Sekai Saikou no Ansatsusha (NL)

Volumen 1

Capitulo 22: El Asesino Corre Hacia Su Princesa

Maté a un gran número de soldados a medida que avanzaba.

No todos habían sido malas personas. A muchos simplemente se les había ordenado en contra de su propia voluntad que hicieran la guerra.

Tal pensamiento me dolió. Nunca me habría importado algo así en mi vida anterior.

Una vez creada la distracción, resolví matar a cualquiera que intentara robarme a Dia. Rescatarla habría sido imposible si me hubiera negado a hacerlo. No hubo tiempo para arrepentirse. Si sentía la necesidad de arrepentirme, iba a esperar hasta que Dia estuviera asegurada.

“Al menos el peor de los casos no sucedió”.

La fuerza enemiga que asediaba el castillo era más grande de lo que esperaba, pero temía algo aún peor.

Utilizando la red de información de la Compañía Balor, había estado recopilando información para tratar de encontrar al héroe y buscar tesoros divinos. Con un poco de esfuerzo, encontré información sobre un hombre que creía que tenía la mayor probabilidad de convertirse en héroe, así como el tesoro divino que manejaba.

Era un hombre conocido como el Sabueso de Kran, y la poderosa lanza mágica que llevaba se llamaba Gáe Bolg.

Se sabía que ese hombre estaba en Soigel.

Su participación fue mi razón especulada del éxito de la rebelión de la noble facción. Si bien no había muchas pruebas de eso, había encontrado algunas pruebas.

Si mi teoría era correcta, existía la posibilidad de que un hombre con un tesoro divino y una enorme cantidad de fuerza pudiera haber estado presente en ese campo de batalla.

Afortunadamente, mis miedos no se hicieron realidad. Si el Sabueso de Kran hubiera estado allí, seguramente ya se habría mostrado.

“Ahora las cosas se ponen complicadas”, dije. Escabullirse en el castillo había sido fácil debido a toda la confusión en el campo de batalla, pero llegar a Dia iba a ser difícil.

La verdadera naturaleza del asesinato de Dia nunca pudo ser publicada. Sólo un pequeño número de vasallos sabía que su muerte debía ser fingida.

Incluso con mi ayuda, la Casa Viekone no pudo escapar a la derrota. Muchos de los vasallos iban a ser hechos prisioneros, después de lo cual serían interrogados y ejecutados. La razón por la que tan poca gente conocía este plan era para evitar que el secreto saliera a la luz.

Por esa razón, necesitaban a alguien que pudiera colarse en este castillo. Un castillo en el que la facción noble no logró infiltrarse después de tres días de asedio.

Hubiera sido imposible para una persona normal, pero podría manejarlo usando mis habilidades como asesino.

Durante una operación sigilosa, era imperativo que hiciera todo lo posible para evitar la detección. Esto fue mucho más difícil de lo que parecía, e involucró más que simplemente permanecer fuera de la vista o asegurarse de hacer el menor ruido posible.

No importa lo encubierto que sea, era imposible dejar de respirar o evitar que su cuerpo emitiera calor o cualquier tipo de olor. Mientras alguien estuviera vivo, continuaron dejando rastros de su presencia.

El verdadero sigilo requería que reprimiera esos obsequios lo mejor que pudiera mientras usaba sus habilidades para evitar ser detectado por otros. El éxito exigía que tu conciencia y percepción tuvieran que ser superiores a las de cualquier otra persona.

Para borrar cualquier cosa que pudiera alertar a otro sobre mi ubicación, utilicé uno de mis hechizos personalizados.

El viento comenzó a fluir a mi alrededor.

La avalancha de información que me lleva el viento bastaría para freír el cerebro de una persona normal. Sin embargo, lidiaba con un nivel de información que rompería a una persona normal a diario. Además, Recuperación  Rápida  y  Crecimiento  Ilimitado habían  trabajado  para aumentar las capacidades de mi cerebro. Como resultado, podía soportar cualquier información que me trajera mi magia.

El hechizo que usé había creado una ráfaga de viento. Al alterar el flujo de esa brisa, pude obtener información visual tridimensional para lugares que de otra manera estarían fuera de mi vista.

Junto con este poco de magia, también entendí lo que me rodeaba al captar ciertos sonidos, escuchar la respiración y los latidos del corazón y usar el calor corporal para leer los movimientos de quienes me rodeaban. Todos estos eran trucos que había aprendido en mi vida anterior.

Con tanta información sobre mis enemigos a mi disposición, era casi como poder ver el futuro.

Usando mis muchas habilidades, discerní la mejor ruta de infiltración. Era hora de empezar.

***

Me escabullí por la mansión, abriéndome paso a través de los huecos de los que vigilaban.

Solo había un lugar donde podría haber estado. Las explosiones de Fahr Stone no solo habían sido para cambiar el rumbo de la batalla, también habían sido una señal para Dia.

Estaba seguro de que si usaba Fahr Stones, Dia se daría cuenta de que había llegado y sacaría la cabeza por la ventana. Como se anticipó, lo había hecho después de la cuarta explosión. Así fue como supe en qué habitación de la gran finca estaba ella.

Sin revelar ni una pizca de mi presencia, llegué a la habitación de Dia y puse mi mano en la puerta.

Estaba cerrado, por supuesto, pero eso no era un problema. Manipulando el mecanismo de metal por medio de la magia, abrí la cerradura.

La puerta se abrió para revelar a Dia y un hombre de mediana edad.

“¡Lugh! ¡Realmente viniste por mí!” Dia se arrojó a mi pecho, con su hermoso cabello plateado arrastrándose detrás de ella.

Fue solo en ese momento que me di cuenta de que finalmente la había superado en altura, hecho que me hizo un poco feliz.

Abracé a Dia con fuerza, disfrutando de su calidez, su olor, su suavidad.

Dia, mi amor. Estoy tan contento de que estés a salvo.

Sin embargo, su rostro se veía fantasmalmente pálido. Con mis ojos de Tuatha Dé, comprendí instantáneamente la razón. Había usado casi todo su maná. Más, y se habría derrumbado por la deficiencia de maná.

Dia probablemente había estado dando todo lo que tenía para proteger a sus vasallos, incluso si sabía que salvarlos a todos era imposible.

“Lo prometí, ¿no? Que vendría corriendo cuando quisieras verme”, le dije.

“… Recordaste esa promesa, después de todo este tiempo”, respondió Dia. Asentí. No había forma de que olvidara mi promesa.

El hombre de mediana edad nos miró con una expresión mixta en su rostro.

No había nada llamativo en su vestimenta, pero su comportamiento digno delataba su condición de noble.

“Siempre pensé que era una chica virtuosa, pero pensar que alguien como tú le robaría el corazón. Es un placer conocerte finalmente. Soy Dimor Viekone, el padre de Dia”.

“Soy Lugh Tuatha Dé. Vine aquí para cumplir con su solicitud”.

“Si bien esa fue mi solicitud, esto no es exactamente lo que tenía en mente… Si tan solo mis vasallos hubieran escuchado cuando les dije que nos dejaran y huyeran. Dijeron que no podían abandonarnos a Dia y a mí, y una vez que se enteraron de que estaba planeando rendirme, nos encerraron aquí”, explicó en voz baja. El conde sonaba orgulloso, triste y una variedad de otras emociones al mismo tiempo.

Una de las principales razones por las que quería que Dia se llevara a un lugar seguro era sin duda porque no quería que sus súbditos pelearan. Si Dia moría, no habría razón para que su gente se quedara. Podrían dejar esta batalla perdida y escapar para vivir otro día.

“¿Qué piensa hacer, Conde Viekone?” Yo pregunté.

“Podré arreglármelas por mi cuenta… Después de ver todas estas peleas, sentí un poco de ganas de entrar en acción yo mismo. Causaré tanta destrucción como pueda para desviar la atención del enemigo para que otros puedan escapar. Una vez que estén libres, haré mi propia escapada. Planeo calmarme por un tiempo y hacer preparativos para expulsar a los traidores de estas tierras para que algún día este país pueda ser devuelto a su legítimo gobernante”.

Como era de esperar, dada la posición de alto rango del hombre como recuento, Dimor Viekone era un mago muy fuerte que tenía toda una vida de entrenamiento detrás de él. Mi papá incluso lo consideraba un buen amigo.

Si su plan implicaba su propia supervivencia, no tenía ninguna duda de que era capaz de llevarlo a cabo.

“Entendido. Conde Viekone, voy a prender fuego en esta habitación. Vamos a hacer que esto parezca un suicidio. Incluso traje un pequeño cadáver que podría pasar por Dia”.

“Así que para eso está ese bolso grande que tienes. ¿Realmente hay un cadáver ahí…?”

Mi tercera razón para usar las Fahr Stones había sido para obtener un cadáver quemado. Recogí uno de los cuerpos que habían salido volando por la explosión y lo alteré un poco para que pasara por un doble de Dia.

“Así es. Voy a poner el anillo que Dia siempre usa en este cuerpo, y una vez que esté frito hasta quedar crujiente, nadie podrá decir que no es ella”.

En mi mundo anterior, este tipo de truco no habría funcionado debido a los registros dentales. Sin embargo, este mundo no poseía tales métodos de identificación, por lo que no era una preocupación.

“Estoy celoso de Cian por tener un heredero tan increíble”, admitió Dimor.

Saqué un recipiente de aceite de mi mochila. Comenzando con la cama, empapé toda la habitación.

“La última parte requiere un poco de actuación de tu parte, Dia. Quiero que abras la ventana y te dirijas a tus vasallos. Estas son las líneas que he preparado para ti. ‘No puedo soportar que nadie más salga lastimado por mi bien, y no me convertiré en propiedad de nadie’. Una vez que termines, cierra la ventana. Ahí es cuando comenzaremos el fuego”.

“Hmm, parece que podría funcionar. Quienes toman el mando en el frente saben que estamos fingiendo tu muerte. Deben poder aprovechar la situación y poner a los demás a salvo. También es lo mejor para ti, Dia”.

“Si padre.”

No todos los vasallos iban a salir a salvo. Una vez que dejaran de luchar y trataran de huir, indudablemente algunos iban a ser capturados, y cualquiera que escapara se enfrentaba a un futuro bastante incierto. Aun así, escapar contenía más esperanzas que continuar una batalla perdida.

Dia no se opuso al plan porque lo entendió. La niña estaba decidida a hacer lo mejor para su gente. Probablemente todavía había una parte de ella que quería ganar, y tenía que haber sabido que la victoria habría sido posible si hubiera hecho todo lo posible.

Con el hechizo que habíamos diseñado para matar al héroe, podríamos haber eliminado hasta el último de los invasores. Dia debe haber estado muriendo por pedirme que lo use en las fuerzas de la facción noble. Sin embargo, sabía que ella no pediría tal cosa, porque Dia entendió que ganar esta batalla no resolvería nada.

Después de todo, mi plan era el que salvaría más vidas.

“Lugh, estaré listo cuando tú lo estés”, declaró Dia. Con determinación en sus ojos, se dio la vuelta y puso su mano en la ventana. La abrió y comenzó su actuación con confianza.

Con esto, mi trabajo estaba casi terminado. Todo lo que quedaba era volver al dominio de Tuatha Dé con Dia. Mientras no hubiera complicaciones, íbamos a salir bien. Tan pronto como ese pensamiento pasó por mi mente, un escalofrío recorrió mi espalda.

Levanté mi maná tan alto como pude, agarré a Dia por los hombros y la jalé detrás de mí.

Esto es malo.

Tan pronto como Dia abrió la boca para entregar su mensaje, me asaltó una sensación ominosa. Era un sentimiento inexplicable de sexto sentido. Mi experiencia como asesino me había dado un sentido especial del peligro y mis campanas de alarma estaban sonando.

Impulsado por el instinto, agarré a Dia por los hombros, la jalé por detrás de mi espalda, llené una Fahr Stone con maná hasta casi estallar y saqué mi cuerpo por la ventana.

A una buena distancia de la muralla, un hombre corpulento se volvió hacia Dia y arrojó una lanza larga.

Tenía el pelo rojo puntiagudo y el físico de un culturista. La sonrisa salvaje y bestial que lucía le sentaba casi incómodamente bien. El aire alrededor de esta extraña persona estaba lleno de maná tan siniestro que parecía antinatural.

¿Este tipo es humano? Pensé, absolutamente incrédulo.

Al usar mis ojos de Tuatha Dé, pude decir de inmediato que la lanza estaba cargada con una descarga de maná instantánea enormemente alta que excedía con creces todo lo que era capaz de hacer.

Saque una flecha con una Fahr Stone que se había llenado hasta el borde con maná y la disparé.

La lanza se transfiguró mientras  viajaba por el aire, aumentando su velocidad a medida que la punta se dividía en múltiples puntos. Tal rapidez superó con creces la velocidad a la que viajaban mis balas de tungsteno a través de Gun Strike. Sin mis ojos de Tuatha Dé, no creo que hubiera podido detectar el proyectil entrante.

La fuerza de la lanza rasgó la tierra mientras navegaba por el aire. Tanto los soldados de la facción noble como los vasallos de Viekone fueron destrozados indiscriminadamente. Numerosas hojas invisibles se formaron alrededor de la lanza, causando daño adicional.

Esto era más que un arma de asta, era un arma de destrucción masiva. La lanza del pelirrojo y mi Fahr Stone chocaron.

Había utilizado un tipo especial de Fahr Stone que había sido hecho para enfocar su explosión hacia adelante cuando detonó.

La lanza, que ahora viajaba a velocidad supersónica, chocó con la Fahr Stone, liberando una explosión nacida de una fuerza equivalente al maná de trescientos magos. Los trozos de hierro formados por mi maná terrestre salieron volando en todas direcciones.

Impertérrito, la lanza del hombre se deslizó a través de la explosión, redujo la muralla a escombros y atravesó la mitad de la pared del castillo.

Si no hubiera sido porque mis contraataques lo ralentizaron, ese ataque habría reducido toda la propiedad a escombros, y hubiéramos estado en una situación desesperada.

La lanza comenzó a vibrar, luego se salió de la muralla del castillo y regresó a su dueño.

… Entonces este es el poder de un tesoro divino.

Había estado recopilando información sobre tales objetos y recientemente había comenzado los preparativos para finalmente comprar uno, pero esta era la primera vez que veía en persona.

El hombre y yo nos miramos a los ojos. Estaba a unos seiscientos cuarenta metros de distancia, una distancia técnicamente dentro del alcance de Gun Strike, pero alcanzar un objetivo tan lejos con algún tipo de precisión confiable era imposible para mí.

Ese no fue el caso del pelirrojo.

Quizás eso podría haber sido atribuido al tesoro divino, pero eso no fue todo. Su habilidad y su descarga de maná instantánea increíblemente grande fueron lo que hizo posible el ataque.

Entretuve la idea de que sería bueno si resultaba que la única capacidad anormal del hombre era su descarga instantánea de maná, pero sabía que era una ilusión.

De todos modos, no habría cambiado mi curso de acción. Necesitaba tomar represalias, y pronto.

Cantando un hechizo, creé un cañón. Contra un oponente de tal fuerza, estaba claro que un arma no iba a cortarlo.

El arma que creé fue un cañón de 120 mm con un rifle tallado en el interior.

El cañón de tal arma era muy grueso y las balas eran igualmente grandes: cada una tenía aproximadamente el tamaño de una botella de leche.

Un cañón tan denso le permitió soportar explosiones más intensas. Confié en que este podría incluso soportar una explosión nacida de mi fuerza completa.

“¡Ambos, tápense los oídos y abran la boca! ¡Cannon Strike!”

Este fue el cuarto hechizo más mortífero de mi arsenal mágico.

Una bala extremadamente dura y pesada se disparó hacia el hombre. Giró en espiral rápidamente desde el estriado.

Gun Strike no se puede comparar con la fuerza de Cannon Strike. Si el primero tenía el poder de un rifle, el segundo tenía la fuerza de un cañón de tanque. La potencia de fuego necesaria para expulsar una bala de tungsteno de ese tamaño solo se puede lograr con una explosión de fuerza completa.

La gente solía tener esto al revés, pero los cañones grandes eran en realidad más precisos que los rifles. La velocidad más rápida de la bala significó que tomó menos tiempo para llegar a su destino, reduciendo el efecto que la gravedad tenía sobre ella.

Además, la mayor energía cinética y masa de la munición del cañón redujeron el efecto de otros factores como el viento. Fue debido a tales factores que el ataque tuvo mayor precisión que una ronda más pequeña.

Gun Strike fue efectivo solo a unos cuatrocientos metros de distancia, pero con Cannon Strike, pude acertar de manera confiable a un objetivo desde una distancia de hasta un kilómetro.

El único inconveniente era que tal arma era demasiado abrasiva para asesinar.

Las balas disparadas por Cannon Strike tenían una velocidad inicial de 1.650 metros por segundo y alcanzaron Mach 4.8.

La bala alcanzó su destino en solo 0,4 segundos, donde aterrizó a más de seiscientos sesenta metros de distancia con un rugido atronador que levantó una nube gigante de tierra.

Si bien la punta y el ancla del cañón se habían fijado al suelo, la fuerza de la explosión había abierto grietas en las paredes y destrozado todas las ventanas cercanas.

Dia y el conde Viekone miraron con la boca abierta.

“Whooooooaaaaaa, ¡ha pasado un tiempo desde que vi tu Cannon Strike! No hay forma de que quede ni rastro de ese tipo”, exclamó Dia.

“¿Qué demonios fue eso?” preguntó su padre.

“Un truco de asesinato mío. Lo uso para matar objetivos de larga distancia”, respondí.

“Esa no es como ninguna técnica de asesinato de la que haya oído hablar…”

Aunque esperaba que hubiera sido suficiente para matar al pelirrojo, no tardé en obtener mi respuesta.

Cuando el polvo se asentó, el hombre todavía estaba de pie y no parecía estar peor por el desgaste. La sangre le corría por la cara desde una mancha en la frente, pero la misma sonrisa salvaje todavía estaba clara en su rostro.

Fue suficiente para hacerme reír. Si tan solo me hubiera perdido. Al menos entonces todavía habría algo de esperanza.

Este hombre había sobrevivido a un impacto directo de Cannon Strike, un ataque con una fuerza que rivalizaba con un cañón de tanque.

“¡ESO DUELEEEEEEE! Esta es la primera vez que siento dolor. ¡¡¡No está mal!!!” Gritaba tan fuerte que podía escuchar cada una de sus palabras incluso desde muy lejos. Su tono era a la vez amenazador y alegre.

Dia estaba temblando de miedo.

Los músculos ya enormes del hombre comenzaron a hincharse hasta que estallaron a través de su ropa, y los cuernos de un demonio brotaron de su cabeza.

Estaba seguro de reconocer esas señales visuales como parte de Berserk, una habilidad de rango S.

Activado por la ira, Berserk aumentó tu fuerza física y maná. Un aura de rabia también mejoró aún más su ataque y defensa. Solo podía activarse bajo ciertas condiciones, pero lo compensó superando con creces la fuerza destructiva de otras habilidades de Rango S.

Otro Cannon Strike ni siquiera arañaría a ese tipo ahora.

“Lugh, agarra a Dia y corre. Con él aquí, ya no tenemos tiempo para fingir la muerte de Dia. Ese hombre puso fin a la guerra civil. La familia real se rindió porque nadie pudo detenerlo. Estás mirando a alguien que tiene la fuerza para acabar con las guerras por sí mismo. No  esperaba que apareciera tan pronto”, dijo el Conde Viekone.

Si era cierto que el hombre terminó las batallas por sí mismo, todavía lo hacía inferior a la Casa Tuatha Dé. Terminamos con esos conflictos antes de que pudieran comenzar.

Aun sonriendo de oreja a oreja, el hombre continuó gritando en nuestra dirección.

“Vine todo el camino hasta aquí porque escuché que una chica estaba usando magia problemática, pero mierda, no esperaba encontrar algo tan asombroso. ¡Eh, tú! ¡Podría matar a todas las personas aquí, o podríamos terminar esto con un duelo, como caballeros! Si ganas, haré que todo el ejército se retire y nunca más volveré a tocar el dominio de Viekone. Ni siquiera pienses en correr. Si tira algo así, ¡es posible que no pueda contenerme! ¡Finalmente encontré un oponente que puede darme una pelea real!”

Este tipo de persona era bastante fácil de entender. Había sido enviado por la facción noble porque estaban molestos porque el dominio de Viekone había logrado resistir durante más de tres días.

Luego se aburrió porque era demasiado fuerte y sintió que esta pelea estaba por debajo de él. La expresión de éxtasis en su rostro se debía a que el pelirrojo finalmente había encontrado a alguien que podía representar una amenaza.

El suyo era un espíritu que durante mucho tiempo había anhelado un duelo adecuado. Para una persona así, encontrar un oponente digno debe haber sido similar a un niño abriendo regalos en Navidad.

Sin embargo, creí que la arrogancia podría usarse para tomarlo con la guardia baja. Este hombre se creía invencible, pero yo había descubierto un punto débil fatal.

“Conde Viekone, Dia, su mente está puesta en mí. Sus atributos son significativamente más altos que los míos, por lo que correr no es una opción. Tengo que aceptar su desafío”.

“Lugh, por favor no… aunque puedes ganar, ¿verdad?” Dia preguntó, sonando impotente.

Negué lentamente con la cabeza.

“Hay un cien por ciento de posibilidades de que pierda. Si Cannon Strike no pudo matarlo, entonces no tengo ninguna esperanza de vencerlo uno a uno. No duraría diez segundos”.

Saqué una lanza de tungsteno de dos manos. El peso natural del metal hizo que el arma pesara más de cien kilogramos. Después de haber creado el objeto, le agregué dos hechizos.

“Si ese es el caso, ¡¿por qué estás tan tranquilo?! Si pierdes, morirás,

¿sabes? Ésta es una idea estúpida. Pelearé contigo”.

“Solo dije que no ganaría en un duelo… Voy a anunciar que acepto su desafío, pero no planeo encontrarme con él en un terreno parejo. Por eso estoy haciendo esto con una lanza”.

Lancé el arma por la ventana.

Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Dia.

Probablemente pensó que lo había perdido después de verme arrojar el arma que acababa de hacer directamente por una ventana rota. Sin embargo, la acción no fue sin una buena razón.

“Dia, no soy un soldado ni un caballero, y ciertamente no soy el héroe. Soy un asesino. No estoy de acuerdo con peleas limpias. El asesinato es lo único que puedo hacer, y ese es precisamente el plan aquí”, le expliqué, esbozando una sonrisa para consolarla.

Había más de una forma de proceder con el asesinato. Incluso contra un oponente tan abrumadoramente poderoso, todavía tenía una opción viable. Mis preparativos estaban casi completos.

“Conde Viekone, por favor sígame. Si quiere decidir esta batalla basándose en un duelo de caballeros, vamos a necesitar que estés presente”, dije.

Sorprendentemente, en este mundo, no era tan raro confiar el resultado de una guerra a un solo caballero.

En un conflicto en el que ambos lados tenían una cantidad similar de fuerza militar, una guerra adecuada podía prolongarse y causar devastación en ambos lados. Para evitar eso, ambos lados elegían ocasionalmente a su caballero más fuerte para decidir el resultado de tales conflictos a través de un duelo.

A decir verdad, nunca esperé que sucediera algo así durante mi rescate de Dia. Pensar que un duelo de caballeros sería cómo terminó mi operación… Mi plan realmente se había descarrilado. Sin embargo, mi línea de trabajo exigía esperar lo inesperado. La improvisación era un componente muy necesario del asesinato.

Salvar a Dia era todo lo que importaba. Los métodos que empleé para ese fin no importaban.

“Entendido. Déjanos ir. Me disculpo por arrastrarte a esto, Lugh… podría usar lo último de mis fuerzas para darte a ti ya Dia tiempo para escapar”, ofreció el conde.

“Esa sería una mala idea. No duraría ni un minuto contra ese hombre. De todos modos, no será necesario. Como dije, lo voy a matar”.

No pude evitar preguntarme cómo ese pelirrojo se había vuelto tan increíblemente fuerte. Si resultaba ser el héroe, su muerte haría las cosas muy problemáticas en el futuro. Desafortunadamente, él tenía que morir aquí si Dia y yo íbamos a vivir, por lo que ya no era una gran elección. No tuve el lujo de considerar lo que iba a suceder después de eso.

El asesinato tenía que venir primero. Sólo después tendría tiempo para pensar en otra cosa.

Como asesino profesional, eso fue lo mejor que pude hacer.