Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 15

Capítulo 1: Después De La Feroz Batalla

En el Reino de Paladia, en una zona montañosa cerca de un pueblo agrícola a treinta kilómetros al oeste de la capital…

Toda la zona quedó completamente destruida. El suelo estaba abierto, con losas de tierra levantadas por todas partes. Pero contrariamente a la vista desastrosa, en los alrededores se estaba produciendo un espectáculo fantástico. El agua flotaba en el aire como niebla, creando un arco iris. Rio caminó bajo ese cielo con el cadáver de Lucius ardiendo brillantemente detrás de él. Caminó hasta que llegó a Christina con su vestido andrajoso y a la afiebrada Flora que había caído inconsciente.

“¿Está bien la princesa Flora?” Rio le preguntó a Christina mientras envainaba su espada en su cintura. Christina había estado mirando la vista mística de Río pasando bajo el arco iris aturdida, pero volvió a sus sentidos para explicar los síntomas de Flora.

“Oh… Umm, fue mordida por una araña venenosa en el bosque y tiene fiebre”.

“Una araña venenosa… ¿Has intentado lanzar Purgo?”

“S-Sí. Pero no es un veneno que pueda tratarse con magia…” Christina recuperó un poco la compostura y examinó el estado de Flora con el rostro pálido.

“Ya veo…” Rio miró el rostro enrojecido por la fiebre de Flora.

La magia de desintoxicación solo puede descomponer sustancias nocivas dentro del cuerpo en sustancias inofensivas, lo que significa que su cuerpo está siendo atacado por una infección en lugar de una sustancia tóxica. Ella puede sanar si fortalezco su recuperación natural con artes espirituales, pero…

Había otro método de recuperación que tendría un efecto más inmediato y confiable. Y entonces, Rio decidió usar eso en su lugar. Metió la mano en el bolsillo de su abrigo y movió levemente la boca para recitar un hechizo.

“Dissolvo”.

El espacio debajo de su abrigo se distorsionó de inmediato y apareció una pequeña botella en su mano. Rio lo agarró y sacó su mano de su bolsillo.

Para Christina y la otra figura que estaba cerca, parecía que Rio se lo había sacado del bolsillo normalmente.

“Toma esto. Es una poderosa poción mágica que puede considerarse una panacea. Parece bastante agotada, por lo que puede tomar algún tiempo antes de que recupere su resistencia, pero debería tratar el veneno de inmediato”, dijo Rio, tendiéndole la botella a Christina. Contenía una receta secreta hecha por la gente de los espíritus, por lo que su efecto estaba garantizado.

“¿Está seguro…?” Christina parpadeó vacilante.

“¿Por supuesto?” Rio ladeó la cabeza, inseguro de por qué estaba preguntando tal cosa.

“M-Muchas gracias”, dijo Christina con su más sincero agradecimiento y aceptó la botella.

“Está bien. Más importante aún, tus heridas…” preguntó Rio, mirando la apariencia de Christina.

Sus pies descalzos y delicados asomaban por debajo del dobladillo hecho jirones de su vestido embarrado. Estaban claramente manchados de sangre, lo que hacía obvio que estaba herida. Había un collar de sellado mágico alrededor de su delicado cuello, que se sumaba a la trágica vista.

“Estoy bien. Caminaba descalza por el bosque, pero no es nada importante”. Christina movió las manos para cubrirse los pies sucios con nerviosismo.

Rio metió la mano en el bolsillo de su abrigo una vez más y susurró el hechizo de descarga para recuperar otra botella. Luego se lo ofreció a Christina. “Vierta esto sobre la herida y beba el resto. Aliviará cualquier dolor que tenga en su cuerpo. Le quitaré ese collar más tarde”.

“Umm, las pociones mágicas están destinadas a ser objetos bastante valiosos… Por favor úsalas en tus propias heridas antes que yo”, dijo Christina vacilante, mirando el abrigo manchado de sangre de Rio.

Sin embargo, para Rio, era algo que podía producir en masa y no tenía reparos en usarlo. “Apliqué un tratamiento mínimo a mis heridas mientras peleaba, así que estoy bien. El asunto más urgente en este momento es la persona que se acerca desde allí, así que voy a ocuparme de eso mientras tratas a la princesa Flora”.

Rio medio forzó la botella en sus manos antes de volver su mirada hacia el tercero que se acercaba, el primer príncipe del Reino de Paladia, Duran. Su mirada no era del todo hostil, pero Rio puso una mano en el mango de su espada con cautela. Sin embargo, Duran levantó ambas manos mientras se acercaba, expresando su falta de intención de pelear.

“Detente. No deseo pelear contigo”.

“Pero eras el aliado de Lucius, ¿no?” Rio preguntó.

Duran fue quien le dijo a Rio la ubicación de Lucius mientras estaba en la capital. Incluso había acompañado a Lucius aquí para presenciar la batalla; había suficientes razones para concluir que los dos eran aliados.

“Éramos compañeros de armas que habíamos luchado en el mismo campo de batalla antes, pero yo soy un príncipe y él un mercenario. Al final, no estábamos obligados por más que un contrato. No hay forma de que considere tomar represalias solo porque lo mataron, y menos después de verte pelear en este momento. No soy tan imprudente como tonto”. Duran recordó la visión de Lucius luchando contra Rio y se rio con un toque de exasperación.

“¿Por qué estabas aquí con Lucius, entonces?”

“Me pidió que te trajera aquí, pero después de conocerte en la capital, despertaste mi interés. Por eso quería ver tu batalla con él; en realidad, no soy más que un espectador curioso. Ah, pero acepté aceptar a una de las hermanas reales como recompensa por mi ayuda,” respondió Duran con sinceridad, volviendo la mirada hacia Christina, que estaba alimentando a Flora con la medicina.

La mirada de Rio se hizo más aguda. “¿Así que las quieres a las dos?”

“No hay forma de que lo permitas, ¿no? Como dije, no deseo oponerme a usted”. La actitud de Duran siguió siendo tan despreocupada como siempre.

“En ese caso, ¿estaría en lo correcto al asumir que no tienes ningún problema con que las lleve a las dos de aquí?” Rio preguntó, buscando la expresión de Duran.

“Claro, no me importa”, respondió Duran, asintiendo fácilmente. “Pero me gustaría negociar contigo un poco primero”.

“… ¿Acerca de?” Rio preguntó con sospecha. La conexión de Duran con Lucius por sí sola fue suficiente para hacer que Rio fuera cauteloso, por lo que esas palabras lo hicieron sospechar inmediatamente de un motivo oculto.

“No seas tan cauteloso. Como dije hace un momento, no necesito esos dos. En cambio, ¿cuál era tu nombre de nuevo? ¿Rio o Haruto?”

“Rio es un nombre que he descartado. Por favor llámame Haruto,” Rio respondió con una mirada a Christina y Flora.

“Ya  veo.  Entonces,  Haruto.  ¿Te  interesaría  trabajar  para  Paladia…?

¿Trabajando para mí? Te quiero más que a esas dos”, dijo Durán, de repente haciendo una propuesta inesperada.

“… ¿Eh?” Rio hizo una mueca de desconcierto ante el tema en cuestión, que superó sus expectativas.

Duran comenzó su discurso de búsqueda de cabezas con una expresión completamente seria. “Te estoy pidiendo que trabajes para mí. Puedo darte lo que quieras, ya sea dinero, poder o mujeres”.

“No, no lo haré,” Rio declinó claramente a pesar de su desconcierto.

“Piensa detenidamente antes de dar una respuesta. Puede que te preguntes de qué estoy pasando tan de repente, pero estoy hablando completamente en serio. No estoy tratando de atraparte en nada. Tampoco tengo un motivo oculto”, apeló Duran persistentemente.

“Incluso si dices eso… ¿Qué te hizo mencionar esto?”

¿Cuál es su objetivo?

“Un punto de lo más razonable. ¿Qué tal si hablamos de esto más en el castillo con un poco de alcohol y un asiento?” Duran asintió solemnemente, acercándose a Rio.

“Humildemente paso de esa oferta”.

El Castillo de Paladia era donde Duran tenía la mayor cantidad de poder. No había ninguna razón para que Rio saliera de su camino para visitar un lugar así.

“Vamos, no seas así”. Duran fue extremadamente persistente.

Rio se apartó de él. “N-No, gracias. Escucharé lo que quieras decir aquí”.

“Hmph… Qué aguafiestas. Pero supongo que no hay nada que pueda hacer, no quiero traspasar mis límites y antagonizarme contigo”. Duran suspiró dramáticamente y aceptó las palabras de Rio con desgana. Con eso, Rio pudo ver que Duran realmente no tenía mala voluntad.

Realmente me deja perplejo… La guardia de Rio se relajó por primera vez.

Bajó la mano que tenía sobre su espada y suspiró.

“Regresemos al tema, entonces. ¿Tiene interés en trabajar para mí?” Dijo Durán, animando a Rio con una mirada ansiosa.

“Honestamente, el hecho de que te llevaras bien con Lucius como compañeros de armas es razón suficiente para que me niegue”. Había una miríada de otras razones por las que no podía explicar lo suficientemente bien, por lo que Rio eligió responder de esa manera.

“Mmm. ¿Entonces me consideras igual que Lucius?”

Ya sabía que nunca trabajaría para él, por lo que Rio expresó sus pensamientos sin molestarse en ocultar la verdad. “No exactamente, pero no puedo confiar en ti”.

“¡Ha ha ha! Veo que realmente odiabas mucho a ese hombre. Bueno, eso es comprensible después de que mató a tu madre… Pero si él estaba caminando por el camino de la herejía, entonces yo estoy caminando por el camino de la dominación. El poder es justicia: tomo lo que quiero con mis propias manos. Supongo que soy similar a Lucius en ese sentido, y no negaré que tengo el temperamento de un tirano, pero mis gustos no son tan terribles como los de él. Por lo tanto, no soy igual que él, pero éramos lo suficientemente similares como para encontrar algunas partes de él tolerables”.

Duran no mostró ninguna ofensa al ser comparado con Lucius y en su lugar comenzó a divagar con fluidez sobre sí mismo. Incluso sonrió cuando se llamó a sí mismo un tirano. Probablemente era su forma de parecer atractivo para Rio como empleador.

“… Hablas con mucha franqueza”.

Si Duran realmente está tratando de explorarme, debería haber expresado sus palabras un poco más amablemente, pensó Rio.

“Eso es porque estoy tratando seriamente de contratarte. Si te mintiera ahora, ¿qué haría una vez que te contrate?” Duran respondió abiertamente.

“Una razón justa. Pero incluso entonces, todavía cuestiono tu decisión de contratar a un extraño que acaba de matar a tu conocido”, respondió Rio.

“No somos completos extraños, y uno necesita tener la mente abierta para caminar por el camino del dominio. Tanto si mataste a un amigo mío como si no, quiero lo que quiero. Por eso lo diré una vez más, te quiero más a ti que a las dos princesas. ¿Trabajarás para mí?” Durán intentó persuadir a Rio una vez más.

“Estamos dando vueltas en círculos”, dijo Rio con una sonrisa irónica y encogiéndose de hombros.

Duran se rio entre dientes. “Bueno, estaríamos listos de inmediato si aceptas”.

“Me siento halagado por la oferta, pero ¿por qué tienes una opinión tan alta de mí?” Rio suspiró ante la tenacidad de Duran.

“¡Bwa ha ha! Bueno, es simple: amo a las personas fuertes. Los quiero para mí. Por eso te quiero. Por todos los medios posibles”.

“¿Por qué estás tan desesperado por gente fuerte? ¿Es por el dominio del que habló Su Alteza antes?”

Dominio: el poder de someter a otros y hacerlos obedecer. El hecho de que estuvieran hablando así significaba que Rio ya estaba siendo arrastrado al ritmo de Duran, pero Rio decidió preguntar de todos modos.

“Es mi forma ideal de ser, pero no está completamente relacionada. En resumen, creo en la necesidad de mirar las cosas de manera más amplia”.

“¿Con lo que te refieres…?”

“Mi reino es simplemente uno de muchos pequeños reinos. Es por eso que el reino necesita suficiente poder para no ser despreciado por otros reinos en un sentido diplomático. Me enorgullezco de poder hacer el trabajo de mil soldados de infantería, pero hay guerreros hábiles en otros reinos, y no estamos a la altura de los recursos de una nación importante. Es por eso que hemos formado una alianza con el Imperio Proxia, pero todavía somos un pequeño reino a sus ojos. No puedo soportar que mi reino sea visto como un débil para ser devorado. Para el futuro del reino, necesito cambiar esa opinión. ¿Lo entiendes?” Duran miró a Rio con fuego ardiendo en su mirada.

“¿Necesitas poder militar para que otros reinos no te menosprecien?”

“Así es”, asintió Duran con aire de suficiencia. “Hay innumerables pequeños reinos apiñados a nuestro alrededor, y están constantemente en un estado de inquietud. Personalmente, no quiero buscar peleas sin nada que  ganar,  pero  la  guerra  podría  comenzar  en  cualquier  momento dependiendo de las principales naciones que las respalden. Por lo tanto, estoy constantemente en busca de personas fuertes”.

“Cuando se trata de un conflicto, hay momentos en que las palabras no pueden resolverlo todo. Estoy de acuerdo en que se requiere fuerza en tales casos”.

Sin embargo, la forma en que Duran expresó sus palabras hizo que pareciera que estaba dispuesto a comenzar la guerra cuando había algo que ganar. Rio no podía estar de acuerdo con una postura como esa.

“Un enfoque de defensa no agresivo. El acto de evitar conflictos de forma proactiva siempre que la otra parte no haga un movimiento, ¿eh? Pero hay un sinnúmero de pequeños reinos a nuestro alrededor, por lo que no podemos existir sin interactuar con ellos. Una vez que consideras las intrigas de las naciones poderosas además de eso, no hay forma de que podamos usar métodos ingenuos de defensa no agresiva. Para alimentar a la gente, tenemos que buscar las ganancias del reino antes que nada”.

“Estoy seguro que sí. Sin embargo… no deseo que me asocien con ningún reino en particular,” dijo Rio con cansancio, con sinceridad.

Duran se rio de buena gana. “¡Hah! Tienes tanta fuerza, pero no quieres estar asociado con un reino. Aquí estaba pensando que estabas siguiendo el camino de la justicia, cuando en realidad buscas desapegarte del mundo real. ¿Tiene la intención de convertirse en ermitaño?”

“¿Quién sabe? Quizás pueda,” Rio se rio levemente, esquivando la pregunta.

“Hmm… ¿El demonio que te persigue ha sido exorcizado ahora que has exigido tu venganza? No tienes espíritu. Los subordinados demasiado ambiciosos son un problema, pero los completamente apáticos también lo son. Son terriblemente difíciles de motivar”. Contrario a sus palabras, Duran sofocó su carcajada mientras hablaba.

“En ese caso, por favor deje de reclutarme”.

“Mm… No. No retrocederé tan fácilmente. Puedo ver que tienes suficiente fuerza escondida para derribar un campo de batalla. No, un reino entero”.

“Técnicamente soy un caballero honorario del Reino de Galarc…”

¿Continuará su intento de reclutamiento a pesar de eso? El Reino de Paladia está del lado del Imperio Proxia, hostil al Reino de Galarc, ¿no? Rio insinuó.

“Soy consciente. Por eso no puedo dejarte como estás. Mientras Paladia sea parte del lado Proxiano de las cosas, me temo que algún día podríamos enfrentarnos en el campo de batalla”.

“En ese caso, puede estar tranquilo. No tengo la intención de estar de pie en el campo de batalla”.

En primer lugar, no había querido un título, por lo que fue nombrado caballero honorario. No tenía obligaciones con el reino, pero sí todos los beneficios: era un caso especial.

“Incluso si usted mismo no tiene ninguna intención, es posible que el estado de cosas no permita tal cosa. También puede cambiar de opinión. Por ejemplo, si alguien cercano a usted es tomado como rehén. Teniendo en cuenta cómo recorrió el camino de la venganza, es una posibilidad perfectamente realista, ¿no? A veces puede parecer una persona de corazón frío, pero no es desalmado. Esas dos princesas no estaban cerca de ti, pero las protegiste perfectamente hasta el final”, dijo Durán, mirando a Christina y Flora detrás de Río.

Flora seguía tendida sin fuerzas, pero Christina había terminado de darle la medicina. También había terminado su propia botella que Rio le había entregado y estaba escuchando en silencio su conversación.

“…” Rio no  negó nada, permaneciendo  en silencio con un rostro en conflicto.

“Es una dificultad, pero ¿no sería más fácil separarse de las personas cercanas a usted si ese fuera el caso? No hay nadie cercano a ti aquí en el Reino de Paladia, ¿no?” Duran parecía un militar brutal, pero en realidad parecía tener una perspectiva amplia y una visión profunda. El mismo Rio también había considerado dejarle a sus seres queridos, después de todo.

“De hecho, tienes un punto justo”. Rio asintió con una sonrisa forzada.

“¿Cierto? Ahora que ha cumplido su venganza, necesita una nueva meta en su vida. Podré proporcionarle uno. Las naciones principales son quisquillosas con el estatus social y la tradición, pero mi reino te permitirá ascender tanto como tus habilidades se extiendan. Puede hacer que se cumpla cualquier deseo suyo una vez que sea nombrado oficialmente”.

El discurso de reclutamiento de Duran fue verdaderamente persistente y hábil. Valoraba mucho a Rio y sacaba a relucir todas sus condiciones favorables en los momentos perfectos.

“Es una propuesta muy tentadora, pero… no estoy seguro de una meta en la vida, pero tengo un lugar al que deseo regresar”.

Los sentimientos de Rio no habían cambiado. La cautela que tenía al principio desapareció en el transcurso de la conversación, y descubrió que Duran tenía una personalidad encantadora, pero las personas con las que quería estar estaban en otro lugar.

“Así que no puedo convencerte…” Duran miró fijamente el rostro de Rio, luego suspiró con tristeza.

“Mis disculpas. Si eso es todo lo que querías discutir, me ocuparé de las dos princesas”. Rio miró a Christina y Flora detrás de él.

“Si lo desea, puedo invitarlos a los tres a mi castillo como invitados”.

“Todavía soy técnicamente un caballero honorario del Reino de Galarc, y las dos princesas no pueden permitirse crear una deuda con el reino aliado con el Imperio Proxia”.

“… ¿Puedes llevar a las dos princesas heridas solo?” Preguntó Duran.

Rio respondió la pregunta con valentía. “¿Pensaste que no podría?”

“Cielos.  No  hay  absolutamente  ninguna  debilidad  para  elegir  aquí. ¿Debería amenazarte con el crimen de arruinar la tierra de mi reino?” Durán respondió, aunque no tenía ninguna intención de hacerlo.

“Si lo hicieras, te volvería a amenazar por la participación del Reino de Paladia en el secuestro de las dos princesas…”

“Lo supuse. Para que lo sepas, fue Lucius quien planeó todo. Todo lo que hice fue ayudar a Lucius a enfrentarte después de que él ya había secuestrado a las princesas”.

“Pero aceptó la oportunidad de recibir a una de las princesas como recompensa, ¿no?”

Duran se rio entre dientes. “Ese plan fue suspendido, pero seguro que me hace sonar mal”.

“Si me permite salir de este lugar en silencio, entonces personalmente me abstendré de hacer declaraciones innecesarias sobre el Reino de Paladia”. Rio presentó un elemento de negociación y miró a Christina.

“… Seguiremos el ejemplo de Sir Amakawa. Mientras su bando no actúe sobre este incidente, no tengo la intención de perseguir su reino por ninguna otra responsabilidad”, dijo Christina.

“Cielos… Ugh, está bien. Haz lo que desees.” Duran se revolvió el cabello con frustración.

“Gracias por su generosa consideración”.

“Hmph. Para que lo sepas, no estoy satisfecho con esto. Pero si no puedo negociar para traerte a mi lado, entonces no tengo más remedio que dejarte ir en silencio. Ya sé lo que pasará si trato de detenerte con la fuerza”.

“Si bien esto no es un intercambio de ninguna manera, siéntete libre de llevarte la espada de Lucius”. Rio miró la espada de Lucius, que fue apuñalada en el suelo cercano.

Durán respondió después de una larga pausa. “… No veo ninguna razón para que lo acepte. Es la espada del hombre al que derrotaste, así que te pertenece por derecho”.

“Llevaré a cabo una limpieza mínima, pero he causado muchos problemas a esta tierra y al pueblo. ¿Lo consideraría una compensación por eso, así como un soborno por su silencio con respecto a mi nombre?” Dijo Rio, ofreciendo razones para confiar la espada de Lucius a Duran.

“Ya veo…”

“Esa espada encantada probablemente tiene la capacidad de liberar la esencia mágica del portador como ataques cortantes, la capacidad de teletransportar la espada dentro del campo de visión de uno y la capacidad de teletransportarse dentro del campo de visión de uno. Si Su Alteza está buscando el poder militar, no debería ser una pérdida para usted mantenerlo”.

“De hecho, no es un mal negocio… ¿Pero no crees que es un poco caro para el dinero secreto? Probablemente sea una espada encantada de primera clase, ¿sabes?” Dijo Durán, riendo.

“No me importa. No tengo ningún interés en balancear la espada de mi enemigo”. Solo mirar la espada fue suficiente para recordarle el rostro de Lucius.

“Hmm… Bien. Lo aceptaré”.

“Entonces es un trato”. Rio sonrió satisfecho, dándose la vuelta como para terminar la conversación.

“Espera”, Durán llamó a Rio. “¿Qué es?”

“Esto no es un reclutamiento, sino una pura invitación: la próxima vez que nos veamos en algún lugar, comamos conmigo como amigo”.

“¿Una comida… como amigo?” Rio ladeó la cabeza con curiosidad.

“Estoy diciendo que tomaremos bebidas. ¿No me digas que no puedes soportar tu alcohol?”

“No, puedo beber con moderación…”

“Entonces está decidido”. Duran sonrió de buen humor.

“…Está bien.” Dudaba que alguna vez tuvieran esa oportunidad, pero no había nada que Rio pudiera hacer más que asentir.

“Bueno, entonces, tomaré la espada de Lucius y me iré. Tengo curiosidad por saber cómo vas a limpiar este lugar, pero una promesa es una promesa”. Duran se encogió de hombros.

No sé qué efecto se infundió en su espada encantada, pero probablemente sea esa extraña hechicería que usó durante su batalla con Lucius. Investigaré eso más a fondo la próxima vez que nos veamos, pensó para sí mismo.

“Cuídate.”

Duran caminó silenciosamente hacia donde la espada de Lucius fue apuñalada en el suelo y la sacó. Después de todo, era una cortesía común limpiar lo que se ensuciaba. Luego dio media vuelta y partió en dirección al pueblo. Esto dejó solo a Rio, Christina y Flora atrás.

Ahora, entonces…

Rio comprobó que Duran no estaba a la vista, luego sacó su espada de su vaina. Lo apuñaló en el suelo y vertió esencia mágica en el suelo a través de él. La tierra en ruinas comenzó a moverse como si estuviera viva. La tierra y la piedra se retorcieron hasta que la tierra volvió a un estado plano.

“Qué…” Christina miró la vista con la mandíbula caída. Había sido testigo de muchas escenas extravagantes durante la batalla con Lucius, pero esto también era algo digno de contemplar. Esto era algo que no podía recrear con la magia de Strahl.

Rio ajustó el terreno en aproximadamente diez segundos más o menos, luego miró alrededor del área. “… Eso debería bastar”, murmuró, envainando su espada en su cintura.

“…” Christina parpadeó ante el rostro de Rio con los ojos muy abiertos. Él se volvió hacia ella.

“Perdón por la espera”, dijo.

“Ah… C-Claro”, respondió Christina, volviendo a sus sentidos. “¿Puede usted ponerse de pie?” Rio le ofreció la mano a Christina.

“Sí…” Christina aceptó su mano con nerviosismo y dejó que la pusiera de pie.

“Ese collar necesita ser removido”, dijo Rio, alcanzando su cuello. Christina no pudo ver que sucediera, pero su mano brilló débilmente antes de que el collar se abriera con un chasquido.

“Está libre.” Rio agarró el collar y lo tiró al suelo. “¿Eh? Oh muchas gracias.”

¿Cómo hizo eso sin usar magia desencantadora? Esa era la pregunta que se mostraba claramente en el rostro de Christina. Confundida, extendió la mano para confirmar que la sensación de estrangulamiento alrededor de su cuello había desaparecido.

“¿Estás herida en alguna parte?”

“N-No. Todo ha sanado gracias a la poción que me diste.”

“Estupendo.”

“¿Qué hay de sus heridas, Sir Amakawa? Dijiste que al menos detuviste la hemorragia…” notó Christina, preocupada por las heridas de Rio.

“Sí, parece que el sangrado se ha detenido. No debería haber ningún problema si me doy un capricho después de haberlas transportado a las dos, así que deberíamos ponernos en marcha pronto. Te llevaré a un lugar donde puedas descansar en paz; podemos discutir todo lo demás allí”.

Podía sentir un dolor sordo, pero la sangre adherida a su abrigo ya estaba empezando a secarse. Rio tocó el área que Lucius había cortado mientras pensaba para sí mismo.

Aparte de eso, no esperaba que el cuero de wyvern negro se cortara tan fácilmente. Me pregunto si se puede arreglar…

La espada de Lucius tenía la capacidad de teletransportarse a través del espacio, por lo que tal vez cortar el espacio en sí tuvo un efecto en lo que la espada podía atravesar.

“No te has curado todavía, por lo que no deberías estar moviéndote… ¿Al menos te tomarás el tiempo para lanzar Cura correctamente antes de que partamos?” Christina sugirió preocupada.

“Pero tampoco podemos quedarnos aquí, ¿verdad? El príncipe Durán se fue, pero existe la posibilidad de que regrese para revisar el área. No me moveré tan enérgicamente, y es solo una distancia corta, así que estaré bien”.

“En ese caso, permítame atenderlo mientras nos mudamos. Puedo usar a Cura, así que…” dijo Christina frunciendo el ceño mientras sugería el segundo mejor plan.

“No, yo mismo puedo lanzar magia curativa mientras me muevo, así que estaré bien”.

Necesitaba colocar su mano directamente sobre el área afectada para sanar de manera eficiente, pero era posible evitar que su herida sangrara sin tocarla mientras corría o volaba en un estado físicamente mejorado.

Debido a que había necesitado usar sus artes espirituales para detectar continuamente esencia mágica en un área amplia para predecir a dónde se teletransportaría Lucius durante su batalla, no había tenido tiempo para concentrarse en la curación. Sin embargo, ahora podría dedicar esa parte de su atención a la curación.

“No, por favor déjame curarte. No es suficiente agradecerte, así que solo quiero hacer algo, cualquier cosa, por ti. Así que, por favor… Permíteme”. Christina bajó la cabeza, suplicando.

Rio miró al cielo con incomodidad. “Entiendo… En ese caso, ¿podría por favor hacerlo? Y levanta la cabeza, por favor”.

“Muchas gracias…” La voz y los hombros de Christina temblaron mientras mantenía la cabeza inclinada.