Sekai Saikou no Ansatsusha (NL)

Volumen 2

Capitulo 19: El Asesino Busca

El ejército de monstruos se acercaba cada vez más y, comprensiblemente, la academia estaba alborotada.

Casi todos los estudiantes se habían reunido en el comedor. Los únicos que no estaban allí eran Epona y los mejores estudiantes de último año. Uno de los equipos más destacados ya se estaba moviendo para interceptar.

Un profesor subió al escenario y comenzó a hablar.

“Todos, los he reunido a todos aquí por una razón. Una fuerza de monstruos apunta actualmente a esta academia. Cientos de enemigos se acercan desde todos los sentidos excepto el sur, y su número sigue aumentando. Es una fuerza mixta de orcos y goblins… Es casi seguro que hay un demonio entre ellos”.

Eso era obvio. Los monstruos no podían teletransportarse, después de todo. Solo la presencia de un demonio de alto rango capaz de producir y comandar a las criaturas podría explicar la repentina aparición de un ejército.

“Hemos solicitado un envío de caballeros de la Real Orden, pero les llevará al menos medio día llegar aquí. Desafortunadamente, nuestros enemigos están casi a nuestras puertas. Esto significa que tendremos que hacer lo que podamos con nuestro personal actual”.

La ayuda que llegó en doce horas fue una ilusión. La academia ya era un bastión y por lo general cumplía la función de enviar fuerzas militares. Es más, si la escuela estaba sitiada, es probable que la capital real también estuviera en peligro. Parecía muy poco probable que nos llegara ayuda cuando los gobernantes del reino pudieran estar en peligro.

“Estudiantes, armaos de valor. No hay ningún lugar para correr. Esta será una batalla sin cuartel sin escapatoria. Aquellos que no tienen la fuerza para participar, encuentran una forma diferente de contribuir. No podemos ganar a menos que todos lo den todo”.

Un silencio se cernió sobre el comedor. Muchos de los de primer año estaban temblando. Era difícil culparlos, ya que de repente se habían visto arrojados a una situación tan mortal.

El profesor continuó explicando que los estudiantes debían actuar en grupos. Cada uno consistiría de cinco a diez estudiantes de primer año y un estudiante de último año líder.

El descubrimiento del demonio debía informarse de inmediato. Comprometerse con él estaba estrictamente prohibido. Solo el héroe fue capaz de matar a uno.

Se formaron grupos y los estudiantes se reunieron alrededor de sus líderes, con algunas excepciones.

“Increíble. Somos los únicos que no tenemos la protección de un estudiante de último año”, dije con una pequeña risa.

A diferencia de otros equipos, Dia, Tarte, Naoise y yo estábamos operando como nuestro grupo habitual, menos Epona.

“Personalmente, no me importa. La facultad probablemente sienta que necesita mantener juntos a los estudiantes más capaces, y creo que será más fácil de esta manera”, respondió Naoise. Estaba medio fanfarroneando con esa declaración. Había perdido su confianza en la batalla el otro día, y claramente todavía lo estaba preocupando.

Los estudiantes de último año ya habían recibido sus órdenes. Después de transmitir las instrucciones a sus cargos, se mudaron.

Mi grupo era el único que quedaba en el comedor. Nadie nos había dado nuestra asignación todavía.

Un profesor se acercó a nosotros.

“Tengo una misión especial para ustedes cuatro. No podría decir esto frente a los estudiantes regulares, pero nuestra derrota será segura si esto se convierte en una guerra de desgaste. Eso significa que el héroe es nuestra única esperanza”.

Epona era una incansable máquina de matar, pero solo podía estar en un lugar a la vez. Nuestros enemigos marchaban hacia nuestra puerta desde todas las  direcciones  menos el sur, donde se encontraba la capital. Indudablemente, los refuerzos de los monstruos no tenían fin. En el mejor de los casos, un estudiante común solo podría seguir luchando durante unas horas. Cualquier grupo que defendiera la academia sin la ayuda de Epona seguramente caería.

Nada de esto fue una coincidencia. El demonio había elaborado su estrategia para asegurarse de que esto sucediera.

“Solo vemos una forma de lograr la victoria. Antes de  que nuestras defensas fallen, el demonio debe ser localizado y el héroe debe matarlo. Como tal, su misión es encontrar al demonio”, declaró el profesor.

Era nuestra única opción. Detener al demonio detendría el suministro de monstruos.

Miré a Dia, Tarte y Naoise, y todos asentimos en aceptación.

“Entendido. Profesor, defenderemos la academia y haremos de encontrar al demonio nuestra prioridad número uno” dije.

“Cuento con usted.”

A ese equipo compuesto en su totalidad por estudiantes de nivel superior probablemente se le había encomendado la misma misión.

***

Estábamos apostados en el lado este. Epona defendía el norte. Ahí era donde se acercaban la mayoría de los monstruos. El resto de la fuerza de la academia se había dividido equitativamente entre las otras dos direcciones.

Ningún enemigo se acercaba desde el sur, probablemente porque el demonio sabía que la capital real enviaría tropas si avanzaban desde esa dirección.

La capital no se iba a arriesgar a enviar ayuda cuando necesitaba defenderse. Sin embargo, cualquier fuerza hostil entre él y la academia podría impulsar a sus caballeros a entrar en acción. Si los demonios entendían tanto, estaba claro que tenían una firme comprensión del pensamiento humano.

Se habían establecido dos líneas de defensa en el lado este.

El primero se sentó a una distancia razonable por delante del segundo y consistía solo en estudiantes de nivel superior que peleaban furiosamente. Eran combatientes hábiles, claramente en un nivel en el que podrían haber ingresado en la Real Orden.

Los estudiantes de último año no estaban preocupados por ningún monstruo que lograra pasarlos. En cambio, se enfocaron en preservar su resistencia física y mental tratando de no esforzarse demasiado. La segunda línea de defensa se ocupaba de cualquier enemigo que pasara por delante. Estaba compuesto por estudiantes más jóvenes bajo el mando de los mayores.

Se estaban desempeñando muy bien en esa formación. Los estudiantes de último año estaban haciendo un gran uso de los inexpertos de los primeros años, dando órdenes claras y solo pidiéndoles que hicieran las cosas de las que eran capaces.

“Vaya, los estudiantes de último año son realmente tan confiables”, dijo Dia impresionada mientras lanzaba hechizos desde detrás de la segunda línea.

Los estudiantes de último año no solo estaban dando órdenes; también estaban proporcionando apoyo cuando era necesario.

Dia, Tarte, Naoise y yo estábamos peleando en la segunda línea. Después de observar la situación, tuve una idea bastante clara de lo que estaba pasando.

Deberíamos seguir adelante y movernos.

“Naoise, Dia, Tarte, vamos a la primera línea. Vamos a buscar al demonio usando el método que discutimos antes”, declaré.

Para identificar la ubicación del demonio, tuvimos que llegar al frente de la batalla. Sin embargo, eso significaba que estaríamos en mayor peligro.

“Está bien, vamos”, dijo Tarte.

“Necesitamos hacer nuestra parte para ayudar a Epona”, respondió Dia.

“Me vería como un canalla si me echara atrás después de escuchar a Dia y Tarte decir esas cosas. Yo también iré… Seguirte parece la mejor opción de todos modos”, asintió Naoise.

Estos son compañeros confiables. Con ellos a mi lado, la lucha no será un problema.

 ***

Las cosas estaban furiosas en las líneas del frente.

… Estos monstruos son incluso más fuertes que los orcos de la última vez.

Usé maná para mejorar mi fuerza física. Por lo general, aumentaba mi poder a un nivel que igualaba a un mago normal, pero esta vez lo llevé al límite de lo que un mago promedio debería haber sido capaz de hacer.

“Tarte, ¿ya dominas ambos ojos?” Yo pregunté.

“Por supuesto. No fallaré como lo hice antes. ¿Y tú, Lady Dia?”

“… Yo también estoy bien. Los tengo bajo control”.

Me preocupaban los efectos secundarios de sus ojos Tuatha Dé. Pero Tarte se había adaptado a ellos y Dia era una experta en el control de maná. No tenía ningún motivo real de preocupación.

Los cuatro luchamos sin problemas, incluso al frente de la batalla. No éramos menos hábiles que los estudiantes de último año. En todo caso, éramos mejores.

Nuestra unión con los estudiantes mayores cambió inmediatamente la marea de la batalla en el lado esté a nuestro favor. Muchos de nuestros mayores se volvieron hacia nosotros y nos ofrecieron elogios.

“Escuché que hubo algunos sobresalientes reales entre los de primer año. Ustedes son fabulosos. ¡Seguid así!”

“Gracias. Tu apoyo hace que la lucha sea muy sencilla”, respondí.

“Ja, ja, ja, proteger a los estudiantes más jóvenes es el deber de un estudiante de último año. ¿Pero realmente puedes seguir luchando a ese ritmo?”

Como dijo, mi grupo estaba luchando con todas nuestras fuerzas. No estábamos marcando el ritmo en absoluto.

“Preservar nuestra fuerza no es nuestro objetivo. Nuestra misión es identificar la ubicación del demonio, y estamos haciendo lo que tenemos que hacer para lograrlo”, expliqué.

“Así que estás cazando al líder… Hey, Granz, Bachal, Reina. ¡Lucha con todas tus fuerzas durante cinco minutos para ayudar a estos jóvenes! Dado el flujo actual y el impulso del enemigo, probablemente tomará otros diez minutos”.

“Entendido”.

“Yo también había pensado en buscar al demonio, pero nunca pensé que algunos estudiantes más jóvenes serían los que lo harían”.

“Ustedes son impresionantes para un grupo de estudiantes de primer año. Déjanos esto a nosotros”.

Los estudiantes de último año dejaron de contenerse y comenzaron a atacar a los monstruos con una fuerza increíble.

Apenas había dicho nada y habían descubierto todo mi plan. Realmente eran lo mejor que la academia tenía para ofrecer.

Pasaron dos horas y la batalla no mostró signos de desaceleración.

La situación había ido empeorando constantemente. Las lesiones comenzaban a acumularse. Los heridos se retirarían de la batalla, pero eso solo suponía una carga más significativa para los que seguían luchando, lo que significaba más bajas. Nadie podía permitirse cometer un solo error o tomarse un momento para descansar.

El enemigo era demasiado fuerte y su número también era grande. Hasta que encontramos al demonio y alertamos a Epona sobre su ubicación, no teníamos ninguna posibilidad de ganar.

No podemos posponerlo más. La academia está perdida a menos que actuemos ahora.

Ya les había ordenado a Dia y Tarte que pelearan sin reprimirse. También estaba usando mi Rapid Recovery para matar monstruos a un ritmo rápido. Eso era parte del plan para localizar al demonio.

Dondequiera que estuviera, la criatura estaba produciendo un flujo constante de monstruos.  Matarlos no iba a reducir su  número.

Pero pensando en esta situación, lógicamente, lo que estábamos haciendo era la mejor manera de identificar su ubicación.

Había una buena posibilidad de que solo hubiera un demonio produciendo monstruos. Todas las criaturas que invocaba marchaban hacia la academia desde la ubicación del demonio. Simplemente teníamos que seguir el camino de los monstruos para encontrar al que estaba a cargo.

Había estado buscando ese rumbo mientras luchaba.

El enemigo no fue estúpido. Tomaban precauciones para ocultar su ubicación. Para sacarlos, decidí crear una situación que obligaría al demonio a crear una gran cantidad de monstruos rápidamente. Como tal, mi equipo se estaba dedicando a matar a tantos orcos y goblins como fuera posible.

Mi plan dio sus frutos casi de inmediato. Nuestro objetivo era convocar nuevas tropas más rápido de lo que podían cubrir sus huellas. El camino hacia el demonio ahora estaba despejado.

“Tarte, Dia, Naoise. Voy a buscar al demonio. Una vez que lo encuentre, enviaré la señal. Ustedes tres permanezcan aquí y apoyen a la línea del frente”, les dije.

“No, no puede ir solo, mi señor. Es demasiado peligroso”, protestó Tarte.

“Solo puedo lograr esto solo. Rastrear al enemigo requiere la habilidad de mi profesión principal”, dije.

Para encontrar al demonio, tendría que cargar de cabeza contra el ejército contrario y deslizarme tras las líneas enemigas. Naturalmente, luchar contra todos los monstruos en el camino hubiera sido imposible.

Mi experiencia como asesino me dijo que era mejor que aceptara este desafío solo.

“No puedo creer que me voy a quedar atrás de nuevo, pero protegeré la academia para que tengas un lugar al que regresar, mi señor”, estuvo de acuerdo Tarte.

“Me enojaré si vuelves herido”, reprendió Dia.

“Usted puede contar conmigo. Por cierto, sé que este no es el mejor momento,  pero  ¿podrían las dos  besarme  para tener  buena suerte?

Resulta que me siento un poco asustado ante la idea de cargar contra su ejército”, dije.

“Sí, por supuesto.”

“No tienes remedio, Lugh”.

Besé tanto a Tarte como a Dia, reponiendo su maná en el proceso.

Estar nervioso solo había sido una excusa. Las dos chicas se habían estado esforzando mucho y habían agotado gran parte de su poder mágico. Unos cuantos besos disfrazados de gestos de buena suerte fueron todo lo que se necesitó para devolverlos a su capacidad máxima.

Admito que me sentí extraño besar en medio de un campo de batalla, pero era preferible dejar a Tarte y Dia con poco maná.

“Está bien, me voy”.

“¡Buena suerte!”

“Cuando vuelvas, vamos a tener un beso normal, ¿de acuerdo?”

Sonreí a las chicas, luego respiré hondo y salí corriendo. Me apresuré hacia el ejército enemigo, lanzándome entre los monstruos.

De repente, me sorprendió una sensación de curiosidad.

Me pregunto qué clase de criatura es el demonio.