Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 8: Y Entonces Esperamos el Mañana

Capitulo 4: Trabajo Duro

El camino delante de ellos descendió y la niebla se arremolinaba a su alrededor.

Los sonidos de la pelea vienen de ahí, pensó Haruhiro.

Moyugi estaba liderando al grupo, avanzando a través de la niebla con su demonio Moira detrás de él.

“¡¿Huwuh?!” Yume soltó un extraño grito. “¡¿A dónde se fue Kuroron?!”

Haruhiro se sorprendió. Kuro se había ido. Él había desaparecido. Él había estado justo en frente de ellos hace un momento.

Haruhiro estaba sorprendido por eso, pero si no se daban prisa y alcanzaban a Moyugi y Moira, los iban a dejar atrás. Si estuviera a solas con Yume en medio de quién sabe dónde, sería lo peor.

Él y Yume aceleraron el paso. Por ahora, de alguna manera lograban mantener a Moyugi a la vista. Pero también parecía que se estaban metiendo cada vez más y más, ¿no? Shihoru y los demás deben estar preocupados. Y Ranta… solo esperaba que Ranta no hiciera nada estúpido.

Maldición.

Acababa de afirmar su determinación de ser el líder, y estaba haciendo todo lo posible para tener cuidado, y luego había cometido un terrible error como este. Nada salía en su camino. Le hacía sentir realmente, realmente enojado por lo mediocre que era.

Todo eso aparte; están aquí. Yendo en eso. Es una batalla. Están luchando.

Haruhiro podía oír el sonido de la voz ronca de un hombre cortando la niebla. Era humano. Había varias otras voces, también.

Moyugi se detuvo. Moira fue solo a la niebla, desapareciendo de la vista. Haruhiro y Yume alcanzaron a Moyugi, luego se detuvieron.

Si entrecerraba los ojos, solo vagamente, Haruhiro podía distinguir una figura humanoide. La figura balanceaba alrededor una espada bastante grande. Probablemente era el dueño de la voz ronca. ¿El grupo que lo seguía atacando estaba compuesto por orcos? ¿O eran de alguna otra raza? Haruhiro no podía decir mucho, pero era uno contra muchos.

A pesar de su obvia desventaja numérica, el hombre con la voz ronca no dio ni un solo paso atrás. Dicho eso, estaba claro que estaba peleando solo.

“Um, ¿Moyugi-san?” Preguntó Haruhiro vacilante. “Ese tipo es humano, ¿verdad? ¿No tenemos que ayudarlo…?”

“Si fuera necesario, lo haría, por supuesto. Ni que decir. ¿Qué eres, una especie de idiota?”

“Solo preguntaba. No hay necesidad de morderme la cabeza…”

“Está bien hacer preguntas, pero primero piensa por ti mismo,” espetó Moyugi. “Para decirlo en pocas palabras, me miras como una especie de superior, y me estabas buscando para darte órdenes, ¿verdad? En otras palabras, eres un idiota. Dicen que un idiota es lo que le haces a él, y, sobra decirlo, podría hacerte un buen uso. ¿Qué dices a eso, Haruhiro-kun el idiota?”

“…Lo pensaré antes de preguntar de ahora en adelante.”

“Por favor hazlo. Odio tener mi proceso de pensamiento interrumpido por las preguntas de los idiotas, ya ves.”

“Moyugin es un verdadero matón.” Yume hinchó las mejillas en enojo, pero Moyugi solo sonrió levemente como si no le importara. Bueno, Moyugi había hecho un buen argumento, y estaba acertado. Moyugi estaba en esta línea de negocio más tiempo que ellos. Sin duda, también era más habilidoso. Sería difícil encontrar algo en lo que fueran mejores que él. Por eso Moyugi estaba muy por encima de Haruhiro, y esa era la razón por la cual Haruhiro había decidido hacer lo que él dijera. Naturalmente, había aceptado esa relación.

Moyugi, con su lengua afilada, había cuestionado eso. ¿Estás de acuerdo con eso? Estaba preguntando.

Moyugi había declarado claramente que si Haruhiro y Yume actuaban como perros leales que simplemente movían sus colas y lo seguían, estaría feliz de usarlos como señuelos o peones desechables, pero no los trataría mejor que eso. Todos eran miembros de Day Breakers, pero ¿y qué? Si pensaban que eso los convertía en sus camaradas, estaban enormemente equivocados, y una molestia masiva para cargar. Necesitaban hacer algo para que él los reconociera, eso era lo que estaba diciendo.

Lo dijo con dureza, pero estaba siendo bastante considerado. O al menos, eso fue lo que Haruhiro decidió pensar. Haruhiro no era lo suficientemente serio como para ponerse nervioso y pensar: Bien, haré que me reconozcas, pero no podía permitirse ser usado como señuelo o peón.

Por ahora, incluso si no pudieran estar hombro a hombro con Moyugi y Kuro, aún podrían reflexionar sobre cosas que necesitan reflexión. Podrían aprender lo que necesitaba aprender. Podrían trabajar en las cosas que necesitaban para mejorar. Podrían, poco a poco, reducir la distancia, la brecha, entre ellos.

¿Eso es demasiado para nosotros? Él se preguntó. Bueno, incluso si es difícil de lograr, podemos intentarlo.

Pensar. Pensar mucho. No, solo pensar no es suficiente. O más bien, necesito material con el que trabajar antes de poder pensar. Necesito información. Buscarla con mis ojos, escucharla con mis oídos. Sentirla con mi piel.

¿Que está pasando aqui? ¿Qué están haciendo Moyugi y los demás? Luchan contra los enemigos. ¿Qué tipo de enemigos? Había orcos. Pero es probablemente más que solo orcos. ¿Qué hay de esos enemigos con los que pelea el tipo con la voz ronca? ¿Son solo orcos? ¿O hay otras razas también? Quiero saber. Necesito aprender más.

“¿Te importa si me muevo un poco más?” Comenzó Haruhiro. “No, en realidad, me estoy moviendo hacia adelante.”

Sin esperar una respuesta, Haruhiro se adelantó a Moyugi. Yume lo siguió.

Él podía verlo ahora. El hombre tenía una espada increíblemente grande con una forma inusual, y la estaba balanceando a la izquierda y derecha.

Que espada, pensó Haruhiro. Nunca he visto algo así.

Cada espada tenía un centro de gravedad. Ese era el punto donde, si la espada se sostenía y se le permitía equilibrarse como una balanza, el peso en ambos lados sería igual. En general, si no estaba entre diez y veinticinco centímetros o más desde el punto donde la hoja se encontraba con la empuñadura, la espada se volvería increíblemente difícil de manejar. Inutilizable, incluso. Y aún así.

Y, sin embargo, la espada del hombre tenía que medir más de un metro y medio, que ya era lo suficiente desproporcionada. Y la punta era amplia también. Tenía una forma que podría describirse como una delgada rebanada de una seta gigante. Con una forma como esa, el centro de gravedad tenía que estar increíblemente cerca de la punta. Como resultado, sus cambios eran más lentos.

Debido a que se vio obligado a usar cambios grandes y lentos, dejaba muchas aperturas. El hombre resolvía ese problema usando algo más que su espada.

Sus pies.

Cuando un enemigo se acercaba a él, el hombre soltaba una patada. Esas patadas tenían una cantidad increíble de fuerza detrás de ellas. Después de todo, el hombre estaba construido tan fuerte como un orco, tal vez más fuerte.

Si Haruhiro recibiera una patada de esas piernas con forma de tronco, probablemente nunca volvería a levantarse. Y era evidente que, incluso si intentaba defenderse con un escudo o una armadura, no sería capaz de enfrentarse a la enorme espada seta del hombre. Si intentaba acercarse, lo patearían, si no lo hacía, sería atravesado por esa enorme espada seta. Si se encontraba enfrentando a ese hombre como un enemigo, ¿qué haría?

Haruhiro solo tenía una respuesta.

Correr. ¿Cuál más?

El tipo era aterrador incluso solo por mirar. No llevaba casco, mostrando su cabeza calva, y aunque el bigote podría haber estado bien, ¿por qué llevaba gafas de sol? Él no era nada si no intimidante. No importa cómo lo mires, este tipo estaba loco.

Gritó y balanceó su enorme espada seta, convirtiendo a un enemigo en un cadáver. Gritó tres veces más, y con cada golpe, había otro cadáver. Un enemigo intentó atacarlo mientras terminaba un golpe, pero él lo pateó hacia atrás, y luego, con otro grito, lo cortó inmediatamente.

Los cadáveres se amontonaban mientras Haruhiro observaba. Bien, eso podría haber sido exagerado, pero la enorme espada seta del hombre, las técnicas de espada dinámica y las patadas que eran bastante ágiles para un hombre de su tamaño hicieron que Haruhiro quisiera describirlo de esa manera.

Para agregar una cosa más, este hombre usaba la niebla a su favor también. Para él, cualquiera que tratara de acercarse a él era un enemigo, pero sus enemigos no podían decir lo mismo. Con la visibilidad tan mala como era, sería difícil para el enemigo rodearlo con diez o veinte hombres de cada lado, presionando hacia adentro.

Haruhiro ahora podía ver por qué Moyugi no intentó unirse a la refriega. Si se acercaba descuidadamente e intentaba echar una mano, solo lograría perturbar al hombre. Siendo ese el caso, ¿no podrían simplemente apoyarlo desde la distancia?

De ninguna manera era algo en lo que Haruhiro realmente pensaba hacer.

Pero luego, descuidadamente, se hizo notar por el enemigo. Eso fue todo.

“¡Yume!” Haruhiro preparó su estilete y el cuchillo con el protector de mano.

Los enemigos estaban más cerca de lo que él había pensado.

Viniendo. Pieles verdes. Orcos. Dos de ellos. Uno con cabello azul, el otro rojo. Vistiendo unas armaduras de metal. Sus espadas son probablemente de un solo filo. Ellas son curvas. ¿Katanas tal vez?

Si lo atacaban juntos, él y Yume probablemente no podrían resistir, ni siquiera por un momento. Primero, tenían que dividir a los orcos, Haruhiro y Yume tomaron uno.

Haruhiro cargó contra el orco de pelo azul, dándole una serie de golpes con sus dos cuchillas. Tanto sus cortes oblicuos como sus estocadas se centraban en la velocidad. Incluso si golpean, no podrían hacer mucho daño. Aun así, logró tirar algo de viento en las velas de los orcos.

Podía escuchar a Yume gritar mientras usaba su machete para intercambiar golpes con el orco pelirrojo también. Mientras Haruhiro tenía al orco de pelo azul a la defensiva, ajustó su posición para que su espalda quedara frente a la de Yume. De esta forma, incluso si llegaran nuevos enemigos, al menos podrían evitar ser atacados por la espalda.

Moyugi, Moira, Kuro, cualquiera, ¿podrías venir a salvarnos por favor? Pensó desesperadamente.

No te ilusiones, se advirtió a sí mismo. Si no puedo manejar esto solo, ¿cómo podría hacer algo?

De hecho, fue porque había intentado confiar en los demás que, en el momento en que el orco de pelo azul pasó a la ofensiva, trató de echarse atrás.

“¡Ah…!” Gritó Haruhiro.

¡Ah! ¡Maldita sea! ¡Él es rápido!

Cuando el orco de pelo azul le dio un salvaje golpe en el cuello, Haruhiro usó el cuchillo en su mano izquierda para golpearlo. Con un giro inmediato de su muñeca, el orco se inclinó hacia él desde arriba de su cabeza. El cuchillo en la mano izquierda de Haruhiro no llegaría a tiempo. Usó Swat con el estilete en su derecha. No pudo desviarlo por completo.

El orco de pelo azul lo apuñaló. Parecía que sería vencido si usaba la izquierda, por lo que Haruhiro usó el estilete en su derecha para Swat, Swat, Swat.

Este orco es fuerte.

Era de esperar que cada golpe fuera pesado, pero los golpes del orco también eran diestros. El orco no dependía únicamente de la fuerza; su técnica era precisa y certera. Si Haruhiro lo describía como algo así como pelear contra un humano, ¿eso era tomar a los orcos con demasiada ligereza? Aún así, así era como se sentía Haruhiro. Este tipo se veía diferente, pero era humano.

¿Humano…?

No, él no. No solo era su cuerpo más grande que el de un humano, sino que tenía mayor fuerza. Si fuera más inteligente y más diestro además de eso, eso significaría, en general, que era más que un humano.

Mientras usa cautelosamente Swat para desviar la katana del orco de pelo azul, Haruhiro se estremeció. Pudo haber estado malinterpretando algo todo este tiempo.

El Rey No-Vivo había aparecido alrededor de un siglo y medio atrás, dando a luz a los muertos vivientes, y unificando a los orcos, kobolds, goblins y otros en una sola facción. Habían destruido los reinos humanos de Nananka e Ishmal, y forzaron al Reino de Arabakia a retirarse al sur de la Cordillera de Tenryu. Como resultado de eso, los orcos y los muertos vivientes ahora ambos eran facciones poderosas en la frontera de Grimgar.

Eso solo mostraba lo increíble que había sido el Rey No-Vivo. De alguna manera, eso fue lo que Haruhiro había terminado pensando.

Los orcos eran inteligentes y más fuertes que los humanos, y era por eso que estaban en una mejor posición que los humanos en la frontera. ¿Haruhiro alguna vez había considerado esa posibilidad?

Para ser sincero, no, no lo había hecho.

Quizás Haruhiro no sabía cómo eran realmente los orcos.

“¡Yume!” Haruhiro se las arregló para golpear con Swat al próximo ataque del orco de pelo azul, un combo de dos golpes consistente en un ataque horizontal encadenado de uno bajo, y luego miró a Yume. Solo la vio por un breve momento, pero estaba claro que estaba luchando.

No podemos resistir, se dio cuenta. Así no.

Por cómo iban las cosas, Haruhiro y Yume caerían tarde o temprano.

Era un recordatorio fresco y claro de cuánto más poderoso era Moyugi y su grupo. Las cosas estaban claramente sin esperanza, y no podrían ganar de todos modos, ¿así que debería simplemente darse por vencido? No, esa no era una opción. Inteligente. Tenía que ser inteligente. Haruhiro podría no haberse dado cuenta de cómo era realmente un orco, pero sus enemigos tampoco sabían nada de ellos.

“¡Dos, uno…!” Llamó.

“¡Nyan!” Yume se giró rápidamente. Al mismo tiempo, Haruhiro hizo un cambio de actitud.

Ellos cambiaron.

El orco de pelo azul se había estado acostumbrando al estilo de pelea de Haruhiro, y el orco pelirrojo probablemente había estado controlando cómo se movía Yume. Si sus oponentes cambiaran repentinamente, eso confundiría a cualquiera. Humano u orco, no hacía ninguna diferencia.

Haruhiro presionó el ataque ahora. Naturalmente, él no entendía a su oponente, por lo que era arriesgado. Aún así, por la forma en que habían ido las cosas, había pocas posibilidades de que ganaran, por lo que tendría que arriesgarse y atacar.

Haruhiro se comprometió a ello, acercándose al orco pelirrojo. Usó Slap y Shatter, e hizo que pareciera que intentaba usar Hitter, pero luego usó Cut y otro Shatter. Los golpes fueron superficiales, pero el orco pelirrojo estaba desconcertado por su combo.

Ahora, pensó Haruhiro.

Se deslizó más allá del orco, poniéndose detrás de él. Él realizó un Backstab con su estilete.

No fue solo en una oportunidad. Fueron dos, luego tres. Él perforó la armadura, pero no fue un golpe fatal.

El orco pelirrojo se volvió hacia él.

Dando vueltas para ponerse detrás del orco otra vez, Haruhiro realizó otra combinación de triple Backstab.

El orco pelirrojo se tambaleó, pero con un grito de “¡Orrrsh!” Logró mantenerse en pie.

Habiendo anticipado eso, Haruhiro inmediatamente lo agarró por detrás. El orco pelirrojo llevaba un casco. Sin embargo, había grandes aberturas para los ojos y la boca, y el pelo rojo del orco sobresalía del interior.

Haruhiro metió su cuchillo en el agujero de la boca, luego clavó su estilete en el globo ocular derecho del orco. Él sacó los dos en un instante, saltando.

El orco pelirrojo gimió, poniendo una rodilla en el suelo, pero no caía aún.

¿Qué tan duro es este tipo? Haruhiro se preguntó. Incluso si se está muriendo, no se sabe qué podría hacer hasta que esté completamente muerto. Tengo que pensar de esa manera. Endurece tu corazón.

Haruhiro le dio una patada al orco pelirrojo e inmediatamente giró su estilete en el ojo derecho del orco.

“¡Lo siento por esto!” Gritó.

Muere. Muere. Muere. Muere. Por favor muere.

Dejando al ahora inmóvil orco pelirrojo yaciendo donde estaba, Haruhiro miró a Yume. Estaba usando a Wan-chan para desviar la espada del orco de pelo azul, pero podía ver que estaba claramente cansada. Quería entrar ahí y ayudar de inmediato…

Pero no te precipites, se predijo. Haruhiro tenía su propia manera de hacer las cosas.

Primero tenía que relajar su respiración, controlarla, liberar la tensión excesiva de su cuerpo y borrar su presencia. No podía hacer desaparecer la niebla, pero podía aclarar su mente.

Su campo de visión se amplió rápidamente. El podía ver. Podía escuchar. Podía sentir. Su mente estaba suelta de su carne, y se sentía como si estuviera mirando el área desde arriba, incluido él mismo, en un ángulo. Sintió que esto era un poco diferente de la habilidad Stealth que Barbara-sensei le había enseñado, pero Haruhiro estaba en su mejor momento de esta manera.

Moyugi no se había movido ni un paso de donde había estado antes, y estaba parado ahí, como si dijera: Muéstrame lo que tienes. Haruhiro había esperado eso, así que no lo enojó. No podría hacer que ese hombre soltara un gemido de admiración, pero haría lo que pudiera.

Moviéndose con calma, como si fuera uno con la niebla, Haruhiro dio vueltas detrás del orco de pelo azul con el que Yume estaba intercambiando golpes. No solo el orco de pelo azul no lo había notado, Yume tampoco había detectado a Haruhiro en movimiento.

No podía ver esa línea, pero se movía sin la menor indecisión. Envainando su cuchillo, fue en busca de un Backstab con su estilete. Fue profundo, y, por un instante, el orco de pelo azul se detuvo.

Sin perder el ritmo, Haruhiro usó Arrest. Agarró el brazo izquierdo del orco de pelo azul. Cogido por sorpresa, y con Haruhiro agarrando tan firmemente su codo, la diferencia de tamaño entre ellos significaba poco. Fue fácil desequilibrarlo y hacerlo tropezar. Haruhiro apuñaló su estilete en el ojo derecho del orco caído.

“¡Nyan!” Yume saltó, golpeando con su espada curva en la muñeca derecha del orco. Aunque ella no logró cortarle la mano, la espada que sostenía salió volando.

Probablemente fue en ese momento que el orco de pelo azul pensó: Se acabó. Su desesperación era palpable. Aun así, el orco de pelo azul elaboró ​​la voluntad de intentar y levantarse una vez más.

No te dejaré, pensó Haruhiro.

Se sentó a horcajadas sobre el orco, sacó su estilete, y lo apuñaló de nuevo. Lo liberó y lo apuñaló de nuevo. Cortó la cara del orco de pelo azul.

El estilete era un arma que se especializaba en apuñalar, por lo que su poder de penetración y su capacidad para infligir heridas letales era aterrador. No pasó mucho tiempo para que el orco de pelo azul muriera.

¿Qué te parece eso? Haruhiro pensó. No era algo que iba a decir, pero se volvió para mirar a Moyugi. Él ni siquiera está ahí.

Con una serie de gritos y gruñidos, el hombre calvo que llevaba gafas de sol todavía estaba ahí, igual que antes, atacando a los enemigos con su enorme espada seta, intimidándolos para que retrocedieran y dándoles patadas.

El orco que fue pateado al suelo por el hombre calvo que usaba gafas de sol trató de levantarse, y no pudo. Antes de que pudiera, Moyugi, que se había movido ahí en algún momento, empujó su espada delgada a través de la parte posterior del cuello del orco.

“Ahora, entonces.” Sacando su espada, Moyugi ajustó la posición de sus gafas con el dedo medio de su mano izquierda. “Yo diría que es hora. Terminaremos esto cuando cuente hasta ocho. Uno…”

Hubo un cambio visible en la marea de la batalla. Los enemigos que hasta ahora se habían centrado en el hombre calvo que llevaba gafas de sol decidieron dispersarse. Tal vez la mitad del enemigo había cambiado su objetivo a Moyugi.

Pronto, uno de ellos cayó.

¿Una flecha, eh?

Eso tenía que ser obra de Kuro. Pero otro enemigo saltó sobre Moyugi.

Él no esquivó. En cambio, dijo, “Dos,” todavía ajustando sus lentes y contando.

¿Qué piensa que está haciendo ese tipo? ¿No es peligroso?

Como si lo estuviera haciendo para demostrar que no era el caso en absoluto, Moira emergió de la niebla, y con un grito de “Noooooo,” arrastró al enemigo que estaba a punto de darle un golpe a Moyugi. Casi exactamente al mismo tiempo, otro enemigo se derrumbó, después de haber sido golpeado por dos flechas en rápida sucesión.

Mientras contaba “Tres,” Moyugi cruzó espadas con otro enemigo, este un orco de pelo blanco. En ese momento, Moyugi miró a Haruhiro.

¿Qué? Pensó, sorprendido. Al final, nos estás usando después de todo, ¿eh? Bueno, no es que me importe.

Haruhiro nadó a través de la niebla usando Stealth. Cuando se puso detrás del orco de pelo blanco, Moyugi contó “Cuatro,” luego giró hacia la izquierda como si hubiera perdido interés en su oponente, caminando como si estuviera dando un paseo casual. El orco de pelo blanco fue atrapado por sorpresa, probablemente enfurecido, e intentó atacar a Moyugi.

Su espalda estaba totalmente abierta. Bueno, solo había una cosa que hacer al respecto. Con una mirada desinteresada a Haruhiro, quien había entrado por un Spider y estaba tratando de acabar con el orco de pelo blanco, Moyugi andaba tranquilamente y corría a través de los otros enemigos.

“Cinco, seis.”

En serio, ¿qué pasaba con ese tipo?

La cantidad de enemigos caía rápidamente.

Oculto en la niebla, Kuro los mató a disparos. Moira usó a Moyugi como señuelo para atacar al enemigo. Moyugi estaba casualmente apuñalándolos hasta la muerte. Sobraba decir que el hombre calvo que llevaba gafas de sol todavía estaba golpeando a los enemigos con su enorme espada seta también.

Cómo estaban matando enemigos, eso era algo que incluso Haruhiro podía decir. ¿Pero no era extraño que las cosas funcionaran tan bien? Sintió que le estaban mostrando un truco de magia.

“Siete.” Moyugi retrocedió, parecía que podría tropezar en cualquier momento. Ese no era un orco; un enemigo humanoide de cuatro brazos estaba atacando a Moyugi.

Una flecha apuñaló en su flanco derecho, y luego Moira lo atacó desde el lado opuesto con un “¡Noooooooo!”

Moira se puso encima del enemigo.

“¡Noooooo…! ¡Noooooooo…! ¡Noooooooooooooooooooooo…!”

Con una mirada a Moria, quien estaba asesinando a su enemigo de una manera indescriptible, Moyugi devolvió su delgada espada a su funda con un elegante gesto. “Ocho. Hecho. Tal como lo calculé.”

“Vayaa…” Yume miró alrededor del área.

Haruhiro solo pudo suspirar. Sacudió la cabeza.

Los orcos habían desaparecido. Habían tantos de ellos también. Pero, al menos hasta donde pudo ver, ninguno de ellos quedó en pie.

Realmente había terminado cuando Moyugi había contado hasta ocho.

Bueno, dado que Moyugi había estado haciendo el conteo por sí mismo, y había podido ajustar el tiempo como era necesario, no parecía del todo justo, pero aún así lo hizo.

“Hmm…” El hombre calvo que llevaba gafas de sol dejó escapar un gemido bajo, apuñaló su enorme espada seta en el suelo, y luego giró su cabeza de lado a lado lentamente. “En efecto.”

“Buen trabajo.” Kuro apareció de la nada, golpeando al hombre calvo que llevaba gafas de sol en el hombro. “Kajita.”

El calvo que llevaba gafas y se llamaba Kajita sonrió y le dio un pulgar hacia arriba.

Moira se levantó lentamente. Su enemigo de cuatro brazos ni siquiera se movió. O mejor dicho, era un desastre irreconocible. Enemigo o no, ¿realmente tenía que mutilar el cuerpo así?

¿O así es como eran los demonios? ¿Zodiac de Ranta finalmente actuaría así?

Haruhiro hizo una mueca ante ese pensamiento desagradable.

“Um…” Haruhiro negó con la cabeza. “Esto, no sé cómo se llama, el enemigo de cuatro brazos… ¿qué es?”

“¿Qué? ¿No lo sabes?” Dijo Kuro con una exagerada expresión de exasperación. “Es un muerto viviente, por supuesto. Los que tienen cuatro brazos se llaman brazos dobles. O más bien, así es como se llaman a sí mismos.”

“Este es un muerto viviente…” Haruhiro se frotó la garganta.

El que Moira había matado fue destruido hasta tal punto que no era reconocible, por lo que miró a través de los otros cuerpos para encontrar uno, y ahí estaba. Aquí, ahí, en todas partes, todos los no orcos deben haber sido muertos vivientes.

Los muertos vivientes no eran diferentes a los humanos. Eran más o menos humanoides, pero los que se llamaban brazos dobles tenían cuatro brazos, y había otros que tenían dos brazos que eran extrañamente largos, o tenían torsos extremadamente largos con piernas cortas, o culatas realmente grandes, o cabezas extrañamente grandes. Además, tenían muy poca piel expuesta. Sus cuerpos estaban cubiertos de tela, cuero o metal, y los raros trozos de carne que estaban visibles estaban horriblemente ennegrecidos, o marrones, grises o azul pálido.

Otra diferencia entre ellos y los orcos era que no había sangre fluyendo de sus heridas. En cambio, parecía que se estaba escapando un moco verde inquietante.

“Eh…” Yume se acercó vacilante y se agachó al lado del cadáver del muerto viviente. “Escucha, Yume, tiene algo de lo que se había preguntado desde hace un tiempo.”

“Claro.” Kuro se acercó y se agachó junto a Yume. “Saca la pregunta. Sin embargo, si no sé la respuesta, todo lo que puedo hacer es mentirte.”

“Si vas a mentir, dile a Yume que es una mentira, está bien, entonces ella no va a creértelo, ¿de acuerdo?”

“¡Buajaja!” Kuro se rió. “Seguro, seguro. Lo tienes. Haré eso.”

“Escucha, ellos están muertos que vivientes, ¿verdad?”

“¿Eh? ¿Qué, qué? ¿Muertos que vivientes? ¿Que se supone que significa eso?”

“Parece, ellos son muertos que vivientes, ¿verdad? ¡Viviente es viviente! ¿Bien?”

“¡Jajaja!” Se rió Kuro. “Es una broma divertida, pero no tengo idea de lo que quieres decir, ¿de acuerdo? Sabes que, eres linda. Como un tipo de animal.”

“¡Murrgh! ¡Yume, ella es un animal, pero ella es humana, está bien! Ah, pero los humanos también son animales.”

“¡Jaja! ¿Qué eres, la mascota que toda familia quiere? ¡Wajajajaja!” Kuro abrazó la cabeza de Yume cerca de él y la palmeó como loco. “Oye, Moyugi, Kajita, ¿puedo quedármela?”

“Cuando llega el momento de alimentarla, asegúrate de hacerlo tú mismo.” Los ojos de Moyugi tenían una  brillo espeluznante en ellos.

Kajita sonrió y le dio un pulgar hacia arriba. “En efecto.”

“Básicamente…” Como esto no iba a ninguna parte, Haruhiro hizo todo lo posible para interpretar por ella. “…Con ‘muerto’ refiriéndose a la muerte, y ‘viviente’ de no estar muerto, creo que ella quiere decir, ¿no se supone que los muertos vivientes no deben morir?”

“¡Haru-kun, eso es!” Yume apartó la mano de Kuro. “¡Ah! ¡Ahora has ido y le has revuelto el pelo a Yume!”

“…Yume, no creo que revuelto haya sido la palabra que estás buscando…”

“¿Hoh? ¿No lo es? Yume ya no lo sabe.”

“Jejeje…” Kuro estaba doblado, agarrándose los costados. “Oh, demonios. Mis costados. Me estás matando aquí, en serio. Bien, bien. Entiendo lo que querías decir. Ya veo. Por supuesto. Tienes razón. Si lo escribes en kanji, son la ‘raza sin muerte,’ pero estos tipos mueren con bastante facilidad.”

¿Kanji? Haruhiro pensó, sorprendido. Oh, correcto, kanji. Si lo escribes en kanji—espera, ¿eh…?

Sé lo que son los kanji. Ellos son caracteres escritos. También se usan aquí en Grimgar. Pero hay algo… Sí, es correcto. ¿Kanji?

No creo que nadie los llame kanji, ¿verdad?

Son un tipo de carácter escrito, y solo los he escuchado llamar ideogramas. Podrían tener un nombre, pero nunca lo escuché. A pesar de que definitivamente son kanji.

“¿Qué sucede, chico?” Le preguntó Kuro.

Cuando Haruhiro levantó la vista, vio que Kuro tenía una sonrisa estúpida en su rostro, pero había un brillo agudo en su ojo.

“¿Algo te esta molestando? Habla claro.”

“…No.” Haruhiro negó con la cabeza. “No es nada.”

“Oh, ¿es así?” Kuro respiró brevemente, luego señaló con la barbilla hacia los muertos vivientes. “Bueno lo que sea. Entonces, de vuelta a los muertos vivientes. Tienen esa cosa llamada núcleo, y se supone que morirán si lo rompes. El núcleo generalmente está dentro de la cabeza, de modo que mientras estén intactos desde el cuello hacia arriba, recogerán suficientes partes del cuerpo muerto para revivir. ¿Extraño, eh?”

“¿Solo se supone?” Haruhiro alzó las cejas. “¿No ha sido confirmado adecuadamente? ¿Que ese núcleo, o lo que sea, existe?”

“Exactamente. El núcleo no ha sido descubierto,” dijo Moyugi sin problemas. “Se dice que los muertos vivientes son una raza que fue creada inicialmente por la maldición del Rey No-Vivo. El hecho es que, incluso ahora, si una persona se queda tendida después de que sus funciones de vida se terminan, eventualmente comenzarán a moverse debido a esa maldición. Sin embargo, no se limita a las personas. Sabemos que no solo los elfos, enanos, orcos, goblins, kobolds, centauros y gnomos, las principales razas inteligentes, se convierten en lo que llamamos zombis entre tres y cinco días después de su muerte, pero también lo hacen otras criaturas inteligentes. Sin embargo, aunque pueden convertirse en zombis, no pueden convertirse en muertos vivientes. ¿Por qué es eso?”

“Hay quienes teorizan que tiene que ver con que el Rey No-Vivo se haya ido de este mundo, pero sea cual sea el caso, su maldición aún está funcionando. Además, cuando el Rey No-Vivo aún estaba presente, los muertos vivientes nacieron de esa maldición. Basado en eso, teorizo ​​que el llamado núcleo no es una cosa dentro de los muertos vivientes, sino que es algo que ha llegado a residir dentro de ellos de alguna forma. Cuando esa forma se rompe, dejan de ser muertos vivientes. En otras palabras…”

“Esto es largo.” Kajita dio un pulgar hacia arriba, y luego lo convirtió en un pulgar hacia abajo. “Demasiado largo.”

Moyugi chasqueó la lengua. “Bueno, dejémoslo así entonces. Hemos estado hablando demasiado tiempo. Mi operación, sobra decirlo, todavía está en curso. Vamos, vamos a pasar a la siguiente etapa. ¡Vamos!”

“¿Eh…?” Haruhiro y Yume intercambiaron miradas.

Yume se había estado relajando. Para decir la verdad, también lo había hecho Haruhiro.

“¿Qué quieres decir con la siguiente?” Preguntó.

“Creo que deberíamos irnos.” Kuro se levantó, estirándose y chasqueando los dedos. “Quedan dos más. Esto es duro para un viejo como yo.”

Kajita empujó su masiva espada seta como si fuera liviana. “En efecto.”

“No, Kajita, sé que no lo ves, pero eres más joven que yo, ¿de acuerdo? Apuesto que esto es fácil para ti. Es un pedazo de pastel, ¿verdad?” Kajita le dio un pulgar hacia arriba en silencio.

Moyugi ya había avanzado mucho con Moira.

“Dos más…” Haruhiro caminaba con las piernas temblorosas. “¿Supongo que tendremos que terminarlos rápidamente?”

¿Estaba bien? ¿O no? Él realmente no lo sabía más.

La niebla todavía era espesa y profunda.