Isekai Tensei Soudouki

Volumen 3

Capitulo 2: Un Contrato Con El Diablo

Parte 2

También recordó la figura de su madre, que continuó susurrando tediosamente maldiciones hacia la primera reina María.

No podía ver el trono como algo atractivo en absoluto.

“¿Estas mal de la cabeza? Aa, debe ser la zorra de allí la que te hace extraño de esta manera, ¿no es así?”

Elena distorsionó las palabras de Franco en una dirección que era conveniente para ella.

Porque esa era la única forma disponible para ella para mantener su identidad.

Elena se movió para agarrar a Teresa en un ataque de ira, pero Franco pronunció las palabras que se convirtieron en un golpe final.

“Por favor, vete. Si no, buscaré una audiencia con el rey inmediatamente y renunciaré a mi derecho a heredar el trono.”

Un escalofrío recorrió la espalda de Elena.

Era como si estuviera viendo a su hijo siendo reemplazado por un monstruo que solo tenía la misma apariencia que él.

Elena no podía comprender cómo podía existir una criatura que no quisiera ser rey.

“Kuh… ¡no pienses que este es el final!”

Todo terminaría si Franco renunciara a su derecho de heredar aquí.

No importa cuán grande era su insatisfacción, Elena ya no tenía otra salida que retirarse aquí.

Elena miró a Teresa  con todo  su  resentimiento antes de salir de la habitación de Franco indignada con fuertes pasos.

“Dios mío, te he mostrado algo desagradable en este momento, Teresa.”

“Ya estoy preparada para pasar al menos esto. No hay cambio en el hecho de que esa persona será mi suegra, después de todo.”

(Tsk…   es   agradable   lo   despreocupado que puede ser un   cerebro muscular).

Baldr apenas pudo evitar chasquear la lengua.

Este príncipe era un lobo con piel de cordero que superó su imaginación.

Parece que hubo una razón por la que el virrey de Málaga, Rodríguez, alabó el calibre del segundo príncipe.

Había una clara jerarquía de poder entre el príncipe y la reina en la conversación en este momento. La causa de esa jerarquía vino de cómo Franco no estaba obsesionado con el trono mientras Elena estaba completamente obsesionada.

Lo más probable es que Franco pensara seriamente que estaba bien, incluso si no se convertía en rey mientras pudiera casarse con Teresa.

Ciertamente, Baldr no pudo evitar estremecerse cuando intentó imaginar los sentimientos de Franco si ascendía al trono como rey sin dejar de ser atormentado por su trastorno de identidad de género.

Pero Franco, que intentó convertirse en un rey sin ninguna resolución, utilizando su propia infelicidad como arma, también fue una existencia inestable, incluso desde la perspectiva de un extraño.

Un señor que estaba en condiciones de ordenar la muerte de sus subordinados tenía obligaciones y dignidad que cumplir.

Incluso si en este momento el país fuera pacífico sin ninguna guerra, Sanai que estaba dentro de Baldr no querría servir a un señor que no entendía cómo gobernar desde innumerables cadáveres.

『………… No actúes malcriado, muchacho.』

“── ¿Qué pasa?”

Franco, que no podía entender las palabras que Baldr susurró, volvió a preguntar con una mirada perpleja.

Baldr realmente quería desear la felicidad de la vida amorosa de Teresa, pero tampoco tenía la responsabilidad de preocuparse unilateralmente sobre este asunto. Sería imposible para Baldr reconocer a Franco como un compañero de armas si no le pidiera que arriesgara su vida también.

“Ciertamente es su majestad el deseo de Elena de que ascienda al trono, y nosotros también deseamos lo mismo de usted. Quizás es solo una cuestión natural para usted que lo estemos apoyando por el bien de nuestros propios intereses──”

Sin embargo, si Franco estaba pensando que podía abandonar su derecho a heredar cuando llegaba el momento, entonces ese pensamiento era demasiado ingenuo.

Quizás el trono no tenía tanto valor para Franco, pero para la mayoría de las personas, no dudarían en sacrificar nada en su deseo de obtenerlo.

“Sin embargo, le pido a su alteza que lo considere una vez más en este momento. Si su alteza realmente abandona su derecho de herencia, ¿podrá realmente vivir en paz después de eso? Después de que su alteza Pedro ascienda al trono, ¿dejará en paz a su alteza Franco el ejército que lo apoya? Si un niño nace entre su alteza y Teresa, ese niño tendrá derecho a heredar el trono. ¿Hay alguna garantía de que los militares que quieren evitar que los nobles regresen no planearán su asesinato?”

Las palabras de Baldr hicieron palidecer el rostro de Franco. Parecía que no había pensado hasta ese momento.

“No es que tenga ninguna intención de interponerme en el camino de Pedro”

“Ciertamente, su alteza y el Príncipe Pedro tienen una buena relación. Sin embargo, es exactamente porque ustedes dos tienen una relación tan buena que su alteza los subordinados de Pedro podrían mirar a su alteza Franco con celos. Aunque será diferente si su alteza también tiene una buena relación con los subordinados del Príncipe Pedro”.

Franco, que no era tonto de ninguna manera, finalmente se dio cuenta de lo peligroso que era el puesto en el que se encontraba. O tal vez se había dado cuenta, y solo fingió no hacerlo hasta ahora.

Quizás su sueño de comenzar una nueva vida con Teresa lo hizo desear apartar la vista de la realidad de que tenía que manejar la lucha política donde la sangre se lavaba con sangre.

“Además, ¿los nobles que apoyan a su alteza solo se pararán y mirarán en silencio? ¿Qué pasa si intentan asesinar a Teresa para que su alteza abra los ojos? Disculpe mi grosería, pero en tal caso el mayor sospechoso será su majestad Elena.”

“…… Aah, entiendo. Entiendo ahora. Independientemente de si asciendo al trono o no, sin ganar esta lucha política, ni siquiera podré desear una vida normal donde pueda amar a mi esposa y apreciar a mis hijos. Eso es lo que quieres decir, ¿verdad?”

“Estoy asombrado del discernimiento de su alteza”.

Después de todo lo dicho y hecho, vivir era luchar sin importar la forma que tomara.

Y eso fue aún más cierto para aquellos que nacieron como realeza.

Quizás no habría necesidad de pelear si simplemente se convirtiera en un títere, pero eso era sinónimo de que otras personas lo mataran.

Si Franco deseaba seriamente seguir casado de por vida con la mujer que amaba, necesitaba al menos tener la columna vertebral para tomar el trono  sin importar qué, incluso si tenía que matar a su propio padre. Los cielos a veces amaban tal sentimiento escandaloso.

Sanai recordó vívidamente las palabras que su colega, una excéntrica llamada Maeda Keijirou, que fue reconocida como la persona amable del período de los Estados Combatientes, dijo vívidamente.

『──La extravagancia puede mover los cielos 』

Si alguien quisiera persistir con su obstinación hasta el final, si alguien tuviera un ser querido que quisiera proteger sin importar nada, habría ocasiones en las que tendrían que arriesgar todo su ser y aplastar el muro del sentido común.

Aunque eso podría ser solo el orgullo inquebrantable de un guerrero excéntrico que vivió en la era de los Estados Combatientes.

“Si quieres a Teresa, si quieres demostrar tu valía ante tu madre que ni siquiera se verá a sí misma, entonces tu única opción es luchar y ganar.

¿Tienes la resolución para eso, Franco?” El tono de Baldr cambió.

Franco, quien finalmente fue llamado por su nombre, tragó saliva ante el cambio de expresión de Baldr.

Te prestaré mi fuerza si tienes la resolución. Te abandonaré si no lo tienes── Franco comprendió que Baldr le estaba diciendo eso implícitamente.

Sería imposible para Baldr tomar esa decisión si fuera un embajador normal.

Sin embargo, era la naturaleza de un guerrero poder arriesgar su vida por esa elección imposible, también era la esencia de un guerrero.

Franco sintió eso no con lógica sino con su instinto.

“Deseo tanto para el futuro de este reino como para Teresa. No me importa cuánto tengo que ensuciarme las manos por ellos.”

Baldr sonrió ante la declaración de Franco.

Era una sonrisa de aspecto diabólico, como Mefistófeles que estaba mirando al doctor Faust firmar el contrato.

“Muy bien. Entonces, primero, hagamos que investigue a la Reina Elena. Seguramente bajará la guardia contra su propio hijo, después de todo. Sin duda, esa persona está planeando algo que no es bueno, aunque será otra cuestión si tendrá éxito o no. Aprovecharemos la prueba de su esquema.”

“Creo que la influencia política de Haha-ue (padre) no es tanto como ella cree, aunque……”

“Es una creencia convencional que la mala conducta de una hija es responsabilidad de los padres. Nuestro verdadero objetivo es el duque Córdoba. Dependiendo de la situación, incluso la casa del duque Córdoba también podría verse implicada con la reina Elena y ser castigada juntos── entonces, puede decirle que le preste su fuerza para administrar a los nobles si no quiere que eso suceda ”.

En caso de que Elena planeara asesinar a Pedro y usara las conexiones del duque para organizarlo, entonces, naturalmente, su padre, el duque Córdoba, tampoco estaría exento de ser sentenciado.

Fue realmente un escándalo entre escandaloso. Baldr le estaba diciendo a Franco que lo usara como escudo para amenazar a su abuelo.

“Estoy sorprendido… aunque pensé desde el principio que no hay forma de que la amiga de Teresa pueda ser normal”.

“También hay un idiota (Keijirou) que pensó en perder una batalla como algo divertido, pero… para un guerrero que está sirviendo a un señor, no tiene sentido en una guerra que pierdas. Si eres un guerrero, disfruta de la batalla donde luchas para ganar── bueno, supongo que no lo entenderás incluso si digo eso.”

Baldr se rio a carcajadas. Franco pensó desde el fondo de su corazón que no quería convertirlo en un enemigo.

Baldr era una existencia diferente a la suya en una parte fundamental en algún lugar como humano. No importa cuán duro pensara Franco, no podía imaginarse ganando contra Baldr como oponente en la batalla.

***

El ministro militar Santacruz no pudo dormir por la noche después de escuchar el informe de que el asesinato del príncipe Franco que ordenó que llevara a cabo Bartholomeo terminó en un fracaso.

En solo unos días, sus mejillas se habían vuelto huecas y su piel estaba perdiendo su tez. Parecía una persona enferma.

El intento de asesinato de un miembro de la realeza lo estaba pesando mentalmente por eso.

Su inquietud también fue clara por su acción de enviar un regimiento de marines a la capital en caso de emergencia.

En la superficie, el despacho de soldados era para mantener el orden público en la capital después del intento de asesinato del príncipe, pero también tenía la intención de provocar un golpe militar y poner a Pedro en el trono en caso de que fuera procesado como el culpable.

Sin embargo, Santacruz también era consciente de que sería una apuesta realmente mala si él daba un golpe de estado mientras el Rey Carlos todavía tenía buena salud.

No importaba, incluso si era el líder militar de mayor rango, el derecho de nombrar y destituir al ministro militar estaba en posesión del rey. La mayoría de los soldados militares también juraron lealtad al rey en lugar de a él.

No había ninguna evidencia que conectara a Bartholomeo y Santacruz que pudiera probar que él fue quien dio la orden de asesinato.

Santacruz creía que había sido muy cuidadoso de no dejar tal prueba.

Sin embargo, todo terminaría si se llevara a cabo una investigación a gran escala y se capturara a Bartholomeo.

Santacruz no podría ordenar abiertamente a sus hombres que cortaran esquinas en su investigación. Santacruz no tenía a nadie con quien compartir sus preocupaciones en este momento.

“No puedo cortar los lazos con él, eh……”

¿No sería mejor si enterrara a Bartholomeo y sus hombres en la oscuridad? Santacruz lo consideró, pero ese plan no podría describirse como realista.

Primero, las fuerzas que Santacruz podría movilizar aparte de Bartholomeo eran solo los soldados regulares. Les era imposible hacer algo encubierto.

Y lo más importante, su intento solo sería frustrado si intentara hacer algo con números insuficientes.

Los asesinos bajo el mando de Bartholomeo eran excelentes combatientes.

Para ser sincero, quería matar a ese hombre rápidamente.

Si podía matar a ese tipo antes de decir algo innecesario, no debería quedar nada que pudiera conectarlo con Bartholomeo.

Sin embargo, no tenía forma de hacerlo.

Por lo tanto, Santacruz no tenía otra opción para ayudarse a sí mismo que continuar usando a ese hombre a pesar de conocer el peligro, y tratar espléndidamente de llevar a Pedro a convertirse en rey.

“Sin embargo, ¿puede ese tipo realmente matar a su alteza Franco……?”

La organización de seguridad del Reino de Sanjuan tampoco fue tan tonta como para fallar en su tarea por segunda vez.

Tendría que preparar una fuerza que no podría fallar incluso en el peor de los casos para el próximo intento.

Aunque sería Bartholomeo quien ejecutó el intento y no Santacruz. Ese hecho fue insoportablemente irritante para Santacruz.

***

“Buen dolor, nuestra armada va a estar bien así……”

El ministro de la marina, José Liberiano (ホ セ ・ リ ベ リ ア ー ノ) bebió un vino frío sin ocultar su melancolía en sus quejas.

Estaba en la mitad de sus cuarentas, pero aun así su cara parecía joven, como si todavía tuviera treinta y pocos años. Su piel era relativamente blanca para un hombre de mar. Su apariencia podría describirse como afeminada.

Daba la impresión de que era más un erudito que un oficial militar, pero cuando dirigía una armada, no había nadie que pudiera vencerlo dentro de la armada.

José era temido como el Demonio de Lepanto entre los piratas que usaban el Mar de Mármara como su dominio. Como era un hombre capaz a pesar de su actitud perezosa, no pudo evitar sentir aprensión por la crisis política actual.

Un hombre perspicaz como él era naturalmente consciente de los motivos de Santacruz hasta cierto punto.

No tenía problemas con la estrategia de Santacruz para mantener la influencia de los militares en la administración política al apoyar a Pedro para que se convirtiera en rey. Pero hacer algo tan drástico como asesinar a Franco y luego lanzar un golpe militar, el efecto en los militares cuando esos fracasan sería fatal.

Cuando José pensó en esos riesgos, le hizo dudar de la capacidad de Santacruz como líder de los militares con sus métodos extremos.

La razón por la que José no expresó abiertamente sus verdaderos sentimientos no fue solo porque era más un oficial militar que un político. También fue porque originalmente era un plebeyo, por lo que fue excluido de la facción principal dentro del ejército.

Pero incluso entonces fue capaz de estar en la cima de la marina porque era un excelente comandante y administrador militar. Además, también actuaba como un enlace temporal que equilibraba las luchas internas entre facciones dentro de las fuerzas armadas.

Debido a tal coincidencia, José ahora se encontraba dentro de su situación actual. No podía soportar su situación actual.

Luego escuchó un sonido reservado de golpeteo y apareció un joven que sirvió como el subordinado de José. Quizás era solo su imaginación, pero su subordinado parecía que estaba pálido.

“Su excelencia, hay una solicitud para una reunión. ¿Cómo debería responderles?”

“¿Una solicitud para una reunión conmigo en lugar del ministro militar?, ¿Quién en el mundo es esta persona curiosa pidiendo una reunión?”

“Esta persona lleva una carta de presentación del segundo príncipe con él…………”

“¿Qué dijiste?”

José pensó inmediatamente si debía negarse con vacilación.

El culpable no estaba claro, pero lo más probable era que se tratara del escuadrón irregular que trabajaba directamente bajo el ministro militar que atacó a Franco. No había razón para que Santacruz se viera tan asustada en este momento si ese no fuera el caso.

Si no tuvo suerte, era posible que esta persona viniera a interrogar a los militares sobre eso.

Aun así, también sería un problema si se negara a encontrarse aquí.

Si ahuyentaba al mensajero del segundo príncipe sin siquiera escuchar su razón para venir aquí, sería como confirmar sus sospechas sobre los militares.

(Pero, por qué vienen a mí de todas las personas……)

José se detuvo de refunfuñar y respondió a su subordinado.

“──No se puede evitar. Aceptaré su solicitud. Sin embargo, permita que solo una persona ingrese a la reunión. No permitiré que ningún guardia o ayudante acompañe al mensajero”.

“Entendido.”

(¿Qué pasa si solo los traigo directamente al ministro militar… aunque si hago algo así, no sé qué hará el ministro en su actual estado de temor?)

Lo más probable es que este visitante también tuviera los mismos pensamientos. José frunció el ceño en secreto ante la pequeña pajita que extrajo completamente de la nada.

“Mis disculpas por haber pedido conocer su excelencia tan repentinamente así, Ministro de Marina José. Mi nombre es Baron Baldr Severn Cornelius. Es un honor conocerlo.”

Un personaje problemático muy inesperado había llegado a él. José quería maldecir a su mala suerte y a Dios.

De todas las personas, fue la persona que derrotó al asesino en el fallido intento de asesinato quien vino aquí.

“Eres el señor barón que vino del Reino de Mauricia como embajador. ¿Por qué tienes la carta de presentación del segundo príncipe contigo, señor barón?”

“Creo que su excelencia debe haber escuchado, la mujer con la que su alteza desea casarse es un caballero de Mauricia y también mi amiga de la infancia al mismo tiempo. Y así, su alteza buscó ayuda para mí, que había sido un poco útil para él en el incidente el otro día.”

“Creo que sería menos problemático si solo no hicieras nada innecesario y dejaras que mataran al Príncipe Franco”.

Eran los verdaderos sentimientos de José, pero no cambió su expresión frente a Baldr y solo sonrió amablemente.

Como se esperaba, no podría servir como ministro de la marina sin poder usar una cara de póker de este nivel.

“En cuanto a mi razón para visitar aquí hoy, no es más que disipar el malentendido de los militares hacia su alteza Franco”.

“Malentendido… ¿verdad?”

José no podía comprender cuál era la intención de Baldr y se sintió perplejo.

“En efecto. Parece que hay un rumor entre el público de que su alteza Franco representa el interés de los nobles de la corte real, incluido el duque Córdoba, y que reducirá el presupuesto para el ejército cuando su alteza ascienda al trono. Sin embargo, este es un gran malentendido.”

“Esta es la primera vez que escucho de eso. Si su señor barón dice la verdad, entonces es realmente un asunto impactante, pero… ¿por qué me está diciendo eso?”

Sus palabras justo ahora estaban medio mintiendo. José también había escuchado cómo Franco se enamoró de una noble hija de Mauricia y que casi perdió el apoyo de los nobles.

Por lo tanto, también era posible que Franco estuviera tratando de enfurecer a los militares. Pero no entendía la razón por la que se le trajo ese tipo de conversación.

Entonces Baldr preguntó como si estuviera leyendo el corazón de José.

“── ¿Su excelencia quizás está pensando que su alteza está tratando de cambiar de bando porque los nobles están retirando su apoyo?”

“Cómo puede ser eso, tal pensamiento insolente no existe en lo más mínimo en mi mente. Sin embargo, creo que es un hecho que actualmente su alteza Franco está perdiendo el apoyo de los nobles”.

“Puede parecer así, pero ese no es el caso. Los grandes nobles a partir del duque Córdoba siguen apoyando a su alteza Franco como antes. Mientras los grandes nobles no hayan cambiado su postura, los nobles debajo de ellos también lo seguirán.”

Aquí José espontáneamente hizo una expresión dudosa, aunque no tenía intención de hacerlo. Sintió una inquietud por no poder entender las intenciones de Baldr.

Si Franco tuviera el apoyo de los nobles, acercarse a los militares de esta manera solo traería el efecto contrario.

Ciertamente, Franco definitivamente obtendría el puesto de príncipe heredero si lograba que tanto los nobles como los militares lo apoyaran, pero lo más probable es que incluso para el rey fuera imposible comprometerse hasta el punto de que los intereses de ambas partes lo harían.

“Ahora encuentro esto aún más difícil de entender. No es necesario que usted, señor barón, visite a personas como yo si ese es el caso”.

Incluso José, que estaba tratando la política como si fuera un problema de otra persona, todavía tenía apego al ejército. Él representaría los intereses de los militares sin importar qué. Si Franco pensó que José traicionaría al ministro militar y cambiaría de bando a su facción, entonces solo podría llamarlo un error de cálculo absurdo.

“Entonces, ¿piensa su excelencia que su excelencia el ministro militar realmente escuchará lo que tengo que decir?”

“………… Por supuesto, su excelencia se alegrará al escuchar lo que el señor barón me acaba de decir.”

Él estaba mintiendo. José pensó que sería imposible para Santacruz creer esta charla.

Sin embargo, eso fue solo porque había un hecho de que Santacruz conspiraba para asesinar a Franco. En la superficie, Santacruz debería tener la compostura para al menos escuchar la propuesta de Franco.

Si José estuvo de acuerdo con las palabras de Baldr aquí, sería lo mismo que confesar que los militares estaban detrás del atentado contra la vida de Franco.

“Desafortunadamente, lejos de poder tener una reunión con el ministro militar, ni siquiera pude hacer que su excelencia aceptara una carta mía”.

(Ministro militar, ¡qué estás haciendo!) José maldijo dentro de su corazón.

Por lo menos, esa no era la acción que alguien debería poner bajo sospecha. El ministro militar debería actuar descaradamente en su lugar, comportándose como si no hubiera nada que se pudiera encontrar incluso si fue investigado y apelar a su inocencia.

“…… Realmente apreciamos el sentido equilibrado de su excelencia. Aunque su excelencia es un plebeyo, muy pocas personas se oponen a su toma de posesión como ministro de la marina. La sensación de seguridad que brinda su excelencia es la prueba de su capacidad para enfrentar cualquier problema de manera práctica y realista. Incluso alguien que priorizó los intereses de su propia facción por encima de todo lo demás no odiará a alguien que pueda hacer las evaluaciones adecuadas”.