Isekai Tensei Soudouki

Volumen 5

Capitulo 4: Feroz Batalla, Una Vez Más

Parte 2

Zirco también estaba sintiendo enemigos a nivel de comandante de la orden de caballeros que no se acercaban a Flandre. Reconoció que la mejor oportunidad se le había escapado.

“¡Es una pena, pero es hora de cerrar la tienda! ¡Nos vamos bastardos!”

“¡No pienses que puedes escapar!”

Flandre atacó a Zirco, quien repentinamente le dio la espalda, pero una lanza molesta lo apartó de un lado.

Mistol, que seguía a Zirco desde atrás, arrojó una lanza a Rochambeau. “¡Maldita seas! ¡Este impertinente matón!”

Los soldados corrían desde todas las direcciones para rodear a Zirco y sus hombres.

Pero al mismo tiempo, esos soldados también eran escudos preciosos que protegían a Zirco y a otros.

Si hubiera suficiente espacio en este lugar, las élites que incluían a Flandre podrían atacar libremente y matar a Zirco en poco tiempo.

“¡No mires atrás! ¡Morirás si dejas de correr!”

¡No pienses en nada más que adelante, adelante!

Incluso con el cálculo más pesimista, tomaría al menos medio día calmar a este grupo caótico y ordenarles que marchen a Antrim una vez más. Y luego, si levantaban la guardia para no ser golpeados por otro ataque sorpresa como este, entonces podría retrasarlos un día más o incluso más.

El ataque sorpresa suicida de Zirco y sus hombres había comprado tiempo que era más precioso que la sangre para Antrim en este momento.

“¡No dejes que se escapen! ¡Será  una desgracia para  el ejército de Haurelia si se escapan!”

“¡Uwah!”

Un mercenario cayó de su caballo después de que una flecha lo golpeó. Los soldados pululaban por los mercenarios que perdieron los pies para escapar.

“¡Kisling!”

“No te detengas. Tú fuiste quien dijo eso ¿verdad? ¡Date prisa y corre!”

Al mismo tiempo que terminó de decir eso, el hombre llamado Kisling sacó un hacha.

“Hmph, ¡no mantuve esto en reserva para hacer que mi muerte fuera llamativa……!”

Innumerables lanzas perforaron el cuerpo de Kisling, que dejó de moverse con una leve sonrisa.

Y luego, al instante siguiente, una flor de explosión floreció con humo que se elevaba.

“¡Kisling……! ¡Maldito idiota!”

Zirco escupió con sangre saliendo de su labio.

Zirco y sus hombres ya estaban llegando al límite exterior del ejército de Haurelia.

Solo un poco más, solo un poco más y podrían salir del cerco. Después de eso sería una línea recta hasta el Rio Lena.

No importa cuán enfurecido estaba el ejército de Haurelia, no harían algo estratégicamente sin sentido como buscarlos hasta el río aguas abajo.

Zirco y otros hicieron estallar sus explosivos a la vez después de abrirse paso.

Sin embargo, había alguien que estaba intensamente furioso al ver eso.

Fue Flandre quien se convirtió en el general de un ejército derrotado debido al lanzallamas y varias otras armas secretas.

Flandre no podía aceptar ver esa pesadilla desplegándose una vez más frente a sus ojos.

Era imperdonable aceptarlo.

“¡¡USTEDES MISERABLES BASTARDOOOOOOS!!

Flandre gritó y cargó contra la densa llama y el humo de la explosión.

Aunque su cuerpo fue quemado aquí y allá, Flandre rompió milagrosamente el humo y vio las espaldas indefensas de Zirco y otros que estaban acostados para protegerse de la explosión.

(¡Te encontré, demonios que contaminaron la pureza de la guerra!) “¡MUEREEEEEEEEEEE!”

No podía alcanzarlos con su cuerpo herido.

También sería demasiado tarde para que sus aliados que estaban en el caos de la explosión los persiguieran. Luego, con este ataque, ¡mataría a la mujer que parecía ser la comandante!

Flandre ejerció toda su fuerza y balanceó su amada lanza que había estado usando durante muchos años.

Y luego la lanza se convirtió en un destello de luz. Cerró la distancia entre Flandre y Zirco con una velocidad que el ojo no podía seguir.

Ya era demasiado tarde cuando Zirco se dio cuenta.

Sería imposible escapar de ese gran ejército si se enfocara detrás de ella.

Y entonces ella se lanzó hacia adelante con determinación, pero llegó a morderla en el culo aquí.

Sin embargo──.

La lanza que lanzó Flandre atravesó el pecho de Mistol junto con su columna vertebral con un sonido seco de hueso aplastado.

Mistol, que corría en diagonal detrás de Zirco, saltó frente a la lanza para cubrirla.

El impulso de la lanza hizo que sobresaliera de su espalda y también atravesó la armadura de Zirco. La punta apuñaló su abdomen.

“…… ¿Estás lastimada? Zirco……”

Zirco notó que Mistol se estaba muriendo y ya estaba perdiendo la vista.

Él era un viejo amigo de ella, el único a quien ella había permitido en lo profundo de su corazón. Se habían protegido y entre sí a través de muchos campos de batalla. Era un compañero al que podía confiarle la espalda sin preocuparse.

Zirco sollozó diciendo que Mistol ya no tenía mucho tiempo para vivir. “Sí, ni siquiera estoy arañada gracias a ti.”

Fue una mentira.

La lanza que apuñaló profundamente en el estómago de Zirco no era letal, pero tampoco era una herida leve de ninguna manera.

Pero Zirco no tenía más palabras que las que decirle a Mistol que se estaba muriendo frente a ella.

“Parece que este es mi momento para pagarle al gaitero. Había sido divertido, Zirco.”

“Sí… también me divertí, Mistol.”

Y luego Zirco abrazó a Mistol, que se había callado con todas sus fuerzas.

“Dios mío, a pesar de que planeé hacerte llevarme si no hay nadie que se case conmigo, y sin embargo me vas a adelantar así……”

Tal vez no sería tan malo para ella morir junto con él de esta manera aquí.

Aunque estaba disfrutando de tal sentimentalismo, Zirco aún se arrojaba a la rápida corriente del río Lena.

Las figuras de Zirco y otros desaparecieron bajo la corriente del río en un abrir y cerrar de ojos. El ejército de Haurelia no tenía margen de maniobra ni tiempo para perseguirlos.

***

La llegada del ejército de Haurelia fue casi un día más tarde que la predicción de Baldr.

Debido al informe de uno de los mercenarios, Pasos Rápidos Wilber, Baldr sabía a quién debía dar las gracias por darle ese día extra.

Este solo día que Zirco y sus hombres le dieron fue realmente precioso.

El mayor efecto fue la llegada del refuerzo en forma del vizconde Mattis Bradford.

Mattis cruzó la Cordillera Morgan para llegar aquí. Aunque llegó muy tarde del horario, llegó a tiempo justo antes de que Antrim cayera.

“¡Ooooh! ¡Así que estás a salvo, Baldr-dono!”

“El refuerzo de Mattis-sama es como obtener más de diez mil aliados.”

Baldr y Mattis intercambiaron un firme apretón de manos. Elogiaron la valentía del otro.

De hecho, si no fuera Mattis, la llegada del refuerzo sería incluso más tarde que esto.

Aun así, el refuerzo de Mattis solo contaba con mil y varios cientos de soldados. Además, estaban extremadamente exhaustos por marchar a través de una montaña con la que no estaban familiarizados.

Aunque habían descansado mucho desde ayer, todavía no se habían recuperado completamente de su fatiga.

Además, si el número del enemigo fuera el mismo con ellos, no habría nada que temer. Pero el ejército de Haurelia estaba enviando un gran ejército que ascendía a más de 50000. Fue un número que cuestionó si tal vez el ejército de Haurelia había movilizado todas las tropas que tenía de todo el país.

Contra este número, la forma de refuerzo de Mattis era como una gota en el cubo.

Aunque tenían la esperanza suficiente de que más refuerzo también llegaría a Antrim, más tiempo pasaba.

Antes de esto, no sabían a qué lugar atacaría el ejército de Haurelia, por lo que los soldados tenían que estar en guardia a lo largo de la frontera. Sin embargo, si se supiera que Haurelia estaba enviando a casi todas sus tropas a Antrim, esos soldados en guardia a lo largo de la frontera podrían ser liberados para hacer otra cosa.

En esta situación, no sería extraño incluso si Cornelius enviara un refuerzo a Antrim.

“Será genial si podemos aguantar hasta entonces, pero……” Baldr sabía lo difícil que sería.

El ejército de Haurelia no era débil en absoluto cuando se enfrentaba a los enemigos de frente. Además, la mayoría de sus tropas estaban más entrenadas que el ejército de Antrim.

No se sabía cuánto tiempo podrían resistir ahora que carecían de suministros. Baldr no pudo ocultar su profundo suspiro.

Mientras tanto, no era como el ejército de Haurelia que se jactaba de una abrumadora fuerza de batalla no estaba plagado de problemas propios.

Aunque el ataque del grupo de Zirco el otro día solo infligió un daño insignificante al ejército en general, el impacto psicológico fue grande.

Después de todo el miedo a recibir otro ataque sorpresa estaba causando que todo el ejército se pusiera nervioso, incluso hasta los humildes soldados de a pie. La fatiga de ese nerviosismo se acumuló.

Este estado mental no era realmente deseable cuando se enfrentaba al ejército de Antrim que estaba al mando de varias armas misteriosas.

Sin embargo, el ejército de Haurelia tenía a  Flandre, que ya estaba experimentando una batalla contra Antrim y muchos otros comandantes que eran estratégicamente capaces, como Arseille, por ejemplo, el comandante de la Orden de los Caballeros Dragón Dorado, la orden de caballeros más fuerte de Haurelia. Su superioridad era inquebrantable.

Tenían que ganar sin importar qué y obtener las armas secretas de Antrim.

El ejército de Haurelia vino aquí por el bien de eso. No dudarían en pagar ningún precio sin importar cuántos sacrificios resultaron de esta batalla.

“…… Aun así, este atolladero es problemático.”

Frente a Flandre, se estaba extendiendo un área de atolladero que parecía que se había transformado en barro sin fondo.

Parecía que los enemigos habían procesado a fondo esta área. Si cargaban de frente, los pies de las tropas se tropezarían inmediatamente con el atolladero y el resultado sería una montaña de sacrificios.

Aun así, no tenían opción de desplegar tranquilamente una batalla de flechas.

Para el ejército de Haurelia, el paso del tiempo era su enemigo. Si no pudieran derribar a Antrim antes de que se reforzara  el refuerzo  de Mauricia, quedarían arruinados en la derrota.

“Así que la única opción es la muerte.”

No había forma de que el general de Antrim no hubiera preparado ninguna contramedida.

Definitivamente había otro truco astuto aparte de este atolladero que estaba al acecho. Era necesario que Flandre mismo muriera para arrastrar esa trampa a la luz del día.

“Sin embargo, no moriré gratis. ¡Esta vez será tu turno de mostrar tu cara llorosa!”

***

Se lanzaron ataques mágicos hacia la línea de trinchera restaurada como apoyo. Al mismo tiempo, la primera línea comenzó a moverse.

Usando la cantidad excesiva de mano de obra que tenían, el ejército de Haurelia realizó un bombardeo de alfombras con magia mientras que al mismo tiempo usaban magia para endurecer el atolladero para que las infanterías pudieran cargar.

En respuesta, el ejército de Antrim arrojó explosivos usando catapultas y disparando con ballesta para oponerse a los enemigos.

La vanguardia liderada por Flandre tenía el doble de la inversión de los magos. Realizaron apoyo disparando un ataque mágico que dependía del número. Flores de llama carmesí florecieron y dispersas nubes de polvo por todas partes. Resultó que el campo de visión del ejército de Antrim no estaba claro.

“Se ha vuelto aún peor que el otro día eh.”

Salil escondió la cabeza en el parapeto y continuó disparando con solo conjeturas.

Su precisión disminuyó porque no podía apuntar, pero había pocas personas que podían continuar trabajando mientras ignoraban las flechas que volaban hacia ellos. Incluso si no golpeó, tenía sentido seguir disparando a los enemigos.

“¡Está bien-! ¡Si es el señor, entonces…!”

Carlyle albergaba una confianza que rayaba en la adoración hacia Baldr. Salil pensó en lo bueno que era ser joven.

Ciertamente, ese señor feudal era una estrella en ascenso, pero no era un dios omnipotente de ninguna manera.

Como no era dios, moriría si fuera apuñalado, y también habría una batalla donde perdía. También necesitaría sacrificar algo para ganar.

Aun así, Salil no estaba tan retorcido como para aplastar intencionalmente la confianza pura de Carlyle.

Además, no tenía margen de maniobra para eso en este momento. “Rezaré para que tu señor de confianza pueda hacer algo al respecto”.

Un fuerte sonido que atravesó los oídos resonó. Parecía que un explosivo había aterrizado en el frente y explotó.

“Oi oi, no van a cometer un error y lanzar una bomba sobre su aliado ¿verdad?”

Se volvería en su tumba más tarde si lo mataban los bombardeos de apoyo que era la única esperanza de los soldados en la línea del frente.

Salil se encogió de hombros y arregló el posicionamiento de su pesado casco.

Fue poco a poco, pero las infanterías dirigidas por Flandre avanzaban a través del atolladero que se solidificó por la magia endurecedora de los magos.

Delante de ellos estaban los alambres de púas que se habían erigido una vez más, aunque los alambres mostraban algún lugar donde se estaban separando debido a la magia de ataque de apoyo, todavía eran efectivos para obstaculizar la movilidad de un gran ejército.

Su deber era ir al centro del campo de batalla donde los disparos de los aliados y los enemigos volaban salvajemente y retiraban los alambres de púas para poder atravesar la línea de trincheras de Antrim.

Fue una misión cruel donde la muerte esperaba a 8 o 9 de cada 10 personas.

Sin embargo, Flandre orgullosamente levantó la cabeza en medio de eso y no mostró la más mínima expresión de desesperación o vacilación.

El espíritu de lucha de Flandre fue transferido a sus hombres. La unidad de vanguardia continuó avanzando.

“Ese bastardo, ¿qué está planeando?”

Flandre, que se estaba exponiendo en la primera línea como para desafiar a los enemigos, tratar de matarme si puedes, estaba perplejo ante la extraña respuesta del ejército de Antrim.

Los explosivos que habían estado volando desde hace algún tiempo apuntaban claramente a los magos en la parte trasera.

Ciertamente, el número de bajas aumentaría drásticamente si perdieran el apoyo de los magos, pero siempre fue el enjambre de infantería el que decidió el resultado de la batalla.

En el extremo, si el ejército de Haurelia estuviera preparado para ser aniquilado, simplemente atacar a través de este atolladero y abrirse paso tampoco sería imposible.

Y, sin embargo, los ataques pasaban por encima de ellos como si estuvieran siendo ignorados. Flandre no podía entender la razón en absoluto.

A este ritmo, la situación solo empeoraría gradualmente para el ejército de Antrim.

No había forma de que los enemigos simplemente confiaran en ese tubo que arrojaba llamas.

Habían aprendido que el alcance de esa arma era corto, y ya se había demostrado que era posible bloquearlo usando un escudo mágico. Era un arma con su truco ya expuesto.

El objetivo de Flandre era obtener esa arma ilesa por cualquier medio.  Los enemigos que atacaban con esa arma eran algo que él deseaba.