Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 6: Hacia una Gloria que No Vale la Pena Tomar

Capitulo 4: Senderos Divergentes, Bajo un Cielo Diferente

Cuando todos se encontraron, se fueron de compras. Kuzaku compró un nuevo escudo y un casco para reemplazar a los que habían recibido una paliza considerable. Mary compró un bastón con más poder de ataque. En cuanto a Betrayer Mk II—nombre que, por supuesto, el estúpido Ranta le había dado su nueva espada—regateó el precio lo más que pudo. El resto del grupo simplemente compraron sus necesidades diarias.

Fue mucho más divertido de lo que habían estado esperando. Podían tener en sus manos un montón de cosas en el Puesto Solitario de Avanzada, y no les había faltado mucho, pero Altana tenía la mejor selección de productos. No era una competencia. El solo hecho de mirar alrededor de todas esas cosas los entusiasmó.

Incluso a Haruhiro, quien siempre se criticaba por ser aburrido, deprimente, simple y miserable… la experiencia de buscar en el inventario aquí fue abrumadora, y hubo momentos en los que sintió que podría terminar comprando todo tipo de productos. Cosas que realmente no necesitaba, pero se contuvo desesperadamente.

Cuando dejaron Altana, se relajaron un poco.

Viajaron hacia el oeste a través de las Planicies Quickwind. En el camino, acamparon una vez, recorriendo aproximadamente 35 kilómetros a pie para llegar al Puesto Solitario de Avanzada alrededor de las dos de la tarde. Si ingresaran en Reino del Atardecer y llegaran al asentamiento hoy, podrían comenzar a trabajar tan pronto como mañana por la mañana. El grupo de Haruhiro y los Tokkis tenían la intención de hacer exactamente eso, pero…

En el Puesto Solitario de Avanzada, se encontraron con Shinohara.

“Hola, Haruhiro,” dijo el hombre. “También tú, Tokimune.”

Shinohara no había cambiado ni un poco desde la primera vez que Haruhiro se encontró con él. Tenía una cara de aspecto amable, una actitud tolerante, y vestía una capa blanca. La capa tenía una cresta con siete estrellas en forma de x. La marca del clan Orion.

Haruhiro había notado a otros hombres y mujeres con las capas blancas de Orión esparcidos alrededor del Puesto Solitario de Avanzada. Shinohara no estaba solo; tenía a al guerrero de cabello corto y ojos estrechos, Hayashi, con él, así como a un hombre con gafas y corte de cabello crew.

Hayashi asintió con la cabeza a Mary, quien le devolvió el gesto con una leve inclinación de cabeza y una sonrisa. Hayashi parecía sorprendido.

“…Espera, ¿eh?” Haruhiro se sobresaltó, pero se alegró de ver a Mary capaz de saludar a su viejo camarada con una sonrisa. Reprimió el pensamiento cínico: Sí, y apostaría que es gracias a él también, eh, frotándose la mejilla con la yema del dedo. “Shinohara, ¿ustedes están saliendo del Reino del Atardecer?”

“La verdad es que no estamos seguros,” dijo el hombre.

“¡¿Eh?! ¿Eh? ¡¿Ehhhh?!” Los ojos de Kikkawa se abrieron de par en par. Saltó en el aire y agitó sus brazos. “¡¿Qué, qué?! ¡¿Pasó algo?! ¡¿Hubo un cimiento-aconte?!”

“¿Qué es un cimiento-aconte?” Preguntó el tipo con el corte crew y las gafas.

“¡Guau, vas a llamarme así! ¡¿De verdad?! ¡¿Como, totalmente?!” Kikkawa gritó.

“¡Kikkawa, eres irritante, sí!” Anna-san le dio una palmada a Kikkawa en la cabeza.

“Eh, bueno…” Haruhiro pensaba que era un dolor, pero que al menos debería explicar. “Un cimiento-aconte es de hecho… Es como si hubiera revuelto la palabra, supongo…”

“Ohh.” El hombre del corte de pelo comenzó a reír entre dientes. “Lo entiendo, lo entiendo”

¿Piensa que es… gracioso? Realmente no lo es.

“¿Y?” Tokimune preguntó, mostrando sus dientes blancos. “¿Pasó algo, Sheeno?”

“¿Sheeno?” Shihoru repitió en voz baja, dudosa.

“¡Porque es Shinohara!” Ranta gritó (el pedazo de mierda). “¡Por eso es Sheeno, eh!”

“Dale un -san, al menos. Necesita un -san,” Haruhiro le dijo, sorprendido.

Ranta (el pedazo de basura), que besa a los poderosos y aplasta a los débiles, bajó rápidamente e hizo una dogeza. “¡Lo siento! ¡Me dejé llevar! ¡No, ya sabes, era solo la forma en que hablamos, o el impulso del momento, podrías decir! ¡Como la forma en que hablas de personas famosas sin honoríficos!”

“No me molesta.” Fue la respuesta madura que esperarías de Shinohara.

“Heh…” El único ojo de Inui brilló siniestramente, bueno, no es que en realidad tuviera solo un ojo, solo estaba escondiendo el otro con su parche. “Es solo Shinohara, pero se llamará Sheeno, eh…”

Espera, Inui, estás siendo más rudo que Ranta, ¿sabes? Haruhiro pensó.

“Nunca lo había escuchado antes,” dijo Mimorin, parpadeando.

¿Eh? ¿Nunca escuchó ese apodo antes?

“Se me ocurrió,” dijo Tokimune con un guiño y un pulgar hacia arriba. “Es el apodo perfecto para él, ¿verdad?”

“¡No hay forma de negarlo, ¿sí?!” Anna-san le dirigió una radiante sonrisa y le devolvió el pulgar hacia arriba.

“Es más lindo que Shinoharadon y Shinoharacchom, por lo menos,” Yume agregó sin pensar, cruzándose de brazos y asintiendo para sí misma.

“¿Qué?” Tada frunció el ceño. “¿Son todos estúpidos? ¿Hasta el último de ustedes? Shinoharaiden es mejor.”

Kuzaku y Mary se miraron el uno al otro con una sonrisa incomoda, luego rápidamente desviaron la mirada.

¿Qué, qué, qué? ¿Por qué están mirando hacia otro lado? Adelante, no me importa. ¿Por qué no se van en su pequeño mundo juntos? ¿No lo van a hacer? Hmm. Oh, ya veo. No es como si me importara.

“Estoy bien con cualquier cosa, realmente,” dijo Shinohara. Incluso después de todas estas tonterías, era un adulto, y se reía alegremente con una sonrisa que no era forzada. “Ahora, en cuanto a la respuesta a tu pregunta… Sí, sucedió algo. Para ir a cazar, el Reino del Atardecer se está volviendo menos atractivo.”

“Permítanme proporcionar el resto de la explicación,” señaló el hombre con el corte crew y las gafas.

Espera, ¿quién es este tipo? Lo he visto antes, lo tengo, ¿verdad? Aunque no sé su nombre.

Mientras Haruhiro inclinaba su cabeza y miraba al hombre inquisitivamente, el tipo con el corte del crew giró en dirección a Haruhiro y sonrió. “Mis disculpas por la presentación tardía. Soy Kimura de Orion.”

“…Oh.” Haruhiro se inclinó reflexivamente. “Gracias. Es muy amable de tu parte.”

“Sé quién eres,” dijo Kimura. “Usted es el Sr. Haruhiro. El de ahí es el Sr. Ranta. Srta. Yume. Srta. Mary. Srta. Shihoru. Sr. Kuzaku. El Sr. Tokimune y Sr. Tada, el Sr. Inui, Anna-san, la Srta. Mimori y el Sr. Kikkawa. ¿Estoy en lo correcto?”

Le gusta mucho dirigirse a la gente con Srta. Y el Sr. pero aún así se dirigió a Anna-san con un -san, como debería hacerlo. Este tipo Kimura no es alguien ordinario, supongo, pensó Haruhiro.

“Kimura-san y Shinohara-san son amigos de seno,” explicó Hayashi.

“¿Amigos de suno?” Yume preguntó.

Yume, eso está mal.

“¡Idiota, son amigos de sebo, obviamente!” Gritó un pedazo de basura.

Ranta, eso está mal también.

“Amigos de celo… Heh…” Inui también estaba equivocado.

“Son amigos almibarados, ¿sí?” Anna-san estaba fuera de ahí.

“¡¿Guau?! ¡Entonces, ¿se meten en todo tipo de situaciones jugosas y pegajosas juntos?!” Kikkawa gritó.

¿Por qué Kikkawa estaba tan emocionado?

“El gyudon es jugoso,” asintió Mimorin.

Sin embargo, hay uno de esos. Un lugar donde hay gyudon. En Altana. Pero no tiene carne, por alguna razón.

“Amigos de seno…” Mary parecía estar pensando profundamente. “¿Qué significa?”

“Oh, um…” Kuzaku tampoco parecía saberlo.

Amigos de seno, eh. Sí, eso es un poco difícil de definir. Realmente no usas el término a menudo. No me sorprende que no lo sepan.

Dicho sea de paso, Haruhiro ya lo había escuchado antes, y podía adivinar el significado. Probablemente, significaba que eran cercanos, o algo así, ¿verdad? ¿Confidentes cercanos, ese tipo de cosas? ¿Shinohara y Kimura lo eran? Hacían una pareja extraña.

“Je, je, je.” Kimura dejó escapar una misteriosa risa que hizo que sus hombros temblaran. “¿Yo, el amigo de seno de Shinohara? Exageras. Simplemente somos amigos. Por supuesto, no hay nada de eso de BL entre nosotros. ¿No es así, Shinohara?”

“Sí.” La respuesta de Shinohara fue completamente amistosa. “Si hubiera cosas BL entre Kimura y yo, eso sería asqueroso.”

“¡Uwajajaja!” Kimura se rió tan fuerte, que tuvo que agarrar su vientre.

“BL es la abreviatura de ‘Boy Love,’” explicó rápidamente Hayashi.

“¡Ya lo sé, tonto!” Anna-san le gritó.

Qué desorden más caótico, pensó Haruhiro. Esta conversación no va a ninguna parte…

No, sería más correcto decir que no había ido a ninguna parte. Después de una buena risa larga, Kimura explicó eficiente y lógicamente lo que había sucedido.

Se pensaba que había comenzado hace cinco días cuando Iron Knuckle atacó otra base de cultistas y masacró a los cultistas de ahí.

El asalto en sí había sido un éxito, pero dos días después, es decir, hace tres días, hubo un cambio en el Reino del Atardecer.

Increíblemente, un dios gigante, una criatura humanoide tan masiva que parecía tocar el cielo, había venido y había comenzado a perseguir a los humanos donde sea que los encontrara.

Antes se había avistado al dios gigante en la distancia. Haruhiro y los demás lo habían visto varias veces. Sin embargo, el dios gigante nunca se les había acercado, y parecía estar a una distancia considerable de la colina inicial.

Habían oído que, al suroeste de la colina inicial, había una cuenca, el Gran Caldero de los Dioses, y el dios gigante vagaba por esa zona. También habían oído que los que habían descubierto el Gran Caldero de los Dioses y le dieron su nombre fueron Lala y Nono.

El dios gigante era tan grande que parecía que no podía ser real, y estaba claro que jugar con él sería peligroso. Por eso, naturalmente, nadie había sido lo suficientemente tonto como para intentarlo, e incluso si veía a la gente, nada realmente había salido de eso. Era visto como esencialmente inofensivo.

Sin embargo, al parecer, eso había cambiado repentinamente.

Era “al parecer” porque nadie había luchado contra el dios gigante todavía. Por eso no podían decir si realmente quería pelea o no.

Era difícil imaginar que alguien fuera lo suficientemente imprudente, o más bien, lo suficientemente estúpido como para desafiar a una criatura tan grande en una pelea. En el momento en que se dieran cuenta: Oh, mierda, está aquí, cualquiera huiría. Una vez que se alejaban a cierta distancia, no los buscaba, pero la distancia exacta no era clara. Si tenían que estar en guardia en todo momento, eso hacía que la caza de cultistas y gigantes fuera más agotadora.

Oh, esto está empeorando, habían decidido, por lo que Orión se había retirado temporalmente del Reino del Atardecer.

La situación podría cambiar, por lo que no era permanente. Decidieron dejar solo uno de los grupos, mientras que Shinohara y los demás se iban a ganar dinero en otro lugar por el momento.

“¡¿Iron Knuckle, otra vez?!” Ranta gritó en voz alta. “¡Esos idiotas! ¡¿No piensan en cómo sus acciones afectan a todos los demás?! ¡Es un dolor en el trasero, eso es lo que es, maldición!”

“No eres alguien para hablar,” murmuró Haruhiro.

“¡¿Ehhh?! ¡¿Qué dijiste sobre mí, Parupiroooo?!”

“Ah…” Shihoru señaló en la distancia. “Alguien de Iron Knuckle…”

“¡Lo shientoooo!” Ranta inmediatamente saltó en el aire e hizo una dogeza. “¡No lo dije en serio! ¡En serio, en serio, no era yo, nuestro Haruhiro lo dijo antes, entonces…!”

“Ahí va, sutilmente me echa la culpa a mí… Sutilmente, sin embargo,” murmuró Haruhiro.

“¡¿Queeeeé?!” Ranta gritó. “¡¿No están ahí?! ¡Iron Knuckle! ¡Shihoru, me engañaste! ¡Eres una bombardera de tetas secretas caídas!

“¡No me llames con nombres extraños!”

“¡Cállate, Tetas Caídas! ¡Por tu crimen, te condeno a que cambies públicamente tu ropa!”

“Heh…” Inui tenía una sonrisa de maldad irredimible con la cara de un hombre viejo. “A mí también me gustaría grabar esa escena en mi memoria… ¡Sin embargo, solo yo debería ser quien la vea!”

“Nadie va a ver nada.” Shihoru envolvió sus brazos alrededor de su cuerpo defensivamente, mirando a Inui como si fuera algo sucio.

“Seguro que son un grupo animado.” Shinohara era todo sonrisas.

“Son simplemente molestos.” Tada ajustó la posición de sus gafas con su dedo índice. “Qué montón de escarabajos peloteros.”

El insulto del escarabajo era un poco demasiado, pero Haruhiro no podría haber estado más de acuerdo.

“El dios gigante, eh…” Tokimune miró a Haruhiro. “¿Qué quieres hacer?”

¿Había algo que pudieran hacer?

Teniendo en cuenta la naturaleza del comercio de los soldados voluntarios, no había forma de que pudieran arreglárselas sin correr riesgos. Dicho eso, por parte de Haruhiro, quería evitar todo riesgo evitable tanto como le fuera posible. Técnicamente, eran los descubridores del Reino del Atardecer, por lo que era decepcionante tener que hacerlo, pero podría ser mejor considerar otras opciones.

Esa era su opinión, y la dijo mucho.

Ahora, en cuanto a la respuesta que recibió, así es como salieron las cosas:

“¡Uffffff!” Arriba de la colina inicial, Ranta dejó escapar un grito extraño, con los ojos muy abiertos.

Era la hora del día en que normalmente se pondría el sol, pero aquí en el Reino del Atardecer, no había mañana ni noche. Siempre era igual, el cielo multicolor que se extendía hasta donde alcanzaba la vista.

Debajo de ese indescriptible y oscuro cielo de atardecer, un dios gigantesco y supermasivo daba un tranquilo paseo.

“¿Qué tan lejos creen que está esa cosa?” Kuzaku presentó, con un suspiro. “Es difícil tener una idea de la distancia.”

“Hmm.” Anna-san estaba montando en los hombros de Tokimune. “¿Digo, ochenta kilómetros? ¿Alrededor de eso?”

“No puede estar tan lejos.” Haruhiro no pudo evitar señalar.

“Cinco kilómetros… tal vez, ¿verdad?” Yume miró al dios gigante. “¿Diez kilómetros? ¿Quizás veinte? Yume también tiene dificultades para calcular la distancia. Whoooo. Es pequeño, pero es muy grande, ¿eh?”

“Eso es contradictorio, pero seguro que se siente así,” dijo Shihoru asintiendo con la cabeza, de pie junto a Yume.

Sí, en serio.

Tomando la teoría de Yume y suponiendo que estaba a un máximo de veinte kilómetros de distancia, estaba bastante lejos. Si estuviera a veinte kilómetros de distancia en esa dirección, incluso un gigante extra grande y de doscientos metros de altura sería una mota en la distancia. Ese dios gigante era tan grande que podían verlo desde donde estaban.

Pero era enorme. Ese no era el tamaño que cualquier criatura viviente debería tener. Era una colina. No solo una colina, era una montaña.

Recordó la primera vez que habían visto al dios gigante. Había sido cuando regresaban de rescatar a los Tokkis después de que intentaron robarles la marcha.

En ese momento, Haruhiro había pensado que era terriblemente grande, dado que tenía que estar a varios cientos de metros de ellos.

¿Varios cientos de metros?

Difícilmente. Esa vez, fácilmente debió haber estado al menos muy lejos.

No, más lejos.

Era como dijo Kuzaku. El dios gigante era tan grande, que se metía con tu sentido de la distancia.

“Es bastante rápido, eh,” murmuró Tada.

“Tiene unas laaaargas piernas…” Kikkawa sonó impresionado por alguna razón. “Como, demasiado largas. Sus movimientos son sorprendentemente agudos también. Vaya, vaya…”

El dios gigante estaba al sur de la colina inicial, moviéndose de este a oeste. Sus movimientos no parecían tan agudos para Haruhiro, pero podían distinguir los movimientos de sus piernas incluso desde aquí, así que no era de ninguna manera lento.

“¡Ah!” Mimorin contuvo el aliento, señalando hacia el sureste. “Hay algo ahí.”

“¿Qué es eso?” Mary tenía una mirada sombría en su rostro.

Kuzaku la estaba mirando de reojo.

“Eso parece uno grande también.” Tokimune se humedeció los labios.

“Bueno, sí,” dijo Haruhiro. Estoy seguro que lo es.

Haruhiro se frotó el vientre. Su estómago dolía un poco.

Esto va para todos los Tokkis, pero ¿por qué parece que se está divirtiendo mucho? ¿Por qué están tan descaradamente emocionados?

Lo sé. Ese es el tipo de personas que son. Lo sé, pero aún así, estoy harto de esto. Aunque estoy acostumbrado, ¿sabes? Quiero decir, tenemos a Ranta.

Sí. Era gracias a Ranta que había podido llevarse bien con los Tokkis hasta ahora. Eso era definitivamente parte del cómo lo había logrado. Si no hubiera estado acostumbrado a Ranta, incluso la comunicación con los Tokkis habría sido difícil.

El efecto Ranta seguro era un caso. Si las personas tuvieran un lado malo, también tenían que tener un lado bueno. No podía haber sombras sin luz.

Sin embargo, también podía darle la vuelta a la teoría y decir que, como estaba demasiado acostumbrado a Ranta, habían terminado trabajando con los Tokkis, y eso los metía en problemas reales.

Podía concluir que, al final, Ranta era una plaga para el grupo. Y, realmente, siempre había sido algo increíblemente cercano a una plaga sobre ellos.

Lo que vieron era algo blanco retorciéndose. Podía no ser tan grande como el dios gigante, pero era bastante grande. ¿Qué demonios era eso? No era humanoide. Podía decir eso con certeza.

¿Es un pulpo… o algo así? Aunque nunca he estado en el océano en Grimgar, sé qué tipo de criatura es un pulpo. Es… no realmente como un pulpo. Pero, de alguna manera, puedo decir que tiene un montón de cosas parecidas a tentáculos, y es como si las moviera para caminar. No, ¿tal vez es como una masa de tentáculos?

Desde esta distancia, era difícil de decir. Estaba mucho más cerca que el dios gigante. Dos kilómetros, tres tal vez. O tal vez solo uno.

“Es lindo…” Mimorin estaba mirando apasionadamente en esa dirección.

Haruhiro, Shihoru, Yume, Mary, Kuzaku, e incluso Ranta se sorprendieron, pero los Tokkis parecían completamente imperturbables.

Ese es el problema con Mimorin…

“Um…” Haruhiro levantó su mano vacilante.

Tokimune lo miró con un: “¿Hm?”

Ahora que habían visto esa cosa, no, esas cosas, con sus propios ojos, seguramente incluso los Tokkis estarían de acuerdo con Haruhiro. O más bien, tendrían la misma opinión que él.

“¿Por qué no regresamos?” Haruhiro dijo. “Esas cosas son malas noticias. No importa cómo lo miren.”

“¡Idiota!” Ranta se volvió hacia él. “¡¿Te haces llamar un hombre, diciendo cosas como esa?! ¡¿De verdad tienes un par de bolas?! ¡Te pregunto si tienes un par de bolas colgando entre tus piernas, marica!”

“¿Eso tiene algo que ver con esto?” Haruhiro preguntó. “Si soy un hombre o una mujer?”

“¡Por supuesto que tiene que ver con esto! ¡¿No es así, Tokimune-san?!”

“No lo sé.” Tokimune inclinó la cabeza hacia un lado. “¿Tal vez no?”

“¡Por supuesto que no!” Ranta cambió rápidamente de opinión. “¡Jajaja! ¡No hay forma de que importe, ¿verdad?! ¡Por eso lo dije, Panpirorin! ¡No importa si eres hombre o mujer, o si tienes bolas! ¡Realmente eres una mierda que no comprende nada, ¿verdad?!”

“¡Bolas bolas, bolas, cállate ya, sí!” Anna-san le gritó a Ranta desde lo alto de la cabeza de Tokimune. “¡¿Eres demasiado vulgar, sí?! ¡Aquí tenemos muchas damas puras!”

“¡Eres la última que quiero que me diga que soy vulgar! ¡Incluso yo no soy tan vulgar como tú!”

“¡¿Do you know?! ¡Ouch! ¡No, espera, ¿a qué te refieres?! ¡Pene pequeño, esmegma bastardo!”

“Um, de todos modos, avancemos…” dijo Haruhiro, limpiando la saliva de Anna-san de su rostro. “¿Podemos volver? Si nos vamos ahora, podemos regresar al Puesto Solitario de Avanzada hoy. Podemos decidir qué haremos a partir de mañana una vez que estemos ahí…”

“¿Eh?” Tokimune parpadeó. “¿Por qué?”

“Oye, Haruhiro.” Tada puso su mano en la frente de Haruhiro. “Parece que no tienes fiebre.”

“No tengo.” Haruhiro apartó la mano de Tada. “Si alguien aquí tiene fiebre, tengo que decir que son ustedes…” murmuró en voz baja, a pesar de no tener la intención de hacerlo.

“Heh…” Por alguna razón, Inui se echó a reír. “Je, je, je… ¡Ajajajajaja!”

Espera, está rugiendo de risa. ¿Qué pasa con este tipo? ¿Es incluso humano? ¿Tal vez no lo es? Me está asustando.

Realmente me está asustando.

“Escucha, Haruhiro,” dijo Tokimune, poniendo una mano en el hombro de Haruhiro mientras Anna-san todavía estaba montada sobre él. “Tengo una opinión sorprendentemente alta de ti. Si digo que es sorprendente, ¿puede ser grosero, tal vez?”

“Nah, está bien. Llámalo sorprendente o lo que sea.”

“Bueno, de todos modos, eres simple, y básicamente no tienes pasión o espíritu, pero eres tranquilo, y tienes buenas habilidades para tomar decisiones, por lo que es reconfortante tenerte como aliado. Eso es porque tienes algo de lo que carecemos.”

“Adularme no te va a ayudar en nada, ya sabes…”

“Estás bromeando, ¿verdad?” Tokimune preguntó.

“No, en serio.”

“Bueno, no odio eso de ti.”

“No lo odias, eh.”

Me alegra escuchar eso, ¿sabes? Tanto como cualquiera lo estaría.

Puede que no lo mires, pero Haruhiro estaba feliz a su manera. Probablemente. Sin embargo, eso no tenía nada que ver con el asunto en cuestión.

“Entonces, ¿qué pasa?” Preguntó.

“Califico mucho tus habilidades, y me agradas, pero a veces pienso: ‘¿Eh?’”

Ustedes no solo me hacen pensar: ¿Eh?, a veces, me hacen pensarlo todo el tiempo. Si les dijera eso directamente, probablemente sería solo un dolor de cabeza, entonces Haruhiro mantenía la boca cerrada.

Tokimune le lanzó una fugaz mirada de esos brillantes dientes blancos. “Nuestro objetivo ya está decidido, ¿verdad? Entonces, ¿qué quieres decir con que vamos a regresar? No estoy seguro de entender.”

“¿Nuestro objetivo?” Haruhiro repitió.

“Sí.”

“¿Qué es eso?”

“Un objetivo es algo que aspiras e intentas lograr como parte de tu trabajo, ¿verdad?”

“No, eso lo sé. Entiendo lo que significa la palabra ‘objetivo.’”

“Bueno, ¿qué quieres saber?” Tokimune preguntó.

“Lo que crees que este objetivo ya está decidido es…”

“¿No es obvio?” Tokimune hizo un gesto con la barbilla. “Vamos a matar esa cosa, ¿verdad?”

“…¿Queeeé?” Haruhiro se tambaleó.

¿Qué está diciendo este tipo? Bueno, parece algo que él diría. Pero, aún así, no hay manera de que eso suceda. Está loco, totalmente loco. ¿Qué tipo de proceso de pensamiento podría llevarlo a esa conclusión?

Shihoru, Mary y Kuzaku estaban temblando. Yume estaba simplemente mirando fijamente; ella no parecía tener ninguna idea de lo que estaba pasando. Ranta, siendo el idiota sin esperanza que era, en realidad parecía emocionado. Los Tokkis estaban completamente imperturbables. Kikkawa estaba haciendo un pequeño baile con Ranta.

¿Han confundido esto con algún tipo de festival? No tienen esperanza. Quiero decir, vamos… cuando dice “esa cosa,” se refiere a esa cosa, ¿verdad?

El dios gigante o la criatura extraña, ¿verdad?

No importa cómo lo pensara, o no lo pensara, era imposible, ¿verdad? Eso era evidente, ¿no? Este era el tipo de cosa que era parte del entendimiento colectivo que todos los humanos tenían, algo de lo que cada persona era consciente, ¿no? ¿Estaba bien? Sí, lo estaba.

Haruhiro tenía razón. No podía estar equivocado. Y ¿ahora qué?

Por fin, llegó el momento. Era aquí.

Había sospechado que llegaría eventualmente. No es que lo haya querido. Había esperado que no fuera así.

Los Tokkis eran un montón de bichos raros y eran un verdadero desastre, pero eran personas divertidas con las que estar. Si le preguntaras si era porque podía usarlos, para ser demasiado franco, sí, ese era uno de sus aspectos. Ninguno de los Tokkis eran particularmente mercenarios.

No eran del tipo calculador que andaban con gente o los ayudaban porque tenían algo que ganar. Eso no significaba que podía confiar en ellos implícitamente, pero los Tokkis probablemente nunca apuñalarían a Haruhiro por la espalda otra vez.

No eran el tipo de personas que se desviarían del código de honor que tenían. Aún así, podía llegar un día en el que se separaran.

Haruhiro había temido que viniera.

Estaba listo para aceptar que los Tokkis podrían arrastrarlos a situaciones que les causaran algo de dolor. Estos eran los Tokkis después de todo. Si no aceptaba al menos eso, la alianza no iba a funcionar.

Pero eso solo se aplicaba al dolor del que podían recuperarse. Había límites.

Si iban a luchar contra esas cosas, tenía que estar listo para algo más que dolor. Daños importantes, bajas, pérdidas. Tenía que estar preparado para la muerte.

Si se encontraran espontáneamente en una situación en la que luchar contra esos monstruos fuera la única opción, eso sería una cosa. Sin embargo, arrojarse deliberadamente a ese tipo de peligro era absolutamente imprudente.

Si lo discutían como grupo, otros podrían estar en desacuerdo. Es por eso que no lo haría. Esto iba a ser completamente elección de Haruhiro, y ya había decidido. Iban a separarse de los Tokkis.

No diría algo ingenuo como: Trabajemos juntos de nuevo si surge la oportunidad. Eso sería un razonamiento egoísta, es decir, No puedes contar con nosotros cuando es peligroso, pero si no es peligroso, estamos de acuerdo en unirnos. Algunas veces, trabajar con ellos y otras no era algo en lo que Haruhiro quería involucrarse.

Miró a Tokimune a los ojos. Lo siento, estaba por decir—

De repente, debajo de su ropa, esa cosa que mantenía en contacto constante con él comenzó a vibrar. “Ah…”

En estado de shock, Haruhiro olvidó por completo lo que había estado a punto de hacer. ¿Qué era, de todos modos? Cierto, antes de eso, tenía que lidiar con esto primero.

Esa cosa colgaba de su cuello en una cadena como un colgante. Cuando se metió la mano por el cuello y la sacó, el extremo inferior brillaba en verde. Era un objeto como una piedra negra y plana. Pero esta no era una piedra común y corriente.

“¿Qué es eso?” Tokimune levantó una ceja.

“Uh, um, esto es…”

Mientras Haruhiro estaba decidiendo si explicar o no, la cosa, el receptor, comenzó a vibrar y producir sonido. No solo sonido, una voz.

“Miembros de Day Breakers, ¿están escuchando? Este es Soma.”

“¡¿Haeeee?!” Anna-san dejó escapar un extraño grito de sorpresa desde los hombros de Tokimune, sus ojos salieron de su cráneo.

“¿Dijo ‘Soma’?” Tada ajustó la posición de sus gafas.

“Por Soma, se refiere a Soma, ¿no?” Kikkawa parecía listo para comenzar a bailar con alegría en cualquier momento.

“Somático…” Mimorin murmuró algo irrelevante.

“Heh…” Por alguna razón, Inui sacó su espada y la blandió como práctica.

Haruhiro miró a Ranta, Shihoru, Yume, Mary y Kuzaku.

No le habían dicho a los Tokkis que eran una triste mancha en la lista de miembros de los Day Breakers. Ranta había querido jactarse de eso, pero Haruhiro lo había hecho callar.

No lo sé. Honestamente, todavía es difícil de creer. Tenemos el receptor como prueba, por lo que no hay manera de que sea un sueño. Aún así, simplemente no podemos vernos como miembros de los Day Breakers de Soma. Simplemente no se siente real. Quiero decir, Soma nunca nos contactó. Tampoco sé mucho sobre los Day Breakers. Incluso si me pides que lo crea, ¿no es difícil?

“Planeamos regresar al Puesto Solitario de Avanzada mañana por la noche,” dijo la voz de Soma.

Aún así, cuando oyó la voz de Soma de esta manera, pudo creerlo. Tenía que.

“Repito. Planeamos regresar al Puesto Solitario de Avanzada mañana por la noche. Si pueden llegar ahí, por favor, vengan. Quiero verlos de vez en cuando. Lilia, ¿Quieres decir algo?”

“¡¿P-Por qué me preguntas?!” Gritó su voz.

“Solo pensé que lo harías. ¿No puedes?”

“¡No es que no pueda, solo…!”

“Ya veo. No puedes, eh.”

“¡Y-Yo puedo! Por favor, pasame el transmisor.”

“Seguro,” dijo Soma.

Esto fue seguido por el sonido de Lilia aclarando su voz. “N-No tengo nada en particular que decir, pero para muchos de ustedes, ha pasado mucho tiempo desde que nos conocimos. Espero con ansias… no, no estoy ansiosa por hacerlo, pero son libres de sentir lo que quieran. Hagan lo que quieran. Eso es todo.”

El receptor dejó de vibrar y la luz verde desapareció.

Haruhiro suspiró, buscando medir la reacción de Tokimune. Tokimune estaba sumido en sus pensamientos. ¿En qué demonios estaba pensando? Haruhiro no lo podía imaginar.

“Eh… S-Sobre esto…” Haruhiro buscó palabras. “Bueno, ¿qué puedo decir…?”

“Si lo vamos a hacer de todos modos, ¿por qué no invitar a Soma?” Tokimune preguntó.

“¿Eh?”

“Cazar al dios gigante.”

“…¿Otra vez con eso?”

“Soma probablemente estaría preparado si lo invitamos,” dijo Tokimune.

“¿Qué? ¿Eh? Espera, espera… Tú y Soma-san se conocen… ¿Eh…?”

“Nos alistamos al mismo tiempo, y, sí, podríamos decir que nos conocemos, supongo. Hemos ido a tomar una copa varias veces.”

“No, pero…” Haruhiro perdió las palabras.

¿Pero qué? ¿Qué es?

Como, ¿qué debería hacer?

¿Qué va a pasar aquí?