Sekai Saikou no Ansatsusha (NL)

Volumen 1

Capitulo 21: El Asesino Se Apresura

Cuando salí de la mansión, Tarte me estaba esperando, vestida y lista para partir.

“Traje su equipo, mi señor. También estoy lista para salir”.

Con toda la velocidad posible, tomé el equipo y me lo puse. Tarte había estado escuchando a escondidas mi conversación con papá. Ambos lo sabíamos, por supuesto, pero lo permitimos. Había confiado en que Tarte usaría esa información para prepararse para la partida.

“Nuestro destino está a más de trescientos kilómetros de distancia. Voy a ir allí a toda mi velocidad. No podrás seguir el ritmo”.

Mi trabajo era mucho más fácil cuando Tarte estaba conmigo, pero esta vez no podía confiar en ella. A menos que me moviera tan rápido como pudiera, no llegaría a tiempo.

“Sé que no podemos ir juntos, mi señor. Pero al menos puedo ayudarte hasta que me quede sin energía. Incluso con Recuperación Rápida, su resistencia y tasa de recuperación no se mantendrán cuando vaya tan rápido. ¡Vámonos!”

Sin esperar mi respuesta, Tarte usó un hechizo de viento original que le había enseñado.

Este hechizo redirigió el flujo de aire para crear una barrera de viento aerodinámica, reduciendo así la resistencia del aire y permitiéndole moverse a velocidades más altas.

Tarte despegó a toda velocidad, mientras yo la seguía.

La resistencia al viento fue un gran problema. Una vez que un objeto excedía los cuarenta kilómetros por hora, su energía cinética se reducía a la mitad ya que gastaba energía para empujar el aire fuera del camino. A medida que aumentaba la velocidad, la resistencia del aire aumentaba exponencialmente.

Correr con toda mi fuerza normalmente habría gastado más aguante y maná de lo que mi habilidad de recuperación rápida podría mantener.

Con Tarte redirigiendo el flujo de aire frente a mí, pude evitar eso. Esto me permitió moverme a un ritmo cercano a mi velocidad máxima mientras consumía energía y maná a un ritmo que Recuperación Rápida podía manejar.

Tarte realmente lo estaba dando todo. Sin duda, me tomó mucha energía mental y resistencia crear la barrera del viento mientras seguía corriendo para seguirme al mismo tiempo.

Incluso desde atrás, me di cuenta de que a Tarte le dolía la respiración y que estaba empapada en sudor. Aun así, la chica se negó a reducir la velocidad. Se las arregló para seguir así durante alrededor de una hora, y cuando finalmente se detuvo, sus piernas estaban temblando.

Estaba claro que Tarte había llegado a su límite. De hecho, probablemente había alcanzado su máximo natural hace un tiempo. La pura fuerza de voluntad la había llevado más allá de ese punto, pero incluso eso solo había podido mantenerla en marcha durante una cantidad finita de tiempo.

“Lo siento. Esto es todo lo que puedo hacer por ti,” Tarte se obligó a salir entre respiraciones profundas.

Caminé desde detrás de ella y puse un brazo alrededor de sus hombros. “Gracias, Tarte. Gracias a ti, pude conservar algo de mi fuerza”.

Con la energía que había ahorrado gracias a sus esfuerzos, podría hacer todo lo posible ahora sin agotar mis fuerzas.

“… Realmente amas a Dia, ¿no es así, mi señor?” ella preguntó. “Así es,” respondí.

“Entonces te deseo suerte. Por favor tráigala a casa sana y salva. Estaré esperando tu regreso”. Tarte sonrió, me dio un ligero empujón en la espalda y se sentó en el suelo.

A pesar de la sonrisa, parecía que iba a llorar.

“No hay necesidad de preocuparse. Vuelvo enseguida.”

Dejando atrás a Tarte, despegué. Si me hubiera detenido entonces, solo habría sido un desperdicio de sus esfuerzos y palabras de aliento.

***

Cargué hacia adelante con todo lo que tenía.

Mientras corría por la tierra, saqué el tinte para el cabello de la mochila que Tarte me había preparado y me teñí el cabello. Luego disfracé mi rostro y lo envolví en una bufanda para ocultarlo.

La esperanza era que tal fachada evitaría la pequeña posibilidad de que se descubriera la participación de la Casa Tuatha Dé. El camino a la finca de Viekone no era como el cuervo volaba, requería que cruzaras sinuosos senderos forestales y caminos de montaña.

Vi la primera de las dos montañas que tienes que cruzar. Esta fue la parte más difícil del viaje.

Si quisiera llegar al dominio de Viekone en solo unas pocas horas, no podría permitirme cruzar ambas montañas a pie. Corriendo, subí a la cima de la primera montaña. Con un comienzo corriendo, salté desde el acantilado mientras realizaba un encantamiento.

“¡Alas de Acero!”

Al igual que Gun Strike y mis otros hechizos, este era un hechizo original que había creado con Spell Weaver.

Produje un ala delta ligero hecho de aluminio. Este fue un atajo que había ideado. Al saltar desde la cima de la primera montaña, pude volar a la deriva por el aire y saltar la segunda montaña por completo.

Las alas del ala delta atraparon el viento y me elevé por el aire.

El viento me rozó las mejillas. El planeador no tenía ningún tipo de poder propio, simplemente volaba en el aire.

Sin una corriente ascendente, mi altitud bajaría lentamente. Si cayera demasiado, no podría cruzar la segunda montaña. Como no recibía ningún viento, decidí simplemente hacer algunos por mi cuenta.

“¡Invocar Viento!”

Mientras montaba la corriente ascendente que había creado, mi altitud aumentó espectacularmente.

En poco tiempo, había pasado el segundo pico. Casi estaba allí.

***

Una vez que aterricé, pasé la frontera hacia Soigel y comencé a correr. En el camino, comí algunas provisiones y usé magia para convocar agua para saciar mi sed. Me tomó poco más de cinco horas cubrir la distancia de 322 kilómetros.

Había una razón por la que había podido llegar tan rápido y evitando que me detectaran. Fue porque había hecho este viaje muchas veces para ver a Dia.

Sin mis viajes regulares, me habría visto obligado a confiar en los toscos mapas de este mundo para encontrar mi camino. Nunca lo hubiera hecho a tiempo usando tal método. Llegar a la casa de Dia durante mi primer viaje no había sido fácil. Nunca hubiera pensado que mis reuniones secretas mensuales con Dia serían útiles para un desastre tan inesperado.

Cuando por fin llegué, descubrí rápidamente que gran parte del dominio y la ciudad que rodeaba la propiedad de Viekone se había convertido en una zona de guerra.

Me escondí en el bosque a una distancia segura de los combates.

El padre de Dia era un conde y, como tal, su mansión era tan grande que se la describía mejor como un castillo. El edificio fortificado se encontraba en las afueras de la ciudad, custodiado por una gran muralla.

Haciendo uso de esa barrera, los vasallos del Conde Viekone habían logrado de alguna manera mantener a raya al ejército de la facción noble enemiga.

Sin embargo, era poco probable que la defensa milagrosa durara mucho más. La fuerza opuesta superó en número a los vasallos mucho más de lo que esperaba.

Incluso con la ventaja de la muralla, el grupo defensor estaba formado por solo doscientos soldados, mientras que la fuerza atacante se jactaba de mil quinientos. Los magos podían compensar un déficit numérico, pero nadie tenía ninguna posibilidad cuando se les superaba en número tanto.

Hasta el momento, se había impedido que el ejército de la noble facción entrara en el castillo, pero por muy poco. Era probable que la finca cayera en cualquier momento.

Espera, eso no tiene ningún sentido. ¿Cómo han podido durar tanto tiempo? Pensé.

Usando mis ojos Tuatha Dé, pude ver que los invasores se jactaban de muchos más magos. Las personas con maná no deberían haber tenido ningún problema con solo saltar la muralla.

También había algo más que me parecía extraño. La facción noble parecía muy concentrada en una ventana particular del castillo.

“Ah, eso lo explica”, dije, finalmente entendiendo. Dia era la razón por la que el castillo aún no había sido tomado.

Permanecí escondido en la oscuridad del bosque, teniendo cuidado de no ser detectado.

Antes de colarse en la propiedad, quería causar un disturbio que debilitara el asalto de la fuerza atacante. No parecía que los vasallos fueran a durar mucho más.

“Necesito ser fuerte… Para salvar a Dia, no tengo más remedio que matar a aquellos que están tratando de robarla”.

Quería matar a la  menor cantidad de personas posible, pero en tal situación, no había ningún método para salvar a Dia que no implicara asesinato. Su seguridad era mi primera prioridad, lo que significaba que mis manos iban a ensangrentarse un poco.

Saqué un arma usando uno de mis hechizos.

Esta vez, usar un silenciador fue una pérdida de esfuerzo. Con el nivel de potencia de fuego del arma, que era lo suficientemente alto como para matar a los magos listos para la batalla, no había forma de que sus oídos mejorados con maná no captaran el sonido.

Canalicé maná en mis ojos de Tuatha Dé.

En la batalla, se decía que un solo mago era la fuerza de combate equivalente a cien soldados. Parafraseando, esto significaba que matar a un solo mago era lo mismo que eliminar a cien espadachines ordinarios.

Mis ojos de Tuatha Dé me permitieron sentir el maná. Normalmente, no podías sentir el maná de un oponente a menos que estuvieras relativamente cerca de él, lo que dificultaba la selección de magos.

Afortunadamente, fui más que capaz de decir quién entre la fuerza invasora podía usar magia.

Respiré hondo y, cuando lo solté, usé magia de fuego para crear una explosión dentro de la pistola de hierro. Una bala de tungsteno salió disparada del cañón y abrió un gran agujero en el pecho de un mago que había estado en primera línea.

Ese es uno.

Cargué otra bala y otro cuerpo cayó al suelo.

Uno tras otro, comenzaron a caer mientras los mataba de manera eficiente y sin emoción.

A la muerte del cuarto mago, el ejército adoptó una formación notablemente diferente.

Cualquiera que pudiera usar magia se colocó detrás de los soldados ordinarios para protegerse. También identificaron claramente la dirección de dónde venían mis proyectiles por medio del sonido del arma y qué magos habían sido asesinados. Se enviaron soldados en mi dirección y los arqueros lanzaron una andanada de flechas.

Sin poca urgencia, dejé ese lugar y, tomando un gran desvío, comencé a moverme hacia el lado opuesto del campo de batalla.

“Tal como pensaba, ellos ya saben sobre las armas”, murmuré.

La respuesta del ejército había sido demasiado rápida. Si nunca antes se hubieran encontrado con armas de fuego, habrían estado mucho más confundidos. La explicación era bastante simple: Dia ya había estado usando Gun Strike. Quizás esa era la razón por la que los vasallos habían podido mantener la propiedad contra la facción noble durante tres días.

Dia podía acertar de forma fiable a un objetivo desde una distancia de hasta trescientos metros. Había podido evitar que alguien pasara la muralla desde su lugar en la ventana del castillo usando Gun Strike, ya que el hechizo tenía la fuerza suficiente para matar a un mago de un solo disparo.

Había reducido el número de enemigos, por supuesto, pero sus disparos también habían hecho que los soldados atacantes se encogieran por temor a ser los próximos en recibir una bala.

Casi todos los magos eran de la nobleza adecuada o provenían de una rama familiar. Tal posición social y destreza en la batalla significaba que la facción noble no podía permitirse el lujo de seguir desperdiciando las vidas de sus magos haciendo que intentaran escalar la muralla.

Si bien era cierto que los magos podrían haber usado la magia para hacer que varios soldados ordinarios salieran de la muralla a costa de algunas muertes, Dia disparar con Gun Strike evitó que eso fuera una estrategia viable.

Mientras los magos de la facción noble se mantuvieran alejados de las líneas del frente, los magos de Viekone podrían manejar a los soldados enemigos que no tenían maná.

Usando magia de viento, capté el sonido del campo de batalla.

Los nobles soldados de la facción estaban gritando que había alguien más que la hija del Conde Viekone que estaba usando la extraña magia de la piedra de hierro.

La respuesta del enemigo fue visiblemente demasiado tarde.

Normalmente, la muerte de cuatro personas entre tantos soldados no habría sido un problema. La razón por la que había creado tanto alboroto fue porque se habían seleccionado cuatro magos.

Ahora era el momento de aprovechar.

Sigilosamente, llegué al otro lado del campo de batalla, y mientras me escondía en el bosque, saqué un arco y algunas flechas hechas de metal.

Cada una de las flechas tenía un accesorio especial en el extremo que contenía una joya llena de luz roja.

“No quería jugar esta carta todavía, pero… no tengo muchas opciones”.

Las joyas eran en realidad Fahr Stones. Cada piedra estaba llena de maná hasta el punto en que casi explotaría.

Las Fahr Stones tenían la capacidad de almacenar maná y normalmente se usaban para medir la capacidad de maná de una persona.

Pero si llena uno más allá de sus límites y luego lo rompe, el maná atrapado explotaría hacia afuera.

Hace años, casi destruí la propiedad de Tuatha Dé con una de esas piedras.

Después de muchas pruebas, descubrí que llenar las piedras con un 70% de maná de fuego, un 20% de maná de viento y un 10% de maná de tierra resultaba en la mayor fuerza destructiva.

Vertí más maná en una Fahr  Stone para empujarla más allá de su capacidad. La piedra hizo un ruido agudo cuando comenzaron a formarse grietas en la superficie de la pequeña esfera.

Dibujé una flecha y la solté. Dejando un rastro de luz roja, la flecha se deslizó a través de los árboles e hizo impacto en el medio del ejército de la facción noble. Siete segundos después, la luz se desbordó de la piedra y luego explotó.

Las llamas brotaron del maná de fuego, que luego explotó en combinación con el viento producido por el maná del viento. El maná de la tierra se convirtió en innumerables trozos de hierro, que luego se dispararon en todas direcciones como balas por la fuerza de la explosión.

La explosión en sí tenía unos doscientos metros de ancho, y los restos de hierro causaron daños adicionales por otros cientos más allá.

Decenas de personas resultaron heridas o murieron por la explosión, las quemaduras o la ráfaga de metralla.

Había almacenado maná equivalente a la capacidad de trescientos magos ordinarios, y cuando las piedras explotaron, esto fue lo que sucedió.

Mi capacidad de maná era más de mil veces mayor que la del mago promedio, pero la descarga de maná instantánea era mucho más difícil de aumentar. A decir verdad, el mío se sentó solo alrededor de siete u ocho veces más alto que el de un mago normal.

Sin embargo, Fahr Stones lo cambió todo.

Disparé tres Fahr Stones más contra multitudes de soldados enemigos, y luego, después de usar Gun Strike para eliminar a un mago más, decidí moverme de nuevo. Es probable que permanecer donde me había estado escondiendo durante mucho más tiempo fuera peligroso.

Supongo que se podría decir que incluso ese tipo de ataque de gran radio fue una forma de asesinato.

El asesinato se definió como matar a alguien sin mostrarte a ti mismo y sin que tu objetivo sea consciente de ti. Los magos que acabo de matar con Gun Strike y los soldados que murieron por las explosiones de Fahr Stone murieron sin darse cuenta de quién era su atacante.

Un asesino no se dedicaba al asesinato simplemente por orgullo, era simplemente porque no podía confiar en otros medios. Eso no quiere decir que no tenga beneficios únicos. El uso de métodos encubiertos me ayudó a enviar el campo de batalla a un estado de confusión y eliminar a varios soldados sin ni siquiera mostrarme.

Después de cuatro explosiones de Fahr Stone, toda la facción noble parecía lista para huir.

Incluso los magos estaban cada vez más asustados porque no sabían contra qué estaban luchando. También quedó bastante claro que estaban siendo un objetivo específico.

“Los soldados de Viekone están bien entrenados. Parece que entienden la oportunidad que se les ha brindado”, observé.

Los soldados del conde Viekone, que habían estado a la defensiva durante los últimos tres días, ahora abrieron la puerta del castillo y cargaron.

Incluso después de haber perdido un número decente de soldados, la facción noble aún conservaba una gran ventaja en número. Su gran estado de pánico, sin embargo, fue lo que permitió a la gente del Conde Viekone tomar la ofensiva.

Con sus magos a la cabeza, los soldados del conde comenzaron a derrotar al enemigo.

Muy rápidamente, el campo de batalla descendió a un estado de confusión masiva, y ya no había necesidad de temer que el castillo cayera.

En realidad, no había planeado cambiar el resultado de la batalla por mi cuenta. Todo lo que había estado tratando de hacer con esa serie de ataques era crear una distracción.

Para evitar que la atención del enemigo cayera sobre Dia y sobre mí, la batalla tuvo que convertirse de una lucha unilateral a una lucha difícil en la que los soldados de la facción noble no podían darse el lujo de centrar su atención en ningún otro lado.

El empleo de las Fahr Stones también había tenido un segundo propósito. Eran parte de mi plan para salvar a Dia.

Con   una   batalla   terrestre    desarrollándose,    colarse    en   la   mansión seguramente sería bastante fácil ahora. Era hora de una misión de rescate.