Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 8: Y Entonces Esperamos el Mañana

Capitulo 14: Con Estas Manos

Parte 2

 

 

Cuando Haruhiro golpeó su estilete en ese brazo derecho, el Orco B reaccionó por primera vez con sorpresa. ¿Quién eres tú? ¿Qué estás haciendo ahí? Ese era el tipo de aspecto que tenía.

Mientras que los dedos de su mano derecha no fueron cortados por completo, no iba a obtener mucho uso de nada excepto su pulgar. El Orco B agarró la empuñadura de la katana con su mano izquierda. Eso fue todo lo que el Orco B pudo hacer.


“¡Gaarah!” Kuzaku abordó al Orco B con su escudo, empujándolo hacia abajo. Presionó su escudo contra el brazo izquierdo del orco caído, bloqueando su katana. Sin perder el ritmo, usó su hoja negra para cortar la cara del Orco B, y no había nada que el orco pudiera hacer para detenerlo. Parecía que Kuzaku podía encargarse del resto, pero no era momento de sentirse aliviado.

“¡Haruhiro-kun!” Gritó Shihoru.

Están aquí, eh, pensó Haruhiro. Refuerzos.

¿Eso era todo?

Había algo grande cargando desde más allá de la niebla.

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“…¿Un gigante?” Haruhiro recordó a los gigantes blancos en el Reino del Atardecer. Se veía muy grande.

No, no era tan grande en realidad. Pero no sentía nada si no era peligroso.

Kuro le había dicho: “una vez que hayamos atrapado el paquete, ustedes pueden ir a robar el tesoro.” 

El objetivo del Party de Haruhiro no era luchar contra Forgan. Ese tipo grande venía hacia ellos, pero, si era posible, no querían toparse con él.

“Vamos,” dijo Haruhiro en voz baja, caminando hacia el suroeste. Sus camaradas lo siguieron en silencio.

Mientras subía por la ladera sur del barranco en diagonal, observó los movimientos del gigante.

¡Estamos bien! Haruhiro quería gritar de alegría, pero obviamente se contuvo. El tipo grande no había cambiado el curso. Él no parecía tener una solución para su ubicación. Aun así, una vez que encuentre los cadáveres de los orcos, podría comenzar a buscar a los culpables. Necesitaban escapar rápidamente.

La niebla hacía imposible saber cómo iba la batalla, pero definitivamente había enfrentamientos ocurriendo aquí y allá entre amigo y enemigo. ¿Estaban ganando o perdiendo? Si Los Rocks, Arara y Katsuhara fueran asesinados o se hubiran retirado, Haruhiro y los demás se quedarían atrás. Eso sería increíblemente malo.

También estaba la cuestión de si podrían encontrar a Mary. Incluso si la encontraran, ¿podrían rescatarla? Mirando hacia atrás, haber leído mal la gravedad del castigo de Arara habría sido doloroso. Les había dolido mucho.

La pendiente era cada vez más pronunciada. Sería difícil ir más alto.

“No se puede ver nada…” murmuró Kuzaku para sí mismo.

Haruhiro estaba a punto de decir algo, luego cerró la boca. Hubo un sonido arriba, y algo de grava rodó por la pendiente.

Haruhiro levantó la vista e inmediatamente gritó: “¡Arriba!” Pero, para ser honesto, no tenía idea de qué hacer.

No era el tipo grande de antes, pero este enemigo parecía bastante peligroso también. Era ese. El lobo gigante, Nimbly, bajando por la pendiente. En la espalda del lobo gigante había un goblin. Onsa, el goblin maestro de las bestias.

“¡Aléjense!” Kuzaku abrió sus brazos, empujando a Shihoru y Yume lejos.

¡No, eso no va a funcionar!

Haruhiro intentó detenerlo. Fue muy tarde.

El lobo gigante chocó contra Kuzaku con un gruñido. Kuzaku no fue enviado a volar. ¿Se había agarrado y aferrado a él? Había hecho más que eso. Trató de prepararse, pero cuando se hizo evidente que eso no funcionaría, torció su cuerpo.

“¡Rahhhhhh!” Gritó Kuzaku.

El lobo gigante cayó de costado con Kuzaku. Los dos se deslizaron juntos por la ladera. Onsa agarró la parte posterior del cuello del lobo gigante como si fuera un conjunto de riendas. Él debe haber estado tratando de hacer que el lobo se ponga de pie.

Pero Kuzaku no lo dejó. Él rodó.

El lobo gigante y Kuzaku lucharon el uno con el otro mientras rodaban por la ladera sur.

No pasó mucho tiempo antes de que Onsa cayera. Rápidamente se levantó, persiguiendo al lobo gigante y Kuzaku.

“¡Kuzakuuu!” Haruhiro persiguió a Onsa como si saltara un tramo de escaleras de dos a tres escalones a la vez. “¡Yume, mira Shihoru!”

¡Kuzaku! ¡Kuzaku! ¡Kuzaku! ¡Maldición! Haruhiro gritó en su mente.

Él no había sido capaz de moverse. No había podido hacer nada. Kuzaku lo había salvado.

“¡Hou, hou, hou, hou, hou, hou, hou, hou!” Onsa estaba haciendo un ruido extraño.

¿Qué se supone que era eso? Haruhiro tenía un mal presentimiento al respecto. ¿Estaba llamando algo?

Kuzaku y el lobo gigante finalmente se detuvieron. El lobo gigante negó con la cabeza.

¿Qué hay de Kuzaku? Haruhiro no podía verlo. ¿Dónde estaba él? ¿Estaba debajo? Él comenzó a arrastrarse debajo del lobo gigante.

Kuzaku.

¡Él se está moviendo! ¡Está vivo! Haruhiro quería gritar.

Pero no todavía. Era muy temprano para celebrar.

El lobo gigante se colocó encima de Kuzaku.

Kuzaku gritó, “¡Púdrete!” Mientras luchaba.

Onsa pronto alcanzaría al lobo gigante y a Kuzaku. Él los alcanzaría.

“¡Funahhh!”

Ese fue Yume. La voz de Yume. Una flecha. Una flecha estaba volando.

Le rozó el hombro a Onsa. Onsa se encontró con la sombra de un árbol cercano sin mirar atrás.

Bien, pensó Haruhiro. ¡Muy bien! ¡Ahora es nuestra oportunidad!

Haruhiro no corrió tanto como saltó. Cada vez que saltaba, avanzaba de dos a tres metros, saltando, saltando y saltando. Era peligroso y muy aterrador, pero esto era mucho más rápido que correr. Finalmente, pasó a Onsa. Siguió yendo y saltó sobre el lobo gigante.

“¡Aléjate de Kuzaku!” Gritó Haruhiro.

Se aferró a la espalda del lobo gigante, clavando su estilete en su cuello. Lo sacó y lo apuñaló de nuevo varias veces. El lobo gigante se retorció en agonía, se revolvió e intentó arrojar a Haruhiro, pero fue en vano.

¡No te dejaré ir!

Tal vez el lobo gigante había decidido que hacer algo con Haruhiro era su prioridad, porque se puso de pie y comenzó a correr.

¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Eh? ¿Por qué estás corriendo hacia ese árbol? ¿Te has vuelto loco? ¡Vamos a chocar!

“¡¿Ngah?!” Gritó Haruhiro.

Haruhiro soltó al lobo gigante en el último momento posible, y terminó rodando por el suelo. El lobo terminó golpeando su espalda contra el árbol, pero parecía estar bien. Para cuando Haruhiro se puso de pie, el lobo gigante mostró sus colmillos y lo miró. Tampoco había sentido que su estilete estuviera haciendo mucho. Probablemente las heridas no eran tan profundas, gracias a su piel dura y la grasa debajo de su piel.

Kuzaku se había puesto a cuatro patas, pero no estaba parado. ¿Estaba herido? Él no podría estar completamente ileso.

¿Qué tan malo fue?

¿Dónde estaba Onsa?

No. Ahora no era el momento de preocuparse por él.

El lobo gigante se abalanzó sobre él.

Era imposible pensar. Lo siguiente que Haruhiro supo, su cuerpo se movía por sí mismo.

El lobo gigante voló encima él.

¿Por qué estaba Haruhiro acostado de espaldas? Él no lo sabía, pero parecía que había terminado en esa postura deslizándose al suelo. Gracias a eso, lo había esquivado de alguna manera.

Sin embargo, el lobo gigante se volvió de inmediato y estaba a punto de atacarlo de nuevo. Haruhiro se puso de pie, pero—

¿Esto no es algo imposible?

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No podía esquivar el siguiente. Lo atraparía.

Sin embargo, no era que se había dado por vencido.

Su garganta. Él protegería eso. Si hundiera sus colmillos en su garganta, ese sería el final. En lugar de hacer un pobre intento de huir, sería mejor que estuviera listo e intentando evitar una herida mortal. No morir era la clave. Él no moriría instantáneamente. No importa qué, él podría garantizar eso.

El lobo gigante estaba viniendo.

Viniendo.

Acercándose.

Hai to Gensou Volumen 8 Capítulo 14 Parte 2 Novela Ligera

 

Cuando una flecha se hundió en su ojo derecho, pensó, ¿Yume? 

La cabeza del lobo gigante retrocedió. Hizo una mueca, sacudiendo la cabeza y lloriqueando.

“No es como si me preocupara por los más jóvenes,” dijo fríamente Kuro.


Kuro, ¿eh? Pensó Haruhiro.

El guerrero que era un ex cazador estaba sorprendentemente cerca. Había aparecido desde la sombra de una roca a menos de cinco metros de Haruhiro.

Kuro soltó dos flechas. “No malinterpretes eso, chico.”

El lobo gigante de repente cambió la forma en que su cabeza estaba mirando. Debido a eso, las flechas golpearon su hombro. Haruhiro no sabía qué tan grave era el daño, pero la flecha estaba firmemente alojada ahí. Que arco tan poderoso.

Hubo un silbido y el lobo gigante se volvió. Era Onsa silbando. ¿Correrían?

“¡¿Kuzaku?!” Haruhiro miró a Kuzaku.

“Estoy bien.” Kuzaku se había puesto de rodillas. Volteó su cabeza para mirar a Haruhiro. “De algun modo.”

“Quiero que muera ese tipo.” Kuro fue a dispararle a Onsa.

Onsa saltó hacia un lado, esquivándolo, luego saltó sobre la espalda del lobo gigante. Kuro soltó otra flecha, pero Onsa bajó la cabeza y lo evitó.

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“¡Hou, hou, hou, hou, hou, hou, hou, hou!”

Hubo esa extraña vocalización de nuevo.

¿Qué se supone que es? Haruhiro se preguntó.

Haruhiro corrió hacia Kuzaku. Kuzaku se levantó con su propia fuerza, luego miró hacia la ladera sur. Haruhiro giró su mirada en esa dirección también. Yume y Shihoru estaban bajando.

“Maldito ese pequeño goblin engreido.” Kuro puso una flecha en su arco. Él jaló la cuerda. A mitad de camino, se detuvo y miró hacia el cielo. “…¿Eh?”

Hubo un batir de alas. ¿Eso eran aves? Estaban cerca. Se acercaban. ¿Grandes bichos? ¿Aves? ¿O murciélagos tal vez? Había muchos de ellos.

Haruhiro se agachó, gritando: “¡¿Ahhh?!” mientras giraba sus brazos.

Los pájaros, los murciélagos, o lo que sea que eran… esas cosas estaban chocando con él. En sus brazos, espalda, pecho, cabeza y cara. Lo golpean fuerte.

Él los vio, aunque no con claridad. No eran pájaros. Tampoco eran bichos. Estaban cerca de los murciélagos, pero diferentes.

¿Lagartos? Como lagartos alados.

Del tamaño de sus dos manos juntas y extendidas. ¿Dragones? Eran como pequeños modelos de dragones, pero estaba claro que estos no eran modelos. Se movían y volaban. Estaban atacando a Haruhiro y los demás. Sin embargo, si podían volar tan ágilmente, tenían que ser bastante livianos. Incluso cuando lo golpearon, solo dolió un poco, así que no eran un gran problema. Eran una gran molestia.

“¡¿Qué demonios?!” Haruhiro usó su estilete para cortar un ala de uno de los mini wyverns. El mini wyvern dejó escapar un chillido y cayó al suelo. Cuando vio eso, llegó el momento de… bueno, no, incluso si no hubiera visto eso, habría llegado el momento de huir.

El enjambre de mini wyverns se dispersó mientras corría. Haruhiro ya no podía ver al lobo gigante. ¿Onsa había usado esa extraña vocalización suya para llamar a los mini wyverns como una distracción?

El mini wyvern al que Haruhiro le había cortado un ala se estaba alejando. Pensó en darle una buena patada, pero se contuvo.

“Eso me sorprendió…” Kuzaku levantó la visera de su casco y suspiró.

“Lo perdí, eh.” Kuro soltó una carcajada y chasqueó la lengua. “Oh, ahí está Kajita.”

Cierto, podían escuchar un montón de gritos de batalla varoniles con voz ronca. ¿Pero a quién pertenecía la otra voz? Era profundo y bajo, como el retumbar de la tierra. No sonaba humano. Debía ser un enemigo, entonces.

En algún lugar cercano, Kajita iba con un enemigo. Uno poderoso, lo más probable.

“¡Kuzaku-kun!” Shihoru corrió hacia Kuzaku. Ella llevaba su escudo. ¿Lo había dejado caer en el medio de la batalla?

Yume estaba al lado de Shihoru con su arco listo, mirando alrededor, inquieta.

“Tal vez sea mejor para ustedes quedarse cerca de nosotros, después de todo. Por ahora, al menospreciar,” dijo Kuro y desapareció en la niebla.
Haruhiro quería tiempo para ordenar sus pensamientos. Sabía, sin embargo, que no obtendría tal cosa.

Algo venía del oeste. Enemigos, sin duda. También del este.

Aquí. Este lugar probablemente vería fuertes combates pronto.

“¡Quédense juntos!” Haruhiro corrió hacia donde estaba Kuzaku. “¡Por ahora, apoyemos a Los Rocks aquí!”

Esa figura que podía distinguir débilmente en la niebla, ¿era Kajita?

“¡Zweh!” Kajita balanceó su enorme espada seta, y el tipo ridículamente grande que vieron antes, probablemente un orco, gritó “¡Fuuuuuungh!” Mientras lo bloqueaba con su katana.

Kajita era bastante alto, pero ese orco era una buena cabeza o dos más alto, no, incluso más que eso. Tres metros de altura parecían un poco demasiado, pero tenía que ser al menos dos y medio. A causa de eso—

“¡Goahhhh!” La katana gigante que el orco gigante había levantado en diagonal debe haber tenido una increíble cantidad de poder detrás de ella. Claramente era un golpe para evitar a toda costa, pero Kajita trató de atraparlo con su enorme espada seta.

“¡Doehh!” Gritó Kajita.

No había forma de que él pudiera detenerlo. El cuerpo de Kajita se elevó en el aire.

Oye, espera, Haruhiro se dio cuenta. Él está volando hacia mí.

¿Ahora qué ¿Debería atraparlo? No, no puedo hacerlo. Pero, dicho esto, tampoco sé si está bien esquivarlo.

Para bien o para mal, Kajita se estrelló contra el suelo con un ruido sordo, justo en frente de Haruhiro. Él estaba completamente tendido en suelo. Sus gafas de sol comenzaron a caerse.

“¿Ka… Kajita-san…?” Haruhiro tímidamente lo llamó.

El orco gigante caminaba hacia él.

“¡Ha-Haruhiro-kun, corre!” Gritó Shihoru.

El orco gigante levantó su katana gigante sobre su cabeza.

¡De ninguna manera! ¿Él ya estaba dentro del alcance? ¿Podría llegar desde ahí? ¿Podía? Sentía que él también podría. Debido a que el orco gigante era tan grande, podría haber estado abandonando la sensación de distancia de Haruhiro.

No hay otra opción, pensó Haruhiro. Tendré que correr.

“¡Heh!” Kajita se levantó con una aterradora muestra de fuerza muscular en las piernas, el abdomen y la espalda que parecía antinatural. Su enorme espada seta giró hacia los lados, bloqueó la katana gigante del gigante orco. Esta vez, se detuvo. No solo eso, Kajita retrocedió e hizo que el gigante orco se doblara hacia atrás. Pisó luego blandió su espalda seta diagonalmente.

El orco gigante no bloqueó con su katana gigante. Con un sonido “¡Gwah!” Simplemente lo rechazó. Él era sorprendentemente diestro.

Kajita giró su enorme espada seta, chocando las cuchillas con el gigante orco. “Nghhhh! ¡Nuhhhh!”

“¡Guhhhh! Ohhhhhhhgh!”

“¡Zwehhh! ¡Humph! ¡Zeahahh!”

Kajita usó la fuerza bruta para repeler al orco gigante, luego, tomando rápidamente un momento para ajustar sus gafas de sol, sostuvo su enorme espada seta en una posición baja.

“Hmph… ¿Cuál es tu nombre?” Dijo Kajita en un idioma que era extraño para Haruhiro.

“¡Gai, Godo Agaja! ¿Danjinba?”

Mi nombre es Kajita.

“Den, dogaran…”

“¡Jajaja! Yo también.”

¿Qué pasa con esta gente? Haruhiro se preguntó. Ambos claramente hablan diferentes idiomas, ¿pero están manejando una conversación?

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No debería involucrarme. Déjalo a él. Bueno, no es como si pudiera involucrarme, y los dos parecen estar divirtiéndose, así que déjalos tener tanto tiempo como quieran. Parece que tengo cosas que hacer.

Cada vez más orcos y no-muertos venían del oeste. Iban al este, ¿era Arara? Katsuharu estaba ahí también. Y Rock.

Gettsu, el mirumi estaba corriendo justo detrás de Rock. Eran tres personas y una criatura, empujando hacia el oeste a través del valle. No muy atrás estaba Tsuga con su corte buzz. Entonces Moyugi. Sakanami, el ladrón, no se veía por ninguna parte.

Tsuga y Moyugi parecían estar siendo perseguidos por orcos y no-muertos. No, ya que este era Moyugi, tal vez deliberadamente no se estaba volteando para luchar, y trayendo al enemigo junto con él de esa manera.


Parecía que los enemigos venían por Haruhiro y los demás, que todavía no estaban totalmente en la ladera sur todavía.

Dos orcos y dos no-muertos. De cuatro en cuatro, eh. Difícil, pero no podían huir ahora. Tenían que prepararse para lo peor. Tenían que pelear.

“¡Kuzaku, manejas el frente! ¡Shihoru, Yume!” Gritó Haruhiro.

“¡Bien!’

“¡Sí! ¡Dark!”

“¡Nyan!”

Yume soltó una flecha. Dark voló hacia adelante. Kuzaku actuó como un escudo.

Haruhiro buscó aperturas, entrando por un único golpe decisivo cuando pudiera. Si pudiera, eso era. Se convirtió en un caos cuerpo a cuerpo en muy poco tiempo.

Tu mente siente que podría convertirse en un caos frenético, pero no te pierdas. Mira alrededor.

No podía ver a través de la niebla. Eso no era solo cierto para Haruhiro; también era cierto para el enemigo. No era una desventaja unilateral. Eso significaba que estaban en igualdad de condiciones. Su rango de visión era extremadamente limitado.

Enfría tu cabeza

Kuzaku mantenía a los enemigos al frente bajo control. Eso no significaba que pudiera relajarse, pero tenía que creer en él.

No era solo Haruhiro, Shihoru también estaba mirando a su alrededor. Yume ocasionalmente también hacía algo considerado.

No trates de hacer todo solo.

Él no podía hacerlo todo, de todos modos. Por supuesto, haría su mejor esfuerzo. Él, sus camaradas y todos los demás harían todo lo que pudieran.

No necesitamos sobre extendernos para matar enemigos. Sobrevivir es la clave. Primero, defiende. Espera ahí. Entonces, sé tenaz. Acosa al enemigo.

Tampoco te quedes en un solo lugar. Muévete.

No había ninguna razón por la que tuvieran que pelear con el enemigo directamente. Podrían atacar a los grupos enemigos con los que Arara, Katsuharu y Los Rocks ya estaban peleando desde el costado o desde atrás. Una vez que los hayan golpeado un poco, inmediatamente se retirarían y atacarían a otros enemigos.

Lee el flujo. Si Los Rocks, Arara y Katsuharu comienzan a empujar al enemigo hacia atrás y avanzar, sigue inmediatamente. Si el flujo se estanca, no lo hagas, de ninguna manera, muévete hacia adelante.

Fundamentalmente, permanecerían listos para retirarse y actuar para interrumpir al enemigo. No necesitaban pensar en dar un golpe directo y aplastante. De hecho, no debían pensar en eso en absoluto.

Hubo varias ocasiones en las que tuvieron problemas con un enemigo, y fue todo lo que pudieron hacer para proteger a Shihoru. No importa qué tan asustados tuvieran, no entrarían en pánico.


Los Rocks tenían a Kuro, a quien le gustaba derribar enemigos con un ataque sorpresa, y era muy bueno en eso. Sakanami era igual. Haruhiro no contaba completamente con esos dos para salvarlos, pero no creía que perderían la oportunidad perfecta cuando se presentara.

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Todos estaban más expuestos cuando entraban para presionar el ataque. Incluso si sabían que no debían bajar la guardia, en ocasiones esas aperturas tendían a formarse naturalmente. Si el enemigo mostraba la más mínima apertura, Kuro los derribaría con un golpe bien colocado con su poderoso arco, o Sakanami los asesinaría con un ataque de emboscada tan frenético que pareciera estar lleno de algún tipo de resentimiento.

Haruhiro había comenzado a entenderlo. Los Rocks no hacían nada que pudiera llamarse coordinación. Todos actuaban de forma individual. Rock y Kajita luchaban solos, e incluso Moyugi estaba deambulando. Tsuga, siendo el sacerdote, vigilaba las cosas, yendo aquí y allá, pero Kuro y Sakanami desaparecían la mayor parte del tiempo para poder emboscar a los enemigos.

En el party de Haruhiro, todos actuaban como una sola unidad. Si faltaba uno de ellos, su potencial de combate disminuía drásticamente. Podrían volverse completamente disfuncionales.

Mientras tanto, Los Rocks eran diferentes. Ellos eran cada uno una unidad en sí mismos. Para Moyugi, como el comandante, si se incluía a sí mismo y a su demonio Moira, tenía hasta siete unidades con las que podía moverse y planear estrategias.

Si el grupo de Haruhiro pudiera aumentar el número de unidades que tenían también, les daría más opciones. Ampliaría su alcance.

¿Ellos podrían hacer eso?

Primero, estaba Mary. Mary era indispensable. No importa qué, definitivamente la recuperarían.

Además… Ranta.

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Si tuvieran a Ranta…

No, Ranta los había traicionado. No estaba claro cómo sucedió, pero probablemente terminó en una situación en la que iba a ser asesinado, luego bajó y realizó una dogeza o algo para que Forgan le permitiera unirse.

Ranta era un enemigo. Todavía no lo habían encontrado, pero podría aparecer ante ellos como un enemigo en cualquier momento. Los Rocks podrían haberlo matado ya. Si lo habían hecho, bueno, eso sería todo.

Pero, ¿realmente los había traicionado?

El tipo había estado con ellos desde que llegaron a Grimgar, así que tal vez Haruhiro simplemente no quería pensar que era verdad, pero todavía había algo que lo molestaba por eso. ¿Qué era?

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