Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 10

Capítulo 11: Tres Cabezas Son Mejor Que Una

HABÍA PASADO UNA SEMANA desde que tomamos a Nanahoshi bajo nuestra protección, y lo peor parecía haber pasado. Comía, aunque sólo un poco. Si se le pedía, se bañaba y volvía a salir sin ahogarse.

La ambición que había percibido antes en ella había desaparecido. Era como si los hilos que la sostenían se hubieran cortado. De repente se sentía tan frágil como la porcelana y carente de autonomía, como esas mujeres de los vídeos para adultos que son engañadas por los yakuza y estafadas para vender sus cuerpos.

No podía dejarla sola. También debía tener cuidado de que no se cruzara con nadie como Luke. Lo único que sentía de ella ahora era una sensación de resignación. El fracaso de aquel experimento la había afectado mucho.

Nunca había experimentado un revés de esa magnitud. Lo más parecido fue cuando pasé varios años como no-líder en un juego online, sólo para que mis datos fueran borrados.

En el momento en que vi que mi nombre de usuario no era válido y recibí el correo electrónico notificando que mi cuenta estaba baneada, mi corazón empezó a latir violentamente. Pasé todo el día sin poder procesar nada. Llevé mis objeciones a la dirección y protesté con vehemencia, pero al final me fui a dormir llorando. Durante el mes siguiente no sentí ninguna motivación para hacer nada. Entonces juré que nunca más me involucraría en otro juego online.

El experimento de Nanahoshi no era lo mismo que un juego online. Su objetivo era volver a su mundo. Si renunciaba a ello, temía que no pudiera seguir viviendo. Intenté animarla lo mejor que pude, pero estaba aturdida todo el tiempo. Ni siquiera sabía si estaba escuchando lo que le decía.

Pero justo cuando empecé a dudar de que lo estuviera… “Creía que lo había cubierto todo”, soltó de repente un día. En lugar de responder, me limité a escuchar.

“Un círculo mágico es básicamente como lo que llamamos una placa de circuito en nuestro mundo. Se crea una función única combinando varios patrones de circuitos. Sin embargo, una parte no se conectaba, hiciera lo que hiciera. No importaba cómo cambiara el cableado, una parte no se conectaba con el resto. Intenté forzarla, pero entonces aparecía un defecto en otra parte”.

Para poder conectar este circuito inconexo, tuvo que casi duplicar su tamaño. Luego, para compensar la distorsión resultante, había conectado otro circuito. Pero aun así, ese defecto permanecía en su círculo mágico. Por mucho que lo intentara, no podía averiguar qué era lo que fallaba, sólo esa sección que no se conectaba.

“Es físicamente imposible. Eso significa que no hay forma de que regrese a casa”.

Aunque parecía impecable, el círculo mágico era algo que ella había construido con años de minucioso trabajo. A primera vista, parecía un problema que, en última instancia, se podía resolver, aunque fuera tremendamente complicado. Pero el misterioso defecto sugería lo contrario.

“Es inútil”, dijo Nanahoshi mientras se tumbaba en la cama.

Me dirigí a su sala de investigación para recuperar el diagrama de su círculo. Su perorata había refrescado algo en mi memoria, pero no quería excitarla antes de tiempo. Primero confirmaría si se podía hacer algo o no.

Al día siguiente, llamé a Cliff y a Zanoba a la sala de investigación. La gente decía que tres cabezas eran mejor que una, así que iba a utilizar el poder de los cerebros de tres genios.

Como había convocado a Cliff, Elinalise me acompañó naturalmente. Parecía frecuentar su sala de investigación, pero ¿y sus clases? A este paso tendría suerte si no la expulsaban.

“Es difícil de creer que alguien como Silent esté en ese estado. Parecía estar hecha de una materia más dura”, reflexionó Elinalise.

“Las personas verdaderamente fuertes no se cierran al mundo y soportan todas sus cargas solas”.

“Bueno, supongo que eso es cierto”. Elinalise se encogió de hombros. A pesar de su prolífica vida social, no se había relacionado mucho con Nanahoshi. Y, aunque no lo pareciera, era experta en el manejo de mujeres jóvenes. Podría ser una buena idea solicitar su ayuda para que Nanahoshi se tomara un respiro.

“Ahora bien, ustedes dos. Primero, echad un vistazo a esto”.

Cuando les  mostré el diagrama, Cliff frunció inmediatamente el ceño. “Es un círculo desordenado”.

¿Desordenado? Era una forma interesante de decirlo. “¿Hay círculos desordenados y ordenados?” pregunté.

“Por supuesto que los hay. Hay que mantener los círculos limpios y pequeños cuando se crean utensilios mágicos. Yo habría dibujado esto de forma mucho más ordenada. Por ejemplo, si conectaras esta parte de aquí con esta parte de aquí, podrías hacer que se viera mucho más limpio”.

“Mm-hmm”, dije. Criticar el trabajo de otra persona era fácil. Si hacíamos lo que él proponía, probablemente sólo crearía otros defectos en el círculo.

“Ah, pero la idea es increíble. Nunca se me ocurriría poner en bucle esta parte de aquí. Ah, ya veo. La razón por la que esta parte es tan compleja es por esto de aquí…” Cliff miró el círculo y empezó a murmurar para sí mismo. “Esto de aquí, esto de allá… Quizás podría tener más sentido si hubiera prestado más atención a mi teoría…”

“Entonces, maestro, ¿qué clase de círculo mágico es éste?” preguntó Zanoba.

“Esto es lo que estaba estudiando Silent: círculos de invocación. Pero se ha atascado un poco, así que quería que me dieras tu opinión para ayudarla”.

Zanoba inclinó la cabeza. “Pero la magia de invocación está fuera de nuestro ámbito de experiencia, ¿no es así?”

“Bueno, si no podemos resolver el problema, que así sea”.

Me imaginé que, como grupo, podríamos ser capaces de idear algo que Nanahoshi no hubiera podido hacer sola. De hecho, precisamente porque todos éramos expertos en campos tan diferentes, podríamos ser capaces de dar un enfoque alternativo.

“De todos modos, por favor, mira esta sección. Aquí es donde aparentemente se desconectó el círculo. ¿Ves?” Señalé el desgarro en el papel que apareció durante el experimento.

“¿Eh? ¿Aquí es donde se desconectó? No me había dado cuenta. Este círculo está incompleto entonces, ¿eh? Umm, así que la parte que debería conectarse está… aquí?”

Cliff se sorprendió. A pesar de ser un autoproclamado genio, aparentemente no se había dado cuenta de eso de inmediato. Bueno, así son las cosas, pensé. “¿Tienes alguna idea de cómo conectar este circuito?”

Cliff se cruzó de brazos y se quedó pensativo. Empezó a murmurar “aquí” y “allí” para sí mismo. Sacó un bloc de notas del bolsillo del pecho y empezó a garabatear varias cosas. “Este es un problema difícil. Tal vez si se redibujara todo-no, pero entonces… Es imposible”.

“¿No funcionaría si usaras una estructura de varios niveles?” intervino Zanoba.

Cliff puso cara de duda. “¿Una estructura de varios niveles? ¿De qué estás hablando?”

“Con la muñeca que estoy investigando, hay varias capas de círculos mágicos combinados entre sí para producir un solo efecto. Dicho esto, acabo de empezar mi investigación, así que aún no he dibujado un círculo propiamente dicho, pero…”

“Espera, ¿muñeca? ¿Te refieres al de antes? Déjame ver”.

“Maestro, ¿le parece bien?” preguntó Zanoba.

“Sí, por supuesto”.

Zanoba nos acercó un trozo del brazo de la muñeca. Cliff lo estudió con gran interés antes de declarar: “¡La persona que creó esto era un genio!”.

Tenía que ser notable que alguien tan engreído como Cliff dijera eso.

“Nunca había visto un círculo mágico como éste”, continuó. “Grr, no tengo ni idea de cuál es la mecánica de esto. ¿Son dos círculos mágicos, uno encima del otro? No, no es eso, hay más que eso. No podría moverse correctamente sin todos ellos juntos. Pero todavía era capaz de moverse a pesar de que estaba roto. ¿Por qué? Maldita sea, ¿qué demonios pasa con este círculo?” Cliff apretó los dientes con frustración. Casi como Vegeta al presenciar el nivel de poder de Goku: ¡era más de 9.000!

“Yo mismo no conozco todos los detalles todavía, pero, según el libro, este círculo aparentemente controla el movimiento del codo”. Zanoba respondió a la pregunta de Cliff con tanta naturalidad que éste parecía que iba a romper a llorar.

Elinalise se apresuró a acercarse inmediatamente y atrajo su cabeza hacia sus pechos, acariciándole el cabello. “Ya, ya, tú también eres un genio, Cliff. Estarías igual de informado si hubieras investigado tú mismo el asunto”.

“¡Ya lo sé!” Su cara se puso roja mientras recuperaba la compostura.

Perfecto, Elinalise. Sabía que podía contar contigo. Pero ¿puedes dejar lo del dormitorio para más tarde? Ahora mismo estamos algo ocupados.

 “Maestro Cliff. Si usamos la misma técnica que se usó para la muñeca, ¿crees que se resolvería el problema de Silent con su círculo?”

“Ni idea. Pero vale la pena intentarlo”.

Era una pista, al menos. Nanahoshi sólo había dibujado sus círculos en una única superficie plana. Quizá nunca había pensado en superponerlos o doblarlos. Por otra parte, tal vez había una razón por la que aún no lo había intentado. Rezaba para que fuera lo primero, y para que fuera suficiente para motivarla de nuevo.

***

Al día siguiente llevé a Nanahoshi conmigo a su sala de investigación. Había pasado el día anterior poniendo en orden la desordenada habitación, y era en esas dependencias, limpias y aún desorganizadas de alguna manera, donde nos esperaban Zanoba y Cliff. Los dos estaban revisando los datos de la investigación que Nanahoshi había recopilado a lo largo de los años.

Al verlos, Nanahoshi se limitó a resoplar burlonamente. “¿Qué es esto? ¿Me habéis traído aquí para que todos puedan violarme?”.

¿De verdad? ¿Hasta dónde había llegado el camino de la autodestrucción? ¿Todo por haber fallado una vez? Bueno, supongo que sólo se necesita un gran fracaso para perturbar toda la vida de una persona.

“¡¿Cómo te atreves?! ¡Soy un devoto seguidor de Millis!” Cliff estaba indignado. Los principios de la fe de Millis con respecto a la castidad eran similares a los del cristianismo. Monogamia, sin adulterio, etc. etc. Muy austero.

“Si tú lo dices”. Nanahoshi se quedó sin rumbo y tomó asiento. Luego se desplomó en su silla.

“Maestro Cliff, Zanoba, vamos a hablar de lo que se nos ocurrió ayer”.

Nanahoshi escuchó con desinterés mientras le mostraba una versión de su círculo que Cliff había corregido con bolígrafo rojo.

Luego, la propuesta de Zanoba de estructuras multinivel basadas en su investigación. Y finalmente, la idea que se me había ocurrido: círculos tridimensionales. Ella lo escuchó todo sin una pizca de emoción en su rostro, sentada perfectamente inmóvil como si estuviera congelada.

Entonces nuestras miradas se encontraron. No es que estuviera desinteresada.

Simplemente estaba inexpresiva, concentrada.

“Ah”. Nanahoshi habló de repente. “Puede que funcione”, murmuró. Luego saltó de su asiento. “Así que eso es, eso es lo que es. No había ninguna razón para que me pusiera a dibujar en una superficie plana. Tiene sentido, por supuesto. Ponerlo en papel le dará profundidad. Si pongo capas de papeles, puedo hacer un círculo mágico tan grande como quiera. ¿Por qué no se me ocurrió antes una cosa tan sencilla?”

Nanahoshi se paseó ansiosamente por la habitación tres o cuatro veces. Cogió papel y bolígrafo de su escritorio y empezó a dibujar. Escribía algo que parecía una fórmula, lo borraba rápidamente y volvía a empezar. “¡Urgh, no! Esto no es así”.

“Oye, ¿no es esto lo que quieres decir?” Ahí iba Cliff, felizmente desprevenido, introduciendo su cabeza en la jaula del oso que era Nanahoshi. Había sacado un bolígrafo rojo de la nada y había anotado su nota. Ese es nuestro Cliff, pensé sarcásticamente. El aire de la habitación cambió para bien y él, por supuesto, seguía sin poder leerlo.

 “Oh, así que eso es todo. Eres muy inteligente”, elogió. “Por supuesto que lo soy. Soy un genio”.

“Entonces, ¿qué te parece esto? ¿Qué debo hacer aquí? Hace tiempo que no estoy segura de esta parte”.

“Uh, espera un segundo.”

Cliff y Nanahoshi… estaban trabajando bien juntos. Estaban hombro con hombro, anotando cosas en una hoja de papel. Eché un vistazo a su trabajo, pero sólo me parecieron garabatos de un niño. “Zanoba, ¿entiendes lo que están haciendo?”

“Están más allá de mi comprensión”.

Los dos nos habíamos quedado al margen. Sin embargo, Cliff era increíble. No había pasado tanto tiempo desde que empezó a investigar los círculos mágicos por sí mismo. Bueno, da igual. Nanahoshi parecía estar de buen humor. Aunque no tuviera éxito esta vez, al menos tenía un punto de apoyo una vez más, y una razón para la esperanza.

“Lo siento, Zanoba, pero voy a tener que pedirte que te quedes a vigilar a estos dos”.

“¿A dónde va, Maestro?”

“Voy a buscar a Elinalise. No le gustará que su hombre se relacione tanto con otra mujer cuando ella no está”.

Podía oír la emoción en la voz de Nanahoshi mientras salía de la sala de investigación. Era la primera vez que oía tal emoción en ella.

***

Una semana después, Nanahoshi había completado su círculo mágico. Consultó con Zanoba y Cliff para solucionar los problemas de la versión anterior y, con sus aportaciones, recreó el mecanismo subyacente. En un magnífico despliegue de intensa concentración, terminó el círculo en cuestión de días. Pegó cinco capas de papel, creando un círculo mágico que parecía de cartón.

“Ahora, pues, empecemos”.

Mientras Cliff y Zanoba miraban, comencé a verter mi maná en el círculo.

El círculo empezó a emitir una luz vibrante que iluminaba la habitación como si fuera mediodía. A medida que el maná fluía de mí, algo empezó a tomar forma gradualmente en su centro. Una vez que la luz se disipó, pudimos ver el objeto de otro mundo que habíamos convocado con éxito.

Era una botella de plástico. Una sin etiqueta ni tapón. Una simple botella de plástico. “Ooh, muy impresionante”.

“¿Qué diablos es esto? ¿Vidrio? No, es más suave que el vidrio”.

Zanoba y Cliff no podían ocultar su emoción al ver por primera vez una botella de plástico de 500 ml. Elinalise y Julie también la miraron con intenso interés. Nanahoshi miró lo que había convocado, cerró la mano en un puño y dejó escapar un apenas audible: “Sí, lo hice”.

Una botella de plástico. Era insignificante y significativa al mismo tiempo. En ese breve momento, nuestro mundo anterior quedó innegablemente conectado a éste. Habíamos traído un objeto inanimado, y además incompleto, pero aun así… habíamos traído a este mundo algo que no había existido antes en él.

“Lo has conseguido”, le dije a Nanahoshi.

Ella asintió con firmeza, pareciendo realmente satisfecha de sí misma. “Sí, lo he conseguido. Ahora por fin puedo pasar al siguiente paso”. Al profundizar en los círculos mágicos de capas, debería ser capaz de invocar casi cualquier cosa. Si puedo organizar mejor el círculo, entonces con sólo cambiar dos o tres de las capas, lo más probable es que pueda…”

Nanahoshi volvió de repente a la realidad. Desvió la mirada, mostrándose un poco incómoda. “Lo siento. Por causarte tantos problemas”.

“Es dar y recibir, ¿verdad? La próxima vez que esté en un aprieto, échame una mano, ¿de acuerdo?”

“Ya lo había planeado”.

De repente noté que Elinalise me miraba fijamente. “Seguro que ustedes dos son muy unidos, ¿eh?”

“Siempre se apresura a suponer una relación amorosa, señorita Elinalise”, respondí. “Bueno, son un hombre y una mujer. Pero no es muy apropiado”. Sus ojos parecían los de una suegra recriminadora.

No tenía intención de engañar. Además, Sylphie sabía lo que estábamos haciendo.

Nanahoshi puso voluntariamente algo de distancia entre nosotros. “Es cierto, estás recién casado. No sería bueno que tu mujer lo malinterpretara”.

Elinalise se río alegremente, rodeando con sus brazos los hombros de Nanahoshi. “Heh heh, no hay necesidad de que te preocupes por eso. Ah, ¡ya sé! Hoy vamos a la taberna. Tú invitarás, por supuesto”.

Nanahoshi sonrió irónicamente ante la propuesta de Elinalise. “Supongo que no tengo elección. Pero eso hace que esté a mano con todos ustedes, entonces”.

“Suena maravilloso, ¿no te parece, Cliff?”

Cliff, que había estado arrugando la botella de plástico en sus manos, nos miró de nuevo. “¿Eh? ¡Sí, claro! Así estamos en paz. Pero tú también eres bastante excepcional, así que no me importaría que me ayudaras con mi propia investigación la próxima vez”.

Elinalise soltó una risita.

***

Y así nuestro grupo se dirigió al bar esa tarde. Por alguna razón, Linia y Pursena se unieron a nosotros mientras nos dirigíamos al edificio de la escuela, diciendo cosas como: “No queremos quedarnos fuera” y “Llévanos también, mew”. ¿Cómo se las habían arreglado para olfatearnos?

Mientras nuestra pequeña congregación salía, Ariel se detuvo para preguntar qué estábamos haciendo. Cuando le expliqué la situación, me dijo: “Entonces debería hacer que alguien os acompañara”, y envió a Sylphie. Está claro que lo de “acompañante” era una excusa y que Ariel sólo estaba siendo considerada. Cuando salimos por la puerta de la escuela, Badigadi se había unido a nosotros en algún momento y estaba pasando el rato en la parte trasera de nuestro grupo. No, en serio, ¿cuándo se había colado aquí?

En nuestro camino, nos detuvimos en el Gremio de Magos, donde Nanahoshi fue a retirar algo de dinero. Al parecer, lo utilizaba como banco, y tenía una cantidad impresionante guardada allí.

El bar que elegimos era uno de los favoritos de Badigadi. A pesar de ser la primera hora de la tarde, había otros clientes. Sin embargo, Nanahoshi no le dio importancia. Se acercó a la barra y dejó su bolsa llena de oro. “Reserva todo el local para nosotros”, dijo.

“¿Eh? ¿Hablas en serio?”

Al ver que el camarero parecía nervioso, Badigadi intervino. “Un momento”. Sacó una bolsa de oro de su propio bolsillo y la bajó de golpe. Ahora había el doble de la cantidad. “¡Es un día de celebración! ¡Que todos los que vengan este día disfruten de su alcohol gratis!”, declaró. El hombre tenía una presencia digna. Tal como uno esperaría de un rey.

¡Es mi ídolo! ¡Quiero ser él! pensé para mí, imitando las líneas de cierta pareja que idolatraba a un infame e inmortal vampiro rubio de una popular serie de manga.

Actuando como si fuera la cosa más natural del mundo, Badigadi se plantó en la mesa más grande del bar. Allí exigió: “¡Traigan toda la comida que tengan en el menú!”.

Por una vez en mi vida, quería intentar usar esa frase yo mismo. Como no era yo quien pagaba, me parecía bien que pidiera lo que quisiera, pero ¿realmente íbamos a poder comer los doce toda esa comida? Ah, bueno. Estaba seguro de que estaría bien.

Cuando la primera comida fue entregada, el Rey Demonio se puso de pie y dijo: “Ahora bien, ¿qué celebramos hoy?”

“El éxito de la investigación de Silent”, dijo Elinalise.

“Muy bien. Entonces, Silent, levántate. Debes dar tu discurso de inauguración”.

Convencida de ponerse en pie, Nanahoshi se levantó. Parecía reacia. “Gracias por lo de hoy”.

“Bien, ahora ¡salud!”

“¡Salud!”

Y así comenzó la celebración, no muy distinta a la de la boda que habíamos celebrado no hacía mucho tiempo.

***

Era una fiesta agradable. Cuando ocurrían cosas buenas, la gente se alegraba y bebía. Nunca había participado en una reunión así en mi vida anterior, ni siquiera una vez.

Incluso en este mundo, sólo lo había hecho un par de veces. Cuando era aventurero, de vez en cuando bebía en las fiestas con las que trabajaba, pero siempre tenía un sentimiento de cinismo al respecto.

Pensaba que sólo los tontos se emborrachaban, hacían ruido y se desmadraban. Me reía interiormente de su falta de consideración por los que les rodeaban. Pero ahora que yo mismo estaba en la refriega, por fin entendía cómo se sentía esa gente. A veces, pensaba, es necesario soltarse y divertirse. 

Mi creencia en eso se justificaba especialmente cuando miraba a Nanahoshi, que acariciaba las orejas de Linia mientras cantaba temas de anime en japonés.

Si no te sueltas de vez en cuando y te olvidas de tus problemas, no podrás seguir adelante. La vida estaba llena de dolor, después de todo.

Si no tratabas de encontrar lo bueno donde podías, te desmoronabas. Elinalise y Badigadi probablemente lo sabían mejor que cualquiera de nosotros, dado el tiempo que habían vivido.

Sylphie y yo íbamos a beber a gusto hoy. Nunca bebíamos en casa; no era algo a lo que estuviéramos acostumbrados. Y, aunque no tenía nada que ver con la razón por la que no bebíamos en casa, por fin comprendí lo mala que era Sylphie como borracha.

No, no es que fuera mala. No era mala en absoluto. Sólo era el tipo de borracha pegajosa. “Oye, Rudy, acaricia mi cabeza”.

“De acuerdo, de acuerdo. Buena chica”.

“Puedes comerme las orejas también, ¿sabes?”

“No te preocupes si lo hago”.

“Ha ha, eso hace cosquillas. ”

Cuando estaba borracha, se convertía en una criatura increíblemente adorable. Era fenomenal. Iba a tener que acercarme a ella para que bebiera más a menudo. Ah, pero su comportamiento me hacía preocupar que bebiera sola. Tal vez debería decirle que no beba fuera de nuestra casa, pero entonces me pregunté si eso sería demasiado controlador por mi parte.

No, eso no importa, decidí. Ella era mía. ¿Qué había de malo en hacer lo que quisiera con algo que me pertenecía?

“Rudy, ¿me abrazas?”

“Sí, sí, voy a abrazar tus caderas con fuerza”.

“Hee hee. Estoy tan feliz”. La forma en que se reía sonaba tan traviesa de alguna manera.

Ahh, sólo pensar en ir a casa con ella y hacer el amor con ella me hizo sentir que entendía por qué el mundo estaba tan lleno de canciones de amor.

“Rudy, um, sabes qué, últimamente, bueno, he estado sintiendo celos”.

“¿Qué, en serio? ¿De quién? No me acercaré más a ellas. Cortaré completamente los lazos”.

“En realidad, es el señor Ruijerd. Me hablaste de él hace poco, ¿recuerdas? Cuando hablas de él te ves tan… ¿sabes?”

“Sí, pero es que le admiro mucho. Por favor, intenta que no te afecte”.

“No me gusta. Sólo quiero que me prestes atención a mí”.

Eso no fue lo que dijo cuando le hablé de Ruijerd. Así debía ser como se sentía realmente. Siempre me ha parecido espeluznante cómo parecía aceptar todo con una ecuanimidad tan perfecta, pero tal vez sólo lo parecía porque se esforzaba en que así fuera.

Justo cuando subí a Sylphie a mi regazo y los dos empezamos a juguetear, Nanahoshi se acercó. Estaba borracha y trataba de buscar pelea. “Tan dulce que podría vomitar. Déjalo ya. ¿Acaso sabes cuántos años he estado sin mi novio?”

¿Ya había terminado de cantar? Estaría feliz de cantar un dúo con ella. Siempre y cuando ella eligiera una canción bastante convencional, probablemente estaría familiarizado con ella. Entonces, podría ser esa brecha generacional de nuevo.

“Al menos vete a un sitio donde la gente no tenga que mirarte si vas a liarte”.

“Vamos, no seas así. Aquí tienen alcohol. Vamos a divertirnos juntos”.

“Además, hace tiempo que quería decirte esto. Incluso desde dentro de mi habitación- smooch smooch, creak creak. ¿Qué diablos es el matrimonio de todos modos? ¿Eh? ¿Qué es? Quiero decir que está bien, lo que sea. Pero ¿qué demonios? Ahí estaba yo, totalmente deprimida, y ustedes dos estaban teniendo sexo. Incluso podía oír el eco de sus voces en la noche, ¡dios-eek!”

Badigadi levantó de repente a Nanahoshi en sus brazos. “¡Bwahaha! ¡Ven con nosotros! Hoy me cantarás tus bizarras canciones”.

“No son ‘bizarras’; ¡son populares en mi mundo!”

“¡Qué interesante! No sé de qué mundo vienes, ¡pero cántalas para mí! Adelante entonces, ¡canta todo lo que puedas!”

“¡Espera, primero tengo que decirle algo a Rudeus!”

“¡Bwahaha! ¡Es mejor que cantes si no tienes nada bueno que decirle al hombre que te ayudó! Ahora, ¡canta!”

“¡Sólo estaba llevando a lo que realmente quería decir!” Nanahoshi ladró en señal de protesta.

Probablemente quería expresar su gratitud. Aun así, sólo hice lo que cualquiera haría por un amigo en apuros. No hacía falta que me lo agradeciera.

Además, debía tener un buen estatus social para justificar que la secuestrara un Rey Demonio. Era casi como si fuera la princesa de algún reino.

Es decir, si dicha princesa hubiera sido llevada a una taberna en lugar de a una celda. Y en una taberna siempre había un escenario.

Después de un rato, Nanahoshi empezó a cantar. Un acompañamiento se unió tardíamente. Al principio, pensé que tal vez se trataba de un trovador, pero resultó ser Badigadi quien sostenía el instrumento. No sabía que sabía tocar. Además, le había pedido que cantara para él y, sin embargo, ¿actuaba junto a ella? Definitivamente, no le entendía.

Aparte de eso, era una canción familiar. No podía ubicar de dónde venía… ah, eso era. “Gandhara”, el tema final de la serie de televisión Mono. Definitivamente no era algo que esperara que su generación conociera. Sin embargo, era bastante famosa.

Dicho esto, apestaba. Mal. Horriblemente. Tal vez fue porque ella no estaba sincronizada con el acompañamiento. No, ambos apestaban y por eso ni siquiera podían sincronizarse entre sí.

Sin embargo, parecían estar disfrutando. Además, Nanahoshi era la estrella del grupo hoy. No importaba que fuera terrible. Aunque su canción fuera horrible, seguía transmitiendo sus sentimientos.

¿Realmente quería volver a casa con tantas ganas? Eso era algo que no podía entender.

Mi país del amor estaba aquí.

Aun así, fue una fiesta agradable. Deberíamos repetirla alguna vez.

***

La fiesta llegó a su fin cuando su estrella, Nanahoshi, se quedó completamente borracha. Linia y Pursena la llevaron a su dormitorio, donde aparentemente iban a tener una pijamada. El resto se dividió en grupos. Los que habían bebido mucho decidieron ir a otro bar a tomar otra ronda.

Sylphie y yo optamos por volver a casa. En su estado de embriaguez, se reía y se aferraba a mi brazo. Sus piernas eran un poco inestables, así que mantuve un brazo alrededor de su cintura para sostenerla, obteniendo de repente una idea de cómo se sentían los playboys cuando iban a citas en grupo y sabían que iban a ligar.

Por supuesto, yo no tenía esos pensamientos impuros, aunque eso cambiaría una vez que llegáramos a casa.

“Rudy, ¿no es un poco ruidoso?” dijo Sylphie de repente. “¿Hm?” Ahora que lo mencionaba…

Agudicé el oído. Podía oír el sonido de alguien golpeando algo, y voces discutiendo. Sonaba casi como cuando los gatos se pelean.

Al acercarnos a nuestra casa, vimos a un grupo de pie en la puerta, golpeándola ruidosamente. Desde lejos, sólo pude ver sus siluetas. Algunos mocosos del vecindario, tal vez, o ladrones de algún tipo.

Todavía tenía la mente embrollada por el alcohol, pero activé mi ojo demoníaco para estar segura. Sylphie se dio una palmada en las mejillas y, aunque todavía estaba insegura, se puso en pie. “Rudy, voy a desintoxicarnos”.

“Entendido”.

Sylphie lanzó sin voz la desintoxicación sobre mí, y pude sentir cómo se evaporaba el alcohol de mi interior. No me puso completamente sobrio, pero mi cabeza se sintió más clara. Con cuidado de asegurarme de que nuestros posibles ladrones no nos descubrieran, me arrastré en silencio hacia ellos. Fue entonces cuando oí sus voces.

“¡La razón por la que se hizo tan tarde fue porque tú nos perdiste, Norn!”

“Lo mismo digo, Aisha. Tú fuiste la que dijo que definitivamente era así”.

“Además, ¡ni siquiera sabemos si este es realmente el lugar o no! ¿Qué vas a hacer ahora?, ¡Todas las posadas ya están cerradas! ¡Ahora vamos a tener que acampar a la intemperie en el frío!”

“A mí tampoco me gusta esto, pero fuiste tú quien dijo que nos quedaríamos en su casa, así que hoy no necesitábamos una habitación. No quería quedarme en su casa, pero me obligaste a venir…”

“¡Eso es porque le dijimos a Ginger que estaríamos bien! ¡Conseguir una habitación después de eso sería estúpido!”

“Siempre eres así, siempre actuando como si fueras mejor.”

Voces chillonas. Voces de niños, unas que me sonaban un poco familiares. Y en medio de su intercambio, escuché nombres que conocía. Entonces, finalmente…

“Ambas, cálmense. Este es definitivamente el lugar. Hay una presencia familiar aquí”. La voz de un hombre sereno. En el instante en que la escuché, un torbellino de emociones indescriptibles surgió dentro de mí.

Dejé escapar un suspiro de alivio y me puse delante de ellos. “¡Ah!”

“¡Hermano mayor!”

Mis dos hermanas pequeñas, que habían crecido considerablemente, estaban vestidas con trajes árticos a juego de diferentes colores, como los personajes de Ice Climber. Norn Greyrat y Aisha Greyrat.

La que tenía una expresión compleja en el rostro era probablemente Norn y la que tenía una mirada de feroz determinación era probablemente Aisha.

“¡Hermano mayor, te he echado de menos!” Aisha vino volando hacia mí, rodeando mi torso con ambos brazos y piernas como un pequeño mono. Frotó su mejilla contra la mía. Su piel se sentía fría, aunque puede que sólo estuviera caliente por el alcohol. “¡Oh, estás tan caliente! Y apestas a alcohol”.

“Y tú me estás dando frío. Por favor, suéltala”. Mientras me quitaba a Aisha de encima, miré a Norn, que tenía los labios firmemente fruncidos. Bajó la barbilla en señal de saludo.

“¿Bebes alcohol?”, preguntó.

“Sí, tuvimos una pequeña celebración”.

Parecía perturbada, y no creí que fuera sólo porque fuera tímida. Paul había mencionado que no era mi mayor fan…

Entonces, detrás de Norn estaba…

“Ha pasado mucho tiempo, Rudeus”, dijo el hombre calvo con una cicatriz en la cara. Un orgulloso guerrero blandiendo una lanza. No se veía diferente a como lo había visto por última vez, hace tres años.

“Ha pasado mucho tiempo, señor Ruijerd”.

Me golpeó una ola de nostalgia, recordando los días que viajamos juntos, los tres solos. Cómo nos conocimos, cómo nos separamos. ¿Qué debería decir? Mientras buscaba las palabras, Ruijerd miró de repente detrás de mí. “Escuché en el Gremio de Aventureros que te habías casado, pero… veo que no fue con Eris”.

La  persona  a  la  que  miraba  era  Sylphie.  Su  expresión  se  tornó  en  sorpresa,  pero rápidamente se inclinó. “Um, Rudy, por el momento, ¿por qué no los invitamos a entrar?”

“Oh, sí, eso es. Pasen”. Desbloqueé la puerta y les indiqué que entraran.

Apenas había pasado un mes desde que llegó la carta. Estaban aquí mucho, mucho antes de lo que había esperado.