Jaku-chara Tomozaki-kun

Volumen 4

Capitulo 4: Incluso los jefes aparentemente imbatibles tienen puntos débiles

Parte 2

Ella pensó por un momento, con el dedo en los labios, y luego sonrió sádicamente.

—Te doy una puntuación del sesenta. Grité con indignación. —¿Q-Qué?

Ella me miró con completa y absoluta calma.

—Piensa en ello. Estás tratando de argumentar que hay que seguir tu corazón por encima de la lógica, ¿verdad?

—¿Eh? Bueno, sí, ahora mismo lo estaba diciendo.

Hinami agitó la cabeza. —Es extraño. Dices que debes seguir a tu corazón porque te permite encontrar la ruta más corta posible hacia tu objetivo.

—… ¿Y?

Hinami suspiró, como diciendo ¿No lo entiendes?

—Dices que es genial porque te permite encontrar la ruta más corta posible. Pero en última instancia, sólo dices que es genial porque es racional, ¿verdad?

—… Oh.

Su punto de vista me iluminó.

—Querías explicar por qué centrarse en lo que quieres, en algo irracional, es tan genial, ¿verdad? Pero terminaste diciendo esencialmente que encontraste un método más racional que el mío. Lo que te hace aún más extremista lógico que yo.

Ella tenía razón. Quería decir que persiguiendo lo que quieres, puedes lograr algo más maravilloso que sólo con la lógica. En ese caso, debería haber mostrado cómo podría dar algo que el enfoque de Hinami no pudo.

Pero sin darme cuenta, terminé argumentando que mi manera era más racional, es decir, que había caído en un sistema de valores que decía que la lógica era mejor.

—S-sí, es verdad…; Gemí. Hinami me miró, aparentemente complacida de verme sin palabras. Su sonrisa era diabólica y extremadamente divertida.

—Bueno, ya te das cuenta. No fue un mal intento. Mejor suerte la próxima vez. Si vas a discutir los méritos de priorizar lo que quieres, tienes que mostrarme algo que no puedo conseguir haciéndolo a mi manera; Me regañó, pinchando mi mejilla como si fuera mi hermana mayor. Ugh, mierda. Esto es simplemente vergonzoso.

—P-pero es difícil encontrar el método más eficaz haciéndolo a tu manera, ¿no? ¿No hay algunos enfoques que sólo puedes descubrir a mi manera? Quiero decir, no hubiéramos logrado los resultados que obtuvimos esta vez de otra manera…; Me negaba a admitir que había perdido.

—Bien. Si ese es el caso, entonces priorizar la racionalidad no es malo en sí mismo—sólo que esta vez nos fijamos objetivos equivocados. Claro, las cosas resultaron así porque hice de la eliminación de la prohibición de Atafami mi objetivo, pero ¿qué hubiera pasado si me hubiera centrado en conseguir que Nakamura dejara de faltar a la escuela? Habríamos sido capaces de tomar una variedad de enfoques, incluyendo comunicar los sentimientos de Yuzu a Nakamura, ¿verdad?

Hinami sonrió triunfalmente.

—Al menos, yo habría sido capaz de hacerlo; Añadió.

—Maldita sea…

Eso fue todo lo que pude decir. Ella tenía razón en que con sólo cambiar el objetivo habría tenido un montón de opciones: hacer que Izumi llamara a Nakamura para decirle que estaba preocupada por él, usando al siempre directo Takei, o… Bueno, eso fue todo lo que se me ocurrió, pero de todas formas, podría haber hecho un plan y conseguir resultados tan rápido como lo hicimos esta vez.

Mientras no se equivocara en el establecimiento de la meta, podría alcanzar el mismo territorio a través de su enfoque extremadamente racional que sólo podríamos alcanzar por casualidad a través del nuestro.

Esa era su versión de “corrección”.

Algunas personas cometieron el error de establecer objetivos en busca de la eficiencia mecánica y numérica solamente, por lo que su versión de la lógica terminó ignorando las emociones por completo. Y eso lo hizo más débil.

Pero el jefe final, Aoi Hinami, incluyó mecánica y numéricamente las emociones en los cálculos que formaron la base de su búsqueda de la eficiencia, que a su vez incorporó en su enfoque racional global.

En ese caso, no tenía necesidad de que yo me acercara. Al menos, no por la razón que acabo de dar.

Hinami se golpeó la barbilla dos veces con el dedo índice, pareciendo feliz.

—Por eso te di el sesenta por ciento. Admito que tu argumento fue bastante mejor que otros que se te ocurrieron. Algunas personas pueden armar un argumento insistiendo en que algo es evidente cuando no lo es, como una religión o algo así. Hiciste un esfuerzo genuino para  probar tu punto. Eso fue divertido.

El pequeño discurso de Hinami se estaba volviendo algo prepotente, pero me habia derrotado.

—…P-pero, ¿por qué estropeaste el objetivo esta vez? Creo que fallaste al ver que Nakamura regresando a la escuela era lo más importante. Y fallaste porque tu pensamiento era demasiado racional, ¿no?

Hinami se veía más complacida que nunca al responder.

—Oh, no… En realidad fue lo contrario.

—… ¿Q-qué quieres decir? Ella me miró triunfante.

—Quería evitar que la madre de Nakamura pensara que Atafami te pudre el cerebro.

Ella sonrió sádicamente.

—Oh…

Al señalar exactamente cómo sus sentimientos irracionales hacia Atafami la habían llevado a una solución más lenta, Hinami declaró una victoria decisiva. Era demasiado fuerte.

***

Esa noche, estaba cenando con mi familia y pensando en mi tarea. Estaba seguro de haber descubierto la debilidad de Erika Konno viendo a Izumi trabajar para ayudar a Nakamura, pero no creía que pudiera hacer un KO de un solo golpe sólo con eso.

Necesitaría otro truco para ayudar a conquistarla.

Estaba su deseo de que la gente no la despreciara, y luego estaba la extraña sensación que había notado cuando Nakamura volvió a la escuela.

Conecté todos los puntos y di los últimos toques a mi plan. Lo que terminé fue una estrategia tan clásica de un personaje de nivel bajo que temía a medias que Hinami se enfadara conmigo por haberlo sugerido. Pero me imaginé que era la única manera de acabar con un jefe como Erika Konno.

Mi estrategia fue extremadamente simple.

Si no pudiera derribarla con una sola flecha, seguiría disparando hasta que finalmente cayera.

Me senté en mi cama, organizando mis pensamientos y repasando lo que necesitaba hacer. Antes de que me diera cuenta, estaba dormido.

***

Al día siguiente, en mi reunión matutina con Hinami, repasé los puntos que necesitaba confirmar antes de implementar mi plan.

—Me gustaría repasar contigo algunas cosas sobre mi misión.

—¿Cómo qué?

Revisé mentalmente mi estrategia.

—En nuestra reunión del otro día, dijiste que pedir ayuda a otras personas era un buen enfoque para esta tarea, ¿verdad?

Hinami asintió. —Correcto. Como Erika Konno es una oponente tan poderosa, hay cosas que te resultarán difíciles de manejar sólo con tus habilidades.

—Exactamente; dije, asintiendo con la cabeza. —… así que sobre eso… Hinami asintió alentadoramente. Hice una pausa, y luego continué.

—¿Puedo pedirte que me ayudes?

Ella me miró con sospecha. —¿Qué quieres decir exactamente con “ayuda”?; preguntó.

—No te preocupes, no voy a pedirte que me digas qué hacer… sólo quiero pedirte que hagas algo, y que lo hagas por mí.

En otras palabras, yo sería el que agarraría el mando, e Hinami sería uno de los personajes que usaría. Yo seguiría siendo el jugador.

—… Ah, ya veo; Dijo Hinami, aparentemente satisfecha, y se detuvo un minuto. —En ese caso, me parece bien.

—Oh, ¿en serio? Ella asintió.

—Sí. ten en cuenta que no voy a decir nada, incluso si creo que tu plan fracasará. Haré lo que me pidas y nada más.

Asentí con la cabeza.

—Sí, eso es todo lo que quiero.

—De otra manera—

La interrumpí, señalándola. —¿La misión no tiene sentido?

—… bueno, sí.

Parecía muy irritada por mi arrogancia, pero decidí no preocuparme por eso. Sabía que tenía que esperar eso.

—Oh, pero ten cuidado con lo que la gente piense de ti, así que asegúrate de que no sea un problema.

—Obviamente. No haré nada vergonzoso.

—Bien. De todos modos, sobre mi estrategia…; Le puse al corriente sobre mi plan.

—Lo tengo. Puedo manejar eso. Empezaré hoy.

—Bien. ¡Te lo agradezco!

Ahora que tenía la aprobación de Hinami, la reunión llegó a su fin. ¡De acuerdo! Es hora de sentar las bases.

***

Me dirigí a nuestra aula y miré alrededor. Izumi acababa de llegar y estaba poniendo sus libros en su escritorio. Ahora era mi oportunidad de hablar con ella. Esta era la segunda fase de la preparación. Además, ¿cuál era la situación con Hirabayashi-san? También quería preguntarle sobre eso.

—Izumi.

—¡Oh, hey, Tomozaki!; Ella respondió a varias veces mi volumen.

—¡Oh, uh, hey!; Dije, nervioso, mientras cambiaba a un tono dramático y formal.

—¡Ahora soy el capitán!

—… ¡Oh, wow!

Parecía que había hablado con Hirabayashi-san y había asumido su papel. Una mujer de palabra. Ahora que había encontrado su camino, era una fuerza motriz.

—Así que es todo tuyo, ¿eh?; Dije.

—Sí, ella estaba realmente luchando. Y en el día del torneo, el capitán tiene que hacer cosas como cambiar jugadores y pedir tiempo fuera. Dijo que estaba súper nerviosa por eso.

—…Huh. Así que fue bueno que te hicieras cargo, entonces.

—¡Sí!; Dijo con una extraña sensación de emoción. Ella estaba muy nerviosa. —Oh, entonces, ¿de qué querías hablar?

—Oh, claro. En realidad… Bajé la voz.

—¿Qué?

—Se trata de Erika Konno…

Le conté mi estrategia y ella frunció el ceño.

—… ¿crees que eso es todo lo que se necesita?

No es una reacción muy buena—pero me lo esperaba.

—Puedo ver por qué estás preocupada, pero hay más que eso…

Le expliqué mi estrategia de combinación, que era el núcleo de mi plan.

—¡Ah, ahora lo entiendo! Eso tiene más sentido. ¡Eso podría funcionar!

—¡¿De verdad?!; Me aferraba a los ánimos de Izumi.

—¡Deberías tener más confianza!

—S-sí, lo sé.

Podía sentir la exasperación de Izumi. ¿Pero cómo iba a sentirme seguro cuando me enfrentaba a alguien tan fuerte como Erika Konno?

De todos modos, había conseguido que Hinami e Izumi aceptaran ayudar. Ahora sólo tenía que contarle a Mizusawa mi plan.

—¡Bueno, espero que funcione!; Dijo Izumi.

Asentí con la cabeza. —Yo también. Bien, voy a hablar con Mizusawa.

—Oh, ¿aún no se lo has dicho? ¡Entonces haré ahora mismo!; Dijo enérgicamente.

—¿Eh?

—¡Hiro!

Con una velocidad casi impulsiva, ella llamó a Mizusawa, que estaba hablando con el grupo de Nakamura.

—¿Qué pasa?

Siendo Mizusawa, él se escabulló inmediatamente de la conversación y se acercó a nosotros. Los normies tienden a ser muy decisivos cuando se trata de la comunicación.

—Tomozaki y yo estábamos haciendo una estrategia sobre el torneo deportivo…

—¿Sobre el torneo? ¿Por qué? Las chicas y los chicos están separados, ¿verdad?

Él miró de un lado a otro entre nosotros dos de forma sospechosa. Su ímpetu empezaba a abrumarme, pero me las arreglé para poner en orden mi ingenio y explicarle la situación a Mizusawa. —Uh, eso no es exactamente lo que está pasando. En realidad…

Cuando terminé de explicarlo, Mizusawa sonrió con suficiencia.

—A veces realmente pienso que eres secretamente malvado.

—¡Ca-Cállate!

Tenía algo de razón, así que no protesté tanto. Había aprendido un poco del pragmatismo despiadado de Hinami. Pero esta vez, también intentaba ayudar a todos a disfrutar del torneo, que era lo que Izumi y yo queríamos de verdad.

Además, no planeaba hacer nada terrible, así que en mi mente, estaba bien. Mientras el objetivo en sí fuera honesto, yo estaba bien.

—Hmm, hmm. Bien. ¿Quieres que trabaje con Yuzu en todo esto?

—Básicamente. Odio preguntar, pero ¿te importa?

—¡Déjamelo a mí! Seremos su dúo de lectores de estado de ánimo.

—¡Ja ja ja! Bien, gracias.

Con eso, tenía a los tres a bordo. Y mi trabajo aquí estaba hecho.

Sí, tienes razón. Para esta tarea, había pensado en la estrategia, pero la implementación dependía totalmente de otras personas. O debería decir, como un personaje más débil, corría por ahí recogiendo los objetos necesarios para derribar al dragón y luego pedía a un montón de personajes de alto nivel que los usaran.

Me sentía un poco culpable por hacer tan poco, pero había conseguido el permiso de Hinami para confiar en otras personas para que me ayudaran, y me había dicho que cualquier cosa iba a funcionar siempre y cuando yo fuera el que tuviera el mando.

También había conseguido su aprobación para el plan en sí, así que, en general, parecía que cumplía con los requisitos de la misión.

Una sensación de logro se apoderó de mí cuando me senté y recordé lo que Kikuchi-san me había dicho el día anterior en la biblioteca—y lo que se había convertido en el núcleo de mi estrategia.