Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 15

Capítulo 5: Partida Y Persecución

Parte 1

 

 

Pasaron tres días desde que Rio invitó a Christina y Flora a la casa de piedra, y cinco días desde que las dos desaparecieron. La condición de Flora se había recuperado por completo y finalmente llegó el momento de partir hacia Galarc.

“Conditum”.

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Salieron de la casa de piedra por la mañana, y Rio cantó el hechizo para almacenar la casa de piedra en el Escondite del Espacio-Tiempo. El aire se distorsionó, haciendo que la enorme roca desapareciera en un instante.

“…”

Christina y Flora parpadearon sorprendidas. El Escondite del Espacio- Tiempo les había sido explicado en algún momento durante los últimos tres días, pero la realidad estaba tan alejada de lo que parecía ser sentido común, todavía tenían problemas para aceptar lo que veían.

Rio se volvió hacia ellas. “Nos vamos, ¿entonces?”

“Okay.”

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“Gracias por su ayuda, Sir Haruto”. Christina y Flora inclinaron la cabeza.

“Te llevaré de la misma manera que lo hice hace tres días… ¿Está bien?” Rio confirmó con Christina. En otras palabras, Rio llevaría a Christina en su espalda y a Flora en sus brazos.

“No me importa…” Christina asintió con un leve sonrojo, recordando el tiempo que se había aferrado a la espalda de Rio.

“Hablando de eso, ¿cómo nos trajiste aquí?” Flora había estado inconsciente hasta que entraron en la casa de piedra, así que ladeó la cabeza con curiosidad.

“Respetuosamente, llevé a la princesa Christina en mi espalda y a Su Alteza en mis brazos. ¿Estaría bien con un arreglo similar esta vez?” Rio le explicó a Flora.

“¿E-Eh? Oh, p-pero… Cierto. O-Okay. Está bien.” Flora se sonrojó de color rojo brillante por la sorpresa, pero pronto se dio cuenta de que no habría habido otra forma de que la llevaran. De hecho, había sido transportada de manera similar cuando Lucius la secuestró en Amande, por lo que no había nada por lo que ella se sorprendiera. Sin embargo, todavía era vergonzoso.

“Bueno, no tiene sentido quedarse para siempre. Princesa Christina, por favor suba primero”, dijo Rio, ofreciéndole la espalda a Christina.

“Claro… Disculpe.” Con un leve rubor en sus mejillas, Christina se subió a la espalda de Rio.

Debería estar bien hoy. Me di un baño esta mañana, así que no hay necesidad de preocuparse por mi olor, pensó para sí misma. Incluso si tuviera que aferrarse a la espalda de Rio, no tendría que lamentarse por los mismos pensamientos que la atormentaron hace tres días. Sin embargo, todavía estaba extremadamente nerviosa. ¿Podría sentir los latidos de su corazón? Esa fue una de las preocupaciones que surgió dentro de ella.

Ahora que lo pienso, en esta posición, mi pecho está constantemente presionado contra la espalda de Sir Amakawa…

Llevaba un vestido fino en este momento, por lo que la sensación era más obvia que el vestido que llevaba hace tres días.

E-Eso debería estar bien, ¿verdad? Para empezar, no soy tan grande… Sí, es mejor así. Flora es más grande que yo, después de todo…

El rostro de Christina se puso rígido en un rubor, su cuerpo se congeló dónde estaba presionado contra la espalda de Rio.

“Princesa Flora, tú eres la siguiente”.

“C-Claro”.

“Voy a recogerte”, dijo Rio, inclinándose un poco hacia adelante para colocar sus brazos debajo de la espalda de Flora y las rodillas para levantarla ligeramente.

Flora se sonrojó, mirando hacia abajo mientras yacía en los brazos de Rio. “Eek… ¿S-Soy pesada?”

“Para nada. Sus Altezas son ambas muy ligeras”.

“Gracias a Dios…” Flora suspiró aliviada.

“…” En contraste, Christina se aferró con fuerza a la espalda de Rio en silencio.

“No iré demasiado rápido, pero agárrate fuerte para que no te caigas”.

“¡Okay!” Flora respondió tímidamente pero enérgicamente.

Para el registro, el abrigo hecho de cuero de Black Wyvern se había rasgado en varios lugares durante su pelea con Lucius, por lo que Rio lo había cambiado por otro abrigo. Flora se aferró a él.

“Umm, no me importa si agarras mi abrigo, pero probablemente sería más seguro si me agarras”, señaló Rio con torpeza. Si no aseguraba la parte superior de su cuerpo agarrándolo a él, cualquier movimiento repentino podría empujarla un poco.

“¿Qué…? ¡Oh, o-okay! ¿Así?” Flora lo abrazó con nerviosismo.

“Flora, mueve tus manos hacia dónde está mi estómago”, dijo Christina desde la espalda de Rio.

“Gracias, Christina.” Flora apoyó la cara en el pecho de Rio y envolvió sus brazos alrededor de su espalda.

Debemos lucir como todo un espectáculo… Rio pensó para sí mismo, haciendo una mueca incómoda. Si bajaba un poco la mirada, vería el rostro de Flora, y el aliento de Christina estaba contra su cuello, haciéndole cosquillas ligeramente. Pero no podía permitir que eso le molestara, no había otra forma razonable de llevarlos.

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“Eso debería estar bien. Ahora, pongámonos en marcha, primera parada, el Reino de Rubia”.

Fue un esfuerzo simplemente partir, pero Rio logró partir. Pateó el suelo y fue como si a sus pies les hubieran crecido alas, levantándolo en el aire a una velocidad pausada. El paisaje a su alrededor cambió en un abrir y cerrar de ojos.

“¡W-Wow! ¡Esto es asombroso, Sir Haruto!” Flora gritó emocionada.

Mientras tanto, Christina, que había disfrutado del mismo paisaje hacía tres días, estaba con los ojos igualmente abiertos de nuevo.


“En verdad, es hermoso… Es una vista diferente a la que verías en la aeronave”, murmuró aturdida.

“Me moveré a esta velocidad, pero avísenme si es demasiado rápido”.

Su velocidad actual era de aproximadamente treinta kilómetros por hora. No fue tan rápido como la velocidad de carrera de Rio, pero se sintió más rápido de lo que realmente era. Las princesas no estaban acostumbradas a volar, por lo que esta velocidad debería haber sido la adecuada para ellas.

“Estoy bien.”

“Claro.”

Las dos miraron alrededor del cielo con gran interés mientras respondían, aparentemente cómodas.

“Por favor, disfruten el viaje desde el cielo, entonces”.

Por lo tanto, Rio y las chicas partieron hacia la capital del Reino de Galarc sin ningún problema. O eso pensaban ellos.

“Bien entonces. Es hora de que yo también me vaya”.

Observando a solo un kilómetro de ellos estaba Reiss, quien comenzó su persecución.

***

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El viaje por el cielo continuó varias horas después, con Río descendiendo regularmente para permitir que Christina y Flora descansen en el suelo.


Los frecuentes descansos fueron en parte para Christina y Flora, y en parte porque las dos no sabían la cantidad exacta de esencia mágica que tenía Rio. Les había explicado las artes espirituales, pero no les había dicho que su esencia era prácticamente ilimitada. Se habrían dado cuenta de que tenía una enorme cantidad de esencia de las muchas artes espirituales que usó durante su batalla con Lucius, pero no les había explicado nada.

“Pronto cruzaremos la frontera de Rubia. Ingresemos a la próxima ciudad que veamos para tener una idea precisa de nuestra ubicación”, les dijo Rio a los dos mientras volaba.

“Okay. Si es una  ciudad, debería tener un artefacto mágico para  la transmisión, de modo que podamos dirigirnos a la propiedad del gobernador tan pronto como confirmemos que estamos dentro de Rubia”, dijo Christina, proponiendo un plan para una vez que llegaran a la ciudad.

“Entendido.”

Minutos después, vieron una ciudad en la dirección en la que Rio volaba. Parecía ser una ciudad fortaleza, estaba rodeada por muros de piedra y un edificio parecido a un fuerte se alzaba en el centro.

“Estoy pensando en aterrizar allí. ¿Eso suena bien para todos?” Rio le preguntó a Christina.

“Sí, por favor.”

“Está bien. No puedo aterrizar en medio de la ciudad, así que bajaremos por la carretera. Será una caminata corta, así que téngalo en cuenta”, dijo Rio, luego comenzó su descenso hacia la carretera.

***

 

 

Después de una corta caminata por el camino, el grupo llegó a la ciudad fortaleza e inmediatamente se dirigió al fuerte. Era una ciudad en un reino pequeño, por lo que no era tan grande. Llegaron al fuerte después de solo unos minutos de caminata. Rio abrió el camino, seguido por Christina y Flora. Había tres guardias frente a la puerta, y uno de ellos los llamó mientras se acercaban.

“Deténganse. No se permite a los forasteros más allá de este punto. Este no es un lugar turístico. Licencia.”

Naturalmente, fueron rechazados en la puerta.

“Soy Haruto Amakawa, caballero honorario del Reino Galarc, aliado de Rubia. Deseo ver al gobernador. ¿Puedes transmitir ese mensaje?” dijo, sin tener una cita fija. Los guardias intercambiaron miradas entre ellos.

“P-Por favor, espere un momento…”

Los tres guardias les dieron la espalda y empezaron a susurrar entre ellos. Rio y las princesas llevaban actualmente ropa informal de viaje, por lo que no parecían nobles. Pero las reacciones de los guardias cambiaron en el momento en que Rio anunció su título.

“Oye, no es el Reino de Galarc…”

“Es uno de nuestros aliados, como dijo. Uno enorme también”.

“Tras una inspección más cercana, las chicas detrás de él también son realmente lindas. Deben ser damas nobles o algo así”.

“¿Sería mejor dejarlos entrar, entonces?”

“Si. Pero primero necesitaremos algún tipo de identificación”.

Los guardias se susurraron unos a otros en un corto período de tiempo, antes de dar la vuelta e interrogar a Rio cortésmente.

“Gracias por esperar. ¿Tiene alguna prueba de su identidad?”

“Sí. Este es el emblema que Su Majestad me otorgó”.

Rio sacó el emblema del bolsillo del pecho y se lo mostró. Los guardias no sabían cómo era el escudo de la familia real de Galarc, pero claramente era un objeto caro, por lo que lo consideraron auténtico.

“De hecho, esto servirá. ¿Quiénes son las otras dos?”

“Son las damas de alto rango que estoy acompañando”.

Para evitar causar una escena, Rio evitó revelarlas como hermanas reales de Beltrum.

Los guardias intercambiaron otra mirada entre ellos  y uno salió para guiarlos. “Por favor, pase. Yo te mostraré el camino”.

“Mis disculpas por el problema”. Rio se inclinó cortésmente y siguió al guardia que lo guiaba. Christina y Flora continuaron tras él. Los dos guardias restantes miraron a las chicas mientras pasaban.

“Oye… ¿Viste eso?”

“S-Sí. Nunca antes había visto chicas tan hermosas”.

“Su cabello era del mismo color y sus caras se paren… ¿Podrían ser hermanas?”

“Quizás.”

No había mucho de qué chismorrear en una ciudad fortaleza en el campo, y los guardias tenían un trabajo muy ocioso. Incluso hubo algunos días en los que nadie visitó el fuerte. Por lo tanto, los dos guardias que quedaron atrás comenzaron a charlar entre ellos emocionados por la belleza de Christina y Flora.

Sin embargo, tan pronto como Rio y los demás se perdieron de vista, otra persona se acercó a la puerta. Fue Reiss. Los dos guardias comenzaron a susurrar el uno al otro.

“Oye, alguien más está aquí”.

“Estás bien. Parece un viajero, pero hay algo espeluznante en él”. Durante ese tiempo, Reiss se acercó a ellos.

“Hola. Soy Jean Bernard, consejero de la princesa Sylvie y un noble de la corte real”.

Para ingresar al fuerte después de Río, Reiss reveló su posición en el Reino de Rubia.

***

 

Rio y las princesas fueron conducidas a un salón del fuerte. Los tres se sentaron en el sofá y esperaron.

“Hola, hola, lamento la espera. Escuché que el caballero honorario de Galarc estaba aquí. Soy el gobernador de esta ciudad, Marco Tonteri. Creo que dijiste que tu nombre era…”

La puerta del salón se abrió para revelar a un hombre regordete de mediana edad. Había una capa de sudor sobre su frente mientras humildemente buscaba un apretón de manos de Rio primero. Cuando vio a Christina y Flora, una luz tenue brilló en sus ojos.

Rio se puso de pie para aceptar el apretón de manos de Marco. “Haruto Amakawa. Pido disculpas por visitarme sin previo aviso”.

“Para nada. ¿Qué negocio tendría un estimado caballero honorario con un gobernador del campo como yo?” Marco ladeó la cabeza con asombro. Miró a Christina y Flora, que flanqueaban los lados de Rio en el sofá.

“Tengo un mensaje urgente que debo enviar a la capital del Reino de Galarc. ¿Puedo usar el transmisor en esta ciudad para contactar con la capital?” Rio preguntó.

“Ya veo. Si es la solicitud de un caballero honorario de un aliado, entonces sería un honor para mí”, asintió Marco fácilmente.

“Muchas gracias. Si puedo preguntar, ¿cuánto tiempo se tarda en llegar a Galarc desde Rubia?”

“El mensaje puede llegar tan pronto como hoy, pero si espera una respuesta del otro lado, probablemente llegará mañana…”

Si el mensaje que Rio estaba a punto de enviar llegaba al castillo real de Galarc, no había forma de que Galarc confirmara la veracidad del mensaje. Dado que el receptor no podría verificar la identidad del remitente, la credibilidad del mensaje era un problema.

Dicho esto, ni Galarc ni la Restauración podrían ignorar ninguna noticia de Christina y Flora en su estado actual, por lo que al menos retrasaría que las cosas tomen un giro inútil antes de que puedan regresar.

Ya era de tarde. La puesta de sol todavía estaba bastante lejos, pero comenzaría a oscurecer en unas pocas horas, por lo que sería extraño que dejaran la ciudad a esta hora para continuar su viaje.

“En ese caso, ¿puedo visitar el fuerte de nuevo mañana por la mañana?”

Podían permitirse esperar una noche la respuesta del castillo de Galarc antes de partir por la mañana.

“Por supuesto, eso no sería un problema. ¿Tienes algún plan después de esto?”

“No en particular. De hecho, estoy escoltando a estas dos mujeres en un viaje, pero no viajaremos más hoy, así que estaba pensando en encontrar una posada para nosotros”.

“Me abstendré de entrometerme más, ya que parece que estás lidiando con tus propias circunstancias… No puedo permitir que nuestros invitados de Galarc se queden sin refugio, pero me temo que este fuerte no está amueblado con habitaciones para invitados de la nobleza. Haré los arreglos para el alojamiento en una posada, así que por favor quédese allí” ofreció Marco. Christina le había explicado en el camino que era una buena etiqueta aceptar ofertas de alojamiento de un anfitrión si no tenía un acuerdo previo, aunque sería más cómodo quedarse fuera de la ciudad en la casa de piedra.

“Aceptaremos su amable oferta”. Rio hizo una reverencia.

“Es una ciudad sencilla sin nada que ver, así que permíteme prepararte algo de entretenimiento después de que hayas terminado de enviar tu mensaje. ¿Te gustaría acompañarme a cenar?”

“Sí, muchas gracias por la oferta”.

No se sentía muy cómodo hablando con un noble desconocido, pero rechazar la oferta de alguien que les hiciera un favor sería de mala educación. Además, Marco tenía una abrumadora falta de información sobre el grupo de Rio. Se las arreglaron para llegar tan lejos sin problemas solo por la posibilidad de que Rio fuera un caballero honorario de una gran nación aliada, pero Marco probablemente quería saber un poco más.

Si Rio lo rechazara aquí, parecerían sospechosos. Una conversación con Marco era inevitable.

“Ahora, por favor escriba su mensaje en este papel. Ah, estoy seguro de que ya lo sabe, pero los artefactos de transmisión solo pueden enviar un máximo de cien letras a la vez, así que téngalo en cuenta”. Marco le entregó a Rio herramientas de escritura y papel para que escribiera su mensaje.

“Muchas gracias. Si no te importa… ”

Rio debió haber decidido su mensaje de antemano, ya que su mano se movió sin pausa.

Rey Francois.

Las dos VIP que quieres están a salvo. En el camino de regreso ahora. Caballero honorario Haruto Amakawa.

“Por favor envía esto”. Rio le tendió el papel a Marco.

“Entendido.” Marco aceptó el papel y leyó las palabras detenidamente. No había nada escrito que no debiera leerse; el mensaje iba a ser revelado a todas las ciudades a lo largo de la línea de transmisión de todos modos, así que no había nada de qué preocuparse allí.


En ese momento, llamó a la puerta.

“Perdóneme.” Un soldado del fuerte se apresuró a entrar.

“Estoy en medio de una reunión con un invitado importante aquí”. Marco miró al soldado para regañar su falta de consideración.

“M-Mis más sinceras disculpas. Hay un asunto que requiere su atención urgente, señor”. El guardia se acercó a Marco en su silla junto a la puerta y comenzó a susurrarle al oído.

“¿Qué…? Ugh, está bien. Estaré allí de inmediato”.

Marco se hinchó con una mirada hosca y suspiró. “Lamento interrumpir nuestra conversación, Sir Amakawa, ni siquiera he saludado adecuadamente a sus dos conocidas todavía. Me temo que ha surgido algún asunto urgente”.

Inclinó la cabeza ante sus invitados frente a él.

“No, estoy seguro de que tiene muchas funciones como gobernador. Nosotros somos los que nos entrometimos sin previo aviso, así que por favor priorice su trabajo”, dijo Rio en nombre de su lado.

“Muy agradecido. Regresaré después de enviar este mensaje. ¿Estarías de acuerdo con relajarte en esta habitación hasta que termine?” Marco dobló el papel y se lo guardó en el bolsillo.

“Sí, estaríamos encantados de hacerlo. Gracias por atender el mensaje”. Quedarse en la habitación sería la opción menos fatigosa para Rio y las chicas.

“Por favor Discúlpame.”

Con esas palabras, Marco salió de la habitación con el soldado.

***

 

 

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Marco salió del salón, dejando a Rio y a las chicas atrás. Tan pronto como lo hizo, se le acercó la figura que esperaba en el pasillo.

“Cuánto tiempo sin verte, Lord Tonteri”.

“Vaya, si no es Sir Jean Bernard. Ha pasado un tiempo”, dijo Marco.

Era Reiss, aunque estaba usando el alias de un noble Rubiano llamado Jean Bernard.

“Mis disculpas por llamarte en medio de una reunión”, se disculpó cortésmente Reiss.

“Para nada. ¿Qué negocio tendría aquí un noble de la corte de la princesa Sylvie?”

“Tengo algo que discutir contigo sobre los invitados con los que estabas tratando”.

“¿Es eso así?” Marco miró hacia la puerta del salón e inclinó la cabeza.

“Hay un chico y dos chicas. El chico es el caballero honorario del Reino de Galarc llamado Haruto Amakawa, ¿estoy en lo cierto?”

“S-Sí… ¿Cómo supiste eso?”

“¿Cuál es su propósito aquí? ¿Escuchaste algo sobre sus planes?” Reiss preguntó con una sonrisa maliciosa.

“Quieren enviar un mensaje al Reino de Galarc a través de nuestro artefacto de transmisión. Haré arreglos para que se queden en una posada mientras esperan una respuesta, pero parece que planean dejar esta ciudad mañana…” Marco sacó el papel con el mensaje de su bolsillo y lo sostuvo en alto.

“Ya veo. ¿Cuál fue el mensaje?”

“Es un informe para el rey de Galarc. Dice que ha conseguido dos figuras importantes y que pronto las llevara al castillo. Creo que se refiere a las dos chicas que están con él, pero… ¿Hay algo de malo en eso?” Marco preguntó, sospechando la implicación detrás de la curiosidad de Reiss.

“Esto es muy confidencial, pero…”

Marco despidió a los soldados cercanos. “Ustedes pueden irse”.

Reiss se aseguró de que no quedara nadie en el pasillo. “Por ahora, no envíes ese mensaje a Galarc. Pero diles que lo has hecho”, le ordenó.

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Marco se sorprendió por un momento, pero luego se rio entre dientes torpemente. “Usted debe estar bromeando. Si descubren que hice tal cosa, el Reino de Galarc podría tomar represalias contra nosotros, ¿verdad?” preguntó.

“No es una broma. Tampoco tengo tiempo para explicarme”, dijo Reiss en un tono completamente serio. Luego agarró la cabeza de Marco con su mano derecha.

“¡¿Q-Qué?! ¡La falta de respeto…!” Marco luchó para que Reiss lo soltara, pero la mano derecha de Reiss era como un tornillo de banco alrededor de su cabeza. Un tenue resplandor de luz brilló en la palma de Reiss.

“Ugh…” El cuerpo de Marco se sacudió, luego se derrumbó hacia el suelo.

“Vaya, ahí… veo que es tan pesado como parece”. Reiss agarró suavemente el voluminoso cuerpo de Marco y le prestó el hombro para apoyarse. Luego le arrebató el papel de la mano a Marco y echó a andar por el pasillo.

“¿Hay alguien ahí?” él llamó. Dobló la esquina y bajó por el pasillo. “¿Sí…? ¿Eh? ¿Gobernador?”

Un soldado que patrullaba los vio a los dos y corrió hacia ellos. “Eres… un invitado, ¿verdad?” preguntó el soldado a Reiss dubitativo.

“Sí. Mi nombre es Jean Bernard y soy un noble de la corte real. Estaba discutiendo asuntos importantes con Lord Tonteri cuando de repente se derrumbó; parece que no ha podido dormir. ¿Dónde puedo encontrar su dormitorio?” Reiss le explicó la situación al soldado en tono exasperado.

“Huh…” El soldado ladeó la cabeza, preguntándose si eso era posible. “Zzz… Zzz…” Marco roncaba en sueños.

“Ha ha… ya veo. Qué terrible roncador,” el soldado rio inapropiadamente, antes de cubrirse la boca con un grito ahogado. “Oh, por favor finge que no escuchaste eso”.

“Por supuesto. Estaba pensando lo mismo”, asintió Reiss con una sonrisa.

“Heh. Bien, entonces la habitación del gobernador está justo ahí. Déjame ayudarte”. El soldado casi se rio disimuladamente de nuevo, pero rápidamente se movió para apoyar a Marco al otro lado de Reiss. Llegaron al dormitorio de Marco en menos de un minuto y lo acostaron en la cama.

“Buen trabajo. Con Lord Tonteri así, iré al vicegobernador y le explicaré la situación. Debe dirigirse al salón e informar a los invitados de Lord Tonteri que ha surgido un asunto urgente y luego mostrarles una posada. Ah, y dígales que su mensaje ha sido enviado”, dijo Reiss.


“Entendido, señor. Por favor, ven por aquí,” dijo respetuosamente el soldado, y luego comenzó a mostrarle a Reiss el camino.

Después de eso, Reiss fue a buscar al vicegobernador del fuerte y le explicó los hechos necesarios. Después de sentar las bases cuidadosamente para evitar que ocurrieran problemas más adelante, abandonó el fuerte. Una vez que estuvo fuera de la ciudad fortaleza, se mudó al bosque cercano.

“Instans Motus”. Sacando un cristal de teletransporte del bolsillo de su pecho, desapareció instantáneamente. Su destino todavía estaba dentro del Reino de Rubia, una habitación de la casa de Jean Bernard en la capital. Básicamente era una casa vacía sin nadie que administrara las instalaciones.

“Ahora es el momento de ganarse al héroe y a la princesa Sylvie con la princesa Estelle como recompensa. También tendré que traer a Arein y los demás. Es hora de hacer las cosas”.

Reiss dejó su propiedad y se dirigió al castillo.

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