Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 8: Y Entonces Esperamos el Mañana

Capitulo 5: Una Perdida Demasiada Grande Como para Compensar

A pesar de que se había enfrentado a muchas… no, innumerables… crisis del tipo que hubieran hecho que cualquier otro hombre abandonara la esperanza y cediera a la desesperación, Ranta se abrió paso a través de cada una de ellas y las hizo suyas.

Las situaciones difíciles no son nada para mí, siempre había pensado con confianza. Puedo salir de cualquier cosa.

Eso era lo que él creía. Él estaba seguro de eso. Abso-mente-luta.

Ranta sonrió para sí mismo. Esa palabra en ese momento fue inteligente. Abso-mente-luta ¿Debería haberlo gritado en voz alta? ¿Quien sabe? Era dificil de decir. ¿Si él lo gritara, podrían enojarse, tal vez? ¿Más que eso, tal vez? ¿O tal vez si se enojaban era la menor de sus preocupaciones?

Niebla.

Había estado en la niebla desde hace un tiempo.

No había nada más que niebla, y no podía evitar estar harto de eso.

Que mal. ¿No había forma de que pudiera usar la poca visibilidad que proporcionaba esta niebla para correr hacia ella?

Sí, no. Aunque era genial, era una tarea demasiado difícil. Estaba atado después de todo.

¿Obligado, podrías decir?

Las cuerdas mordian su parte superior del cuerpo. Esta era esa cosa. Ya sabes, el de la tortuga. Atadura de caparazón de tortuga. Sorpresa de sorpresas, tenía las piernas libres, pero tenía los brazos esposados ​​detrás de la espalda, por lo que no podía moverlos como quería. La cuerda que extendía sus esposas estaba atada fuertemente alrededor del tronco de un árbol cercano. Era agotador pararse, así que se sentó y cruzó las piernas.

El casco de Ranta fue quitado. Su armadura, todavía la estaba usando. Antes de ser atado, fue sometido a un registro corporal más violento que exhaustivo, y había sido despojado de todas sus posesiones, incluidas las armas.

Bueno, por supuesto que lo había sido. Era una búsqueda corporal, después de todo. Él había pasado por eso, y ella también.

Echó un vistazo a un lado. Sus hombros se tocaban. Estaba a su lado, arrodillada y con la cabeza colgando.

Oye, oye, oye, no seas tan sensible. ¿Tienes algo para mí, eh? ¿Bien? ¿Qué tal? Ranta podría haber participado en algunas bromas ligeras con ella, pero no lo hizo. Él no podía. Podrían enojarse.

Solo tal vez, podrían hacer algo más que enojarse. Si no tenía suerte, ¿tal vez podrían matarlo…?

No podía ver muy bien a través de la niebla, por lo que no sabía qué tipo de lugar era, pero al menos no estaban en la cima de una colina. Había una cueva cerca. Por supuesto, no era la salida de la que salieron antes.

Ranta y Mary no eran los únicos aquí. Había otros. Muchos otros.

Primero, estaban esas cosas. La criatura parecida a un gato con las manos diestras y la cabeza ligeramente sobredimensionada. Había muchos de ellos alrededor. Era justo decir que estaban rodeados por las malvadas criaturas. En los árboles, en el suelo, acostados, rizados en bolas, había todo tipo de ellos, pero parecía como si los estuvieran vigilando. O, bueno, las criaturas definitivamente los estaban mirando. Él ya sabía que esas criaturas no eran salvajes.

No eran solo las criaturas tipo gato. Ahí estaban los lobos negro intenso junto a la boca de la cueva. Todos eran mascotas entrenadas.

Era ese goblin.

Había un lobo negro acostado al lado de la cueva que era más grande que el resto, lo suficientemente grande como para ser llamado magnífico, y el goblin que estaba sentado junto a él, acariciándolo amorosamente, era aparentemente el guardián de las criaturas parecidas a gatos y los lobos. De acuerdo con lo que él había observado, esa era la única conclusión posible.

Sin embargo, ese goblin que llevaba puesto cuero ajustado o algo… Tenía el rostro de un goblin, la figura de un goblin y el físico de un goblin, era el goblin más goblin de todos los tiempos, pero había algo diferente al respecto. Estaba completamente tranquilo, como si fuera inteligente, y tenía un aire de tristeza al respecto.

Ese no es un goblin ordinario, pensó Ranta. Debe ser algún tipo de goblin especial, ¿eh?

Eso era fácil de ver. Bueno, por supuesto que lo sería.

“¿O-Oye?” Ranta intentó hablar con la voz más baja que pudo. “No dejes que te deprima. Todavía estamos vivos, ¿sabes? Mientras estemos vivos, podemos hacer algo. ¿Bueno…?”

“Tienes razón.” Mary mantuvo su cabeza colgada mientras escupía las palabras hacia él. “Mientras estés vivo, puedes agacharte y hacer dogeza.”

“Urkh…”

Recuerdos oscuros corrieron hacia él en un instante.

Hacer dogeza. Era cierto, sí… ¡se había doblegado! Habían sido rodeados por lobos, y parecía que las cosas estaban a punto de ponerse mal, ¿de acuerdo? ¡Había estado en el fragor del momento! ¡Lo había hecho reflexivamente, como una opción viable! ¡Había sido una elección magistral de todos modos!

¡Sí, lo había hecho!

Lo había hecho, ¿de acuerdo? Él fue y lo hizo, porque por supuesto que lo haría, ¿verdad? Él se había doblegado, está bien, ¿está bien? Eso estuvo bien, ¿verdad? Al final, había sido la elección correcta.

“G-Gracias a eso, todavía estamos vivos,” dijo Ranta. “Logramos evitar que nos mataran ahí. Muestra un poco de gratitud, ¿por qué no? Mi rápida y oportuna dogeza abrumó a nuestros oponentes.”

“Más bien les horrorizó.”

“…De cualquier forma, sobrevivimos. Piensa positivamente, Mary.”

“¿Positivamente? ¿En esta situación?” Mary dejó escapar un suspiro forzado. “Deja de bromear.”

Ranta le dio otra mirada de reojo. Bueno, si no podía ser positiva, tal vez no podía culparla. Estaban atados después de todo. Las cuerdas también estaban apretando un poco. ¿No era eso un poco erótico? No, no era un poco, era bastante erótico, ¿verdad?

Dicho sea de paso, ese goblin había sido el encargado de atar tanto a Ranta como a Mary. También había hecho la búsqueda corporal. Eso significaba que había llegado a sentir Mary por todas partes. Ranta no había pensado en eso en ese momento, pero mirando hacia atrás ahora, estaba celoso.

¡No! ¡Fue indignante! ¡¿Cómo se atrevió un simple goblin a hacer eso?! ¡Ranta ni siquiera la había tocado todavía!

“…¿Qué estás mirando?” Mary lo miró.

“Y-Yo no estaba mirando.” Ranta se volvió para mirar hacia adelante. “…Está bien, así que estaba. Estaba buscando, estaba buscando, estaba buscando totalmente. ¿Está buscando mucho? Hmph… ¿Estás bien ahí? Si está apretado, o duele…”

“Pervertido.”

“¡Y-Yo solo estaba preocupado!”

“Tu voz.”

“Urkh…” Ranta apresuradamente cerró la boca y miró a su alrededor.

Las criaturas parecidas a gatos miraban hacia ellos. Los lobos también lo hicieron. Y ese goblin. Había otros también.

La verdad era que, además de las criaturas parecidas a un gato, los lobos negros y el goblin, también había varios orcos de piel verde aquí. También había una cantidad de no-orcos escondiendo su piel. Entraban y salían de la cueva, o merodeaban por la zona.

¿Qué pasaba con esos tipos? ¿Quiénes eran? Para empezar, ¿por qué no intentaban matar a Ranta y Mary? Si hubieran querido hacerlo, podrían haberlo hecho. Incluso ahora, todavía podrían. ¿No eran los orcos el enemigo de los humanos? ¿Qué estaban haciendo los goblins que deberían haber estado dentro de Damuro, en otros lugares?

Ranta miró a Mary otra vez. No los matarían rápidamente… ¿era eso? Parece, la diversión aún estaba por llegar. Si había algo que venía, ¿era eso? ¿Sería eso? ¿Como, “Gejejeje, todo el mundo tiene un turno, chicos,” eh? Al igual, ¿Mary va a estar en problemas? No, no como si ella estuviera en problemas, ella ya estaba en problemas.

Sí… Así es como va, eh.

Si se encontraban en una situación en la que sus enemigos podrían hacerlo en cualquier momento, significaba que estaban en una situación en la que podían hacerlo en cualquier momento también. Mary tenía que saber eso. Ella definitivamente estaba en un mal momento. Ella debe estar pensando que hubiera sido mejor si la hubieran matado rápidamente y terminado de una vez.

¿Cuál vendría primero? ¿Matarían a Ranta, o llegarían primero a Mary? Podrían hacerlo justo en frente de él mientras todavía estaba vivo… Eso sería duro para su psique. No quería verlo, pero lo haría. No, no, no lo haría. No había forma de que él quisiera ver eso.

Ranta cerró los ojos con fuerza. H-H-Horribleeeeee. Malditamente horribleeeee. No, no, no, no quiero eso. ¡Sálvenme, sálvenme, sálvenme, por favor, se los ruego!

Escuchó a Mary tragar saliva.

Ranta abrió los ojos. Los abrió de par en par.

Alguien había salido de la cueva. Alguien.

No era un orco, ni un goblin, ni una criatura humanoide. Aunque era humanoide. Porque, bueno, era un humano.

Él venía. Caminando por este camino. Un humano. Su largo y rígido cabello estaba atado en la parte superior de su cabeza. Su rostro estaba cubierto de pelo. Sus mejillas estaban hundidas.

¿Un kimono? Llevaba ese tipo de atuendo, con un obi atado fuertemente alrededor, y su mano izquierda estaba metida dentro de su manga. Él… ¿no tenía brazo derecho? ¿O simplemente estaba escondido dentro de su manga?

El objeto largo y delgado que tenía en la boca parecía ser una pipa. Estaba fumando tabaco. El hombre era tuerto. Su ojo izquierdo no solo estaba cerrado. Había una cicatriz ahí.

¿Tendría unos cuarenta años, tal vez? Él era un hombre viejo. Pero…

¿Que esta pasando?

Había un humano, junto con orcos y goblins? ¿Eran camaradas?

“Hmm…” El viejo se detuvo frente a Ranta y Mary, quitándose la mano del cuello para acariciar su barbilla. Hizo un sonido áspero. Él tenía una espada curva en su cadera. Parecía una katana, tal vez.

“Qué buena mujer. Se ve deliciosa.”

“¡¿Qué, vas a comerla?!” Ranta no pudo evitar burlarse de él.

El viejo alzó una ceja espesa y lo miró. “El mocoso también es luchador.”

“La frescura es lo primero, ¿eh? Maldicioooooón… ¿N-Nos van a comer, eh?”

“…Estoy bastante segura de que no es así,” dijo Mary fríamente.

“¡Cállate, Mary! ¡Y espera, ¿por qué estás tan tranquila?!”

“No diría que estoy tranquila, exactamente…”

“Bueno, tranquilízate.” El viejo bostezó. “Es cierto, si decidimos que queremos hervirlos, hornearlos y comer hasta saciarnos, somos libres de hacerlo. Podemos hacer lo que queramos, cuando queramos. Si Onsa no fuera tan caprichoso, ustedes dos ya serían comida para lobo. Ustedes lograron evitar eso. ¿Por qué no estar feliz con su buena fortuna? ¿Hm?”

El goblin acariciaba cariñosamente al gran lobo negro mientras los miraba. Tal vez Onsa era el nombre de ese goblin.

Ranta miró a Mary. Mary estaba mirando hacia abajo, sus hombros subiendo y bajando. Su respiración era irregular. Su cuerpo entero estaba temblando.

¿Estaba asustada? Por supuesto que sí.

Ranta respiró hondo y fijó sus ojos en el viejo. Estaba asustado, pero no iba a dejar que nadie pensara que era una gallina. Después de todo, tenía su orgullo como el caballero oscuro más atroz.

“Mátame,” le dijo Ranta. “Si nos vas a matar, hazlo ya. ¿Pero sabes que? Ustedes no van a hacerlo. Tienen que tener alguna razón, ¿verdad?”

“No es una gran razón.” El viejo soltó una bocanada de humo. “Cuando tomamos prisioneros, no importa cómo sean, no solo los matamos. Esa es la ley.”

“¿La ley…? ¿Qué clase de grupo son ustedes?”

“¿Qué? ¿No sabes de nosotros?”

“Bueno, no.” Ranta se humedeció los labios.

Entonces así es, pensó.

No los matarían de inmediato. El viejo lo había garantizado. En ese caso, ¿qué tenía que temer? Él no estaba asustado. No estaba asustado ni un poco.

“Acabamos de regresar de un pequeño viaje a otro mundo, ya ves,” le dijo Ranta.

“Otro mundo, ¿eh?” La mirada en los ojos del viejo cambió un poco. Parecía que él tenía la atención del tipo. Bien, bien.

“Puede que no lo parezca, pero soy una especie de soldado voluntario conocido,” alardeó Ranta. “Entonces, después de acumular una tonelada de experiencia en otro mundo, he vuelto a Grimgar, más grande y mejor que nunca. Si quieres enterarte, puedo contarte historias.”

“¿Eres estúpido?” Mary estaba susurrando algo en voz baja, pero ¿qué le importaba?

“¡Fue una aventura que te haría hervir la sangre y bailar tu carne!” Declaró Ranta. “¡No, fue toda una serie de super aventuras! ¡Tierras desconocidas, criaturas sorprendentes, nuestro oro no vale nada, nuestras palabras no entendidas, nuestra experiencia ganada duramente era irrelevante, pasamos por la mejor experiencia de supervivencia en un lugar como ese! ¡¿Qué tal?! ¡Si no me escuchas, te lo garantizo, lo lamentarás después, ¿sabes?! ¡¿Quieres eso?! ¡¿Por no escuchar esto?! ¡Si yo fuera tú, me gustaría escucharlo!”

“Déjame pensar.” El viejo inclinó la cabeza hacia un lado y sopló otra bocanada de humo. “Pasaré.”

“De ninguna maneraaaaa..”

“Déjame preguntarte una cosa.”

“¡P-Pregunta! ¡N-No! ¡¿D-Depende de lo que sea?! No me importa responder, quiero decir, estoy feliz de cooperar… ¿De verdad?”

“Es de tu propio interés responder,” dijo el viejo. “Ustedes dos, ¿cuál es su conexión con la aldea?”

“¿Aldea…?” Ranta y Mary se miraron el uno al otro.

Mary negó con la cabeza, sin parecer entender. Ranta tampoco tenía idea, pero ¿estaba bien responder con sinceridad?

“La aldea, ¿eh?” Ranta miró al viejo. Trató de leer las intenciones del tipo de su expresión, pero no fue bueno. Él no estaba mostrando nada que pudiera llamarse una expresión. El viejo era inexpresivo. Tendría que ir con sus entrañas aquí.

“…Oh, la aldea,” dijo Ranta. “Sí, sé lo que es eso. Quiero decir, soy el tipo más informado alrededor. Si alguien te dice lo contrario, es un mentiroso. ¡Porque podría quedarme despierto toda la noche contándote todo sobre aldeas! Pero ahorremos eso para otro momento…”

“Ya veo.” El viejo frunció el ceño y se rascó la parte posterior de la cabeza. “No puedo decir si estás tratando de fingir que lo sabes o tratando desesperadamente de ocultar el hecho de que lo haces.”

“Heh…” Ranta cerró los ojos.

Sí, apuesto a que no puedes, pensó. Eso es exactamente lo que estaba buscando.

“Parece que es más seguro deshacerse de ti.”

“¡¿Qué?! ¡¿Porqué?! ¿Por qué es sabe? ¡¿Sabe?! ¡¿Qué es un sabe?!”

“Tú, eres muy gracioso, pero cállate.”

“C-Callando… ahora mismo. ¿De acuerdo?” Dijo Ranta.

“Mujer.” El viejo se agachó, pareciendo lamer el cuerpo de Mary de arriba abajo con sus ojos. “Lo que pasa con las mujeres humanas, por extraño que parezca, es que parece que también les gustan a las otras razas. Somos un grupo de hombres. Si no opones resistencia extraña, es posible que no mueras.”

Mary no dijo nada. Ella miró hacia el suelo, apretando los dientes. Tal vez imaginar el horrible destino que la esperaba en el futuro cercano la había dejado incapaz de decir nada.

Ranta no tuvo tiempo de sentir simpatía por Mary. Por la forma en que iban las cosas, Mary se convertiría en un juguete para los orcos y los goblin, y Ranta moriría antes o después de que sucediera.

Ranta-sama, el más atroz de todos los caballeros oscuros, no pensó que hubiera alguna manera de que él pudiera morir así. Honestamente, simplemente se sentía muy irreal.

Tiene que ser una mentira donde lo hacen pensar, vas a morir, vas a morir, o más bien, te van a matar, te van a matar. Pero nunca lo matarían realmente. Sí. Por supuesto que iba a estar bien.

¿O tal vez solo quería pensar que estaría bien…?

Cuando mueres de verdad, ¿realmente era así de fácil…?

Morir.

¿Iba a morir?

De ninguna manera.

Él no podía morir. Aún no.

¡Ni siquiera lo había hecho con una mujer todavía!

No, bueno, él no recordaba nada antes de llegar a Grimgar, por lo que ya podría haber tenido esa experiencia, pero si no lo recordaba, era lo mismo que si no lo hubiera hecho. Quería al menos hacerlo antes de morir. No, no, él no quería morir. Quería hacerlo, enloquecer mucho más y vivir. No importa lo que sucediera, él tenía que vivir.

Si el más atroz de todos los caballeros oscuros caía así, sería una gran pérdida para la humanidad. Tenía que vivir, por el bien de toda la humanidad.

¿Pero cómo?

“No hagas problemas”, dijo el viejo con una risa grave, luego sopló en su pipa y se fue en dirección a la cueva.

Ranta chasqueó la lengua.

Maldición.

Antes de que el viejo se fuera, debió haber realizado una última reverencia teatral, una brillante y poderosa dogeza…