Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 3

Extra 2: La Elfa Y El Collar

“… ¿Qué es esto?”

La elfa de piel oscura, Nephteros, estaba mirando a su maestro como si estuviera mirando un pedazo de basura. Y en respuesta, el Archidemonio Bifrons soltó una carcajada como si encontrara su pregunta extraña.

“Es un regalo. La elfa de Zagan parecía estar bastante feliz usando un collar, así que ¿eso no significa que a los elfos les guste tener uno alrededor del cuello? ”

Su maestro le tendió un collar de hierro frío. Estaba decorada con hermosos adornos, pero aún era algo que llevaba un esclavo.

“Eso es simplemente una cuestión de gustos de Nephelia, no mía”.

“Vamos, Vamos, no seas así. Aquí, pruébatelo”.

El Archidemonio forzó el collar en la mano de Nephteros, luego giró y se fue. Incluso cuando ella llamó para detenerlo, Bifrons no se dio la vuelta.

¿Qué me estás diciendo que haga con esta cosa…?

Si ella usara un collar y alguien tirara de él, sería difícil respirar y lastimarle el cuello. Si se le uniera una cadena, ella tampoco podría resistirse. Y sobre todo, fue humillante. Justo cuando Nephteros estaba a punto de tirar el objeto repulsivo que su maestro le entregó, de repente se detuvo.

¿Por qué Nephelia usa este tipo de cosas, me pregunto…?

Era difícil de entender, pero era cierto que el alto elfo estaba feliz de tener ese collar alrededor de su cuello.

Felicidad… Nephteros entendió el significado de esa palabra, pero ella no recordaba haber experimentado realmente esa emoción.

Nephteros miró nerviosamente a su alrededor. Sólo Nephteros y su maestro vivían en este lugar, y ese maestro acababa de desaparecer en algún lugar.

Ella pensó que era imposible, pero tal vez los elfos realmente sintieron una sensación de alivio o euforia por tener uno alrededor de sus cuellos. Además, hubiera sido de mala educación tirar un regalo de su maestro, por lo que una vez no debería haber sido un problema.

Después de regresar a su habitación, Nephteros intentó ponerse el collar delante de un espejo. No podía decir si le convenía o si la estaba haciendo feliz. Sin embargo, un sentimiento bastante excitante se disparó a través de ella.

“…Que estúpido.”

“Oh, vaya, realmente te queda bien, ¿no?”

Nephteros saltó al escuchar la voz de su amo de repente gritarle. Entonces, ella rápidamente se deshizo del collar.

“Oh cielos, no hay necesidad de ser tan tímida”.

¡Todo esto es culpa de Nephelia!

Así fue como Nephteros tuvo que justificar la situación para proteger su propia mente y alma.