Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 7: El Arcoiris, En el Otro Lado

Capitulo 18: Antes del Festival

 

 

“​…Oh. Doscientas, eh, “dijo Haruhiro.
Mientras se infiltraba en Waluandin, se dio cuenta de que esta era su 200ª noche desde que llegaron a Darunggar. No es que eso importara particularmente. Obviamente. Si era su 200ª, su 300ª, o incluso su 666ª noche, eso no hacía ninguna diferencia para los habitantes de este mundo.

De todos modos, esta noche había algo extraño en Waluandin. O más bien, era extraño incluso en las aldeas periféricas.





Los orcos de las aldeas tenían la tendencia a acostarse temprano y luego se levantaban temprano. Antes que los orcos de Waluandin, o waluos para abreviar. Haruhiro usualmente se deslizaba por sus aldeas mientras dormían, luego entraba a Waluandin a través del distrito de talleres cuando los orcos herreros se habían ido. Había muchos lugares para esconderse en el distrito de talleres, por lo que incluso si hubiera waluos ahí, podría pasarlos fácilmente.

Sin embargo, esta noche, los orcos del pueblo estaban levantados un poco tarde. Había luz que se filtraba desde el interior de sus casas tipo iglú, y también oyó el sonido de orcos hablando. Incluso divisó un puñado de orcos afuera haciendo algo u otro. No sentía que fuera una amenaza para su capacidad de moverse sigilosamente, pero obviamente le molestaba.

En el distrito de talleres de Waluandin, el trabajo había terminado durante el día, como de costumbre, y todo estaba tranquilo. Sin embargo, todo después de ahí era diferente.

Más allá del distrito de talleres había un distrito residencial mixto. No había mucha gente, no muchos waluos, que caminaran por las calles de noche. Así había sido hasta ahora, pero esta vez había waluos bulliciosos aquí, allá y en todas partes. Todas las casas estaban iluminadas.

Algunos waluos estaban dentro de sus casas, moviéndose con agitación, mientras otros estaban afuera hablando. Probablemente no era solo el área residencial. Toda Waluandin estaba llena de actividad. No era muy festivo, pero parecía casi como si se estuvieran preparando para un festival o algo así.

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Había un buen número de waluos merodeando por ahí, así que era peligroso. Sin embargo, según la experiencia pasada, no parecían estar remotamente en guardia contra los forasteros. Había una especie de lugar parecido a un coliseo en el barrio de entretenimiento, y a menudo apostaban ahí por las peleas. Haruhiro había sido testigo de algunas peleas vistosas, y los waluos amaban mostrar su habilidad marcial, pero esta ciudad no tenía defensas para llamarlas defensas.

Probablemente ni siquiera habían considerado la posibilidad de que un enemigo externo atacara. Nunca hubieran imaginado a los humanos como él y el Party estuviera dentro de su ciudad. Mientras Haruhiro tuviera cuidado y no hiciera nada para llamar la atención, era casi seguro que no lo verían.

Siendo el cobarde que era, Haruhiro sintió miedo, pero aún se mantenía en calma y miraba alrededor de la zona residencial. En su noche número 200ª en Darunggar, Waluandin era definitivamente diferente. ¿Qué pasaba con eso? Él quería los detalles. ¿Se estaban preparando para un festival? ¿Por qué se sentía así para Haruhiro? Pasó de un callejón a otro, de vez en cuando se movía sobre los tejados mientras los observaba, y gradualmente se dio cuenta de las cosas.

Debido a la lava brillante que fluía cerca, la oscuridad de la noche nunca llegaba a Waluandin. Aun así, en esta ciudad que era incluso más brillante de lo normal, los waluos parecían estar construyendo algo. Muchas cosas de hecho.

Por ejemplo, las ventanas de sus casas generalmente no tenían cortinas, por lo que era posible ver dentro de ellas cuando las luces estaban encendidas, y pudo ver que había una tonelada de mujeres waluo trabajando con telares. ¿Cuál era la necesidad de trabajar los telares tan tarde en la noche? Podrían hacerlo solo durante el día. Una cosa era segura, y era que Haruhiro nunca había visto a estas mujeres waluo tejiendo tarde en la noche.

También había una buena cantidad de hombres waluos decorando el frente de sus casas con palos. Charlaban con sus vecinos y comían mientras lo hacían, probablemente. No solo lo hacían por diversión. Nunca había visto a los waluos hacer esto antes.

Haruhiro no tenía idea de lo que se suponía que eran esos palos, pero tenía que haber una razón para ellos. En este momento, tenían que hacerlos, y esa era la razón por la que lo estaban haciendo.

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Los niños waluos estaban reunidos jugando con algo que parecía una jaula. Los waluos más viejos estaban dando instrucciones a los niños waluos, y les estaban ayudando con el trabajo.

Preparativos. Estaba claro que los waluos se estaban preparando para algo. Todos estaban produciendo disfraces y decoraciones, y luego se los ponían, los usaban y hacían algo u otro. Tenía que ser un evento de toda la ciudad. ¿Un ritual? ¿Un festival? ¿Una atracción? Fuera lo que fuera, Waluandin estaba envuelta en una atmósfera separada de sus rutinas diarias habituales.

El centro de Waluandin estaba dominado por un edificio particularmente grande que parecía un dragón agachado. No estaba claro si los waluos tenían un rey o no, pero Haruhiro había empezado a llamarlo palacio por conveniencia.

El palacio estaba rodeado por calles anchas y una serie de delgados ríos de lava, con una carretera principal que se extendía hacia la Montaña del Dragón de Fuego. Además, había muchos edificios impresionantes que rodeaban el palacio, y siempre había muchos waluos entrando y saliendo, tanto de día como de noche. Además, había waluos armados patrullando esta área incluso a altas horas de la noche. Siendo ese el caso, era una zona difícil de abordar, pero esta noche decidió reunir el coraje para intentar entrar.

Era un riesgo calculado, por supuesto. Al no ser una excepción a la regla general esta noche, los waluos del distrito del palacio estaban trabajando arduamente preparando algo. Este era un distrito donde los waluos a menudo parecían estar disfrutando de un paseo nocturno, pero ahora era diferente. La mayoría de los waluos estaban absortos en su trabajo, así que si Haruhiro usaba bien Stealth, no lo encontrarían tan fácilmente.

Pero… no pudo evitar pensar.


Realmente llevaban vidas cultas aquí en Waluandin. Comparado con este lugar, Well Village era los palos, y Herbesit no tenía leyes y era demasiado bárbaro. Aquí, había orden. Los waluos no se robaban entre sí en su mayor parte. Trabajaban juntos en varias cosas mientras se ganaban el sustento y vivían sus vidas. No solo comían, trabajaban y dormían. Ellos también tenían tiempo libre. Era una sociedad altamente estratificada, pero proporcionaba. La mitad… no, la mayoría de los waluos tenían una vida más segura y posiblemente más próspera que Haruhiro y el Party.

“¿Un altar…?” Murmuró para sí mismo.

Arriba en el techo de un edificio que daba a la plaza frente al palacio, Haruhiro hizo un esfuerzo por liberar la tensión excesiva de su cuerpo. Era la primera vez que venía tan lejos. Sin embargo, él había visto la plaza desde la distancia anteriormente. Esa cosa no había estado ahí antes.

Era un escenario que tenía que ser de alrededor de dos metros cuadrados y tres metros de alto. Había otra plataforma encima, y ​​en esa plataforma, había una jaula. Era una jaula… probablemente. Recién decorada, dorada y realmente brillante. Normalmente, las jaulas se usaban para retener a delincuentes o prisioneros, pero no parecía que fuera para eso.

La regordeta mujer waluo en la jaula no parecía una prisionera. La tela envuelta alrededor de su cabeza y pechos, y la falda que llevaba alrededor de sus caderas eran moda estándar de una mujer waluo, pero todas sus prendas eran claramente de alta calidad. Estaban bordadas con patrones vibrantes, y brillaban. Parecía que había gemas entretejidas. Lo hacían de modo que incluso su piel verde parecía brillante, como si estuviera brillando. ¿Y ella estaba usando maquillaje?

Por la forma en que la mujer waluo, que bien podría ser de clase alta, estaba actuando, no parecía que fuera una prisionera. Ella estaba tranquila, incluso digna.

Además, aunque estaba en la jaula, no estaba sola. Muchos waluos subieron al escenario, uno tras otro, para saludarla. Hablaban entre ellos a través de los barrotes de la jaula, y a veces les tendía la mano, así que tal vez fueran conocidos de ella. Pero la mujer estaba claramente mejor vestida que cualquiera de ellos.

Haruhiro miró más de cerca la jaula dorada. Las decoraciones en las cuatro esquinas eran dragones. Había decoraciones basadas en dragones esparcidas alrededor del resto del altar también. Eso también era cierto con la ropa de esa mujer waluo. ¿El patrón bordado en su falda era un dragón, no? Encima de su cabeza envuelta en tela, llevaba algo así como una corona. Eso era un dragon también.

¿No habían sido de la misma manera las decoraciones que los hombres waluo de la zona residencial se habían estado poniendo? Dragones. Eran dragones. Ahora que lo pensaba, el palacio también parecía un dragón. ¿Por qué no se había dado cuenta antes? Waluandin rebosaba de dragones, diseños basados ​​en dragones. Había dragones por todas partes.

Haruhiro volvió sus ojos hacia la Montaña del Dragón de Fuego, que parecía lista para entrar en erupción en cualquier momento. Al igual que su nombre sugería, había al menos un dragón ahí. El dragón de fuego.

Los waluos habían construido su ciudad y vivían al pie de esa montaña. El dragón de fuego comía salamandras, y el Sr. Unjo dijo que también se había comido a sus camaradas. ¿Podría ser que los orcos simplemente no le sientan bien? Eso era difícil de imaginar. El dragón de fuego tenía que ser una criatura peligrosa. Haruhiro no sabía por qué, pero por alguna razón, los waluos vivían justo al lado de esa criatura. ¿Sería demasiado decir que también estaban prosperando?

Los waluos podrían estar adorando al temible dragón de fuego. El dragón de fuego podría ser como un dios para ellos. O más bien, podría ser un dios.

En este momento, estaban llenando la ciudad con dragones en preparación para algo. Podría ser algún tipo de festival con un ritual involucrado. Entonces, ¿qué era la mujer en la jaula?

“No, no podría ser un sacrificio… ¿o sí?” Murmuró Haruhiro.

Los waluos seguían viniendo a visitar a la mujer en la jaula. Parecía que tal vez estaban diciendo adiós. No había aire de tragedia, así que tal vez era un honor convertirse en un sacrificio. No, bueno, aún no se había decidido que era un sacrificio, y tampoco había pruebas definitivas de que adoraran al dragón de fuego. ¿La imaginación de Haruhiro lo estaba superando…?

No pudo evitar pensar que había mucho espacio para pensar acerca de las diferentes posibilidades, pero si él especulaba demasiado mientras exploraba, estaba obligado a cometer un error por descuido. Iba a tener que irse cuando la noche terminara de todos modos. Este era un buen momento para retirarse, así que lo hizo.

Para su regreso, se fue por el distrito de talleres como había decidido de antemano. En el camino de regreso, repitió: entrar es fácil, pero regresar es aterrador, en su mente. Era fácil precipitarse en el viaje de regreso, y bajar la guardia como resultado. Era mejor para él seguir siendo precavido.

Cuando cruzó al distrito de talleres, sintió que se le erizaban los pelos de la nuca. Haruhiro huyó a toda prisa dentro de un taller cercano. Había percibido algo, aunque no podía estar seguro de qué. ¿Debería esconderse aquí y ver qué pasaba?

No… decidió moverse.

Haruhiro mantuvo su postura baja y caminó mientras mantenía su Stealth. No podía oír sus propios pasos, el susurro de su ropa, ni siquiera su aliento. Era como si Haruhiro no estuviera ahí. ¿Alguien más que él se estaba moviendo? Él no lo vio. ¿Lo había imaginado? No necesariamente.

Estaba logrando enfocarse. No había ningún problema con la forma en que estaba caminando.

Él sintió algo.

¿Hay alguien, algo, por ahí? ¿Estoy siendo observado?

Bueno, a quién le importa, decidió.

Si solo estuvieran mirando, déjalos observar. Si iban a venir, déjalos venir. Si se acercaban más, estaba bastante seguro de que lo sabría. Él sería capaz de reaccionar. Había entrenado mucho durante sus investigaciones solitarias en estas expediciones. No era solo para mostrar.

No seas engreido, se advirtió de inmediato. No te dejes llevar. No pienses que te está yendo bien. Piensa que tienes que esforzarte más. Siempre dalo todo.

Haruhiro ya estaba convencido. Había algo por ahí, y estaba mirando a Haruhiro. Siguiéndolo desde la distancia. Solo podía llamarlo presencia en este punto, pero lo sintió. Estaba ahí constantemente.

No solo eso, había más de uno. Generalmente detrás de él, a veces a la derecha o a la izquierda, había una presencia. La presencia justo detrás de él no cambiaba. Estaba mirando a Haruhiro desde una distancia fija. La otra presencia se acercaba y luego se alejaba. A veces también desaparecía, pero siempre regresaba.

No era como si no estuviera perturbado por eso. Él también estaba asustado. Sin embargo, aún no lo habían atacado. Nada bueno vendría de ceder al miedo en esta etapa. Él lo entendió, así que se mantuvo bajo control.

Saltó sobre el río de lava desde el interior del distrito de almacenes, dejando atrás a Waluandin. Se detuvo un momento y luego se volvió.

Las presencias habían desaparecido. ¿Se han ido? No, no podría estar seguro todavía. Haruhiro se había detenido, entonces ellos también lo habían hecho. Debido a eso, a Haruhiro le resultó más difícil detectarlos. Eso podría ser todo. Era demasiado temprano para sentirse aliviado.

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Los aldeas finalmente se habían ido a dormir en este punto, por lo que se arriesgó y se desvaneció a través de ellos.

¿Quiénes eran sus perseguidores? ¿Waluos? Eso era muy probable. Los humanos tenían ladrones como Haruhiro, así que no sería tan extraño que haya orcos especializados en cosas furtivas también. ¿Había un par de waluos ladrones que habían detectado a un intruso, Haruhiro, en Waluandin y decidieron seguirlo para discernir su identidad y sus motivos? Bueno, probablemente era algo así.

Esto era vergonzoso. Él había estado preocupado antes, cuando habían matado a los cazadores waluos, pero afortunadamente eso nunca se había rastreado hasta ellos. Pero si los waluos se dieran cuenta de la existencia de Haruhiro, podrían volverse más cautelosos. Si ponían la seguridad adecuada en su lugar, no podría entrar y salir de Waluandin como lo había estado haciendo hasta ahora.

Lo mejor era suponer que si se decidían a ello, los waluos podrían prepararse para enfrentarse a los enemigos del exterior. Esto también era cierto para los orcos en Grimgar, pero los orcos de Waluandin eran más o menos tan inteligentes como los humanos. Aunque eran diferentes, y había muchas cosas que cada lado no podía aceptar sobre el otro, no se podía decir que ninguno de los bandos fuera superior o inferior. En Grimgar, los humanos habían sido derrotados por la Alianza de Reyes, que incluía orcos, y se habían visto obligados a retirarse al sur de las montañas Tenryu por un tiempo. Para los humanos, los orcos eran un enemigo que era más que igual a ellos.

Hizo lo mejor para no entrar en los campos de las aldeas. Era difícil decir que el equilibrio ahí era bueno, por lo que era seguro que reduciría su velocidad. Eso haría que sea difícil responder rápidamente. Se movió rápidamente por los senderos estrechos que se habían creado entre los campos.

En el camino, sintió las presencias de nuevo. Como se esperaba. No tenían intención de dejar ir a Haruhiro, al parecer.

Todavía no había descubierto todos los detalles, pero tenía un plan general que había decidido. Primero, investigaría las presencias mientras salía de las aldeas lo más rápido que podía. Si lo atacaban, tendría que huir de inmediato. ¿Podría escapar? Había demasiados elementos desconocidos sinceramente, y no podía estar seguro hasta que lo intentara, pero si se trataba de eso, tendría que hacerlo.

Ohh, esto es aterrador.

Vio las sombras en movimiento dos veces. Él dejó de sentir sus presencias una vez que entró en el tortuoso camino a través de la grieta, pero era mejor no asumir que se habían dado por vencidos. Era increíblemente difícil mantener la compostura en esta situación. Sí, no iba a suceder.

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Aún así, de alguna manera, estaba logrando evitar entrar en pánico. Eso era bastante bueno, ¿verdad? Él quería elogiarse a sí mismo por eso. Bueno, no, en realidad no. Él no estaba seguro todavía. Debería esperar antes de cantar en secreto sus propias alabanzas.

Salió de la grieta y las tierras planas. Casi había vuelto al punto de reunión en el Río Termal.

La noche no había terminado. Sus camaradas probablemente estaban dormidos con uno de ellos haciendo guardia. Si hubiera sido de día, saldrían a cazar gujis o tal vez irían a Alluja. Esas dos habrían dificultado la reagrupación, así que tal vez era mejor pensar en esto como buena suerte en la mala suerte.

¿Qué es?

Me duele el estómago, pensó Haruhiro. Nada nuevo ahí. ¿Tal vez voy a desarrollar una úlcera? Si lo hago, supongo que podríamos tratarlo con magia de luz. ¿Funciona en enfermedades internas como esa? No lo sé. Tendré que preguntarle a Mary cuando tenga la oportunidad.

Estaba pensando en cosas que no importaban. Esa era una prueba de que su concentración se estaba rompiendo.

Haruhiro se reaplicó a la tarea que tenía entre manos. Podía ver el lugar donde los demás estaban esperando.

¿Quién estaba haciendo guardia? Shihoru, al parecer. Todos los demás estaban acostados. Shihoru era la única sentada.

No está bien.

Haruhiro sintió un sudor frío, y sintió una sensación desagradable levantándose en su pecho. ¿Lo había arruinado?

Prácticamente había llevado a sus perseguidores de vuelta con sus camaradas. Ese podría haber sido su objetivo desde el principio. Habían descubierto a un individuo sospechoso, Haruhiro, pero habían estado seguros de que no estaba solo, y que los demás tenían que estar por ahí en alguna parte. Entonces, para atraparlos a todos de una sola vez, o para masacrarlos a todos, habían seguido a Haruhiro. Por eso deliberadamente habían elegido no atacarlo.

Lo habían estado dejando nadar, por así decirlo. Ahora el enemigo podría dejar a Haruhiro pora más tarde y emboscar a todos sus camaradas que no sean Shihoru mientras dormían.

¿Qué debería hacer él en ese caso? ¿Qué iba a hacer? No había tiempo para la indecisión. Haruhiro se lanzó hacia adelante.

“¡Shihoru! ¡Despierta a todos! ¡Huyan!”

“¡¿Eh… Haruhiro-kun?! ¡Ah!” A toda prisa, Shihoru golpeó a Ranta en la cabeza con su báculo. “¡L-Levántate…!”

“¡¿Ngahh?!” Ranta se levantó de un salto. “¡¿Qué, qué?! ¡¿Qué estás haciendo?!”

“…¿Whuh?” Yume se frotó los ojos mientras se sentaba.

“¡¿Gah?!” Gritó Kuzaku mientras se levantaba rápidamente.

“Me estoy leva-” Mary trató de correr tan pronto como se despertó, pero tropezó. “-¡Wah!”

Oh, hombre, pensó Haruhiro frenéticamente. Eso hizo que mi corazón se acelerara. No, ahora no es el momento de enamorarse de ella. Honestamente, tengo mayores preocupaciones. Lo digo en serio. Es posible que tenga mayores preocupaciones.

Haruhiro miró en todas direcciones, corriendo mientras gritaba, “¡Probablemente tenemos enemigos! ¡Corran! ¡No se dividan!”

“¡Yoink!” Yume puso a Mary de pie, luego se echó al hombro su mochila.

Mary dijo: “Gracias,” y recogió sus propias cosas. Shihoru ya estaba saliendo de ahí.

Kuzaku tomó la delantera, mientras que Ranta preparó su RIPer.

“¡¿Enemigos?! ¡¿Dónde?! Los tomaré-” comenzó Ranta.

Antes de que Haruhiro pudiera gritar algo-

“¡Esperen!” Escuchó decir una voz familiar.

“No…” Haruhiro se detuvo tan repentinamente que estuvo a punto de lanzarse, luego se volvió hacia la voz.

Espera, ¿qué es un no? ¿Qué es no? Ella no es un no, ella es, uh, ¿qué era ella de nuevo? Básicamente…

Vino detrás de él, a la derecha. La mujer que salió de la oscuridad llevaba una capa oscura y un sombrero de ala ancha. Por alguna razón, inmediatamente se quitó el abrigo y el sombrero y se reveló a sí misma como una dominatrix, sin importar dónde o cómo la mires.

¿Por qué tenía que acentuar sus partes femeninas, exponiendo todo de manera experta, excepto las partes que realmente no debería dejar ver? Cuando ella sacaba su pecho, era difícil mirar hacia otro lado.

Ella no es un No, ella es una La.

“…¿Lala-san?” Dijo Haruhiro lentamente.

“Mucho tiempo sin verte,” dijo Lala con una sonrisa amorosa, lamiéndose los labios. “Estoy sorprendida de verte vivo.”

“Los que me siguieron desde Waluandin… ¿eras tú y Nono-san?”

“Bueno, sí,” dijo Lala. “Aunque no esperaba que lo notaras. -¡Nono!”

El hombre apareció desde la dirección de las grietas. Tenía el cabello blanco, con una máscara negra cubriendo la mitad inferior de su rostro.

Nono se acercó a Lala y se puso a cuatro patas. Lala se sentó en la espalda de Nono y cruzó las piernas.

“¿Asi que? ¿Qué estabas haciendo en la ciudad de los orcos, justo antes del Festival del Dragón de Fuego?

“Festyvull…?” Yume ladeó la cabeza hacia el lado confundida.

“¡E-Espera!” Ranta casi había devuelto su espada a su vaina, pero la preparó de nuevo. “Haruhiro, son los enemigos a los que te refieres, ¿verdad? ¡El hecho de que sean humanos, y los conocemos, eso no significa que estén de nuestro lado! ¡Estas personas nos abandonaron una vez antes!”

“¿Te hemos abandonado?” Lala resopló. “¿Hicimos eso?”

“¡S-S-Sí! ¡Nos dejaste atrás y despegaste por tu cuenta, ¿verdad?! ¡No lo he olvidado!”

“Esa no era nuestra intención, pero incluso si lo fuera, ¿por qué traerla de vuelta ahora? Eres un trasero apretado. Ni siquiera puedo desarrollar la motivación para entrenarte y expandirlo.”

“E-Expandirlo…” tartamudeó Shihoru.

Um, Shihoru, pensó Haruhiro. ¿Por qué fue ella, de todas las personas, la que reaccionó a eso?

“¡Cállate!” Ranta estaba gimiendo. “¡Escucha, lo pasamos realmente mal desde entonces! ¡Hemos pasado por mucho! ¡No sabíamos que salía de la derecha, y fue realmente duro!”


“Fue lo mismo para nosotros,” dijo Lala.

“¡A-Aún así! ¡Entiendo lo que dices, pero igual!”

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“…Ranta-kun,” le susurró Kuzaku. “Cortésmente. Estás hablando cortésmente con ella.”

“¡Lo estás imaginando, idiota! ¡Imbécil! Eres demasiado grande para tu propio bien, maldita sea!”

Mary estaba mirando a Haruhiro. ¿Qué hacemos ahora? Su expresión preguntaba.

Haruhiro se frotó la parte inferior de la espalda, sutilmente colocando un dedo en la empuñadura de su estilete. “Realmente no creo que nos hayas abandonado. No, no solo yo… ninguno de nosotros lo hace. Excepto por el idiota. Es probable que sea una especie de señal de que volvamos a encontrarnos así. Me gustaría intercambiar información.”

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Por supuesto, si por alguna razón Lala y Nono trataran de dañar a Haruhiro y al Party, o si tuvieran la intención de usarlos, él no se detendría ahí.

“Sentimos lo mismo, por supuesto.” Lala entrecerró los ojos, tocando sus propios labios en broma. “Eres extraño. Haruhiro, ¿verdad? Tienes una buena cara.”

“Me dicen que tengo los ojos soñolientos, sin embargo.” Haruhiro tuvo que esforzarse para evitar que su expresión cambiara. Ella ve totalmente a través de mí. “Entonces, ¿qué es eso del Festival del Dragón de Fuego?”

“¿Los viste preparándose para eso, verdad?” Preguntó Lala. “Todavía no sabemos con qué frecuencia, pero lo hacen con relativa frecuencia. Es un gran ritual en el que ofrecen un sacrificio al dragón de fuego. Toda la ciudad lo celebra. Por cierto, el Festival del Dragón de Fuego es solo nuestro nombre. Es una lástima, ¿verdad? Parece que no podemos hacer amigos con los orcos.”

“¿Sacrificios y rituales, dices…?” Ranta envainó su espada y se arrodilló. Parecía que se estaba preparando por adelantado en caso de que tuviera que doblegarse. ¿Qué pasa con esos tipos?”

“…Entonces, eh… básicamente lo son, ya sabes,” dijo Haruhiro. “¿Están ofreciendo el sacrificio al dragón de fuego? ¿En serio?”

“…Eso es lo que dijo,” dijo Shihoru en voz baja llena de repulsión.

Puedes decir eso de nuevo, pensó Haruhiro.

Entonces, ¿eso era realmente? El Festival del Dragón de Fuego. El sacrificio. Las calles llenas de juerguistas.

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Tal vez, solo tal vez, ¿podría ser eso? ¿Podría ser qué, exactamente?

¿Podría ser su oportunidad… tal vez? ¿Su oportunidad de qué?

Eso era obvio. Si aprovechaban esta oportunidad, podría ser posible. La idea se le ocurrió. Se había ido y la pensó ahora.

Todo el mundo podría ir a través de Waluandin y llegar a la Montaña del Dragón de Fuego, tal vez. Buscarían la cueva, entonces tal vez, podrían regresar a través de ella.

“Parece que tienes información útil.” Lala sonrió de forma sensual e hizo un gesto a Haruhiro para que se acercara con un dedo. “Dile a Lala-sama todo. Podrías obtener una deliciosa recompensa por ello, ¿sabes?”

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