86 [Eighty Six]

Volumen 6: Lo Más Oscuro Antes Del Amanecer

Capítulo 1: En El Bosque De Los Hombres Lobo

Parte 4

Su deseo no era que las personas amables fueran recompensadas, sino que todos, por igual, conocieran la felicidad.

“Y por eso… No es que no pudiera rendirme. Es que no quiero rendirme. No quiero admitir que el campo de batalla y la forma en que la República trató al Sector Ochenta y Seis son los verdaderos rostros de la humanidad. Tampoco quiero aceptar que eso nunca pueda cambiar. Porque entonces nadie encontrará la felicidad. Quiero ser feliz… Y quiero que tú también seas feliz…”

“………”

Shin no podía sentirse así. No tenía ningún futuro que esperar. Podía vivir incluso sin una felicidad que perseguir. En su mente, luchaba porque quería mostrarle el mar a Lena, pero eso era probablemente diferente de su idea de felicidad. No podía desear un futuro ni la felicidad, y por eso no necesitaba tener fe en este mundo. No tenía ninguna razón para amarlo.

Vagamente pensó que él y Lena realmente eran fundamentalmente diferentes el uno del otro. No necesariamente en términos de sus experiencias individuales y los caminos que habían tomado en la vida.

Sus puntos de vista sobre la vida y la forma en que interactuaban con el mundo eran completamente diferentes. Su forma de ser, sus circunstancias personales… todos sus aspectos eran como el día y la noche.

Lena había dicho que él había abordado el tema. Y tal vez lo hizo, en el sentido de que intentó comprender el otro lado. Pero recibir las respuestas a sus preguntas solo sirvió para que la brecha entre ellos fuera mucho más obvia. Estaban demasiado lejos para entenderse de verdad… Tan lejos que incluso si tuvieran que estirarse el uno al otro, sus manos nunca se encontrarían.

Shin no tenía forma de saber que Lena llegó a la misma conclusión después de la operación del Laberinto Subterráneo de Charité. Incluso si estuvieran parados en el mismo lugar, la brecha entre ellos permanecía.

Lena sonrió, sin darse cuenta de la confusión en el corazón de Shin. Su sonrisa tenía toda la delicadeza de una flor. Sí, como un loto plateado que florece con orgullo incluso en el barro.

“Quiero que tú también seas feliz… Por eso tengo que creer en este mundo. Por eso me encanta.”

Esperaba contra toda esperanza que esta felicidad, una alegría que no podía desear, le fuera otorgada al mundo que amaba…

***

Lena comenzó a sospechar que algo andaba muy mal cuando la escolta de Vika llegó demasiado temprano para la gran conferencia, solo para obligar a Lena a pasar a otra habitación por alguna razón, donde la esperaban un gran número de damas de la corte.

“Er, ¿Vika?”

Lo encontró con su uniforme habitual del Reino Unido, excepto que esta vez, había sido personalizado para una ceremonia. No tenía sus cintas de rango estándar, pero llevaba varias medallas e insignias y un gran cordón que se extendía en diagonal hacia abajo desde su hombro. También usó el emblema de un unicornio del Reino Unido en lugar de su insignia de solapa.

“Esto es… una conferencia, ¿verdad?”

“Así es.”

Asintió casualmente, a lo que Lena lo presionó con lágrimas en los ojos.

“¡¿Entonces por qué tengo que usar esta cosa…?!”

Llevaba un vestido con una tela exterior transparente bordada de una manera elegante, con dobladillos largos, extravagantes y sueltos. La gasa plateada y transparente complementaba maravillosamente el revestimiento de lapislázuli debajo. El escote del vestido y las mangas largas estaban salpicadas de cuentas cristalinas en el patrón de la cola de un pavo real y brillaban cada vez que se movía.

Si bien el vestido le pareció elegante y hermoso, sin duda, no tenía idea de por qué la obligaban a usarlo. Con todas las cuentas de cristal, el vestido pesaba tanto como su uniforme. El dobladillo de la falda de su uniforme era tan corto como el de este vestido, pero estar en este atuendo todavía la ponía ansiosa e inquieta.

Pero incluso estar inquieta era un desafío con este atuendo, porque los tacones que usaba eran más delgados y más altos de lo que estaba acostumbrada. El dobladillo de seda de su vestido tintineó audiblemente.

Vika miró a Lena con una expresión de desconcierto.

“… Creo que te ves muy bien con él. ¿Tienes alguna queja? Oh, debes estar decepcionada de que Nouzen no esté aquí para ver esto. No hay problema, puedo llamarlo…”

“¡No es eso! ¡Sh-Shin no tiene nada que ver con esto! No, quiero decir, ¿por qué? ¡¿Por qué voy a una conferencia militar con un vestido en lugar de mi uniforme?!”

“¿…? Es natural que las mujeres usen vestidos para eventos formales, incluso si son personal militar. Puede que sea una conferencia militar, pero mi padre y mi hermano asistirán. Es más parecido a un consejo imperial que a uno militar, francamente.”

Su tono parecía sugerir que no se estaba burlando de ella en absoluto. Si algo, se sentía como si no entendiera por qué ella le estaba haciendo esta pregunta. En otras palabras, en el Reino Unido, el atuendo formal de una mujer era un vestido, incluso si era personal militar. Probablemente era una costumbre histórica de este país, dado que no enviaban mujeres soldados al campo de batalla. Solo sirvieron como oficiales de alto rango.

Pero aun así, ¿asistir a una conferencia militar con un vestido con volantes…?

Lena era hija de una familia de antiguos nobles, por lo que estaba acostumbrada a llevar vestidos. Pero los uniformes y los vestidos se usaban para diferentes ocasiones y requerían diferentes estados emocionales. Al menos, Lena no podía imaginarse asistiendo a un consejo de guerra con un traje de noche.

“¡Coronel Wenzel…!”

Volvió la mirada hacia Grethe en busca de ayuda, pero la oficial simplemente se encogió de hombros, ataviada con un vestido gris. Había traído algunos vestidos con anticipación, ya que debía reunirse con el rey. Su vestido tenía un cuello alto y exótico y un dobladillo corto que transmitía un sentido de autoridad y una silueta masculina.

Si a Lena le hubieran dicho esto antes de venir a este país, también habría preparado un vestido así. Era hermoso y recordaba a un uniforme.

“Donde sea que fueres haz lo que vieres. Fallamos en nuestra última operación, por lo que probablemente deberíamos evitar hacer cualquier cosa que pudiera ser motivo de desdén. Además, te ves linda.”

“… Oh. Entonces, en la República y la Federación, las mujeres también usan uniformes como su traje de gala. Es por eso que usted, Iida y Rosenfort estaban uniformadas cuando me conocieron, incluso si fue en un entorno militar.”

Vika parecía haberse dado cuenta finalmente de la diferencia de culturas. Él asintió con la cabeza, aparentemente satisfecho.

“Por lo menos, no usamos nada más que uniformes de gala durante los eventos formales y ceremonias, Su Alteza. Sin embargo, las mujeres usan vestidos para las fiestas que siguen a las ceremonias… o para las bodas.”

“Ya veo. En ese caso, este vestido no se desperdiciará después de que nos tomamos la molestia de tenerlo a medida… Puedes quedarte todo el conjunto, Milizé, así que llévalo contigo cuando vuelvas a casa. Me imagino que resultará útil hasta que encuentres a alguien que te haga compañía.”

“Alguien que…”

Lena se puso roja ante su implicación. Además de sus padres, el único que acompañaría a una mujer con un vestido sería…

… su novio o esposo.

“¡Yo… yo no tengo a nadie así!”

“Por lo tanto, hasta que encuentres a ese alguien. O mejor…”

Vika pareció mirarla con una ojos compasivos.

“Dudo que sea posible, pero ¿no me digas que aún no eres consciente de ello?”

“¿Consciente de qué?”

“Ya veo, entonces no lo eres. Eso es bastante desafortunado… incluso lo llamaría irritante.

Pensar que ambos son así…”

Vika negó con la cabeza; era algo lamentable que Lena no pudiese entenderlo… o quizás, se negaba a entender.

Aunque los altos funcionarios eran personas ocupadas, la existencia continua del Reino Unido dependía del éxito de la próxima operación. Después de una larga serie de discusiones, la gran conferencia finalmente tomó un receso.

Sentada en la esquina de la gran sala de conferencias, Lena suspiró. La mayoría de los funcionarios habían abandonado la sala, por lo que solo había unas pocas personas alrededor. Grethe estaba hablando con los oficiales militares asistentes para intercambiar información, y Vika se fue, diciendo que tenía asuntos que atender con su tía.

Nadie parecía querer interactuar con un oficial de la República. Era un país en sus últimas etapas, y su unidad también había sufrido una dolorosa derrota. Sin embargo, a Lena no le importaba que no le hablaran. Esta fue una conferencia a la que asistió Su Alteza el Rey, y la mayoría de las personas aquí eran altos funcionarios. Aunque no hace falta decirlo, se sintió intimidada.

Fue entonces cuando alguien se paró a su lado, manteniendo una cortés distancia.

“Disculpas, mi lady. ¿Me concedería el honor de intercambiar palabras con usted?”

“Sí, por supuesto…” Respondió Lena, dándose la vuelta para mirar a la figura, solo para ponerse rígida de inmediato.

Llevaba un uniforme violeta oscuro, con el emblema del unicornio del Reino Unido en lugar de una insignia de rango. Su cabello era castaño rojizo y estaba sujeto con una cinta larga y una horquilla de esmeralda.

Por último, tenía un par de ojos violetas imperiales que ella se había acostumbrado a ver recientemente.

“¡S-Su Alteza el Príncipe Heredero…!”

“Sí, pero por favor esté tranquila. Simplemente vine a saludarle como hermano mayor y darle las gracias por apoyar a Vika. También me hubiera gustado llamar al comandante de operaciones de los Ochenta y Seis, pero desafortunadamente, la naturaleza de esta conferencia no lo permite.”

El Príncipe Heredero, Zafar, la miró con una sonrisa refinada. Él y Vika nacieron de la misma madre, por lo que los dos eran bastante similares. Pero en términos de altura y ancho de hombros, Zafar tenía un físico que recordaba más al de un hombre adulto, así como una expresión más compuesta y el semblante de alguien mayor y más sabio.

“Estoy seguro de que le da todo tipo de problemas, como tener que asistir a esta conferencia… Ese chico tiene una forma de ser errática, pero espero que pueda llevarse bien con él.”

Sus palabras y su sonrisa hicieron que Lena lo mirara con sorpresa. De alguna manera le recordaron la expresión y el tono de Rei, cuando lo conoció hace muchos años.

“Su Alteza, ¿cuál es su…?”

“Bastará con Zafar, Coronel Milizé.”

“… Príncipe Zafar, ¿cuáles son sus, um, sentimientos con respecto al Príncipe Viktor?”

Dentro de las luchas de poder de la Casa Idinarohk, Vika era parte de la facción de Zafar. Vika parecía respetar y adorar a su hermano materno a su manera. Lena lo sabía. Podía decirlo por la forma en que Vika hablaba de él. Pero no podía decir con certeza cómo se sentía Zafar respecto a Vika.

Aunque era una tradición del Reino Unido, todavía enviaron a un niño que solo tenía diez años al campo de batalla, donde muy bien podría ser abandonado en un momento de crisis. Y eso se hizo sin restaurar su derecho al trono.

Una parte de ella se preguntaba si la familia real veía a Vika, quien había desarrollado a los Sirins, armas que eran una afrenta a la humanidad, como un hombre capaz y sin embargo lo consideraba detestable en el fondo de sus corazones.

Pero mirando al hombre que estaba frente a ella y la expresión de su rostro…

“Es mi precioso hermano menor… Aunque a juzgar por esa pregunta, supongo que, como extranjero en estas tierras, lo encuentras bastante extraño.”

“………”

Extraño ni siquiera comenzó a describirlo.

“Mmm. El Grupo de Ataque actúa en cooperación con los Sirins del Príncipe Vika, así que…”

“Aaah, eso es correcto. A estas alturas ya me he acostumbrado a ellos, pero… Sí, ya veo.” Zafar hizo una pausa para pensar.

“Coronel, ¿está familiarizada con la catástrofe de Babilonia?”

Lena estaba desconcertada por la pregunta repentina, aparentemente sin relación, pero asintió brevemente.

“… En la medida de lo que enseñan en la escuela, sí.”

Una vez, en el pasado, la humanidad construyó una gran torre para alcanzar el asiento de Dios en los cielos. Esta ambición provocó la ira de Dios, quien luego lanzó una maldición sobre la humanidad, obligándola a hablar en diferentes lenguas. Esto provocó la creación de múltiples idiomas y se convirtió en la fuente de conflictos humanos.

Era una historia del Antiguo Testamento. Cuando la República abolió la familia real hace tres siglos, también prohibió la religión, que servía de respaldo al mandato real. Con ese fin, la mayoría de las historias bíblicas no se contaban ni se transmitían a menudo en la República. Mucha gente en la República ni siquiera conocía el contexto religioso del Santo Cumpleaños, a pesar de que se celebra anualmente.

“En los mitos que precedieron a la Biblia, la humanidad construyó la torre para que sus oraciones pudieran llegar al cielo, pero los dioses pensaron erróneamente que la humanidad estaba tratando de atacarlos y por esa razón los maldijeron. Incluso los dioses lucharon por alcanzar un entendimiento perfecto entre ellos mismos. Por eso les resultaba difícil comprender a las criaturas imperfectas como los humanos. Irónico, tal vez… Pero de todos modos…”

Zafar se detuvo un momento y miró al cielo, como si contemplara la torre formada por los deseos de la gente en alguna tierra lejana.

“… A mis ojos, el hecho de que la humanidad comenzara a pelear entre ellos una vez que se volvieron incapaces de entenderse es bastante sorprendente. Significa que no confiaban realmente el uno en el otro cuando hablaban una lengua común.”

Los seres humanos tenían el hábito de tener peleas internas, pero esto no se debía a la capacidad de hablar y estar de acuerdo.

Provino de una falta de confianza. Se miraron el uno al otro y no pudieron encontrar algo digno de confianza.

Lena sintió que esas palabras se clavaban en su corazón. Es probable que Zafar no lo pretendiera de esa manera. No había forma de que supiera de sus intercambios con Shin, ya que nunca lo había conocido. Pero aun así, Lena no pudo evitar sentir que Zafar estaba hablando de ellos dos.

“Incluso si dos personas de repente comenzaran a conversar en diferentes lenguas, sus deseos deberían haber sido los mismos. Si lo supieran a ciencia cierta, creerían el uno en el otro incluso si perdieran la capacidad de comunicarse… Y es lo mismo en nuestro caso. Incluso si es una serpiente de sangre fría, le devolvería su amor siempre que él me ame. Al menos puedo creer en ese afecto.”

Incluso si Vika era completa y absolutamente diferente a él en todos los demás aspectos.

“Puede que no comprenda qué entristece a la gente o por qué se siente triste. Pero él entiende cuando mi padre y yo nos ponemos tristes y trata de evitar causarnos dolor… Y eso es suficiente para mí. Puede que no viva de acuerdo con la misma lógica y valores que yo sigo, pero aún trata de amarme a su manera… Es mi precioso hermano menor.”

“………”

¿Y cómo había actuado Lena en contraste con esto?

Eso me pone tan… triste.

Shin, y el resto de los Ochenta y Seis, renunciaron al mundo, considerándolo un lugar cruel y frío. Dejaron de lado su confianza y sus expectativas en el mundo. Renunciaron a la alegría que podían recordar, así como a la felicidad futura que podían esperar.

Esto entristeció a Lena. Pero lo que era aún más triste era que Shin no podía entender por qué esto la entristecía. Por la forma en que actuó, como un monstruo inocente en forma humana, la brecha entre ellos era tan amplia como siempre. Le dolió y le hizo preguntarse si alguna vez llegarían a un entendimiento.

Quiero que me comprenda. Ojalá fuera más como yo…

Inconscientemente había comenzado a desear eso. Ella había dicho que quería entender a los Ochenta y Seis, cuando en realidad, nunca hizo un esfuerzo por entenderlos. Incluso si no pudiera entenderlos, podría haber tratado de respetar quiénes eran.

Pero en cambio, ella simplemente deseaba que la entendieran. Unilateralmente.

Eres verdaderamente arrogante.

Sí. Arrogante y altiva. Auto justificada y estrecha de miras…

“… Príncipe Zafar.”

Se mordió los labios teñidos de rojo, tratando desesperadamente de mantener su tono firme, lo que a la inversa hizo que su voz sonara extraña. Zafar amablemente fingió no darse cuenta.

“¿Sí?”

“Si tú y el Príncipe Viktor son tan diferentes el uno del otro, ¿cómo… mantienes su relación?”

“Oh, eso es muy sencillo. En algunas cosas me comprometo, mientras que en otras me niego a renunciar. En algunas cosas, le cedo el paso, mientras que en otras, le hago ajustarse a mi forma de pensar. Ambos respetamos los límites del otro hasta que encontramos un punto de compromiso. Así es como se relacionan normalmente las personas… Aunque nos ha costado años llegar hasta aquí.”

“Eso es… Sí, es cierto… Tienes razón.”

Puede haber una brecha entre ellos. Pueden ver el mundo de diferentes formas. Pero si intentaban entenderse, poco a poco, seguramente ella algún día podría estar a su lado.

Y había cosas en las que podía creer… Cosas en las que era capaz de creer incluso desde hace dos años, antes de que se conocieran de verdad cara a cara. Cuando todavía eran el opresor y el oprimido… Cuando eran demasiado diferentes.

Apretó los puños con fuerza debajo de las mangas de su vestido.

“Muchas gracias, Su Alteza.”

“Por lo general, los modales adecuados dictarían que te escolte de regreso al cuartel, pero desafortunadamente, todavía tengo asuntos que atender aquí. Llamé a una escolta, así que quédate con ellos hasta que regreses.”

El tiempo de Lena en la gran conferencia llegó a su fin. Vika condujo a Lena no a la salida que conducía fuera de los terrenos del palacio, sino a un camino que atravesaba las instalaciones. Era un pequeño camino pavimentado entre los jardines que conducía a la villa imperial que usaba el Grupo de Ataque.

En marcado contraste con el cálido y luminoso interior del palacio, la fría oscuridad de una noche invernal se cernía sobre el jardín. Muy consciente del frío penetrante, Lena permaneció en el área entre el interior del palacio y el jardín mientras miraba a su alrededor.

Fue una noche estrellada sorprendentemente brillante. Lena podía ver las mismas estrellas que había mirado con Shin antes de que la Base de la Ciudadela Revich fuera capturada. En ese momento, parecía que Shin quería decirle algo, pero terminó en silencio. Ella había asumido que él se lo diría más tarde, pero con la batalla de asedio sucediendo inmediatamente después de eso, nunca tuvieron la ocasión de retomar el tema.

¿Qué estaba tratando de decirle Shin en ese entonces? ¿Qué estaba tratando de expresar?

… ¿Preguntarle sobre eso ahora sería lo correcto…?

Vika hizo una pequeña exclamación. Lena estaba obsesionada con el cielo, pero Vika notó algo en la carretera nevada. Aparentemente, tenía una visión nocturna excepcional, no muy diferente a la de un gato. Era una serpiente que podía ver el mundo por lo que era sin depender de la luz.

“Listo. Muy bien, Milizé. Descansa bien esta noche.´”

Por lo visto, no tenía previsto hablar con quién viniera a llevarla de vuelta a la villa, porque se dio rápidamente la vuelta y se marchó. Mientras se alejaba, sus pasos no hacían ruido en la gruesa alfombra. Ella pudo darse cuenta de que se había ido por el crujido de su ropa y por el olor de su colonia, que cada vez era más tenue.

E inmediatamente después de que Vika se fue, el sonido de la nieve crujiendo contra pasos ligeros llegó a sus oídos. Incluso él, con la forma en que no solía hacer ningún sonido mientras caminaba, no pudo evitarlo cuando pisaba un camino de nieve quebradiza.

La expresión de Lena se iluminó cuando vio su figura crecer contra la luz de las estrellas reflejada por la nieve.

“¡Shin!”

“¡Shin!”

Shin miró a Lena, quien estaba radiante al notarlo, desde dentro de la oscuridad del jardín nevado. Se detuvo donde estaba.

Aaah…

Se había dado cuenta de repente. ¿Qué hizo que las cosas encajaran en su lugar? Tal vez la luz por aquí se sentía demasiado brillante para sus ojos, ya que se había acostumbrado a la oscuridad de la noche. O tal vez era el hecho de que la estaba viendo con un vestido y maquillaje por primera vez, en lugar de su uniforme.

Él mismo no podía decir por qué, pero de repente se hizo evidente. No estaba en el campo de batalla ni en una base militar, sino en un lugar alejado del fuego de la guerra. No estaba de pie allí en uniforme, sino con un atuendo reservado para tiempos de paz.

Le recordó la absoluta e irreparable profundidad y distancia de la brecha entre ellos. Los mundos que vieron eran diferentes. Los mundos que deseaban eran diferentes.

Lo que significaba, en otras palabras, que los mundos a los que pertenecían, en los que se les permitía existir, también eran diferentes.

Lena no me necesita.

La forma en que la veía ahora era como debería haber sido. Lena nunca perteneció al caos del campo de batalla, sino a un mundo de paz y tranquilidad. Ella merecía vivir en un mundo libre de conflictos.

El campo de batalla no era su mundo. No necesitaba conocer la lucha y la muerte… El absurdo irracional de la guerra no le pertenecía de ninguna manera concebible.

Y Shin, que solo conocía la guerra y sus dificultades, tampoco tenía lugar a su lado. Todo lo que conocía era el conflicto, y solo en medio de la batalla podía forjar su propia identidad. A pesar de decidir luchar hasta el final, no podía imaginar lo que había más allá de esta guerra aparentemente interminable…

Ni siquiera podía empezar a imaginar el tipo de mundo que ella deseaba. Quería mostrarle el mar… lo que significaba que solo podía imaginar un futuro con ella en él. Pero Lena no lo necesitaba para sobrevivir.

En realidad, fue todo lo contrario. Su presencia solo la lastimaría. Quería que todos fueran felices, mientras que él no podía imaginar qué podría constituir su idea de alegría. Su forma de vida podría muy bien servir como arma para hacerle daño.