Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 6: Hacia una Gloria que No Vale la Pena Tomar

Capitulo 8: Cruza la Línea

Parte 4

Lo siguiente fue la mano izquierda. Bajó a ellos.

“¡¿Uwahhhhhhhhhhh?!” Kuzaku dejó caer su escudo y siguió arrastrándose hacia adelante. Estaba desesperado.

Por supuesto, Haruhiro también estaba corriendo como un loco con su trasero en llamas.

“¡Nnnnngh!” Gruñó.

¿Va a golpear? ¿Me va a golpear? ¿Voy a ser aplastado?

Cuando el suelo se sacudió violentamente, dejó escapar un extraño grito. Pareció que lo había hecho.

“¡M-Mi escudo!” Kuzaku jadeó.

“¡N-N-N-N-No vale más que tu vida, ¿de acuerdo?!” Haruhiro gritó.

¡Se levantó!

¡El gigante blanco se levantó!

“¡Go, go, go! ¡Go! ¡Go, go! ¡Go! ¡Go, go, go!” El gigante blanco de seis metros se levantó y bailó. No, tal vez no estaba bailando, pero por la forma en que venía hacia Haruhiro y Kuzaku, parecía que estaba siguiendo los pasos de algún tipo de baile.

Ni siquiera sé que más está pasando. Va en direcciones aleatorias. De todos modos, tenemos que evitar sus pies. Eso es lo mejor que podemos manejar. Tenemos que ponernos al día con los demás. Realmente me encantaría hacer eso, y estamos más lejos del valle de lo que estábamos antes, pero ¿en qué dirección fueron? No, eso no es lo que—

“¡Somersault Booooooooomb!”

¿Eh?

El gigante blanco dejó de moverse. O más bien, tropezó. Eso fue porque alguien había golpeado con un martillo de guerra en su tobillo izquierdo, que era la pierna en que se había estado apoyando en ese momento.

—Tada.

¿Por qué Tada está aquí?

No era solo Tada.

“¡Hah…!” Tokimune gritó.

Cuando Tada lo golpeó con su Somersault Bomb, Tokimune lo golpeó con Bash. Bueno, no tanto Bash como un tacleada  normal. Aún así, se enfrentaba a un gigante blanco de la clase de seis metros, ¿sabes? Eso ni siquiera iba a sacudirlo. Si no fuera por el hecho de que el Somersault Bomb de Tada lo había hecho tropezar, eso es. Fue su ataque combinado lo que lo hizo funcionar. Entonces, además de eso—

“¡Del, hel, en, balk, zel, arve!”

Hubo un destello de luz y luego una explosión cerca de la entrepierna del gigante blanco por alguna razón. Fue el Blast de Mimorin.

El gigante blanco perdió completamente el equilibrio, y tropezó hacia atrás uno, luego dos pasos.

“¡Haruhiro!” Tokimune se volvió con un destello de sus dientes blancos. “¡Te debemos una! ¡No podríamos dejarte morir!”

“¡Deja de hablar!” Tada giró en círculos, luego golpeó su martillo de guerra contra la espinilla izquierda del gigante blanco. “¡Y ataca! ¡Tornado Slaaaaaaaaaam!”

“¡Gohhhhh!” El gigante blanco volvió a temblar. Qué fuerza.

“Maldición, es genial,” susurró Kuzaku.

Haruhiro sentía lo mismo, pero rezaba para que nadie comenzara a aspirar a ser como él. Si los miembros de su grupo comenzaran a actuar así, su corazón nunca sería capaz de manejar el estrés, incluso si tuviera más de uno. Y, fundamentalmente, los humanos solo tenían un corazón, por lo que probablemente moriría de un ataque al corazón en muy poco tiempo. Además, aunque Haruhiro y Kuzaku habían sobrevivido gracias a eso, ¿estaba realmente bien?

No eran solo Tokimune y Tada. Estaba Mimorin, que había lanzado el hechizo antes, y Anna-san. Kikkawa estaba dando la vuelta y volviendo. Yume, Shihoru y Ranta, y Mary también. ¿Qué hay de Inui? Haruhiro no se preocupaba por él, pero habían perdido la oportunidad de escapar ahora.

Los cultistas y los gigantes blancos de la clase de cuatro metros los alcanzarían pronto. Los soldados voluntarios y la hidra también. Se convertiría en un cuerpo a cuerpo caótico. Estarían atrapados en la refriega.

No había garantías de que las cosas mejorarían a donde huyeran. Aún así, había una gran diferencia entre las cosas que terminan aquí y las que hay un próximo lugar hacia donde dirigirse. Si se veían atrapados en esa ola de enemigos y aliados, estarían más o menos seguros de que los acabarían. No pudo evitar pensar eso.

Parece que este es el final. Puedo sentir que mi fuerza se desvanece. Bueno, por supuesto que lo está . Esto es difícil. ¿Cómo se supone que cambie las cosas aquí? Quiero decir, si volviera a ponernos en condiciones adecuadas, ¿entonces qué? Estoy seguro de que todavía estaríamos jodidos.

Ojalá pudiera rendirme.

JUEGO TERMINADO

Ese texto pasó por su mente.

¿Qué fue eso?

¿Lo he visto en algún lado antes…?

JUEGO TERMINADO

JUEGO TERMINADO

– JUEGO TERMINADO –

Juego Terminado ¿Continuar? Si / No

¿Continuarás? S / N

JUEGO TERMINADO ¿REINTENTAR?

Juego Terminado

JUEGO TERMINADO

JUEGO TERMINADO

Un juego, ¿eh?, pensó Haruhiro. Pero, esto no es un juego.

“No lo es, ¿verdad? ¿Manato, Moguzo?” Haruhiro murmuró.

Es por eso que no puedo darme por vencido. No hasta el final. Renunciar es imposible.

Primero, necesito mirar alrededor. Está bien. Mira. Mira bien, y mira.

Iron Knuckle y los Berserkers estaban, al menos hasta cierto punto, moviéndose juntos como un grupo. Orion estaba más extendido, pero ninguna de las capas blancas estaba completamente aislada. Parecían moverse como grupos.

Había docenas, no, fácilmente más de cien cultistas. Varios cientos. En cuanto a los gigantes blancos, a simple vista había alrededor de diez de la clase de cuatro metros, dos de la clase de seis metros, y uno ridículamente enorme que parecía que también estaba en la clase de ocho metros.

Luego estaba la hidra. Esa era una mala noticia. En serio.

“Kuzaku, no tienes tu escudo, así que no hagas nada demasiado loco,” advirtió Haruhiro.

“Vale. No es que quiera hacerlo de todos modos.”

“¡Ven conmigo!”

Haruhiro trajo a Kuzaku con él y se unió a Ranta, Yume, Shihoru y Mary. Kikkawa, Anna-san y Mimorin estaban con ellos también. Inmediatamente después, los cultistas los alcanzaron.

“¡Kikkawa, cuento contigo para que seas el tanque principal!” Haruhiro llamó.

“¡De acuerdo! ¡Solo déjamelo a mi!”

“¡Todos, quédense juntos!”

Todos dieron su propia respuesta, pero Haruhiro estaba más centrado en mirar que en escuchar. Tenía que estarlo.

Kikkawa blandió su espada y atrajo a los enemigos hacia él. Kuzaku y Ranta reforzaron su defensa a cada lado, atacando a los enemigos ahí. Si había enemigos que los tres no pudieran detener, entonces Yume, Mary, Mimorin y finalmente Haruhiro los reprimirían. Incluso Anna-san tenía una especie de arma en forma de bastón preparada mientras animaba al resto del grupo.

Shihoru estaba respirando pesadamente. Estaba recuperando el aliento y estaba buscando el momento adecuado para usar su magia. Los otros soldados voluntarios también dejaron de huir cerca de donde estaban Haruhiro y los demás.

Era la hidra. Había alcanzado a la retaguardia del grupo de soldados voluntarios que huía.

El cabello rojo de Ducky temblaba violentamente mientras gritaba algo. Uno de los Berserkers fue golpeado por un gigante blanco y voló dando vueltas por el aire.

Oh, se dio cuenta Haruhiro. Sí, ese tipo está muerto. Pero ahora no es el momento de preocuparse por los demás.

“¡Augh!” Yume gritó, y su cuerpo se estremeció. Fue un Tori-san. Ella había golpeado la Espada Relámpago Delfín del Tori-san con su machete.

El Tori-san intervino e intentó atacar a Yume.

Va a matarla. Matar a Yume. No, no lo dejaré.

Haruhiro cargó hacia él y, en lugar de interponerse entre ellos, atacó al Tori-san en la cadera. Usó su sap para golpear la mano con la que el Tori-san sostenía su Espada Relámpago Delfín.

Lo golpeé. ¿Cómo es que…?

Pero el Tori-san no soltó su Espada Relámpago Delfín. Simplemente la retiró. Peor aún, empujó su Escudo Espejo.

Oh, mierda. No es bueno. No puedo evitarlo.

“¡Urgh!” Haruhiro tomó el escudo directamente y fue tirado al suelo.

¿Moriré?, pensó por un segundo.

“¡Toma!” Mimorin gritó.

“¡Toma esto!” Mary gritó.

Gracias a sus camaradas, no tuvo que morir. Estuvo cerca. Mimorin y Mary hicieron una doble combinación con el Tori-san y lo hicieron retroceder. Mientras tanto, Yume ayudó a Haruhiro a ponerse de pie.

“¡Lo siento, Haru-kun!” Ella dijo.

“¡Está bien!” Respondió.

Había errores. No era posible reducir su tasa de fallas a cero. Lo importante era que apoyaran a quien se equivocaba, evitar lesionarse y sobrevivir. Cuando los agujeros comenzaban a abrirse, tenían que rellenarlos o cubrirlos para evitar que se volvieran visibles. Si pudieran repetir ese proceso de manera constante, podrían salir vivos de alguna manera. Si eso era todo lo que necesitaba, bueno, incluso si no fuera el punto fuerte de Haruhiro, al menos podría intentarlo.

Aunque naturalmente, había límites.

Tokimune y Tada aún seguían con el clase de seis metros. A Kikkawa, Kuzaku y Ranta les iba bien en la línea del frente, y Haruhiro, Yume, Mary y Mimorin también estaban haciendo un trabajo relativamente estable en la retaguardia. Gracias a eso, Anna-san y Shihoru no habían tenido que hacer nada todavía. Por la forma en que iban las cosas, probablemente podrían contar con la magia de Shihoru cuando la necesitaran. Podían soportar con este sistema por ahora.

Por lo que podía ver, Iron Knuckle, los Berserkers, Orion y los otros soldados voluntarios habían tomado formaciones propias y estaban logrando repeler a sus enemigos como grupos.

Si el enemigo solo tuviera gigantes blancos de clase de seis metros, podría no ser imposible derrotarlos uno por uno y luego aniquilar al enemigo.

El problema era el gigante blanco de ocho metros y la hidra.

Los movimientos del clase de ocho metros parecían perezosos, incluso en comparación con los otros gigantes blancos, pero solo por estar ahí, se ponía en el camino. Por supuesto, también era una amenaza.

La hidra balanceaba cinco de sus tentáculos para atacar a los soldados voluntarios, mientras que los otros cuatro se deslizaban, avanzando hacia adelante.

Cuando el gigante blanco de ocho metros o la hidra atacaban, los soldados voluntarios no podían luchar. Eso le daba a los cultistas y otros gigantes blancos una oportunidad para atacar. Estaban haciendo un desastre en este campo de batalla.

La forma en que las cosas iban a funcionar aquí era simple. Si hicieran algo con respecto al clase de ocho metros y la hidra, los soldados voluntarios ganarían. Si pudieran hacer algo, eso era.

Por lo menos, esa tarea estaba más allá de las capacidades de Haruhiro y su grupo Incluso los Tokkis lo pasarían mal con eso. No, probablemente sería imposible para ellos también. En cuanto a Iron Knuckle, los Berserkers y Orion, si pudieran hacerlo, lo tendrían que hacer en este punto. Las cosas se pusieron así porque no pudieron.

Aún así, las cosas no se habían terminado todavía. Cada vez que un soldado voluntario ocasionalmente quedaba atrapado por los tentáculos de la hidra, o era pateado por el clase de ocho metros, y su grupo parecía listo para romperse y correr, alguien rápidamente intervenía y los apoyaba. “One-on-One” Max, “Red Devil” Ducky y Shinohara corrían por todo el lugar para ayudar a sus camaradas.

A pesar del gran dolor, los soldados voluntarios mantenían sus líneas y retrocedían lentamente. Haruhiro y su grupo también lo estaban haciendo. Era una retirada gradual.

Incluso mientras los empujaban con fuerza, resistían lo mejor que podían.

Se detendrian en alguna parte, sin duda.

Finalmente, sería demasiado para ellos soportar, y colapsarían.

Pero era extraño. A pesar de que claramente los estaban persiguiendo, los soldados voluntarios veteranos parecían imperturbables y estaban haciendo lo mejor que podían. Nadie se había entregado a la desesperación, y nadie despertaba una sensación de desesperación tampoco.

¿Acaso habían dejado de pensar en cosas en las que no tenían que pensar para poder concentrarse en la tarea que tenían entre manos?

Al final, las personas solo podían hacer las cosas que podían hacer. Podían dar lo mejor de sí mismos. No podían controlar la situación más allá de eso. Incluso si quisieran que las cosas fueran de una manera particular, deseen y oren como quieran, solo resultaría como iba a ser.

“Enfoque. Enfoque. Enfoque…”

Mientras susurraba eso a sí mismo, Haruhiro miró a su alrededor. Miró y entendió la situación. Hizo Swat en la lanza del Pansuke.

Se estaba formando un espacio entre su línea frontal y la línea trasera, por lo que hacía que la línea trasera se moviera. Había otro Pansuke viniendo desde atrás, así que hizo que Yume y Mary se posicionaran detrás de Anna-san y Shihoru.

Kuzaku estaba bastante agotado. Haruhiro quería dejarlo descansar, pero esa no era una opción.

“¡Sigue así!” Le gritó.

Swat en la lanza del Pansuke. Quería encadenar eso con Shatter, pero ese era solo su deseo. No era algo que hubiera sido factible en este momento. Tenía que mostrar moderación.

El clase de ocho metros realmente no se había acercado, pero la hidra lo había hecho. ¿Iban a estar bien Tokimune y Tada, que saltaban cerca del gigante blanco de seis metros?

“¡Ya viene la hidra!” Haruhiro llamó.

Al menos los había advertido. Luego, golpeó con Swat la lanza del Pansuke. Ordenó a Kikkawa, Ranta y Kuzaku cambiar sus posiciones hacia la izquierda dos veces.

Swat, Swat, Swat.

Echó un vistazo alrededor del área. Es hacia el oeste, pensó. Iban hacia el oeste. Hacia la colina inicial. El dios gigante estaba ahí.

En otras palabras, como iban las cosas, finalmente quedarían atrapados entre la hidra y el dios gigante. Aunque solo si aguantaran tanto.

No no. No pienses en eso. No te distraigas Enfoque, enfoque, enfoque, enfoque, enfoque.

“¡Gahhh!” Kikkawa golpeó accidentalmente la Espada Relámpago Delfín del Tori-san y quedó aturdido.

“¡Idiota!” Ranta desvió la Espada Relámpago Delfín con su propia Espada Relámpago Delfín para proteger a Kikkawa.

La primera línea rompió la formación, y parecía que los cultistas pasarían de largo.

Por un momento, Haruhiro estuvo asustado, pero podían pasar por esto. “¡Kikkawa, intercambia lugares con Ranta! ¡Mimorin, apoya a Kikkawa!”

“¡Entendi-do!” Kikkawa negó con la cabeza para despejarse cuando pasó junto a Ranta.

“¡Sí!” Mimorin tomó una posición diagonal detrás de Kikkawa, haciendo a un lado la lanza de Pansuke con su bastón.

Sé que había otro Tori-san por aquí, pensó Haruhiro, escaneando el área. ¡Ahí! Está dando vueltas detrás de nosotros.

“¡Mary!”

Reaccionando a su advertencia, Mary se torció a tiempo para evitar la Espada Relámpago Delfín.

“¡Ohm, rel, etc, el, vel, darsh!”

Shihoru usó Shadow Echo. Tres elementales de sombra volaron hacia el Tori-san. Era un rango relativamente cercano.

Ellos golpearían. No, el Tori-san había bloqueado a dos con su Escudo Espejo. Pero uno lo golpeó en la cara.

La cabeza del Tori-san se hizo hacia atrás como si hubiera sido golpeado. Mary golpeó su Escudo Espejo con su bastón corto y lo hizo retroceder aún más. Sin embargo, ella no podía solo enfocarse en el Tori-san.

Mary y Yume habían estado mantenido ocupado a un Pansuke. Con el Tori-san involucrado en eso, tenían problemas para tratar con ellos. Incluso si Anna-san se unía, sería demasiado poco, demasiado tarde, y Shihoru no podía manejar el combate cuerpo a cuerpo. Haruhiro ya estaba ocupando a dos Pansukes con Swat.

¿Tengo que hacer a Mimorin retroceder?, se preguntó. ¿O llevo a alguien fuera de la línea del frente y lo envío a ayudar? Decide. Ahora mismo.

“¡Kuzaku, ve a la parte de atrás!”

“¡Bien!” Kuzaku comenzó a retroceder inmediatamente.

Kuzaku probablemente estaba desesperadamente preocupado por Mary. Sería más fácil para él si estuviera a su lado, sin duda. Ahora, ¿cómo llenar el agujero que dejó?

Ranta estaba completamente ocupado lidiando con el Tori-san al frente, mientras que Kikkawa también manejaba varios enemigos. Mimorin solo tenía un Pansuke por el momento. Si Haruhiro tomaba ese y liberaba a Mimorin…

Enfoque. Necesito enfocarme. Enfoque, enfoque.

La hidra.

Está cerca.

Se ha acercado bastante. ¿Tal vez no? No lo sé. Pero… se siente un poco cerca.

“¡Ohh!” Tokimune estaba sosteniendo su espada, que había sido apuñalada en el gigante blanco cerca de su cintura, y parecía que estaba a punto de ser sacudido.

¿Qué diablos está haciendo? Sin embargo, los gigantes blancos tienen cuerpos bastante duros. Supongo que es impresionante que haya logrado apuñalarlo ahí, ¿eh?

Esto no está bien. Calma. Tengo que mantener la calma. Swat, Swat.

“¡Haaaaaze!” Tada gritó.

Tada balanceó su martillo de guerra en la diagonal, golpeándolo contra la espinilla izquierda del gigante blanco. El enorme cuerpo del gigante blanco se estremeció. La espinilla izquierda. Ahora que lo pienso, Tada se ha concentrado tercamente en golpear ese punto. Hablaba en serio. Tada realmente quería derribar al gigante blanco. Junto con Tokimune, podría ser posible.

Si hubieran tenido más tiempo, esos dos podrían haberse ocupado del gigante blanco de seis metros. En ese instante, algo debió haber sucedido, pero Haruhiro no estaba del todo seguro. O, más bien, ¿por qué sucedió lo que sucedió? Y ¿era posible?

Haruhiro dudó de sus ojos.

Después de todo, la cabeza del gigante blanco de seis metros había estallado de repente. Como una sandía aplastada con un palo. No era tan inusual ver que se rompiera una sandía, pero esta era la cabeza de un gigante blanco. ¿No era extraño que estallara así, con su contenido esparciéndose por todo el lugar? Era extraño, ¿no? ¿O era Haruhiro el que era extraño por pensar de esa manera?

“¡¿Queeeeeeeeeeé?!” Tada rigió. “¡Esa era mi presa! ¡¿Quien hizo eso?!”

Bien. No podría ser un fenómeno natural, por lo que alguien debe haberlo hecho. ¿Fue magia? ¿Quién lo hizo?

No pasó mucho tiempo para que la respuesta quedara clara.

“¡¿Ohhhhh?!” Ranta saltó hacia atrás.

Sí, no puedo culparlo por estar sorprendido.

La cabeza del Tori-san ya no estaba.

Un hacha. Fue un hacha. Sostenida por una figura baja y gorda. El enano de barba gruesa se había acercado al Tori-san desde atrás y lo había decapitado con su hacha.

De ninguna manera, pensó Haruhiro. No debería ser posible cortar sus ponchos. ¿Eso no se aplica a ese enano, a Branken?

“¡Gwajajajajajah!” Branken dejó escapar una risa gutural e inquietante mientras partía a los cultistas limpiamente en dos uno tras otro con el hacha aterradora que sostenía. Los cortaba fácilmente.

Este es un tipo de pregunta simple, pero ¿es esa luz del hacha? Se ve un poco pesada, ¿sabes? ¿Cómo puede Branken balancear alrededor un hacha que es fácilmente más grande que él? ¿Porque es locamente fuerte? ¿Así es como funciona?

Haruhiro había sido distraído por Branken, por lo que tomó un tiempo darse cuenta, pero no era el único que había venido. No muy lejos, había una gran mujer blandiendo una enorme espada, y, por supuesto, acabando a los cultistas uno tras otro, ignorando por completo la propiedad de sus ponchos que resistían las cuchillas. Esa era Kayo.

También había un número misterioso de cultistas cayendo como moscas, a pesar de que no habían sido cortados. Haruhiro se preguntó qué podría ser, pero eran flechas. Les estaban disparando a través de su único ojo.

¿De dónde vienen las flechas?, se preguntó. Del oeste, eh.

Probablemente provenían del oeste. Cuando miró hacia ahí, lo vio. El hermoso chico elfo con su arco listo. Era Taro.

El antiguo mago, Gogh, y la bella maga, Miho, estaban detrás de Taro con un aire de compostura. El hechizo que se había sido desatado pudo haber sido de Gog, o tal vez por Miho.

Y entonces…

“Lo siento. Estamos llegando tarde.”

Ese hombre llegó. Sacando su espada, era el más fuerte, el hombre que era una leyenda indiscutible.

“Ese tipo tiene un aura infernal…” dijo Ranta con un gemido de admiración.

Puedes decir eso de nuevo, pensó Haruhiro.

La gente a menudo hablaba de alguien con mucha presencia que tenía un aura, pero esto podría haber sido una verdadera aura.

“¡Akira-san!” Alguien gritó su nombre.

“¡Es Akira-san!”

“¡Akira-san está aquí!”

“¡Akira-san!”

“¡Woo! ¡Akira-san!”

“¡Tenemos a Akira-san!”

La atmósfera cambió en un instante. Akira-san. Era Akira-san. ¡Toda el área estaba teñida con los colores de Akira-san! ¡Envuelta por su aura!

Los cultistas cayeron en una pelea unilateral contra Branken, Kayo y Taro, y estaban en pánico total.

¿Oh, oh? ¿Qué pasa con ese gigante blanco de cuatro metros? Se está volviendo hacia Akira-san, ¿no es así?

Akira-san era un hombre grande, pero la diferencia de tamaño entre él y el gigante blanco era aún mayor que la que existe entre un niño y un adulto. Aún así, maldita sea, Akira-san era enorme. Por alguna razón, parecía más grande que el gigante blanco.

Bueno, eso es excesivo, pensó Haruhiro.

El gigante blanco tontamente le lanzó un golpe a Akira-san. Naturalmente, nunca tuvo una oportunidad de golpear. Akira-san se giró y evadió tan fácilmente como podría haber evitado una mariposa revoloteando, dejando que el puño derecho del gigante blanco pasara a su lado. Con un ligero movimiento, de alguna manera, logró ponerse justo detrás del gigante blanco.

“¡Y… ahí!” Akira-san subió al gigante blanco. Se trepó al gigante blanco. Con la facilidad de subir una colina, Akira-san alcanzó los hombros del gigante blanco justo delante de sus ojos.

Haruhiro estaba viendo lo que sucedía, pero no podía entender. Puede que no haya sido completamente vertical, pero era un ángulo increíblemente pronunciado. ¿No era una locura que pudiera escalar de esa manera?

“Descansa en paz, ¿de acuerdo?” Akira-san enterró su espada profundamente en el único ojo del gigante blanco. De una manera bastante descuidada también. Era como si quisiera decir: Oye, al menos pon un poco de resistencia.

No es que hubiera podido escucharlo si lo dijera. Era demasiado tarde para eso.

El gigante blanco se derrumbó.

Justo antes de que la espalda del gigante blanco tocara el suelo, Akira-san giró en el aire y cayó con un elegante aterrizaje.

“Bueno, ¿eso no acaba de vencer a todos?” Tokimune se rió con asombro. “Él está en una dimensión completamente diferente de nosotros, ¿eh?”

Realmente son de otra dimensión, estuvo de acuerdo Haruhiro. ¿Hay mucha diferencia entre nosotros?

“¡Sí, ¿y qué?!” Tada se subió las gafas con el dedo índice izquierdo, luego se precipitó y golpeó su martillo de guerra contra el Tori-san más cercano. “¡Haré una nueva dimensión propia!”

La cabeza del Tori-san y el Escudo Espejo con los que intentó defenderse fueron aplastados, y se desplomó en el suelo.

“¡Yahoo!” Kikkawa saltó de alegría. “¡No solo otra dimensión, sino una nueva, ¿eh?!”

Con esas palabras como su señal, no, eso definitivamente no era lo que era, los soldados voluntarios comenzaron su contraataque. Sin embargo, no era un simple contraataque. Era una violenta embestida, una contraofensiva masiva.

Después de todo, el equipo absolutamente legendario de Akira-san, Branken, Kayo, Taro, Gogh y Miho estaban derribando a los cultistas y gigantes blancos como si estuvieran cortando malas hierbas. Era menos claro con los gigantes blancos, pero los cultistas parecían venir equipados con emociones, y parecía que el shock y el pánico estaban incluidos. Los cultistas parecían listos para huir. Los soldados voluntarios, envalentonados por la llegada de Akira-san, se movieron como uno solo para atacarlos.

Las lanzas de los Pansukes se rompieron una tras otra. Las Espadas Relámpago Delfín de los Tori-san no eran tan aterradoras cuando todos corrieron hacia ellos a la vez. Sus armas fueron arrancadas de sus manos, y sus Escudos Espejo fueron pisoteados. Los gigantes blancos de la clase de cuatro y seis metros fueron derribados uno tras otro.

Haruhiro y los demás también acabaron con una serie de cultistas. Especialmente Ranta y Kikkawa, que se dejaron llevar y se volvieron locos.

¿Adónde había ido la difícil batalla en la que habían estado luchando todo este tiempo? Haruhiro no pudo evitar pensar que no era que el enemigo aterraba, sino el flujo de eventos. Con un cambio en los vientos, todo podría cambiar drásticamente como lo hizo. Siendo ese el caso, era completamente posible que de repente fueran eliminados de esta posición de abrumadora ventaja en una desventaja de la que no pudieran esperar recuperarse.

¿Esto… está realmente bien? Haruhiro no podía seguir la corriente, y no sabía qué hacer consigo mismo por eso. Esto es, bueno, sí… Está bien, ¿supongo? Probablemente debería tratar de ir con la corriente cuando las cosas no van tan mal.

“Veo que todavía estás bien, Haruhiro kun,” djo una voz.

Haruhiro se sorprendió al encontrar a Akira-san al lado de él.

Akira-san devolvió su espada a su vaina, cruzando sus brazos con una fría mirada en su rostro.

“Oh, eh, sí, e-estamos bien, todos nosotros,” tartamudeó Haruhiro. “Bueno, mi grupo lo está, al menos…”

“Hemos estado probando cosas diferentes con Soma y su grupo para ver si se puede hacer algo sobre el dios gigante.”

“Oh, ¿sí?” Haruhiro preguntó. “¿Y?”

Akira-san negó con la cabeza. “Desde que ocupó ese lugar en el medio de la colina inicial, apenas se mueve. Eso es difícil.”

“¿Incluso para ustedes?”

“Somos soldados voluntarios, al igual que todos ustedes. Simplemente he sobrevivido mucho más que tú. Cuando has vivido el doble de tiempo, estás obligado a ser un poco mejor en las cosas.”

“¿Así es como funciona?”

“Por supuesto que sí.” Akira-san sonrió y asintió.

Este tipo había estado emitiendo un aura que ejercía presión sobre toda el área hace unos momentos, pero ahora parecía un viejo agradable y regular. Por supuesto, ese no era el caso en absoluto.

“Solo soy un viejo,” dijo Akira-san. “Debido a mi vejez, me encuentro queriendo entrometerme. Kuzaku-kun, mira esto por un momento.”

Akira-san llamó a Kuzaku, luego preparó su escudo y desenvainó su espada. Avanzó, cubriendo la mitad de su cuerpo con el escudo y blandiendo la espada en diagonal hacia un Pansuke cercano. Incluso Haruhiro podía decir lo que estaba haciendo. Era la habilidad de paladín, Punishment. Pero Akira-san eligió deliberadamente detener su espada a la mitad y tirar de ella hacia atrás. El Pansuke estaba encogido, como congelado.

“¿Viste eso? Con suficiente repetición, podrás hacer esto también,” dijo Akira-san.

“Bien…” Kuzaku se paró derecho y observó de cerca.

No podría haberlo dicho mejor, pensó Haruhiro.

Akira-san usó Punishment en el Pansuke una vez más, solo que esta vez lo dejó golpear. Al menos, probablemente era un Punishment, pero era completamente diferente.

No lo sé, fue como si fuera todo un movimiento.

Defenderse con su escudo, avanzar y blandir su espada. Las tres acciones se fusionaron por completo para convertirse en una.

La espada de Akira-san atravesó limpiamente al Pansuke desde su hombro izquierdo hasta su cadera derecha. Parecía que cuando llegabas al mismo nivel que Branken, Kayo o Akira-san, los ponchos supuestamente impenetrables, ni siquiera importaban.