Ore ga Heroine o Tasukegite

Volumen 7

Prologo 0-2: Ellicia Otto

Ellicia no tenía padres. Por supuesto, eso no quiere decir que ella brotó del suelo. Alguien la había dado a luz, claro, pero no había nadie a quien realmente pudiera llamar padre.

Afortunadamente (o no, no estaba segura), solo se encontró sola después de tener la edad suficiente para pensar por sí misma y manejar la subsistencia por su cuenta. Si hubiera sido abandonada antes de eso, probablemente no habría sobrevivido.

Vivir sola no fue fácil, pero afortunadamente (o no, tampoco estaba segura de eso) tenía un talento especial. La mejor manera de describirlo sería “caminar por la pared”. Podía caminar a través de las paredes de casas, edificios o incluso cajas fuertes bancarias como si simplemente no estuvieran allí. Ella era lo que la gente llamaría psíquica.

Pero eso no fue lo único interesante en su currículum. Ella también era una ladrona. Al menos por un tiempo. Ellicia salió del negocio de los robos a la edad de 13 años.

En aquel entonces, ella había trabajado para la mafia. Su capacidad de colarse en cualquier lugar para obtener información o robar cosas la hizo extremadamente valiosa para ellos.

Fue tratada bien y no tuvo que aguantar al jefe para sobrevivir. Ella fue especial. Pero fue exactamente porque era tan especial que estaban preparados para matarla a la primera señal de que podría escapar.

Ahora, eso no fue particularmente un problema para Ellicia. No tenía nada más que hacer, y no tenía planes reales para su vida. Si estaban dispuestos a mantenerla alimentada, planeaba quedarse con ellos para siempre. Es decir, hasta que alguien llegó un día y los eliminó a todos excepto a ella.

“Hemos venido aquí por ti”.

“…?”

Ellicia miró con recelo al hombre que le ofreció su mano. Llevaba un traje negro, casi demasiado negro. La mirada aguda en sus ojos, la cicatriz en su mejilla, la sangre en su traje y su naturaleza aparentemente taciturna encendieron todo tipo de banderas rojas para ella.

“He recibido ofertas de otras familias antes, pero ninguna de ellas estaba tan entusiasmada”, dijo finalmente.

“Me alegra que entiendas nuestro interés”.

El hombre no se movió tanto como una ceja. Ella no podía decir si hablaba en serio o en broma.

“Bueno, nunca juré lealtad a esta familia. Entonces, si estás dispuesto a alimentarme, iré contigo… Pero me gustaría saber quién es mi nuevo propietario”.

El pequeño grupo de este hombre había aniquilado a toda una familia de la mafia. Ellicia se mantuvo en guardia mientras lo observaba.

Si estoy dispuesto a ir solo por apariencias… ¿Es japonés? ¿Chino?

El inframundo de cada país tenía sus propias tradiciones. Si ella, sin saberlo, hizo algo para ofenderlo, había una posibilidad de que se lastimara. Y en este punto, Ellicia estaba mucho más  interesada en mantenerse a salvo que correr.

Cuando había dicho que iría a cualquier parte mientras la alimentaran, hablaba en serio. Sin embargo, aun así, ella quería saber con quién estaba tratando.

“Permítanme comenzar diciendo, Ellicia, que no hay necesidad de clasificarnos como una ‘raza’ como lo hacen los humanos. Los lazos entre nosotros son lazos del alma, no de la sangre.”

“¿Huh? ¿De qué estás hablando…?”

Fue solo entonces que Ellicia se dio cuenta de lo extraño que estaba escuchando.

¿Eh? ¿Cómo sabe mi nombre? Y… es como si de alguna manera él supiera lo que estoy pensando.

“Así es.”

“¿Q-Qué?”

“Puedo leer las mentes de las personas. Soy un psíquico Como tú.”

“¿Como yo?”

La mandíbula de Ellicia casi cayó al suelo.

“¿Cómo sabías que soy un psíquico?” dijo ella, pero luego se rio de sí misma. Era una pregunta tonta hacerle a alguien que pudiera leer mentes.

“Hmm. Dije que leía mentes, pero eso no es todo. Lo que debería haber dicho es que leo a las personas. Leer mentes es solo una parte de mi poder. Más específicamente, puedo ver las olas que los humanos inconscientemente emiten”.

“¿Olas?”

“Algo como una señal de tu alma. Las ondas que emiten los humanos y los psíquicos normales difieren de una manera muy sutil. Por casualidad te vi en la ciudad, y tus olas indicaron que eras psíquico. Así lo supe yo”.

No había forma de que Ellicia supiera si estaba mintiendo o no, pero decidió creerle. Independientemente de cómo lo supiera, sabía que ella era una psíquica. Eso estaba claro, pero todavía había algo de lo que no podía tener sentido.

“Bueno. Entonces entiendo cómo sabías quién era, pero ¿qué es esto de venir a buscarme? ¿Y por qué eliminaste a toda una familia de la mafia para hacerlo?”

“Para salvarte de ellos, por supuesto”.

“… ¿Eh?”

¿Vendrían a salvarla? Ellicia realmente no había tenido ningún problema con la forma en que estaba siendo tratada. No había necesidad de que nadie la salvara. Y ahora las únicas personas que tenía se habían ido de nuevo. Sería lo mismo sin importar a dónde fuera. Ella siempre iba a terminar sola.

“Yang, estoy a punto de terminar aquí”.

“Ya veo. Buen trabajo, Lucy.”

Mientras Ellicia permanecía allí en silencio, los asociados del hombre se reunieron a su alrededor. La mujer llamada Lucy miró a Ellicia y sonrió un poco. Entonces ella de repente desapareció.

“Hola.”

Ellicia jadeó cuando alguien la agarró por detrás. Ella pensó que su corazón iba a estallar fuera de su pecho. Se dio la vuelta y vio a Lucy parada allí con la misma sonrisa en su rostro.

“Como pueden ver, soy otro tipo de psíquico. Un teletransportador. Sin embargo, no puedo saltar tan lejos. Todos somos psíquicos también, así que relájate”.

“¿Relajarme…?”

“Si. Compartimos un vínculo especial. A nuestro alrededor, no hay necesidad de sentirse culpable por tener un poder que otras personas no tienen. Entonces, como dije… relájate. De ahora en adelante, somos tu familia”.

Ellicia jadeó. La razón por la que sus padres la habían abandonado fue exactamente porque ella tenía un poder que otras personas no tenían. La hizo diferente. Siniestro. Extraño. Y Lucy habló como si supiera… No, probablemente había pasado por lo mismo. Quizás todos lo hicieron.

Eso explicaría las cosas. Tenían algo que los unía más que sangre o palabras. Era un vínculo del alma. Una resonancia, tal vez, que solo aquellos en la misma longitud de onda podrían experimentar.

“No me he presentado todavía, ¿verdad? Mi nombre es Yang Danshey”, dijo el hombre. “Soy el líder de esta organización. Ellicia, quiero que vengas con nosotros y te unas a nosotros.”

La única parte de lo que le habían dicho a Ellicia que la molestaba era la parte de salvarla. Si bien no se le permitió irse, se había unido a la mafia por su propia voluntad.

Se resignó a su vida allí y nunca pidió la ayuda de nadie para escapar. Pero aparte de eso, lo que dijeron estas personas extrañas realmente conmovió a ella.

Ellicia había querido un hogar. Siempre se había odiado a sí misma por ser abandonada por sus padres. Por no ser normal. Había pensado que moriría de vejez antes de que alguien la entendiera. Y, sin embargo, ahora alguien había aparecido de la nada para decirle que era buscada. Eso la hizo feliz. De eso estaba segura.

“Muy bien, Yang. Me reuniré contigo.”

Y así, se agregó una nueva línea a su currículum. Pero la organización de Yang no tenía nombre. Era solo “la organización”.

“No necesitamos un nombre para diferenciarnos de los demás. Cualquiera puede decir que somos camaradas”, era lo que le habían dicho.

Todos en la organización eran psíquicos, y todos eran sin duda sus camaradas. Después de que Ellicia se unió, reclutaron a algunas personas más, y su organización gradualmente, poco a poco, se hizo más grande.

Yang, su líder, arriesgaría su vida por sus camaradas, pero era increíblemente sospechoso hacia las personas normales. Su desconfianza los había salvado muchas veces, pero a menudo parecía ir demasiado lejos. Ellicia intentó preguntarle a Lucy al respecto, pero todo lo que hizo fue reír nerviosamente. Ella nunca obtuvo una respuesta real de ella.

Por supuesto, Ellicia no tuvo ningún problema real con la organización o las políticas de Yang. Trabajaron duro para proteger a los psíquicos. A veces Yang los descubría él mismo, pero con mayor frecuencia, mantenían sus oídos atentos a cualquier persona con poderes especiales y luego iban a buscarlos.

Con el paso del tiempo, cada vez más psíquicos que trajeron eran más jóvenes que Ellicia. Muchos de ellos habían sido maltratados o abandonados por sus padres, y ella los cuidó como si fueran pequeños hermanos y hermanas.

Su objetivo era que la organización fuera un refugio para todos los psíquicos, y esa se convirtió en su razón para ayudar a Yang y Lucy.

Por supuesto, la organización también era como un hogar para ella. Yang, Lucy y sus hermanos y hermanas pequeños eran su familia. Ella quería protegerlos sin importar qué. Por eso nunca pensó que llegaría el día en que traicionó a la organización.

“Hahh… Hahh…”

Ellicia se quedó sin aliento cuando se metió en un callejón para escapar de los perseguidores de la organización. Ella estaba en un pueblo lejos de los centros de las ciudades de Japón.

La organización a menudo usaba barcos para moverse. Mientras estaba cruzando el Pacífico para regresar a la base de la organización en China, se enteró del plan de Yang. Saltó del barco en un bote salvavidas y regresó a Japón.

Nunca pensé que esto pasaría…

Ellicia estaba casi llorando, pero vigilaba atentamente su entorno. Tenía que preocuparse por Lucy, la teletransportadora, y por Ail, la clarividente. Sus dos poderes eran lo suficientemente fuertes como para tener muchas restricciones, pero podían trabajar fácilmente juntos para encontrarla y atraparla. Ellicia, por otro lado, solo tenía el poder de moverse a través de las paredes. Le dio una ventaja en una persecución, pero eso fue todo. Estaba claramente en desventaja en comparación con los demás. Aun así, ella no podía parar. Ella no podía dejar que Yang se saliera con su terrorífico plan.

Pero… ¿a dónde voy?

Finalmente había encontrado un lugar para llamar hogar. Ahora que lo había abandonado, ¿a dónde iría? Se preguntó Ellicia, pero no recibió respuesta.