Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 11

Capítulo 2: La Empleada Doméstica Y La Estudiante Del Internado

AQUELLA TARDE, volví a casa con Norn y Aisha de la Universidad de Magia.

Ambas habían hecho un examen escrito estándar. Era un examen general, que se hacía a la mayoría de los posibles estudiantes, independientemente de su edad. Algunas secciones abarcaban varias materias académicas, mientras que otras cubrían las seis disciplinas fundamentales de la magia. No se parecía en nada al examen que me habían hecho a mí, pero era de esperar.

En cualquier caso, Aisha había aprobado su examen.

El Reino de Ranoa tenía algunas diferencias culturales fundamentales con respecto a Millis. Estaba bastante seguro de que el plan de estudios que enseñaban a sus hijos era al menos un poco diferente. Y, sin embargo, Aisha había sacado una puntuación perfecta en el primer examen que había hecho en este país.

Tenía que admitir que estaba impresionado. Jenius, por su parte, se había quedado tan sorprendido al ver que una niña de diez años obtenía tan buenos resultados que se había ofrecido a admitirla como alumna especial, bajo ciertas condiciones. Pero, por supuesto, eso no era lo que le había prometido a mi hermana.

“Muy bien, entonces. He cumplido mi parte del trato”. anunció Aisha triunfalmente cuando entramos en la casa. “¡Ahora soy oficialmente tu sirviente, Rudeus!”

“¿De verdad quieres convertirte en la criada de la familia, entonces? ¿Aunque seas parte de la familia?”

“No, no. Soy tu criada, no la de la familia”.

Así que su objetivo era… ser la sirvienta personal de su hermano. Eso me pareció un poco extraño, pero ahora no podía echarse atrás en el trato.

“Bueno, está bien. En ese caso, eh… asegúrate de hacer lo que te diga a partir de ahora, ¿de acuerdo?”

“¡Pero por supuesto! Estoy a su disposición, Maestro”.

Era un poco agradable escuchar que una chica me llamara así por una vez, en lugar de Zanoba. Si no fuera mi hermana pequeña la que lo dijera, probablemente me habría emocionado.

Dejemos de lado el hecho de que actualmente era un hombre casado.

“Dicho esto, mantengamos la mente abierta sobre tu futuro”, dije. “Si acabas queriendo estudiar algo, sólo tienes que decírmelo”.

“Bueno, estoy segura de que hay algunas cosas que todavía tengo que aprender. Quizá sea tan amable de enseñarme personalmente, joven maestro…” Llevando un dedo a los labios, Aisha me dirigió la mirada.

La entendí, pero decidí que lo más fácil era hacerme el tonto. Si alguna vez la niña me pedía que le enseñara a hacer bebés, tendría que sentarla y darle una completa clase de educación sexual. Sin ninguna demostración práctica, por supuesto.

“Por cierto, ¿hay alguna razón por la que me llamas ‘maestro’ de repente?”

“Bueno, a partir de ahora voy a ser su sirviente, señor. Es natural que me dirija a usted apropiadamente”.

Oh, genial. Ahora había vuelto al ridículo lenguaje formal.

“Me gustaba más cuando me llamabas simplemente Rudeus, para ser sincero. ¿No podemos seguir con eso?”

“Lo siento mucho, pero necesito mantener al menos una apariencia de profesionalidad”.

La chica tenía un sólido vocabulario. No es de extrañar que le haya ido tan bien en ese examen.

No tiene sentido insistir en el tema por ahora. Sylphie podría mirarme un poco raro durante un tiempo, pero sentía que Aisha se había ganado el derecho a hacer lo que quisiera. “De acuerdo, entonces. Asegúrate de consultar a Sylphie antes de aceptar cualquier trabajo para ti, ¿entendido?”

“Por supuesto. Mi madre me enseñó todo sobre los deberes de una criada, te lo aseguro. Déjalo todo en mis manos”.

Cruzando las manos delante de ella, Aisha hizo una profunda reverencia ante mí. Al parecer, ahora tenía una hermana pequeña doncella. Tuve que admitir que las palabras tenían un sonido extrañamente poderoso…

De todos modos, sonaban mejor que empleada doméstica o abandonada. Que es probablemente como la habrían llamado en Japón.

***

Los resultados de Norn habían sido completamente ordinarios.

Por lo que me dijo Jenius, había sacado una puntuación ligeramente inferior a la media para su edad. Para ser justos, la niña se había pasado un año entero viajando a esta ciudad, y luego yo le había hecho un examen antes de que tuviera tiempo de orientarse.

Probablemente le habría ido mucho mejor si hubiera organizado primero unas cuantas sesiones de tutoría. En otras palabras, lo había hecho bien… excepto en comparación con Aisha.

No vi la necesidad de darle demasiada importancia a esto. Tendríamos que ayudarla a mejorar poco a poco. Puede que nunca llegue a ser la mejor de su clase, pero ¿qué importa? Mientras aprendiera las habilidades básicas que necesitaba para desenvolverse en la sociedad, eso era suficiente para mí. No hace falta destacar entre la multitud para vivir una vida feliz y satisfactoria.

“¿Tienes alguna idea de lo que te gustaría estudiar, Norn?” Pregunté.

Mi hermana no respondió. Volvió a agachar la cabeza, haciendo un ligero mohín mientras evitaba mi mirada. No parecía que se sintiera atraída por mí. Esperaba poder romper el hielo entre nosotros, pero no tenía ni idea de por dónde empezar.

“No conozco todas las opciones tan bien de la cabeza, supongo”, dije. “Pero creo que normalmente se empieza con dos o tres años de clases generales antes de tener que elegir un departamento, de todos modos. La Universidad tiene un montón de cursos introductorios interesantes, así que tal vez puedas probar unos cuantos y ver si hay alguna asignatura que te guste. Ah, y si no hay nada que te interese especialmente, siempre puedes optar por la magia curativa. Nuestra madre también era sanadora, ¿recuerdas? No hay muchos sanadores en estos lugares, así que podrías conseguir un trabajo fácilmente una vez que te gradúes”.

Norn no respondía a nada de lo que yo decía, así que acabé parloteando un buen rato en esta línea. Finalmente, me di cuenta de que me miraba con una expresión que sugería que quería hablar. Cerré la boca y esperé.

“Creo que quiero probar a vivir en los dormitorios de allí”.

Su voz era tensa y ansiosa, pero había conseguido sacar las palabras. Me tomé un momento para pensar en lo que había dicho.

“¿Los dormitorios, eh…?”

Habría sido bastante fácil negarme rotundamente, pero resistí el impulso. Evidentemente, había necesitado mucho valor para plantear el tema.

Mi reacción inicial fue que era demasiado joven. Las niñas de diez años no suelen salir por su cuenta. Sin embargo, vivir en las residencias universitarias no era lo mismo que alquilar una casa propia. Para empezar, casi siempre tenías un compañero de habitación.

Norn no conocía a casi nadie en esta ciudad, y no tenía ningún amigo. Si viviera en la residencia, eso podría cambiar rápidamente. Su edad podría ser un problema en ese sentido, pero la Universidad estaba abierta a estudiantes de todas las edades. Sabía que había algunos chicos incluso más jóvenes que ella viviendo allí.

Los dormitorios eran un entorno seguro con algunas reglas bastante claras que todos debían seguir. Incluso un niño de la edad de Norn podía vivir cómodamente allí, en teoría.

Personalmente, me hubiera gustado conocer mejor a mi hermana viviendo con ella. Pero por lo que parece, obligarla a quedarse podría hacer que se resintiera aún más de lo que ya estaba.

En mi vida anterior, pasé muchos años encerrado. Me negaba a relacionarme con el resto del mundo y me encerraba en mi habitación.

Durante un tiempo, mi familia intentó todo tipo de planes para llegar a mí. Me tentaron con regalos caros, me compraron comida deliciosa y hablaron de mi futuro en tonos brillantes y optimistas. Y cada vez que lo hacían, me alejaba más de ellos. Era como si me vieran como un animal que necesita ser entrenado, en lugar de un ser humano.

No quería que Norn se sintiera así. No quería que se sintiera atrapada aquí. No quería que ambos estuviéramos  en vilo todos los días, tratando de leer el estado de ánimo y los pensamientos del otro.

Tal vez sería mejor para mí vigilarla desde la distancia. Si encontrara un lugar en el que se sintiera un poco más cómoda, tal vez sería más fácil que nos viéramos con claridad.

También había que tener en cuenta lo de Aisha. Tendía a ser condescendiente con su hermana. Le había advertido que tuviera cuidado, pero la mitad de las veces ni siquiera parecía ser consciente de que lo estaba haciendo. Arreglar eso iba a ser un proyecto a largo plazo. Mientras viviera en esta casa, Norn estaría constantemente expuesta al desprecio de su hermana. Y me vería a mí, el hermano que despreciaba, todos los días.

Además, tanto Aisha como yo teníamos algunos talentos naturales poco comunes. Yo no me consideraba un mago de talla mundial ni nada parecido, pero la mayoría de la gente me consideraba muy hábil.

Es difícil crecer “normal” en una casa donde tus hermanos son excepcionales. Yo mismo había pasado por eso la última vez.

En el peor de los casos, podía llegar a imaginar a Norn huyendo de casa algún día. Y sabía lo mal que podría resultar eso, especialmente para una chica joven. Algún bastardo enfermo podría acogerla y empezar a exigirle favores o algo así. En comparación con eso, ahora estaría mucho mejor mudándose a un dormitorio seguro.

Sylphie también pasaba mucho tiempo en esos dormitorios. Volvía a quedarse aquí cada tres noches, pero entre esas visitas se quedaba con la princesa Ariel. Si surgía algo, estaba allí para ayudar a Norn, y afortunadamente, a Norn parecía gustarle. Quizá se habían sincerado en el baño aquella primera noche o algo así.

Cuanto más pensaba en esto, más me parecía una idea decente.

Diez años era una edad temprana para vivir en un dormitorio… pero la experiencia podría ser buena para ella. Tendría que aprender a socializar y cooperar con otros niños de su edad.

“De acuerdo, Norn. Si eso es lo que quieres, creo que puedo arreglarlo. Presentaré la solicitud por ti”.

“Espera, ¿¡qué!?”, gritó Aisha, con la boca abierta por la incredulidad. “¿Por qué la dejas hacer lo que quiere? Ni siquiera ha sacado una buena nota”.

No se puede hablar de profesionalidad. Se le debió olvidar en algún momento de los últimos cinco minutos.

“Aisha, yo…”

“¡He trabajado muy duro para esto, Rudeus! No es justo”.

Podía entender de dónde venía Aisha. Desde su perspectiva, debe haber parecido que yo estaba jugando a los favoritos con Norn. Para Aisha, se había ganado el derecho a hacer lo que quería al obtener una puntuación perfecta en su examen. Tenía que suponer que había estudiado mucho en secreto durante la última semana para conseguirlo.

Norn, en cambio, no había hecho mucho, pero yo había decidido darle lo que quería de todos modos. Debía parecerme descaradamente injusto.

¿Qué habían dicho mis padres en mi vida pasada cuando yo armaba un escándalo por cosas como ésta? No lo recordaba con exactitud, pero tenía la impresión de que la mayoría de las veces eran variaciones de “Harás lo que te digan” o “Sabemos lo que es mejor para ti, jovencito”.

¿Esas palabras me habían satisfecho alguna vez? Pues no.

Entonces, ¿el enfoque severo funcionaría con Aisha? No. Probablemente no.

Era una niña muy inteligente, por supuesto. Si le explicaba mi razonamiento en detalle, podría entender… ¿tal vez? ¿Si tenía suerte?

No podía hacer daño tratar de hablar de esto, al menos.

“Aisha, no estoy recompensando a Norn por nada. Sólo lo he pensado y he llegado a la conclusión de que vivir en los dormitorios podría ser lo mejor para ella”.

“Pero…”

“Norn no conoce a nadie en esta ciudad todavía, y… no creo que le guste mucho estar cerca de mí tampoco, por desgracia. No quiero tenerla atrapada en esta casa si se va a sentir miserable aquí”.

“Pero papá… ¡Papá dijo que debíamos vivir juntos!”

Hm. Ese era un punto aceptable. Ahora me sentí tentado a retirar todo lo dicho.

No, no, eso no estaría bien. Mi trabajo aquí no era seguir mis órdenes de marcha ciegamente. Paul cometió muchos errores, ¿verdad? Mi juicio no era perfecto, por supuesto, pero tenía que confiar en él por ahora.

“Todavía voy a cuidar de ella, por supuesto. Los dos son mi familia, y estoy aquí para ti pase lo que pase. Pero parece que Norn no es feliz aquí, y creo que vivir en los dormitorios podría ayudarla a encontrar su equilibrio.”

“…”

Ahora era el turno de Aisha de agachar la cabeza en silencio sombrío. Por alguna razón, había lágrimas en sus ojos.

“¿Estás siendo más amable con ella porque mi madre es sólo la amante?”, dijo.

La pregunta me tomó completamente por sorpresa. Sin embargo, en cuanto escuché la palabra “amante”, supe que nos encontrábamos en un territorio peligroso.

“Lilia no es una amante, Aisha. ¿Quién te dijo que lo era? ¿Fue papá? Espero que no haya sido Norn”.

“¡Mamá lo dijo ella misma! Y… la abuela de Norn también lo dijo…” Las lágrimas rodaban ahora por su cara.

Lilia y la abuela de Norn… Así que la familia de Zenith, entonces.

Una cosa era que Lilia se rebajara. Sabía que aún se sentía culpable por todo el asunto. Por eso, conscientemente, había seguido desempeñando el papel de la doncella de la familia, en lugar de actuar como la igual de mi madre.

Tal vez era natural que esperara que Aisha se comportara de la misma manera con Norn, la hija de Zenith. Tenía que suponer que Paul trataba a sus dos hijas de la misma manera. Pero en la mente de Lilia, al menos, las dos no eran iguales.

En cuanto a la familia Latria… Por lo que había oído, eran una casa aristocrática con una historia muy larga. Sólo había conocido a mi tía, Therese, que no era una mala persona, pero como grupo, probablemente tenían unas ideas muy fijas sobre el adulterio y el estatus social.

Probablemente habían adorado a Norn mientras ignoraban a Aisha por completo. Después de todo, no estaban emparentados con ella por sangre.

Lógicamente, me resultaba difícil culparlas a ellas o a Lilia por sus acciones.

“¿Te gusta más ella… porque sólo soy tu hermanastra…? Hic…” Aisha estaba sollozando ahora, frotando sus puños contra su cara arrugada.

Pero fueran cuales fueran sus razones, seguían haciendo daño a una niña inocente.

Había estado operando bajo algunas suposiciones erróneas. Ninguna de mis hermanas iba a ser fácil de cuidar.

“Aisha, nunca he pensado en Lilia como la amante de mi padre. Y en lo que a mí respecta, tú y Norn son mis hermanas, simple y llanamente”.

“Pero yo… estudié tanto para ese examen… me esforcé tanto… y Norn sólo… sólo consigue…”

Entre mocos, Aisha balbuceó más quejas.

Así que había estudiado en secreto para el examen. Debe haber sido… estresante. Después de todo, sólo le había avisado con una semana de antelación. Obviamente se había ganado esa puntuación perfecta.

“Escucha, Aisha”.

“¿Qué?”

“Puede ser difícil para mí explicar esto, pero lo entiendo. Sé que has trabajado muy duro, y estoy orgulloso de ti. Por eso acepté que hicieras lo que querías”.

“Pero dijiste… dijiste que Norn puede ir a vivir a los dormitorios, y ella…” Aisha moqueó fuertemente en este punto, dejando temblar su labio inferior. Era una técnica eficaz, pero no me eché atrás. En realidad, no estaba siendo injusto aquí.

“Eso es diferente, Aisha. Estoy tomando esto sobre una base de caso por caso, ¿de acuerdo? Si me dijeras que quieres irte a vivir a los dormitorios ahora mismo, tendrías mi permiso para hacerlo. Pero si Norn dijera que quiere quedarse aquí y hacer las tareas domésticas en lugar de ir a la escuela, no lo permitiría. Te has ganado el derecho a hacerlo con tu puntuación en ese examen”.

Aisha frunció el ceño y guardó silencio.

Y tras una pausa dolorosamente larga, finalmente respondió: “De acuerdo”. Estaba claro que mis argumentos no la habían satisfecho, pero al final los había aceptado.

Norn se limitó a mirar en silencio, sin parecer especialmente feliz.

Por lo menos, sentí que empezaba a comprender la situación. La familia de Zenith había tratado a Aisha como la hija ilegítima de la amante de Paul, y Aisha había canalizado eso para tratar de ser mejor que Norn en todo. Mi padre probablemente no las había tratado de forma diferente, pero las circunstancias seguían abriendo una brecha entre ellas. Su relación se había torcido mucho antes de llegar a mí.

Sin embargo, la familia Latria estaba muy lejos de nosotros ahora. Nadie en esta ciudad iba a despreciar a Aisha por quién era su madre. Mientras yo desempeñara mi papel con cuidado, este problema acabaría desapareciendo.

“Por cierto, Norn, hay una condición en esa oferta. Quiero que vengas a visitarnos aquí una vez cada diez días, como mínimo”.

Norn frunció el ceño ante esto. “¿Por qué?”

“Porque estoy preocupado por ti”.

Además, tenía la responsabilidad de vigilarla. No me sentiría muy bien si le dijera a Paul que he metido a su querida hija en una residencia y luego me he olvidado de ella.

“…De acuerdo, entonces”. Aunque parecía muy reacia, Norn al menos aceptó.

***

Ahora que por fin habíamos elaborado un plan inicial, era el momento de reorganizar nuestras vidas para acomodarlo.

Conseguí que Norn se inscribiera en la Universidad de la Magia y solicité que le aseguraran un lugar en los dormitorios. Por supuesto, también le expliqué la situación a Sylphie y le pedí que ayudara a Norn si tenía algún problema allí.

“¿Qué? ¿De verdad vas a apartar a Norn de esa manera?” Sylphie se mostró crítica con mi plan al principio. Su primer impulso fue mantener a Norn en nuestra casa para que pudiéramos colmarla de cariño hasta que empezara a confiar un poco más en nosotros. No era una opción descabellada, pero basándome en lo incómoda que se había visto Norn en esa primera semana, no podía convencerme de que fuera nuestra mejor opción.

“Creo que Aisha y Norn podrían estar mejor viviendo por separado durante un tiempo”, dije. “Parece que la familia de mi madre le hizo pasar un mal rato a Aisha por ser la hija de una ‘amante’, ¿sabes? No quiero alejar a Norn, pero creo que ambas necesitan un poco de espacio en este momento”.

“Hmm… Bueno, no sabía nada de eso. Muy bien, entonces. Supongo que tendré que vigilar a Norn siempre que pueda”.

Sylphie no estaría allí todos los días, pero era mejor que nada. Con suerte, todo esto funcionaría para bien.

***

Aisha, por su parte, asumió rápidamente su nuevo papel de empleada doméstica.

Y lo hizo muy bien. En cuanto empezó a encargarse de las tareas domésticas, nuestra vida se hizo notablemente más fácil. Ya se encargaba de la limpieza y de la lavandería, lo que básicamente significaba que todas mis tareas habían desaparecido. Ya no podía restregar mi cara contra la ropa interior sucia de Sylphie, pero tendría que lidiar con eso lo mejor posible.

Sylphie seguía encargándose de la compra y de la cocina, al menos. Ese era un papel que quería mantener. Pero Aisha siempre estaba allí para ayudarla.

Aparte de estas tareas principales, mi nueva doncella también empezó a ocuparse de una serie de cosas que nunca se me habían ocurrido. Por ejemplo, fue a saludar a nuestros vecinos y se encargó de limpiar la chimenea. La chica era muy lista y, además, muy trabajadora.

Destacaba en todo lo que se proponía y nunca la vi cometer un error importante. Me imagino que le costaba mucho trabajo mantener esa imagen de perfección.

Por la razón que fuera, parecía que se tomaba en serio lo de ser doncella a tiempo completo. Cuando estaba en el trabajo, dejaba de lado el acto de hermana pequeña pegajosa y se convertía en una profesional casi robótica. El entrenamiento de Lilia había sido obviamente muy completo.

En general, Aisha pasaba la mayor parte de sus horas de trabajo ayudando en la casa. Cuando llegábamos a casa, ayudaba a Sylphie con la cena o me ayudaba a preparar el baño.

Cuando nos bañábamos, nos tendía una muda de ropa y luego cepillaba el pelo de Sylphie. Y las noches en que Sylphie volvía a salir para su turno de noche, le llevaba el abrigo a la puerta y la despedía con una cortés reverencia.

Sylphie, que no estaba acostumbrada a que la mimaran de esa manera, reaccionaba con incomodidad a la atención de Aisha. Siempre era divertido verlas interactuar.

Cuando teníamos invitados, Aisha también se aseguraba de mantenerlos contentos y entretenidos. No es que esto ocurriera muy a menudo. La única persona que había pasado por aquí recientemente era Nanahoshi, que quería agradecerme formalmente mi ayuda anterior.

Al parecer, había pedido algo para mí como recompensa: el círculo mágico para un hechizo de invocación específico que podría serme útil. Prometió entregármelo y explicarme cómo utilizarlo antes de pasar a la segunda fase de sus experimentos.

Aisha no dejó pasar la oportunidad de prodigar su hospitalidad a nuestro invitado. Había preparado un baño para Nanahoshi, le había preparado una muda de ropa e incluso le había ayudado a lavarse allí adentro.

Nanahoshi parecía claramente molesta por tanta atención. Cuando se marchó, me dijo algo sobre el “monstruo” que era yo por “hacer trabajar a mi propia hermanita”.

Creo que prefería que sus baños fueran tranquilos, silenciosos y solitarios. Tendría que acordarme de pedirle a Aisha que le diera algo de intimidad allí la próxima vez.

La chica ni siquiera se relajó después de la cena. Cuando me instalaba en la sala de estar, se afanaba en mantener el fuego encendido o en traerme bebidas calientes.

Para ser sincero, me resultaba un poco extraño tener a mi propia hermana actuando como mi sirvienta personal. Pero Aisha parecía estar contenta con el acuerdo, así que estaba dispuesto a dejar que las cosas siguieran así durante un tiempo. No quería obligarla a hacer nada que no quisiera.

Sin embargo, después de llegar a esta conclusión, recordé mi teoría de que tu capacidad de maná está parcialmente determinada por lo mucho que usas la magia cuando eres niño. Si Aisha no iba a ir a la escuela, al menos podría darle un poco de entrenamiento en magia.

A los diez años, su capacidad de maná probablemente no iba a cambiar mucho, pero tampoco estaba grabada en piedra. Y también sería mejor que supiera al menos magia ofensiva de nivel intermedio.

Los hechizos de principiante eran suficientes para una persona normal y corriente que llevara una vida tranquila, pero los de nivel intermedio eran más útiles si alguna vez tenía que defenderse.

“Aisha, ven aquí. Vamos a practicar magia un rato”.

“¡Ooh! ¿Me vas a enseñar, Rudeus? ¿De verdad?”

Aisha trotó hacia mí con una gran sonrisa en la cara. A pesar de su disciplina, la niña tendía a dejar caer el carácter de “doncella de cabeza fría” cada vez que se emocionaba por algo. Todavía le faltaba mucho para estar a la altura de Lilia.

“Sí, creo que es una buena idea que aprendas un poco más. Sé que tal vez no estés tan interesada, pero…”

“¡Pero lo estoy! Por supuesto que sí”, dijo, saltando en mi regazo. “¡Por favor, adelante!” La chica podía ser muy simpática cuando quería.

Nuestra primera sesión de tutoría fue productiva. Aisha ya tenía un buen conocimiento de los fundamentos; no se había tomado el tiempo de aprender los hechizos intermedios, pero tenía la sensación de que podría haberlos aprendido bastante rápido con el libro de texto adecuado. Sin embargo, no era capaz de hacer hechizos silenciosos. Probablemente era demasiado tarde para aprender esa habilidad en particular.

Esa noche, Aisha se subió a mi cama y me preguntó: “¿Puedo dormir contigo esta noche, Rudeus?”.

Después de haberla visto romper en llanto el otro día, no me atreví a decir que no. Y no era como si pudiera hacer algún daño, de todos modos.

“Claro que sí. Vamos”.

Sin rechistar, aparté las mantas y le hice sitio.

Aisha era más pequeña que Sylphie, por supuesto, pero también más cálida. En un clima tan frío como éste, nunca está de más tener otra almohada caliente y abrazable en la cama.

Por supuesto, todo esto era puramente inocente. Aparte del hecho de que era mi hermana, también era sólo una niña. Parecía haber aprendido algunos dobles sentidos en algún momento, pero probablemente no los entendía realmente. No había razón para sentirse demasiado incómodo con nada de eso.

Si Aisha acababa desarrollando algún tipo de enamoramiento por mí, sólo tendría que convencerla de que lo dejara. No sé si los besos entre hermanos eran intrínsecamente inmorales o algo así, pero me gustaba mi familia tal y como era.

***

Y así fue como las cosas generalmente fueron en las noches que Sylphie estaba fuera.

El  verdadero  problema  surgió  en  la  siguiente  noche  que  mi  esposa  estaba  cerca.

Concretamente, cuando nos metíamos en la cama juntos.

Ahora que mis hermanas pequeñas vivían con nosotros, había decidido aplazar nuestras actividades íntimas por un tiempo. Pero cuando tenía a una hermosa mujer tumbada a mi lado, me resultaba imposible resistirme.

Normalmente, podría haberme contenido. Pero normalmente, tenía la oportunidad de desahogarme por mi cuenta. Por desgracia, Aisha tendía a seguirme por toda la casa. No tenía privacidad estos días, y no iba a empezar a darme placer en los baños de la escuela o algo así. La idea era algo deprimente, especialmente para un hombre felizmente casado.

Incapaz de encontrar una buena solución, acabé dejando que las cosas se acumularan durante bastante tiempo. Yo era un hombre joven y lleno de energía. Después de una semana sin ninguna liberación, estaba a punto de explotar. Y justo a mi lado, había una linda mujer. Una mujer guapa que me amaba, que nunca decía que no y que había prometido seriamente tener mi bebé.

La idea de contenerme parecía ridícula. Así que no lo hice.

“Uf…”

Sin embargo, acabé pasándome un poco. Había cerrado la puerta de antemano y utilizado algo de magia de tierra básica para amortiguar los sonidos, pero… con suerte Aisha no se había asomado por el ojo de la cerradura ni nada parecido.

“Vaya, hoy has estado… muy bien, Rudy…”

Para cuando terminó, Sylphie estaba agotada. Estaba empapada de sudor y tenía el cabello revuelto de una manera muy seductora.

Después de unos minutos de charla con la almohada, nos limpiamos con toallas, nos pusimos nuestra ropa de dormir habitual y nos sentamos juntas en la cama.

Nuestras ropas de dormir eran de un tejido suave y cómodo, pero tenían un aspecto un poco simple, más parecido a un chándal que a un pijama.

Sylphie parecía pensar que el suyo no era demasiado favorecedor, pero yo personalmente no estaba de acuerdo. Cuando la miré sentada en la cama, me pareció que había metido a una chica del equipo de atletismo en mi habitación o algo así. La falta de sensualidad explícita sólo la hacía más excitante.

No se conseguiría este efecto con lencería roja llamativa, como el conjunto que tenía Eris. O con una chica con más curvas como Linia o Pursena. La ropa más sencilla sólo funcionaba en Sylphie, por alguna razón.

“…”

“¿Hm? ¿Qué pasa, Rudy?”

En algún momento, mientras pensaba todo esto, había empezado a recorrer con mis manos el esbelto cuerpo de mi mujer desde atrás.

Me gustaba mucho su cuerpo. Sylphie no era la más curvilínea, pero tampoco era plana. Casi no tenía grasa, pero seguía siendo suave al tacto. Sólo con tocarla así fue suficiente para que mi pararrayos apuntara hacia el cielo.

“Uh… ¿quieres más?”

“No, no. Tienes, eh, trabajo mañana y todo. Estaré bien. Sólo déjame… ¿frotarte el pecho por la mañana? ¿Por favor? Estaré bien”.

“No seas tonto. No hace falta que te contengas”. Sylphie se recostó en la cama, abrió las piernas y me sonrió tímidamente. “Ven, Rudy”.

Mi autocontrol se desmoronó instantáneamente en sus componentes y desapareció en el viento. La palabra restricción ya no tenía ningún significado para mí. Me quité la ropa bruscamente, junté las manos y ejecuté un hermoso salto de cisne hacia mi esposa que me esperaba.

***

Continuando, entonces…

Norn había estado bastante dócil durante los últimos días mientras nos preparábamos para su traslado a los dormitorios de la escuela. No me decía casi nada, pero tampoco era hostil. Venía cuando la llamaba y escuchaba cuando le pedía que hiciera algo. Pero no parecía que nos estuviéramos acercando.

Todavía esperaba mejorar nuestra relación, por supuesto. De hecho, el otro día intenté invitarla a bañarse conmigo, pensando que podría ser una buena forma de romper el hielo. Desgraciadamente, ella sólo hizo una mueca y dijo: “No”.

Aisha entró rápidamente en su habitación y se ofreció a acompañarme. Acabó lavándome la espalda y dándome un buen masaje.

Esa chica podía hacer cualquier cosa que se propusiera. Incluso se le daba bien enjuagar a la gente… no es que quisiera que siguiera una carrera en la que eso fuera relevante.

***

En pocos días, conseguí finalizar los trámites para la inscripción de Norn en la Universidad. Su compañera de habitación era una estudiante de cuarto año, como Nanahoshi. Esperaba que fuera de quinto o sexto año, ya que conocía a más gente en esas clases.

La chica también resultó ser algo así como una híbrida de loro y humano. Tenía una cresta grande y colorida en la cabeza que se movía cuando estaba emocionada o molesta. No estaba seguro de si su pueblo era un demonio o una bestia, pero realmente no importaba. En cualquier caso, se llamaba Marissa y no había oído nada malo sobre ella.

Ahora que lo pienso, esta escuela tiene un alumnado muy diverso, con mucha gente mestiza. Tendría que recordarle a Norn que cuidara sus modales y no dijera nada que pudiera ofender a alguien.

Por cierto, intenté presentarme a Marissa. Pero cuando me acerqué a ella con una sonrisa, se estremeció de miedo y salió corriendo. Ni siquiera pude decirle una palabra. Dada esa reacción, probablemente era mejor que Norn no mencionara que era pariente mía en la escuela. Mucha gente parecía pensar que yo era el jefe de una especie de banda. Lo último que quería era que mi reputación ahuyentara a los niños para que se hicieran amigos de ella.

De todos modos, no tiene sentido preocuparse por eso ahora. Tratar de arreglar todos los problemas de Norn por ella sería demasiado prepotente. Si lo necesitaba, siempre podía recurrir a Sylphie, Luke y Ariel. Eran increíblemente populares y siempre parecían atraer a una multitud allá donde iban. Pasar tiempo con ellos podría ayudar a Norn a aprender algunas habilidades sociales.

Por otra parte… existía la posibilidad de que sus fans se pusieran celosos de ella. Pero tal vez ese era el tipo de adversidad que necesitaba para aprender a enfrentar…

Hrrm. ¿Por qué estas cosas tienen que ser tan complicadas? 

A fin de cuentas, Norn tenía que enfrentarse a esto por sí misma. Lo mejor para mí era mantenerme al margen hasta que algo saliera mal. Por ahora, mi trabajo era observar en silencio.

Sin embargo, seguía estando muy nervioso por ello.

***

Pronto llegó el día de la partida de Norn. Cuando la vi esa mañana, ya llevaba su nuevo uniforme y su bolsa.

Antes de que se fuera, le di algunas cosas importantes que debía recordar. En primer lugar, debía respetar las normas de la residencia. En segundo lugar, debía tomarse en serio sus estudios. Y, en tercer lugar, que debía ser respetuosa con los demonios que se encontrara.

Tenía muchas otras cosas que quería decir, pero me pareció mejor mantenerlo simple por ahora.

“Ah, claro. Una cosa más… Si te metes en algún problema en la escuela, asegúrate de decírnoslo a mí o a Sylphie”.

“De acuerdo”, respondió Norn en silencio, estudiando el marco de la puerta a mi lado. ¿Va a empezar a mirarme a los ojos algún día? Empezaba a sentirme algo ansioso por ello.

“Acuérdate de lavarte los dientes cuando te levantes y antes de acostarte”.

“Sí”.

“Asegúrate de bañarte también”.

“Sí.”

“Tampoco te olvides de hacer los deberes”.

“…Claro.”

Veamos, qué más… ¡Oh, claro! 

“Intenta no coger ningún resfriado”.

“…”

Bueno, ahora me estaba mirando. Eso era algo, al menos.