Ore ga Heroine o Tasukegite

Volumen 6

Capitulo 4: El Gran Plan De Citas De Hibiki

Parte 3

 

 

La presidenta Momone me agarró de la mano y tiró.

“Normalmente diría que no es asunto mío, pero ahora estoy de patrulla. Y no puedo dejar que engañes a alguien que conozco bien. Ven conmigo.”


“¡Espera!”

La presidenta Momone intentó arrastrarme, pero Hibiki agarró mi otra mano para detenerla.

“¿Por qué seguimos siendo interrumpidos…? Hoy fue mi oportunidad de finalmente estar con Rekka… ”

Hibiki se apagó, pero ella se negó a soltar mi mano. No parecía que hubiera alguna forma de que dejara que la presidenta Momone me llevara.

“Me temo que este es mi trabajo hoy. Me lo llevo, te guste o no”.

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“¡No te dejaré!”

“Interesante. Si quieres intentar resistirte, entonces acepto tu desafío.”

La presidenta Momone miró a Hibiki con una sonrisa intimidante.

Puso su mano sobre la empuñadura de la espada de bambú que llevaba cuando Hibiki alcanzó el bastón de policía que había escondido detrás de su espalda.

“Me voy a caer…”

En medio de la tensión, Tokiwa, que estaba sola en una  dimensión completamente diferente, se frotó contra mí mientras intentaba inclinarse más hacia mí.

“Las cosas se están volviendo bastante caóticas, ¿no?” R, que me estaba mirando con su comportamiento despreocupado habitual, dijo con voz relajada.

Las cosas se habían ido tan lejos de las manos que ahora era como si los tres estuvieran tratando de pelear por mí. ¿No parecía que estaba engañando a tres chicas a la vez? Podía sentir a la gente a nuestro alrededor mirándome. Y luego, justo cuando Hibiki y la presidenta Momone fueron a sacar sus armas…

¡Poof!

Parecía que había una pequeña explosión sobre mi cabeza. ¿Q-Qué demonios era?

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“R-Rekka, tu cabello…”

“¿Hm? Bueno, ¿podrías mirar eso?”

La presidenta Momone y Hibiki ahora me miraban con expresiones de sorpresa.

“Rekka… Tu cabeza se siente caliente”, se quejó Tokiwa mientras se desplomaba un poco más contra mí.

Miré mi reflejo en la ventana de la tienda más cercana. Y ahí estaba… Ahora era el orgulloso propietario de un espléndido afro.

“¡¿Qué demonios?!”

Estaba gritando, pero ya sabía lo que estaba pasando. Había sido víctima del Incidente Afro para Parejas. El autor debe haber visto el argumento y pensó que estaba engañando a las chicas.

Pero realmente  había crecido un afro sin ninguna  advertencia, ¿eh?

¿Cómo había sucedido eso realmente? Pensé que tendría que atrapar al tipo para averiguarlo. No había forma de que lo dejara escapar después de todo esto.

Gire mi cabeza afro cubierta para mirar a la gente que me miraba. Uno de ellos tenía que ser el autor, pero ¿quién? ¿Alguno de ellos sospechaba…?

“Hibiki, ¿viste a alguien que pareciera sospechoso?”

“¿Huh? Oh, um… no realmente”.

Por alguna razón, la respuesta de Hibiki fue algo… plana. ¿Era realmente tan impactante el afro? Quiero decir, claro, mi cabello era aproximadamente cinco veces su tamaño normal, pero…

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“… ¿Hmm?”

De repente, la presidenta Momone levantó una ceja. “¿Qué pasa?”

“Es débil, pero siento una presencia extraña…”

La presidenta Momone levantó su parche en el ojo para activar su visión espiritual. ¿Había un fantasma cerca? Miró a su alrededor, su ojo cambiando gradualmente de color.

“Lo encontré.” Luego sacó su espada y dio un golpe. “¡Hyaaah!” La hoja cayó con fuerza sobre algo invisible.

“¡Gyah!”

Creí escuchar un grito. “… ¿Qué hiciste?”

“Esa fue una técnica llamada Reigenitto. Básicamente es una forma de cortar un espíritu por la mitad. Sin embargo, todavía estoy entrenando, así que lo máximo que puedo hacer es pegarles”.

Ser golpeado por ella probablemente duele mucho. Espera, ¿los espíritus sintieron dolor?

“Pero incluso si había un espíritu allí, ¿por qué golpearlo?”

“Porque tienen que ser quienes están detrás del Incidente Afro de Parejas, obviamente”.

“No, no veo cómo eso es obvio en absoluto”.

“¿Qué, no tienes el talismán que te di?”

“Normalmente no ando con eso, no”.

“¿Por qué no? Bueno lo que sea. No creo que me haya equivocado”. La presidenta Momone señaló hacia donde había blandido su espada, donde probablemente había un espíritu retorciéndose de dolor, y dijo: “También tienen un afro”.

Seguimos a la presidenta Momone al santuario de Kibi, el santuario de su familia.

“No puedo creer que ustedes también intentaran resolver el Incidente de Parejas Afro”.

“Sí, bueno… supongo que lo estábamos”.

“A ustedes les gusta quedar atrapados en cosas raras, ¿eh? Si no fuera la presidenta del consejo estudiantil, me habría reído de todo como un estúpido rumor o la idea de un idiota de una broma. Sin embargo, parece ser más que eso”.

Momone dejó de reír y miró al niño con el afro, supuestamente el que estaba detrás del Incidente Afro para Parejas, que yacía en el suelo del santuario. Tanto Hibiki como yo le habíamos prestado talismanes, así que ahora también podíamos ver a su afro.

Fue realmente raro. Había tenido el mismo peinado no hace mucho tiempo, pero afortunadamente solo había durado unos diez minutos.

Como también habíamos estado investigando el caso, la presidenta Momone se había ofrecido a dejarnos interrogar al sujeto. (Tokiwa no se sentía bien, así que se fue a su casa). Sin embargo, después de una mala primera impresión, Hibiki todavía estaba un poco malhumorada.

“Hibiki, anímate”.

“Ni siquiera entiendes por qué estoy molesta”.

“¿Huh? Bueno, claro, la presidenta Momone puede ser agresiva, pero no tienes que enojarte tanto con ella”.

“Sí, no entiendes nada”.

Estaba tratando de defender al presidente Momone, pero creo que la había enojado más. ¿Lo había dicho de manera incorrecta?

“A veces creo que estás haciendo esto deliberadamente”, suspiró R. Espera, ¿qué hago deliberadamente?

“He colocado una barrera alrededor del santuario, así que creo que podemos despertar al niño afro aquí con seguridad”.

La presidenta Momone levantó su espada, como había hecho antes. “¡Despierta!”

“¡Gyaaahu!”

El fantasma afro gritó y saltó como si un perro lo hubiera mordido en el trasero.

“¿D-Dónde estoy?”

“Un santuario”, respondió la presidenta Momone. “Tú eres el que ha estado transformando el cabello de las personas en afro, ¿verdad? Admítelo.”

“¿P-Puedes verme?”

¡SMACK!

“¡Gyaaahu!”

“Por supuesto que puedo.”

¿Realmente había una necesidad de golpearlo entonces? Quería preguntar, pero decidí no hacerlo. Probablemente solo tenía ganas de pegarle. El fantasma afro sostenía su trasero con una mano y su cabeza con la otra, tirado en el suelo y mirando al presidente Momone.

“¿Q-Qué quieres conmigo?”

“Gracias a ti y tus travesuras, perdimos un valioso sábado. Necesitamos resolver este asunto del Incidente Afro para Parejas para que no tenga que perder más tiempo con estas patrullas”.

Parte de  eso  parecía más una cosa  personal…  ¿o  era por eso que realmente estaba haciendo esto?

“Entonces, ¿por qué lo hiciste?”

“…”

¡SMACK!

“¡Gyaaahu!”

“Responde”.

Ella era despiadada…

“Um…  creo  que  deberías  decirle,  ¿de  acuerdo?  Ella  no  sabe  cómo detenerse y esas cosas”.

Estaba tratando de ayudar, pero el fantasma solo me miró y apretó sus labios aún más fuerte. Eso pareció molestar a la presidenta Momone, quien luego comenzó a golpear su espada de bambú contra el suelo.

“Si no me lo dices, esta vez realmente no me contendré”.

“¿Entonces te estabas conteniendo antes?” Yo pregunté.

“¿Qué? Soy una mujer muy compasiva. Me estaba yendo fácil con él.”

“¿Cómo?”

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“Como esto.”

“Solo estás girando la espada. Eso no me dice nada”.

“…… u”, el fantasma murmuró de repente en voz baja. “¿Hm? ¿Dijiste algo?” Preguntó la presidenta Momone.

Y luego la cabeza del fantasma afro se levantó bruscamente. “¡Es por gente como tú!” gritó mientras me señalaba.

“¿Huh? ¿Qué? ¿Qué es mi culpa?” Señalé mi propia cara, confundido.

“¡Es por gente como tú que morí sin ser popular entre las chicas!” gritó, rompiendo a llorar.

“…”

“…”

“¿P-Por qué estás en silencio de repente?” Bueno porque…

“Esto es estúpido,” suspiró Hibiki.

“¡N-No es estúpido! ¿Sabes cuánto sufrí porque no tenía novia? ”

El fantasma afro gritó, pero la expresión de Hibiki no cambió. Para ser honesto, estaba pensando sobre todo lo mismo que ella.

“En realidad, puedo ver cómo te equivocas después de lo que viste, pero tampoco soy tan popular entre las chicas”.

“Siéntete libre de ignorar a ese idiota”, dijo Momone. No entendí por qué. “¿Por qué afros, sin embargo?”

“Mi afro es natural. No importa lo que le haga a mi cabello, siempre vuelve a ser afro… ¿Sabes cuántas veces las chicas me han rechazado por eso? Así que estoy haciendo que otras personas compartan mi dolor”.


“Ya veo. Pero eso… en realidad no tiene sentido”. Ella miró al fantasma. “¿Eso hará que las chicas como tú de alguna manera?”

“¡Uwaaaaah!”

Ese fue el golpe final para el fantasma, que luego se desplomó en el suelo en un ataque de histeria. El resto de nosotros nos miramos, sin saber qué hacer.

“Está bien,  ¡vamos  a  deshacernos  de  él  y sus  estúpidas  ideas!”  La presidenta Momone gritó.

“¿Sin piedad en absoluto?” Dije, un poco aterrorizado. “¿No es un poco malo borrarlo?”

“¿Qué  sugerirías,  entonces?  Él  es  un fantasma  ahora.  ¿Cómo  va  a conseguir una novia?”

“Hmm…”

Sería difícil para un fantasma salir con una persona viva, sí… Fantasmas y citas, ¿eh?

“Espera…”

De repente tuve una idea. Podría conocer exactamente a la chica para el trabajo.

“Presidente Momone, ¿puede ayudarme con algo?”

“¿Ayudarte con qué?”

“Ayúdame a persuadir a Sakuya”.

***

 

 

Delante del almacén de Namidare.

 

Habíamos dejado al fantasma afro dentro de la barrera en el Santuario Kibi, y ahora los tres estábamos parados alrededor de la urna que tenía a Sakuya sellado adentro.

“¿Acabo de quitar el talismán de la tapa?”

“Así es. Puse una barrera alrededor del área para que ella no pueda escapar incluso si la liberamos. Si esa perra intenta hacer algo, la golpearé en la cabeza”, declaró la presidenta Momone, girando su espada de bambú.

Arranqué el talismán de la urna, esperando poder resolver esto de la manera más pacífica posible. Por un momento, la urna se sacudió como si el espíritu interior estuviera despertando, luego flotó hacia arriba y cayó a mi lado.

“Sakuya, necesito hablar contigo. ¿Puedes salir?”

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Un fantasma rubio con ojos entrecerrados asomó la cabeza por encima del borde de la urna.

“… ¿Quieres algo?”

Casi me estaba mirando, aunque podía entender por qué sospechaba del chico que ayudó a sellarla de nuevo.

“Creo que es algo que te gustará. ¿Al menos me escucharás?”

“¿Algo que me gustara?”

Sakuya asomó la cabeza de la olla un poco más. “Oye, Sakuya, ¿quieres ir a una cita?”

“¿Qué es una cita?”

“Creo que esto podría estar más cerca de un matrimonio arreglado”, dijo Hibiki.

“¡¿U-Un matrimonio arreglado?!” Gritó Sakuya.

Había estado sellada tanto tiempo que tal vez no sabía qué fecha era. Bueno, tampoco era que ninguno de nosotros supiera tanto sobre citas.

“Si algo como eso. Hay alguien que realmente quiere conocerte. ¿Crees que podrías ir a hablar con ellos?”

“¿Qué? ¡No no no no!” Gritó cuando comenzó a retorcerse y agitarse. “Muy bien, entonces, parece que la perra también quiere conocerlo”.

“¿Huh? Ella se ve realmente en contra de mí…” dije.

“Idiota. Ella solo está asustada. Ella en realidad no puede esperar para conocerlo”.

“¿Así es como funciona…?”

“Así es como funciona. ¿Cierto?”

“U-Uh…”

Sakuya se encogió de nuevo en su urna bajo la mirada de la presidenta Momone. Por la expresión de su rostro, tal vez la presidenta tenía razón.

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“Escucha, Sakuya. Quieres enamorarte, ¿verdad? Pero, ¿es algo que realmente puedes hacer con solo poseer a alguien? ¿No quieres elegir por ti misma y enamorarte sola?”

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“…”

“Quiero decir, no te obligaré, ¿pero al menos hablarías con el tipo?”

“… No puedo”, chilló Sakuya.

“¡Gaaah! Nos metimos en todos estos problemas y ¿estás demasiado asustado? Si prefieres dormir hasta que te pongas mohoso en la esquina de un almacén sucio, ¡tal vez debería enviarte al cielo ahora mismo!”

“Presidente Momone, ¡cálmate! Acabo de limpiar el almacén. No es tan sucio”.

Traté de calmarla, pero ella sacó un talismán de todos modos. Cuando Sakuya lo vio, ella gritó.

“P-Pero…”

“¿Pero qué?”

“Yo-yo… no soy linda”, respondió ella con una voz que apenas podía escuchar.

“No creo que eso sea cierto en absoluto…” Traté de decir. “No quiero tu simpatía…”

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Pero solo la deprimía más. Aparentemente estaba seriamente consciente de su apariencia.

“… Pero quieres conocerlo, ¿verdad? ¿Qué puedo hacer para que esto suceda?” La presidenta Momone dijo, con los brazos cruzados.

Definitivamente era del tipo que luchaba por lo que quería, así que tal vez no le gustaba que otras personas se rindieran sin siquiera intentarlo. En cuanto a mí, no sabía qué pasaría, pero al menos quería que se conocieran. Si no funcionó, nadie estaba peor.

“Um… si tuviera ese atuendo, tal vez lo haría”, dijo Sakuya vacilante. “¿Qué atuendo?” Yo pregunté.

“La chica que poseía antes… la del cabello rojo… tenía un lindo atuendo”, respondió Sakuya, con el rostro rojo brillante.

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