Jaku-chara Tomozaki-kun

Volumen 4

Capitulo 6: Un final feliz no significa que este juego haya terminado

Parte 1

Presentí que algo no iba bien el lunes después de que Izumi y Nakamura empezaron a salir.

Un fuerte estruendo vino del frente del salón de clases.

—¡Oh, lo siento!

Un estuche de lápices había caído al suelo, y su contenido se había esparcido por todas partes. Los estudiantes sentados cerca detuvieron los borradores rodando con sus pies. Alguien debe haber chocado descuidadamente con el estuche, tirándolo del escritorio y al suelo, y se disculpó rápidamente.

No había nada tan inusual en eso. Ocurría relativamente a menudo. Lo que me inquietaba era la identidad del estudiante que se disculpaba, y la persona con la que se disculpaba.

La que se disculpó fue Erika Konno.

Al que se le pidió disculpas fue a Hirabayashi-san.

Erika Konno había tirado el estuche de Hirabayashi-san al suelo y ofreció un rápido “¡lo siento!”. Luego se dirigió a su lugar habitual junto a la ventana y comenzó a charlar con su grupo en lugar de ayudar a recoger los lápices. Eso no fue muy sorprendente de ella.

Honestamente, fue un poco incómodo. Pero se había disculpado, y no era algo tan grande como para merecer una crítica.

Después de todo, los estudiantes sentados cerca de Hirabayashi-san ayudaron a recoger los lápices y borradores, así que todo se limpió rápidamente. Apuesto a que la mayoría de la gente pensó, Oh, Erika Konno está actuando como si dirigiera el mundo otra vez, y se detuvo en eso. Sólo otro día en nuestra clase.

Pero esa impresión cambió rápidamente. Porque no se detuvo.

Por supuesto, no quise decir que Erika Konno siguiera tirando al suelo el estuche de lápices de Hirabayashi. Fue una serie de pequeñas cosas.

Por ejemplo, cuando un miembro del grupo de Konno y Hirabayashi-san estaban ambos a cargo de las tareas de la clase, Konno hizo que Hirabayashi-san hiciera todo el trabajo, tal y como la había obligado a convertirse en capitán.

En otra ocasión, durante el descanso, un avión de papel que Konno había hecho con los papeles de una de sus compañeras golpeó a Hirabayashi-san en la cabeza.

Y cada vez que se acercaba al escritorio de Hirabayashi-san, le daba una patada en la pierna.

Si miran los incidentes individualmente, pueden asumir que Erika Konno estaba de mal humor ese día. Pero esta serie de pequeños incidentes se acumulaban en Hirabayashi-san.

Después de una semana de esto, yo y la mayoría de los otros estudiantes nos dimos cuenta de que lo hacía a propósito. Y lo hacía para ser mala. Las acciones de Erika Konno estaban convirtiendo el aula en un lugar incómodo, y todos, probablemente incluyendo a los de su grupo, querían que terminara lo más rápido posible.

Pero si realmente quieres, puedes descartar cada pequeña cosa que ella hizo como una coincidencia. Eso es lo que hizo que fuera tan difícil decirle que se detuviera. Empezábamos a asumir que sus acciones eran inevitables y que estaban sofocando a la clase.

***

—Hey, Tomozaki.

Izumi comenzó una conversación un día después de la escuela.

—Uh, ¿qué pasa?

Me volteé hacia ella. Ella me miraba intensamente.

—… ¿Izumi?; Pregunté. Parecía tener dificultades para decir lo que quería decir.

—Se trata de Erika…

—Oh…

Ella probablemente se refería a la situación con Konno y Hirabayashi-san.

—Está haciendo todo eso a propósito, ¿no?

—Sí, creo que sí…

Konno pretendía que todos estos accidentes no tenían un significado más profundo, pero en realidad era acoso. Cualquiera que lo viera podía decir lo que quería hacer.

Izumi bajó los ojos y se mordió el labio antes de volver a mirarme.

—Creo que…

—… ¿Qué?

Ella se rascó el dedo índice con la uña.

—No debería decir esto, pero…

—¿Si?

Me miró con determinación. —Creo que es por mi culpa; Se ha vuelto a morder el labio.

—… Uh…

No podía contradecirla. Hirabayashi-san había sido una especie de objetivo para Erika Konno en el pasado, también. ¿Pero por qué había aumentado últimamente? Sólo se me ocurrió una respuesta. En otras palabras…

—… ¿crees que es porque estás saliendo con Nakamura? Izumi asintió.

—Quiero decir, mira. Erika estaba disgustada porque estamos juntos, pero no podía desquitarse conmigo o con Shuji porque eso sería demasiado obvio. Tiene mucho sentido.

—Podría ser.

No había forma de probarlo. Pero cuando tuvimos la reunión de estrategia para el viaje de la barbacoa en mi casa, alguien mencionó que Erika Konno estaba molesta porque Izumi y Nakamura se llevaban muy bien. Sería una razón para que ella acosara a Hirabayashi-san. Y si teníamos razón, bueno, si que era egoísta. Eso me molestó un poco.

—Pero si ese es el caso, probablemente no debería decirle nada a Erika, ¿verdad?  Tan pronto como lo dijo, me di cuenta de que tenía razón. Asentí con la cabeza. —Sí… Ella miró hacia abajo, abatida.

—… Podría ser arriesgado; Añadí.

Si pinchó accidentalmente la herida de Konno, la situación podría empeorar. No lo dije en voz alta, pero Izumi lo sabía. Mi suposición era que ella había estado considerando seriamente lo que podía hacer para ayudar a Hirabayashi-san.

Pero se había dado cuenta de que era la única persona que no debía tomar el camino más sencillo, que sería decirle algo directamente a Konno.

No estábamos seguros de que Izumi fuera la razón del acoso de Erika Konno. Pero mientras no pudiéramos descartar completamente la posibilidad, sería tan bueno como imposible para ella hacer algo.

—Sí… Bueno, gracias.

—No hay problema; Dije sombríamente.

—…También, ¿recuerdas cuando hablamos de por qué molesta a Hirabayashi-san en particular?; Izumi continuó en silencio.

—Sí.

—He estado observando la situación esta última semana, y creo que sé la respuesta.

Su cara se nubló. Tenía una idea de lo que iba a decir. En realidad, creo que toda la clase estaba empezando a adivinar cuál era el problema. Así que lo puse en palabras.

—Es porque Hirabayashi-san nunca respondería, ¿no es así?

Ella asintió.

—Sí… creo que es un blanco fácil.

—… Eso es lo que pensé.

Hirabayashi-san no se defendía. Erika Konno lo sabía, y por eso la eligió para molestarla. Era increíblemente obvio lo que estaba haciendo, pero había límites a lo abierta que podía ser ella al respecto. Eso hizo aún más obvio que Erika Konno era culpable. También fue un recordatorio de lo aleatorio e injusto que podía ser este juego de la vida.

Izumi miró el reloj y se echó el bolso al hombro.

—Um… tengo que irme.

—Bien… nos vemos.

—¡Nos vemos!; Dijo, claramente haciendo un esfuerzo para parecer alegre, y se dirigió a la práctica de su equipo.

***

Después de que Izumi se fue, me dirigí al Cuarto de Costura #2 para mi reunión extraescolar con Hinami. Saqué a relucir lo que habíamos hablado en clase, y Hinami estuvo de acuerdo.

—Yo también lo creo. Empezó justo después de que esos dos empezaran a salir, ¿no?

—Debe ser eso. Hinami asintió.

—Está molesta con los dos, pero atacar a Yuzu la haría quedar muy mal. La conclusión más lógica es que se está desquitando con Hirabayashi-san… Ella haría eso; Dijo Hinami, sin ocultar su propia irritación.

—Eh…

—Bueno, no tenemos pruebas… pero puedo decir una cosa. Yuzu no debería decirle nada a Konno sobre esto.

Me sorprendió oírla decir exactamente lo mismo de lo que habíamos estado hablando, como si pudiera leer nuestras mentes.

—… Así que tú también lo crees, ¿eh?

—Uh-huh. Yuzu probablemente quiere hacer algo ahora mismo, ¿no?; Dijo ella con preocupación.

—Sí… ¿Cómo lo has adivinado?

—Sólo le he estado prestando atención; Dijo Hinami de frente. —Pero sería peligroso para ella hacer cualquier cosa.

—Sí… estoy de acuerdo.

Ugh, esto era un dolor de cabeza. Hinami pensó en silencio durante un minuto, y luego continuó.

—Honestamente… mientras Konno no haga nada dramático, no hay mucho que el resto de nosotros pueda hacer.

—¿Porque dirá que todo es una coincidencia? Hinami asintió.

—En este momento, es demasiado menor. Lo más grande que ha hecho hasta ahora es probablemente tirar su estuche de lápices de su escritorio, ¿verdad? Si estuviera constantemente haciendo cosas a ese nivel, sería una cosa, pero señalar todos estos pequeños incidentes y hacer un gran alboroto sobre este acoso no llevaría a ninguna solución real. Podría hacerse la inocente y entonces estaríamos atrapados. Con ese enfoque, ella podría detenerse temporalmente, pero la posición de Hirabayashi-san en la clase empeoraría a largo plazo.

—Probablemente tengas razón.

Asentí con la cabeza. De todas formas, ella parecía tener razón. No podíamos pensar sólo en una solución a corto plazo para el acoso, teníamos que pensar en cómo afectaría esto a Hirabayashi-san en el futuro.

—… pero, ¿qué hacemos?; Pregunté.

—Ahora mismo no hay mucho que podamos hacer. A menos que empiece algo a mayor escala, nuestra mejor opción es probablemente vigilar la situación para que no empeore.

—… Hmm; Dije débilmente. Volví a pensar en la idea que se me había pasado por la cabeza durante mi conversación con Izumi. Esto era completamente injusto. Lo que significaba…

—¿Es la vida realmente un gran juego?; No pude evitar preguntarle a Hinami.

—… ¿Qué quieres decir?

Ella me miró de forma penetrante y pensé que vislumbraba un poco de tristeza en sus ojos. Pero tal vez sólo estaba triste porque yo estaba haciendo esa pregunta.

—Quiero decir, esto es básicamente sólo un mal momento. Esto salió de la nada—es raro, ¿no? ¿Qué tiene de bueno ese tipo de juego?

Era difícil hablar de un juego que me había llegado a gustar en estos términos, pero pensé que era mejor decirle a Hinami lo que tenía en mente. Ahora me estaba divirtiendo y me gustaban todas las nuevas escenas que estaba viendo.

Pero si alguien podía ser golpeado con algo así sin una buena razón, ¿no era eso una prueba de que el juego todavía tenía bugs?

Hinami agitó la cabeza lentamente.

—No salió de la nada.

—… ¿De qué estás hablando?

Esperé a la defensiva a que me lo explicara. Ella marcó los puntos con sus dedos mientras hablaba, como un profesor hablando con un estudiante.

—A Erika Konno le gustaba Nakamura, y también a Yuzu. Nakamura se peleó con su madre. Y Yuzu fue quien lo salvó de esa pelea.

Ella resumió sin problemas los acontecimientos recientes.

—Debido a que Yuzu lo salvó, Nakamura pudo participar en el torneo deportivo. Y gracias a tu tarea, Erika Konno y sus seguidoras también participaron. Gracias a esos dos factores, tanto los chicos como las chicas ganaron el torneo. Y gracias a la victoria, Yuzu y Nakamura empezaron a salir… Además, Hirabayashi-san es sólo una persona tímida.

Hinami se detuvo un momento, evidentemente habiendo terminado su lista.

—Individualmente, ninguno de esos factores parece importante. Pero cuando los alineas todos, caen como fichas de dominó hasta llegar a la última y más grande ficha de dominó: el acoso de Erika Konno. Esto no es solo un mal momento. Cada parte de la historia lleva a la siguiente y en conjunto hacen una explicación sobresaliente. No hay nada especialmente aleatorio en ello. En cierto sentido, es inevitable.

Su argumento no fue poco convincente. Ahora que lo mencionó, el acoso fue menos un capricho momentáneo de Erika Konno y más el resultado de varias cosas que apuntaban en la misma dirección. En ese sentido, no podría decir que fue al azar. Tal vez era demasiado pronto para echar a perder este juego por ser injusto.

Pero algo en el fraseo de Hinami me molestaba.

—Inevitable, ¿en serio?… ¿No te sientes mal por Hirabayashi-san? ¿Estás diciendo que deberíamos dejarla?

Hinami asintió sin pestañear. —Sí, eso es lo que estoy diciendo.

—Hinami…

Su expresión no cambió.

—Además… por ahora, no creo que haya necesidad de rescatarla.

—¿Eh?; Dije antes que pudiera detenerme. ¿Por qué diría algo así?

—Quiero decir, este nivel de acoso no es como una intimidación. La víctima puede resolverlo por sí misma, ¿verdad? Hirabayashi-san no tiene la voluntad de hacerlo. Así que hay una razón para eso, también.

Ella dio su explicación como si fuera la cosa más obvia del mundo.

—Bien, Hinami—; Naturalmente, me estaba enojando. —Ahora estás yendo demasiado lejos.

Hinami me miró fijamente, sin expresión, y luego contestó en voz baja, —Lo siento si te he ofendido. Pero hasta donde puedo ver, Hirabayashi-san no tiene interés en arreglar la situación por sí misma. Si ella tomara alguna iniciativa, ella podría resolverlo completamente. La propia Hirabayashi-san es uno de los factores que motivan a Konno.

—Ella no es—es…

Incapaz de continuar, me senté en silencio por un momento. Izumi y yo habíamos hablado de lo mismo. Como dijo Hinami, ella estaba siendo atacada porque no se defendía. Pero eso no significaba que Hirabayashi-san estuviera haciendo algo que no debía.

—…Pero Konno está usando eso para convertirla en un objetivo. Eso está mal. Hinami agitó la cabeza.

—Estoy de acuerdo en que lo que Erika Konno está haciendo es bastante bajo. Ella está equivocada, sin duda. ¿Pero no dijiste tú mismo que los jugadores agarran el mando y forjan un camino hacia adelante? Lo mismo pasa en la vida, ¿verdad?

—Sí, pero…

—Escucha. Estoy de acuerdo contigo. No todo el mundo tiene que ser un gamer, seguro, pero creo que nuestro camino es el correcto. Es como quiero vivir, al menos. Y creo que es como tú lo haces, también.

—… Supongo; Respondí evasivamente, pero asentí con la cabeza. Nos sentíamos de forma diferente sobre si tomar la perspectiva de un gamer o de un personaje, pero compartíamos la creencia de que uno debería sostener el mando en esta lucha. Cuando un muro de reglas se interponía en nuestro camino, usábamos el pensamiento crítico y la experimentación para obtener resultados a través de nuestros propios esfuerzos. Nunca dejamos de lado el mando. Esa era la postura esencial de un gamer.

—En este momento, Hirabayashi-san no está tomando el mando. ¿Verdad?

—Tal vez no… pero aun así…

No, probablemente no estaba tratando de ser un gamer. Ella no estaba tomando ninguna acción o intentando ningún ensayo y error para cambiar su realidad. Parecía aceptar su acoso diario como algo inevitable.

Pero ella sigue siendo la víctima aquí; dije. Hinami asintió.

—Por supuesto. Por eso estamos discutiendo si debemos o no ayudarla. Si veo a un gamer que lo da todo por avanzar pero que no resuelve un problema, quiero intervenir y ayudar. Pero si no está tratando de ayudarse a sí misma, entonces no hay necesidad de que alguien la ayude. Por supuesto, si la situación se deteriora, planeo intervenir. Todo lo que digo es que ahora mismo, no estamos en el punto en el que definitivamente yo voy a involucrarme.

Sus palabras me parecieron más frías que de costumbre, pero tal vez sólo sonaron tan frías porque pensé que la situación merecía muy tensa. Sí, esto era más grave que de costumbre, pero el núcleo de su mensaje no había cambiado en lo más mínimo.

—Entiendo lo que intentas decir; Como siempre, no había nada seriamente malo en su argumento. —No hay nada que te obligue a ayudarla; Continué.

—Bien. Sólo porque pueda ayudarla no significa que tenga que hacerlo.

—… ya veo.

En ese caso, no funcionaría tratar de forzar a Hinami para que hiciera algo. Si quisiera cambiar la situación actual, tendría que hacerlo yo mismo.

Mientras me sentaba allí mirando hacia abajo y pensando en lo que podía hacer, Hinami me lanzó una mirada exasperada.

—Déjame adivinar… estás planeando hacer algo, ¿no?

—Umm… bueno, si hay algo que pueda hacer, entonces sí. Hinami suspiró ante mi honesta respuesta.

—No hace mucho tiempo estaba pensando en cómo Mizusawa te estaba afectando, y ahora parece que Yuzu te está afectando también…

Ella se presionó las sienes con frustración.

—No… no estoy tratando de ser como ella.

Aunque mientras lo decía, me di cuenta de algo. No estaba especialmente unido a Hirabayashi- san, y el heroísmo no era parte de mi naturaleza. Lejos de eso—nunca antes había considerado tratar de detener el acoso que veía en el aula.

Ahora estaba aquí, queriendo hacer todo lo que pudiera para ayudar.

No sabía qué había causado este cambio interno, pero sospechaba que el hábito de Izumi de tratar de ayudar a otras personas había jugado un gran papel.

Hinami me miró con seriedad.

—Bueno, de cualquier manera, si vas a intervenir, piénsalo bien para no empeorar las cosas. Puedes tomarte un descanso de tus tareas por un tiempo. Concéntrate en eso en su lugar.

—E-entendido.

—Digamos que esa es tu tarea: No empeores las cosas. El punto es que debes considerar cuidadosamente cómo actuar antes de hacer algo.

—… De acuerdo.

—Por ahora, creo que será mejor que observes la situación.

—Observar, ¿eh?

No me sentó bien, pero no se me ocurrió ninguna estrategia práctica todavía, así que aunque quisiera actuar ahora, su sugerencia era mi única opción.

Con eso, nuestra reunión llegó a su fin.

***

A la mañana siguiente, Hinami y yo no hablamos mucho en nuestra reunión, así que terminamos antes de lo habitual. Cuando llegué a nuestra aula, Izumi y Hirabayashi-san estaban charlando. Dado todo lo demás que había estado pasando, esto probablemente significaba algo. ¿Izumi estaba trabajando en algún tipo de plan?

Tenía curiosidad, así que deliberadamente tomé un camino a mi asiento que me llevó a una distancia para escucharlas.

—¿Así que encontraste tu escritorio allí esta mañana?

—Sí… creo que lo hicieron después de la escuela. Quiero decir, puedo volver a ponerlo en su sitio…

—Sí, pero…

Deben estar hablando del acoso de Erika Konno, de las cosas que sólo la propia Hirabayashi sabía.

Tuve una idea de lo que Izumi estaba tratando de hacer.

No pudo negociar con Erika Konno directamente, y no había suficiente evidencia para involucrar a un adulto. Aun así, estaba obteniendo toda la información que podía de Hirabayashi-san para averiguar cómo podría ayudar. La amabilidad de Izumi era tranquila pero fuerte.

—Bien… así que hacen esas cosas si te vas a casa temprano.

—… Sí, eso creo.

Izumi siguió mirando el reloj mientras hablaba con Hirabayashi-san con una mirada seria en su rostro.

Erika Konno no había llegado al aula aún. Unos minutos más tarde, miró el reloj una vez más, luego se despidió de Hirabayashi-san con una sonrisa y se acercó al frente de la clase donde el grupo de Erika Konno estaba pasando el rato.

Un minuto o dos después de eso, la propia reina hizo su entrada y se dirigió a las ventanas del frente de la clase, tomando un desvío intencional para patear el escritorio de Hirabayashi-san en su camino. Entonces ella empezó a hablar con su camarilla.

Pasé el resto del día observando furtivamente la situación, y noté algo.

Durante los descansos, cuando Erika Konno iba al baño o cuando Izumi volvía a nuestra aula principal antes que Konno, y después de la escuela, cuando Izumi se preparaba para ir a su práctica y Konno se iba antes que ella—es decir, cada vez que Erika Konno no estaba cerca—Izumi se acercaba a Hirabayashi y hablaba con ella un minuto o dos.

Lo hacía una y otra vez desde la mañana hasta el final de la escuela.

Parecía estar trabajando constantemente para ayudar a resolver el problema, incluso si no podía hacer mucho, e incluso si estaba sola.

Si ella puede hacer eso, entonces, ¿qué debo hacer?

***

Era la hora de descanso después del primer período del día siguiente. Tan pronto como la clase terminó, me volteé a Izumi.

—Um, Izumi…

El día anterior, después de verla trabajar tanto para ayudar, volví a casa y pasé mucho tiempo pensando en mi habitación. Eventualmente, me di cuenta de algo que parecía factible para mí.

—¿Qué?; Ella me miró con indiferencia.

—Uh…; Busqué las palabras que me permitieran hacer lo que había decidido. —¿Está bien Hirabayashi-san?

Ella me parpadeó sorprendida. —¿Qué quieres decir con “bien”?

—Es sólo que… estuviste hablando mucho con ella ayer.

—¡Oh, eso es lo que querías decir!

—Estaba preocupado por ella, así que si hay alguna manera de ayudar, me gustaría hacerlo.

Si no podía ayudar a Hirabayashi-san directamente, al menos quería ayudar a Izumi. Y si todavía no podía hacer nada allí, al menos quería hablar con Izumi y hacerle saber que estaba detrás de ella. Después de todo, yo era su mentor en Atafami. Cuando un aprendiz está en problemas, el mentor tiene que ir al rescate, ¿verdad? Quiero decir, queremos ayudar.

Izumi me miró con melancolía.

—Bueno, en realidad…

—¿Qué pasa?

Ella bajó la voz. —Creo que Erika le está haciendo más cosas en secreto.

—… ¿En serio?; Me sorprendió oír tan malas noticias. —¿Cómo qué? Izumi miró el portaminas que tenía en la mano.

—Bueno, según Hirabayashi-san… la mayoría de sus minas de su lápiz se han roto, y sus bolígrafos no escriben aunque tengan tinta—cosas así.

—E-eso es…

Erika Konno tenía que ser la responsable. Su estrategia fue implacable. Podía decir que las minas de los lápices se rompieron cuando se cayó el estuche el otro día, y por los bolígrafos, podía ponerlos como mala suerte.