Ore ga Heroine o Tasukegite

Volumen 8

Capitulo 5: Peligro Psíquico (25 Y 26 De Julio)

Parte 6

¿Dónde estoy? Está completamente negro. Quien… ¿Quién soy yo? ¿Qué pasó? “Oye.”

Al escuchar esa voz grave y amenazante en mi oído, mi visión se aclaró al instante.

“… ¿Eh?”

La luz volvió al mundo, y lo primero que vi fue un gran puño.

¡Golpe!

“¡Gah!”

Escuché un grito retorcido. Me tomó un momento darme cuenta de que había salido de mi propia boca.

“?!”

Violencia que no pude entender. Ruidosas burlas por todo el lugar.

¿Por qué… por qué estaba sufriendo así?

La respuesta me llegó de inmediato a través de una escena que fluyó por mi cerebro mientras me golpeaban.

Sí, así es… El hombre delante de mí robó comida y alcohol de un puesto callejero. Golpeó a la señorita del puesto cuando estaba huyendo y le rompió los dientes. Cuando leí eso desde su corazón, le dije que volviera y pagara. Luego se puso furioso y me golpeó.

“¡Cuidado con tu boca, mocoso!” Me dio una patada en el estómago. “¡No tengo dinero en efectivo!” Pisoteó mi pie.

“¡No entres en la cabeza de las personas!”

Me agarró del cuello y me arrojó contra la pared.

Finalmente, el hombre dijo: “Esa mujer solo tuvo que dejar atrás a un mocoso espeluznante y desaparecer…” y desapareció de mi vista.

Fue lo último que vi de él. Ese hombre era mi padre.

***

Mis padres me abandonaron.

Un día, me di cuenta de que podía atravesar las paredes y sorprendí a mi madre al entrar a la casa sin abrir la puerta. Después de eso, mi madre me evitó. Ella solo le prestó atención a mi hermana pequeña.

Mi padre me alimentaba menos durante las comidas. Cuando traté de subirme a la cama de mis padres, me golpearon y me echaron. El único lugar al que tenía que ir era debajo de las escaleras.

Entonces, un día, intentaron venderme a una tienda. Pero antes de que pudieran hacer algo extraño para mí, crucé la pared y escapé.

***

¿Qué… qué? ¿Eh?

De repente, recordé quién era realmente. Rekka Namidare. Y una vez que recuperé esa sensación de autoconciencia, pude mirar hacia abajo y volver a ver mi propio cuerpo con claridad. Yang me había  arrojado a los recuerdos de los psíquicos, y ahora sus vidas brillaban ante mis ojos a una velocidad súper alta.

Cuando Graham era joven, no podía controlar sus poderes de combustión espontánea y quemó a toda su familia en cenizas.

Ail se aisló después de ver los secretos de su amiga con su clarividencia.

Después de pasar por sus parientes debido a su poder de teletransportación, Lucy ya no confiaba en los humanos.

Luego estaba Stun, el telequinético. Yang.

Ellicia, también.

Todos sus recuerdos que fluyeron en mí estaban llenos de tanta ira, dolor y pena que me dieron ganas de arañarme la cara y la garganta. Sus recuerdos comenzaron a mezclarse con mi propio sentido del yo otra vez.

¿Qué? ¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Yo? ¿Por qué esto?

Pero eventualmente, todos sus recuerdos se unieron en cierto punto. Fue cuando Yang estableció la organización y reunió a todos.

La organización hizo todo. Los humanos normales no tenían ninguna posibilidad contra un grupo de psíquicos. Asumieron el trabajo, usando sus poderes para satisfacer las necesidades de sus clientes, y se establecieron un nombre en el inframundo.

Los trabajos que les daban siempre eran sombríos, siempre envueltos en la oscuridad. Se vieron obligados a ensuciarse las manos una y otra vez.

***

El torrente de recuerdos se interrumpió de repente y mi visión volvió a la realidad: la mina de carbón. Parpadeé varias veces… luego miré a Yang, que estaba parado directamente frente a mí.

“¿Bien?” preguntó. “…”

Las cosas que quería decir estaban en la punta de mi lengua, pero no podía ponerlas en palabras. Quizás estaba abrumado por toda la ira, el dolor y la tristeza que había perseguido sus vidas. En algún lugar de mi corazón, incluso dudaba que un humano normal como yo pudiera entender por lo que habían pasado.

“Ese es el camino que los psíquicos nos hemos visto obligados a recorrer. Excluidos por ser simplemente diferentes, hemos visto y hecho cosas que ninguno de nosotros quería. Pero era la única forma de sobrevivir”.

“…”

“¿Realmente crees que puedes salvarnos?”

Podía sentir las miradas no solo de Yang, sino de todos los psíquicos detrás de él apuñalándome. Tuve que elegir mis palabras con cuidado.

“Entonces, Yang, ¿estás tratando de causar el peligro psíquico porque no puedes dejar de lado el odio que tienes por las personas normales que te lastimaron?”

“Así es.” Sabiendo que no tenía sentido esconderse tanto, Yang asintió levemente.

Había visto los recuerdos de Yang Danshey desde su infancia hasta el presente, y había un oscuro revoltijo de emociones constantemente aferrándose a su corazón. Odio por su demonio de padre. Odio por su madre que lo había abandonado. Odio a los extraños que lo despreciaban a él y a sus camaradas. Al poder ver las oscuras verdades de los corazones de las personas, Yang había sufrido una desgracia infinita.

Y todo se sumó, empujándolo hacia el Peligro Psíquico como venganza. Las semillas del odio, cada uno de esos terribles recuerdos, habían echado raíces en él, enredando su corazón para que ya no fuera posible separarlos. Lo mismo era cierto para los otros psíquicos que habían seguido el plan de Yang. Sin embargo…

“Dentro de esos recuerdos que me acabas de mostrar… Era débil, pero sentí algo así como una luz cálida”.

“¿Luz?”

“Tampoco fue de una sola persona en particular. Estoy seguro de que sentí la misma calidez en los recuerdos de todos”.

Pensé que Ellicia podría saber qué era esa luz. “Ellicia”.

“¿Qué?”

“¿Por  qué  trataste de detener a Yang a costa de traicionar a la organización?”

“¿Eh…?”

“Tu pasado es tan doloroso como el de los demás, ¿verdad? Entonces, ¿por qué elegiste intentar detener a Yang en lugar de vengarte?”

“¿Por qué? Yo…” Ellicia dudó en responder.

La tenue luz en mi cabeza lentamente comenzó a tomar una forma distinta.

“Todos quieren el mejor final feliz posible para la historia de su vida. Si eres psíquico o no, no importa. Las personas buscan la luz porque quieren la felicidad”.

“Felicidad…” alguien susurró.

“Ellicia, querías proteger esa luz, ¿verdad? Porque si ocurriera el peligro psíquico, esa luz desaparecería”.

Ellicia quería proteger algo.

“Lo que intentabas proteger era…”

Traté de expresar la vaga forma que la luz estaba tomando dentro de mí en palabras, pero luego un violento destello de luz roja atravesó todo con un rugido.

“¡Gwaaah!”

Golpeado hacia atrás por el impacto, rodé impotente por el suelo. “¡Rekka!”

Alguien corrió para ayudarme a levantarme. Cegado por la luz, no podía decir quién era. En unos momentos, algo cálido envolvió todo mi cuerpo. Cuando el dolor disminuyó lentamente, me di cuenta de que era la magia curativa de Satsuki y Harissa. Gracias a los dos, mi visión finalmente se recuperó… solo para presenciar la tragedia ante mí.

El olor a carne y sangre quemadas impregnaba la mina de carbón. Fue mucho más intenso que los recuerdos que Yang acababa de transmitirme. La mitad del cuerpo de Graham fue quemado. Uno de los brazos de Ail se había ido. Lucy tenía un agujero en el estómago. Y Stan…

“¡Stan! ¡Hey Stan! ¡Levántate! ¡Respóndeme!”

Ellicia gritaba desesperadamente que su amiga caída se levantara. Al telequinético que probablemente la había protegido, le faltaba una gran parte de la espalda como si hubiera sido arrancado.

“Hrgh…”

No pude mirarlo por más tiempo. Poniendo mi mano sobre mi boca, todo lo que pude hacer fue contener el impulso de vomitar.

“Hola mis amigos.”

La autora de esta tragedia apareció, una multitud de seguidores a cuestas. Todos en el túnel sabían exactamente quién era.

“¡Nartessia!”

“Hola a todos. Supongo que ha pasado un día entero desde la última vez que nos vimos”.

Con una sonrisa maliciosamente alegre en su rostro, Nartessia volvió su expresión contraria en mi dirección y saludó. El saludo fue completamente inapropiado para la situación. Ella y sus magos acababan de atacar a la organización a sangre fría.

“¡Tu!”

Aullando como una bestia, Yang lanzó su cuerpo herido a Nartessia. Sin embargo, antes de que pudiera llegar a ella, parecía que chocó contra una pared invisible y fue arrojado hacia atrás a varias veces la velocidad que había estado corriendo. Se estrelló  contra la  pared de tierra que se derrumbó un poco bajo su peso antes de deslizarse y tocar el suelo.

Varios psíquicos aún conscientes de la organización lo llamaron, pero nadie pudo ir a ayudarlo. Así de gravemente heridos estaban todos por el ataque sorpresa.

A pesar de su proximidad a todo, Satsuki y las otras chicas estaban completamente ilesas. Como el más cercano a Yang, había recibido un poco de daño colateral, pero fue un rasguño en comparación con lo que le sucedió a él y a su gente. Nartessia claramente había venido a eliminar a los sobrevivientes restantes de la organización.

“¡Nartessia! ¡Para!” Grité

Después de que Satsuki y Harissa me curaron, me puse de pie y evité que Nartessia se acercara más a Yang. Ella seguía sonriendo espeluznantemente.

“¡Casi había convencido a Yang! ¡Por favor, Nartessia, no ataques más!”

“¡Ha! ¿Eres un idiota?”

“?!”

Fue un insulto bastante común, pero… ¿qué fue ese escalofrío que me recorrió la espalda?

“Ya robaron el tesoro del clan Margaret con el Aliento del Dragón de Fuego. No hay forma de que puedas entender cuán grave es un crimen en la sociedad mágica. La magia de la herencia es algo muy especial que los antepasados de una familia han dedicado sus vidas a estudiar y desarrollarse. Heredarlo es mi orgullo y honor como mago. No hay nada más valioso. Yo también debo refinar esta magia y pasarla a la siguiente cabeza para que un día el clan Margaret pueda alcanzar la verdad definitiva de la magia… ¿Entiendes?”

La expresión en el rostro de Nartessia de repente se hizo plana. No, eso no fue todo. Era como si la mirada en sus ojos de repente se volviera inhumana. Eran espantosos. Vacío. Solo mirarlos me heló la sangre.

“Esta es una guerra, ya ves. Una que comenzaron. ¿Crees que puedes agitar una bandera blanca y pedir perdón después de hacer algo así? No, me temo que no es tan simple”.

“Espera, entonces…”

Según esa lógica, ¿ella también nos perseguía por robar el arete? “Ohoho, no estés tan tenso”.

Nartessia sonrió ante mi nerviosismo. Llevaba la misma burla maliciosa que antes.

“Cuando tomaste el arete, ya no tenía el poder del Aliento del Dragón de Fuego, ¿recuerdas? Era solo una habilidad de basura de la escoria que yacía allí. Si bien el arete en sí es un objeto mágico bastante raro, te dejaré libre de culpa por largarte con ellos”.

Nartessia me palmeó el hombro y miró a los psíquicos caídos.

“Después de todo, fue gracias a todos ustedes que procedieron con esto que se distrajeron lo suficiente como para que los  elimináramos  tan fácilmente”.

“¿Qué? ¡¿Qué estás diciendo?!”

¡Eso hizo que pareciera que estábamos trabajando juntos con Nartessia! No me digas que nos dejó ir a propósito para poder usarnos así…

Ahora que lo pienso, ella estaba extrañamente tranquila cuando huimos de la finca Margaret. Ella misma no había hecho nada para tratar de detenernos. Tal vez ya nos había plantado un rastreador o algún tipo de hechizo… ¡Estábamos completamente preparados!

“¡Maldición!”

La ira aumentó dentro de mí ante la idea de ser utilizado, pero Nartessia siempre había sido misteriosa y los magos del clan Margaret eran la fuerza dominante aquí.

La mayor parte del lado de Yang ya estaba gravemente herido y decaído. Las chicas y yo estábamos bien, pero con Tsumiki y Mio para proteger, no estábamos en posición de detener a Nartessia. A este ritmo, solo tendría que sentarme aquí y observar cómo terminaba la organización de una vez por todas.

Seguramente tenía que haber algo que pudiera hacer…

Destruí desesperadamente mi cerebro para tratar de encontrar una salida a esta situación. Nartessia solo se rio, mirándome mientras giraba su cabello alrededor de su dedo como si supiera que era imposible.

“Ahora, creo que ya es hora de que me devuelvas ese arete”.

Le di a Corona un gesto de resignación. Silenciosamente le entregó el pendiente a Nartessia con una mirada triste en su rostro.

“Ugh…”

¿Eh? Justo ahora, en mi cabeza… “Ngh… Tú…”

“Tú… ¿Yang?”

Nartessia lo había golpeado contra la pared hace unos momentos, pero Yang, ensangrentado y golpeado, intentaba recuperarse. ¿Era su voz la que estaba oyendo en mi cabeza? Sus ojos, llenos de un odio ardiente, se clavaron en mí.

“Me engañaste…”

“¡No! ¡Te equivocas!” Grité reflexivamente.

Algo fue raro. Yang era un telépata. Podía leer mentes, por lo que debería saber que no estaba trabajando con Nartessia. Entonces por qué…

De repente, las llamas se levantaron justo en frente de mí. Salté hacia atrás sorprendido, pero el fuego desapareció en un instante.

Pero en su lugar, otros incendios comenzaron a estallar aquí y allá a lo largo del pozo de la mina. Antinaturalmente, no parecían quemar nada, y también desaparecieron tan rápido como habían aparecido. ¿No eran reales?

Nartessia no podía usar magia de fuego, y nadie en mi grupo ni en el de Yang estaba haciendo nada. Las llamas que aparecieron a mis pies ni siquiera estaban calientes… Eso significaba que tenían que ser ilusiones.

“¡Whoa!”

Pero todavía me sorprendieron. Uno estalló justo a mi lado otra vez, y reflexivamente salté a un lado.

“Sir Rekka, ¿pasa algo?” Harissa preguntó preocupada.

¿No podría ella ver el fuego? Miré a mí alrededor con cuidado, y solo parecíamos ser yo y los magos del clan Margaret quienes habían notado algo. Hibiki y Rosalind estaban de pie allí mirándome con miradas perplejas.

“¿Qué es esto…?”

Me sorprendió la forma en que las llamas fantasmas aumentaban gradualmente en energía y claridad.

“Hmm, esto es…” Nartessia murmuró. Ella era la única cuya boca todavía estaba abierta en una sonrisa tranquila.

“Imperdonable…”

Al escuchar la voz de Yang resonando en mi cabeza otra vez, el paisaje cambió de repente.

“¡¿Qué?!”

Ya no estaba en la mina. La visión de lo que se extendió ante mí fue completamente diferente.

Llamas. Llamas. Llamas. Un edificio en ruinas.

Ardiente. Personas y cosas. Todo en llamas.

El mundo entero estaba teñido en los tonos rojos de sangre y fuego. “¿Qué está pasando?” Yo pregunté.

“Nada está pasando. Ya sucedió “, respondió Nartessia con voz pausada, aparentemente presenciando la misma escena que yo. “Este es el recuerdo de cuando mi clan incendió su cuartel general”.

“¡¿Qué?!”

“Bueno, no estaba presente en ese momento, pero… Mira allí. El que está disparando bolas de fuego allí es el mismo hombre que está parado detrás de mí en este momento, ¿ves?”

Ciertamente se parecía exactamente al hombre que ella señaló. Entonces, uno era real y el otro una ilusión: versiones pasadas y presentes de la misma persona. Y según Nartessia, esto fue lo que había sucedido cuando la organización fue destruida. En otras palabras, el que nos estaba mostrando esta visión fue…

“¡Rekka! ¿Qué te pasa?” alguien llamó de repente, agarrándome de los hombros y sacudiéndome.

“¿Shirley…?”

“Estás actuando de manera extraña. ¿Estás bien?”

“Puedo ver… fuego…”

“¿Huh?”

“Los recuerdos de Yang están…”

Sí, probablemente fue la telepatía de Yang transmitiendo esta visión. Justo como me había mostrado los recuerdos de todos antes, pero a una escala mucho mayor. Shirley y los demás no pudieron verlo debido a las chaquetas que llevaban puestas. Corona incluso le había dado a Satsuki uno cuando la rescató, por lo que tampoco podía verlo.

“¿Está su telepatía fuera de control?” Shirley murmuró después de escuchar mi respuesta.

¿Fuera de control? ¿Era por eso que asumió incorrectamente que Nartessia y yo estábamos trabajando juntos? Ya no podía ver la verdad con sus ojos. La luz ya no le alcanzaba. Lo único que quedaba en él era…

“Odio.”

Odio, odio y más odio…

Todo fluyó hacia mí con la visión ardiente. Recuerdos de camaradas asesinados. Los recuerdos de la casa construida desde cero están siendo destruidos. Podía sentir todo el tormento  y la pena que Yang había experimentado.

Pero incluso con todo ese peso en su alma, el Yang con el que había estado hablando justo antes de que Nartessia apareciera todavía tenía luz en sus ojos, por débil que fuera.

Estaba dentro de él y dentro de sus camaradas que habían sobrevivido a estas llamas. Intentaba provocar el Peligro Psíquico para vengarse del mundo… pero todavía no aguantaba por el bien de los camaradas que aún le quedaban. Todavía había una parte de él que quería alcanzar la luz.

Pero ahora… al ver a esos camaradas restantes ser sorprendidos ante sus ojos, o tal vez escuchar de Nartessia que lo había traicionado, lo había perdido por completo.

“¡UOOOAAAAARRRRRRRR!”

Soltó un rugido cruel como una bestia herida. “¡Yang! ¡Contrólate!” Yo grite

“¡Yang!” Ellicia, que resultó ilesa, gritó junto conmigo.

Pero ninguna de nuestras voces llegó a Yang. Sus ojos, oídos y corazón eran prisioneros de las llamas y el odio de sus recuerdos.

“Dios mío, esto me está poniendo de los nervios”.

Nartessia miró indiferente el paisaje de la mente de Yang y suspiró. Una luz fría brillaba en sus ojos.

“¡Nartessia!”

Fui a tratar de evitar que hiciera otro movimiento, pero sentí que alguien me miraba y miré a mí alrededor.

Estaba rodeado de imágenes trágicas de los recuerdos de Yang provocados por su furiosa telepatía. Era difícil reconocer las ilusiones de las verdaderas víctimas que yacían indefensas y heridas en el suelo. Entre ellos había una mujer, Lucy la teletransportadora, que nos miraba fijamente a mí y a Nartessia mientras nos señalaba. Era… Ella era real. Y también la herida en su estómago.

“¿Oh?”

De repente, Nartessia levantó una voz inquisitiva. Le eché un vistazo para verla mirando confundida, abriendo y cerrando la palma de la mano como si le faltara algo. Si no me equivoqué, esa mano era la mano en la que Corona acababa de poner el pendiente…

Uh-oh.

Los poderes psíquicos eran talentos. Eran versátiles. Entonces, si un poder de teletransporte podría mover su cuerpo de un lugar a otro… también podrían mover objetos. ¡Espera, eso significaba que Lucy tenía el pendiente ahora!

De repente tuve una terrible premonición. “¡¿Yang?!”

Alguien estaba de pie junto a Yang, que ahora tenía una mano corta después de la explosión. La mujer, Ail la clarividente, basada en los recuerdos que vi antes, estaba extendiendo la mano para poner algo en su mano restante.

“Yang… el resto depende de ti”.

Ail abrió su puño fuertemente apretado y le entregó el pendiente manchado de sangre a Yang. Después de cumplir con su deber, se derrumbó en el suelo, sin moverse más.

Las llamas fantasmas envolvieron su cuerpo, ocultándola de la vista.

¿Eso significaba que… ella sobrescribió el arete con sus poderes de clarividencia? Lo que dijo antes de colapsar… La razón por la cual la organización quería ese arete en primer lugar… Y el poder y las emociones devastadoras de Yang…

“¡Yang, no! ¡No lo hagas!”

“Experimenta… mi dolor… por ti mismo…”

Con esas seis palabras, comenzó el Peligro Psíquico.