿Uwah?!”

Roroa se sobresaltó.

La que se entrometió en la conversación era la súper sádica sirvienta principal del castillo, Serina. Ella también estaba a bordo de esta góndola para regresar al reino, junto con Poncho y Komain.

“Hacer que chicas serias como Liscia o Carla lleven los trajes más humillantes, y luego verlas retorcerse, es muy divertido”, dijo Serina agradablemente.

“¡¿Qué dices, así de repente?!”, exclamó Roroa, pero Serina no se inmutó.

“Es la brecha lo que me gusta. El hueco.”

“Vaya, parece que lo entiendes de verdad”. Para Roroa decía barbaridades, pero Excel parecía impresionada. “Cuanto más seria sea la chica, mejor será la respuesta que te dé”

“Sí. La expresión que ponen cuando se ven atrapadas entre su ideal y su situación actual es simplemente exquisita.”

“Cuando quieren hacerse las fuertes, pero no pueden… ¿es eso?” Las dos bellezas compartieron una risa.

Roroa se sintió completamente desanimada por las dos, y se retiró más cerca de los otros dos pasajeros.

“Oye, oye, te llamas Komain, ¿verdad?” preguntó Roroa.

Al ser abordada por la candidata a convertirse en la tercera reina primaria, Komain respondió con una voz diminuta. “Ah, sí. ¿Qué pasa, Lady Roroa?”

“Estás con la jefa de la limpieza todo el tiempo, ¿verdad? No te están acosando, ¿verdad?”

Komain la miró sin comprender, ladeando la cabeza. “Acosada… ¿es así? No he experimentado tal cosa.”

Los ojos de Roroa se abrieron de par en par. “¿Eh? ¿No te hace llevar vestidos de sirvienta con volantes o algo así?”

“¿Te refieres a la ropa bonita? No pensé que me quedaran bien, pero Sir Poncho dijo que eran lindos, así que los uso de vez en cuando.”

“¡Así que eres sincera con tus sentimientos!”, replicó Roroa a su pesar.

Eso tenía sentido. Por lo que dijo Serina, ver a las chicas serias actuar con vergüenza era lo que le hacía cosquillas a su pequeño corazón sádico. Komain era seria, pero llevaba el disfraz sin resistirse, lo que no sería satisfactorio para Serina.

Komain dio una palmada. “Oh, pero cuando me los pongo, le pido a Serina que se los ponga conmigo.”

“¡¿Eh?! ¿La jefa de las doncellas, llevando un vestido de doncella con volantes?”

¿Serina, que siempre usaba faldas largas que la cubrían, con un vestido de doncella con volantes? La mandíbula de Roroa se cayó al ser incapaz de imaginar la escena.

“Cuando lo hacemos, Serina tiene su expresión fría de siempre, pero es linda la forma en que sus mejillas están un poco rojas”, dijo Komain alegremente.

Un pensamiento repentino se le ocurrió a Roroa. ¿Tal vez esta chica sea la S más fuerte de todas? ¿Y ella es una natural que no es consciente de ello?

Las cosas que imaginó hicieron que Roroa se estremeciera.

Por cierto, Poncho era incapaz de seguir el ritmo de la conversación, y se limitaba a limpiarse el sudor de la frente.