Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 10

Capítulo 6: Anfitrión Del Banquete De Boda

UNOS DÍAS DESPUÉS…

Planeamos celebrar el banquete de bodas por la tarde, ya que caía en un día festivo. Jenius declinó nuestra invitación, al igual que Soldat, por estar ocupados con reuniones.

Supuse que Badigadi estaría demasiado ocupado para venir también, pero sorprendentemente estaba libre e indicó que asistiría. Las otras once invitaciones que habíamos enviado fueron todas aceptadas. Sí, incluso la de Nanahoshi.

El día de la recepción, Sylphie estaba entusiasmada desde el mismo momento en que se despertó. “¡Esto es un trabajo de esposa, así que déjenmelo a mí!”, dijo mientras se afanaba en la casa.

Habíamos preparado una habitación vacía en el segundo piso para la ocasión, es decir, la habíamos amueblado con una modesta cama, un armario y una mesa, además de una jarra de agua por si alguien se ponía enfermo y la necesitaba.

Linia y Pursena fueron las primeras en aparecer, justo en medio de nuestros preparativos que avanzaban sin cesar. Habían llegado dos horas antes.

No me digas que se han equivocado de hora, pensé.

“Es costumbre en nuestra cultura que los asistentes lleguen temprano y traigan su propia presa, mew”.

“Así es. Llegamos primero. Una muestra de nuestra lealtad”.

Un jabalí gigante estaba sentado encima del trineo de nieve que habían arrastrado detrás de ellas. Aparentemente era tradición de los beastfolk, cuando asistían a una boda, salir a cazar por la mañana y ofrecer su presa al anfitrión.

Lo temprano que uno salía a cazar, hacer la matanza y volver con ella era una medida de su respeto por el anfitrión.

“Increíble. Pero ¿qué planeaban hacer si no eran capaces de cazar nada?”

“En ese caso planeábamos comprar algo en los mercados, mew”.

“Sí, usaríamos el dinero en su lugar”. Supongo que eso tenía sentido.

Ambos llevaban sus uniformes escolares. Eso era algo que había decidido. Había una gran disparidad de riqueza entre los invitados, así que, si los ricos se excedían con sus atuendos, sólo haría que los asistentes normales se sintieran fuera de lugar.

Afortunadamente, todos los participantes tenían su propio uniforme, excepto Julie, a quien le compramos uno.

Les pedí que se relajaran en la sala de estar hasta que las festividades estuvieran listas para comenzar. Entretener a los invitados era el trabajo del marido. Llevaban fuera desde la mañana y se estaban congelando. Se acomodaron en el sofá más cercano a la chimenea y se acurrucaron una contra la otra.

“Dejando de lado todo lo demás, nunca imaginé que tú y Fitz se casarían, jefe, miau”.

“Así que Fitz era una chica después de todo. Me lo preguntaba, basándome en su olor”.

“Sí, mew. Pero ahora todo tiene sentido, miau”.

Las dos se acariciaron la cola mientras hablaban. Habíamos compartido la verdadera identidad de Fitz con los invitados, pidiéndoles que lo mantuvieran en secreto por ahora, aunque era inevitable que la verdad se hiciera pública a estas alturas.

“¿Qué tiene sentido?” Pregunté mientras les servía el té caliente. “Que tengas preferencia por los pechos planos”, dijo Pursena.

“Aunque el hedor de la excitación te supere, la razón por la que no nos atacaste fue porque no somos tu tipo, mew”.

Hablaban como si yo fuera una especie de pervertido que atacaba indiscriminadamente a cualquier mujer que veía. Sinceramente, qué grosero de su parte. Tal vez debería sobarlas a fondo en represalia, pero no. Ya me había saciado con Sylphie el día anterior.

Todo mi deseo descansaba ahora en ella. Hoy era un sabio.

***

Los siguientes en llegar fueron, sorprendentemente, Zanoba y Julie. Llegaron una hora antes de la fiesta. “Perdón. He visto una estatuilla interesante en el camino y me ha distraído. Me habría metido en problemas si Julie no hubiera estado conmigo”, dijo.

Julie también llevaba su uniforme. Era del tamaño de un enano, y le quedaba tan bien que se veía linda con cualquier cosa. “Gran Maestro, gracias por invitarnos hoy”, dijo mientras levantaba ligeramente el borde de su falda en un saludo cortés. Qué bonito.

Zanoba volvió a inclinarse cuando le dirigí una mirada. Luego, en un tono profundamente respetuoso, dijo: “Maestro Rudeus Greyrat. Le agradezco profundamente su invitación”.

Vaya. Zanoba estaba siendo normal. Muy bien. Entonces tal vez debería seguir su ejemplo y responder con el mismo nivel de sinceridad.

“Zanoba, Su Alteza, tiene mi gratitud por…”

“Oh, Maestro. No es necesario que me muestre tanta cortesía. Sé que es sólo por la apariencia, de todos modos. Preferiría que fueras grosero conmigo, como sueles ser”.

“Oh, de acuerdo. Bueno, entonces vete a pasar el rato a esa habitación”.

“Ja, ja, muy bien. Vamos entonces, Julie, vámonos”.

¿Qué demonios? Y ahí estaba yo, tratando de ser serio. Qué desperdicio, pensé mientras preparaba más té. Yo seguía siendo el anfitrión y él seguía siendo un invitado, aunque lo tratara con rudeza.

Mientras estaba así de preocupada, oí las voces jactanciosas de Linia y Pursena que salían del salón. Se jactaban de haber llegado primero. Pude escuchar la frustración en las respuestas de Zanoba, pero me alegré de que estuvieran disfrutando.

Los terceros en llegar fueron Ariel y su grupo, treinta minutos antes del comienzo de la fiesta. Estaban Ariel, Luke y otras dos estudiantes que había visto antes en alguna parte. ¿Así que estas dos eran las asistentes de la Princesa? Lo que significaba que también eran las compañeras de batalla de Sylphie. No podía permitirme ignorarlas.

“Estoy muy agradecido por su invitación hoy. Lamentablemente, no estoy muy familiarizada con la etiqueta de la gente común, así que le ruego que me perdone por cualquier descortesía”, dijo Ariel mientras se inclinaba. Suponía que Luke o los asistentes serían los encargados de hacer la reverencia, pero tal vez ella estaba tratando de ser educada.

“Hay invitados de muchas razas diferentes reunidos aquí, así que por favor no te preocupes por la etiqueta”, dije. “De hecho, me preocupa más que seas tú la que se muestre descortés”.

“Mi agradecimiento. ¿Señoras?” Hizo una señal con los ojos y las dos asistentes se acercaron.

“Somos las asistentes de la princesa Ariel. Soy Ellemoi Bluewolf”.

“Y yo soy Cleane Elrond”.

Aparte de sus nombres, sus apellidos eran al menos fáciles de recordar. Una loba azul y una elfa legendaria. Mi nombre era “rata gris (Gray rat)”, así que quizás había muchos entre la nobleza asuriana cuyos nombres eran una combinación de un color y un animal. Tal vez incluso había alguien con un nombre como… Hm, ¿cuál era la otra palabra para burro? Ah, sí, asno. Tal vez alguien tenía el apellido Whiteass.

“Por favor, acepta esto”. Los dos me ofrecieron una caja envuelta en tela cara. “Un regalo para celebrar tu boda”.

“Gracias; esto es muy considerado”, respondí.

“Hemos traído cosas que pensamos que podrían ser útiles para una pareja casada. Por favor, véalo usted mismo”.

Siguiendo sus indicaciones, eché un vistazo al interior y me quedé sin palabras. En el interior había una botella familiar de líquido rosa y una vara de madera. Para decirlo más claramente, era un afrodisíaco y un largo consolador. ¿Qué demonios?

“Estoy seguro de que, como miembro de la familia Greyrat, eres perfectamente capaz de satisfacer a las mujeres. Pero si surge la necesidad, por favor, usa esto”.

“S-seguro”.

Ariel se quedó completamente tranquila. ¿Quizás esto se consideraba un regalo normal?

Luke y los otros dos también parecían imperturbables. Debe ser una diferencia cultural.

Guíe a los cuatro a la sala de estar. El ambiente alrededor de Linia y Pursena se volvió tenso en cuanto entramos.

“…”

No era posible que fueran a iniciar una pelea, ¿verdad? Sí, eran beastfolk, pero no interrumpirían una celebración a la que habían sido invitadas, ¿verdad? Les dirigí a ambos una mirada significativa. Parecían percibir lo que estaba pensando.

“Me alegro de verlas, señorita Linia, señorita Pursena. Mis disculpas por las molestias de antes”.

“Yo también me alegro de verte, mew”.

“Nosotras también te causamos problemas, así que está bien”, añadió Pursena.

Ariel las saludó amablemente, tomando asiento cerca. Las otras tres permanecieron de pie. Le lancé una mirada a Zanoba, indicándole que debía intervenir en caso de que ocurriera algo.

Asintió bruscamente con la cabeza y, como si no hubiera entendido nada, se puso en pie y se inclinó hacia Ariel.

“Es un placer conocerla, princesa Ariel. Soy el Tercer Príncipe del Reino de Shirone y querido alumno del Maestro Rudeus Greyrat, Zanoba Shirone”.

“Es un placer verte de nuevo, Príncipe Zanoba. Me alegra ver que goza de buena salud. Te hice una visita poco después de que entraras en la universidad. ¿Es posible que lo hayas olvidado?”

“Ah. Me disculpo por mi descortesía. Parece que, aunque he sido bendecido con superfuerza, me falta cuando se trata de inteligencia”.

“¿De verdad? He oído que tuviste las mejores notas en tu clase de magia de tierra”, respondió la princesa.

“Eso es totalmente gracias a las enseñanzas de mi maestro”.

Escuché mientras preparaban el té, sorprendida por las refinadas habilidades sociales de Zanoba.

***

Cliff y Elinalise aparecieron apenas diez minutos antes de que comenzara la celebración. Nanahoshi los acompañaba. Qué combinación tan inusual. Había esperado que Nanahoshi viniera sola.

“Estaba de pie frente a su puerta con aspecto de estar nerviosa. Es una conocida tuya, ¿no?” preguntó Elinalise.

“Sí, por supuesto. Esta es la señorita Silent Sevenstar”.

Al decir su nombre, Cliff la miró sorprendido. Al parecer, no se habían conocido. “¡O-oh! Así que tú eres la que llaman Silent, ¿eh? Hmph. Soy Cliff. Estoy seguro de que al menos has oído hablar de mí antes, ¿verdad?”

“Sí, lo he hecho. Dicen que eres increíble. Y sí, soy Silent”. Su discurso sonaba rebuscado y poco natural, probablemente porque sólo pretendía saber quién era Cliff. Sin embargo, Cliff parecía estar de buen humor, así que no iba a decir nada.

“Encantada de conocerte. Soy Elinalise Dragonroad. Es una máscara increíble”.

“Un placer. Tu peinado también es increíble”, respondió Nanahoshi en un tono completamente plano. Ver cómo interactuaba con ellos me ponía nervioso. Sin embargo, seguramente no empezaría nada, ya que quería evitar problemas.

Sinceramente, no había pensado que vendría. Le había enviado una invitación por si acaso, que ella había aceptado. Pero incluso entonces, no había pensado que fuera a asistir realmente. Se limitó a responder, con una voz carente de emoción, “¿Matrimonio? Supongo que realmente te tomas en serio lo de vivir en este mundo”.

“Esto es raro”, le dije en voz baja. “Verte fuera de esa habitación”.

“Fuiste tú quien me invitó, ¿no?”

“Es cierto. Bueno, hoy relájate. Hemos hecho patatas fritas para ti”.

“¿Patatas fritas? ¿Las hicieron de verdad?”, preguntó sorprendida. “Conseguimos aceite de cocina con bastante facilidad, gracias a ti”.

“Eso es notable”.

“La verdad es que no. Todo lo que hicimos fue cortar una patata en rodajas finas, freírla en aceite y luego cubrirla con sal. Como los ingredientes eran de este mundo, tiene un sabor ligeramente diferente al de las patatas fritas que disfrutamos en el anterior.”

“Bueno, entonces, si nos disculpan”. Elinalise entró en la sala de estar, arrastrando a Cliff y a Nanahoshi sin un ápice de duda. Como aventurera sin título nobiliario, estaba justo por encima de Julie en términos de estatus, pero claramente, no le importaba. Por supuesto, las nociones de estatus no se traducen fácilmente de una raza a otra.

Los dos eran los mismos de siempre: Cliff amenazando con arruinar el ambiente con sus fanfarronadas, Elinalise suavizando su comportamiento.

Cliff tenía buenas intenciones, pero a menudo se mostraba acerado. Nanahoshi era generalmente callada, pero respondía si alguien le hablaba. Pensaba que era una persona encerrada con problemas de comunicación, pero parece que no es así.

Al cabo de un rato, Sylphie vino a informarme de que los preparativos habían concluido. Ahora sólo esperábamos a Badigadi. La comida se enfriaría si llegaba demasiado tarde, pero justo cuando empezaba a preocuparme, Elinalise habló.

“Es absolutamente imposible que Badigadi llegue pronto. Los seres que han vivido miles de años no tienen idea de cómo pasa el tiempo para el resto de nosotros. Probablemente deberías esperarlo dentro de un mes”.

Y así, decidimos seguir adelante y empezar la fiesta a tiempo. Lo siento, Badi.

***

La fiesta era un buffet tipo cóctel. Decidimos prescindir de los asientos asignados, pero afortunadamente la sala era lo suficientemente amplia como para que la gente pudiera moverse incluso con la mesa en el centro. Dejamos algunas sillas en el borde de la sala por si alguien se cansaba de estar de pie.

El menú era todo comida que podía comerse fácilmente de pie, y empezamos ofreciendo a todos una copa de alcohol. Nanahoshi rechazó el licor, así que le dimos zumo de frutas en su lugar.

Yo me encargué del discurso para nuestro brindis. Sylphie y yo nos colocamos uno al lado de la otro, en el centro de atención. Once pares de ojos nos miraban expectantes. No había nada desagradable en sus miradas, pero seguía sintiéndome nervioso a pesar de tener un discurso preparado.

Sylphie me apretó la mano. Me dedicó una sonrisa de dientes y me susurró: “Puedes hacerlo”.

Ah, me dan ganas de llevarla al dormitorio ahora mismo, pensé. “Vaya, vaya, la cara de Rudeus está muy roja. Je, je”.

Elinalise se río y, por una vez, Cliff realmente leyó la habitación. “Lise, cállate”.

Bien, entonces, aquí va. 

“Ejem. Gracias por hacer un hueco en vuestras apretadas agendas para estar hoy con nosotros. Permítanme hacer esta declaración una vez más. Sylphie y yo somos…”

“¡Bwahaha! ¡Y ahora entro con un ba-bang!”

Creí que mi corazón iba a atravesar mi pecho de la sorpresa. Miré detrás de mí, y allí estaba él. Ese cuerpo negro y esa figura alta. Los seis brazos, todos embutidos en un uniforme escolar a punto de estallar. El Rey Demonio Inmortal Badigadi había entrado de golpe… por la puerta trasera de la cocina.

Su llegada dejó a todos sin palabras, incluso a Cliff. Yo tampoco tenía idea de qué decir. “Badgadi, llegas tarde”, interrumpió astutamente Elinalise.

Pero Badigadi no se preocupó lo más mínimo. “Hmph. Es cierto que llego tarde, pero en mi tribu, cuando un Rey Demonio asiste a una fiesta, debe esperar el momento perfecto para asombrar y perturbar la ocasión con su entrada. Así es nuestra manera”.

“Estás bromeando, ¿verdad?”

“No, en absoluto. Aunque Kishirika se inventó esa particular costumbre por capricho, ¡así que estoy de acuerdo en que es ridículo!”

¿Y aun así lo hizo? Qué persona tan irracional. Esta fue la razón por la que ustedes fueron erradicados por los humanos tantas veces…

 “Incluso me desviví por entrar por la puerta trasera. ¡Agradézcanse! Bwahaha!” Bastardo, empecé a pensar, luego me detuve. No, cálmate. Así es él. Ya lo sabías, ¿no? “Ja, ja, ja, está bien entonces. Gracias”.

“No hace falta que me lo agradezcas. Ahora, entonces, continúen y cásense ante mí. Pocos consiguen casarse en presencia de un Rey Demonio. Después de todo, yo no proporciono ese tipo de servicios”. dijo Badigadi, antes de tirarse al suelo.

Tenemos sillas, protesté en mi interior. Pero muchos de los demonios preferían sentarse en el suelo, así que supuse que estaba bien.

Volumen 10 Adolescencia – Arco de recién casados [Light Novel]

“Bien, entonces, volviendo a nuestro anterior orden del día…” Me aclaré la garganta.

“Gracias por hacer un hueco en sus apretadas agendas para estar hoy con nosotros. Permítanme hacer esta declaración una vez más. Sylphie y yo nos vamos a casar. Me doy cuenta de que los dos somos todavía jóvenes y carecemos de muchos aspectos, pero espero que tengamos una vida fructífera juntos. Los doce que están aquí reunidos han estado especialmente cerca de nosotros en estos dos últimos años. Hemos pasado menos tiempo con algunos de vosotros que con otros, pero de alguna manera, todos hemos sido capaces de llevarnos bien, y yo los considero amigos. Si alguna vez se encuentran en problemas, espero estar ahí para apoyarlos, como su amigo. Si alguna vez experimentáis discordia entre ustedes, espero que se acuerden de nosotros y traten de ser mejores personas y dejar pasar las cosas. Um…”

Oh, mierda, este discurso era demasiado rígido. Todos tenían miradas dudosas en sus rostros.

Justo entonces Badigadi me dio una suave palmada en el hombro. “No hace falta tanta formalidad. Ustedes se aman y quieren que todos aquí lo reconozcan, ¿sí?”

Sí, exactamente. Eso fue todo. De acuerdo. “Bueno, ¿cómo decirlo? Sylphie y yo seguiremos adelante con nuestra relación. Espero que estén ahí para nosotros si los necesitamos. Gracias a todos”.

Bien, ¡ahora brindemos por el futuro de la joven pareja!”

“¡Salud!”

Badigadi levantó una copa de vino que había tomado en algún momento sin que me diera cuenta. Todos se unieron a él levantando las suyas. Se derramó un poco de alcohol al comenzar la fiesta.

***

Pursena fue directamente a por la carne de jabalí que todavía estaba humeante hacía unos momentos. Me preguntaba si era habitual que los beastfolk se comieran primero la presa que habían cazado ellos mismos… no, definitivamente era algo propio de Pursena. Linia estaba junto a la chimenea, masticando un nanahoshiyaki, la imitación de pollo frito.

Nanahoshi había cogido un plato de patatas fritas y se había retirado a un rincón de la habitación donde estaba masticando. De repente, Julie se sentó a su lado.

Nanahoshi puso cara de asombro, pero Julie la ignoró y se metió las patatas en la boca. El otro día había comido algunas para nosotros como probadora. Debía de estar deseando comerlas desde entonces.

Nanahoshi y Julie. Formaban una imagen interesante, una al lado de la otra. Quizás pensando lo mismo, Badigadi se acercó a ellas. Nanahoshi se asustó y sacó uno de sus anillos. Esa idiota. Decía que no quería problemas, pero luego cuidaba su comida como una leona.

Me di cuenta de que Zanoba me miraba. No estaba segura de lo que quería, pero parecía que estaba esperando a que Ariel hiciera su movimiento, y lo hizo poco después, guiando a su séquito hasta donde estábamos Sylphie y yo.

“Sylphie, felicidades”.

“Princesa Ariel, gracias”. Sylphie esbozó su habitual sonrisa y agachó la cabeza. “Entonces, ¿Rudeus y esta casa cumplen con tus expectativas?”

“Son aún más increíbles de lo que esperaba. La casa tiene incluso un baño”.

“¿Oh? Muy pocas casas personales tienen baños en Asura. Me da envidia. Sylphie, sabes que puedes tomarte un año de descanso de ser mi guardaespaldas, si quieres”.

“Eso lo dejaré para cuando tengamos hijos”.

Ariel soltó una risita. Sylphie siguió charlando con Luke y las asistentes de la princesa, cuyos nombres acababa de conocer hoy. Al parecer, tenían un fuerte vínculo con Sylphie. Parecían muy unidos, y la chica lobo azul tenía lágrimas en los ojos. Era casi como ver a las chicas del club de atletismo despedirse.

“Bueno, me imagino que sigo sin gustarte, pero vamos a intentar llevarnos bien”, dijo Luke, tendiéndome la mano de repente.

A pesar de lo que dijo, no tenía ninguna animosidad hacia él. Estaba dispuesto a ser amistoso si él lo era. “Me parece bien, Luke… señor”.

“Cuida bien de Sylphie”. Me soltó la mano después de ese breve comentario. Para ser honesto, sentí que Luke era el que no me gustaba. ¿Qué era exactamente? No eran exactamente los celos, pero no podía poner el dedo en la llaga.

Zanoba se acercó una vez que Ariel se había ido. Parecía que estaba prestando atención a las jerarquías sociales, lo cual tenía sentido, dado que era de la realeza. “Una vez más, Maestro, le ofrezco mis felicitaciones”.

“Gracias, Zanoba”.

Se giró hacia Sylphie y se inclinó. “Mi señora. Sinceramente, creí que eras un hombre. Por favor, perdóname por cometer un error tan vergonzoso”.

Sylphie se apresuró a agitar la mano. “Oh, no, por favor, levanta la cabeza. Eres de la realeza. No puedes inclinarte ante alguien como yo”.

“¿Alguien como tú? Respeto profundamente a mi maestro, y tú eres su esposa. Tu santidad sólo es superada por Dios”.

“Pero incluso Rudy me confundió con un hombre, así que está bien, ¿de acuerdo?”

Ella me miró en busca de apoyo. Por muy embarazoso que fuera, era cierto, así que asentí con la cabeza. Una vez que Zanoba se fue, Linia y Pursena fueron las siguientes.

“¿Se considera de buena educación entre los humanos saludarse en medio de las comidas, mew?”

“Es de mala educación”.

Eso fue todo lo que dijeron. Ni siquiera nos felicitaron, la verdad. Definitivamente tendría que investigar de antemano la etiqueta de las bodas beastfolk cuando llegara el momento de que estas dos se casaran. Aunque no tenía ni idea de si pudieran encontrar pareja.

“Pero tiene sentido que ustedes dos se casen. Es bueno que la gente fuerte se junte, mew”.

“Así es. Los niños fuertes traen tranquilidad a la tribu”.

En mi opinión, era de “mala educación” hablar con tanta franqueza en medio de una comida.

La siguiente en acercarse fue Nanahoshi, que había logrado alejarse de Badigadi… que había estado haciendo quién sabe qué, ya que su cabello era un desastre. Miré en su dirección para ver que en ese momento se divertía dejando que Julie se subiera a sus hombros.

“Felicidades”.

“Gracias”.

Empezó a retirarse después de ese breve comentario, pero Sylphie la detuvo. “Um, señorita Nanahoshi, ¿puedo preguntarle algo?”

“¿Qué sería?”

“Usted dijo antes que ustedes dos vienen del mismo lugar. ¿Pero qué significa eso? Corrígeme si me equivoco, pero tú vienes de un mundo diferente, ¿no?” La voz de Sylphie bajó a un susurro en la última parte de su pregunta.

Nanahoshi me miró como preguntando qué quería hacer. No me importó la respuesta. No intentaba ocultar nada a Sylphie… aunque podría mirarme raro si se enteraba. Sería difícil de explicar.

“Lo entendí mal, ya que hablaba el mismo idioma que yo”, dijo Nanahoshi. Bueno, eso lo decidió.

Los últimos en acercarse a nosotros fueron Cliff y Elinalise. Cliff nos puso en fila, y luego cortó una forma de cruz en el aire con una mano, ofreciendo una simple oración. “Ustedes dos no son seguidores de Millis, pero ésta es la única bendición que conozco”.

Me alegré por el sentimiento, al menos. Después de todo, era muy común que la gente celebrara la Navidad, pero no participara en la misa. Yo tenía un dios en el que creía, pero a ella no le importaría que aceptara las bendiciones de otra religión.

“Rudeus, me alegro de tu recuperación”, dijo Elinalise, con una mirada un poco enfurruñada. Así es. No le había dicho que mi impotencia se había curado hasta ahora. “Sabes que podrías habérmelo dicho un poco antes”.

“Y si te lo hubiera dicho, te habrías lanzado a por mí. ‘Déjame ver por mí mismo si eso es cierto’, etc. etc.”

“Nunca lo haría. Te lo dije antes, ¿no? No tengo ninguna intención de convertirme en la hija de Paul”.

Así que fue así. Tal vez debería habérselo dicho antes. Entre todos, ella era la que conocía desde hacía más tiempo. De acuerdo, sólo por seis meses más o menos.

“Pero, de nuevo, si Cliff no estuviera conmigo, podría haber considerado la idea de hacerlo contigo alguna vez”.

“Yo podría haber sentido lo mismo si no tuviera a Sylphie”.

“Bueno, eso es desafortunado, ¿no? Ya que no estaba en las cartas para nosotros, sigamos siendo amigos, entonces”.

“Sí, sigamos así”.

Elinalise dirigió su atención a Sylphie, con una expresión amable en su rostro. “Señorita Sylphiette, felicidades. Rezo por… por su… felicidad desde… desde el fondo de…” Las lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de Elinalise. Siguió mirando a Sylphie mientras un sollozo escapaba de su garganta.

Me quedé boquiabierta. No tenía ni idea de por qué estaba llorando de repente.

Elinalise alargó la mano para tocar la mejilla de Sylphie con una mano temblorosa. Entonces sus piernas empezaron a temblar y a ceder bajo ella. Su cara era un completo desastre, pero siguió mirando a Sylphie. “Lo siento. No puedo creer que esté haciendo esto…”

Sylphie también tenía que estar sorprendida. O al menos, pensé que lo estaría, pero en lugar de eso, sólo parecía ligeramente desconcertada, no sorprendida.

“Um”, dijo Sylphie. “Llevo tiempo queriendo preguntarle esto, pero señorita Elinalise… ¿es usted quizá mi abuela?”.

No fui la única que se quedó boquiabierta. Cliff -y Elinalise- también parecían totalmente estupefactos.

“Papá me dijo que mi abuela era una de las compañeras del padre de Rudy”, explicó Sylphie.

¿Realmente había dicho eso? Espera… eso tenía sentido, en realidad. Laws había dicho que él y  Paul se hicieron amigos mientras ayudaba a vigilar el pueblo. Tal vez había descubierto la conexión de Paul con Elinalise a través de sus conversaciones, aunque dudaba que Paul lo supiera.

Era un mundo pequeño. Ahora que lo pensaba, el colgante tallado en madera que me hizo Sylphie tenía la misma forma que el colgante de la espada de Elinalise. De hecho, sus rasgos faciales también eran similares.

“Señorita Elinalise, ¿es realmente cierto?” pregunté.

“Se equivoca. Es imposible que tu abuela sea una puta como yo”.

“Mi padre me dijo que fue por ti que lo echaron del Gran Bosque, y que la gente se opuso a que se casara con mi madre”, dijo Sylphie.

“¿Qué…?”

“Me dijo que estabas devastada por la culpa, y que no podrías revelar quién eras en realidad, aunque nos conociéramos”.

Nunca habría imaginado que Elinalise y Laws tuvieran esa historia… aunque podía entender por qué la gente se había opuesto a su matrimonio con la madre de Sylphie.

Yo también había dudado cuando Cliff me pidió que le presentara a Elinalise. Podía ver cómo el hecho de ser el hijo de Elinalise podría haber empañado la reputación de Laws.

“¡YO… YO…!” Elinalise soltó un sollozo. Intentó decir algo, pero las palabras no se formaban.

Sylphie parecía un poco nerviosa, como si le preocupara haber dicho algo equivocado. “¿Maestro Cliff?” Dije.

Él también parecía completamente nervioso. “¿Qué pasa?”

“Por favor, lleve a la señorita Elinalise a uno de los dormitorios del segundo piso para que pueda descansar”.

“C-correcto. Sí, lo tengo”.

“Sylphie, ¿qué tal si continúas tu conversación con ella después de que se haya calmado?”

“De acuerdo”, dijo ella.

Cliff estaba llevando a Elinalise de la mano cuando ella me miró, aterrada. “R-Rudeus, sé que puedo ser un desastre, pero, Laws era un chico completamente normal. Y por supuesto su hija, Sylphie, también lo es. Así que por favor…”

¿Así que por favor qué? ¿No los mires con prejuicios? Realmente no tenía ninguna fe en mí. Para ser justos, había estado evitándola últimamente. Tal vez eso había causado algún malentendido.

Acerqué mi boca a su oído. “Por favor, no te preocupes. No voy a romper con Sylphie por tu culpa”.

“Pero…”

“Más importante, ¿no crees que deberías preocuparte más por el hecho de que ahora estás emparentada con Paul, al que tanto odias?”.

Elinalise sonrió débilmente. “Heh, Rudeus. A veces dices cosas muy divertidas”.

Me relajé un poco. Probablemente sólo necesitaba calmarse un poco. “Puedes tomarte tu tiempo y hablar con Sylphie, las dos solas, un poco más tarde”.

“Sí. Te agradezco que seas tan considerado”.

Después de eso, Cliff guio a Elinalise y se retiraron al piso de arriba. Es hora de dar un paso adelante, Cliff. Haz un buen trabajo consolándola, pensaba.

Badigadi no se acercó a felicitarnos. Se colocó en un rincón de la habitación, gritando su habitual risa de “¡Bwahaha!”, y mantuvo el ambiente bullicioso. Agradecí su presencia.